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Mush-room por Amok Scarlet

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Notas del capitulo:

Hola!!!

Les quiero decir que ya esta el final, probablemente mañana sea el último

Y pues espero les guste el capitulo

El hombre estaba cerca, temblaba ante su presencia, pero esta vez era diferente. Esta vez el defendería al rubio. Lo protegería con uñas y dientes. Le daría el tiempo necesario para acabar la dichosa conexión.


El hombre no se detenía, seguía corriendo, probablemente pensaba que el duendecito poco podría hacer para detenerlo y pasar de él. Iluso, lo que no sabía era lo que podía hacer él. Sasuke Uchiha, no por nada su familia era famosa en la aldea.


Cerró los ojos extendió las manos y una ráfaga de fuego fue lanzada contra el hombre que sorprendido por tal acto apenas y esquivo el ataque.


Chasqueó los dientes al ver que su adversario salvo su ataque. Tenía muchos trucos y todos los probaría con ese humano. Esta vez sacó su varita de su pierna, la agitó cubriéndola de rayos


— Chidori — lanzó un rayo a su enemigo que saltó hacía el duendecito con un ataque de agua.


El duendecito se hundió en la tierra, eludiendo el ataque del humano, y apareciendo debajo de sus pies. Volviéndolo a atacar con su chidori, esta vez el humano no lo pudo evitar recibiendo de lleno el impacto, cayendo al suelo de rodillas.


El azabache aprovecho y lo embistió con una bola de fuego.


— ¡Maldito engendro! — Rugió, levantándose para aplastar a ese renacuajo.


Si Itachi ni le toco un cabello, ¿cómo demonios ese enano lo logró?


El agua se concentró en su mano, la arremolinó y se lo lanzó al pequeñín que no pudo evitar ser jalado por la fuerza centrípeta que lo jalaba al centro del remolino de agua.


Al entrar en esta se aturdió, entrando en pánico. “Sasuke” la voz de su rubio amor lo sacó de las tinieblas en las que estaba entrando. Reuniendo fuerzas empuño la varita con ambas manos, invocando al viento que deshizo el remolino. Llamó al ave legendaria de sus antepasados antes de caer y que le llegara el siguiente ataque de su enemigo.


Desde el cielo empezó a lanzar hechizos contra el horrible hombre que trataba de entrar a la cueva. Protegiendo instintivamente su vientre.


El humano harto del pequeñajo decidió que era mejor acabar con ese incordio. “Se acabó el juego” pensó, juntó sus manos apretándolas, aspiró aire y lanzó lava de su boca.


El ave a duras penas logró evadirlo, el humano los perseguía con tal furia que no tenía tiempo para contraatacar


……………………………………


— Itachi — lo agitaba de los hombros — ¡hey Itachi!


Lo examinó, ¿Qué le habrá hecho para dejarlo así? Al menos no lo mato se dijo


— ¿Cómo está? — un chico llegaba a su lado


— Mal — le contestó — ¿Qué tal tú?


— Bien, solo unos rasguños — dijo palmeándose la espalda


— Esos no son unos rasguños — le indicó que se acercará. El semi-gigante se hincó


— No estoy tan mal como él


— Eso no importa — con sus manos empezó a curarlo — él tiene que despertar por su cuenta, sus heridas ya las sane


— La chica… — no termino la frase


— Esta inconsciente — las heridas del semi-gigante se cerraban — el consejo viene para acá


— ¿Dónde está? — una presencia llegó donde estaban — Tch, ese Itachi no pudo contra él


— ¿Obito? — el anciano lo vio con sorpresa


— ¿A dónde? — tenía prisa


— En la cueva, está en la última fase — miró a Itachi y al semi-gigante — me tengo que quedar a cuidarlos


— De acuerdo — siguió corriendo hacía la cueva



¿Cómo lo habían hecho? No estaban seguros, todo paso muy rápido.


