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Colors Spell por AleChun

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Notas del capitulo:

¡HOLA! 

Si.

Soy una perra.

Okey, antes de empezar, pido disculpas, He tardado demasiado en traer este capitulo. Estos meses se me han ido como el viento y no he podido escribir nada, entre la universidad y algunos problemas, se puede decir que me hundi solita, me deprimi, me alegre, engorde, llore, pasaron un monton de cosas y pues bueno, el tiempo escapo, en fin el punto es que ahora que estoy de vacaciones espero poder actualizar mas seguido, de hecho no se si todavia alguien se acuerde de este fic xD pero como siempre digo, voy a terminarlo, asi tenga que actualizar el dia de mi graduacion, voy a terminar este fic :'c. 

Y eso, muchas gracias por leer mis tonterias.

Me disculpo por lo corto del capitulo, pero estas escenas se me han hecho dificiles y encuentro mas faciles subirlas por separado,

Perdonen la fea redaccion, estoy oxidada. 

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Si llevas una máscara, nunca podrás ser feliz.

 

El silencio inundo la habitación en cuestión de segundos. El aire frio  se deslizo en medio de toda la tensión. Kuroko observo complacido el pequeño moretón rojo que había dejado en una de las mejillas de Furihata. Se sentía completamente realizado, bien, absolutamente perfecto. No como antes, ahora se sentía mejor. De pronto, los sentimientos de angustia, de perdida, de dolor, de su amor, todo se había ido, había desaparecido y lo único que quedaba en su interior era odio, repulsión y hasta un poco de lastima hacia Furihata Kouki.

 

Pero lastima por haberse dejado atraer y seducir por alguien tan repulsivo como Akashi.

 

¿Podía estar tan ciego? Kuroko no lograba entender los pequeños pensamientos de Furihata. Sin embargo, sonrió. Las cosas ya estaban hechas. Furihata san y Akashi kun habían decidido amarse y entregarse sus corazones mutuamente. Pues bien, recibirían las consecuencias de sus actos.

 

Bajo su mano lentamente y asintió en silencio.  Estaba convencido. Los dos podían irse al maldito infierno.

 

-¡¿Qué se supone que estás haciendo?!-Seijuuro grito al instante. Una reacción tan natural, que Kuroko ya hasta la había anticipado y desarrollado una y otra vez en su mente. Tetsuya relajo los hombros y giro con lentitud. No tenía miedo. Había armado la situación  en su cerebro, lo más seguro era que Akashi le repudiaría y hasta le respondería con ira y exaltación, y eso, era algo que esperaba. Porque quería verlo así, destrozado, hundido y desesperado.

 

Estaba dispuesto a acabarlo.

 

—Simplemente estaba aclarando su lugar en esta casa—levanto la vista— ¿O es que acaso esperas que le dé un abrazo?—pregunto sonriendo de lado, observando con deleite cada una de las reacciones de Seijuuro, sus ojos, su nariz, su piel, su tono decaído. Por supuesto, era maravilloso observar las primeras heridas que comenzaba a ocasionar en ese corazón. Era espectacular ver como comenzaba esa caída. De poco a poco. — Después de todo—se cruzó de brazos— Estamos hablando de tu amante, Seijuuro kun. —aclaro.

 

Ante la sola mención, Akashi apretó los puños  y comenzó a caminar hacia adelante, no estaba dispuesto a permitir que alguien humillase a Kouki frente a sus ojos.  No lo permitiría.

 

Sin embargo.

 

—Akashi san…

 

Furihata llamo, despacio y muy bajo. Con miedo. Con vergüenza. Levanto la vista y miro los ojos de Seijuuro. —Por favor detente—pronuncio  bajo y lento. Aun en shock por todo lo que estaba sucediendo. Furihata, no podía considerarse a sí mismo como una persona inteligente, audaz y de rápida comprensión, y era por eso, que las palabras que habían sido dichas por Kuroko seguían flotando en el aire. No podía comprenderlas. Trago saliva. No podía comprender porque Kuroko estaba ahí, nada de lo que sucedía tenía sentido, y aun así, observo a Akashi, no quería causar más problemas. No ahora, no era lo indicado.

 

No cuando posiblemente el que estaba sobrando en ese lugar era él.

 

Y por supuesto, porque no quería que Seijuuro actuase producto de un impulso.

 

Kouki apretó los puños y bajo el rostro. Todo era tan confuso, y a la vez, tan horrible… Movió la cabeza a un lado y camino hacia la puerta del cristal—Me iré ahora.

 

—Kouki

 

—Está bien, Akashi san—interrumpió. No quería escuchar más. No quería seguir hablando. Akashi no tenía la culpa. Seijuuro no la tenía. Seijuuro también estaba confundido. Seijuuro le daría una explicación. Seijuuro debía estar bien. Seijuuro por supuesto estaba con él.

