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EROS (cupido) AL RESCATE por Anonimus_Saint

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Notas del capitulo:

!!Hola!!!

Muchas pero muchas gracias por seguir este fic.

Solo decirles que este cap. esta largo,  había tantas cosas que quería ponerle y esa fue una de las razones por las que me tarde tanto en postear este cap.  Así que me disculpo si la espera fue laaaarga.  Pero bueno, al fin de cuentas espero les guste el cap. Jejeje   

¡!ENJOY!!

TEMPLO DE PISCIS

 

Afrodita no  podía creer lo que veía, su precioso cabello había sido cortado, bueno  por lo menos un lado se apreciaba más corto que el otro, pero aun así, la expresión de terror no se apartaba de su rostro. Se tocó el cabello desesperado,  queriendo hallar una respuesta pero solo logro desesperarse más.

-no, no, no . – dijo mientras se veía al espejo y se tocaba el pelo incrédulo.

Aprisa y  desesperado fue hacia su recamara. Donde otra vez abrió los ojos de par en par.

Su recamara estaba completamente  destrozada. Todos sus jarrones rotos, los cuadros en el suelo, la mayoría de los muebles estaban inservibles además de que había rastros de sangre por muchas partes, aunque, ver los  mechones  de su cabello desparramados por el suelo; fue lo peor.

- ¡Que rayos fue lo que paso!- grito incrédulo. Lentamente se dejó caer al suelo para coger un mechón de su pelo. – ahora si voy a matar al causante de esto. – su voz era dura y su expresión se tornó más sombría.

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EN LA FERIA

 

Ahí estaban milo,  mu, y  en medio de ellos, un pequeño kiki  que no dejaba de exasperarlos con su comportamiento y sus peticiones de… maestro quiero ese algodón de azúcar, maestro quiero ir al baño, maestro quiero otro algodón de azúcar, maestro es eso goma de mascar, maestro, maestro yyyy maestro, no paraba de pedir cosas,  aunque lo más  impresionante, fue  ver como mu le compraba y le cumplía todo tipo de caprichos con tan solo pedirlos, como el cargarlo en sus hombros, dis que  por que ya estaba cansado,  tomarse fotos ridículas con unos personajes infantiles y… cosas así que hacían de ese día un verdadero martirio para ambos caballeros.

-maestro, quiero ese caballo, quiero ese caballo, cómpramelo, cómpramelo siiii. – decía kiki sin dejar de jalar a su maestro de un lado a otro, sin apartar la vista  de el  caballo blanco que   daba vueltas y vueltas de arriba abajo.

-no kiki, no te puedo comprar ese caballo. – le dijo serio y molesto. Entones kiki se cruzó de brazos y lo miro enojado.

-¿por qué no puedes, si se supone  que para un caballero dorado no hay imposibles. – mu solo respiro agobiado mientras negaba con la cabeza no podía creer lo irrespetuoso e insoportable que se había vuelto su aprendiz.

-en primera, porque ese no es un caballo de verdad, solo es un objeto en forma de caballo parte de ese carrusel, en segunda, dudo mucho que el dueño lo venda ya que  es un instrumento importante, en  tercera  no le veo la utilidad que puedas darle a esa cosa y en cuarta ¡NO TENGO MAS DINERO! -  grito mostrándole sus bolsillos vacíos.

- así que te olvidas de ese caballo y de todo lo demás. – mu se puso firme y autoritario, ya había llegado a su límite y no toleraría más indisciplina por parte de SU APRENDIZ;  volvería a hacerse respetar. Así que tomo a kiki de la mano. – es más, ahora mismo volvemos al santuario y terminas de hacer las tareas que tenías pendiente por todo el año-  - 

-no, no, espera mu.- milo se interpuso en su camino. -  si todavía no hemos hecho nada divertido. – milo hablaba  alterado, si se la habían pasado todo el día cumpliendo con los caprichos de kiki y no le había dado tiempo para estar a solas con mu,  ni de hacerle la proposición que tenía planeado, una muy loca por cierto.

-lo siento milo, pero ahora no tengo tiempo. – dijo serio, ya sin importarle ser amable ni considerado. Pero milo se caracterizaba precisamente por ser terco y hacer lo que fuera con tal conseguir lo que quería.

-vamos mu, te la pasas todo el día encerrado en tu templo,  ya ni siquiera sales de picnic con nosotros, -dijo serio y mirándolo a los ojos. - te estas volviendo más ermitaño que Shaka y eso ya es decir mucho.-

-si maestro, mire relájese y diviértase por lo menos una vez en su vida. – acoto kiki, claro que solo lo hacía para  salvarse del castigo que sabía recibiría ni bien llegaran al santuario.

-yo…-

-vamos mu. – milo lo agarro de un brazo y por nada del mundo lo soltaría. – Relájate y diviértete.- le hablo con una enorme sonrisa en el rostro- Y   no te preocupes por el dinero, yo los invite, así que de ahora en adelante yo pago todo. – acoto feliz.

Mu solo respiro agobiado, sabía que milo no lo dejaría ir.

 -bien. –dijo resignado  dejándose llevar por milo no sin antes lanzarle una mirada reprobatoria a su aprendiz quien solo le sonrió nervioso. 

Mientras una sombra caminada tras de ellos observando   todo lo que pasaba, pero sobre todo, atento a todo  lo que milo hacia y decía.

 

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Aioria iba corriendo como loco, empujando a cuanta persona se  interpusiera su camino, sin importarle que fueran niños, señoras y hasta ancianitos, no, el solo quería huir lo más lejos posible. No sabía a dónde iba, lo importante era escapar  de Shaka,  quien lo andaba siguiendo toda la mañana.

-tengo que esconderme…- hablo apenas recuperando el aliento, miro a los alrededores en busca de un posible refugio. Hasta que fijo su felina mirada en una atracción, o bueno, algo parecido  a   una.

-la mansión del horror” – leyó enarcando una ceja. -creo que este lugar es perfecto. - .- dijo seguro, mientras ingresaba a ese túnel oscuro y lúgubre.- nunca me encontrara aquí.-

-“El recorrido va a comenzar, por favor le rogamos permanecer en sus asientos y no moverse hasta que el carro se detenga. –se escuchó la voz del anfitrión, aunque todo estaba oscuro. – “Le aseguramos que tendrá una experiencia única”

Miro a su alrededor, y al parecer solo estaba el. Relajado, se acomodó en su asiento mientras unos fierros, a modo de cinturón lo rodeaban por su “seguridad”.

