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Monstruo por grimmyschiffer

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Notas del fanfic:

Naruto pertenece a Masashi  Kishimoto junto con todos sus personajes yo solo los tomo prestados para darle forma a mi desbordante imaginación.

 Bueno que decir, estaba en modo maligno y me dieron unas terribles ganas de hacer algo distinto, un poco oscuro, hace tiempo que no he visto gore por lo que ya me hacía falta siquiera algo  parecido y cuando la inspiración llama es hora de escribir.

Notas del capitulo:

Este fic inicia después del capítulo 700, unos años después más o menos, la personalidad en Naruto será opuesta a la original pero será por una buena razón, tenía ganas de jugar con la psiquis humana y los motivos que pueden hacer cambiar a una persona radicalmente de forma de pensar, Naruto tal vez se lea ooc pero es intencional.

¿Monstruo? Muchas veces ha oído esa palabra dirigida a su persona con odio, con miedo y siempre se ha esforzado en probar que es mentira, siempre lo ha negado una y otra vez hasta el cansancio pero ya no más, ahora lo acepta y sabe que el apelativo le queda como un guante, la sociedad ha acabado con lo que una vez fue y ya solo queda el monstruo al que le temían, el ser en que lo han convertido, Konoha por fin tiene a su “merecido” Hokage, al que han pedido por años, que no se quejen ahora porque no hay marcha atrás.

-Hola querido…- lo besa en la mejilla y lo estrecha contra su cuerpo, ha tenido que esperar más de veinte años desde que lo vio por primera vez para poder llamarlo así, para sentirlo totalmente suyo como siempre debió haber sido.

-Naruto…- esa voz tan suave y fuerte a la vez le excita, envía pequeñas corrientes de deseo a todo su cuerpo en especial a su parte baja, lo ama con deseo poderoso, con amor interminable, con creciente locura.

-Te amo Sasuke ¿lo sabes?...- sonríe mostrando sus caninos en una sonrisa completa, sus ojos desbordan adoración al ver que su adorado acepta con la cabeza meneando levemente sus cabellos -…¿Tú me amas?...- le acaricia los mechones negros sin cansarse de su suavidad, como añoro ese simple contacto por años, años de infinito dolor y miseria, parecían siglos pero la condena ya ha terminado -…Dímelo…- ordena, quiere oírlo, regocijarse en las tiernas y dulces palabras.

Disfruta contemplando el ligero ceño que ha aparecido en la frente blanca, Sasuke se muerde el labio y mirándolo retadoramente y casi con un brillo asesino pronuncia -…Te amo…- Naruto alza una ceja inconforme del tono neutro y la falta de algo muy importante -…Te amo Naruto…- así está mejor, suena dulce y pese a que el tono no ha cambiado su mirada negra como lucero se ha prendido, brilla, no puede negarse ni a sí mismo el amor que tiene por ese rubio.

-Me haces tan feliz…- se inclina un poco para besarlo, casi la misma altura sin embargo Naruto ya no es el niño enclenque que era el más pequeño de su clase y al que se le apartaba y odiaba, ahora es respetado y temido, es el Séptimo Hokage, más poderoso que los otros juntos por más que suene vanidoso y su altura va de la mano a su poder, es el más alto de su generación y en los últimos años ha crecido más conforme su poder cortesía de Kurama -…Mírame…- le alza el mentón con cuidado, con calma, lo convence de seguirle el ritmo, no lo obliga, nunca lo hace, Sasuke es especial a él no le pondría una mano encima desde que es su esposo, Sasuke es su más grande tesoro, no lo dañaría, en los demás se regocija, que le miren hacia arriba lo hace sentir imponente, superior, inalcanzable, ese sentimiento de supremacía que no aprecio en el pasado ahora le satisface -…Mi luna adorada, luna de mis ojos, luna de mi vida…- ese lazo ancestral nadie lo podrá romper, nadie ha podido ni lo hará.

 

-Permiso…- Naruto eleva la cara con evidente mal humor, su oficina es su templo donde solo quien él desea entra sin permiso -…Siento si interrumpo…- Shikamaru fue su amigo, tan fiel, tan listo que sabe cuándo disculparse.

-Interrumpes…- afirma soltando levemente a su pareja ante su incomodidad pero le detiene de una mano entrelazada con la suya -…Habla Shikamaru…- más vale que valga la pena lo que tenga que decir.

-Bolt ha tenido un accidente…- por un momento su mirada tiembla pero casi enseguida se recompone, si fuera él mismo de hace un año atrás ya estaría saltando sobre Shikamaru pidiendo explicaciones o corriendo donde sintiera la presencia de su hijo, pero ya no.

Voltea la cabeza y mira a Sasuke, alza las manos entrelazadas y da un suave beso en el dorso de la blanca mano al tiempo que pregunta tranquilamente -…¿Cómo está?...- no voltea a ver al pelilargo al preguntar.

Shikamaru suelta un breve suspiro que no pasa desapercibido para el Hokage que gruñe molesto prestándole por fin su atención pero antes de que haga algo Sasuke le toma el mentón atrayendo de nuevo su mirada -…Iremos a ver a tu hijo…- Naruto sonríe, casi ronronea de satisfacción, le agrada que su pareja muestre interés en sus crías hijas de otra “hembra” mientras no sea “demasiado” ya que no está dispuesto a compartirlo, sabe que Sasuke es un hombre pero es más pequeño, uno de los más altos de Konoha pero no más que él, cuando niño había sido al revés pero como Kurama dijo una vez “Las ‘hembras’ humanas son más altas de niñas pero su hombre las sobrepasa en la madurez” totalmente cierto pese a la notoria contrariedad de esas palabras, su Sasuke no es mujer pero una vez más probaba ser su eterna pareja elegida por el mismo destino.

Se van a paso lento, Naruto casi gruñe como animal rabioso cuando su esposo toca ligeramente el hombro de Shikamaru en mudo entendimiento, no le gusta el contacto, lo aborrece, solo él tiene derecho a recibir tales muestra de “afecto” del amor de su vida.

La gente en las calles les hace reverencia al verlos pasar, se inclina y ofrece regalos y flores al Hokage y su pareja, no se atreven a mirarles a los ojos, es una falta de respeto y de paso se ponen en peligro.

-Espera Sasuke…- le suelta la mano un momento para acercarse a un puesto que le es familiar, demasiado, toma una de las muchas máscaras que adornan el puesto, una que quiso con ahínco en su infancia y aún recuerda lo que paso ese día -…Me gusta…- una máscara blanca de zorro con los característicos pintados de la fecha que se acerca, que se celebra.

-Es…un…re…galo Hokage-sama…- tartamudea el hombre dueño de la tienda sin apartar la mirada del suelo temblando ligeramente.

-No te he dado permiso para hablarme…- pronuncia con voz gruesa y fría, llena de resentimiento.

-Yo…lo…lo sientooo…- miedo, puede olerlo en el aire, le atrae, le gusta.

-Tú… eres…- está por decir algo cuando nota que una máscara también blanca de gato en la que hay una pequeña luna en una de las cejas es alzada y acariciada por su amante -…¿La quieres?...- le toma la mano y guarda ambas máscaras de festival entre sus ropajes dando una última mirada al hombre tembloroso y ya casi acabado por los años -…Alza la vista…- ordena y de inmediato es obedecido y puede contemplar el temor en su mirada, con una sonrisa le tira unas monedas al rostro con suficiente fuerza para que impacten en su rostro y se desparramen por el suelo así como una vez él se atrevió a tirarle una máscara de zorro en la cara cuando solo era un indefenso y triste niño y ese sujeto un hombre fuerte y malvado, giros que da la vida, ahora es exactamente al revés, es la primera vez que lo hace pero no será la última, ¿Qué más hacer? Ideas surgen, los impuestos tal vez, bien dicen que uno cosecha lo que siembra.

 

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-Papá…- en cama y con una pierna rota pero nada más, en realidad a Naruto le decepciona que lo hayan sacado de su despacho por semejante “pequeñez”, él tuvo heridas peores y nunca se quejó, ni siquiera cuando cayó de las gradas de su viejo edificio cuando tenía 8 años a lo mucho y casi se amputa una pierna por una hoz de cosecha que un imprudente dejó al pie de las escaleras, quizá la diferencia fue que él no tenía a nadie, si no se levantaba por su propio pie y lavaba la herida nadie lo haría, Kurama fue muy útil en esa ocasión, quizá hasta él tuvo piedad de un pobre mocoso abandonado a su suerte, extraña al zorro, Kurama hoy en día le habla muy poco, sigue molesto, ya se le pasara.

-Creí que era grave…- dice con visible molestia, Bolt es un malcriado como él mismo fue en su niñez pero aparte de eso es consentido y débil, ahora comprende el hartazgo que debía sentir Iruka al ser su maestro, lo dice por la debilidad, Naruto puede haber sido travieso y alocado sin dudar pero consentido no, Bolt no ha heredado su fuerza ni carisma y si lo hizo lo tiene bien escondido, en su caso particular Naruto tiene la certeza de que es por influencia de su madre, esa debilidad de carácter y cuerpo no solo lo tiene Himawari sino también su hijo varón, hasta hace un año lo había aguantado y soportado como un padre conciliador pero ya no, amaba a sus hijos por lo que si quería que fueran fuertes tenían que sacar el Naruto de su interior o estarían acabados, unos fracasados, no lo permitiría y con mimos y palabras de aliento no consiguió nada en el pasado.

-Naruto-kun…- esa voz y ese gesto que aunque no ve sabe que está ahí le molesta, ¿Cómo vivió a su lado? Simple, lógico, Naruto quería ser feliz, reconocido, un Hokage como ninguno, que rompería las reglas de los clanes, liberaría los “pájaros” de sus jaulas, no de la forma como se fue Neji claro, traería honor a los héroes “malentendidos” como Itachi, etc, etc y para eso necesitaba ser aceptado como ningún otro, no podía tener ni una mancha en su futuro, entonces lo único que tuvo que hacer fue forzar sus sentimientos, intensificar las pequeñas reacciones que ella le provocaba como a cualquier hombre  para fingir que era amor, se preocupaba por ella, la quería como amiga, era bonita, de un clan fuerte, lo amaba, forzarse no fue tan difícil, hasta se engañó a si mismo por años pero tarde o temprano la verdad salió a la luz -…Bolt se estaba esforzando para dominar el Rasengan…- no la amaba, ella siempre se dio cuenta de sus verdaderos sentimientos pero lo engatuso, lo “hipnotizo” con el poder de sus malditos ojos, ya debía de saber que los ojos principales de “Kaguya” no tenían un solo poder no por nada su más letal enemigo los quería, esos ojos eran el engaño perfecto pero ya no funcionaban con él, nunca más sin embargo el daño estaba hecho, Hinata dejó que se casara con ella, dejó que tuviera hijos con ella, permitió que su “verdadera Luna” se casara y Sasuke le diera una hija a Sakura, una hija que por derecho debía ser suya, esa egoísta mujer no era más su amiga, no representaba nada y su voz tierna y conciliadora lo había hartado hace mucho tiempo.

