Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

The city of the dead por Demonio_Nocturno

[Reviews - 87]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

hola como estan, hoy por fin pude darme un tiempo para actualizar y espero que les guste el capitulo como saben sigo sin tener computadora y por eso no e podido actualizar pero cada dos semanas lo hago (segun) y me esmero por hacer los capitulos largos en fin pasen a leer.

 

Al estar ya adentro, los diez chicos fueron directo con los demás para averiguar a quienes les pertenecían las motocicletas que vieron afuera y también para ver si no estaban en peligro pero al llegar a donde estaban el resto del grupo, vieron que un peli azul dejaba a Orfeo en el suelo donde había una cobija tendida. El primero en reaccionar fue Aiacos quien se abrió camino para llegar hasta donde estaban dejando al peli celeste quien estaba inconsciente y al ver que la pierna le sangraba, no le ayudaba mucho a calmarse.

− ¿Qué paso? –pregunto mirando a sus compañeros y a los otros cuatro desconocidos.

−Las explicaciones las podemos dejar a un lado. Ahora debemos desinfectar la herida y parar el sangrado –dijo Mu ya con un botiquín de primeros auxilios en las manos.

Nadie hizo otra pregunta y decidieron irse a otra parte de la bodega para no estorbar. Los únicos que se quedaron atendiendo al chico inconsciente, fueron Mu e Hilda.

 

−No es por ser descortés pero ¿Quiénes son? ¿Y qué hacen aquí? –pregunto Shaka recorriendo a los desconocidos con la mirada.

−Yo me llamo Julián y ellos son mis amigos. Hyoga, Isaac y Nime –respondió señalando a cada uno.

− ¿Planean quedarse en la cuidad o se irán a otro lado? –pregunto Ikki cruzado de brazos.

−De hecho tenemos pensado ir a un refugio que está a las afueras de la ciudad y a lo que sabemos ahí hay una embarcación que nos llevará a una isla o algo así escuchamos –respondió Isaac.

−Entonces nos dirigimos al mismo lugar –informo Camus.

Siguieron platicando de algunas cosas más como si se irían por su parte o si querían viajar con ellos a lo cual se acordó que viajarían juntos. Una vez que terminaron de hablar cada uno se fue por su lado y Kanon fue junto a su hermano quien estaba aún recuperándose de la herida que tenía y no había podido estar presente en la plática.

− ¿Cómo sigues? –pregunto el menor de los gemelos al otro.

−Bien, aunque me siento como un estorbo –respondió sentándose recargando su espalda en la pared.

−No deberías.

−No puedo evitarlo –suspiro−. En fin dime de que tanto hablaban.

−Nada relevante solo nos dijeron sus nombres y a donde piensan ir.

−Entonces dime como se llaman y en que quedaron.

−El mayor se llama Julián y tiene 20 años, el más bajo se llama Nime y tiene 17 años. Los otros dos son hermanos, el mayor se llama Isaac y tiene 19 años mientras que el rubio se llama Hyoga y tiene 18 años –tomo aire−. Al parecer también irán al refugio donde está la embarcación así que los demás les ofrecieron quedarse con nosotros.

− ¿Y aceptaron?

−Al principio no querían pero Dita los convenció. Ya sabes que a veces puede ser muy persuasivo –dijo sonriendo y su hermano lo imito.

−Cambiando de tema –interrumpió saga− ¿Cómo estás tú? Me refiero a lo que paso.

−Estoy bien –corto de golpe−. No tienes que preocuparte, mejor descansa.

Se iba a levantar pero el otro lo detuvo agarrándolo del brazo obligándolo a volver a sentarse.

−Dime la verdad.

−Te la estoy diciendo. Estoy bien y no debes pensar más en eso.

−Soy tu hermano y me preocupa que te guardes todo –dijo con preocupación−. Siempre lo haces. Siempre te guardas todo para no preocuparme, pero eso solo hace que mi preocupación aumente.

−Saga, prefiero que olvidemos lo que paso.

−Sabes que no puedo.

−Deberías hacerle caso a Saga y dejar de hacerte el fuerte –interfirió Ikki haciendo acto de presencia.

