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Mush-room por Amok Scarlet

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Notas del capitulo:

Hoy es doble, así que sino leyeron el anterior, regresense

Se me olvidaba del capítulo anterior un Cardenal es un pájaro o ave que come las moras y otro tipo de frutas. Algo así como el juego de serpientes y escaleras de aquí en México

Ahora sí espero les guste

Era de noche, en el día había pasado buscando a ese ratoncito. Muchos seres tenían su aroma. Pero con ninguno estaba el pequeñín. Seguía buscando, su aroma desaparHoy es dobecía poco a poco. Había dos razones para ello


1. Algo o alguien cubría su aroma


Ó


2. Estaba bajo tierra


Esperaba no fuera la segunda, habría desperdiciado mucho tiempo, llevaba ya cuatro semanas buscando al ratoncito, dos largas semanas de toparse con seres igual o más extraños que él. Una pregunta vino a su mente mientras acariciaba el pelaje de su caballo Jashin


¿Ese ratoncito era amigo de esos o simplemente paso por ellos? ¿Por qué se preguntaba eso? Fácil, cuando Itachi lo invocó el aroma en el costal entre las manos que tenía estaba la esencia del ratoncito, eso facilitaba su búsqueda, todos los seres en que lo encontró permanecía en sus manos o cabellos. Además de que podía oler otras cosas, como las emociones.


Pero no encontraba el temor del ratoncito, siempre olía dulce en todos ellos. Era extraño. Un duende no podía ser amigo de esos seres, supuestamente les tenían miedo. ¿Por qué el no?


……………………………………


Sus sueños seguían regresando al pasado. Tal vez de tanto estar lejos de casa… sí debía ser eso


La vez que perdió a Sarutobi fue mala. Había un tipo de mujer pez cerca del rio y él estaba ahí, mirando a los peces nadar, ¿los peces no duermen? Se preguntaba, iba a tocar el agua y esa voz molesta, que desde que tenía memoria le hablaba, hizo aparición Ni se te ocurra tocarla le advirtió entre gruñidos tú no puedes decirme que hacer y metió los deditos, en eso tiempo medía como mucho casi dos terceras partes del dedo meñique.


Luego de que sus deditos rozaran el agua metió la mano. Alguien se acercaba por atrás y otra presencia en el agua también, pero él no se dio cuenta, seguía disfrutando del movimiento del agua contra su mano.


La sirena abrió la boca y se lo hubiera comido de un bocado de no ser porque el archimago Sarutobi le lanzó un hechizo, que la hizo volver al agua


— ¡Naruto! — le grito molestó, se había quedado paralizado, al ver los colmillos de aquella mujer pez — te dije que no podías salir


— Lo siento, yo solo… — estaba parado enfrente del rubio


— Ahf — suspiro — de acuerdo, lo bueno es que estas bien. Pero no salgas así, algo te puede pasar — le acariciaba los cabellos


— Él me dijo que podía salir, que me cuidaría — no entendía lo que le decía


— ¿Quién?


— La voz — le respondió — dentro de mi cabeza — Seguía sin entender. En su distracción, la sirena había vuelto, sigilosamente se lanzó a los dos duendes. El anciano se dio cuenta y aventó al más pequeño. Los colmillos de la sirena se encajaron en su pequeño cuerpo, la sirena lo escupió al saborear la sangre del duende, que cayó con una sonrisa. La sirena se metió en el agua tratando de quitarse la sangre del duendecillo.


— ¡Maldito! — Espetó antes de deshacerse en espuma


— ¡Ji-chan! — Se acercó gateando con lágrimas en los ojos — ¡Ji-chan!


— Tranquilo — estaba en el suelo, la sangre no dejaba de salir, la sirena casi lo partió en dos — prométeme que cuidaras a todos — el otro asentía, mientras el mayor acariciaba las marquitas en su cara — y dile a esa voz que haga bien su trabajo


— Si te escucho — le contestó


— Bien, Naruto — lo miro a los ojos — se feliz


— Lo seré — las lágrimas no dejaban de salir. Le sonrió y cerró los ojos. Se abrazó al cuerpo que estaba ahí y la voz en su cabeza lo consolaba


Ya está en un mejor lugar ¿De verdad? Sí, hasta esta sonriendo ¿ves?


Volvió a despertar, las lágrimas corrían por su rostro, recordar dolía. Y mucho. Miro al cielo, viendo las estrellas de la noche, luna menguante. Dos lunas llenas más y volvería a casa. Solo dos lunas más…


……………………………………


En otro lugar, en una cueva se encontraban un gigante, ni tan gigante. Se tenía que encorvar en aquella cueva pero media a lo mucho unos tres metros y algo más. A su lado un hombre de cabellos blanco-azulados y una hada de alas negras y cabellos rojos.