-Si te pareces a tu padre pronto lo conseguirás…- animo Sasuke a su ex-alumno, Naruto desvió los pensamientos al ver esa sonrisa tan parecida a la suya aflorar en los labios de su mini clon al mirar, no, al perderse en los ojos negros como la noche de Su Sasuke, ¿Cómo se atrevía a mirarlo así? Solo él tenía derecho a mirar así al pelinegro, con esa devoción y adoración, quien se atreviera a interferir entre ellos u osara tratar siquiera de quitarle a la luna de su vida estaría muerto, sin excepción, amaba a su descendencia pero cualquier amor palidecía cuando se trataba de su esposo a quien adoraba con ciega devoción.

-Sasuke vámonos…- no le gustó esa mirada, su hijo se vio decepcionado e incluso hizo amago de pararse, no parecía triste por su partida sino más bien porque Sasuke se iba, ese solo incremento su malestar, su hijo se parecía a él, quizás demasiado -…Bolt mañana te reincorporas al entrenamiento junto a Himawari…- ella ya había descansado suficiente, dos semanas para una simple desgarre de hombro era demasiado, tenían su sangre en las venas y parte del poder de Kurama que no se hicieran los débiles, su hija sería fuerte cuéstele lo que le cueste y si Bolt quería permanecer en pie más le valía que le quitara esa mirada a su esposo o si no su próximo entrenamiento sería todavía más duro, Sasuke fue un buen maestro para su hijo pese a que este era rebelde un año atrás pero ahora Naruto lo entrenaba en persona, Sasuke podía seguir entrenando a su hijo como lo hacía con Sarada pero Naruto no toleraba ver esa “mirada” en Bolt tan parecida a la suya para con su esposo, Bolt aún era un niño pero el tiempo y los años cambiarían eso, era mejor dejar todo claro antes de tener futuros “inconvenientes”.

-Naruto yo…- Hinata calló al instante que el hombre que aún amaba la miro con ojos fríos de hielo, no la quería cerca y tampoco al último de sus hijos, no tenía contacto con él, quizá lo hubiera amado pero desde que lo vio no quiso saber nada de él, esos ojos blancos le recordaban constantemente que tenía lazos con ella que no se podían romper que podía ignorar en Bolt y Himawari al tener estos los ojos azules comparables a los suyos en el pasado, del tercero no sabía ni el nombre a pesar de tener algo más de unos meses, no sabía en realidad la fecha exacta, el niño no tenía culpa, solo Hinata y principalmente él mismo pero no daría su brazo a torcer, ya no más.

-Nos vamos, Sasuke mi esposo y yo…- rectifico elevando la mano del pelinegro portador del Sharingan y del Rinnegan aunque obsoletos mostrando un hermoso anillo color plata en espiral como serpiente que llegaba hasta casi el primer nudillo del dedo anular prueba tangible de su amor por el pelinegro que descansaba cómodamente sobre otra argolla (que parecía parte de la primera) de oro puro delgada y fina representante de su segundo matrimonio, pero indudablemente más feliz que él primero con solo un año juntos.

Todos en la sala callaron, Bolt apretó dientes y puños furia reprimida sin saber exactamente el porqué de su molestia, Hinata contuvo las lágrimas de humillación que desbordaban sus ojos, Hanabi se esforzó por no mirarlo con odio al recibir semejante ofensa contra su sangre en su propia casa y el padre de ambas solo bajó la mirada guardándose su irritación en completa impotencia, la última vez que alguien se atrevió a decir algo respecto al divorcio del Hokage o peor aún atentar contra la vida del pelinegro acabo tres metros bajo tierra después de interminable tortura acusados de traición, irónico que la única vez que los ancianos consejeros fueran inocentes recibieran todo el peso de sus culpas terminando en tumbas sin nombres a las afueras de la aldea.

 

 

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-Naruto…- llamó Sasuke al ver a su esposo tocarse la cabeza y revolverse los cabellos, por el camino que tomaban era obvio que no volverían a la torre Hokage por ese día, la mirada de Naruto le dijo al pelinegro que la tensión había pasado, con él siempre era natural.

-No quiero volver al trabajo…- dijo despreocupadamente sonriendo con dulzura, volvía a ser el Naruto de siempre, el bueno y amable que se preocupaba por su gente y daba la vida por su aldea.

Sasuke se mordió el labio inferior levemente y preguntó -…¿Sarada?...- casi al instante la sonrisa se borró, Sasuke no le temía, nunca a Naruto pero extrañaba a su hija.

-“Nuestra” hija volverá pronto…- dijo con tranquilidad sin soltarle la mano, Sasuke no lo contradijo, Naruto solía referirse así a su hija -…Quiero ramen…- cambio el tema rápidamente volviendo a sonreír, caminaron a paso lento pasando de largo el puesto de Teuchi, quería comer en casa, en el calor de su hogar, comer lo que las manos de su consorte preparaban, aunque fuera muy salado, casi crudo o quemado no importaba, Sasuke era bueno en muchas cosas pero en la cocina daba pena la primera vez que lo intento, sin embargo Naruto se comió cada uno de los “exóticos” platillos que el pelinegro le preparara con deleite como si comiera un manjar de los dioses, para él lo era, sentía el sabor desagradable en la lengua pero en su mente era comer el cielo.

-Aquí tienes Naruto…- sabía delicioso, ahora entendía que de seguro el teme de su esposo cocinaba mal a propósito pero eso ya no importaba, Sasuke ya había aceptado que su lugar era a su lado, pero era tan orgulloso que no lo demostraba.

-Teme ¿sucede algo?...- Sasuke se veía preocupado, no le gustaba verlo en el dolor, toda la vida lucho para sacar a su amante de la tristeza.

-Come dobe…- esa sonrisita de lado tan pequeñita que apenas se veía, ese era su teme, como adoraba que lo llamara por su apodo “cariñoso”, sabía que Sasuke tenía motivos para estar molesto pero al igual que a Kurama se le pasaría con los años, tenían que acostumbrarse al nuevo Naruto tarde o temprano porque había llegado para quedarse.

La cena paso con normalidad y una vez terminada Naruto sintió hambre de nuevo pero de otra cosa, tenía hambre de su esposo, se le acerco y beso su cuello pasando las manos por la delgada cintura desatando el nudo de ese molesto cinturón que le recordaban a Orochimaru él que por cierto era una persona muy interesante una vez que se le conocía, él junto a Kabuto eran los encargados del hospital general y de investigaciones “secretas” con los cuerpos de enemigos infiltrados de aldeas que querían hacerse las listillas, ya tenían nueve Kekkei Genkai de diferentes aldeas gracias a la imprudencia de sus líderes que creían que ya que Naruto estaba “cambiado” podían atacar y saquear Konoha a su gusto, que ilusos.

-No…- Naruto bramó sintiéndose inconforme con esa respuesta y no desistió de su intento abriéndole la camisa negra que llevaba casi a la fuerza pese a que Sasuke no se resistió.

-¡¡Teme!!...- lo soltó malhumorado, adoraba al pelinegro y solo quería pasar un rato agradable, lo miro con mal disimulada rabia pero Sasuke permanecía imperturbable quitando los platos y caminando lentamente a la cocina, sintió un fuerte dolor de cabeza que le llevo a acorralar nuevamente a su esposo casi haciéndole soltar los platos -…¡¡¿Qué te sucede?!!...- lamió su cuello sin permiso abrazándolo por la espalda con demasiada fuerza.

-Viólame si es lo que quieres…- Naruto se quedó frio y el dolor de cabeza cesó de inmediato, Sasuke solía usar esas palabras cada vez que no tenía ganas y siempre tenían el mismo efecto en el rubio, conseguían calmarlo, Naruto nunca, ni una vez había forzado al amor de su vida y no pensaba hacerlo, lo amaba demasiado como para ofenderlo, Sasuke solía probar los límites de su esposo, solía poner a prueba que tanto lo amaba.

-Siempre dices eso para manipularme…- soltó con un suspiro aligerando el abrazo, si a algo Naruto temía era a perder el cariño de su esposo, su cabeza solía explotar cuando sentía a Sasuke rehuirle, como si no quisiera estar con él pero al ver esa sonrisa de superioridad y esos ojos sabía que solo era su imaginación -…Y siempre te funciona…- le beso el cuello con calma y él mismo llevo los platos al fregadero lavándolos rápidamente y dejando todo reluciente, algunas manías de Sasuke se le habían pegado y en realidad comprendía el fastidio de su esposo, lo puso en situaciones incomodas todo el día y seguramente extrañaba a Sarada en casa, sacó las máscaras de festival y las puso en la mesa antes de acercarse al pelinegro -…Bien, dame un beso teme…- se conformaría con el roce suave de los labios de su pelinegro, atesoro por tantos años su compañía que ahora le bastaba con tocar su mano y dormir con él abrazado para ser completamente feliz -…Descansa, tengo asuntos de que encargarme, luego salimos a pasear…- le beso con fervor y salió de la sala, tardó un poco más en salir completamente de la enorme y extremadamente costosa mansión en la que vivían atravesando los majestuosos jardines hasta atravesar una reja que llevaba a otro sitio que Sasuke no debía pisar por lo que tenía un sello restringido, a Naruto nunca le gusto el lujo ni era pretensioso pero los años y la cantidad de enemigos “que sentía” le rodeaban le hizo levantar una casa tan grande que prácticamente asumía toda una manzana de diez o quince viviendas instalada en medio de Konoha a unas calles de la torre Hokage estando a su vista en todo momento -…Vuelvo enseguida…- pronuncio aunque se supiera no oído atravesando la trampa de la entrada, la casa era una arma mortal de laberintos y trampas ocultas de alta complejidad, solo él podía pasarlas por lo que estaba seguro de encontrar a Sasuke al volver, el pelinegro no podía esquivarlas.

