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Colors Spell por AleChun

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Notas del capitulo:

Hola :) antes que nada espero que la mayoria haya pasado un Feliz Año Nuevo, y bien ahora si; lo siento :c por demorar tanto, he estado en fin de semestre y todo fue feo ;A; Lo siento en verdad :c tratare de compensar todas mis faltas. Muchas gracias a las personitas que aun leen esta historia, a pesar de que yo soy una tardona. Actualmente ya estoy libre de algunos deberes asi que ya no demorare. Como siempre digo, disculpen todas las fallas del capitulo.

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O podemos comenzar con algo tan sencillo como eso… con algo tan pequeño…tan entrañable…tan doloroso… como lo es un amor sorpresivo…

 

Frio.

 

La primera sensación que sintió entre sueños fue el frio congelador de la noche, tan real y doloroso que sin esperar un segundo más; abrió los parpados lentamente. Percibiendo los primeros resquicios de realidad, las luces de aquel parque, la luna, y las pequeñas hojas de aquel árbol formaban parte de un escenario extraño. Furihata suspiro, se había quedado dormido como un pequeño animal abandonado.

 

Al final del día, los resultados, como siempre; habían sido los mismos. Con los mismos problemas. Con las mismas aflicciones. Con la misma condena. Bajo la vista y respiro profundo. Aun así, estaba ahí, vivo y con metas plasmadas. Tienes que continuar, se recordó con un pequeño dolor en el corazón. Por supuesto, no había de otra, no había más opción y Furihata lo sabía.  El, con su pequeña fuerza se recordaba su situación a cada instante. 

 

Esto es lo que hay, concluyo con resignación; pero con renovada fuerza. Miro hacia todos lados y se levantó, era momento de partir a su hogar. Sonrió. Al menos podía afirmarlo, el hecho de que tenía un lugar al cual volver, aquello, solo eso le bastaba para sentirse tranquilo y contento. Algo tan pequeño como eso lo llenaba de calidez.

 

Dio un paso hacia adelante, con toda la intención de partir; sin embargo, el sonido de un pequeño metal contra el frio pavimento, lo detuvo completamente.

 

Silencio.

 

Bajo la vista y miro aquel pequeño objeto, era una insignia o algo parecido a ello. Kouki no entendía que hacia algo como eso en ese lugar y, mucho menos, entendía como aquello se había desprendido de su ropa; puesto que jamás lo había visto.  Se agacho y extendió una mano y cogió la insignia, la observo durante unos segundos tratando de recordar si efectivamente era de su propiedad o tal vez había caído en sus manos por equivocación;  efecto de combinar su ropa con la de Takao.

 

Pero no. No había nada en el disco duro de su mente.

 

Se irguió en su lugar y respiro profundo, seguro era un objeto perdido; probablemente propiedad de algún hombre descuidado que al igual que él, no tuvo mejor idea que descansar a la intemperie, se dio la vuelta y coloco la insignia encima de aquel banco, se acurruco a sí mismo y sin nada más que lo detuviese volvió a su camino.

 

Pero lo que Kouki desconocía totalmente era aquel par de ojos rojos que lo miraban con minuciosidad, con lentitud, con tanta dedicación que Furihata podía ser catalogado como el tema más importante dentro de la mesa directiva de Akashi Corp. 

 

No podía quitárselo de la cabeza.  Seijuuro detestaba eso. Detestaba tanto su interior. Detestaba a  Furihata Kouki. Lo odiaba. ¿Cómo no odiarlo? ¿Cómo no hacerlo? cuando él… Cuando Kouki comenzaba a trastornar ese lado de su corazón, del corazón  que Seijuuro creía muerto.

 

Apretó los puños molesto.

 

No. Nunca. No se dejaría dominar tan fácilmente. No después de todo lo sucedido. De la sensación de pérdida. Del sufrimiento inagotable. Del dolor instalado como un tatuaje en su carne. De tanta, tanta, tanta  contradicción; que seguramente jamás le permitiría un poco de felicidad en su vida condenada.

 

Sonrió.

 

Por supuesto. Él mandaba, el tenía el poder, nada le doblegaría, nada le haría cambiar de parecer. Nada… Absolutamente nada. Ni siquiera las minúsculas confusiones producto de la atención que le había cedido a Kouki durante seis años.

