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Colors Spell por AleChun

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Notas del capitulo:

Al fin actualize ;A; 

Ajam. Hola, antes que nada, lo se he demorado un monton en traer este capitulo. Y en verdad lo siento, estos ultimos meses no han sido los mejores para mi por diferentes razones. En fin, el punto es que de verdad de verdad de verdad, lo siento. A las personitas que aun leen este fic les agradezco por su paciencia y otra vez me disculpo por tardar tanto. Espero que este capitulo les guste y como siempre disculpen cualquier error. Se puede decir que estoy muy oxidada.  

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Levanto ambas manos y con la fuerza que le quedaba empujo a Akashi de su lado.  Furihata se sentía desorbitado, perdido, dolido y molesto. Ese acto, ese solo beso le había resultado peor que un puñal. Él no era el juguete de nadie, jamás lo seria y tampoco planeaba acceder nunca más. Apretó sus puños y con la respiración agitada miro con odio a Seijuuro. — ¡Detenga el automóvil!

 

Akashi del otro lado del asiento, respiro profundamente y dio la orden al chofer. Reflexiono unos minutos sobre su propio actuar y llego a un punto en el cual su mente le brindo el panorama de sus propias emociones. No había sido premeditado, simplemente su cuerpo fue dueño de unos breves instantes. Sintiendo el peligro de la perdida, su corazón no resistió mas—Kouki yo.

 

—Escuche— Furihata aun con la cólera brotando de su piel, adopto una mirada seria. Sabía perfectamente que era el momento de enfrentar a Seijuuro. Ya no lo aguantaba más. Creía que por fin se había liberado de su verdugo, que tal vez, el ya no lo miraba como un objetivo al cual eliminar. Error y más error. Jamás cambio. Probablemente lo detestaba más y por eso lo había besado, para burlarse de él. Para mostrar su superioridad. Si, era eso probablemente. — Yo nunca creí que haría algo como esto. Jamás  pensé que se burlaría de mí, no se me acerque Akashi san. No lo haga más. Ni siquiera un paso— Se sentía tan humillado. Abrió la puerta del auto y sin mirar atrás dio un paso hacia el exterior. Ya no soportaba permanecer en ese mismo lugar.

 

¿Por qué?

 

¿Por qué le tocaba vivir eso a el?

 

¿Por qué?

 

Instantáneamente Akashi abandono el auto y corrió tras  él. No podía simplemente dejarlo, era necesario aclarar todo. Aclararse el mismo. Aclarar sus pensamientos, de lo contrario seguiría errando, caminando ciegamente por un camino de dolor. —Kouki—llamo caminando tras de el—Lo que acaba de pasar no es una burla. Jamás te trate sin seriedad, todo lo que he hecho por ti ha sido con suma concentración y premeditación. Jamás serás una burla para mí, eres lo más importante ahora. —Afirmo con palabras serias, ignorando los sonidos de los autos, ignorando los murmullos de las personas—Es la verdad.

 

Furihata negó con la cabeza—No entiendo, no se de lo que está hablando; no voy a permitir que siga haciendo esto. ¡Basta! —apresuro más sus pasos—Soy lo más importante, por supuesto. Soy el asesino de tu esposo.

 

—Kouki

 

—No, jamás me creerá. Jamás escuchara mi testimonio. Nunca lo hizo. —y  justamente por eso; por toda la cadena que le hizo arrastrar por años. ¿Por qué debería entender todo lo que Akashi decía? Nunca, todo sonaba a mentiras, a engaños, a tetras para atarlo más, para atormentarlo más.