 

 

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Al salir de casa su sonrisa desapareció y ese gesto de supremacía y frialdad volvió a aflorar en su rostro como cada vez que estaba solo, ignoro todos los halagos y reverencias a su paso porque sabía que eran falsos, los más jóvenes le temían más que admirarle y los demás solo eran aduladores que querían congraciarse con el Hokage y que en años pasados hablaban mal a sus espaldas a la primera oportunidad, el buen Naruto que no hacía nada bien y fue manipulado como un títere por años por los ancianos del consejo y por la digna familia Hyuga ya no existía, ahora era otro, más frio y calculador, Sasuke tenía razón en el pasado, no se puede confiar en nadie excepto en uno mismo y por eso precisamente con cautela y sin ser visto se metió a la torre Hokage y reviso los papeles que acababa de firmar hace unas horas, uno por uno en silencio y con atención, todo estaba bien, Shikamaru tan listo, tan perspicaz fue el primero en notar su cambio y tratar de disuadirlo de sus nuevas decisiones que creía incorrectas, no lo apoyaba por lo que no confiaba en él pese a ser su consejero de “confianza” por lo que revisaba cada uno de los informes que le entregaba antes de poner su sello.

-Te dije que no necesito que me espíes…- habló al ambu a sus espaldas sin quitar su vista de los papeles que sostenía.

-Es mi deber Hokage-sama…- fue la respuesta pero las palabras salían con cierta burla, como si sonriera a través de la máscara.

-¡En lugar de reírte ayúdame Sai!...- dijo un poco alto pero cuidando de no ser oído, el aludido se quitó la máscara ambu y mostrando su sonrisa característica entre burla e inocencia empezó a leer sentado al lado del rubio algunos últimos informes -…¿Te encargaste de lo que te pedí?…- preguntó sin verle a los ojos -…Sabes que puedo saber si mientes…- acotó.

-Si me encargue y no puedes…- sonrió al decir lo último, Naruto gruño pero no refutó, si ni Kakashi había podido usar el genjutsu  por completo en tantos años él no lo haría en solo uno y Sasuke se negaba a ayudarlo, su esposo era un teme hasta el final.

-¿te vieron?...- era importante que haya sido sigiloso.

-No use mi arte ninja…- mejor, así no sería relacionado con Konoha -…Igual sabrán que tú me enviaste…- le extendió un rollo de pergamino -…Ellos no están en guerra con nosotr…- calló al sentir el chakra de Naruto alterado.

-¡¡ELLOS SE METIERON CONMIGO!!...- seguramente ya todos sabían que estaban ahí.

Sai no se amedrentó -…Lo sé…- comprendía al rubio como ningún otro porque era ambu y no uno cualquiera sino uno con sentimientos, si fuera como cualquier otro solo obedecería al alto mando sin preguntar, traicionar al Hokage lo haría si se lo ordenaban pero Sai comprendía a Naruto y su nueva actitud, sintió lo mismo al morir su “hermano”, una rabia interna pero al menos este se había ido por una enfermedad y más importante todavía no había conocido al rubio que le había enseñado lo importante de los lazos y los sacrificios al tratar de protegerlos, no traicionaría a Naruto -…Los perfiles de los ninjas de alto rango están completos…- ese informe le había valido “silenciar” a unos cuántos en las aldeas del Rayo y de la Roca y perder a la mitad de su tropa que aún no portaban la “hoja” en su brazo pero valía la pena, Konoha era fuerte y se alzaba por sí misma, tenían el consuelo que ellos no fueron los primeros en atacar, Naruto creía en la paz y hubiera perdonado casi lo que sea…pero…lo que le hicieron a Sasuke convirtió a Naruto en lo que era ahora, simplemente fue imperdonable, atacaron directo a su corazón y le hicieron una profunda herida que nunca terminaría de sangrar.

 -Termina aquí Sai…- se levantó con fuerza, estaba disgustado -…Cuando termines ve a casa, con tu familia…- le estaba dando el día libre, Sai el reemplazo del equipo siete pero parte del “clan” se había ganado su lugar a pulso, Naruto no podía confiar en nadie pero siempre había la excepción a la regla y quien mejor que el líder de los ambus que obedecía fielmente sus mandatos.

Ni bien la presencia del rubio desapareció la puerta del despacho se abrió, Sai saludo con una sonrisa pero no fue correspondido -…Sabes que Naruto es distinto, tenemos que-…- Shikamaru calló al ver la sonrisa desaparecer y cambiar por una mirada propia de Sasuke en sus tiempos de vengador.

-Shikamaru somos ninjas y nuestro deber es obedecer al Hokage…- paró al leer un informe en particular -…Es la primera y única vez que te cubriré…- dobló el informe que sostenía y lo guardo en su bolsillo derecho, mantendría la prueba intacta donde había firmas de algunos clanes incluido el Nara de relevar a Naruto de su cargo por lo menos un tiempo -…Ino te manda saludos…- dijo antes de ordenar los papeles en la mesa y perderse de la mirada del pelilargo.

-La situación es más que problemática…- Dentro de sí sabía que Naruto solo protegía a los suyos pero Sasuke sinceramente había terminado de enloquecerle, el rubio siempre fue alocado de niño y terco de adolescente respecto a sus decisiones, era conocida su obsesión por el último Uchiha pero las cosas que hizo para tenerlo en sus manos eran atroces, Konoha estaba en el ojo del huracán y si las demás aldeas aún no atacaban era solo porque sabían que Naruto no dudaría en acabarlos sin pensarlo un segundo sí se creía amenazado, Naruto no estaba siempre alerta y pese a que su “punto débil” era bien conocido era todavía más “temido”, la aldea señuelo donde se “llevaron” a Sasuke y le “mutilaron” fue acabada desde sus cimientos, Naruto con sus propias manos descuartizó a cada uno de los habitantes de esa villa sin importar edad o rango  dejando la aldea en llamas y escombros regresando a Konoha cubierto de sangre de pies a cabeza con la capa de Hokage chorreando líquido rojo, putrefacto con el olor a muerte impregnado en la carne cargando en brazos a un Uchiha inconsciente y casi muerto, los ojos de Naruto nunca los olvidaría, sintió su corazón detenerse de miedo, nunca creyó ver tanto maldad, tanto resentimiento, tanto odio, nada fue lo mismo desde entonces, el corazón de Naruto radicaba fuera de su pecho y dejó de latir por diez minutos, diez miserables minutos en los que Naruto enloqueció y su forma de pensar cambió radicalmente, esperaba que Sai callara respecto a ese informe por consideración a su amistad con Ino, de lo contrario se prepararía para reencontrarse con su padre, Naruto ya no conocía el perdón.

 

 

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-Lo siento no traje a Sasuke conmigo…- puso unas flores en la tumba más grande y costosa del panteón donde relucían las letras “Uchiha Itachi protector de Konoha en esta vida y las siguientes”, sonrió al leer la inscripción que el mismo mando poner, miro a su alrededor y enseguida toda alma a la redonda que estuviera cerca se esfumo rápidamente -…Tu hermano sigue molesto conmigo por revelar la verdad y sé que tú también lo estarías pero era necesario, tu mejor que nadie sabes que la verdad tarde o temprano sale a la luz ¿no Itachi?...- Konoha ardió en su propia desconfianza cuando se enteró de la verdad del héroe Itachi que impidió una guerra a costo de todo su clan, los clanes lo comprendieron pero inevitablemente se sintieron amenazados por todo su entorno y los aldeanos comunes tacharon a Itachi de inhumano ganándose el desprecio del Hokage y una “espada sobre sus cabezas”, a Naruto no le importó las opiniones de Konoha e hizo por primera vez lo que él creía correcto sin escuchar razones, no le comunico ni a Sasuke y al final de cuentas que podía hacer el pelinegro tendido en una cama luchando por su vida, ciego y casi muerto.

-Itachi ellos querían a alguien como Danzo en el poder, por fin lo tienen…- lástima que murieran por su mano y no pudieran disfrutar de las acciones de un Hokage como el que idealizaron -…No me culpes…- los sueños en los que Itachi le pedía cuidar de Sasuke se habían perdido reemplazados por un Uchiha de mirada inconforme y molesto, al parecer con nada se los contentaba al teme y su hermano.

-Sasuke está bien, yo lo amo y lo protegeré, te lo prometo Itachi, mis sentimientos por tu hermano están intactos es más crecen a diario así que deja de mirarme con esos ojos…- dijo a la tumba, se sabía solo pero de alguna manera creía que Itachi lo escuchaba.

-¿Cuáles ojos?...- reconoció la voz a sus espaldas de inmediato.

-Kakashi ¿Qué se te ofrece?...- había obviado el “sensei”.

El peligris solo se acuclillo a su lado haciéndole compañía haciendo amago de tocar la lápida pero rápidamente fue detenido por un brazo -…Nada en particular, solo quiero saber de mis discípulos ¿está mal acaso?...- sonrió a través de la máscara mostrando sus ojitos alegres, sin el sharingan vigente no era necesario ocultar su ojo.

Naruto por un momento sonrió soltando el brazo que mantenía apresado, reconoció al viejo Kakashi, su profesor eternamente impuntual y siempre con la cara en su libro pervertido escrito por otro sensei pervertido que actualmente tenía un hermoso epitafio cerca al de Itachi, no podía olvidarlo ¿Qué clase de alumno seria si lo hiciera? -…Sasuke y yo estamos bien…- no quería tocar el tema pero lo obligaban.

-¿Por qué él no vino?...- la pregunta fue casual.

-Tenía cosas que hacer y Sasuke necesitaba descansar…- mintió a medias.

-Naruto no puedes mantener a Sasuke encerrado para siempre en esa costosa mansión…- el cambio fue notorio, Naruto se paró siendo imitado por el peligris -…Déjanos ayudarte…- pidió poniéndole una mano en el hombro.

-¡¡¿A qué? ¿A encarcelarme o desterrarme?!!...- sabía que la mayoría de los clanes estaba en su contra juntando firmas exigiendo su renuncia.

-Cálmate Naruto, tus amigos, yo, todos queremos ayudarte a ser él de antes…- pidió sin exaltarse, el rubio lo estaba por los dos apartándole la mano con brusquedad.