 

— Conduce—ordeno firme, serio y con la nueva meta de eliminar a Furihata lo más pronto posible. No podía permitirse perder más tiempo.

 

 

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Himuro se mantuvo en silencio, observando y analizando cada expresión de aquella mujer. La señora Mizuky, dueña de las empacadoras que prestaban sus servicios a Akashi Corp; lo había llamado por el asunto de un nuevo contrato. Tatsuya, en un primer momento, se mostró totalmente extrañado; esos problemas no le correspondían en absoluto. Eran totalmente ajenos a su jurisdicción.

 

 Pero; entendiendo el grado de importancia del contrato, no dudo en llegar a la oficina de aquella señora en menos de diez minutos.

 

Y ahí estaba, esperando pacientemente que la socia leyese todos los términos del contrato. No podía permitir que algo pasase totalmente sin ser revisado, todo debía salir perfectamente.  Un acuerdo de tal importancia debía ser llevado con propiedad.

 

—Bien— pronuncio aquella mujer con los brazos entrecruzados y una sonrisa un tanto extraña, pasando de la seriedad— Los años que hemos mantenido una fuerte conexión con Akashi Corp. Han sido de gran ayuda y de progreso. Por supuesto es inevitable firmar debido a la familiaridad de las dos empresas.

 

—Claro, nosotros valoramos esta conexión que se ha mantenido durante un largo tiempo y por supuesto esperamos continuar de la misma manera en un futuro—sonrió mostrando gentileza. Lo ideal, en esos momentos, era mostrarse lo más amable posible.

 

—Precisamente Tatsuya chan es eso lo que me inquieta un poco— Mizuky se levantó del elegante sillón de la presidencia y camino en dirección hacia Himuro, los sonidos de sus tacos resonaban en toda la oficina. Himuro deseo desaparecer—tantos años de trabajo y apoyo, creo yo, merecen un poco de favoritismo en las clausulas.

 

Tatsuya abrió los ojos sorprendido y observo el rostro de Mizuky—Disculpe, pero no estoy entendiendo sus palabras. Los términos de un contrato son inamovibles, usted mejor que nadie; conoce perfectamente la política de Akashi Corp. — movió el rostro y alzo una ceja— definitivamente no se puede complacer algo como eso.

 

La mujer negó con la cabeza mientras se agachaba enfrentando su rostro contra el de Himuro. —Por supuesto que lo sé, pero —silabeo cada una de las palabras— tú también, mejor que nadie conoces la presión de los accionistas— alzo los hombros en señal de despreocupación— la tensión es el pan de cada día en el poder; en fin— sonrió— el punto es que si ustedes no ceden nos veremos en la necesidad de cortar lazos y conexiones.

 

Himuro junto las cejas. No era posible.  No podía permitir que algo así sucediese— Mizuky san, debe haber alguna manera  en la que usted pueda convencer a sus accionistas. —no  podía dejar que todo acabase; su trabajo, era su preciado trabajo el que peligraba—Mizuky san…

 

Ella sonrió— La hay— el silencio reino durante unos minutos— ¿eres negociable?

 

— ¿Perdón?

 

—Eres hermoso. — afirmo ella dejando totalmente fuera de sí a Himuro. —  Tu cuerpo, puedes empezar a venderlo y tomare todo el poder entre mis manos solo para mantener este equilibrio perfecto.  — Apoyo sus piernas contra las de Himuro y empezó una pequeña fricción— Solo tienes que dármelo y no dudare en comenzar todo un papeleo por ti.

 

Sus labios temblaron, nunca, jamás dentro de sus probabilidades; se había formado la sola idea de estar envuelto en ese tipo de situación. Una situación tan desagradable. No. Apretó los puños y cerró los ojos. La sola idea le daba asco.

 

—Hmm— Mizuky se apartó y movió la cabeza— Tampoco puedo obligarte, si Tatsuya chan no lo desea, no se hará. Pero se terminan los beneficios para Akashi Corp. — finalizo, recordando, recalcando una vez más la condición. La situación. La realidad inevitable. La verdad de una vida.

 

Se terminan los beneficios.

 

Se terminan los bonos.

 

Se pierde dinero.

 

Basta.

