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L0SER por MarLe514

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Notas del capitulo:

Muchas gracias por el grato recibimiento ^3^

 

Enjoy~

—Uhhh… — Fue lo primero que pudo auricular. La poca luz del exterior se colaba por su ventana. Primero abrió un ojo y luego los dos, parpadeando pesadamente.

Bostezó cansado, aun boca abajo contra su colchón.

« ¿Qué… diablos…?»

Y por fin recordó. Las imágenes fueron como un muro de concreto estallando contra su rostro.

Saltó de la cama automáticamente, camino al baño. Pero sus piernas de gelatina flaquearon vertiginosamente y cayó al suelo con un estrepitoso golpe.

Aulló de dolor, retorciéndose en el suelo como una alpaca herida. Sus piernas estaban entumecidas.

— ¡Ah! — Sintió terror genuino recorrerlo. No podía moverlas.

Oyó pisadas fuertes subir las escaleras, y el golpe de la puerta.

—Bebé. ¿Estás bien? Te oí gritar. — La voz preocupada de su madre le advirtió.

— ¡No! ¡No entres! — Elevó actoralmente los brazos en dirección a la puerta, pero gracias al cielo, estaba trabada.  —Joder… Además de hipocondríaco, tetrapléjico…— Susurró para sí mismo, aferrándose a las sabanas. —Mamá va a matarme.

La mujer agitó la perilla con más esmero.

— ¿Por qué está cerrado? ¡Déjame entrar!

— ¡Mamá! Deja de tratarme como un niño… Necesito privacidad. — Se quejó.

—Estabas gritando, ¿qué paso?

Intentaba ponerse de pie, pero era doloroso. En el trayecto identificó sus gafas y se las colocó a tientas. Sin ellas veía poco menos que un topo.

«Mierda…»

—Linconh… Se escapó de su jaula, pero descuida. Ya, ya lo encontré.

—Agh. ¿Cuándo vas a desacerté de esa cosa? — Farfulló la mujer tras la puerta, con una mueca de repulsión.

—Es un ejemplar, tarántula del norte. Y no digas esas cosas, o dañaras sus sentimientos. Señora insensible.

Cuando consiguió pararse, se apoyó en el buró de su cama y ajustó las sabanas posesivamente contra su pecho. Se hallaba completamente desnudo, incluso pegajoso.

— ¡Vale, vale! Tarántula del norte o lo que sea. Te necesito abajo en 15 minutos. El desayuno se enfría. — Y solo con ello la oyó alejarse.

En ese momento la calma volvió a su cuerpo. No le gustaba ocultarle ese tipo de cosas a su madre… pero, jamás podría decírselo. Aun podía sentir el cosquilleo de la culpa.

Resoplo su cerquillo.

—Por supuesto. — Se miró en su espejo de cuerpo completo y una sonrisa se extendió sobre sus labios. — ¡Adiós, virginidad!

Rio tontamente y se arrastró hacia su baño.

 

Intentó ducharse lo más delicado posible, aun le dolían los muslos. Llevó su mano completamente avergonzado hacia su ano y limpio lo mejor que pudo. Lavó su cabello grasoso por el sudor y sus hendiduras.

¿Con qué iría hoy…?

¿Qué destello de moda luciría?

Revisaba su guarda ropa, en la que colgaban jeans clásicos todos idénticos el uno del otro, escogió uno al azar y se ponchó una playera blanca con mangas de color verde. Ató sus converse desgastadas fuertemente con un lazo y suspiró.

Camino hasta su tarántula y la alimento. No sin antes darle su habitual “buenos días, bebe.”

Un nuevo día había empezado y no deseaba nada fuera de lo común –por supuesto, “común” en su vida nada común-, ya había tenido suficiente de todo.

De seguro su madre habría discutido con Kris por la fiesta de anoche. Hasta se lo imagino:

— ¡Kris! ¿Dónde está el jarrón de tu abuela?

—Es solo un jarrón. Te compraré uno.

— ¡Estaban las cenizas de la abuela!

—Deja de exagerar.

Bufo.

Tenía que ordenar su habitación y abrir las ventanas. Si su madre se enteraba de que su pichoncito… ¡sí! Así le decía su madre, había hecho cosas de adultos de seguro tendría que asistir a alguna reunión de sexo seguro o “El camino hacia el señor por Kim Hung Hye.”

Quito las sabanas y las lanzó al cesto, en ese momento algo cayó al suelo. Se agachó mirando bajo su cama y encontró un colgante. Cuando lo tomó entre sus dedos los flashes de la noche anterior lo llenaron.

—Esto…

—Byun BaekHyun, tienes 3 minutos para bajar…. ¡O subiré por ti! — Amenazó aterradoramente su madre.

 

El castaño se levantó de un salto y se colocó el collar, metiéndolo dentro de su camiseta.

Camino despacio con un dolor “mortal” escaleras abajo y se encontró con la casa pulcra y ordenada. Solo había una respuesta lógica para eso.

“Mamá”

Probó las tostadas y sorbió el jugo, cuando vio a Kris caminar hasta la puerta agitando una mano, despidiéndose de su madre.