-¿El de antes? Ingenuo, manipulable y estúpido, que conveniente ¿verdad Kakashi? No fue precisamente por eso que me dejaste el cargo, ya no soportabas toda la farsa de ser Hokage, dentro de ti sabes que tome la decisión correcta y no me arrepiento de nada, es lo que Obito hubiera hecho de ser Hokage…- si nada hubiera ocurrido con el Uchiha habría sido Hokage, no tenía duda, bueno, trabajador e ingenuo igual a él, pero todo eso se perdería con un “error” y los concejeros y la gente al mando no paraba de cometerlos, hubiera sido divertido ver qué decisión tomaba Obito sabiendo las decisiones de Itachi, ¿a quién sacrificaría?, ¿su clan o su aldea?, la decisión de Itachi ya la sabía pero y ¿la de Obito?, hubiera sido una situación muy entretenida.

-¡¡Obito no era así cuando niño, fueron las circunstancias las que lo obligaron a pensar equivocadamente y tú no eres Obito!!...- gritó alterado sin importar que el chakra de su ex-alumno se alzara.

-¿Ah no? Solo mírame…- dijo mirándolo fijamente a los ojos, Kakashi se perdió en los ojos del rubio específicamente en uno que casi siempre mantenía cerrado, ese ojo era tan especial para el peligris porque le pertenecía a un amigo, quien le enseño el valor de los compañeros, lo que en verdad importaba, ese ojo era de Uchiha Obito.

-¿Así sales de tu casa verdad?...- apartó la mirada, nunca había entrado, se rumoreaba que quienes entraban no salían, dentro había un infierno de trampas y jutsus imposibles de pasar sin perder un miembro o dos, ni un Hokage era tan rápido para esquivar todas a tiempo, los rumores eran sustentados por sombras sin nombre a los que efectivamente les faltaba una parte del cuerpo.

-Se lo que piensas Kakashi pero te equivocas, Sasuke está seguro dentro de nuestro hogar, no es necesario que nadie más pueda entrar…- cerró el ojo rojo que poseía evitando lanzar un genjutsu por error, no era cierto que “nadie” más podía entrar a la mansión y Sasuke no estaba encerrado, en cuanto “ellos” volvieran podrían salir a pasear o Sai lo cuidaría como la mayoría de las veces. 

-No has pensado acaso que Sasuke es un ninja, él puede defenderse pese a ya no tener sus poderes oculares…- el moreno no era ni la mitad de poderoso que un pasado pero indefenso no era -…No has pensado que pueda ocurrirte algo, ¡no me mires así Naruto! La vida no está comprada y tú lo sabes mejor que nadie, si algo te pasa Sasuke quedara atrapado en esa “cárcel” para siempre…- nadie podría sacarlo, sería su tumba.

-No pasara…- fue su respuesta pero antes que Kakashi volviera a hablar dijo -…Tengo gente de confianza, si algo me llega a pasar ellos saben qué hacer, mi luna está a salvo en nuestro hogar…- su antiguo sensei solo suspiro, definitivamente el Naruto que conoció ya no estaba.

-Cuídate Naruto…- Kakashi sabía más que nadie lo terco que podía ser su ex-alumno, no le haría cambiar de decisión, quería a sus discípulos y le dolía ver al rubio con esa actitud pero lo entendía, Naruto había sido traicionado por quienes confiaba y herido donde más le dolía.

-Kakashi…- le detuvo viéndolo partir -…Sasuke quiere verte…- hicieron un ademán de entendimiento y luego el peligris partió, por más que no lo demostrara Naruto extrañaba a sus maestros, los primeros en reconocerle por quien era y ayudarle en su formación, Kakashi e Iruka eran muy importantes, mantenía más contacto con Iruka que era como un padre, lo aceptaba con todo, Iruka creía en él, aún le tenía fe pese a que no aprobara sus decisiones actuales y lo atormentara con consejos que no pensaba seguir, simplemente lo soportaba porque lo quería, prácticamente igual con Kakashi.

-Itachi ya me voy, trata de entender mis razones, tu hermano es lo primero para mí igual que para ti, no lo vi así al principio y mira lo caro que estoy pagando, no me juzgues…- acaricio la lápida con cariño -…Soy un demonio, un monstruo pero eso no evita que ame a tu hermano, yo nunca le haría daño Itachi ni tampoco a Sarada, ella es parte de Sasuke y como tal yo la adoro, confía en mí…- hasta los demonios tienen algo importante que nunca dañarían -…este monstruo es el guardián de tu hermano y moriría por defenderlo sacrificando al mundo entero, nada ni nadie vale más que él para mí…sin excepción…- sonrió para retirarse sintiendo una suave brisa en el pelo, fue como una caricia, como una aceptación.

 

 

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Desde un punto de vista objetivo era interesante lo rápido que las personas cambian de opinión, en un momento de debilidad aceptan la ayuda de quien se las quiera dar sin importar diferencias del pasado pero al pasar la tormenta los rencores vuelven, si bien los Kages hicieron un acuerdo de paz y en verdad trataron de cumplir con sus promesas no significaba que “todos” sus subordinados obedecieran al pie de la letra las órdenes de los líderes, los ninjas podrán ser considerados herramientas pero no marionetas, cada uno tiene un pensamiento que es un mundo aparte del resto, no fue de extrañar que pasada la guerra los cuerpos de muchos ninjas desaparecieran, no fue extraño que estos ninjas tuvieran Kekkei Genkai, se reportaron desapariciones en cada aldea participe de la guerra pero ninguna obtuvo resultados, todos se lavaron las manos con la excusa de que las explosiones habían destrozado los cuerpos o los zetzus blancos habían usado esos mismos, ladrones entre aliados, Orochimaru fue muy útil y aunque Naruto lo había odiado en el pasado por llevarse a Sasuke y pavonearse por ahí como su dueño ahora ya no lo consideraba una amenaza, que ironía de la vida, pensar que el hombre que tanto odio era ahora uno de los ninjas en los que más confiaba, esa serpiente rastrera había ayudado a que Konoha no fuera saqueada sin sacar algo a cambio.

-Naruto-kun que gusto verte por aquí hace tiempo que no vienes a visitarnos…- Naruto se preguntó si la voz de ese hombre era natural o se esforzaba en hacerla rasposa y con un tono de burla como si una serpiente se riera en su cara.

-Tenía asuntos pendientes ¿Cómo va todo por aquí?...- serpiente burlona pero aliado “confiable” al fin y al cabo, Orochimaru era un traidor por naturaleza pero se le notaba en la mirada cuando iba a atacar, los ojos dorados miraban al rubio con interés no con aprensión, mientras así fuera podía confiar en él.

-Con mucho trabajo como siempre, aquí hay muchos vagos y poca gente brillante Naruto …- no sería Kabuto sin alabarse a sí mismo, podría haberse reivindicado como ninja pero su presunción Orochimaru se la había contagiado desde hace tiempo.

-JAJAJA no importa con ustedes dos a Konoha le basta y sobra…- el hospital era el mejor de las cinco naciones y la envidia de las demás aldeas, ni Tsunade haría un mejor trabajo, ella era una excelente ninja y sus poderes curativos sorprendentes pero su fobia por la sangre nunca lo pudo superar por completo, si bien en combate podía luchar y controlarse al bañarse en sangre era muy distinto en una situación segura y sin la adrenalina, la rubia no servía como ninja médico y Shizune nunca se quedaría por su voluntad a solas con esos dos, sin embargo los poderes curativos de Kabuto iban en aumento, podía llamarse a sí mismo un prodigio estando a un paso de poder curar sin sellos como lo hacía el primer Hokage y no por ser un dotado sino por simple experiencia y más importante ingenio con el que había nacido, Orochimaru era más útil en experimentación con su mente escudriñadora y curiosa, además de contar con jutsus únicos de reintegración de cuerpo, tal parecía que de los sannin el único normal mentalmente era Jiraiya, Orochimaru y Tsunade tenían una obsesión “enfermiza” por verse jóvenes y atractivos engañando a la vista.

-No creo que vinieras a inflar nuestro ego Naruto-kun…- quien lo intentara nunca acabaría, esos dos tenían un ego y amor propio más grande que el de Madara y eso era decir mucho -…¿Estás aquí por Sasuke-kun?...- ese tonito semi-sensual con el que el pelinegro decía “Sasuke-kun” en un pasado hubiera encendido los celos del rubio Hokage pero ya no, sabía que la serpiente solo “jugaba” pero no mordía.

-Lo sabes, ¿hubo algún avance?…- los dos ninjas ex-renegados eran brillantes al grado de haber obtenido el “kamui”,  poder ocular del difunto Uchiha Obito sin tener el cuerpo en las manos que se había vuelto ceniza en la guerra contra Kaguya solo con un poco de tejido del otro ojo que pese a no tener poderes era una buena referencia, Kakashi no accedió de inmediato a ayudar pero al final acepto por el bien de su “hijo” prodigo, Sasuke siempre fue parecido al peligris y por eso mismo Kakashi lo extraño tanto en su ausencia, fue como perderse a sí mismo y no quería que Sasuke compartiera su suerte perdiendo los poderes oculares a los que estaba acostumbrado y peor aún en su caso, que le pertenecían por derecho, sin embargo su ayuda solo sirvió para encerrar a su “halcón” en una jaula de oro protegida por un demonio.

-Ah Sasuke-kun es bastante terco, sigo pensando que hubiera sido más fácil trasplantarse sus propios ojos…- los ojos de Sasuke descansaban en Itachi y lo más probable era que ya estuvieran “muertos” pero el pelinegro se había alterado al enterarse de que Naruto había revelado las verdades de su clan sin su permiso y para culminar había enterrado a Itachi “ciego”, exigió que sus ojos “durmieran con su hermano” pese a estar ciego y necesitarlos al menos temporalmente dado que quedaría ciego de usarlos regularmente.

-Te compadezco Naruto, eres un santo por aguantar su carácter, Sasuke tiene de hermoso lo que tiene de borde…- Kabuto hablaba con experiencia, nunca pudo llevarse bien con Sasuke ni terminar de entenderlo pese al tiempo que vivieron juntos en la guarida de Orochimaru.

-Yo lo amo…- Sasuke podía tener los peores defectos del mundo pero Naruto lo amaba, punto y aparte.