Sintió como el carro avanzaba lentamente. El recorrido apenas comenzaba….la verdad él era ese tipo de personas que no solía asustarse con  facilidad pero a veces la vida te da sorpresas, o no?

-estos muñecos son taaan falsos. –dijo con sorna mientras miraba un muñeco, el personaje de terror  “Jasón”, quien sostenía  un cuchillo de manera intimidante mientras  se escuchaba su típica cancioncita de fondo.

 – creo…que ese muñeco es, chuqui…-hablo mirando al muñequito atento. - agh se ve horrible.-

Miraba atento a todas partes mientras unos gritos de mujer se escuchaban de fondo luego un canto de niños muy triste.- ja…la casa de cáncer da más miedo, Es más, Esa sí sería una buena atracción. – sonrió ante su comentario. –Bueno… - poso sus manos detrás de su nuca mientras cerraba los ojos. -  por lo menos a este lugar Shaka no va a entrar. -

-yo no estaría tan seguro. – al oír esa voz, Aioria abrió los ojos en grande, para luego girar su vista lentamente hacia su derecha, y ahí estaba Shaka sentado a su lado. Abrió los ojos de par en par antes de llenar sus pulmones de oxígeno.

-HAAAAAAAAAAAAAAAA! – el grito que emitió se escuchó en todas partes, haciendo que muchos comenzaran a interesarse en tal atracción, creyendo que ahí si se iban a llevar una experiencia “única”.

 

TEMPLO DE GEMINIS

 

-¿ya vas a salir saga? – preguntaba algo impaciente Aioros del otro lado de la puerta, claro,  como saga ya llevaba metido más de media hora en cerrado en el baño.

-siiiiii.- se escuchó desde adentro, al mismo tiempo en que  la puerta se abría en grande dejando ver a un saga; desgastado y desganado.

-en realidad no puedo creer que tu solito te hayas comido todo ese pastel- - hablaba asombrado Aioros mientras veía la enorme bandeja complemente vacía.

-y que quería que hiciera, que se la diera a Kanon, con lo sangrón que es no me convida nada. – Hablo saga molesto mientras se secaba el rostro.- yo creo que ese mendigo toro le puso algo al pastel, - se puso pensativo. – con razón mi copia andaba alerta…pero nada más deja que lo vea y me las va a pagar. - 

-bueno…dejando eso de lado, ya es hora, tenemos que irnos. – Aioros tomo la mano de saga para jalarlo hacia la salida.

-¿irnos, A dónde? – saga tenía la cara desencajada, pues tenía planeado descansar luego de taaaaan extenuante trabajo que realizaron en la mañana, con lo de la concientización y la limpieza.

- ya lo veras, te vas a divertir mucho. – le hablo Aioros sin dejar de jalarlo mientras caminaba rápido y entusiasmado.

 

EN LA FERIA….

 

-vaya, ¿hace cuánto que esta  la feria aquí? – pregunto Aioros, sin dejar de  mirar maravillado y curioso a su alrededor. 

-no lo sé, cuando yo era patriarca no había este tipo de cosas tan raras. – dijo saga mirando a su alrededor.

-me gusta.- hablo Aioros sonriente. – ya que vamos de camino al orfanato, sería bueno llevarles algo a los niños, ¿no te parece? – saga enarco una ceja, cuando fue que decidieron ir al orfanato.

-claro. – respondió  resignado

-¡mira eso! – Aioros corrió hacia una tienda, a saga no le quedó otra más que seguirle los pasos.

 - ¿una pitonisa? – Aioros miraba anonadado su letrero adornado por las doce constelaciones  del zodiaco.- son los doce signos … “dinero, amor, trabajo, te decimos todo lo que te interesa saber, ¿la suerte esta de tu lado?- Aioros leía el letrero en grande que había en la tienda.

-pasen, apuestos caballeros, los estaba esperando. – se escuchó la lúgubre voz de una anciana mujer que los llamaba de adentro de la tienda.

-oíste eso saga, nos estaban esperando. – lo miro de reojo Aioros, antes de ingresar a la tienda.

-esto no me gusta. – dijo saga antes de ingresar también.

-tomen asiento. – Aioros le sonrió a la mujer antes de tomar asiento, saga solo  miraba serio todo a su alrededor.

-díganme caballeros, ¿desean conocer su futuro?-

-¿el futuro? – Dijo Aioros curioso.- ¿acaso usted puede predecir el futuro?

-claro, dame tu mano. – Aioros feliz, le tendió la mano izquierda.

-aquí veo la imagen de una mujer.- Aioros miraba la palma de su mano  asombrado.-¿ Enserio? ¿Qué más?-

-esta mujer llego a tu vida de manera inesperada y la cambio  por completo. – prosiguió, sin dejar de mirar la palma de Aioros.

 - ¿acaso se  refiere a mi diosa  Athena?- Aioros miro a la mujer asombrado.

-exacto muchachito, esta mujer tiene un poder muy grande y además ejerce una gran influencia en ti. –

-sí, es Athena.- acoto Aioros. -  Es increíble, pero siga, siga. –

-esta mujer que te mencione, trajo a tu vida una flecha,  la flecha del amor. – Aioros miro a la mujer extrañado y confundido. – ¿el amor?

-sí, amor, pero tienes que cuidarte, ya que este amor es problemático y lleno de confusiones. – saga miraba extrañado y confundido todo eso, mientras Aioros parecía preocupado.

-y…y que debo hacer, me consigo una pata de conejo, llevo un collar de ajos, traigo  una pistola con balas  de plata,  me baño todos los días, ¿qué?-pregunto algo desesperado.

-ten. – la señora le tendió un frasquito, que contenía un perfume. – Ponte eso todas la mañana  y entonces estarás a salvo, esa esencia te ayudara.- dijo la mujer seria,  Aioros solo miraba extrañado el frasco que le dio la mujer.-  Apartaras al ente maligno y problemático que amenaza  con destruir tu vida. –

-¡ya fue suficiente!- entonces saga se puso en pie algo molesto.- vamos Aioros, solo los ingenuos creen en estas cosas. –le quito el frasco. Ante la atenta mirada de la mujer.

-saga, no llames a la señora mentirosa. –Aioros también se puso en pie para tratar de calmarlo. -de seguro ella sabe algo y quiere ayudarme. -

-por favor Aioros, no seas ingenuo. Todo lo que te dijo es mentira, que va a saber esta mujer del futuro y del amor. – saga miro a los ojos a la anciana, esta solo permanecía pasible.

