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Colors Spell por AleChun

[Reviews - 319]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del capitulo:

¡Hola! ¿Que tal? ¿Como estan? Yo espero que bien, les traigo un nuevo capitulo, esta vez intente escribir mil palabras por dia para evitar demorar tanto con las actualizaciones :'D fue un poco dificil ya que la inspiracion me odia :'33  Bueno, dejando de lado mi drama, espero que el capitulo les guste. Agradezco infinitamente por los bonitos reviews a: Elen Ambar, Alma, vane pahntomhive, Tetsuhiro, Carmen, Dthamiel y Anonimo; muchas gracias y claro, tambien agradezco a los lectores silenciosos por darle una oportunidad a esta historia. De antemano pido una disculpa por  los errores ortograficos y de redaccion.

 

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Furihata Kouki…

 

Furihata…

 

El nombre de su supuesto asesino  se repetía una y otra vez en su cabeza.

 

Furihata Kouki.

 

El. Aquella persona que había sido juzgada a pesar de ser inocente. Que doloroso podía ser, Tetsuya lo entendía, se sentía culpable por ello. Horriblemente mortificado. La primera vez que escucho  el nombre de Kouki, se dio en una conversación casual con Kagami, en medio de sonrisas y anhelos, Taiga le conto poco a poco como había sido su vida durante su encierro. Le narro sobre Takao, sobre Aomine, sobre Sakurai y sobre Kouki.

 

Eso fue aún más doloroso. Escuchar de primera mano que su engaño había cobrado una víctima, ocasiono un terrible pesar en su corazón. Culpa. Mucha culpa y dolor.

 

 Tetsuya hubiese deseado jamás inmiscuir a otra persona al círculo tormentoso que vivía con Akashi. Sin embargo, sucedió y Furihata sufrió, lloro y pago con dolor. E inclusive ahora seguía pagando y eso era algo que no quería seguir permitiendo. Seijuuro tenía que parar su mala obsesión. Tenía que hacerlo, Kuroko sabía cómo hacerlo. No entendía muy bien, el tipo de circunstancias que se dieron, ni mucho menos comprendía el pasado de Kouki y Akashi.

 

Todo era confuso y trágico.

 

Ellos tenían un hijo en común, Tetsuya estaba enterado de ello y evidentemente confundido. Akashi jamás demostró ser infiel y según el expediente de Furihata, el castaño conoció a Seijuuro luego del juicio que se llevó a cabo. No existía un pasado que los involucrase, no había nada, absolutamente nada. Era caótico y errático concluir que tenían un hijo cuando perfectamente ambos demostraban que jamás habían tenido ese tipo de relación.  Pero, sin embargo; ahí estaba.

 

Maasaki Akashi existía.

 

Era genéticamente el hijo de Akashi Seijuuro y Furihata Kouki.

 

Kuroko suspiro. El destino estaba siendo muy cruel, no existía alguna explicación lógica. Lo único objetivo era el genuino sufrimiento de Furihata y la única manera de parar aquello; era mostrando la verdad a los ojos de Seijuuro. 

 

Aunque eso fuese su perdición.

 

—Kuroko— el susurro de Kagami le despertó sorpresivamente de sus pensamientos. Tetsuya alzo la vista y miro fijamente a Taiga, lo había pensado demasiado pero ahora tenía su propia respuesta, la felicidad que compartía con Kagami era producto de un acto egoísta. — ¿Sucede algo? — le pregunto, Kagami le observo preocupado, con aquellos ojos que lo atraían. Definitivamente aquella  felicidad era de doble filo. Tetsuya sonrió y negó con la cabeza. Una mala felicidad tal vez; pero era tan satisfactoria, tan calmada y serena.

 

Tan ella, que solo quería mantenerla un poco más.

 

—He pensado que sería bueno irnos de vacaciones, Kagami kun. No estaría mal un momento de distracción— comento. Ahí, ambos sentados en el comedor del pequeño departamento de Tetsuya. Disfrutando y sintiéndose cercanos, era muy difícil pensar en algo o imaginar algo más.