Baek se atraganto y tuvo que golpear su pecho tres veces.

— ¡Hey! ¡Kri—Kris! ¡Espérame! — Dio otro sorbo a su jugo intentando tragar más rápido, pero el maldito le sonrió de lado cuando dio un portazo. — ¡Mamá! Me dejó otra vez.

«Simio entrenado»

Apretó los dientes y se levantó de la mesa, pero una brutal mano lo volvió a sentar.

—Ha, ha. — Negó con su índice, teniendo un aspecto sombrío. —Te acabas el desayuno.

El castaño viró los ojos escuchando el motor de la moto de su hermano rugir antes de marcharse.

Comió rápidamente, inflando sus mejillas. Solo cuando dejo limpio el servicio, la mujer lo dejo ir.

—Ahora voy tarde… — Se quejó, colgando su maleta sobre su hombro apresuradamente. — Adiós, mamá.

—Baek, cariño… ¿Por qué estas caminando tan raro, hijo? — Le dijo, mirándolo desde atrás.

El castaño enrojeció y se giró cubriendo su trasero con sus manos.

—E—E—es solo un calambre… los músculos se estiran. Ya sabes, la pubertad y eso… ¡Bueno, adiós mamá! — Y así fue como salió de casa, dejando a su madre confundida.

Ajustó las correas de su mochila y negó mientras caminaba hacia la parada de autobús.

Pero el jodido carro, ya llevaba tres calles de distancia. Mierda, lo había perdido.

Tendría que correr… Con el dolor de culo encima.

« ¿Acaso maté al presidente en mi vida pasada?»

 

Cuando llegó a la escuela, cayó de rodillas sobre el césped recién cortado, sus cabellos estaban sudorosos y le faltaba el aire. Saco su inhalador del bolsillo trasero y absorbió el aire del aparato. Joder, un grupo de malotes lo persiguió y piso popo de pitbull.

Cuando recobró el aliento se levantó y sacudió su ropa. Debía verse terrible.

Paso al lado de un Jeep rojo con lunas polarizadas, que estaba estacionado en la entrada y aprovechó ese instante para acomodarse la ropa con el reflejo del auto. Hizo lo que pudo con su cabello y saco su pañuelo para quitarse el sudor, hasta que…

Un chiflido de camionero y un grito inconfundible, lo dejo en blanco. — ¡Sería sol para darte todo el día, bebé!

«Estoy… acabado»

Pensó tristemente.

Más risas se escucharon desde dentro del Jeep.

Y las lunas bajaron dejando ver al grupo de simios dentro.

Kai le sonreía con picardía y sorna, L parecía intentar no reír, le resultaba difícil pero pudo ocultar la risita contar su puño y Chanyeol que era el conductor sonreía levemente.

Sus mejillas se tiñeron de rojo. Los amigos de su hermano.

Los simios entrenados.

¡Dios! Si el gobierno tenía que experimentar con personas ¿Por qué las dejaron libres?

El de risos, Chanyeol, abrió la boca para arreglar la bochornosa situación pero BaekHyun solo apretó los labios y se fue echando humos.

— ¡Oh, vamos! ¿Termino la pasarela, bombón? — Preguntó en tono fuerte y divertido, Kai.

—Ya, déjalo.

 

— ¡¿Qué tan asquerosa podría ser mi existencia ahora?! — Le preguntó a la entidad divina que se divertía haciéndole la vida cuadritos.

Entro abriendo las puertas de par en par, aun furioso. Pisando fuerte como un soldado camino hasta su loquer. Pero en medio de su recorrido se distrajo con la espantosa imagen de su hermano “intentando ser romántico” con Brett.

Y por supuesto recibió una respuesta.

Diccionario de especímenes raros y odiosos:

Brett: Proviene del término “Zorra egoísta y fría.” Que lamentablemente dirige al club de porristas, además de ser bella y ególatra al punto del narcisismo, es la novia actual de su hermano, al cual prefiere llamar cariñosamente: “simio N°1” Engatusadora y arpía de nacimiento, logrando irremediablemente enamorar al bueno para nada de su manipulable hermano.  

Pero no lo culpaba, juntos completaban un cerebro.

Kris parecía convencerla para ir a una cita, y por supuesto “Lady Di” se negaba como una niña consentida. Pero aquello se acabó cuando vio a Baekhyun. Tomo desprevenidamente el cuello de su hermano y le planto un beso.

Lo más intimidante fue cuando ella de pronto conecto sus ojos negro oscuro con los suyos.  

—Eww…— El castaño arrugó el rostro en una expresión de asco. Rayos, eso le provocaría pesadillas el resto de su vida.

Definitivamente ella tenía algo en contra de él. Era algo como… ¿odio puro y oscuro?

 

Baekhyun desvió la vista, justo antes de mostrar su dedo medio. Pero cuando fijo sus ojos al frente se dio de lleno contra la puertilla de un loquer y por si fuera poco dos libros cayeron sobre él.

Mierda. Dos pesados libros.

— ¡Oh Dios! ¿Estás bien?

Escuchó a la lejanía.