-Pero saga…-

-pero nada, - lo callo. - tome señora, mi amigo no necesita de esta porquería. – saga le tendió el frasco a la señora antes de llevarse a Aioros de una mano. La mujer solo se limitó a ver a saga detenidamente.

-saga, eso no fue nada cortés ni amable  – dijo Aioros algo enfadado.

-hay Aioros, solo a ti te pueden tomar el pelo de esa manera. – dijo saga sin dejar de agarrarlo de la mano con fuerza. 

-pues a mí me pareció cierto,  si no, como sabía de Athena y…-

-pura coincidencia, pero ya dejemos eso de lado quieres.- dijo serio saga. Por alguna razón le molesto demasiado que esa mujer le dijera todo eso a Aioros, además de que el frasquito le trajo muy mala espina.

Aioros solo se limitó a mirar la palma de su mano izquierda. – coincidencia…-

-así es, hay que ser más atentos Aioros, no es por malo, pero tienes que ser más vivo y astuto así como yo. Mira que a mí nadie me toma el pelo. – hablo seguro saga, Aioros solo mantenía la mirada baja.

Pasen, pasen y prueben su suerte, adivinen donde termina  la bolita, así es caballeros y solo adivinen donde está la bolita y ganan 100 pesos al contado! –

-¡dinero fácil! – saga rápidamente se acercó al montón de gente hasta tener al señor que gritaba en frente de él.

-vaya señor, usted parece muy inteligente, no quiere probar su suerte? –le dijo el señor con unas sonrisa muy insinuante.

-yo no creo en la suerte, pero si en mis aptitudes. – le respondió  saga altivo.

-bien, entonces probemos sus aptitudes.- entonces el señor le mostro una bolita roja  para luego ocultarla y “ponerla” debajo de un vaso invertido, y revolverla con otras dos restante rápidamente.

-saga no creo que… - trato de intervenir Aioros, mas saga lo ignoro.

-esto es fácil,-hablo saga entusiasmado. - ¡10 pesos a que está aquí! – señalo el vaso del medio, el hombre solo le sonrió ampliamente antes de destapar el vaso Y….

-esa estúpida bolita estaba ahí, no sé cómo fue que paso…si yo lo vi claramente. Estaba ahí.– saga maldecía y refunfuñaba luego de perder en ese juego de azar.

-ya, ya saga, lo importante fue que te escapaste con el dinero tan pronto viste que habías perdido. –hablaba Aioros sereno.

-claro, era mi dinero. –se defendió saga. - Si  yo te lo dije Aioros, a mí nadie me toma el pelo. –

- si claro. –dijo Aioros,  mientras caminaban hasta que se detuvo al mirar  una tienda enorme con peluches de todas las formar y tamaños.

-¡saga Mira eso! – Aioros le señalo a los  peluches.- son el perfecto regalo para los niños. – dijo antes de jalar a saga hacia la tienda.

-buenas tardes señor, me vende  los  peluches. – dijo Aioros feliz, el joven que atendía la tienda, solo miro a Aioros de pies a cabeza.

- estos peluches no están a la venta. – le respondió el joven  mientras masticaba un chicle, Aioros lo miro decepcionado.

 – ¿entonces?

-mire señor, por si no lo ha notado, este es un juego. –explicaba el muchacho de mala gana. -  si logra darle con la escopeta a esa pila de latas, se lleva un peluche. Así de “fácil”. – le hablaba como la si fuera la cosa más obvia del mundo.

-¿darle con la escopeta?- Aioros lo miro extrañado, pues no había entendido muy bien.

 – déjamelo a mí Aioros. – le dijo saga antes de pagarle al joven  para que le diera un pase.

-tienes 3 oportunidades, si logras tirar todas las latas  a la primera se gana un peluche grande  y si no…

-ya, ya, solo necesito un tiro para tirar esa pila de latas. – dijo seguro saga, antes de apuntar y apretar el gatillo.

-como fallo el primer tiro, solo le quedan dos tiros más, si le da a una de las latas entones se lleva un pequeño peluche. – el muchacho le mostro un peluche  pequeño. Pero saga solo lo ignoro mientras apuntaba y disparaba.

-este es el último intento señor, si pierde, solo se lleva un premio de consuelo. – dio el muchacho mostrándole un pequeño chupete.

-si si ya se.- saga apunto nuevamente ante la mirada atenta de Aioros.

-vamos saga, tu puedes, hazlo por los niños. – le animaba Aioros. Entonces saga disparo nuevamente, pero los géminis no se caracterizan precisamente por tener una prodigiosa puntería,  bueno, por lo menos saga no lo hacía.

-¡maldición!- grito saga frustrado, él quería quedar bien ante Aioros pero no lo consiguió.

-bueno…por lo menor lo intentaste.-le consoló Aioros.

-un intento más. – dijo serio saga antes de tirarle las monedas al joven y cargar la escopeta.

 

… media hora de fallidos intentos después…..

 

-¡maldita sea! – saga estaba tan frustrado que tiro la escopeta al suelo, rompiéndola al acto.

-oiga señor tiene que pagar por la escopeta. –

Saga  fulmino con la mirada al muchacho. – ¡y con qué rayos voy a apagarte la maldita escopeta si ya te di todo mi dinero!, ¿he? – le dijo saga  mirándolo cara a cara de manera intimidante, haciendo que el chico tragase su goma de mascar algo asustado.

-ya cálmate saga, de seguro no es tan fácil como parece,-trato de calmarlo Aioros. -  haber déjame intentar a mí. – Aioros saco dinero de su bolsillo y se lo dio al joven, ante la miraba furiosa de saga.

- veamos…- Aioros examino la escopeta antes de  armarla nuevamente. Luego fijo la dirección del viento, se acomodó la pita que traía en la frente y miro por un agujero de la escopeta. Fijo la dirección y disparo.

-¡siii, le di, le di! – Aioros salto de emoción, saga solo tenía la boca abierta.

-esto es increíble…nadie había podido atinarle nunca, si…si  imposible. – hablaba incrédulo el joven.

-¿pero cómo rayos hiciste eso? – hablo saga molesto.

-fácil, solo necesitas tener conocimientos básicos  de física, medir la dirección del viento, tener una posición adecuada y ya. – le respondió Aioros sonriente.

- bueno señor, puede escoger su premio. – le dijo el joven señalando a la pila enorme de peluches. Aioros miraba todo entusiasmado.

-quierooo…! ese enorme león blanco!– dijo feliz y emocionado. Mientras el muchacho se apresuraba en bajárselo y dárselo.

-bueno ya vámonos. – saga estaba muy molesto.