 

Solo eran ellos dos.

 

Kagami relajo los hombros y se llevó una cuchara de comida a la boca. La idea de las vacaciones sonaba estupendamente bien, no era exactamente su tipo de diversión pero si Kuroko lo deseaba así, podían hacerlo. — Yo llevare el balón y la comida— completo automáticamente, dando su visto bueno al asunto, ocasionando pequeños oleajes de emoción sobre el cuerpo de Kuroko, sin que Tetsuya lo demostrase, por supuesto.

 

Se mantuvieron un momento más de esa manera, conversando y acordando que es exactamente lo que harían respecto al viaje que se propusieron como meta. Los preparativos, el destino, el hospedaje; organizar y armar todo el contenido de su viaje de alguna manera interna… los hacia felices, los hacia olvidar y lo cierto era que los hacia vivir. Vivir con fuerza, con lo que ambos podían compartir.

 

Después de un largo tiempo, Kuroko y Kagami acordaron hablar un poco más del tema; cuando la noche cayese, conversar recostados sobre la cómoda cama de Tetsuya les ayudaría enormemente. Taiga se levantó de la mesa y cogió ambos platos, camino en dirección a la cocina mientras que Kuroko se disponía a limpiar la mesa. Todo era genial, positivo y calmado. Todo continuaba silenciosamente tranquilo.

 

Tanto que daba miedo sentir la renombrada tranquilidad.

 

De pronto, el sonido de los platos cayendo sobre el piso de la cocina retumbo sobre todo el ambiente, Kuroko abrió los ojos sorprendido, el temor invadió su cuerpo y con los nervios un poco alterados corrió hacia la cocina— ¡Kagami kun! — llamo desesperado, asustado, imaginando un millón de cosas, de probabilidades dolorosas, de hipótesis desastrosas.

 

Pero su preocupación aumento aún más, cuando logro notar el cuerpo de Taiga sobre el suelo.

 

Se acercó rápidamente al cuerpo desmayado de Kagami y lo movió  hacia su dirección. Taiga  se encontraba  con una herida en la cabeza producto del golpe que le había ocasionado caer sobre el suelo.  Rozo con sus dedos la pequeña herida de su novio, preocupado de que pudiese ser algo grave. Pero afortunadamente se trataba de una contusión superficial.

 

Sin embargo,  le preocupaba enormemente, le mortificaba y el corazón le dolía. —Kagami kun— insistió nuevamente en un hilillo de voz.

 

 Pero él no contestaba.

 

Insistió un rato más hasta que por fin Taiga abrió los ojos.  Con la tranquilidad nuevamente en su corazón, Kuroko deslizo una de sus manos sobre la espalda de Kagami y lentamente lo ayudo  a sentarse sobre  el piso, lo observo preocupado y sujeto  una de sus manos—Kagami kun, ¿Qué paso? — No entendía, quería saberlo todo, quería el bienestar de Taiga  sobre todas las cosas— ¿Estas bien?

 

Kagami se llevó una de las manos a la cabeza y respiro profundamente—Si— susurro débilmente— es solo que… comenzó a doler —artículo confundido. Giro el rostro y miro a Kuroko— Estoy bien, no es nada. —pronuncio restándole importancia y tratando de tranquilizar a Kuroko.

 

Pero no era cierto.

 

Había algo más.

 

Definitivamente existía algo más.

 

—Kagami kun, necesitas ir a un doct----

 

Sin embargo, las palabras quedaron en el aire cuando Taiga volvió a encogerse sobre su lugar y a soltar el agarre de Kuroko para llevarse ambas manos a la cabeza. El dolor estaba volviendo, estaba siendo más fuerte, estaba volviéndolo loco. No podía soportarlo, era espantosamente torturador. Poco a poco su vista volvía a nublarse y esta vez no fue solamente una horrible punzada sobre su mente, sino muchas, demasiadas.

 

Y no lo aguanto, era difícil hacerlo.

