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Encantos y Misterios del Destino por Arizt Knith

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Notas del capitulo:

Bueno... esta idea surgió de otro bendito rol -como siempre- entre mi queridísimo clon -como siempre- pero ya ni me acordaba donde lo habíamos empezado así que decidí dejar volar mi imaginación, eso y que tuve que hacer esfuerzos para recordar y buscar más información de estos dos xD y vaya que también los amo, bueno, sin más que decir dejo la primera parte... esta historia será solo de dos capítulos, nada más! asi que disfruten la primera parte de este Two-shots!

 

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Este Two-shots

es un

Minos x Aiacos

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Las cosas seguían normales, claro todo era paz y tranquilidad en ambos reinos porque así lo dispusieron los dioses. Ni el señor Hades o la señorita Athena habían vuelto a discutir y todo el mundo había quedado en buenos términos, los espectros podían ir a la tierra siempre y cuando no causaran daños. Inclusive las cosas en el Inframundo eran normales, Hades casi siempre pasaba en sus aposentos, los gemelos Hypnos y Thanatos seguían en los campos Elíseos, pues a ellos no les gustaba juntarse con la chusma por así decirlo (si, se refieren a los demás espectros) Pandora se las daba de andar electrocutando a medio mundo, Radamanthys iba tras de ella y Valentine iba tras su señor. Lune se ponía a reprender a medio mundo, en especial a aquellos espectros de nivel bajo que no dejaban de hacer escándalo por cada cosa que se encontraban en el mundo de los vivos.

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Y luego estaba el

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No había día en que el Juez de Griffon fuera al santuario o a cualquier otro lugar donde pudiera encontrar al joven santo de Piscis, Albafica. Siempre era lo mismo con él, siempre el albino iba a buscar al peli celeste, dejándolo a él aun lado, pero claro, cuando el sueco no estaba el noruego volvía a los brazos del nepalés- Eres su segunda opción... -Le había dicho el inglés cuando se enteró de aquella relación que mantenían, y vaya que el rubio tenía razón; pero la culpa era de el por siempre estar ahí para el noruego. Tal vez fueran espectros, pero aun así el tenia corazón y sentimientos; él, él estaba enamorado- Pero solo soy un simple juego... -Su mirada ciruela se perdió en un punto inexistente de su habitación, ese era otro día en el que Minos se había ido a buscar al caballero de Piscis, y justo anoche ambos lo habían echo, irónico, ¿no creen?

Pero, ¿qué era lo que el de Piscis tenia y el no? Él es hermoso dijo su subconsciente y vaya que tenía razón. Albafica era un ser bello, su piel era blanca y tersa, no tenía ninguna imperfección, su cabello era largo y lacio, sus labios tenían un suave toque rosáceo al igual que sus mejillas y sus ojos eran de un bello cerúleo, era tan hermoso; mientras que el no o al menos así se sentía. Un pequeño malestar se formó en su corazón, era obvio que el jamás tendría cupo en el corazón de Griffon, además de que jamás podría hacerle competencia al sueco, tan solo podía servir como la segunda opción para el juez principal al menos ahí él lograba ser feliz por breves segundos, donde Minos tocaba cada parte de su cuerpo hasta llevarlo al extasié, solo ahí la mirada violácea del noruego estaba en él, inclusive le entrego su primera vez a aquel hombre de largas hebras platinadas. Solo en esos momentos de soledad en los que, ambos se entregaban en la habitación del nepalés, solo ahí Aiacos podía ser feliz.