-Lo sabemos no te alteres, no cualquiera haría tamaño sacrificio por su esposo…- una de las características predominantes del rubio eran sus ojos azules, actualmente solo contaba con uno, el “Kamui” clonado, Sasuke no lo había querido, se aferraba a los ojos de su hermano -…No valoro nuestro esfuerzo…- soltó con cierto pesar Kabuto, encontrar el cuerpo de Itachi fue complicado en especial por lo bien guardado que Obito lo había dejado pero nada era imposible para ellos.

-Sasuke solo quiere tener algo de Itachi con él…- Se masajeo la cien con cansancio al recordar, como había costado recuperar los ojos de Itachi que los malnacidos de los secuestradores de su esposo habían arrancados de Sasuke a la fuerza luego de días de tortura, si bien pagaron caro junto con toda su raza nunca sería suficiente para el rubio, las vidas que tuvo que acabar o familias que destrozo junto con aldeas enteras eran un pequeño precio para devolverle la vista a Sasuke pese a que sus ojos fueran sellados luego de ser extraídos permaneciendo eternamente negros sin poder activar el Sharingan y perdiendo el color del Rinnegan junto con su poder, actualmente Sasuke se negaba a “abandonarlos” y las investigaciones no avanzaban sin muestra realde tejido sin contar con las que obtuvieron una vez recuperados los ojos de Itachi, solo una pequeña pruebita antes de que Sasuke los reclamara y les complicara la investigación, el rubio no podía negarle nada a su amado y eso era bien sabido, tampoco acepto cambiar de ojos ni por los propios ni la copia del Kamui.

-Es complicado Naruto-kun pero hemos avanzado en base a las muestras iniciales de Sasuke—kun e Itachi-kun…- a Naruto le daba gracia que Orochimaru siempre terminara los nombres en “kun”, se había esperado a alguien más áspero omitiendo formalidades como lo hacía Sasuke -…A propósito ¿Qué hiciste con el otro ojo Naruto-kun?...- como originalmente eran para Sasuke se creó dos copias de los ojos de Obito, ambos poseían las habilidades de absorción de cuerpos/objetos y la transportación a un lugar elegido no necesariamente visual.

-Es un secreto…- la existencia de ese ojo en manos correctas le dejaba dormir tranquilo por las noches, le aseguraba que su mayor fuerza/debilidad estaría a salvo -…Ustedes sigan trabajando…- pese a todo su respaldo prefería que su esposo pudiera ser capaz de defenderse como antaño.

-Lo lograremos no te preocupes Naruto…- el rubio sabía que lo harían, Kabuto no se rendía con sus obsesiones y parecía haberse tomado como reto devolverle el “brillo” a los ojos de Itachi que descansaban en Sasuke.

-Confío en ustedes…- dijo con una sonrisa de lado, mitad sincera, mitad recelosa.

-No del todo Naruto-kun, no te lo aconsejo…- soltó el moreno con una risita, Naruto imagino también una sonrisa en Kabuto ya que les daba la espalda dirigiéndose a la salida de ese sótano en el que se encontraban camino a la planta superior del hospital, sabía a qué se referían, no confiaba del todo en ellos, no se podía confiar en nadie, esa lección la había aprendido con sangre.

 

 

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-Sasuke estoy en casa…-  anunció al pasar la puerta de entrada colocando las rosas blancas que había adquirido en la floristería Yamanaka  en abundante agua en un hermoso florero de cristal en la sala principal, le agradaba ver la expresión del moreno al verlas, Sasuke juraba que no le gustaban pero Naruto lo observaba a escondidas aspirando su delicado perfume por las noches, eran las preferidas de Sasuke para adornar la casa y la tumba de Itachi -…Hueles bien...- aspiro su aroma natural con deleite, a frescura, dulzón como rosas pasando la nariz descaradamente por ese cuello níveo.

-Lo sé…- bastardo presumido, pero era su bastardo, recién bañado y solo cubierto por una pequeña toalla enredada en sus finas caderas.

-Sarada y los chicos llegan mañana…- comentó para romper tensión, si antes había obviado la pregunta era porque se encontraba algo molesto por la visita a la casa Hyuga, Sasuke lo entendía y lo dejaba pasar no por temor sino por comprensión, por amor, no deseaba atosigarlo y eso el rubio lo sabía.

-Hm…- parecía desinteresado pero el leve brillo de sus ojos decía todo lo contrario, Naruto sabía que Sasuke adoraba a su hija, y por eso enviaba a Taka a protegerla a escondidas aun sabiendo que Sarada odiaba eso.

-¿Quieres salir?...-  no quería caer en tentación, lo mejor era salir de casa y que su esposo se vistiera pese a que el deseo que refrenaba le impulsaba a tumbarlo en la cómoda cama y probar los placeres que había entre sus piernas.

-No…- respondió llevando una mano a ese espeso cabello rubio que Naruto había dejado crecer para complacerlo,el beso que le siguió fue repentino, Naruto no lo espero y por lo tanto fue delicioso, sin pensarlo lo aferró a su cuerpo por los muslos levantándolo en vilo siendo rodeado de inmediato por las suaves piernas sin vello en un fuerte abrazo a su cintura, al rubio no le importó el peso extra, podía con eso y más -…Te extrañe…- el tono sincero e impropio en Sasuke destinado a premiarlo le excitaba y llenaba de gozo, fueron las rosas, Naruto siempre traía a casa las que no cabían en los floreros de plata en la tumba de Itachi, Sasuke adoraba esas acciones en el rubio para con su hermano, para con su cuñado.

-Te amo Sasuke, tanto que no lo puedes imaginar…- lo estrechó con fuerza cuidando de no lastimarlo dando sutiles besos en un hombro escondiendo la cara en el hueco del cuello de su consorte, lentamente lo fue recostando acomodándose entre las piernas que Sasuke, ese lugar que era solo suyo, solo él tenía el placer y derecho de sumergirse tan profundamente como sea posible en ese Uchiha, él que ha vendido su alma al diablo por tenerlo entre sus brazos, solo Naruto tenía derecho -…¿Porque tan cariñoso?…- pica divertido sabiendo la respuesta, trataba de irritar a su pareja aunque no fuera lo más aconsejable tomando en cuenta el carácter de su esposo pero no lo podía evitar, no podía ni pensar cuando su entrepierna aun vestida se restriega sensualmente con la de Sasuke y su boca se encuentra aferrada a esa suave piel blanca y rosa por los lametones y ligeras mordidas.

--Hum…- Naruto ríe en el cuello níveo, las respuestas de su esposo son tan “elocuentes”, lo llenan de nostalgia y cariño desbordante, en esos momentos siente que puede con todo lo que venga, se siente un Rey o incluso un Dios todopoderoso solo porque lo tiene a su lado, sin él no es más que un vagabundo, un pobre ser desgraciado al que le han cortado las alas y expulsado del paraíso.

-Sasuke te amo, te amo más que a nada…- besa con fervor una muñeca blanca en el punto que une la mano con el brazo, posa delicadamente los labios en las profundas cicatrices que la atravesaban acariciando también numerosas quemaduras en el vientre y espalda de su adorado, no sentía ni el más mínimo sentimiento de desprecio o asco, lo besa despacio como si tocara a un ser sobrenatural que se fuera a extinguir con un solo movimiento de su mano.

 

Busco por aldeas, naciones enteras sin encontrar una sola pista de su paradero, lo único que sabía era que Sasuke había desaparecido, la tierra se lo había tragado, a él y a Sakura, una semana de sueños horribles y sangrientos le despertaban por las noches gritando y sudando a mares, no le dejaban en paz, no tenía descanso y sabía porque, su lazo ancestral con Sasuke se debilitaba día con día.

El puesto de Hokage le importaba mierda, el Hokage de Konoha llevaba seis días vagando entre las aldeas cual criminal en las sombras todavía portando su manto de Hokage en la prisa solo protegiendo su identidad por una larga capa negra con capucha que ocultaba su rubio cabello, nadie pudo detenerlo una vez Naruto sintió el lazo con Sasuke hacerse débil, sabía que algo había pasado, lo sentía en el corazón.

Sentía el chakra del pelinegro por todos los lugares por los que viajaba pero tal parecía que se “movía” siempre que lo tenía cerca hasta que logro alcanzarlo, logro “atraparlo”, ojala no lo hubiera hecho.

 

Lo sentía debajo de su cuerpo, excitado, acalorado, sonrojado y mordiéndose los labios del placer, Sasuke siempre fue sensual aunque el muy maldito lo ocultaba bien pareciendo un tempano de hielo, mejor para Naruto, nadie tenía porque enterarse de la fiera sensual que tenía entre sus  brazos, la hermosa criatura de la cual disfrutabasin pudor a la cual amaba con creciente fervor.

Paso la lengua por las cicatrices rosas de la muñeca derecha y el hombro izquierdo apretando los ojos con dolor, sentía las lágrimas querer resbalar por los ojos por más esfuerzo que hacía, su excitación se perdía mientras sus uñas apretaban las sábanas amenazando con crecer, su chakra se descontrolaba.

-Mírame…- susurró el moreno sensualmente en su oído sin apartar sus manos sintiendo el cálido líquido mojarla -…Mírame y olvida…- elevo el rostro que con el paso de los años había dejado esas facciones aniñadas y se había vuelto masculino y atractivo, ese rostro que tanto amaba aun con ojos “diferentes” porque ambos le miraban con el mismo amor sin importar el color -…Mírame y perdona…- le beso con ternura acariciando su nuca, acunándolo con cariño evitando que esos ojos que amaba se tiñeran de odio.

 

¿Ninjas?, parecían más bien mercenarios pero al final de cuentas era una aldea, logró divisar unos sujetos en particular que portaban el “olor” de Sasuke comiendo en un puestito tan parecido al Ichiraku que le dio nostalgia, había gente de toda edad, mujeres con niños, ancianos descansando, hombres trabajando, las risas de los infantes llenaban el lugar, le pareció apacible.

Quizá se equivocaba, Sasuke no estaba ahí, pero de igual manera los siguió cuando terminaron de comer, se aseguró de ocultar su presencia y le pareció inusual que entraran a una casa custodiada por guardias y de apariencia muy costosa, la mejor de la villa en su opinión, era de noche por lo que entro sin problema por el techo.

-Cachorro no mires…- advirtió Kurama que fue quien lo sintió primero -…Naruto envía a los ambus, ya vámonos…- debió saber que la curiosidad y preocupación del rubio eran más fuertes que su prudencia.