 

 El cayó nuevamente al suelo.

 

 

Guarda un secreto…

Aunque duela…Aunque sea tu final…Aunque te consuma…

Tienes que guardarlo.

 

 

 

-w-

 

 

Furihata abrió los ojos lentamente, se movió poco a poco dentro de la comodidad de lo que al parecer era una cama llena de sabanas suaves y perfumadas,  continúo moviéndose un rato más totalmente complacido por la situación. Suspiro al sentir el pequeño viento frio sobre su piel y sonrió cuando el calor volvió a inundar sus sentidos. Todo era tan irreal, muy diferente a su verdadera realidad.

 

Todo era desconocido y extraño.

 

Muy desconocido.

 

Y como si todo encajase perfectamente en su cabeza, abrió los parpados de golpe y se sentó sobre la cama. Por supuesto que todo era extraño, ya que esa no era precisamente su cama y el lugar en donde se encontraba, no era la casa que compartía con los demás. No. ¿En qué clase de sitio se había metido? Furihata no lo sabía, pero de lo que estaba completamente seguro era  que necesitaba salir de ese lugar, cuanto antes mejor.

 

Se levantó de la  enorme cama con desesperación, dispuesto a salir corriendo, sin embargo; antes de dar un solo paso en falso. No pudo evitar notar,  al pisar el piso alfombrado del lugar,  lo extravagante que todo lucia, cada detalle, cada mueble. Lo segundo que noto, fue su ropa, esa no era la ropa que había llevado el día anterior. Sus jeans y abrigo habían sido reemplazados por una suave pijama de seda. Kouki sintió escalofríos de solo pensar el precio de la ropa.

 

Ahora estaba más seguro de su posición como intruso.

 

Dio otro paso más en dirección hacia la puerta, pero antes de continuar, esta se abrió. El perfil de un  extraño se deslizo y Furihata casi volvió a meterse a la cama.

 

Su cuerpo se quedó estático al notar a aquella presencia. Él estaba ahí. Seijuuro estaba ahí, con mirada serena, con expresión calmada, con un aire que Furihata no podía saber si era calma o un silencio desastroso. Lo cierto era que su mirada lo atravesaba, lo examinaba de pies a cabeza sin parar. Kouki que parara que dejase de hacer pero aun así el continuaba haciendo de las suyas como siempre.

 

Como odiaba eso.

 

—Me alegra ver que por fin despertaste Kouki, estaba preocupado por ti. Los doctores me aseguraron que no tenías ningún tipo de contusión. Sin embargo, no podía estar completamente tranquilo hasta que volvieses en sí.

 

Furihata examino cada una de aquellas palabras. ¿Hospital? Kouki no recordaba hacer estado en un hospital, tampoco tenía conocimiento de haber estado con Akashi en el supuesto momento de haberse herido. Se sentía confundido y más aún; al pensar que Seijuuro fue quien se preocupó y velo por él. ¿Por qué lo haría? Básicamente, si algo malo pasaba con él, era mejor para Akashi. Mucho mejor. Entonces, ¿Por qué? Nada de lo que Akashi decía tenía sentido, era muy difícil creer en sus afirmaciones confusas y circundantes. Dolía, lastimaba, humillaba. Todo eso y aun más es lo que él provocaba.

 

—No recuerdo haber estado con usted Akashi san—dijo por fin Furihata, dando por fin rastros de lucidez.—Pero si es lo que ha sucedido,  me disculpo por haber causado algún tipo de molestia—completo totalmente  convencido de abandonar aquel lugar cuanto antes. No quería perder más tiempo, no quería hacerlo.

 

—No es ninguna molestia Kouki—pero Akashi lo detuvo, pronuncio aquellas palabras con un extraño tono de voz, con un tono agridulce, con sentimientos desconocidos.  Furihata detuvo sus acciones y volvió a enfrentar la mirada de Akashi.