 

Y no lo merecía. No. De verdad que no lo merecía. Se detuvo un momento, giro y correspondió la mirada de Akashi. Fijo su vista en ese par de ojos rojos que lo examinaban lentamente, como si fuese el último descubrimiento del siglo. Posiblemente lo era, el descubrimiento del cambio en el siglo de su propia eternidad. —No me siga—pronuncio decidido, con dolor, con cansancio y miedo. Transmitiendo sus nervios y la poca claridad de su mente.  Giro nuevamente y retomo su camino, sus nervios no lo dejaban tranquilizarse; camino hacia la acera y cruzo sin mirar. Solo quería desaparecer, parar, esfumarse por un instante.

 

Y casi lo logro.

 

— ¡Kouki!

 

El auto se detuvo, su cuerpo cayó al suelo, su mente se volvió borrosa por un instante.  Las personas se colocaron a su alrededor murmurando, diciendo cosas que no entendía. Su corazón palpitaba desesperado y su cuerpo se sintió frio. Sin embargo, alguien lo tomo, lo abrazo, lo poso junto a su pecho cálido y le hablo. — ¡Despierta! ¡No puedes irte! ¡Tú no! ¡No de esta manera! —Furihata quería saber quién le decía todo eso. Quien lo quería mantener ahí.

 

¿No podía? ¿De verdad no podía abandonar todo? Su mente fue aclarándose en medio de la noche, su vista volvió en sí y observo el rostro de Akashi frente a él. Frente a sus ojos, solo estaba el. Solo él y nada más que él.

 

Seijuuro en medio de la pista con Furihata en sus brazos.

 

Todo estaba claro para uno y todo comenzaba para otro.

 

Lo cierto era que Akashi lo entendió.

 

 Está bien. Eso era, estaba enamorado de la persona que odio por cinco años. Pero no había más, seguramente así debió ser desde un principio. Porque cuando Kouki abrió los ojos, cuando vio que el auto freno a tiempo, cuando noto que él estaba bien; se sintió afortunado. El hombre más afortunado del mundo. No hay más teorías que explicar. Y tampoco las habrá.  

 

 

-w-

 

 

Existía un motivo, un motivo por el cual su regreso había sido apresurado, acelerado, veloz. No era simplemente una coincidencia, ni tampoco el término del contrato con otra empresa. Si Yukio estaba ahí, era por él. Por Ryouta, por ese idiota. No había más motivo, ahora lo sabía. Después de tanto tiempo, él había encontrado la tan ansiada respuesta de Kise. Los papeles del investigador llegaron a sus manos. La respuesta estaba ahí.

 

El verdadero dueño de la cadena de Kise. La verdadera historia tras ese objeto. Yukio lo sabía ahora. Suspiro y se apoyó sobre el respaldar de su sillón. Sabía todo pero la realidad era que prefería no saberlo, no conocer aquello, no saber la respuesta. Porque todo lo hirió, tener  absoluto conocimiento de todo lo lastimo. Porque el peligro estaba ahí. Probablemente Kise jamás le correspondería. No lo haría.

 

La seguridad le quemaba de dolor.

 

Sin embargo.

 

El sonido de la puerta interrumpió sus pensamientos.

 

Ahí estaba el. El y su sonrisa. El y su presencia abrumadora.  La presencia que el mundo observaba. Todos observaban a Kise de una manera. Pero Yukio tenía una visión especial de él, distinta, ilusoria tal vez, pero suya. Su forma, sus colores, su amor, sus sentimientos, su dedicación hacia él. Era suya y de nadie más.  Y solo eso le quedaría ahora. Solo conservaría su amor por él. Porque por más cruel que suene, Ryouta no le daría nada.

 

—Kasamatsu sempai—Ryouta sonrió— ¿Qué necesitas? Vine tan rápido como pude apenas recibí tu llamada. —movió sus manos haciendo  un gesto de seriedad. —Dime sempai.

 

Kasamatsu frunció el ceño y respiro profundo. —Escucha Kise, tengo algo importante que entregarte. —levanto el pequeño folder de papeles. Los coloco sobre el escritorio y levanto la vista—Es algo que siempre has querido saber y que tal vez te sirva ahora.

