Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Érase una vez por Ghost princess Perona

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero que este capítulo también les guste, ya verán como siguen las cosas...

Sísifo los guió hasta un pequeño campamento en lo profundo del bosque y les indicó un tiendecita donde podrían dormir. Regulus deseaba hablar con él, pero este le respondió con una sonrisa, diciéndole que hablarían cuando estuviera más descansado. En medio de sus sueños aparecieron las personas del mercado, con cadenas y grilletes, pidiéndole a gritos que las liberara… él se sentía asustado, tanto peso sobre sus espaldas… Despertó poco después del amanecer, todavía cansado. Yato seguía a su lado dormido, pero él ya no tenía ganas de hacer eso. Vio a su tío agachado cerca de una fogata, revolviendo el desayuno y se acercó para hablar.

“¿Necesitas ayuda?” preguntó, tratando de ser amigable. Nunca había intentado hacerlo antes, las familias de acogida con las que lo metieron y las tres parejas que lo adoptaron terminaron devolviéndolo por ser demasiado maleducado y problemático. Pero con Sísifo… él era su familia verdadera, incluso se parecían. Y tal vez podría contarle todo lo que deseaba saber sobre Ilias y su madre.

“No, ya casi termino” dijo el joven, sirviendo la comida en un cuenco. “¿Tienes hambre? Es carne de un cerdo que cacé ayer”

“Me parece rica” dijo antes de probar un poco, el guiso sabía muy bien. “¡Que sabroso!” de repente su mirada se ensombreció. “¿Me… puedes decir que ha pasado en este lugar? Todo me resulta tan confuso”

“Lo siento, de verdad. Sabía que ibas a volver algún día, pero… francamente esperaba que no. Que en donde sea que te hubiera mandada Ilias fueras feliz y no regresaras” Sísifo suspiró. “Supongo que hice mal”

“Muy mal” dijo el adolescente, casi rompiendo el cuenco con las manos. “Nunca fui feliz allá, era un extraño. Y viendo el lugar de donde vengo es de esperarse. Ahora responde a mi pregunta, ¿qué diablos sucedió?”

“Bueno, si quieres saber…” la expresión de su tío se volvió sumamente triste. “Hace mucho tiempo vivíamos juntos mi padre, mi hermano y yo en ese castillo…”

-Flashback de Sísifo-

 Él sólo tenía diez años cuando él entró a sus vidas. Era una persona muy agradable, hermosa, lo había salvado cuando su caballo estuvo a punto de matarlo… en fin, a pesar de ser tan joven era un estupendo candidato para nuevo reina. Así fue como Kardia entró a las vidas de él y de su hermano Ilias, que ya estaba casado  y su esposa acababa de dar a luz a un hijo. Su padre, embelesado por la criatura, no dejó pasar ni un mes desde que se conocieron para casarse… a partir de entonces todo se fue al infierno.

“Este reino y todas sus riquezas ahora son míos” proclamó Kardia después de asesinar al rey la noche de bodas. Luego se volteó para ver a los príncipes. “Me parece  que esos niños ya me han estorbado lo suficiente… mátenlos”

La única víctima mortal fue la esposa de Ilias. Los dos varones lograron huir con el bebé y pidieron concejo a la persona más poderosa que conocían…

“Deben salvar a ese niño cueste lo que cueste” les respondió Sasha, el hada azul. “Él es el salvador que los liberará del mal. Llévenlo al centro del bosque encantado, ahí hay un árbol con magia suficiente para protegerlo, hasta que llegue el momento”

“Yo haré el viaje” dijo Ilias, valientemente cargando a su hijo y poniendo en su dedito el sello real que aún conservaba. Eso lo ayudaría, estaba seguro. “Sísifo, tú refúgiate en el bosque y trata de mantenerte a salvo hasta que vuelva”

“¡Ilias, no! ¡Por favor, no me dejes!” pidió a gritos el pequeño Sísifo.

“Regresaré, te lo prometo”

Pero nunca lo hizo. La siguiente vez que vio a su hermano  fue cuando Kardia lo ejecutó públicamente haciendo uso de su magia, arrancándole el corazón del pecho y estrujándolo con sus propias manos. Y él lo presenció todo.

“Oh, Dios mío, Ilias” lloró el principito. “No… Regulus, tengo que encontrarlo”

“Algún día lo hará, mi príncipe, aunque no ahora” le dijo Sasha, apareciendo con toda la pompa de un hada. “Su sobrino ha ido a parar a un mundo extraño, libre de magia, donde el rey nunca podrá alcanzarlo”

“¿Cuándo volveré a verle?”