 

—Lo es para mí, por ahora no recuerdo que sucedió ayer, Akashi san. Pero lo mejor es que me vaya, mi trabajo comienza por la tarde y no quiero ser impuntual. —argumento y se giró con toda la intención de buscar su ropa.

 

—No es necesario que vayas hoy, Kouki. Aun estas convaleciente. —pero Akashi volvió a insistir. No quería dejarlo ir. No esta vez. Todo estaba claro ahora, su parecer, sus sentimientos, su criterio sobre Kouki. Todo y aún más. Si hirió a Kouki, si lo lastimo, si actuó horriblemente con él, todo eso quería remediarlo. No era fácil, en absoluto; pero quería intentarlo. Era patético decirlo pero ya no había vuelta atrás. Necesitaba a Furihata, lo requería, lo amaba y sus sentidos y objetivos eran plenamente creados con Kouki como el centro de su universo. —Ya me comunique con el gerente debidamente. He explicado la situación por lo cual puedes descansar libremente.

 

Furihata junto las cejas molesto al oír eso. —Gracias Akashi san, pero me gustaría que dejase de actuar en mi nombre, no quiero que mis compañeros de trabajo alimenten aún más el extraño rumor que hay sobre mí— ya bastante tenía con eso, no quería soportar más. Solo quería trabajar para recuperar a Maasaki cuanto antes. Solo su hijo importaba—Tengo que irme.

 

—Kouki…

 

— ¡Solo quiero a Maasaki!—No entendía porque, pero lo irritaba. Le molestaba en demasía las atenciones de Seijuuro, no quería eso; se sentía engañado y usado. Ese no era el tipo de trato que quería tener con él. No así. — Akashi san. —Volvió hablar tratando de regularizar su voz, girando el rostro y mostrando una mirada llena de dolor— Solo  quiero eso, solo a Maasaki.

 

Akashi escucho en silencio aquello, sentía que en cualquier momento se repetiría lo mismo que con Kuroko. Que Kouki lo rechazaría con frialdad, que expresaría su odio contra él, que lo odiaría con todo su corazón, lo cual se merecía.

 

Sin embargo.

 

—No lo odio Akashi san. No quiero hacer eso. — Furihata entrecerró los ojos y asintió en silencio; a pesar de todo el daño que le  había causado, Kouki siempre se repetía una y otra vez que no se dejaría llevar por ningún mal sentimiento, que no haría eso, que mantendría su razonamiento hasta el final; que contrario a obtener venganza prefería demostrar su inocencia. Prefería mostrarle a Seijuuro que se había equivocado, que él no era culpable. Y quería que  le creyera, que le creyera sinceramente— Así que por favor no quiero que me diga mentiras ni que actué para formar un plan contra mí. No haga eso Seijuuro san, esta vez resistiré con todas mis fuerzas y continuare en esta realidad hasta el final— levanto la vista mostrando seguridad en su rostro.

 

Silencio.

 

Una vez más. Furihata había ganado una vez más.

 

Kouki era diferente y único,  Seijuuro era plenamente consciente de ello.

 

Akashi mostro una imperceptible sonrisa. —Entiendo, sin embargo; te has equivocado nuevamente. — Era momento de demostrarlo, de iniciar ese nuevo camino— Soy sincero, mis acciones y palabras lo son, deja que lo pruebe en este día Kouki. Deja que yo sea merecedor de que pronuncies mi nombre con tus labios.

 

 

Y quise dibujar algo nuevo.

Y quise pintar un nuevo mundo junto a ti… porque te amo…

Te amo.

 

 

 

-w-

 

 

Takao respiro profundo, lo más que pudo. Necesitaba calmar sus nervios y todo lo que, malditamente, implicaba salir corriendo, necesitaba hacerlo por su bien y porque estaba a punto de salir frente a un montón de personas desconocidas para agradecer su asistencia a su fiesta de compromiso.

 

El solo adjetivo lo lastimaba.

 

No se sentía bien al mentir.

 

Claro que no.