No se dio cuanta cuando la puerta principal se abrió y los sujetos de antes entraban arrastrando algo…más bien alguien, sintió su cuerpo temblar y el sudor frio correr su rostro -…¿ku…kurama que...estoy…viendo?...- no supo más de su conciencia, su cuerpo se movió solo.

 

-Mi…Sasuke…- jamás perdonaría, no cuando de Sasuke de trataba, le acaricio el cabello con ternura metiendo los dedos entre esa espesa cabellera negra como la noche que contrastaba perfectamente con su hermosa piel pálida de luna, restregó con calma sus caderas con las ajenas creando fricción, encendiendo el ambiente de nuevo, le oyó gemir quedo cuando toco sus costados sacándole un respingo junto a una jadeo ahogado perdiéndose en esos ojos negros como la noche que “costaron” la vida a más de un centenar de ninjas, esos ojos escurridizos que de haberse “escondido” un día más hubieran hecho que la última guerra fuera un juego de niños -…Mío…- No podía evitar reconfirmar su dominio.

-Todo tuyo como eres mío…- Naruto ronroneo como un animal estrechándose a su pareja al escuchar esas palabras tan vinculantes, escondió la nariz y la froto en el cuello de su adorado aspirando su olor depositando besos en la barbilla y la nuez de Adan tan oculta en el pelinegro que pareciera que no existiera, paso un brazo por la cintura ajena elevándolo un poco de la cama y con la otra se dedicó a acariciar unos botones rosas realmente suaves y tentadores -…Uhm dobe…- Sasuke sabía expresar tantas cosas con esa palabra, el rubio lo entendió de inmediato dejándole espacio para que le devolviera las caricias en su fuerte pecho haciéndole mostrar los incisivos por tal felicidad de sentirse acariciado por el ser que más le importara.

 

Kurama gritaba, pero Naruto no lo oía, sentía un vacío dentro de sí, no sabía ni donde estaba parado, no sentía nada excepto dolor, su pecho quemaba como fuego y su mente estaba aturdida, anestesiada del mundo exterior, lo único que sabía era que esa mancha carmesí y deformada en el suelo era su corazón y…estaba sangrando, se estaba muriendo.

No supo cómo ni cuándo pero tenía en las manos una cabeza decapitada apresada con largas garras de las cuales resbalaba la sangre aun tibia de su víctima.

-¡¡¡¡¿Es…es el…Hokage de Konoha?!!!!...- la capa que ocultaba su identidad había resbalado de sus hombros, sintió el miedo ajeno inundar sus fosas nasales y al mismo tiempo sabía que ese nombre “Hokage” no debía salir de esas cuatro paredes, NO, no debía salir de esa villa.

Sangre, caliente, metálica bañaba el piso cubierto de una elegante alfombra, los gritos resonaban en su cabeza sin alterarle en lo más mínimo, sonrió demencialmente apretando un corazón hasta destrozarlo y sintió la necesidad de probarlo pero una voz lo detuvo.

Esa voz agónica, débil, rota -…Na…ruto… confirmó su sospecha con el dolor lacerante y ardiente clavado en el pecho amenazándole con quemarle el corazón ¿Quién más si no él le reconocería?

 

-¿Te gusta Sasuke?...- Atrapo la descarada mano que se paseaba por su pecho sin pudor -…Siente cuánto te amo, mira lo loco que estoy por ti…- Bajo la mano sin soltar la contraria haciéndola posarse sobre un duro falo bajo la ropa que ya exudaba líquido pre-seminal.

-No lo noto…- Esa voz alzada y profunda se burlaba con cada palabra pero sus ojos chispeaban deseo y su mano lo demostraba apretando no gentilmente el duro, largo  y grande “instrumento” que temblaba por ganas de poseerlo.

-Bastardo…- Naruto rio atrapándole la boca mientras le guiaba el ritmo que le satisfacía a esa blanca mano, saboreo la dulzura de su pareja chupándole la lengua con deleite mientras la suya casi era mordida por la ajena en una lucha de dominio, eso era lo que más le gustaba de Sasuke a parte de sus ingeniosas respuestas para insultar su masculinidad y darle motivos para “desquitarse” con él -…Ahora vas a notarlo…y te encantara…- elsusurro al oído hizo estremecer al pelinegro, Naruto supuso que de excitación.

-Ven a mí Naruto…- ¡Oh! Era un reto, el hermoso hombre a merced del rubio había apresado sus caderas con sus piernas en un fuerte abrazo, tan apretado que pudo sentir el miembro ajeno friccionarse con el suyo ya sin toalla de por medio, la ropa estorbaba y ambos lo sabían.

 

-¡¡¡¡Sasukeeeeeeeeeee-kun!!!...- ese grito era familiar, mucho, vio rojo, no era rosa, cabello sin igual, no podría jamás confundirla, quizá por eso no la había matado.

-Sakura…- la reconoció, ella lloraba ante lo que quedaba de su aun esposo, con esmero desesperante trataba de curar sus heridas concentrándose en las mortales pero…pero estaba muy herido.

-¡¡¡Te tengo que salvar!!!...- Naruto de pie solo escuchaba los gritos de la mujer que se veía bien, no tenía heridas ¿Por qué? No lo entendía y su mente difusa no ayudaba, Sasuke apenas respiraba, tanto que sus sentidos de zorro súper-humanos apenas lo sentían -…¡¡¡Perdóname!!!...- lo último acabo de alarmar al hombre rubio parado a su lado.

Sin pensarlo si quiera tenía a la mujer agarrada del cuello por una de sus grandes manos elevándola unos centímetros de suelo -…¡¡¡¿Qué es lo que has hecho?!!!

 

-¡¡Joder!!...- Naruto apretó los ojos mordiéndose el labio inferior con fuerza al sentir esas tiernas, calientes, húmedas y acogedoramente estrechas paredes cerrarse alrededor de su miembro, la satisfacción era tal que por momentos perdía el control queriendo arremeter con fuerza contra su amante, penetrarlo duro hasta el fondo pero debía contenerse -…¡¡¿Sasuke por…que…eres así?!!...- placer total, gozo satisfecho y ¡aún no se había movido siquiera!, el rostro del otro no ayudaba a mejorar, con esas pálidas mejillas cubierto de rosa brillantes por el sudor, los ojos empañados de lujuria y las largas pestañas húmedas y a la vista más espesas.

-¡Ca…llate!...- el pelinegro apenas completo la oración al sentir su próstata golpeada de improviso, fue un choque eléctrico tan fuerte y delicioso que le hizo arquear la espalda y morderse una mano para evitar un gemido vergonzoso.

-¡¡Delicioso, tu interior es…riquísimo ahhh!!...- Sabía de sobra que Sasuke odiaba que dijera esas palabras aunque él también lo pensaba, sentir a su esposo en su interior le daba una satisfacción enloquecedora, pero primero muerto que aceptarlo -…¿Quieres mmh?...- pregunto acariciándole las piernasmientras se hacía espacio para escapar de ese apretado anillo de carne que le aprisionaba con fuerzacomo evitando su huida al tiempo que una mano gentil aprisionaba el miembro del Uchiha frotando la cabeza con el pulgar al ritmo de la penetración, tocando la puntita con insistencia haciéndola friccionarse con su propio abdomen y el ajeno enloqueciéndole de doble placer.

-Si…- contesto quedo sabiendo a que se refería, amando tener el control -…¡¡Ah Naru…to ngh!!...- clavó las uñas en una fuerte espalda bronceada reclamando su propiedad al tiempo que era recompensado con un fuerte chocar de caderas que le hacían retorcerse en su sitio apretando hasta los dedos de los pies.

 

-Na…naruto soy yo…- sentía su respiración pausada, la estaba ahogando pero su agarre no disminuyo, por fin su cerebro entendió, Sakura había rogado año tras año al Hokage pidiendo permiso para que ella y su familia pudieran mudarse a otra nación ¿Por qué quería alejarse?, Sakura no quería alejarse de él, lo que pretendía era alejar a Sasuke de él, Naruto nunca lo permitió, Sasuke era su razón de seguir, era su camino, pero…Sasuke no era nada suyo, no le pertenecía por más que no quisiera aceptarlo, no tenía ningún derecho pero…¿Cómo podía Naruto seguir viviendo sin su “corazón”?, por eso nunca permitió que se alejara.

-Tú hiciste esto…- no era pregunta, tenía que ser ella, ella era la culpable de que Sasuke traicionara de nuevo a Konoha y cayera en las garras de sus enemigos.

Ella se retorció en el agarre incapaz de soltarse, su fuerza bruta no servía de nada contra esa garra en su garganta, los ojos verdes que tanto le gustaban en el pasado ya casi ni se veían, se volvían blancos, volteados como pez sacado del agua.

-Fui…yo…- La soltó mientras volteaba el cuello en dirección a la voz que le llamaba, no lo creía posible y solo una pregunta rondaba su mente ¿Porque Sasuke?

 

-Te ves hermoso…- sentado sobre su regazo y empalado sobre su miembro con la respiración alterada y el cabello cubriéndole sensualmente los ojos, Sasuke era un ser supremo ante la vista de Naruto -…Monta a tu semental Sasuke…- la sonrisa de lado del pelinegro se intensifico al sacarle un gemido profundo al rubio con el rodar de sus caderas en muestra de su negativa, amaba tener el control.

-Oblígame dobe…- le reto viendo el cabello rubio más oscuro por el sudor, la cara roja por el calor y los ojos brillantes en aceptación, sintió esas fuertes manos en su cintura elevarle junto a todo el cuerpo, contemplando con excitación a su rubio entre sus piernas ponerse de cuclillas en la cama en una posición semisentada aun teniéndolo a caballo a él.

-No desees lo que no aguantes teme…- Naruto se movió hacia arriba, Sasuke hacia abajo en sincronía perfecta, eran el complemento perfecto, se entendían sin palabras aun en esa situación susurrando su placer escondiendo la cara en el cuello ajeno, clavando los dientes en dominio, siempre peleándose, siempre entendiéndose, siempre amándose.

 

-Mientes…- le miró fijamente viéndolo desangrarse y a pesar del dolor de la “traición” musito -…Cúralo…- Sakura aun tosiendo con las marcas rojas del agarre en el cuello corrió al moreno intensificando su poder en las curaciones llorando a montones lavando la sangre que brotaba de los ojos de Sasuke -…¿Por qué?...- a las afueras de la mansión sentía a los ninjas movilizarse rodeándolos.