Entraba en la misma cueva un lobo que adentro se convirtió en un hombre de cabellos plateados, seguido por una serpiente que se convirtió en un hombre de ojos rasgados y cabellos negros. Todos guardaban silencio, no se llevaban, las reglas de la noche. No confiar en nadie. No meterse en los asuntos de otros. Esté, era un caso especial.


Al poco rato aparecieron otros dos hombres, uno de cabellos negros largos, piel clara, una belleza de chico, junto a él uno más alto de cabellos negros cortos ojos castaños.


— Los estábamos esperando — siseó el hombre serpiente, acercándose al más chico de los recién llegados


— Ni te ocurra o te corto la lengua, Haku es solo mío — el incubo tomo de la cintura al pequeño biosbardo que se sonrojo levemente al tacto


— Tenemos cosas más importantes que discutir — el hombre lobo interrumpió su pelea de miradas


— ¿Por qué nos has buscado Juugo? — la hada que revoloteaba se sentó en el hombro del semi gigante


— Los visitó el dullahan, ¿no es así? — estaba seguro


— ¿Por qué preguntas? — el hombre de agua preguntaba


— Está buscando a Naruto — los que estaban parados se sentaron en algún lugar de la cueva


— ¿Por qué crees eso? — preguntaba el hombre lobo


— Es lo único que tenemos en común — un silencio permaneció durante un tiempo


— ¿Eso que tiene que ver con qué estemos aquí? — interrumpía el hombre lobo


— Ustedes debieron de sentirlo — como negarlo, era verdad. Ese pequeñín tenía algo, algo realmente fuerte como para no verlo. Ni los ciegos podrían evitar tener su atención en él


— ¿Y? — seguí el hombre lobo


— Lo qué trata de decirte estúpido lobo, es qué deberíamos hacer algo


— Ja, no pienso hacer eso — se cruzó de brazos


— ¿Entonces por qué viniste? — el chico agua pregunto. No contestó


— Todos sabíamos a que veníamos — el hada, habló desde el hombro del semi gigante


— Así es, ese chiquitín nos ganó — hablaba Juugo


— ¿Y qué planeas? — cuestionó el incubo


— Buscaremos al rubio y al dullahan. Lo primero que encontremos, ya veremos que hacer


— ¿Así nada más? — el hombre lobo seguía con lo mismo


— Sí


— ¡Están locos! — Terminó por gritar — me largo, se transformó en lobo y estaba a punto de salir


— Te perderás de la muerte de un dullahan, que lastima que te vayas Kabuto, bien más victoria para nosotros — siseaba el hombre serpiente. Matar a un dullahan era una buena batalla y subía el estatus que tenían dentro del bosque


……………………………………


Tenía ya un mes dos semanas de embarazo, ¿y que sentía en ese momento? Unas ganas enormes de comer frambuesas. Recordó a Hinata, no se había dado cuenta pero la chica llevaba dos meses de embarazo. Suertuda ella tenía a Neji para que la complaciera, ¿y dónde estaba el padre de su hijo? Entrenado, sí entrenando, el muy dobe seguía fuera de casa.


¡Maldito dobe! Cuándo te vea me las pagaras corrió al baño, tenía nauseas. Saliendo del baño fue por un vaso de agua. Acariciaba la ligera pancita que se le hacía.


Dobe… Volvió a la cama, tenía ganas de llorar. El entrenamiento con Tsunade avanzaba realmente rápido, ¡solo tenía que concentrarse y listo! Lo difícil era mantener el contacto, ahora sabía cómo llegar donde el rubio. El problema era salir de la aldea.


Pero como Sasuke Uchiha no era un dobe como otros, ya tenía la solución. En una semana saldrían de nueva cuenta Kakashi y Asuma, que habían regresado tres semanas atrás.


Cuándo ellos salieran se escabulliría antes de que se cerraran los muros e iría donde el rubio. Sí, todo era perfecto. Solo tenía que esperar unos días.


Volvió a la cama con las ganas de comer frambuesas. Cuando vea al dobe lo haré ir por frambuesas y fresas, también quiero nieve…mmm arándanos… Se durmió pensando en todas las cosas que le haría conseguir al rubio

Notas finales:

Eso es todo por hoy, espero sus comentarios y regaños, sugerencias y todo que son de mucha ayuda

Uno aprende de verdad

Y gracias por leer

Bye bye


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