Del otro lado, estaba un chico de pelo tricolor de ojos carmín, con algunos raspones en la rodilla y codos por la caída que tuvo en el incidente, su igual, no reaccionaba, estaba perdido y se sentía culpable por eso, pudo evitar ese accidente pero no reaccionó como debía; De pronto, Joey y seto llegan corriendo por el pasillo del hospital, detrás de ellos venía Ryou Malik y Marik. Notaron que Yami estaba sentado en la sala de espera muy asustado y con las lágrimas a plena vista de todos.
-¿qué pasó Yami?- Preguntó inquieto Joey, Ryou y Malik también estaban esperando la respuesta del tricolor- ¡¡dinos!!
-Pasó tan rápido que no noté nada. Mi mente se bloqueó en ese momento, y por ese error, Yugi tiene que estar pagando esto.
-¿y él cómo está?-Ryou empezó a tener un poco de histeria.
-No reacciona, llegó inconsciente y hasta ahora no ha despertado…- se tapó el rostro con culpabilidad. Bakura va llegando Rápidamente.
-¿ya están todos aquí? Bahh si ya hay apoyo entonces no es necesaria mi presencia aquí- se porta indiferente de nuevo (como casi siempre)
-Bakura, por favor ten un poco de respeto, esto no es un juego, es muy grave…-Ryou interviene para amenizar a su koibito.
-Bueno pues... Es por eso que me retiro, no le amargaré nada a nadie…-de la nada un hombre de pelo tricolor y una mujer de cabello castaño empujan a Bakura y caminan hasta donde se encontraba Yami.
-¿dónde está? ¿Dónde está Yugi?-Yami alzó el rostro, destrozado, vio a los padres del menor; temía verlos a la cara, pero tenía que decir algo, aunque su miedo le daba impotencia.
-Lo lamento mucho señor Mutou.. Yo…-Un golpe en seco se escucha, dejando impresionados a todos, con puño cerrado y limpio interrumpe a Yami tirándolo al suelo.
-¿Tú eres el bastardo que lo mandó aquí de nuevo? ¡vaya sorpresa!-dice el señor irónico.
-No!! Por favor querido, detente, es sólo un joven- La madre de Yugi defiende al inofensivo tirado en el suelo.
-¿cómo lo defiendes, después de que regresó a nuestro hijo aquí?, ¡es inaceptable!- el hombre se acerca a la recepción y pide información sobre su hijo, estaba en estado de coma, el doctor Pegasus lo diagnosticó ese mismo día, y ahora tendría que volver a atender su caso.
Yami, sin dejar que la madre de Yugi le ayude, esconde su mirada entre sus mechones, una lágrima corre de nuevo ahora cerca del golpe que le ocasionó el padre de Yugi. La madre, trató de consolar al adolescente que tanto le recordaba a su hijo pero Yami era frío y duro consigo mismo….
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A Yugi ya lo habían dado de alta del hospital, de camino a casa, su abuelo le dijo que habría algo que lo estaba esperando pronto. Yugi no sonreía desde que había despertado, casi nada lo animaba, él estaba confundido, ¿qué será lo real? ¿de verdad habrá abierto otra dimensión para volver a ver a su amado Yami?. Yugi ahora no tenía ninguna respuesta fija, temía equivocarse en tomar una decisión, ¿en dejar el mundo donde vivió verdaderas aventuras y conoció a su verdadero y único gran amigo? O dejar la oportunidad de ver nuevamente a Yami aunque sea en otra forma, en alguna otra circunstancia… pronto planeó hablar con Ishizu y con Shadi para ver cuál es la solución correcta.
En lo mientras, al llegar a casa, Todos sus amigos estaban afuera de su casa/tienda de juegos. Tenían un cartel de bienvenida muy colorido que Ryou y Tristán sostenían y los demás hacían alaridos alegremente por la llegada de Yugi y su recuperación. Al salir del automóvil. La primera en abrazarlo fue Tea.
-¡me alegra que ya estés recuperado Yugi!-aprieta mucho al menor poniéndolo un poco rojo.
-Ari… Arigato-Dice incómodo.