−No tengo nada y enserio prefiero no hablar del tema –respondió ya irritado−. Solo olvídenlo, hagan como que nunca paso –se levantó y esta vez su hermano no pudo evitarlo.

El chico se fue dejando a su hermano y a su amigo solos y con una enorme culpa.

−Aunque quiera ocultarlo, sé que está mintiendo –dijo Saga con tristeza−. Y todo por mi culpa. Por no saber defenderlo.

−No podías, estas herido. Si a alguien debemos culpar, en todo caso sería a mí –agacho la cabeza−. Yo pude evitarlo y no hice nada.

 

En otro lado apartados del resto, estaban  un grupo de seis adolescentes quienes discutían entre si debido a lo que había pasado con Orfeo.

−Deberías estar feliz Hades –dijo Aiacos con una sonrisa pero esta demostraba lo enojado que estaba.

− ¿Por qué lo dices?

−Es lógico. Tu querías desacerté de él y casi se cumplió tu deseo.

−Aiacos no digas tonterías –regaño Pandora entre molesta y preocupada.

−Es la verdad –grito−. Y no te hagas la que no sabes porque viviendo en la misma casa, te debiste haber dado cuenta de que Hades lo odia.

−En eso Aiacos tiene razón –interrumpió Minos avivando más la discusión.

−No te metas en esto Minos. Esta discusión solo les concierne a ellos –dijo Radamantis.

−Es por eso que nadie te soporta. Siempre andas aguando la diversión.

−No se peleen –intervino Lune ya aburrido por tanta discusión.

Minos y Radamantis solo se limitaron a hacer un ruido con la garganta, pero Aiacos y Hades se miraban retadoramente y los presentes sabían que si las miradas mataran, ya habrían muerto desde hacía mucho tiempo.

−Dejen de estar discutiendo que en todo el lugar se escuchan sus grito –regaño Afrodita quien iba acompañado por Shun y por Aioria.

−Miren a quien tenemos aquí –dijo Minos con burla−. Si es ni más ni menos que la novia de Milo.

−Se nota que te morías de ganas por molestar a alguien ¿Verdad?

−Digamos que es mi pasatiempo favorito.

La discusión hubiera seguido si no fuera porque Shun interfirió.

−Dita, debemos ir a otro lado ¿Recuerdas?

−Anda mejor apurémonos –agrego Aioria.

−Tienen razón. Ahí cosas importantes que hacer.

Los tres chicos se dispusieron a irse para cumplir su tarea y Pandora se apuntó a ayudarlos ya aburrida de escuchar la discusión que tenían.

 

−Eo ayúdame a levantar las cajas.

Sorrento, Aioros y Eo tenían la tarea de levantar las cosas e ir metiéndolas al bus para que en la noche se fueran.

− ¿No han visto a Shura? –pregunto Mu agitado ya que había corrido de un lado a otro buscando al pelinegro−. Llevo un rato buscándolo pero no lo encuentro.

−No lo hemos visto pero ¿Para qué lo buscas?

−No seas metiche Eo –regaño Sorrento.

−Solo lo buscaba para que me ayudara con algo, pero creo que quiere estar solo.

−Si buscas a Shura, está en el bus cuidando que nadie se acerque –dijo Aioros quien llevaba unas cobijas ya dobladas, en las manos.

−Gracias a por cierto tu hermano esta con Shun y con Dita buscando algunos galones para echar la gasolina.

−Está bien, pensé que estaba causando problemas o algo, pero me alegra que este ayudando.

Una vez terminada la plática, el peli lila fue a donde le habían dicho que esta el otro chico y efectivamente ahí estaba. Se le veía pensativo y a la vez nostálgico, como si estuviera recordando algo que le doliera y eso preocupo a Mu así que habló para asarse notar.

−Hola Shura ¿Interrumpo?

−Hola. –Fue su seca respuesta lo cual decepciono al otro.

− ¿Qué estás haciendo?

−Estoy cuidando que no haya nadie cerca.

Las secas respuestas desanimaban al peli lila pero no se daría por vencido ya que sentía que aquel callado chico había sufrido mucho incluso mucho antes de que los muertos volvieran a la vida.

− ¿Quieres que te haga compañía?