-espera saga, dije que quería peluches para los niños, este no es suficiente. Necesitamos más.– entonces Aioros volvió a pagarle al joven y a apuntar a las latas.

….15 MINUTOS DESPUÉS…

-vaya, son muchos peluches, con esto los niños van a ponerse felices, ¿no lo crees saga? – le pregunto Aioros, pero saga solo se limitaba a caminar, o a intentarlo, ya que cargaba más de 10 peluches de todos los tamaños y resultaban muy estorbosos.

- esperemos  que sí. – le respondió de mala gana, mientras se dirigían al orfanato.

 

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-Niño te doy 20 pesos si te largas  a ese estúpido carrusel y no regresas en todo el día. – le hablo milo discretamente a Kiki.

-cree que yo voy a dejar solo a mi maestro por unos míseros 20 pesos, quien me cree. – respondió kiki milo lo miro molesto.

-está bien te doy 30 pesos. – kiki se aferró más a mu dando a entender que no lo haría.

-50. - hablo milo tendiéndole el dinero sin que mu se diera cuenta. Kiki tan rápido como pudo tomo el dinero y salió corriendo en dirección al carrusel. Milo sonrió complacido en tanto mu maldecía a su discípulo por dejarlo solo con milo.

-creo que a tu aprendiz le encanta el carrusel. – milo entonces de acerco a mu tomándolo de un brazo. Mu solo trago en seco mientras le sonreía.

-si…ese niño es maravilloso. – mu pensaba en los terribles castigos que le daría a kiki tan pronto pisaran el templo de Aries.

-bueno, ya que kiki va a estar por un tiempo metido en ese juego qué te parece si nosotros vamos a ese juego, se ve entretenido.- le dijo milo. Mu entonces giro su vista hacia donde milo señalaba.

-túnel del amor. –

-no, después, mejor primero vamos ahí. – rápidamente mu señalo  unas tasas giratorias. Milo solo asintió algo decepcionado en tanto se dirigían hacia la atracción.

- milo… no crees que deberíamos de hacer fila como las demás personas. – le hablo mu al ver como milo empujaba a las personas en la fila para abrirse paso hacia el juego.

-vamos mu, caballeros como nosotros no necesitan hacer fila. – mu solo le sonreía apenado al encargado del juego mecánico, milo en cambio le lanzaba una mirada asesina, que decía: di algo o acércate a mi compañero y te dejo como coladera.

-viste mu, nada de hacer filas. – hablo tranquilo milo mientras tomaba asiento enfrente de mu.

-creo que mi cinturón de seguridad no sirve…- mu miraba su cinturón e intentaba cerrarlo pero nada.

Muy tarde, antes de que mu quisiera reclamar el desperfecto de su cinturón el juego inesperadamente se encendió.

Mu dio vueltas y vueltas, y por más que intentaba agarrarse de su asiento no podía evitar que la gravedad hiciera su trabajo.

-vaya, este juego es divertido, no te parece mu. – milo disfrutaba a lo máximo de ese juego mientras la tasa subía y bajaba sin dejar de girar y girar rápidamente.

-¡paren este juego! – grito mu desesperado, mas parecía que nadie lo escuchaba.

-¡que sucede, porque no detienes el juego? que no vez que ese muchacho está al borde del suicidio!- ; le grito uno de los encargados al joven “encargado” de ese juego.

-no puedo.  Los controles  no responden. – le respondió sereno. – además ya es mi descanso. Así que no es mi problema. – respondió calmado Al momento en el que se alejarse del lugar.

-pero que…- el otro encargado se acercó a los controles y vio que todo estaba congelado. – esto no puede ser. – dijo haciendo lo posible  para que  los controles respondan, mientras de fondo se escuchaban los gritos desesperados de mu.

 

-ese juego sí que me gusto, ¿a ti no mu? –le pregunto milo, este tenía todo el cabello alborotado, la ropa desalineada y  además de unas nauseas horribles  que los hicieron correr a uno de los contenedores de basura para dejar ahí todo lo que había comido.

-mira ese juego mu. – milo no paraba de jalonear a mu de su bufanda. – se ve entretenido, vamos. -

-milo…no me siento muy…- antes de que mu le dijera algo milo ya estaba metiéndolo en una de las bancas.

-Vaya, a cuantos metros crees que estemos del suelo? – le pregunto milo curioso al ver la increíble distancia que los separaba del suelo. Claro, al estar situados en la parte más alta de la montaña rusa te daba que pensar.

-¿por qué no avanza? se supone que al estar en la parte más empinada esta cosa desciende con mayor rapidez. – mu empezaba a impacientarse al momento en el que agitaba su banco desesperadamente.

-tranquilo mu, - le dijo milo acercándose a él. – relájate. -  le dijo a  mu mientras posaba su mano por sobre su hombro. – si estoy con tan buena compañía no me importaría quedarme parado aquí todo el día. – le sonrió de manera insinuante, mu solo negaba con la cabeza, abrió los ojos en grande al mirar hacia abajo nuevamente   y darse cuenta de que estaban a más de 15 metros de altura. Trago seco, su piel se tornó más pálida y un indescriptible temblor se apodero de su cuerpo.

-mi…mi…milo. –

-que. – le respondió milo acercándosele más.

-no…no se lo he comentado a nadie ya que creí que se burlarían de mi…tu sabes, un caballero dorado no debe temerle a nada…pero…pero…- milo lo miro muy extrañado ya que mu comenzaba a prestarlo muy fuerte de la mano.

-¿qué te pasa mu? – le pregunto algo angustiado.

- soy acrofobico  -

-no importa mu, sin importarlo que seas yo te quiero y te respeto igual. –

-no milo yo…le…le tengo pavor a la alturas. – Dijo mu sosteniéndolo de la camisa. - tienes que ayudarme a bajar, quiero bajar, quiero bajar. – gritaba mu mientras agitaba a milo de un lado a otro.

-cálmate mu, solo  tele transpórtate y ya. –

-no…no es tan fácil…para tele…transportarme ne…necesito estar…co…completamente concentrado. – milo entonces se puso pensativo.

-¡ ¿qué sucede porque se detuvo el carro?! – grito el gerente a los encargados.

-no lo sabemos señor, - le respondió el joven encargado algo nervioso. – pero parece que los rieles están congelados por eso se detuvo el juego a medio camino.

-¿congelados?-

-sí.

-eso es imposible.-

-pero señor…-

-mejor deja de decir babosadas y ve por la grúa que hay que bajar a los mensos que se atorraron antes de que nos demanden. – le ordeno enfadado el gerente. El empleado solo asintió al momento en el que iba por la grúa.