Pero esa felicidad le duraba poco, esa felicidad terminaba siendo reemplazada con aquel sabor amargo en su boca cuando miraba al albino correr hacia el caballero de Piscis. Unos fuertes toquidos contra su puerta lograron sacarlo de sus pensamientos, se sorprendió un poco al ver que se trataba de Radamanthys- Perdona, veo que estabas durmiendo... -Se disculpó al ver que el joven nepalés se encontraba tendido sobre su cama, y al parecer con aquellas vestiduras que constaban con un pants y suéter delgado de color gris, siempre eran esa clase de ropas que el menor de los tres jueces usaba en sus días o ratos libres, y casi siempre para la hora de la sienta-Descuida, tan solo estaba pensando -La mirada de Radamanthys se encontró con la de su compañero, se sintió mal al notar aquellas ojeras en el rostro pálido del peli-violeta además de que tenía los ojos rojos y algos hinchados de tanto llorar, era lo más seguro- ¿Estás seguro? -Volvió a preguntar mientras entraba a la estancia, Aiacos solo sonrío levemente y se sentó sobre el filo de la cama invitando al otro a que le imitara. Radamanthys dejo la puerta entre cerró la puerta tras de sí y fue a sentarse junto al menor, muy revoltoso podía ser el nepalés pero aun así él le tenía aprecio, no sabía como pero con el paso de los años había logrado tenerle esa clase de aprecio y cariño hacia el más joven de los tres.

Y como no, ¡si Aiacos seguía siendo un mocoso! Siempre metiéndolos en problemas o siendo el quien les ayudaba a salir de estos, siempre de buen humor, y por eso y más él lo consideraba como un hermano menor, uno revoltoso pero hermano menor a fin de cuentas; aunque claro esto era algo que jamás iba a admitir en voz alta, y quien se atreviera a divulgarlo sufriría las consecuencias. Esa tarde Radamanthys se quedó haciéndole compañía al joven Garuda, porque con solo notarlo en su mirada ciruela, podía saber la gran tristeza que le embargaba en cierto modo le recordaba a alguien de cabellos rosados, aquel mismo soldado que le seguía fielmente sin esperar nada a cambio mientras que el, o en este caso Minos, no se daban cuenta de que aquella persona a quien tenían a la par, era aún más valiosa que aquella a la que ellos seguían. Porque si, él le era fiel a la joven Heraldo mientras que ella solo podía tener ojos para su señor Hades, y el pobre de Valentine a pesar de saber los sentimientos de su señor siempre seguía a su lado aunque esto significase ser herido día tras día. Y ahora Aiacos pasaba por lo mismo, por eso quería evitarlo, el no quería que el menor pasara por lo mismo que su fiel amante. Aunque claro ese mismo día pensaba hablar seriamente con el albino cuando llegase, y lo haría de una forma sutil cosa que se le daba bien.

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Deberías dejar de hacer eso... -Murmuro una alguien a sus espaldas, no hubo necesidad para voltear a ver al dueño de esa voz, sabía que se trataba de Radamanthys, y por alguna extraña razón tenía una vaga idea del porqué de su presencia. Tan solo termino de cerrar la puerta de su habitación y se dio la vuelta para encararle. La mirada del rubio era soberbia como siempre cosa que el otro no tomo encuentra y tan solo se lanzó de lleno a su cama, todo ante la atenta mirada del rubio quien le observaba desde aquel sillón de cuero en el que se encontraba sentado, su imagen parecía espectral pues se encontraba de espaldas de aquel enorme ventanal donde se infiltraban los rayos de aquella luna carmesí- No estoy haciendo nada malo -Trato de excusarse con una sonrisa mientras le encaraba, pero aquello era algo que no hacia efecto en el rubio- Radamanthys no estoy haciendo nada malo en serio, además... -La mirada violácea de Griffon se encontró con aquel par de orbes dorados del inglés, a quien parecía no afectarle nada. El porte de Wyver seguía firme mientras escuchaba la misma pararota del otro, que solo iba a molestar a aquel caballerito de cuarta y nada más pero a lo que Radamanthys se refería era que dejara de hacer eso, pues sus acciones afectaban al menor de los tres- Si así fuera la señorita Pandora me hubiera llamado la atención o en el peor de los casos, me hubiera electrocutado -Cosa que era verdad pues, si la dama de negro llegaba a ver que algún espectro se encontraba haciendo algo indebido ella los electrocutaba sin importar quien fuera y el rango que estos tuvieran; ya más de uno había tenido la dicha de sentir aquellas potentes descargas inclusive los jueces, aunque por alguna extraña razón siempre Aiacos se salvaba de estas-

