NATSU DRAGNEEL POV
Esta mañana desperté como de costumbre, con el brillo del sol pegándome en la cara, diciendo que ya era hora de levantarme. Lentamente me fui preparando para ir a la sede e ir a entrenar. Agradezco que hoy no me haya tocado la guardia de la mañana, estoy un poco cansado. Las guardias consisten en recorrer el perímetro del pueblo, para así ver que ningún demonio se aproxime a la ciudad. Rara vez en estos últimos días ha ocurrido algo.
Recorro con paso calmo el camino hacia mi destino y una vez adentro me dirijo al comedor para buscar algo de desayunar. A simple vista se ve que está lleno, porque ya entes de llegar puedo oír voces y ver mucha gente moviéndose hacia allí. Una vez allí, me encuentro con una de mis compañeras, Lucy Heartfilia. Lucy, es una joven muy hermosa, tiene sus cabellos dorados y unos ojos color chocolate. Es alguien muy alegre y entusiasta. Es divertido pasar tiempo con ella.
-Hey, Natsu!!-Me saludo alegremente.- ¿Qué tal?-
-Hola Lucy- le devolví el saludo con una sonrisa- Bien, con algo de hambre- comente alegre llevándome una mano a mi estomago.
-Vamos, Natsu. Nunca cambias!- Me dijo entregándome una plato de comida que acababa de servir.
Cuando estaba a punto de sentarme y disfrutar lo que Lucy me había dado. Un fuerte sonido nos sorprendió ambos
Sonaron la alarma, lo cual significaba que algo importante había sucedido. Al igual que mis compañeros me dirigí rápidamente a las puertas de la edificación, abriéndome paso entre la multitud que rápidamente se amontono en las puertas.
Una vez llegado al frente d la multitud pude ver el porqué de tanto alboroto. El frente del escuadrón al que le toco la guardia venia Erza Escarlet, una del las líderes en la brigada. Tiene el cabello color escarlata, una figura nada envidiable. A veces puede parecer un monstruo pero, otras es una gran persona. Detrás de ella venían Laxus Dreyar y Gajeel Redfox, miembros de la unidad y muy fuertes, por cierta. Ambos venían arrastrando algo.
Afile la vista para ver lo que ambos cargaban. De buenas a primeras no pude creer lo que estaba viendo. Allí, entre sus brazos tenían apresado a un demonio. Capturaron a un demonio… y vivo! No lo creí, Como pudieron hacerlo? Donde lo encontraron? Esa, y miles de preguntas más rondaban por mi cabeza.
Cuando estaba pasando frente a mí, no pude evitar analizarlo con la mirada. Así como lo estaban cargando no pude apreciarlo con detalle. Cuando iba a intentar acércame a él pude ver como bruscamente abría sus ojos y levantaba la cabeza.
Un poco sorprendido se removió de sus captores, causando que estos lo soltasen bruscamente y así cayera al suelo quedando arrodillado frente mío. A causa de dicha acción los que estaban alrededor mío retrocedieron unos pasos. El demonio no se movió ni levanto su rostro.
Aprovechando el momento pude observarlo mejor. A simple vista se ve que estaba débil. Solo vestía una remera ajada por el combate y un pantalón que se le veía grande. Enrollada en una de sus piernas pude apreciar una cola, si una cola! Siempre oí hablar de ello, pero no creí que llegara a ser cierto. Portaba su oscuro cabello -una mezcla de azul y negro- todo desordenado, cubriendo partes de su rostro y entre sus mechones podía ver dos protuberancias haciéndose camino entre ellos. Tenía una tez pálida, más de lo que llegue a pensar.
No levantaba la cabeza por lo que me sorprendió verlo levantar poco a poco la mirada y que esta, se encontrase con la mía. Allí pude ver el color de sus ojos, estos eran de un gris tormentoso, mostrando determinación. Lamentablemente nuestro encuentro de miradas solo duro unos segundos, pero esos segundos bastaron para que me dé cuenta y tomar una determinación. Debía hablar con él. Supe, que él era mi escape a toda esta monotonía.