Una sonrisa maliciosa salió de Camus mientras miraba con unos binoculares el panorama que él había creado al congelar los rieles justo cuando el carro pasaba  por la parte más alta, haciendo que el carnero se pusiera paranoico e histérico; desesperaba por bajar y jaloneara a milo de los hombros.

-eso le enseñara al carnero a querer quitarme lo que es mío, digo, a querer burlarse de mí. – amplio su sonrisa maléfica.

-- claro que al ser  el encargado de organizar los informes del santuario tengo acceso a los archivos persónales de todos los caballeros, y tú, mi entrometido carnero, debes de estar pasándola muy mal al estar atrapado ahí sin poder tele trasportarte, al sufrir de acrofobia. - se froto las manos ansioso.

 –sí,  me encargare de que este día se el peor de todos para ti mu, y  de que nada, absolutamente nada, suceda entre ustedes. –  decía Camus mientras volvía a mirar por los binoculares y disfrutaba a la distancia la cómica escena donde mu no paraba de jalonear a milo e intentara  desesperado  bajar a toda costa.

 

…….una hora después….

-quien iba a decir que se tardarían una hora en traer a esa grúa. – milo hablaba algo cansado mientras se sobaba los moretones que tenía gracias a que mu me apretara los hombros con tal desmedida fuerza.

-después de tal aventura, supongo que tienes hambre, - dijo milo mirándolo de reojo, mu no respondió solo trataba de calmarse luego de tal susto.

Milo vio un carrito  de helados, el cual había aparecido convenientemente, sonrió. - ya regreso mu,  no te vayas a mover. – le dijo alegre milo mientras iba hacia ese carrito de helados.

Mu apenas y se recuperaba del susto, aun temblaba y lo blanco de su piel aún no había desaparecido. Respiro hondo antes de ponerse a pensar como rayos fue que termino metido en algo así.

-por qué a mí…- mu solo quería regresar a su seguro y pacifico templo. Pero al parecer  milo aún tenía ganas de “divertirse” en esa feria.

Suspiro  ya algo calmado,  mientras miraba en dirección a milo, quien feliz compraba los helados,  hasta que otra figura muy curiosa llamo su atención.

-¿Aioria? – mu lo miro intrigado al ver como este pretendía esconderse en un bote de basura.

-mu.- Aioria  miro hacia los lados y al no haber rastro de Shaka,  se acercó a él con cautela.

-¡mu tienes que ayudarme! – Aioria lo agarro de los hombros desesperado mu solo lo miraba atónito.

-¿en qué?-

-tu puedes tele trasportarme a África.-

-¿África?- mu lo miraba incrédulo.

-siiii, solo ahí Shaka no me encontraría. Puedes hacerlo, puedes– lo agito de los hombros insistente y descuidadamente.

-Pero…-

-¡te lo suplico mu! – Grito agitándolo con mayor vehemencia- ¡Shaka esta como loco! si me encuentra es capaz de de…. – entonces sintió un agarre en su hombro, Aioria palideció de repente.

-no por favor, perdóname, te juro que no vuelvo a tocar tus sagradas pertenecías pero no me…-suplicaba de rodillas, hasta que se dio cuenta de quién era al que le estaba suplicando de manera tan dramática.

-¿milo?- dijo al ver al escorpión parado en frente de el con expresión de pocos amigos.

-con que queriéndome hacer la competencia. – milo lo miraba  furioso mientras estrujaba los helados entre sus manos. – yo llegue primero, así que más te vale alejarte gato aprovechado. –

-no sé de qué hablas milo, si yo solo quiero que mu…- Aioria abrió los ojos de repente al ver a Shaka muy cerca. – ¡demonios, como rayos me encuentra! – busco con la mirada algún lugar para resguardarse.

- por favor, si les pregunta,  no  vayan a decirle a Shaka que me vieron. – dijo desesperado para luego correr  y adentrarse a la casa de los espejos.

-qué raro. – mu solo miraba la escena muy extrañado. Mientras lo veía ingresar a toda velocidad a dicha atracción.

Giro su vista al sentir  la presencia de Shaka cerca de ellos.

-hola Shaka.- mu sonrió al verlo, si, Shaka podría ser la única persona cuerda en el santuario de eso estaba seguro ¿o no?

-¿dónde está Aioria? – pregunto frio y serio Shaka mirando a milo y a mu.

-¡respondan! – Shaka ya estaba perdiendo la paciencia que poseía y eso ya era decir mucho.

-bueno no no…-mu no podía creer que Shaka se comportara así.

-sé que paso por aquí, puedo percibir su aroma. –dijo mirándolos detenidamente. - me van a decir donde está por las buenas o tendré que mandarlos al tercer infierno. – los amenazo.

-calmado  rubio, que el león de Nema se encuentra en ese lugar. – milo señalo la casa de los espejos.

-más te vale que estés diciendo la verdad.- entonces Shaka se dirigió a paso rápido hacia ese sitio.

Milo solo esbozo una sonrisa, “eso te pasa por querer meterte entre mí y el corderito, no dejare que nadie se acerque a él” – pensaba milo mientras sonreía de manera malévola

Mu no podía creer lo que acababa de ver, Shaka, ese era el pacifico, tranquilo y para nada violento caballero de virgo.

-seguro este es un sueño, si, todavía debo de estar agonizando por lo de la rosas ¿cierto? – milo no le prestó atención solo le tendió a mu su helado, bueno una parte de él, ya que la mayoría había caído al suelo.

-ten mu, uno de chocolate como te gustan. – decía milo mientras se comía su helado hambriento. Mu estaba por decirle que él prefería la vainilla a el chocolate, pero él  no era descortés. Si, Shion lo instruyo con mucho rigor y recordar sus días de entrenamiento era lo más traumatizante.

-este helado sabe raro. – hablo mu  mirando su helado extrañado, antes de sentir una dolor punzante en su estómago, el mismo dolor que minutos después lo hiso correr en busca de un baño.

Más halla…

-espero te guste el laxante Mu jajajaja. – Camus reía demencialmente. - (^o^)

-señor meda una helado de chocolate. – dejo de reír y se detuvo a ver al pequeño niño que lo miraba con una tierna e inocente sonrisa.

-NO, se terminaros. – respondió serio y frio antes de vaciar los helados al contenedor de basura. Para luego quitarse un gorro, delantal y un bigote muy falso, si, milo siempre ha sido fácil de engañar. Por eso no lo reconoció.

e este mas o menos era el panorama, Mu  corría rápidamente en dirección al baño, milo lo seguía de cerca muy confundido y Camus solo sonreía satisfecho.