 

Bajo la mirada y camino en círculos durante un momento, aunque Kazunari no era exactamente la persona más sincera del mundo; ahora justo ahora se sentía incapaz de continuar con el plan de Miyaji, realizar un matrimonio solo para obtener intereses no hacía más que alterarlo. Quería acabar con el teatro y a la vez no podía, era perfectamente consciente de que todo tenía un punto desastroso. Pero no existían  más opciones, Midorima no lo ayudaría y aunque lo hiciese, no quería aceptar más de su ex esposo.  ¿Orgullo? ¿Apariencia? ¿Dolor? ¿Frustración? Podía ser, todo podía ser cierto. Pero su Shin chan no era el mismo de antes, no era el hombre de antes, no con el cual se había casado.

 

Y por supuesto Kazunari tampoco se sentía como su yo del pasado, ambos habían cambiado.

 

 Producto de toda esa confusión, de  toda esa mierda desastrosa; es que la realidad asesina se colocaba de esa forma. Pero estaban de pie y lo escrito, realizado, armado estaba ahí y no hacía más que avanzar.

 

Apretó los puños y trago saliva. Y Kazunari ya no quería que el daño continuase.

 

Se giró en dirección a la puerta y camino decidido al punto de encuentro con su prometido, estaba listo. Físicamente, Miyaji se había encargado de mandarle todo un grupo de diseñadores y estilistas para lucir presentable frente a la prensa y los invitados, su traje aunque no muy ostentoso se mostraba agradable y elegante a la vista. Iba perfectamente con su personalidad. Su porte y perfil irradiaban seguridad.

 

Y su meta, su propósito hacia que todo valiese la pena.

 

Una vez que cruzo el umbral de la puerta; instantáneamente Miyaji se le acerco y con una mirada decidida asintió, ambos estaban preparados para enfrentar lo que viniese. Todo estaba claro entre ellos, aquel matrimonio era meramente formal, no implicaba alguna otra instancia más, se tomaron de las manos y se dirigieron a la recepción.

 

Y lo demás fue movimiento, sonido, fotografías instantáneas; un caos completo. Los periodistas no tardaron hacer un escándalo tremendo, los invitados que hasta hace poco se mantenían en conversaciones personales voltearon en dirección a ellos. Todas las miradas se concentraban en la pareja, Takao tuvo el breve impulso de detener sus pasos por un momento; pero, no se lo permitió.

 

Por más nervioso que estuviese, siguió con su camino. No miro hacia ningún lado y se dejó guiar  por el enorme salón en dirección a la mesa principal del evento. Cuando llegaron a su destino, ambos se detuvieron y enfrentaron las cámaras. El motivo por el cual la prensa centraba especial interés en aquella fiesta era mayormente por el antiguo suceso que implicaba la supuesta infidelidad de Kazunari, por supuesto; ahora todo el mundo  tenía la certeza de que los rumores, ya no eran solo eso, sino, la verdad. El compromiso lo confirmaba.

 

Las mayores industrias continuaban envueltas en aquel lio. La total competencia entre el corporativo de Miyaji y la empresa de Midorima parecía ser el punto de quiebre.

 

Lo cierto era que Takao odiaba toda la situación, no soportaba escuchar ni leer titulares escabrosos en los periódicos. Por eso y más prefería no hablar aunque todas las preguntas fuesen dirigidas hacia él. No quería escucharlas, no más. Giro el rostro y dejo que Miyaji respondiese con cautela cualquier tipo de interrogatorio incomodo, se mantuvo así un momento más; cuando escucho que se pasaría a la última ronda de preguntas, volvió a girar el rostro y lo vio. Pareció que todo el mundo se hubiese detenido en ese instante.

 

Furihata estaba ahí con los ojos bien abiertos acompañado de un hombre pelirrojo en la zona exclusiva de los invitados de elite.

 

No entendía ¿Por qué Kouki estaba ahí? No podía ser, Takao no deseaba que sus amigos se enterasen de todo lo que estaba haciendo, se sentía avergonzado de ello. Kazunari prefería mantenerlos alejados de cualquier tipo de incomodidad, es por ello que no concebía la idea de tener a uno de sus amigos frente a él. Todo estaba mal, muy mal.