“En su quinceavo cumpleaños el niño regresará para salvarnos”

-Final del flashback-

“Así que… ese tipo llamado Kardia… fue el que…” Regulus sintió las lágrimas acudir a sus ojos. En verdad, había esperado que Ilias estuviera ahí, que de alguna manera milagrosa estuviera todavía vivo, esperando para que lo salvara. “¿Y qué vamos a hacer ahora, tío Sísifo?”

“Yo… había perdido la esperanza” confesó el mayor. “Pero de todas maneras no importa, no voy a dejar una carga tan pesada sobre tu espalda como la de salvarnos a todos. Seguiremos con mi plan, sólo que ahora va a costar un poco más”

“¿Y cuál es tu plan? ¿Tienes un ejército o algo?” preguntó el adolescente.

“¿Qué? ¡No! No vamos a pelear, nos iremos. Lejos de aquí, donde él no nos pueda echar las garras encima” dijo Sísifo, terminando con su comida y levantándose. Tomó un arco y flechas, alistándose para otro día de trabajo. “Hay un capitán que conozco que nos llevará… si consigo la suma suficiente para pagarle. Fue difícil conseguir suficiente para mí, pero dame un día o dos y conseguiré pasajes para ti y tu amigo. Comenzaremos una nueva vida”

“¿Estás bromeando, verdad? ¿Realmente vas abandonar a tu pueblo aunque confían tanto en ti?” ahí se detuvo. ¿Desde cuando le importaba eso? A la única persona a la que no había traicionado en su vida era a Yato, incluso robaba a los de sus casas de acogida.

“No hay otra opción, pequeño, sé que nadie nos ayudará. Están esperando que lo venzamos solos… y eso es imposible. Así que nos iremos” el príncipe suspiró derrotado, mirando las cosas repartidas por ahí. “Vayan empacándolo todo, en una semana máximo nos iremos. Tengo… tengo la espada de Ilias si quieres tenerla” dijo señalándole un cúmulo de cosas. Regulus fue y revisó entre la montaña de cosas. Ahí encontró la espada y una pequeño retrato de una familia.

“¿Y esto?”

“Hace tiempo que no lo veía, son tus padre y tú. Consérvala también es tuya” sonrió el otro antes de irse. Regulus se quedó mirando el sendero por el cual se había ido un momento, pensando. Tal vez… era lo mejor. Irse y comenzar una nueva vida, en ese mundo. Con un rey malvado intentando matarlos ni Sísifo ni él podrían vivir en paz. Aparte, no quería inmiscuir a Yato en eso. Y ya estaba metido hasta las cejas sólo por ser su amigo. Sí, huir sonaba muy bien en ese momento… pero algo le decía que no podría hacerlo.

-En el castillo-

“¡¿Cómo que han huido?! ¡Inútiles!” gritó Kardia, levantando las manos y sus soldados se convirtieron en cucarachas que aplastó con sus lujosas botas. Sus ojos estaban encendidos en furia cuando se dirigió a sus otros hombres. “Primero Sísifo, luego Dohko y ahora Regulus. No tienen remedio… Bueno, ahora márchense antes de que les arranque el corazón” ordenó el rey y los muy asustados soldados se fueron. El peliazul gritó y le tiró un puñetazo a su espejo, haciéndose algunas heridas. Se llevó la mano herida al pecho.

“No sé por qué tanta rabia, fuiste tú quien se forjó este destino” dijo una voz desde otro espejo en la habitación. Ahí apareció una cara… la de una mujer. “Por querer ser el hijito perfecto te arruinaste tú mismo”

“Calvera, no estoy de ánimos. Por tu propio bien, cállate” le dijo el rey, atendiendo mágicamente sus heridas. Cada vez que deseaba hacerlo sentir mal sacaba ese tema, no en vano conocía todas las intimidades de la vida de su amo. El hombre estaba a punto de llorar mientras que la mujer reía de manera siniestra.

