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Mush-room por Amok Scarlet

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Notas del capitulo:

Buenas!!!

Acabo de despertar. Eso no importa, bueno...

Espero les guste

— Ese Itachi, le pedí que fuera discreto y hace todo al revés — decía mientras caminaba a las afueras del bosque — tenía que ir y capturar al duendecito, que le voy a decir a Shisui


» “Itachi anda capturando duendecitos, ve, intercéptalo y dile que aborte la misión” ¡Cómo si pudiera! — Arrastraba los pies — ahora tengo que buscar al líder de Akatsuki o encontrar a Deidara y capturar a los miembros que estén con él y hacer que me lleven con su líder…… ¡Esa es una buena idea! Según Mei están en una cabaña a las afueras del bosque, ¿pero en qué parte?


……………………………………


— ¡Shikamaru! — gritaba una peli-rosa


— ¿Qué sucede? — preguntó dándose la vuelta y bostezando


— ¡Escóndete! — no entendía la orden de la chica


— ¿Pero qué dices? — preguntó. La chica lo tomo de los hombros y dijo todo de corrido


— ¡Gaara quiere matarte! — eso sí lo entendió. El chico corrió como si su vida dependiera de ello y más al escuchar los gritos de alguien bastante conocido


— ¡¿Dónde estás maldito pervertido?! ¡¿Cómo te atreves a ultrajar a mi hermanita?! — Shikamaru desapareció entre una nube de polvo y se vio pasar a un pelirrojo agitando una varita mientras arena se juntaba a su alrededor


— ¡Gaara! — una rubia con cuatro coletitas corría tras del pelirrojo — ¡Deja eso maldita sea! — Gaara había hecho una nube de arena en la que se deslizaba más rápido


……………………………………


— Tú… — Ese era el… el perro del infierno — ¿Cómo llegaste aquí? — se puso de pie, estaba molesto


— Jajá, ustedes no pueden contra mí — estaba caminando tranquilamente hacía ellos — ¿qué puedes hacer, gigantón? — la piel del semi-gigante estaba cambiando de color


— Aléjate — hablo con una voz gruesa, sus ojos siendo cubiertos de un color negro y sus pupilas amarillas. El resto se puso en guardia


— ¿O si no qué? — escupió


Después de esas palabras el semi-gigante se abalanzo contra el perro que lo esquivo fácilmente, golpeándolo con una de sus cadenas. El hombre serpiente se transformó tomando su forma animal y enredándose en el cuello del perro que logró morder la cola del reptil. Logrando que lo soltara y aventándolo contra el hada que estaba a punto de lanzar uno de sus encantos.


El incubo entró en la pelea, dándole una patada al estómago del perro que retrocedió, evitando que le diera de lleno. El hombre lobo ayudo al semi-gigante a levantarse. El chico agua se veía la batalla, buscando la oportunidad de entrar y asestarle un buen golpe a ese maldito perro.


La serpiente se quitó encima del hada y vieron como seguía la pelea entre el perro y el incubo. Pronto decidieron que hacer y arremetieron contra el perro. El chico agua encontró la oportunidad cuando los otros dos atacaron y corrió convirtiéndose en agua y mojando al perro que resbalo rodando por el pasto.


El hombre lobo corrió donde creyó llegaría el perro convirtiéndose en su forma animal y le propino una mordida en el cuello. El perro se quejó


Inmediatamente llegaron el semi-gigante agarrando su cuerpo, el incubo sosteniendo sus patas delanteras, la serpiente enroscándose en las patas traseras. Y el chico agua ahogándolo.


El hada evocó un hechizo lanzándolo al cuerpo del perro que empezó a burbujear. Lo sostenían a pesar de que quemaba. Lo que fuera que hubiese hecho el hada, ardía. Lo soltaron cuando su color empezó a cambiar de un rojo a uno negro.


El perro se retorcía, qué mal que no pudiese contra todos ellos. Olvidó las magias secretas de las hadas.


Se deshizo. Se dejaron caer. Estaban exhaustos. Ese maldito Urco les dio una tremenda batalla. Todos estaban heridos.


— Tu novio… no ayudo… — decía entre jadeos el chico agua al incubo


— Cállate… — todos estaban jadeando. El hada callo en la cabeza del semi-gigante


— Termino… — dijo. Agoto toda su energía en ese hechizo. Ese era muy difícil de realizar. Creía que no lo lograría



Mientras todo eso sucedía, donde se encontraba el rubio. Un hombre se acercaba


— Pero mira que tenemos aquí — voltearon a ver a la voz proveniente detrás de ellos


— Tú — el rubio frunció el ceño — ¿Qué haces aquí?


— Vengo por ti — el zorro levanto del suelo al rubio y lo subió a su lomo con una de sus colas


— No podrás hacer eso humano — escupió el zorro


— Jajá, tienes razón. No si tú y las otras bestias están aquí — las otras bestias con cola se acercaron. En el lomo de Matatabi estaba Sasuke y en el hombro de Son Gokuu Jiraiya


— Ya no soy débil — exclamó el rubio — puedo contra ti


— No vengo a pelear — musitó — conocí a tus padres Naruto-kun


— ¿Cómo sabes mi nombre? — exigió


— Digamos que yo se los sugerí — miró atrás, buscando a su mentor


— Así es chico, Itachi es un mago de luz


— Entonces… ¿por qué me capturó? — Sasuke escuchaba todo eso, vio al hombre enfrente de ellos y recordó esos ojos rojos. Esos ojos que infundían miedo. ¿Por qué el rubio ahora no tenía miedo? Aferro más sus manitas al cuerpo del gato


— Tenía que fingir para poder estar cerca del enemigo, eso implicaba capturarte. No entraba en mis planes. Tampoco podía permitirme perder la confianza que depositaron en mí.


— ¿Eso es cierto? — pregunto a su mentor


— Yo no sé nada sobre eso — respondió el viejo


— Kurama, ¿es verdad? — preguntó al zorro


— No miente — respondió el zorro, algo molesto


— Tenemos que ir a la cueva de los caminos, ahí te enseñaré — menciono el hombre de ojos rojos



— Chicos — el biosbardo se acercó a ellos — miren allá — señaló donde se encontraba el humano con las bestias


— Ya no tengo fuerzas — el hombre lobo intento levantarse pero no pudo


— Tú, chico agua. Cúranos — ordenó el incubo


— Sí como no — estaba agotado — mientras ellos hablaban el zorro se acercó a ellos


— Chicos, ¿están bien? — preguntó Naruto que salto del lomo del zorro — dejen los curo — junto sus manitas y se acercó al más cercano a él. El semi-gigante, tocó su frente y poco a poco fue pasando energía, como le enseño Isobu.


Así hizo con todos, que se sentaron en el pasto


— Gracias — el hombre lobo agradeció


— No hay de qué-ttebayo — les sonrió — mmm… — se rascó la nuca


— Diles mocoso — lo apuró el zorro — el rubio asintió con la cabeza


— Tengo que ir a la cueva de los caminos, ¿quieren venir conmigo? — Preguntó dejando al zorro con un “lo hizo de nuevo”


……………………………………


Mientras en lo alto de una montaña se encontraba un hombre sentado en una silla de madera golpeando los posa-brazos con una descomunal fuerza


— ¡¿Qué dijiste?! — gritó, el eco de su voz estremeció la nieve que cubría algunas montañas


— Itachi nos ha traicionado — fue la respuesta del hombre que estaba arrodillado

Notas finales:

Pues eso es todo, hasta mañanita y que tengan un bonito día

Les mando besos a todos

muac muac

Bye bye


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