 

—Mizuky san— Himuro se levantó y sonrió; esa sonrisa, esa sonrisa que mostraba tanto con el estiramiento de unos pequeños músculos. Podía cambiarlo. Quería hacerlo. Tenía el poder de hacerlo. Camino en dirección a la puerta y coloco el seguro. — Su perfume es delicioso— murmuro con la vista frente  a la pared.

 

Estaba perdido en su propio juego. En su propia necedad. En su propia condena.

 

 

-w-

 

 

Seijuuro se mantenía tranquilo, sereno, en paz. Los días, naturalmente,  transcurrieron con total normalidad. Precisamente ahora se encontraba centrado en algunos papeles sobre una asociación financiera; como siempre todo era perfecto, todo se mantenía pulcramente ordenado. Los pensamientos sobre Furihata Kouki ya no eran un  problema. Él podía olvidarlo.

 

Su meta por fin estaba hecha.

 

Su concentración le había cedido la victoria, podía decirlo, creerlo y sonreír confiado en su propia seguridad. El tenía  el poder. Furihata Kouki era secundario, era un problema, un problema fácil de resolver. Un problema que desecharía. Y a quien con el paso del tiempo olvidaría.

 

La puerta de su oficina se abrió estrepitosamente. Akashi alzo la cabeza y miro molesto al culpable de su desconcentración. Justo cuando se encontraba en el punto perfecto de su dominio se presentaba tremenda interrupción. Inaceptable.

 

—Creo haber indicado que no deseaba ninguna intromisión durante este periodo de tiempo— junto las cejas— espero que sea importante, Tatsuya.

 

Himuro se mantuvo en su lugar, el sudor caía de su frente y su respiración de alguna manera se encontraba más agitada de lo normal. Akashi le miro interrogante, pasaron unos breves minutos hasta que por fin el pelinegro levanto una de sus manos mostrando el celular que contenía la agenda  personal de Seijuuro.

 

 —Se ha ido. El gps no puede capturar su ubicación. Lo hemos perdido totalmente.

 

Algo en Seijuuro se removió. Su semblante cambio totalmente al escuchar aquellas palabras. No era admisible. Nada lo era.

 

—El rastreador de Furihata Kouki indica que su salida de la ciudad data de hace una hora y media respectivamente—Seijuuro no quería creerlo, no quería escuchar aquello. No. Su comodidad. Su tranquilidad se volvía contra él, todos sus logros emocionales se destrozaban con tan solo un movimiento de Kouki.

 

—Tatsuya—frunció el ceño— ¿Kouki ha desaparecido de mi vista?

 

Himuro trago saliva nervioso. Su silencio era una respuesta completa. —No podemos localizarlo. Es extraño que sus movimientos hayan sido tan rápidos.  No logro comprender---

 

—Silencio—ordeno. Akashi apretó los puños y se levantó de su lugar de un solo movimiento. No. Mil veces no. Él estaba jugando. Estaba haciendo lo mismo que Tetsuya., estaba yéndose, apartándose, dejándolo. Justo cuando Seijuuro había conseguido desplazarlo de sus pensamientos, Kouki volvía con fuerza arrolladora; demostrándole que en realidad, jamás, nunca había logrado removerlo. Solo era un espejismo.

 

Un engaño de su mente confusa.  Porque Furihata Kouki ya estaba interiorizado como un dogma en su cabeza. Seijuuro se sentía como un lunático pre moderno, pensando solamente en Furihata.

 

Furihata Furihata Furihata.

 

Porque ahora lo entendía. Estaba desesperado. Kouki no estaba, no podía perderlo de vista y sin embargo; ya no estaba en sus manos, en su poder. Lo había perdido. Más que desearlo para ejercer fuerza sobre él, más que eso lo necesitaba porque su corazón no dejaba de latir desesperado  y la sensación de pérdida comenzaba a ser dolorosa. Más dolorosa que cuando perdió a Tetsuya.

 

Y dolor. Mucho dolor.

 

Solo tengo a él. Solo a él.

 

Camino en dirección hacia la puerta sin decir una sola palabra, ignorando totalmente los llamados de Himuro. Tenía que solucionarlo. Tenía que arreglarlo. Necesitaba a Kouki de nuevo.  Y lo tendría nuevamente. Sin importar que.

 

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Notas finales:

Bien, espero que el capitulo les haya gustado. Muchas gracias por leer c:


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