-Yugi, Bienvenido amigo!-Joey se sobresalta de la emoción.
-¡vaya bienvenida Yugi!- dice su abuelo al bajar del auto.
-De verdad que les agradezco lo que están haciendo por mi chicos…
-Para eso son los amigos, nunca te abandonaremos Yugi, como tú nunca nos abandonas.-ellos no comprendían nada de la situación y esa última frase que empleó Tristán le llegó mucho a Yugi, ahora sí que se sentía más confundido.
La decisión se hacía más complicada para Yugi, ahora en verdad creía que ahora la otra dimensión era punto y aparte, o sea que Yugi sí escapó de su realidad, para alternarse a un mundo en donde Yami estuviera a su lado.
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En la habitación del hospital el padre de Yugi, se había quedado mucho tiempo dentro de la habitación padeciendo estrés y frustración al ver de nuevo a su hijo postrado en una cama de hospital, conectado a máquinas, como en la última vez. La madre de Yugi le hace compañía, lloraba casi en silencio, y digo casi porque de repente emitía sonidos entre calmados y tensos a la vez.
-¿por qué le tenía que pasar de nuevo? Preguntó la madre.
-No es su culpa, pregúntaselo al bandido que está allá afuera…- el padre responde molesto.-No sé qué sigue haciendo aquí, hace un rato lo corrí pero es testarudo. Ese mocoso me las va a pagar.
-Ya basta, mi hijo está mal, necesita de nuestro apoyo, y de sus amigos también, nos necesita a todos; no ocasiones más problemas. Por favor.
-Está bien-contestó sentido, el padre.
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Afuera de la habitación.
-Yami, tenemos que irnos ahora, también debes ir a descansar, también estás herido-Interviene Ryou tomándole del hombro, Yami lo hizo a un lado y negó con la cabeza.
-No me iré hasta saber cómo está Yugi-Tomó una decisión incierta.
-No te dejarán quedarte, sus padres están aquí y ya sabes lo que pasó hace un rato con su padre…
-No me importa, es el precio que tengo que pagar, pero no dejaré a Yugi solo.
-Parece que no te cambiaremos de opinión. Suerte Yami…-Ryou resignado se va tomado de la mano de su primo y este hace unas señas con la mano de despedida. En el pasillo iba pasando Marik y al ver a Ryou tomando de la mano a Malik, enfurece, pero ese asunto lo arreglaría después.
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Yugi cenaba tranquilamente con su abuelo, el pastel de bienvenida que le consiguieron sus amigos había sobrado, y estaba tan delicioso que no quería dejar de probar, aunque los ánimos no lo ayudaban en lo absoluto.
-No has dicho ni una sola palabra Yugi- Solomon, el abuelo de Yugi inervino.
-¿AH? Es que, no tengo nada que decir abuelo…- Yugi ocultó su mirada entre los mechones rubios.
-Has estado muy misterioso Yugi, vamos, yo sé que es difícil lo de la partida del faraón, pero velo como una de las mejores experiencias de la vida, gracias a su experiencia aprendiste muchas cosas de él, y a tu entusiasmo, unión y buenos sentimientos que le transmitiste, él aprendió mucho de ti… Cada uno tiene esencia del otro, te quedaste con una parte suya, y él con una tuya…
- Gracias Abuelo pero... no hables de Atemu, sé que una parte de él sigue en mí; pero no quiero seguir extrañándolo.-Yugi terminó su bocado dejando incompleto y lo dejó en la taja, su abuelo se deprimió al ver a su nieto desilusionado, a pesar de ya estar aliviado, aun se le notaba la infinita melancolía.
Yugi se dirige a su habitación con pesadez, ahora se sentía más seguro de que todo lo que pasó en el instituto, lo de la historia de los bravucones y el Yami distinto, eran solo un simple producto de su imaginación, que por cierto, pensó, que lo llevó hasta extremos muy serios.
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Han pasado varios días que Yugi había ingresado al hospital sin dar signos de consciencia, los padres de Yugi estaban muy desesperados, Yami ya no podía dormir por la incertidumbre, se atormentaba a sí mismo.
-¿por qué no fui yo? ¿Por qué él y no yo?...