“Debe ser duro… ser el hijo del molinero. Como tu madre… ¿qué ella no te tuvo exclusivamente para obtener venganza de ese hombre? ¿No estaba dispuesta a entregarte a él, a dejar que te tocara, que te mancillara, con tal de obtener lo que quería? Y tú lo hubieras consentido con tal de ganar su amor”

“¡NO! ¡Por eso la maté y a él también!” finalmente estalló el joven, dejando sus lágrimas libres. Al final no pudo hacerlo, no quiso entregarse sin amor. “¡Y ya cállate, que me das jaqueca!”

“¡Más bien te la das tú mismo! ¡Ya deja de sentirte miserable y ve a cumplir con tus propósitos! ¡Toda la ayuda que te presté para acabar con el rey… no quiero que sea en vano!” le espetó el espejo, generando más furia en él.

“¡Silencio! ¡Vete ya!” la imagen de Calvera se desvaneció de la superficie pulida y Kardia pudo quedarse unos momentos a solas, sintiéndose muy solo y miserable. ¿Qué se interponía entre él y su felicidad? Recordó las palabras de mamá y al instante supo cuales eran sus estorbos: Sísifo y Regulus. Los haría desaparecer.

“Después de todo… yo siempre consigo lo que quiero” dijo antes de salir de su cuarto, dejando atrás todas sus dudas. Primero iría a la boda del príncipe El Cid con la hija del rey dorado, después de todo fue cordialmente invitado. Luego asesinaría a esos dos.

-En un prado-

Tenma llevaba buscando toda la noche al príncipe sin éxito, hasta que por fin se dio por vencido tras haber escuchado por parte de Sasha, su amiga de toda la vida, que se había reunido con Sísifo. Maldijo entre dientes, ahora todo lo que quedaba de la familia real escaparía como cobardes hacia las tierras más allá del mar. Finalmente entró en el claro que hacía las veces de cuartel para los Hombres Felices. Dohko salió a recibirlo.

“¿Dónde se supone que estabas?” preguntó molesto. Había estado preocupado por su hermanito durante toda la noche, así que pensaba que le debía una buena explicación. Tenma sólo le arrojó la capa de Shion.

“Para tu novio, que sé que está durmiendo en tu tienda. Buenas noches” trató de escabullirse, más fue sujetado del brazo y arrastrado por el otro hasta los restos de una fogata.

“Me vas a explicar en este preciso instante qué fue lo que sucedió” exigió y el menor no tuvo otra opción que soltar la lengua. Le contó cómo conoció al príncipe en el mercado y lo que estaba haciendo ahí, cosa que enfadó a Dohko. “¿Y quién te dijo que necesitamos nuevos reclutas? ¡Estamos muy bien así!”

“¿Así cómo, mi querido hermano? Tenemos que armar un ejército y rebelarnos si no queremos vivir todo el tiempo temerosos de la amenaza de Kardia”

“No va a haber ninguna rebelión, Tenma, eso está fuera de nuestras manos” testó de hacerle entender Dohko. Los ojos de su hermano se llenaron de furia y se apartó rápidamente.

“¡Si Sísifo o Regulus te lo pidieran, lo harías! ¡No es justo! ¡Sólo porque le prometiste lealtad al rey como caballero…!” en ese momento fue cortado por una mirada severa.

“Sé… que ha  sido duro. Antes de conocer al rey yo era un ladrón, el mejor, él me dio la oportunidad de ser algo más, de ayudar a los demás y no sólo perjudicarlos. Lo que quiero decir es… que no estaríamos aquí de no ser por él y lo último que él querría era traerle más desgracias a su pueblo. Quiero honrar ese deseo”

“Lo sé y lo entiendo” afirmó el adolescente. “Pero con Kardia en el trono nunca van a dejar de sufrir. Y ya hablaste con Sísifo, se marchará, con Regulus a su lado, de seguro”

“Pase lo que pase, todo saldrá bien” le aseguró tomándolo de los hombros. “Se lo prometí a ti y a Shion…”

“Y a Mu” le recordó Tenma. El hermanito menor de Shion, a quien el lobo se había visto en la obligación de criar desde la muerte de sus padres, era una bolita de pelos dulce que siempre se las arreglaba para meterse en problemas.

“Y a Mu, cómo pude olvidarlo” se rió Dohko. En eso la figura de Shion, cubierta solamente por una sábana, surgió de la tienda.

“Puedo oler algo” anunció el canino, levantando su nariz para sentir mejor. “El rey parte a otro reino”

“Esta es nuestra oportunidad, ¡asaltemos el carruaje real!” saltó el adolescente, pero fue inmediatamente detenido por su hermano.