Según el recordaba, el hombre planta camino hacía ellos, saliendo de las ramas.


— Es su fin — citó. Después de eso el hada estaba a su espalda atacó a su cuello, pero la planta lo esquivó aventándola lejos al darse la vuelta. Les había dado la espalda


El hombre lobo, cambió su forma varias veces, tratando de zafarse de las ramas que lo retenían. Sin darse cuenta sus ojos cambiaron de color y su instinto animal salió a flote. Se hizo más grande y atacó al sujeto enfrente de él


Eso no podía ser posible. Las ramas se cayeron alzando el polvo al chocar con el suelo.


— ¿Qué fue eso? — logró articular con voz ahogada


El hombre lobo, parecía devorar a ese sujeto orgánico. Lo iban a detener, no eran tan malos. Al acercarse el lobo les gruño y retrocedieron un paso, al ver la prominente dentadura que les mostraba y esos ojos ardiendo.


Lo dejaron hasta que estuviese satisfecho


Obito los vio y decidió seguir al ver que el lobo devoraba al chico planta


Más adelante vio tres siluetas, uno tumbado y los otros dos checando el cuerpo


También los ignoró


Y ahí… ahí estaba, atacando a un duendecito, que venía cayendo. Corrió para atraparlo. Su cuerpecito estaba envuelto en el cuerpo del águila protegiéndolo del ataque enemigo. El chiquitín parecía estar bien, estaba en posición fetal cubriendo con sus piernas y brazos su abdomen. Lo reviso rápidamente, solo estaba inconsciente.


Esos segundos en los que estaba distraído el peli-naranja aprovecho para entrar en la cueva.


Unos ojos brillantes lo observaron por un instante. Pasando la vista al águila, el otro humano y el pequeño cuerpo que sostenían sus manos.


Respiró profundamente, estaba bien. Eso era bueno, lo que no era bueno…


Lo iba a destrozar por tocar a su familia, le haría pagar por haberle hecho daño. Nadie se metía con su familia… nadie…


El peli-naranja frunció el ceño al notar varios ojos posados en él, sintiendo un estremecimiento por todo su cuerpo al cruzarse con los ojos del centro.


Esa figura tan pequeña no podría transmitirle tanto miedo… ¿o sí?


Olvidándose de ello y al cuerpo del asqueroso biosbardo siguió adentrándose a la cueva.


El biosbardo corrió donde el humano y el duendecito, tomándolo con sus manos y checando minuciosamente el cuerpo del pequeñín


— Cuídalos — el sabio se lo encomendó y camino a la cueva. Donde la batalla estaba comenzando



Tranquilo chico — el zorro le daba palmaditas en la cabeza


Lo sé — cerró los ojos


Entonces vamos, necesitamos movernos — el mono animaba


Yo creo que deberíamos de salir de aquí — opino la babosa


Aquí estamos muy apretados — el mapache movía el cuerpo incomodo


De acuerdo, pero antes alejen a mi chico — decidió el rubio


Yo lo llevare — extendió sus alas y voló hacía la salida de la cueva


¡Es hora de jugar! — el pulpo alzó el puño



El insecto de las siete colas (alas) iba a atravesar la salida. Lanzó una bola de agua contra él, sin embargó no impactó contra el cuerpo de la bestia.


Miró al frente y descubrió que su bola de agua fue sometida a una capa de tierra. Que fue seguida de una bola de fuego con una ráfaga de viento directamente a su cuerpo.


Lanzó una bola de agua y se agachó antes de que colisionaran.


El sabio que estaba cerca se apartó al ver la inmensa esfera que venía.


Inmediatamente el insecto tomo al biosbardo que sostenía al duende y elevó el vuelo.


¿Qué sucede? — la voz del rubio le llegó a su mente


Esta inconsciente — pareció meditar la respuesta


Llévalo a casa — decidió. El agua mojaba sus alas, pero él era más fuerte


La batalla continuaba, el mago retrocedía a cada ataque hasta que salieron de la cueva.