Se lo preguntó día tras día durante la inestabilidad del menor de hermosos ojos amatistas. Aunque durante ese tiempo de impaciencia y de malas situaciones; ahora vendrían cosas difíciles para Malik.
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Era nuevamente fin de semana, específicamente viernes por la tarde, Ni Malik ni Marik habían querido asistir a ninguna de sus clases; por lo que se quedaron encerrados casi todo el día. Marik tenía una petición muy extraña y extravagante qué hacerle a Malik.
-No, absolutamente no, me niego- Se cruzó de brazos y de los nervios se sentó torpemente en la cama, parecía que un par de manzanas aparecían en sus mejillas. Con la ceja temblorosa miró a Marik con indiferencia, aunque él, desde la petición tenía una mirada muy incitadora.
Marik tomó a Malik de la muñeca y sacó un traje de Maid y se lo puso a la fuerza. El traje para chica, era de un tono azul marino con unas medias, color negro, el vestido era bombacho y la delgadez de Malik hacía que se viera excelente. Lucía precioso, según Marik que lo admiraba a una distancia prometedora. Malik estaba tan avergonzado que se tapaba las piernas con el largo del vestido, pero no le ayudó mucho. Para Marik ya había su zorra explotable.
-MMMM…- se lame los labios y comienza a excitarse- te ves delicioso.
-Cállate, es horrible esta cosa aparte de ajustada…- su sonrojo se hace más evidente. No tardó mucho para que la puerta sonara y entrara Ryou y Bakura, el primero muy sobresaltado y el segundo solo haciéndole compañía a su novio.
-Chicos, nos acaba de hablar Joey, tenemos que ir al…-Ve a Malik vestido de Maid y a Marik en una posición muy extraña.
-Qué bien, llegamos en un mal momento- dice Bakura tapándole los ojos muy tarde a Ryou. Salieron de la habitación y antes de cerrarla tras de sí Bakura los apura- Muévete Malik, Hay que ir al hospital.
Malik estaba muy sonrojado porque su primo y su novio lo habían visto en una situación lo bastante embarazosa que creía que saldría publicado en todos lados, más por la discreción de Bakura.- Marik, ¿cómo dejaste que me vieran así?-dice furico- ¡hazte a un lado!- toma su ropa para cambiarse, Marik no dijo nada, algo indignado se puso los zapatos y esperó a Mail a que saliera de la habitación.
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Días atrás (aproximadamente tres días) Yugi había recibido la visita de Ishizu, pidió que estuvieran a solas…
-Parece que ya tomaste tu decisión-Dice deprimida.
-Así es… Me quiero quedar… me quedaré en el mundo en donde originalmente crecí, y que tengo mis amigos de toda la vida…
-¿estás seguro?-Preguntó la morena, Yugi guardó silencio e hizo un gesto melancólico.
-No, quiero que Atemu esté conmigo… realmente lo quiero en mi vida de nuevo. Pero en mi vida, no en un sueño…
-Pero no fue ningún sueño Yugi, de verdad viste a Atemu, pero en otras circunstancias.
-De todos modos, el Atemu/Yami, que conocí, no es el mismo.-Voltea hacia otro lado.
-Bien si decides quedarte…-Ishizu es interrumpida por la ira que Yugi generó.
-¡Sí! Me quiero quedar!!- se oculta orgulloso con unas lágrimas cayendo por si cara.
-Bien, entonces… lo único que tienes que hacer para dejar de transportarte, es creer en la idea de que el faraón nunca existió, solo es producto de tu imaginación. Debes estar relajado, y tus pensamientos deben ser sinceros, ahora eso no te servirá porque te estarás forzando y sin querer abrirás camino a la dimensión en donde el Yami alterno se encuentra…
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Esa misma noche Yugi, se iba a dormir, con la misma pesadez desde que llegó del hospital, se acostó como todas las noches, su habitación era calmada y el tono de la luz amenizaba mucho. Yugi sonrió en cuanto se recostó pensando “a partir de mañana será un nuevo día” así se perdió entre su sueño y no volvió a despertarse durante la noche….
Continuará…..