Sasuke tosió sangre apenas pudiendo moverse pero contesto -…Tú…tú elegiste a…Konoha…- Eligió ser aceptado, quiso ser Hokage -…La…ele…giste a…ella…- se unió a Hinata sin amarla y con todo eso abandono su sueño, abandono a Sasuke y este cayó en una trampa por un intento desesperado de huir de su lado -…Tú me…dejaste…solo…- el agonizante tenía razón, Naruto había perdido su camino y había dejado solo a su “luna”.

-¡¡NO…yo nunca…!!...- fue cuando lo notó, Sakura lloraba pidiendo perdón y Sasuke, su adorado pelinegro lo miraba…sin mirarlo, sus hermoso ojos (uno negro como la noche tendiendo a rojo rubí con el Sharingan y el otro con los anillos ilusorios del Rinnegan) alguien se los había “robado”.

Una puñalada más, la definitiva a su sangrante corazón -…¡¡¡¡¡TÚ ME ABANDONASTE!!!!!…- Sasuke estaba ciego pero “veía” más que nunca antes y le rebelaba la verdad a su Hokage.

 

-Ahh te amo hmmn…- el cuerpo fuerte, fornido embestía con deleite a la pálida silueta que cabalgaba con cierta dificultad haciendo apoyo en una pierna casi al punto de ser doloroso dejando la otra libre rodeando la cintura ajena -…¿Sasu…ke?...joder perdón...- le alzó en vilo percibiendo esa mirada negra algo dolida haciendo que lo rodeara con ambas piernas acariciándolas con fervor poniendo especial atención en una profunda cicatriz rojiza adornada con una nada agradable quemadura en el muslo de la pierna que Sasuke protegía de cualquier apoyo, esa que aún dolía de vez en cuando.

-Déjalo…- le aparto la mano del muslo poniéndola en su cintura, Sasuke agradecía esa devoción aunque no lo demostrara -…Ngh continua…- dejó oír un gimoteo de necesidad para avivar el “fuego” mientras se movía sensualmente de arriba-abajo  hasta chocar los glúteos contra la base del falo que le atravesaba haciendo la penetración más profunda y placentera para ambos, sentía una sensación exquisita en su interior, esa verga parecía saber siempre el camino correcto para tocarle algo rico por dentro, algo que le volvía loco y le hacía chillar de gozo, si no fuera por las mordidas que daba en el hombro acanelado sus gritos rivalizarían con la más experimentada mujerzuela, un Uchiha no podía permitirse eso.

-No escondas tu voz…me gusta ¡joder! que rico…- el placer era mutuo, Naruto sentía su miembro explotar en el estrecho pasaje avaricioso que no lo quería soltar haciendo un obsceno sonido de succión al salir y entrar, sentía en la mano el miembro rosa en la punta derramar abundante líquido seminal sobre todo cuando apuñalaba esa pelotita de carne en el interior de su amante que le hacía enterrar las uñas en sus hombros y morder con fuerza su hombro derecho mientras todo su cuerpo temblaba estrujando el miembro ajeno con fuerza casi haciéndolo terminar una y otra vez soltándolo en el momento exacto para evitarlo, sí que era codicioso.

-Agh Naru…Naruto…- se permitió gemir el nombre de su amante con lujuria, con mendicidad perdido en la neblina del clímax, le lamió el lóbulo de la oreja con fuerza reforzando el agarre a la cintura del rubio con sus piernas sintiendo a una hábil mano entorno a su miembro hacerle tocar el cielo con los dedos -…¡¡Ahh…mierda…ngh…Naruto!!...- grito, pero solo en el oído de quien tanto deseaba escucharlo dándole gusto hasta con una maldición de gozo sintiendo el corrientaso de placer desde la punta de los cabellos hasta el último e ínfimo poro de los pies corriéndose con deleite en su vientre casi doblándose en dos de tanto arquearse solo sostenido por los fuertes brazos de su esposo clavando sus cortas uñas en los hombros del rubio hasta extraer líquido vital aferrándose a él en su pasión totalmente seguro de que no le dejaría caer.

-¡¡Joder Sasuke!!...- el explosivo orgasmo de su esposo le propino un placentero agarre a su miembro preso entre ese anillo de carne tan ajustado, tan delicioso, tan suyo, se regocijo oyéndole maldecir porque el pelinegro solo lo hacía cuando el placer le cegaba los sentidos -…Siem…pre…siempre estaré contigo…- se aferró a las caderas blancas con fuerza que después dejarían marcas arremetiendo contra él unas cuantas veces más con ímpetu hasta sentirse ordeñado en la calidez que le rodeaba llenando a su amante con su simiente, marcándolo como suyo desde adentro, su instinto animal rugió con fuerza negándose a soltarlo, llevándolo consigo a la comodidad de la cama.

 

 

-¡¡¡Sasuke-kun perdóname!!!...- Sakura lo repetía como una mantra -…¡¡¡Jamás debí aceptar este trato, no tenía idea de que te harían esto, NO TENIA COMO SABERLO!!!...- el último recuerdo que Naruto mantiene en la mente de Sakura es su mirada airada, llena de sorpresa mientras pronuncia “Monstruo” al tiempo que siente su corazón siendo estrujado por la mano que atraviesa su torso dándole el empujón final para completar el jutsu prohibido que intercambia su vida por la de él, por la del pelinegro desmayado a su lado, ella podría vivir si tan solo la soltara pero Naruto no la quiere en su camino, ya no más, por primera vez la ve como un estorbo en su felicidad y no puede permitirse liberarla, siente una punzada en el pecho de cordura al creer oír un susurro final de ella “cuídalo…no lo…abandones…de nuevo”, restriega los dientes dolorosamente debatiéndose internamente pero al final toma una decisión, simplemente aprieta la mano.

-¡¡¡Sasuke es solo mío jajajajajajaja!!!…- su risa desquiciada resuena en el salón como la de un loco, un ser poseído por un demonio y no está lejos de la realidad, en su trance parece no notar que  la puerta se abre pero es todo lo contrario-…¡¡¡¡MIOOOOOOO!!!!…- la puerta que nunca debía abrirse a dado paso a la luz de la luna, sería una larga noche, una luna roja teñiría el cielo -…Sasuke no te preocupes…yo estoy aquí …- le acaricia el pelo con ternura evitando tocarle con sus largas garras pasándole parte de su poder, protegiéndolo en su inconciencia, voltea a su alrededor y se ve rodeado de ninjas, sabe que hay más afuera y eso lo hace sonreír, un pueblo espera, un pueblo al que agradecer su “hospitalidad”, un pueblo al que destruir, serían los primeros pero no los últimos -…Recuperare lo que te han robado…- había más aldeas y personas a quienes “agradecer” y no pensaba hacerlos esperar, sin saberlo esa aldea había liberado a una bestia, a un “MONSTRUO”.

 

Gustaban de dormir desnudos abrazados cuando estaban solos, Naruto perezosamente posaba un dedo sobre un pezón rosa deleitándose con la fragancia natural del hombre recostado en su pecho boca arriba mientras el aguantaba su peso apoyado contra el respaldo de la cama semi-sentado-…Vamos Sasuke…- había muchas cosas que Naruto amaba de Sasuke pero sus silencios no eran uno -… Orochim…- decidió callar al toparse con esos ojos fríos.

-No quiero otros ojos…- Tenía suficientes,Sasuke sabía de todo lo que pasaba fuera y dentro de la villa sin necesidad de poner un pie fuera, no le agradaba del todo las nuevas “amistades” de su esposo pero sabía que serían de utilidad, que eran de confiar por el momento, Juugo era su informante en Konoha, era la “avecilla” que susurraba en su oído, Suigetsu era su espía que se desplazaba silenciosamente en las sombras fuera de la aldea y Karin era su contacto dentro y fuera de la villa con aspectos que Naruto “creía” que le ocultaba, después de todo él fue y seguía siendo el líder de Taka -…Tú te ves bien…- Naruto incurvo la boca en ofensa ante la burla disimulada y Sasuke solo rio internamente, ese hombre le amaba hasta el punto de sacrificarse a sí mismo, hasta el punto de arrancarse los ojos y ver el mundo a su manera, eso era lo que más amaba de Naruto, su terquedad a renunciar a lo que es suyo por derecho, a renunciar a él.

-Sasuke…eres un cabrón bastardo arrogante, orgulloso y pedante…- Sasuke era eso y más pero nada ni nadie podría cambiarlo, le acaricio una cicatriz cerca del brazo concentrándose en la finura y suavidad de la piel sintiendo los demonios alejarse de su mente al sentir el cálido aliento en su oreja repitiendo “pero soy tuyo” con burla -…Si, eres de lo peor…pero eres mi bastardo teme, solo mío.

 

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-¿Está seguro Hokage-sama?...- Shikamaru sabía la respuesta -…La familia Hyuga ha tenido sus propias reglas por años…- no quería un enfrentamiento porque lo más seguro era que si la noble casa Hyuga no terminaba de agachar la cabeza desaparecían de la noche a la mañana como los Uchihas, sabía que Sai sería el ejecutor.

Naruto elevó la vista con seriedad en el rostro dejando a un lado los documentos -…Shikamaru aún te aprecio…- fue sincero -…Deja de pensar en asuntos que no te conciernen, sólo ocúpate de obedecer mis órdenes, no quiero…perderte también…- el pelilargo sabía a qué se refería, lo supo por una conversación de los ahora “amigos” de  Naruto por casualidad.

 

Flash back

-¿Sasuke murió?...- Karin parecía querer preguntar otra cosa.

-Si…tuvo un paro car…diaco y mu…rió por aproximadamente diez minu…tos…- la voz de  Naruto se quebró en algunas frases claramente reviviendo el momento.

-¡Pero-!...- Suigetsu trato de protestar pero Juugo lo calmó con una mano conciliadora en el hombro.

-No es suyo…- murmuro Karin, el chakra del órgano vital de Sasuke no le pertenecía.

Hubo un largo silencio en el que Shikamaru trató por primera vez en su vida de pegarse más a la puerta de la oficina en la torre del Hokage, quería escuchar pero no estaba preparado para lo que se le revelaría -…Es el “corazón” de Sakura…-chan…- por primera vez ese “chan” sonó tan frio y distante que Shikamaru supo al instante que Naruto la había sacrificado para salvar a Sasuke ¿Qué más estaba dispuesto a sacrificar por él? No quería saber la respuesta.