 

CASA DE LOS ESPEJOS

 

Aioria ingreso como loco a ese lugar mirando hacia los lados.

-creo que aquí no va a encontrarme. – hecho un suspiro he intento relajarse.  Pero tan pronto vio en uno de los espejos cercanos el reflejo de Shaka, toda su tranquilidad había desaparecido.

-¡Aioria, se me está acabando la paciencia, así que mejor sal de donde quiera que estés! – grito algo molesto y mirando los espejos en busca del león. – vamos Aioria solo quiero que hablemos y que juntos solucionemos nuestras diferencias. -

-no puede ser, maldita sea- pensó Aioria mientras retrocedía  hasta chocar con un espejo.

-tu sabes que soy paciente y pacifista, es más, hasta ahora he tenido toda la paciencia posible, pero te juro que  si no sales hasta contar 3  vas a conocer un lado de mí que no quería dar a la luz. – Shaka sonaba serio y molesto, pero Aioria ni loco dejaría su refugio.

-uno… – comenzó su conteo mirando a los alrededores. – dos…-comenzó a elevar su cosmos haciendo vibrar los espejos, las personas que permanecían en esa atracción salieran despavoridos del lugar. – y…tres…- termino. -  no me dejaste otra opción, Aioria. – entonces Shaka concentro su cosmos y como si nada comenzó a destrozar los espejos uno por uno haciendo que  pedazos de vidrio volaran por los aires estrepitosamente, quedando solo un espejo intacto,  el cual por ciento, tenía a Aioria escondido.

Sonrió y lentamente se acercó al espejo. – dime si quieres seguir jugando, Aioria. – le dijo al oído. – porque yo ya me canse. –

Aioria abrió los ojos lentamente solo para encontrarse con el rostro de Shaka a unos metros de distancia del suyo,.  – hola Shaka…que se te ofrece. – Aioria intento mostrarle la mejor de sus sonrisas, pero Shaka se veía muy molesto y esta vez parecía no haber escapatoria. Ahora si ambos “solucionarían” sus diferencias.

 

EN OTRO LUGAR.

 

-¿Está seguro de lo que me pide señor? – le pregunto ese hombre muy confundido y asombrado, en tanto no dejaba de mirarlo de pies a cabeza.

-por enésima vez, siiiii, - respondió Aldebarán algo cansado y molesto por su desconfianza. - quiero que me tiña el cabello de color plomo con rayitas azules y amarillas, me ponga pircings en ambas orejas así como en mi labio  inferior, además quiero un  tatuaje de dragón marino en toda  mi espalda, un símbolo de serpiente en mi brazo izquierdo, el nombre de Kanon en mi pecho con un corazón bordeado,  el símbolo de géminis en el cuello, y este rostro en mi hombro derecho.-rápidamente  alde saco la foto de Kanon para entregársela al señor, foto, que saga le dio.

-¿seguro? porque además de estar adolorido por un mes, le va  a salir un ojo de la cara. –dijo en hombre que lo miraba muy asombrado y con pesar.- no preferiría solo un corte de pelo. -

- se lo dije antes y lo repito, no importa lo que este cambio de look implique estoy dispuesto a soportarlo todo. – respondió Aldebarán seguro, para luego. - hare  lo que sea, con tal de tener a mi gemelito adorado  a mi lado. – pensaba Aldebarán echando un suspiro.

 El hombre solo le hecho una última mirada a Aldebarán, dio  un hondo suspiro al mismo tiempo en el que le indicaba a Aldebarán a que tomo siento.   Mientras el preparaba los instrumentos que necesitaba  para comenzar con su arduo y extenuante labor.

 

TEMPLO DE PISCIS

 

-estoy esperando una respuesta. – afrodita les mostraba a las dos personas paradas en frente de él, un mechón de su  precioso cabello. – ¿ustedes saben quién fue el  demente que se atrevió a cortar mi precioso cabello? – los fulminaba con la mirada, mientras ambos caballeros solo miraban en diferentes direcciones evitando su fiera mirada.

-¡respondan! – grito ya exasperado.

-vamos afrodita tu sabes que solo un caballero  de la orden dorada tiene fama de cortar las cosas con tan solo tocarlas. – Death se adelantó a hablar mientras señalaba con la mirada a Shura.

-¡que! – Shura  lo confronto. –maldito cobarde, no me eches la culpa solo a mí,  tú también admite  tus errores. – Le amenazo sosteniéndole de la camisa.

-mis errores, si yo fui testigo de cómo tú le cortabas a afrodita su preciosa cabellera. – dijo soltándose del agarre de Shura y acercándose a afrodita. – si afrodita, fíjate que él estaba ahí en tu recamara intentando cortarte el cabello, obviamente yo trate detenerlo pero él me agredió, si hasta me corto con las tijeras, mira. – dijo afligido mostrándole una cortada en su brazo derecho.

-maldito chismoso, difamador de primera. – Shura se le acerco mirándolo desafiante. – tú también querías cortarle el cabello, así que no te hagas la victima porque te juro que….-

-siiii, pero yo solo le iba a cortar un pequeño mechón de pelo, para pegarlo en mi álbum de preciosos recuerdos. – le dijo con mirada inocente Death a afrodita quien no podía creer lo que escuchaba.

- así, pues eso ve a decírselo a tu abuela, cangrejo mentiroso, si tú fuiste el idiota descuidado que le corto la mayor parte del cabello, además de destrozar toda su habitación. –le dijo a la cara Death solo negaba con la cabeza.

–ya que tú, cobarde de primera, no quieres admitir tu culpa, por lo menos  espero seas lo sufrientemente hombre como para cumplir tu palabra. – tanto Death como afrodita lo miraron intrigados.  Shura solo le sonrió a Death triunfante. – así es mi querido cangrejo,  ya que yo conseguí cortarle el mechón de pelo a afrodita  primero, es hora de que tú te hagas a un lado. – entonces Shura empujo a Death para alejarlo de afrodita.

-así,  pues fíjate que eso no me importa, porque yo tengo más cabello que tu.- lo confronto Death mostrándole un gran pedazo del cabello de afrodita. Este solo mantenía la boca abierta al ver su cabello. -  así que eso me hace más ganador que tú. – Shura solo enfureció más ante sus palabras.

-¡jamás quedamos en que el que tenga más cabello ganaría!- grito furioso y exasperado. -  solo quedamos en que el primero  en conseguir   el mechón de pelo de afrodita, se quedaba con él, y ese soy yo. – Shura le mostro su pedazo de cabello furioso.