 

Por otro lado, Furihata parpadeo confundido y se levantó instantáneamente del asiento. Necesitaba hablar con Kazunari un instante, sujetarlo de los hombros, preguntarle; ¿Por qué diablos se estaba comprometiendo? ¿Por qué no lo había contado ni comentado?  ¿Por qué callaba algo tan importante? Pero antes de dar un paso más hacia adelante, Akashi lo sujeto de uno de los brazos  y con suavidad lo insto a volver a tomar asiento. Kouki lo miro con una ceja alzada.

 

—Entiendo perfectamente tu confusión, Kouki— pronuncio con su típico tinte frio y lineal— pero lo recomendable ahora es que dejes que Kazunari continúe con su papel o de lo contrario las consecuencias recaerán negativamente sobre el— completo.

 

Kouki proceso esas palabras durante un momento, aunque Akashi le dijese todo eso; no podía mantenerse tranquilo. Se trataba de Takao, su amigo. No quería dejarlo así por así, dejarlo a la deriva, en la soledad de un sufrimiento. No.  Pero; un pequeño punzón en sus nervios, en su mente, en su cuerpo, movió su decisión. Todo eso  le hizo dudar, le hizo observar la  mirada de Akashi. Le hizo ver la sinceridad, le insto a cederle un poco de confianza. Solo un poco. Necesitaba hacerlo.

 

Furihata decidió inclinarse por primera vez hacia aquellas palabras. Porque ahora era  la oportunidad, solo ahora.

 

Kouki se sentó nuevamente en su lugar y suspiro. Hasta hace poco se suponía que todo trataba sobre Seijuuro; sobre su insistencia de mostrarle la sinceridad en sus acciones. No entendía el motivo de porque lo había obligado a asistir a esa fiesta, comprándole ropa y todo tipo de cosas innecesarias. Creía que se trataría de algo diferente, jamás se había esperado encontrarse ahí a Takao. Ni tampoco enterarse sobre su compromiso.

 

Estaba confundido.

 

—Akashi san— hablo por fin después de un largo rato de silencio— ¿Conoce a Takao? — pregunto deduciendo que Seijuuro sabía algo al respecto, la manera en la que anteriormente se había dirigido a Takao. Con tanta familiaridad. Eso no hacia más que confirmar sus sospechas y armar el rompecabezas.

 

Akashi se cruzó de brazos— Kazunari era el esposo de uno de mis más cercanos amigos, un matrimonio bastante sólido durante sus primeros años diría yo—argumento ocasionando sorpresa en Kouki.

 

Ahora entendía, Furihata recordaba que Takao le había contado algo referente a ello; sobre el esposo que no quiso creer en él. Todo se complicaba aún más, cada vez más. Continuo escuchando durante un momento más la explicación de Seijuuro hasta que se vio a si mismo entendiendo todo. Siendo consciente del sufrimiento de su amigo. Apretó los puños y dirigió la mirada hacia el frente. Observo cada gesto y movimiento que efectuaba Takao.

 

Solo él. Solo el, era lo suficientemente fuerte para soportar aquello.

 

De pronto, en un momento determinado; los sonidos de los camarógrafos se hicieron aún más frecuentes, más estruendosos. La puerta del salón fue abierta por el personal del lugar, y la figura de un extraño se mostró en el lugar. Furihata volvió a mostrarse confundido.

 

—Es Shintaro— Seijuuro tomo una copa de vino de una de las bandejas y se la llevo a los labios— Solo observa, Kouki.

 

Furihata quiso replicar que en realidad no quería observar y que se sentía bastante incomodo al respecto de toda la situación. Pero cualquier intento de protestar ceso cuando presencio que aquel hombre se mantuvo en su mismo lugar, observando a Takao. Solo ahí.

 

Inmóvil.

 

Y no hubo más.