Fin del flash back

 

-Si Hokage-sama…- Shikamaru se retiró no tenía voz ni voto en ese asunto.

­-La segunda rama protegerá a mi “luna” o también morirán…- la segunda rama de los Hyuga estarían a partir de ese día a servicio directo del Hokage y su esposo relevados de sus obligaciones con la rama primaria, la familia principal tendría que agachar la cabeza ante su adorado pelinegro especialmente su “querida” ex-esposita, eso lo divertiría bastante y si se oponían serían sellados con un jutsu de restricción o aniquilados, serían las aves enjauladas a órdenes del Hokage o se extinguirían, sus hijos eran Uzumaki no Hyuga, pero si algo la vida le enseño fue de “venganzas futuras”, llegado el momento no “mediría” su mano ante lo inevitable, tenía claro que era lo que más le importaba, lo que no pensaba sacrificar.

Naruto no estaba loco ni perdió el rumbo, ser Hokage era su sueño y lo cumplió pero no era lo que esperaba, él quería proteger a toda la gente que era importante para él dando la vida de ser necesario para resguardarlos como lo hicieron sus padres pero no imagino que la mayoría de esa gente conspirara para arrancarle el corazón, devolver todo el bien que les hacía con rencor, con odio, la gente de Konoha no había cambiado, seguían siendo egoístas pensando solo en ellos mismos, odiando sin razones en tiempos de paz, entregando a uno de sus “héroes” en bandeja de plata ante un enemigo que le arranco los ojos, martirizo su cuerpo, rompió su orgullo…le dejo casi invalido con quemaduras imposibles de borrar, con los tendones de los brazos casi destrozados a cuchilladas y a un paso de perder una pierna por una vena rota en el muslo, no merecían su protección, los Hyuga que conspiraron para deshacerse del último Uchiha temerosos de sus poderosos ojos y más aún de la “invisible” influencia que generaba en el Hokage recibieran su merecido, ¿buscaban ser libres? en pago habían cerrado la puerta de su jaula definitivamente.

-¿Descubrió que la seguían?...- No necesitaba verla para saber que estaba allí.

-Sip, ella es muy lista…- y no le gustaba sentirse subestimada -…Sarada está con Juugo y Suigetsu en el lago practicando su katon, no logra hacerlo crecer todavía y eso la enfada…- La había enviado a una misión de rango C resguardada por el trio que nunca se había despegado de Sasuke a “escondidas”.

-Karin quédense con ella un poco más…- quería verla pero antes quería pasar un rato con su esposo en un lugar especial.

-Claro Naruto, tu no vives sin Sasuke-kun a tu lado ¿verdad?...- molesto con picardía, Sasuke aún le gustaba pero ya no sentía esa obsesión enfermiza por él, a Naruto lo apreciaba y sabía que era la mejor pareja para el moreno, además le gustaba pasar tiempo con la niña y de todas formas sin Naruto y el “kamui” no había como entrar a casa.

-Karin nunca olvides que tienes la llave de mi “corazón”…- ella era la última Uzumaki, era familia, ¿Quién mejor que ella y los otros dos para cuidar a Sasuke en su ausencia?, sabía que ellos cuidarían de Sasuke y Sarada  si algo le pasaba, el “kamui” que ella guardaba era la protección de su esposo, no serviría para alejarlo de él porque de estar vivo y poder siquiera mover un músculo nada ni nadie podría alejarlo de Sasuke, lo buscaría por cielo, mar y tierra como siempre había hecho sin importar el tiempo que le tomara encontrarlo y eso cualquiera con dos dedos de frente lo sabía y ella no era la excepción.

-Nunca lo olvido…- Si me ven ‘caer’ usen este pergamino llevándose a Sasuke y a la niña y corran, corran tan lejos como puedan llevándose a mí ‘luna’ hasta que alcancen el cielo o el infierno, y cuando crean que están a salvo sigan corriendo, nunca se detengan ni miren atrás, no dejen de correr hasta su último aliento, que no hay lugar seguro en este mundo”, Karin jamás olvidaría esas palabras hasta el día de su muerte.

 

 

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-¿Porque este lugar?...- Era para niños, menos mal que las cicatrices que portaba no eran tan visibles, podía esconderlas con ropa larga sin tender a kimono pero no le impedían moverse libremente.

-Tú solo siéntate teme…- sonrió con alegría al ser obedecido poniéndose a su espalda y empezando a empujarlo por la espalda con suavidad -…¿Verdad que es fabuloso? Es una muestra de lo grandioso que soy…- infló el pecho con orgullo al tener tan buena idea de diversión.

Es una prueba de lo usuratonkachi que eres…- Naruto estuvo por replicar con una mueca infantilmente enojada como cuando niño pero se detuvo  cuando escucho la risa proveniente de Sasuke, no era de las acostumbradas, las sobradas o demenciales sino una más suave, que lo hacía sentir especial, comprendido, amado.

El rubio lo abrazo por la cintura dejando de mecerlo, simplemente agachando un poco el cuerpo apoyando la barbilla en el cuello que tanto le gustaba llenar de besos, los ojos se le llenaron de humedad al sentir el calor de su amado junto a él en un lugar que en el pasado solo traía recuerdos dolorosos y de soledad -…Solía venir aquí a sentarme de niño, a tratar de hacer amigos pero siempre…siempre estaba solo…- el parque de diversiones donde las madres siempre alejaban a sus niños de Naruto, donde no era más que un paria, un infestado rechazado ahora solo era visitado por ellos dos en una cómoda privacidad.

Sasuke no era cariñoso al menos no sin querer serlo por lo que el beso en la mejilla de su esposo y sus manos blancas aferrando las bronceadas a su cintura con necesidad fue algo irreal, tan íntimo y amoroso que hizo a Naruto lagrimear, gotas saladas caían de su rostro que eran limpiadas por las de Sasuke, a él también le brillaban los ojos -…Naruto creo…que me va gustar este juego…- nunca le había gustado el columpio pero con su esposo pegado a su espada en un suave balanceo no le parecía tan malo, incluso era genial como diría el dobe que amaba.

-Al bastardo le gusta… ¡increíble!…- Si, todo volvía a su cauce -…¡¡Háblame mocoso!!...- para el zorro siempre sería un cachorro sin importar su edad -..¡¡¿Qué no me extrañaste?!!...- Kurama no sabía cuánto había extrañado Naruto su presencia y el sentimiento era mutuo, Kurama entendía las acciones del rubio, no era el mismo al que estaba acostumbrado pero su esencia seguía ahí, después de todo el entendía que el dolor te hace cambiar.

-Jajaja todo está bien cuando están a mi lado Datebayoo…- ambos lo entendieron, el zorro gruño al Uchiha que lo había “persuadido” a volver a acompañar al rubio como antaño, quizá sus ojos no estaban tan sellados como todo el mundo creía y Sasuke solo rió altivo -…Te amo Sasuke…- su esposo, su luna sabía bien cómo hacerlo completamente feliz.

-Te amo Naruto y eso nunca va cambiar…- Pese a quien le pese ese sentimiento jamás cambiaría, por mucho que pesara el recuerdo del pasado, el resentimiento de las decisiones equivocadas, lo que pasara con Sakura porque Sasuke lo sabía y no le era indiferente que el chakra dentro de él fuera el de ella pero lo consolaba saber que ella lo hubiera hecho de igual forma sin que Naruto tuviera que intervenir, sin embargo lo sentía por su hija pero fingía ignorancia y casi podía jurar que Naruto le agradecía ese silencio -…Mañana te enseñare a dominar el uso del Sharingan, tu solo podrás hacerlo pero te ahorrare el trabajo…- pese a todo los Uchihas solo entregaban el “corazón” una vez y Naruto no pensaba devolverle el suyo así como él no estaba dispuesto a renunciar al de su rubio esposo.

Con el sol ocultándose en el horizonte, en un columpio infantil meciéndose pausadamente se podía ver al Hokage sonreír como nunca hacía ante otros, rodeado de luz que se escapaba de sus ropas movidas por el viento con el cabello brillando cual oro se apretaba contra el cuerpo en sus brazos que yacía sentado en un infantil columpio mientras él movía el cuerpo de adelante hacía atrás con los pies fijos en tierra luciendo como un ángel desprendiendo luz, calor, pero Konoha sabía que no era un ángel, no era un ser de luz, el brillo que lo envolvía solo era el escudo visible que el “demonio” desprendía para mantenerlos encerrados en su infierno, no era un protector, era el verdugo que había sesgado las almas de quienes osaran salir de su “hogar” sin querer volver, para él solo son sacrificios que esperan su turno para el matadero, es el carcelero infernal que ríe y goza torturándoles, negándoles la libertad, él mismo Naruto lo repetía a cada momento para que no lo olviden “Yo soy Uzumaki Naruto el monstruo “secreto” de la villa oculta entre las hojas”

 

Fin

Notas finales:

Primero que nada aclarar que no me cae mal Sakura, como la mayoría de mis escritos el fic se escribió solo y así resulto para quitarle a Naruto el último ápice de piedad, me pareció un poco cruel y eso me agrado, estoy aun en modo gore, Hinata tampoco me cae mal pero por tanta sobrevaloración al personaje empecé a tenerle cierto repelús y me agrado la idea que ella este viva y sufriera con el desprecio del rubio (“JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA” risa maniática), eso sí fue a propósito, en cuanto a Bolt si tanto se empeña Pierrot en hacerle parecer a Naruto que lo sea en todo y con las consecuencias que acarreara con su padre, aquí no lo trate bien, a veces se me sale mi lado malvado y quisiera ver todo esto en realidad y luego se me pasa y vuelvo al “buen camino”.

Tome prestado el poder de Obito porque simplemente me parece genial y muy útil no solo en batalla, además de ser uno de mis personajes favoritos, siendo un Uchiha no podía ser de otra forma.

“Luna de mi vida…” lo tome prestado de la serie HBO “Juego de Tronos” es que me pareció tan adecuado que no pude resistirme, también tome palabritas características de otras series, si alguien las ve seguro las reconoce, la parte de la máscara la tome de un relleno en Naruto ese capítulo me pareció ligeramente bueno ya que explicaría algunas cosas que a uno le quedan en duda, en fin espero haya sido entretenido, ojala no  me haya pasado (en realidad espero haberme pasado) jejeje, hasta la próxima, bay.


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