Se sorprendieron al ver las figuras que salieron después de ellos. Parecían temibles en aspecto, infundían miedo. Al menos al mago


El sabio estaba feliz, el chico lo había logrado. Se unió con las bestias en mente y alma. No todos lo lograban. Se lo podría dejar en sus manos.


Claro que si necesitaba una manita él estaba dispuesto a dársela.



Lo tenemos — dijeron todas las bestias al rodear al mago


¡Ahora!


+++


¿Dónde? — preguntó, estaba sentado en un lugar vacío. No había nada


Este es el mundo — un duendecito rubio apareció ante él


No — el mundo no era ese. Un lienzo en blanco no era el mundo


Lo es, todo empieza así. Sin nada, hasta que alguien decide pintarlo —como si pintura fuese comenzó a trazar en ese espacio. El cielo, la tierra, el agua, los árboles, animales, todo fue tomando forma — Sabes… todos compartimos la misma alma


Se le quedo mirando — todos somos uno. No solo nacemos, vivimos y morimos. Somos como el ramen. Parte de un mismo platillo. Se necesita de cada uno de nosotros para hacer esa sopa, sino no sabría bien. ¿Te imaginas el ramen sin col? ¡Ya no sería ramen! — su cara fue de tristeza. Y el no entendía porque le contaba eso


Sé que nos odias — menciono afligido — he visto lo que les paso a tus padres. No fue tu culpa y tampoco nuestra. El mundo es así, necesita de luz como de oscuridad — el lugar se dividió en noche y día — necesita de gente buena y mala — había gente corriendo feliz y gente atacando a otros —  Sino no sería mundo. ¿Qué crees que sería? — lo vio con una mirada curiosa


No lo sé — contestó sinceramente


Yo creo que no sería nada, un mundo donde no hay contraste no es interesante. Las cosas pasan por algo, te llevan a un lugar donde debes elegir. Un camino partido en dos — estiró sus manos agitándolas en direcciones opuestas — ¿izquierda o derecha? — preguntó


Izquierda — contestó a su interrogador. El escenario cambio, viendo pasar como hubiese sido su vida si “escogiera ese camino” — ¿Y la derecha? — Y cambió de nuevo el escenario — es lo mismo — respondió. Ambas caminos lo llevaban a lo mismo. Al lugar donde estaba en ese momento


Porque tú lo quieres así — respondió el pequeñín — Si tú hubieras deseado ser feliz, lo serías. El que quiere puede — unió las manos al centro y la historia cambió.


Después de haber perdido a sus padres, el luchó por seguir adelante, se inscribió a la escuela superior de magia, al graduarse con honoríficos ingreso al congreso de magia. Donde ejerció como maestro. Fue invitado al consejo de magia donde le dieron el título de sabio.


Logró junto con otros sabios, incluido Obito enseñar al mundo los beneficios de relacionarse con las criaturas de los bosques del mundo. Logrando por primera vez que ambos mundos, coexistieran.


Yo pude… — sintió que lo que veía hubiera sido la vida que llevara sino se hubiese sumido en el odio y el rencor


Todavía puedes — le sonrió, sus ojos sentían arder. Una emoción que creía perdida estaba brotando dentro de él — ven conmigo — le extendió su pequeña mano


Parecía dudar, mientras las imágenes seguían pasando


Contrajo matrimonio con una chica peli-azul “Konan” tuvieron hijos, y su amigo pelirrojo años después también se casó “Nagato” la manita del duendecito le daba otra oportunidad. La sonrisa del rubio le aseguraba una nueva vida, lo que hiciera con ella, sería su decisión.


Tomó la mano del rubio con dos de sus dedos. Y el mundo cambió una vez más…

Notas finales:

Bueno ya está, espero les haya gustado

Gracias por leer

Besos

Bye bye


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