-pero aun así, yo tengo más cabello, así que  me vale lo que tú digas, yo  no me alejare de afrodita. – le dijo cínico.

-ya decía yo que lo mejor hubiera sido hacer un contrato legal, firmado con tu sangre. Si    con ratas como tú no se puede hacer tratos de palabra. – hablo Shura furioso.

-pues en eso debiste de haber pensado antes  tonta e ingenua cabra jajajjaa.- Death se reía libremente en su cara Shura solo enfurecía más y más.

-pues ahora mismo hare que cumplas con tu palabra. - Shura lo sostuvo de la camisa intimidante.

- a ver, oblígame. – ambos se miraron asesinamente,  comenzando una situación sin fin donde insultos y golpes llovían sin parar.

Afrodita, tan solo permanecía callado, atónito por todo lo que había escuchado y viendo  esa lucha sin sentido,  para ver quién era el que se “quedaría” con él. 

-esto no tiene sentido. – hablo de repente mientras retrocedía una par de pasos y pasando su mano por su cabello. – Ellos jamás antes me habían prestado ni un poco de  atención y ahora….ahora se pelean de esa manera para ver quién se queda conmigo, además…- se tocó con pesar su cabello. – Se atrevieron a cortar mi precioso cabello, - negó con la cabeza. - no…esto no puede ser real…. –afrodita salió corriendo antes de que el par de locos se diera cuenta de su presencia nuevamente.

 Corrió rápidamente hacia su templo para luego encerrarse en su recamara. Ya que  Primero que nada necesitaba arreglar el desperfecto de su apariencia, hacerse un corte de cabello con el que quedara satisfecho luego de que esos caballeros le dejaran el cabello tan des alineado y según el  horrible.  Luego de eso, buscaría la solución a su problema, tal vez encerrar  a ambos caballeros en un manicomio para siempre sería la solución, o no?????

 

TEMPLO DE GÉMINIS.

 

-bueno, he estado todo el mendigo día fuera del santuario, tan solo para no toparme con ese toro. – sonrió para sí mismo Kanon mirando a los alrededores antes de ingresar a su templo. – sí que sirvió, pues  no lo he visto para nada,. – hecho un hondo suspiro, aliviado. – siiii… yo creo que ya se le paso lo loco o lo que sea que tuviera. – entro a su templo y  como ya era de noche todo estaba oscuro.

-maldita sea. – farfulló molesto mientras apretaba insistentemente el interruptor para que las luces se prendieran, pero nada, todo seguía  a oscuras. – estúpido saga, seguramente él fue el torpe que estropeo esta porquería de chuich. –camino con cuidado para no tropezar con nada, aunque ya se sabía de memoria donde estaban situados los muebles. Busco otra fuente de iluminación, así que fue en busca de una antorcha.

-no, no, no .- sacaba con desesperación los objetos que había en un baúl donde  ponían las  cosas que ya no usaban.

 – al fin. – cogió la antorcha para luego ir a la cocina e ir por un cerillo. Cosa que le fue más difícil de hallar, pues siempre lo dejaban en lugares distintos.

-Sin luz no puedo ver nada, aghhhh-maldijo numerosas veces e hiso añicos muchas cosas de cristal ], hasta que después de 15 minutos por fin logro dar con la dichosa caja de fósforos.

Encendió un cerrillo para luego prender la antorcha. – bueno, ahora a ver el desperfecto. – camino unos cuantos pasos hasta que escucho un ruido en la sala. – pero que rayos…- lentamente se acercó a ver qué pasaba.

– ¿saga? –pregunto mientras se acercaba lentamente hacia la sala. – responde me idiota, o que ya te volviste mudo. – Kanon alumbraba por todas partes pero solo parecía estar él.

-si es el estúpido gato de Aioria ahora si me lo quedo.-  hablo molesto mientras se acercaba hacia el sofá en busca de algo, pero no había nada.

-Kanon….- de repente escucho esa voz llamando su nombre, un escalofrió le recorrió el cuerpo, trago grueso y esta vez agarro un palo para defenderse.

-¿qui…quien rayos anda ahí?  – pregunto entre molesto y asustado sin dejar de alumbrar a los alrededores.

Escucho unos pasos cerca de él, eso lo hiso retroceder hasta chocar contra lo que creía era una pared.

Kanon sintió un resoplido en su detrás, toco   lo que tenía  en su detrás y más que haber  una pared tras de el parecía haber un monumento.

Lentamente se dio la vuelta, para ver lo que tenía detrás.

-hola Kanon. –saludo feliz Aldebarán son una mano.

Kanon no podía describir que era lo que tenía en frente a la luz de la antorcha, solo retrocedió una par de pasos para ver de pies a cabeza al ser que tenía en frente. Un hombre alto, corpulento, tatuado por muchas partes, con aretes de oro, el cabello plomo y un peinado extravagante, además la ropa que vestía intimidaría a cualquiera que lo viera. Ya fue así que ante tal presencia, no hiso otra cosa más que desmayarse de la  impresión.

-¿Kanon? – Aldebarán lo miro confundido tras verlo tendido en el suelo. – le gustó tanto que se desmayó de la alegría. – hablo feliz e ilusionado, para  luego llevar al gemelo a un sofá y recostarlo. Quedándose cerca de el a admirarlo y cuidarlo hasta que este despertara.

 

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HAWÁI

-Bonito lugar para pasar nuestro retiro, no lo crees Shion? – pregunto Doko mientras miraba asombrado el hermoso y lujoso hotel donde se hospedarían.

-No es tan bonito como tu…-

-Eso sí. – Respondió Doko mirándose en un espejo.- Pero bueno, cuando van a atendernos aquí. Doko comenzó a apretar el botón de servicio de manera insistente.

-¡Servicio, servicio! - grito hasta que un joven salió a atenderlos.

-Si señores, que desean. – pregunto sonriente el joven recepcionista del hotel.

-Queremos la suite presidencia por favor. – hablo Doko sin dejar de sorber su jugo de coco.

-Lo siento señores, pero la suite presidencia esta ocupara, es más, ahora no tenemos habitaciones disponibles más que la suite matrimonial. – tanto Shion como Doko abrieron los ojos en grande.

-¡Cómo! – Doko se quitó los lentes de sol que portaba. – a usted le parece una broma. Dije que quiero la suite presidencial y la quiero ahora. – exigió  golpeando la mesa.

