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Junjou... Vongola por Kunay_dlz

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Notas del capitulo:

Aquí la continuación... el próximo será el final.

 


 


Junjou… Vongola


IV


Verte otra vez


 


 


 


--Misaki-kun… te dejaré en la entrada, supongo que esta es nuestra despedida. –dije tratando de mantener mi voz sin atisbos de tristeza… estoy seguro que no lo volveré a ver, sería peligroso.


--¿Ha?... etto… ¡Hm! Está bien… “no, no es está bien… ¿Y si Usagi-san no está?... ¿Y si ellos me atrapan otra vez?… No me dejes solo, Tsuna-kun, por favor… no, no me atrevería a pedírselo, Tsuna-kun tiene su propio lugar al cual regresar… deben estar esperándolo… no, no seré egoísta, no le pediré que se quede conmigo... no hasta…”


--¿Hasta qué Misaki-kun? –preguntaba Tsuna ya al lado de Misaki, el verlo tratando de aparentar que estaba bien cuando en realidad seguía asustado… –Tranquilo Misaki-kun, no te dejaré.


--¿He?... ¿Qué? ¿Cómo?... “¡¿Heeeeeee?!... olvidé que puede leer la mente, otra vez… lo que significa… ¡Me escuchó!” –se sonrojó Misaki, ni a Usagi-san le hablaba de esa manera.


--Hahaha Misaki-kun, “kawai” vamos Misaki-kun, debes descansar. –decía Tsuna con una sonrisa, tomó a Misaki de la mano y comenzó a caminar en dirección del lujoso apartamento.


Entraron a edificio, Misaki guiaba a Tsuna sin perder el sonrojo que el que lo leyera en ese momento le había causado, casi no hablaron hasta llegar a la puerta del departamento donde se supone estarían esperándolo.


Misaki se quedó un rato imaginando varios escenarios que pudiera encontrar al abrir la puerta, algunas lo hacían sonrojar más de lo que estaba, otras se ponía azul, otras se ponía a temblar y otras… parecían causarle demasiada tristeza. Tsuna no lo miraba a la cara, trataba de distraerse, creyó oportuno el darle su privacidad a Misaki en ese momento, mientras buscaba la manera de contactarse con él.


Misaki estaba tan distraído que no escuchó la puerta abrirse, Tsuna reaccionó rápidamente y se interpuso entre Misaki y quien los había sobresaltado. Era un hombre alto, con cabello plateado y ojos púrpuras, de mirada intimidante, le recordaba a Hibari-san de cierta manera, sin embargo, esa mirada se suavizo al notar al castaño que trataba de proteger. Se hizo a un lado, su intuición le decía que él era la persona en la Misaki pensaba todo el tiempo.


Cuando Tsuna se hizo a un lado y le permitió ver con claridad lo que había frente a ellos, Misaki vio a Usagi-san, ahí de pie en la entrada del departamento, esperando que le confirmara que era él y no una alucinación. Sintió que se aguaron los ojos, hizo un leve movimiento de querer acercarse pero luego se detuvo, fue en ese momento que Usagi-san se abalanzo hacia él… sintió como los fuertes brazos de Usagi-san lo rodeaban, se sintió seguro en ellos; con lentitud, se permitió devolver el abrazo.


Misaki… mi Misaki… ya estás devuelta… Misaki, mi querido Misaki…” se repetía en la mente del hombre que se parece a Haibari-san, Tsuna no sabía si irse en ese momento o si hacerles ver que él y otras personas dentro del departamento los estaban observando. Aunque las otras personas no tenían el mismo dilema que él, puesto que aquellas personas si interrumpieron.


Tras separarse Misaki y Usagi otras personas se dedicaron a abrazar a Misaki, a hacerle preguntas sobre su descuido, sobre su salud, sobre lo que hizo para volver y el por qué traía un uniforme de mecánico. Hablaban tan seguido que no lo dejaban hablar, parecía que el aire le faltaba y fue cuando Tsuna intervino.


--Lo-lo siento… etto… creo que deberían… darle espacio… a Misaki-kun… a-acabamos de s-salir y… en realidad, no hemos descansado y, además, es más pesado para Misaki… él, necesita descanso y que un doctor lo revise. –decía lo mejor que podía, las miradas que obtenía de alguna manera le intimidaban.


--¿Y tú eres? –preguntaba una chica algo altiva, de pelo negro muy largo y ojos violetas.


--Y-yo…


--Tsuna-kun. –dijo Misaki –Él es Tsuna-kun, él me salvó.