−No tienes que hacerlo –suspiro−. La verdad, prefiero estar solo sino te molesta.

Esas últimas palabras desalentaron bastante a Mu, pero si algo era lo que él consideraba tanto una virtud como un defecto. Ese algo era su persistencia y su necedad a no querer darse por vencido sin siquiera haber intentado hasta lo último.

−No debes preferir estar solo ya que ahora es cuando más unidos debemos estar.

−No te darás por vencido ¿Verdad?

−No. Así que tendrás que soportarme un buen rato –sentencio decidido a cumplir lo que había dicho.

Lo malo era que el universo entero conspiraba en su contra y cuando se disponía a volver a hablar, la voz de Isaac lo interrumpió.

− ¿Quién de los dos es Shura? –pregunto viendo a los dos chicos.

−Soy yo –respondió el peli negro− ¿Pasa algo?

−Un chico llamado Shion me mando a decirte que necesita de tu ayuda adentro –dijo mientras se rascaba la nuca nerviosamente−. No te preocupes por tu amigo. Yo me quedare con él para cuidar que nadie venga.

−No tienes que molestarte en eso, yo solo puedo cuidarme y vigilar el lugar sin necesidad de tener a alguien más –soltó Mu molesto por haber sido interrumpido.

−Es mejor que alguien te ayude, así no tenemos que estar al pendiente de otro herido. Suficiente tenemos con Saga y ahora con Orfeo como para aumentar a uno más a la lista.

Shura se veía fastidiado y quizá un poco molesto muy probablemente porque el peli lila era necio, o eso pensaba Mu.

−Está bien –dijo dándose por vencido.

El peli negro se fue dejando a los dos chicos solos y el ambiente se tornaba incomodo aunque le afectaba más a uno que al otro.

− ¿Por qué tan serio? –pregunto Isaac siendo quien no soportaba el incómodo silencio que se formó entre los dos.

−Por nada en particular –respondió Mu sin ánimos de hablar y eso se notaba en su tono de voz.

− ¿Es porque arruine tu cita con ese tal Shura? De todos modos se notaba que quería estar solo –dijo solo para ver que reacción tendría el menor.

−No debes de meterte en cosas ajenas –respondió con calma−. Así que te pediré que si solo estas aquí para molestarme, desistas de tu objetivo y te marches que yo solo me las puedo arreglar.

La calma y seriedad combinado con la educación, con lo que dijo aquellas palabras, dejaron anonadado al peli verde y no era para menos ya que desde que empezó todo el disturbio, no había encontrado a nadie que se comportara de esa forma. Normalmente a nadie le importaba si ofendía a los demás y dejaban la cortesía y los modales a un lado.

− ¿Aun insistes en molestarme?

−No es eso. Si te lo hice pensar, me disculpo –dijo recuperándose−. Pero es que me impresiona tu forma tan calmada de hablar. Hace mucho que no conocía a nadie así, incluso mucho antes de que el apocalipsis de los muertos que caminan, empezara.

−No debes asombrarte, siempre e sido así y no por esto dejare de serlo.

−Supongo que tienes razón.

− ¿En qué?

−En eso de que no importa la circunstancia, uno no debe olvidar quien es y como es.

La plática cada vez se fue haciendo más amena y eso hizo que la tensión en ambos chicos, despareciera y diera paso a una plática más cálida y en ocasiones un poco más personal.

 

Una vez que el sol dio sus últimos rayos de vida y que las cosas ya estuvieran dentro del bus, todos tomaron asiento exceptuando a los nuevos integrantes del grupo, quienes decidieron ir en las motocicletas.

Muchos platicaban con su compañero de al lado, pero otros decidieron permanecer callados.

Por su parte Hilda estaba conduciendo y platicando con Minos, quien se ofreció de voluntario para quedarse en vela con la chica. Mientras tanto, en los asientos de atrás se encontraba Afrodita cuidando de Orfeo quien ya estaba mejor.

Ya para la media noche todos, a excepción de la conductora y su acompañante, se encontraban durmiendo lo cual le daba un aire de calma al bus, en ocasiones ese ambiente era interrumpido por algún infectado que intentaba interponerse en su camino pero que terminaba siendo aplastado por las llantas.