“¿Hueles magia, mi amor?” inquirió este. El lobo asintió, preocupado. El resto de los Hombres Felices ya había despertado y se preparaba para otro día. Algunos catalogaban el tesoro que lograron reunir y otros cocinaban sus alimentos. Mu se encontraba entre ellos, trayendo sendas piezas de carne en la boca como un lobezno. “¿Ves por qué no podemos atacar sin pensar antes? Aprovechemos esta brecha para entregar su porción a los campesinos”

“¡Sí, señor!” respondieron los ladrones de Sherwood, a quienes lo único que les importaba era ayudar.

“¿De verdad con hacer esto basta? ¿No necesitamos un salvador como la profecía decía que Regulus sería?” preguntó Tenma, que cada día perdía la esperanza. Temía que en algún momento su hermano no fuese a regresar y se quedaría solo de verdad.

“No, hace mucha falta… pero no podemos pedirle que lo haga si ha decidido escapar” fueron las últimas palabras de Dohko antes de unirse Shion y Mu en la mesa con Tenma.

-En ese mismo bosque-

Yato acababa de despertar y encontró a su amigo poniendo las cosas en bolsas ausentemente. No había rastro de Sísifo por ningún lado, lo que se le antojó extraño. ¿No debería quedarse con la familia? Aunque de seguro tenía un trabajo. Se estiró y caminó hacia su compañero de toda la vida, frotándose los ojos.

“Hola, qué tal” dijo con un bostezo. “Ya amaneció al parecer”

“Buenos días, dormilón” lo saludó Regulus. “Ahora ayúdame y metamos todas estas cosas en bultos, nos moveremos pronto”

“¿A dónde? ¿A otra parte del bosque? No dormí muy bien anoche, tenía esta condenada raíz picándome la espalda…” comenzó Yato.

“No, tonto. Nos iremos del país, a otro lugar. Al parecer mi tío es tan querido aquí como nosotros en la ciudad de la que venimos, así que… somos tres vagabundos en busca de una nueva vida. Creo que tú ya lo veías venir” dijo bromista el príncipe.

“Bueno… supongo. De todas maneras, no es tan malo, tres es mejor que dos” comentó el castaño oscuro. “Aunque antes tuve la impresión de que las personas de por aquí los adoraban y de que al que odiaban era al tal Kardia”

“Pues al parecer no tanto. No quieren luchar, quieren que nosotros luchemos en su nombre. Y si peleamos solos contra él nos aplastará” le contó.

“Ah, ya. No hay nada que hacer entonces. Nueva vida, aquí vamos” dijo él. De todas maneras no le importaba, él nunca había encajado en ninguna parte… excepto con Regulus. Tal vez ahora podrían encontrar el lugar que les correspondía. Ya estaba planificando su nuevo comienzo cuando notó el tinte de culpa que se encontraba en los ojos de su amigo. “Oye, ¿realmente quieres hacerlo? Yo digo, si quisieras podría ayudar, deben haber mil y un maneras de acabar con un rey…”

“No te preocupes, tendré tiempo para acostumbrarme a la…”

“Te conozco, seguirás dándole vueltas por el resto de tu vida. Así que ahora respóndeme con la verdad. ¿En serio quieres abandonar a todo un pueblo que cuenta contigo para salvarlos?”

“No, pero no tengo otra opción. Si peleo ahora… Kardia se encargará de borrar para siempre los finales felices. Retirándonos ahora mi tío y yo les hacemos un favor”

“Como digas” se sentó Yato, sirviéndose un poco de comida. “Entonces daremos un pequeño viaje por barco. ¿Debería conseguir unos binoculares para ver a los delfines?”

“Si quieres…” dijo Regulus, desanimado después de la charla.

“Y ¿Dónde está Sísifo?”

“Se marchó temprano a trabajar, tiene que comprarnos pasajes a nosotros también”

-Lejos de ahí-

Sísifo, agazapado entre los árboles, observaba una carroza pasar. Era la que transportaba al príncipe El Cid y a su prometida hacia el palacio del padre de esta. Colocó una flecha en el arco, si daba este golpe sería el último. Tendría suficiente para pagar tres pasajes. Se preparó, mejor que saliera bien.

Notas finales:

Espero que hayan entendido. Pueden adivinar ¿qué personaje de cuentos de hadas es Kardia? ¿Y Sísifo? ¿Y Dohko? ¿Y Shion? Espero sus reviews...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).