 

Tampoco era necesario que lo hubiera.

 

Takao sonrió y con todo el dolor de su corazón, sujeto la mano de Miyaji e hizo una pequeña reverencia. Fijo la vista en los ojos de Midorima y lo entendió. Tal vez el necesitaba escucharlo directamente—Agradezco a todos los invitados — comenzó con fuerza renovada, con felicidad fingida— A mis amigos— su voz continuo firme— a los amigos de mi prometido— silencio— Incluyendo a Midorima Shintaro, es un placer saber que compartes nuestra felicidad…

 

Fue suficiente. Takao dio un pequeño apretón sobre la mano de Miyaji y el entendió que era momento de partir. Todo estaba dicho. Las palabras de Kazunari habían sido duras, certeras y dolorosas. Una a una se clavaron en la piel de Midorima, se dibujaron en su mente e hicieron de las suyas en lo más profundo de su corazón. No tenía nada que ocultar ni tampoco que aparentar.

 

Seijuuro que observaba todo desde el otro lado del salón no pudo hacer más que limitarse a ser parte del mutismo.

 

 Esto era lo que todos habían obtenido.

 

Sin embargo, para su sorpresa; Furihata se levantó del asiento  y camino en dirección a Takao.

 

Kouki estaba decidido, necesitaba alcanzar a Takao antes de que saliese de su campo de visión completamente. Necesitaban hablar sobre el tema en cuestión.  Camino lo más rápido que pudo tratando de esquivar a los periodistas, se movió ágilmente por todo  el lugar y se apresuró en llegar hacia el lado de su amigo. Pero antes de rozarlo fue empujado por la prensa y cayó al suelo.

 

Chisto molesto al verse a sí mismo sobre el alfombrado del lujoso salón, trato de levantarse por sí mismo para continuar con su camino, coloco una mano a un lado de su cuerpo para impulsarse hacia arriba, sin embargo;  noto la sombra de alguien a lado suyo. Confundido,  Kouki levanto la mirada y lo vio ahí, observo la mirada  de Akashi y antes de que pudiese decir algo más. Él le sujeto y lo ayudo a levantarse.

 

Uno de los periodistas noto aquel suceso y los miro confundido, con algo de duda se acercó a la pareja  y se dirigió a Seijuuro—Akashi san, nos sorprendo verlo aquí—comento aquel hombre levantando el micrófono de la televisora— Sabemos perfectamente que usted no acostumbra a asistir a este tipo de eventos, sin embargo; está aquí. Como sabemos es usted uno de los amigos de Midorima Shintaro, ¿Se debe a esto su presencia?

 

Seijuuro sujeto una de las manos de Furihata y negó con la cabeza—En absoluto, Miyaji  Kiyoshi es uno de mis más grandes socios en la industria, es por ello que decidí asistir a esta gala. Reitero mis felicitaciones a los futuros esposos.

 

El hombre asintió sin ignorar el pequeño detalle de las manos entrelazadas de Seijuuro y Kouki—Oh por supuesto—sonrió sin apartar la mirada de Furihata. Kouki se sintió un poco incómodo—Vemos que se encuentra muy bien acompañado.

 

—Por supuesto —sonrió— Él es Furihata Kouki—pronuncio— Mi próximo esposo y compañero.

 

Silencio.

 

Furihata miro confundido a Akashi, luego observo al periodista. Y tuvo un muy mal presentimiento al notar como el camarógrafo hacia un escándalo y los periodistas que quedaban en el lugar corrían apresurados hacia ellos.

 

No. Definitivamente ya no podía salir de la vida de Seijuuro y más cuando noto esa sonrisa. Esa sonrisa que no lograba comprender con facilidad.

 

 

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Notas finales:

Aqui termina, esta vez no hubo flash backs :'D Sobre el capitulo en cuestion, espero les haya gustado. Creo que el drama se intensificara un poquito en los proximos capitulos. ¡Gracias por leer y por la paciencia! Espero leernos pronto. 

 

 


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