−Sí que eres buena conduciendo –dijo Minos sonriendo mientras recordaba como momentos antes la chica había esquivado con maestría un pequeño grupo de infectados que obstruían el paso.

−Digamos que uno se ase bueno cuando se tiene que llegar temprano a un lugar y hay tráfico, o había –respondió con burla.

−Deberías enseñarme y quizá te supere –pidió con una sonrisa socarrona−. Como dicen, el alumno supera al maestro.

−Pero también se dice que el maestro siempre tiene una última carta bajo la manga –irrumpió Milo quien se había despertado un par de minutos atrás.

− ¿Qué haces despierto? –pregunto Hilda sin despegar la vista del camino.

−Solo quería ver que estuvieras bien.

−No le are nada malo –dijo Minos mirándolo directamente.

−Como si tus palabras fueran fiables.

−Más que las de algunos que están aquí, si –soltó pero ya no había pisca alguna de su característico tono de burla sino que estaba serio.

− ¿A qué te refieres? –pregunto la chica desconcertada.

−Ya saben, algunos de los que están con nosotros solo son una bola de farsantes.

−Especifica lo que estás diciendo –ordeno Milo.

−No tengo porque hacerlo ni mucho menos porque dar nombres, solo digo que no deben confiar ciegamente ya que puede que los ataquen por la espada.

−Si sabes quienes son porque no lo dices de una buena vez y te dejas de enigmas tontos.

−Como siempre me encanta la forma tan dulce y amable en la que pides las cosas Kanon.

−Habla de una vez.

−Que me dan a cambio.

−No tenemos que darte nada. Date por bien servido que no te dejemos en la calle ahora mismo –dijo ya cabreado Milo.

−La sutileza no es lo suyo.

−Dejemos de insistir, quizá solo está hablando por hablar.

− ¿Eso crees Kanon? No eres idiota, te das cuenta que algunos, más específicos dos personas no están muy felices con ciertos integrantes del grupo.

−Uno de ellos es Radamantis ¿Verdad? –pregunto Hilda, aunque más que una pregunta, parecía una afirmación.

−Tú lo conoces desde hace tiempo y supongo que por eso lo dices.

−No solo por eso Milo. No se si no vez o no quieres ver, pero tanto el como la rubia ¿Cómo se llama?

−Esmeralda –respondió la peli gris.

−Si ella –continuo−. Tanto Radamantis y Esmeralda han estado muy juntos y actúan muy recelosos con los demás. Quien sabe puede que estén tramando algo o quizá solo se atraigan mutuamente aunque lo dudo ya que esa tal Esmeralda de muere por Ikki.

−Yo también pienso que algo están tramando ya que son los únicos que prefieren estar aislados de los demás y he notado que estudian a cada uno cuidadosamente –confeso la mayor con preocupación.

−Si esa chica esta tras de Ikki, puede que quiera hacerle daño a todo aquel que se le acerque y supongo que su primer objetivo es su amigo Shaka o hasta puede que ataque a Shun. No se sabe.

−Minos hablas como si tuvieras alguna experiencia en eso o como si pudieras leer los próximos movimientos de la insoportable de Esmeralda.

−Es porque él sabe cómo actúan los que están obsesionados con alguien –respondió Kanon.

− ¿A qué te refieres? –pregunto Hilda.

−En secundaria Minos acosaba a una chica y amenazó a los demás chicos para que no se le acercaran, incluso atento contra uno de ellos. Lo suspendieron por un par de semanas pero aun así no se dio por vencido hasta que sus padres lo sacaron de la escuela y lo mandaron a estudiar al extranjero.

− ¿Lo que dice Kanon es verdad?

−No quiero que mi pasado te asuste, ya que si te desconcentras nos harás morir a todos. Y bueno con referente a lo que paso en secundaria, digamos que quería divertirme para ver cuánto aguantaba aquella chica antes de que su mente se quebrara –confeso−. No crean que solo aleje a los demás chicos sino que también jugaba con su mente.

− ¿Qué le paso a la chica? –pregunto el peli azul.