Misaki no esperó a escuchar lo que los Usami (excluyendo a Usagi-san), Isaka-san, Ijuuyn-sensei, y Aikawa-san iban a cuestionar nuevamente a él y a Tsuna, sin querer soltar del todo a Usagi-san, se acercó más hacia Tsuna, lo tomó de la mano e hizo ademán de querer entrar al departamento. Aprovechando las varias reacciones que hubo en lo presentes, Usagi les dijo que ya habían visto Misaki y que ahora les pedía que los dejaran solos y cerró la puerta dejando a todos fuera. Ante la acción de Akihiko y el sonido de la puerta, los ‘amablemente despedidos’ iniciaron a gritar por diferentes razones… la puerta se abrió, los zapatos de cada uno salió volando y luego se volvió a cerrar.


 Dentro del departamento, ignorando los gritos y golpes de fuera, Misaki no soltaba ni a Usagi-san ni a Tsuna… se dirigieron a la sala, se sentaron, poco a poco Misaki fue recargándose hacia su derecha en el regazo de Usagi-san mientras no soltaba a Tsuna por el lado izquierdo. Tsuna sintió la necesidad de decirle algo a Misaki, sintió que debía asegurarle que ya estaba a salvo, y así lo hizo.


--Misaki-kun, tranquilo, ya estás en casa… ya estás a salvo. No hay nada que temer Misaki, nadie te hará daño. No temas soltarme, no temas que esa persona especial para ti sea una ilusión. Ya estás en casa… todo estará bien. –aseguraba Tsuna mientras acariciaba la mano que no lo había soltado, la mano de Misaki, tratando de hacerlo comprender que no se irá a ningún lado.


Misaki asintió como pudo, el peliplateado empezó a susurrarle dulces palabras, palabras de consuelo, promesas y otras cosas. Tsuna sintió la fuerza de su agarre disminuir y con mucho cuidado fue soltándolo, guió esa mano hacia el hombre que parecía a atesorar a Misaki, entregándolo por completo a él.


Usagi-san hizo más fuerte su abrazo, intentó infundirle seguridad y consuelo a Misaki, intentaba dar todo lo que Misaki necesitaba en ese momento. Tras unos pocos minutos, Misaki se quedó dormido entre los brazos de su querido Usagui-san.


--¿Tú salvaste a Misaki? –inició el peliplateado.


--… ¡Hai!... “es un alivio que ahora sea inmune a ese tipo de miradas marca Hibari-san”… etto, yo, me, me preguntaba si usted sabe el motivo por el que Misaki-kun termino… en malas manos… –inquiría Tsuna.


--Desconozco el motivo, hace cinco días Misaki desapareció, tras do horas de no saber de él empecé a llamarlo, enviar mensajes y a rastrear su celular –“valla, sí que… es precavido” pensaba Tsuna –busqué en lugares que frecuenta, llamé a… algunas personas pero Misaki no estaba con ellas, así que me dirigí a donde estaban para asegurarme, y nada.  


>>Ya al anochecer, nos dimos cuenta que algo andaba mal, incluso llamé a su hermano, él llamó a la policía, está en la estación a la espera de noticias… creo que debo llamarlo. –dijo el peliplata, sacó su celular para hacer la llamada, contó lo ocurrido y luego colgó. –Takahiro vendrá mañana, quiere que Misaki descanse.


--Cl-claro… me preguntaba si, podría prestarme su teléfono, debo avisar que estoy bien. –“y me gustaría darles más privacidad” pensaba Tsuna mirando a Misaki.


--Está por ese lado. Por cierto, ¿Cuánto tiempo estarás aquí? –inquiría el peliplata.


--¿He?... Haaa, etto… creo que, dependerá de la llamada que haga, hahahaha “quiero asegurarme de que Misaki ya no se preocupe por ellos… creo que enviaré a Hibari y a Mukuro.”


Usagi-san no contestó, soportaría a un completo extraño en su casa por el bien de Misaki.


Tsuna captó la indirecta y prefirió ir a realizar ‘la llamada’. Marcó directamente el número de Hibari y Mukuro, a grandes rasgos les explicó lo sucedido, les dio señas del lugar, la descripción del edificio y sus teorías, sus guardianes no hicieron preguntas, colgaron y acordaron llamarle cuando terminaran ‘el trabajo’.


Ahora venía lo difícil. Debía llamar a esa persona. Marcó el número, contestó casi enseguida, no hubo reclamos… no hubo regaños… tan solo una pregunta: ¿Dónde estás?. Tras contestar que en casa del escritor Usami Akihiko, la llamada terminó. Tsuna suspiró, ya tenía una idea de lo que sucedería después. Mientras se debatía entre regresar o esperar un poco más escuchó un ligero llamado departe de Misaki.