¡¿Cómo carajos podría estar bien, después de eso?!

No quería levantarse.

Se sentía K.O.

Pero una suave mano acaricio su mejilla y luego la palmeo.

Abrió un ojo fijándose y se encontró con unos ojos negros inquisidores.

— ¿Te encuentras bien? — Preguntó lentamente.

Baek perdió el aliento en ese momento.

Era. Muy. Guapo.

De pronto se sentó, recobrando milagrosamente la compostura, incluso peino su cabello.

— ¡Por supuesto! ¿Qué te hace creer que no? — Contesto con una sonrisa aun en el suelo.

El chico rio. ¡El sonrió!

—Te estrellaste contra mi loquer. Además, cayeron dos libros sobre tu cabeza. — Le recordó.

Baek se sonrojo. — ¿Lo—Lo lamento?

—Ahora te disculpas… Vaya. ¿Estás seguro que no tienes una contusión? — Esta vez parecía entre divertido y preocupado. Y picoteo con su dedo el moratón rojo en su frente.

Se quedó callado mirándolo, pero asintió.

El nuevo personaje se levantó y le tendió la mano, la cual no dudo en tomar.

— ¿Eres… eres nuevo en la escuela? No te había visto antes…— Comentó bajo, Baekhyun.

El chico sonrió por segunda vez. —Sí, de hecho llegue a la cuidad hace unas semanas.

— ¡Lo sabía! — Lo dijo tan rápido que no pudo detener las palabras fluir de su boca.

Una risa divertida por parte del otro chico lo hizo encogerse en su sitio.

—Digo… si te hubiera visto antes, no olvidaría tu rostro… ¡No! no me malinterpretes, no es como si fueras diferente del resto. ¡Ah! Tampoco quiero decir que seas como los demás… mierda.

—Hahahaha. Eres realmente divertido. Soy Issac… ¿en serio no quieres que la enfermera revise eso? — Apunto su chichón.

—No hay problema. Si quieres puedo decir el abecedario al revés. — Le aseguro. Dirigió su vista a los libros que cargada Issac y noto la portada: “Fotografía y síntesis” — ¿Eso…?

— ¡Oh! Estoy en el club de fotografía…

— ¡¿Existe tal club?! — Nuevamente la diarrea verbal. —Esto… yo no lo sabía.

El timbre sonó indicando el inicio de las clases.

— ¡Claro! Puedes echarle un vistazo, estamos en la sala de biología. — Le sonrió encantador. — Bueno debo ir a clases… ¿Nos vemos luego?

—Ya lo creo.

Issac elevó su índice y tocó ligeramente el chichón.

Baek contuvo su respiración. ¿Era él o estaban muy cerca?

Arrastró sus ojos negros sobre los de Baek.

—Adiós, Baekhyun. — Y sin más se marchó desapareciendo por los corredores.

Espera… ¿Cuándo le dijo su nombre?

Sacudió la cabeza recordando que debía ir a clases, camino hasta su casillero y guardo sus libros sacando sus apuntes.

De alguna forma su día parecía mejorar. Se encogió de hombros y corrió hasta su próxima clase.

Solo esperaba ansioso la hora de salida.

 

 

¿Cuál sería el resumen adecuado para su día?

¡Oh! Claro.

Su profesor de Historia escupió tres veces sobre sus gafas, siempre le tocaban los asientos delanteros ya que todos conocían la puntería del maestro Lee.

¿Qué más?

Descubrieron a su compañero de banco viendo porno en la sala de audiovisuales y termino asumiendo la culpa, ya que era su portátil.

Además de ser culpado de proxeneta, nada más pudo arruinar su día. Solo deseaba volver a casa y comer sus ositos de goma. Era del tipo que comía dos al mismo tiempo para que por lo menos mueran acompañados.

Alistó sus cosas a la velocidad de la luz, se despidió de su amigo con un ademán y este ni siquiera le devolvió la mirada.

Puto.

Llegó con las justas al estacionamiento, y encontró a Kris alistándose para irse.

— ¡Eh! ¡Aquí estoy! — Agitó sus brazos en el aire.

Y Kris viró los ojos colocándose el casco.

Cuando llegó, el rubio le tendió de mala gana el otro casco.

— ¿Acaso ibas a dejarme? — Se quejó, subiendo. —Aun no te perdono por lo de la mañana.

—Puedo vivir con eso. — Y sin más aceleró, con destino a su hogar.

En el camino Baek se acomodó en la espalda de Kris, había algo que se seguía removiendo en su estómago. No había podido evitar mirar el colgante cada vez que recordaba la noche anterior.

« ¿Quién? ¿Quién? ¿Quién? ¿Es de la escuela…?»

«En serio… voy a descubrir quién eres.»

Agarró con su mano el collar, y por ello casi cae hacia atrás.

Escucho los pitidos de los claxon y la moto se tambaleo.

— ¡Mierda, Baek! Agárrate, con un carajo.

Y el castaño apretó los ojos aferrándose a la espalda de su hermano.

Notas finales:

Jujujujuju

La cosa se pone interesante(? xd

Sabes que me hacen feliz~

 

Las amolo.


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