-Señor co…comprenda estamos saturados, no…no tenemos más cuartos y…

-En mis tiempos no se apreciaba tal ineptitud e ineficacia por parte de los trabajadores. –lo sostuvo de la camisa para confrontarlo cara a cara.

-Donde que do eso de, el cliente siempre tiene la razón,-afianzo su agarre. – así que  jovencito no sé cómo le vas a hacer pero a mí me das la suite presidencial. – dijo en tono intimidante y sin dejar de apretar su camisa.

-Pe…pero…se…señor…- el joven se veía sumamente aterrado.

-Calmado Doko. – Shion intervino antes de que el pobre empleado terminara asfixiado. – No creo que sea tan malo compartir ese cuarto, ¿o sí?- lo miro de reojo, Doko solo se cruzó de brazos desviando su mirada.

-No, para nada, si a mí me gusta compartir, si todo lo compartía con shyru y sunrey cuando vivíamos en una pequeña cabaña de madera, halla en los cinco picos. Es solo  que me molesta  que me contradigan,- miro al joven en frente suyo. -  aquí se hace lo que yo diga que para eso traje mis armas de oro a modo de garantía. –soltó sin querer, Shion lo miro asombrado.

-¿Qué? Athena  no dijo que no podíamos empeñarlas armas   a cambio de dinero, además Zeus solo nos pidió las armaduras no las armas. –trato de excusase. - Yo no le iba a dar mis queridas armas a un dios que ni conozco, no, y menos sabiendo que puedo sacarle provecho, además ya no hay necesidad de usarlas pues estamos en paz…y…y…-

-tranquilo Doko, que no necesitas empreñar tus preciosas armas de oro,  para algo yo  traje la tarjeta del santuario, -Shion le mostro una tarjeta dorada. - aquí está todo el dinero del santuario y podemos disponer de el cómo queramos. – le sonrió guiñándole un ojo.

-Vaya mi querido y viejo amigo, ahora si estamos conectado jajajaja ya era hora de que te dieras cuenta y te dignaras a vivir la buena vida. – Doko le quito la tarjeta a Shion y la miraba asombrado.

-Bueno…entonces  nos quedamos con la suite matrimonial, aquí tiene mi tarjeta.- dijo Doko tendiéndole la tarjeta al joven recepcionista, este acepto la tarjeta tembloroso para luego registrarlos.

-listo señores, eso es to…todo, aquí tienen la llave. – el joven,  aun temblando,  le tendió la llave de la habitación a Doko

-bien, Y más le vale que tenga vista a la playa. Porque si no…-

-Ya, ya Doko vamos.-Shion  se lo llevo de una mano, Doko le lanzo una última mirada al joven antes de alejarse.

Así, ambos caballeros se dirigían a su recamara, la suite matrimonial.  Shion se veía contento y entusiasmado como nunca antes,  ya que el solo hecho de compartir una habitación como esa con Doko le abría  un montos de posibilidades para un  acercamiento siiiii, y claro, como Doko es tan despistado y solo le interesa disfrutar de la vida, le sería difícil  darse cuenta de que  las intenciones de su amigo  no eran precisamente disfrutar de un retiro digno.

 

TEMPLO DE ATHENA

-bien creo que esto es suficiente. – dijo Athena satisfecha mientras observaba el enorme letrero que puso  en la entrada de su recamara, que decía:

“ME VOY DE VIAJE POR RAZONES DE SALUD, ASÍ QUE PUEDEN DISPONER DEL SANTUARIO COMO LES DÉ LA GANA, ATTE.: SU AMADA DIOSA ATHENA QUIEN LES DESEA LO MEJOR,  CHAU, CHAU, BESOS Y ABRAZOS.

POSDATA: SHION Y DOKO SE HAN IDO DEL SANTUARIO ASÍ QUE AHORA VAN POR SU CUENTA, SUERTE.

- bueno… yo creo que con eso ya está solucionado mi problema, -Athena se desempolvaba las manos. - ellos no sabrán que fui yo, nadie se los dirá y todo el mundo en paz. – Athena estaba por poner un pie fuera de su templo  hasta que…

-señorita Saori – Tadsumi de repente entro en su templo desesperado.

-Tadsumi, pero que haces aquí, si te ordene   administrar  mis empresas. – pregunto Athena molesta.

-ese es el problema, sus empresas ya no existen, todo está ahora a nombre de un tal Eros, y es más su mansión…

-¡mi mansión, que le paso a mi mansión! – Athena pregunto asustada.

-ya que ahora está en manos de ese hombre, no tiene ni idea de los cambio que realizo….si hay corazones y cupiditos por todo lados. y como los caballeros de bronce se niegan a dejar la mansión ahora son empleados del dios  Eros y trabajan para él, es más, me dijeron que le dijera que como el si les piensa dar un sueldo, su jubilación y muchos beneficios más pues mejor le sirven a ese dios  que a una diosa ingrata a la que a cada rato secuestran, ósea usted. – dijo Tadsumi dramáticamente, Athena no podía creer lo que oía.

-pero y Seiya, él es mi fiel lacayo. El  Moriría por mí. –

-pero si fue él fue quien me dijo que le dijera todo eso además de otras cosas muy groseras que no se las digo  por respeto. –

-mendigo buro con alas, ya se revelo, - Athena golpeo sus puños. -  haaa, pero esta me la pagas Eros, - Athena endureció su mirada. – una cosa es que te quedes con mis terrenos y mis empresas, de manera legítima, pero a mis sirvientes, no,  esos me pertenecen a mí. – se puso a pensar que hacer ya que ahora no tenía nada más que ese santuario y a sus caballeros dorados…

- ¡eso es! – exclamo. - El único culpable de todo este desastre  es Eros…–se froto las manos de manera maliciosa. – Así que, él va a ser quien  responda por sus errores siiiii  Eros tendrá que vérselas  con la furia de mis caballeros dorados cuando les diga que todo este lio es su culpa jjajajajajaja. - comenzó a reír maléficamente, Tadsumi no comprendía nada, así que solo atino a retroceder una par de pasos por seguridad.

-solo me queda esperar a  que mis despistados e ingenuos caballeros se den cuenta de que es lo que pasa realmente. – Athena más tranquila volvía a ingresar a su recamara.  Mientras le ordenaba a Tadsumi que retirara el enorme cartel que había colocado en la entrada de su recamara.

 

 

….continuara!!!

Notas finales:

 

Me he leído todos sus comentarios y en verdad me alegra saber que les gusta mi fic, espero lo sigan hasta el final.

(^O^)/  HASTA LA OTRAAAA!!


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