--¡Tsuna-kun! ¿Dónde está Tsuna-kun? Usagi-san, ¿Dónde está…?


--Aquí estoy, Misaki, aquí estoy… tranquilo. –decía Tsuna al acercarse al sillón donde el peliplateado trataba de recostar a Misaki –¿Ves? No he ido a ninguna parte.


--Tsuna-kun… –se tranquilizaba Misaki –“Supongo que, no me sentiré lo suficientemente seguro sin Tsuna-kun… no hasta que…”


--Ya me encargué de eso Misaki-kun. –decía Tsuna al ‘leer’ a Misaki –He llamado a… mi familia, ellos se harán cargo, ya no debes temer. En cuanto me llamen, ya todo habrá terminado. –afirmaba Tsuna.


Mirando esos ojos esmeralda, Tsuna trataba de alejar todos los temores de Misaki… no supo en qué momento quedó al lado del castaño sosteniendo su cara y no lo habría notado si no fuera por el carraspeo de…


--¡Usagi-san! –exclamaba Misaki –etto… Usagi-san… hehe… verás, etto…


--Misaki-kun, no sé cómo decirlo, pero… creo que, no nos has presentado como es debido. –decía Tsuna al dirigirle una mirada al peliplata sin prestar a tención a la mirada sombría del susodicho.


--¡¡Haaa!!! ¿No los he presentado?... Lo siento, lo siento, de verdad lo siento. Yo, he, yo… Tsuna-kun, él es Usagi-san… Usagi-san, él es Tsuna-kun –presentaba entre una serie de movimientos de manos y gestos raros.


--Usagi-san, mucho gusto. –decía Tsuna con una sonrisa al recordar algo –Etto, Misaki-kun, Usagi-san es la persona en la que pensabas todo el tiempo ¿Cierto?


El comentario de Tsuna descolocó a los residentes del departamento. Misaki-kun se sonrojó hasta las orejas y Usagi-san se permitió mostrar una sonrisa de satisfacción, para Tsuna, esa sonrisa demostraba algo más, demostraba arrepentimiento por no estar ahí cundo Misaki lo llamaba, demostraba miedo de haber perdido a Misaki, demostraba la convicción que no dejaría que dañaran a Misaki otra vez.


--Hahaha, mira que tarde es, Usagi-san, Tsuna-kun, ¿No tienen hambre? Yo tengo mucha, así que iré a la cocina y prepararé algo, con permiso. –balbuceaba Misaki ya de camino a la cocina.


--Espera, Misaki-kun, debes descansar… –intentaba detenerlo Tsuna.


--No lo harás cambiar de opinión. Es mejor darle otra cosa en qué pensar… ¡Misaki, me gustaría que prepararas salchichas en forma de pulpo y el súper especial omelet esponjoso Usami mejorado por Misaki! –medio gritaba Usagi-san.


¿Hee?... pero, pero…” pensaba Tsuna.


--Haaii, Tsuna-kun, ¿Quieres algo en especial? –preguntaba Misaki desde la cocina.


--¿Ha? Yo… etto… “¿Qué contesto?”


--Prepara lo que quieras Misaki, tu invitado parece no decidirse, prepara un poco de todo. –decía con simpleza Usagi-san.


--“¿Qué?” No, espera, Misaki-kun…


--Hai, ya verás Tsuna-kun, no soy muy bueno en varias cosas –bufó Usagi-san pero fue ignorado –pero si lo recuerdas, te dije que bueno en la cocina, te lo demostraré. –decía ya más contento Misaki.


--H-hai… –concordaba Tsuna.


Presentía un interrogatorio de parte de Usagi-san más se vio interrumpido al sonar el timbre. Tsuna se ofreció a abrir al ver que Usagi-san fingía no haber escuchado nada, tal como lo hizo con las personas que había dejado afuera hace una horas, otra razón era que tenía el presentimiento de que quien tocaba era esa persona. Expuso su corazonada al dueño de departamento y éste accedió a que abriera la puerta.


De un momento a otro, en el departamento de Usagi-san, había tres personas además de Tsuna.


--Kfufufu, Tsunayoshi, tenías razón, los sujetos…


--Mukuro, espera, espera ¿Ya terminaron? –decía con un poco de incredulidad Tsuna.


--Demasiado fácil. –decía el parecía haber enseñado a Usagi-san ‘esa’ mirada.


--Bien, gracias. Después me pueden contar con lujo de detalles, por el momento, me gustaría saber la razón por la que capturaron a Misaki-kun –pedía Tsuna esperando que captaran el mensaje de ‘hablar después’.


--La razón, dame-Tsuna…


 


 


>>Continuará...


 

Notas finales:

Gracias por leer.


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