 

Quería gritar, quería pedirle, convencerlo de que no tocara esos papeles. Que lo olvidara, que olvidara el pasado. Pero no. Se mantuvo sereno y con la mirada fija en las orbes doradas de Ryouta. No podía ser egoísta, la tranquilidad de Kise era primero. Solo esa tranquilidad tenía verdadero valor.

 

Ryouta se mantuvo de pie, su mirada se dirigió a aquel folder y se quedó en silencio unos instantes. —Kasamatsu sempai…—camino hacia el escritorio y coloco una mano sobre el mueble— ¿Qué es esto?—cogió el objeto y lo observo unos instantes.

 

—La verdad. Solo eso, la verdad que mereces.

 

Kise junto las cejas y abrió el pequeño folder. Había muchos datos, mucha información personal.  Una sola historia escrita en esos papeles. Muchas imágenes pasadas. Sus ojos se abrieron, sus manos temblaron. —Kasamatsu sempai—sus ojos se cristalizaron— ¿Por qué?—sonrió—No, no entiendo.

 

—No mientas. Todo está muy claro, un niño podría entenderlo. Es tu verdad, Ryouta. —Susurro—La que hay. —Apretó los puños—Tienes que resistirla, solo así seguirás aquí.

 

Las lágrimas descendieron de sus mejillas. —Nunca fue Kagamicchi— Un error, un solo error fue suficiente para ocasionar todo el dolor. Para mentirse a sí mismo, para lastimar a otras personas. Nunca fue Kagami. Solo que el quiso pensar eso.  Ahora tenía su certeza, su revelación. Eso que había esperado años, y que ahora dolía. Soltó los papeles y las lágrimas cayeron aún más.

 

Las fotografías se deslizaron por el piso, las imágenes revelaban tanto.

 

No quería saber más.

 

Sin decir una sola palabra más, abrió la puerta y camino en dirección hacia la salida. Una vez que se encontró en el exterior, trato de limpiar sus lágrimas pero fallo. No podía parar. Porque él estaba ahí, esperándolo con el auto.

 

—Kise—Aomine le miro preocupado— ¿Qué rayos te pasa?—pregunto con  una ceja alzada. No comprendía absolutamente nada, se suponía que Ryouta solo conversaría con su jefe. 

 

Kise tembló ante su mirada, necesariamente el tenía que esperarlo, no quería verlo. No podía aguantar su presencia. Dolía mucho. Más que nunca.

 

Porque en esas fotos.

 

En esas imágenes…

 

No podía ser Aomine. No.  Se giró y movió una de sus manos—No pasa nada Aominecchi, todo está bien. —deseaba disimular, mentir, aparentar sus heridas. Porque Aomine no podía ser la persona que siempre  deseo. No Aomine. No el novio de Sakurai. Respiro profundo y miro hacia adelante. Ya no más dolor. Avanzo hacia adelante; sin embargo, él le detuvo. Daiki le sujeto una de las manos con firmeza, con fuerza.

 

—Suéltame Aominecchi. —Pronuncio dolido, sintiendo que solo ese contacto le quemaría—Necesito estar a solas un momento. —su voz se fue apagando lentamente. Se sentía débil y exhausto. —Por favor.

 

—No, espera. Un momento, primero explícame porque estas llorando. —Aomine le hizo girar—Escúchame bien Kise, me contrataron para protegerte así que eso voy hacer. Si algo te lastima me lo dices, si algo te molestas lo haces de igual forma. No te guardes ni una sola tontería. Adelante,  puedes decir todo lo que quieras; siempre estaré aquí escuchando todo y no me apartare ni un solo instante.

 

—Aominecchi—bajo la vista—Por favor cállate—apretó los puños y se soltó de un solo tirón—Necesito estar solo ahora.

 

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Notas finales:

Y no se que escribi ;A; 

Sinceramente espero que el capitulo les haya gustado. Muchisimas gracias por leer. 

 


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