Ambos se quedaron viendo fijamente, Radamanthys le observaba con seriedad mientras que Minos lo hacía con una sonrisa burlona en sus labios- Ya Rada no es para tanto -¿que no era para tanto? pensó el rubio mientras fruncía el ceño, es que acaso Minos no se había dado cuenta o aquel matorral que tenía por cabello no le dejaba ver claramente lo que sus acciones provocaban- Me refiero a lo que estás haciendo con Aiacos -Fue entonces que aquellas palabras lograron borrar la sonrisa del noruego e inclusive se sentó sobre el filo de la cama para encarar al otro, él sabía muy bien que Radamanthys estaba al tanto de esa "relación de amigos con derecho" que el mantenía con Aiacos, pero no pensaba que fuera para tanto. Ninguno de los dos dijo nada por los siguientes minutos, tan solo se mantenían viendo fijamente hasta que el rubio volvió a hablar- No es correcto -Aquellas tres simples palabras terminaron por descolocar al otro- No es correcto -Volvió a repetir el inglés mientras se cruzaba de brazos- Oh vamos Rada, tan solo somos amigos con derecho nada más

El semblante del juez mayor cambio a uno más tranquilo mientras volvía a acomodarse sobre su mullida cama, pero el semblante del otro había cambiado por uno muchísimo más serio- ¿Amigos con derecho? -Repitió sin podérselo creer, tan ciego estaba el otro que no se daba cuenta que Aiacos le miraba con otros ojos?- Si ya sabes, somos amigos que tienen sexo y ya -Nuevamente volvieron a sumergirse en aquel silencio, Radamanthys miraba a Minos y este solo miraba algún punto inexistente en el techo de su habitación- Rada, yo solo tengo sexo con el nada más es algo en lo que ambos acordamos además... -Una sonrisa maliciosa se dibujó en los labios del espectro además de que su mirada violácea brillaba con picardía- Además he de admitir que es muy bueno haciéndolo y solo así puedo imaginar que es con Albafica con quien lo hago -Sinceramente no podía creer lo que estaba escuchando, es que más descarado no podía hacer? aunque era algo que ya se lo venía venir, pues en más de una ocasión Aiacos le había contado que mientras lo hacían Minos solo podía gemir el nombre del peli celeste contando con que más de una vez había utilizado sus hilos según "porque era más placentero" Minos era, "un tanto sádico" aunque, como él lo había dicho, él siempre se imaginaba que era al peli celeste que le hacia todas esas cosas. Ninguno de los dos dijo nada más, ni tan siquiera aquella sombra que se había mantenido escuchando la conversación de los otros dos; mientras dejaba que su cabello cubriera aquella mirada ciruela que poco a poco iba perdiendo ese brillo vivas que tenía y sentía como su corazón se partía en miles de pedazos, pero eso era algo que el mismo se había buscado, eso era lo que pasaba por mendigar aunque sea las migajas de atención que el albino le podía dar. Al menos ninguno de los presentes en la habitación se dio cuenta de que el otro les había escuchado y sin hacer ruido se regresó a su habitación mientras caminaba por los extensos y fríos pasillos del castillo; dejando que aquellas pequeñas esperanzas que tenia se desvanecieran y sus lágrimas brotaran con libertad-

 
Notas finales:

Bueno como habia dicho antes, este es un Two-Shots! lo que significa que mas al rato -quizas- subire la ultima parte. Espero que les haya gustado y no se, espero recibir algun review xD 

 

Nos vemos~ 


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