 

Las emociones en su cuerpo se desbordaron. El temblor inundo sus manos. ¿Por qué?              Y es que de repente; las palabras, todas ellas, estaban entrando en sus sentidos, fundiéndose ahí. Clavándose ahí, haciéndole recordar, refrescando su memoria, trayendo a colación que la razón por la que Akashi le había odiado tanto era porque él había arrollado a su amado esposo. —Solo creo—susurro con voz temblorosa—Solo creo—repitió con dolor—Que lo mejor ahora es que hables con Kuroko san—sonrió, tratando de mantener la calma en su rostro. Tratando de aligerar el dolor en su mejilla. Tratando de olvidar por un segundo todo lo que estaba frente a sus ojos.

 

Kuroko estaba vivo.

 

El esposo de Seijuuro estaba ahí.

 

Cerró los ojos. La vocecilla de su cabeza y sus recuerdos comenzaba a salir.

 

“Y quiero que tengas una cosa bien clara, Kouki. No voy a descansar hasta que pagues por haber arrancado a Tetsuya de mi lado”

 

Sus ojos se cristalizaron.

 

Kuroko estaba ahí…

 

Una lagrima se deslizo por su mejilla.  No estaba listo para escuchar más. Abrió la puerta lo más rápido que pudo y camino con velocidad. Quería estar solo. Quería apartarse de ahí. Quería irse lo más lejos posible. Simplemente no quería comprender más.

 

— ¡Kouki!—Akashi grito siguiendo el mismo camino que Furihata había tomado inicialmente.

 

No obstante.

 

—Alto ahí Akashi kun—Kuroko  volvía a colocarse como un obstáculo difícil de traspasar, Tetsuya simplemente estaba ahí, bloqueándole el paso, haciendo todo más molesto de lo que debería ser. El semblante de Akashi se oscureció, no podía soportarlo más, pero, aun así Tetsuya continuaba de pie frente a él, presionando una de sus manos contra el abdomen de Seijuuro. — El esfuerzo de Furihata kun debe ser recompensando—asintió—Vamos a hablar.

 

Seijuuro le miro con odio. No entendía las acciones de Tetsuya. No entendía su necio afán de molestar a Kouki. —Lo único comprensible de esta situación, Tetsuya—cogió la mano de Kuroko y la aparto con poca delicadeza—Es que mentiste acerca del accidente, mentiste sobre tu muerte, y lo peor—sus ojos irradiaban rabia—Es que inculpaste a Kouki.

 

—Jamás tuve la intención de inmiscuir a Furihata kun en esto, él era el que conducía el auto.

 

— ¡No te creo!—grito— ¡Todo lo que sale de tu boca son mentiras!

 

El rostro de Kuroko se mantuvo imperturbable—De saber que te enamorarías de Furihata kun—sonrió— Simplemente lo hubiese puesto en tus ojos antes, para que así te apartases de mi vida y de la de Kagamí kun. —levanto la vista—Así me hubiese evitado el problema de esconderme todo este tiempo. —dio un paso hacia atrás y camino en dirección al enorme escritorio situado a un lado de la ventana—No me importa si me crees o no Akashi kun. — Hablo con lentitud mientras abría uno de los cajones—Eso no es lo importante ahora—coloco un sobre negro sobre la base. Ese sería el final. No estaba dispuesto a seguir el mismo juego para siempre.

 

Seijuuro observo aquello con indiferencia. 

 

Silencio.

 

Kuroko relajo los hombros. —Adelante—sugirió con un gesto. Instando a que Akashi leyese el contenido del sobre. Sin embargo, Akashi no se movió ni un solo centímetro, todo indicaba que no estaba dispuesto a hacerlo, no estaba dispuesto a seguir sus órdenes, ni sus palabras, ni nada que saliese de él. Tetsuya suspiro complacido.

 

Seijuuro era tan predecible.

 

—Es curioso, ¿no? —comenzó a hablar en dirección a nada en particular. Solo al aire proveniente de la ventana—Maasaki kun tiene unos bonitos lunares en la espalda, una linda sonrisa, una piel suave, unos bonitos ojos…

 

—Kuroko—la voz de Akashi corto el dialogo de Tetsuya. —Te prohíbo que hables del hijo de Kouki, no quiero escuchar ni una palabra más.

 

— ¿Por qué?—susurro— ¿Es molesto, Akashi kun?

 

—Detente

 

—Pero si viene la mejor parte—se detuvo un momento. Quería que Akashi sufriese tanto como él lo había hecho. Quería verlo llorar, sufrir, gritar, tanto como él lo había hecho. Y si era posible, un poco más, solo un poco más. —Maasaki kun tiene un linaje tan importante. — Agrego con deleite— Es un niño muy especial.

 

—Tetsuya…

 

—Después de todo—corto la voz de Seijuuro. Iba a disfrutar tanto esto. —también es hijo biológico de Akashi kun.

 

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Notas finales:

¡Muchas gracias por leer!


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