−Minos logro que la chica no pudiera acercarse a los demás sin desconfiar de ellos y tanto fue su aislamiento que la cordura se esfumo de su cabeza y sus padres no tuvieron de otra que internarla en una clínica para enfermos mentales –soltó Kanon con los brazos cruzados.

− ¿No te arrepientes?

− ¿Y así quieres que deje a mi hermana contigo?

−Ya dije que no quiero que mi pasado los asuste ni los afecte además para ese entonces no me encontraba muy cuerdo que digamos así que la mayoría de las cosas no las hice conscientemente.

−Aun así, la poca confianza que te tenía se ha esfumado y no creo que a los demás les agrade tener a un enfermo mental cerca.

−Al contrario, se darán cuenta que al menos yo soy sincero.

−En eso tiene razón –apoyo la chica y los peli azules se le quedaron viendo−. Digo que a pesar de todo, Minos se sinceró con nosotros y confeso lo que había hecho años atrás.

−No lo confeso, Kanon fue quien lo dijo.

−Pero no lo negó ni trato de callarlo.

−Porque no podía.

−Más bien fue porque no quería. Mira Milo sé que después de la muerte de nuestros padres, has tomado una actitud muy defensiva y tratas de ocultarlo siendo tan extrovertido, haciendo cosas tontas pero sé que Minos no aria nada malo o de lo contrario ya lo hubiera hecho.

El silencio reino y el ruido del motor era lo único que lo interrumpía pero aun así ninguno de los cuatro dijo palabra alguna sino hasta después de un par de minutos que parecieron horas.

−Si te atreves a lastimar a mi hermana o a alguno de los demás, no dudare en ofrecerte como platillo principal a los infectado –sentencio Milo para después regresar a su asiento.

−Salió mejor de lo que esperaba –soltó Minos recuperando su habitual sonrisa socarrona.

−Ahora solo falta averiguar que se traen esos dos y tomar una decisión al respecto.

Dicho esto Kanon también volvió a su lugar ya que Saga se estaba quejando, muy probablemente porque la posición en la que estaba hacia que le doliera la herida.

−Te agradezco.

− ¿Eh?

−Por confiar en mí.

Hilda estaba anonadada ya que era la primera vez que escuchaba aquellas palabras salir de la boca del menor que estaba acompañándola en su desvelada además de que se escuchaba sincero.

−No tienes que agradecer solo hice lo que sentía que debía hacer.

La plática volvió a ser más calmada como lo había sido antes de todo ese pequeño alboroto de confesiones, pero cierta persona escucho todo lo cual podía usar a su favor.

 

Al amanecer, los primeros rayos de luz hicieron que varios de los chicos que aún estaban durmiendo se despertaran aunque unos cuantos aún permanecían en aquel lugar donde no había preocupaciones. En los últimos asientos del lado derecho se encontraban dos peli celestes que platicaban acerca de la herida de uno de ellos.

− ¿Aun te duele como ayer?

−No. Solo siento unas punzadas pero creo que al menos puedo mantenerme en pie por mí mismo.

Afrodita iba a decir algo, pero una voz femenina lo interrumpió.

−Serás un estorbo ya que si esas cosas vienen por nosotros, tu nos alentaras –dijo Esmeralda mirándolo desde los asientos del lado izquierdo, donde estaba junto a Radamantis.

−Nadie pidió tu opinión así que es mejor que te mantengas callada –reclamo Afrodita molesto por las palabras de la rubia.

−Tan solo estaba haciendo una observación.

−No vale la pena pelear por una tontería Dita –dijo Orfeo tratando de calmar al otro chico quien ya está dispuesto a levantarse y serrarle la boca a la chica, de una cachetada.

− ¿Qué está pasando? –pregunto Aiacos quien acababa de despertar por la discusión.

El se encontraba en el asiento de enfrente de Orfeo y Afrodita, ya que quería estar al pendiente del herido.

−Nada que amerite tu atención –respondió Radamantis cruzado de brazos y con los ojos cerrados.

−No bajen hasta que les digamos. –Se escuchó la voz de Thanatos quien estaba bajando del bus junto a su hermano y a Poseidón.

Después de unos minutos regresaron junto a los otros cuatro que estaban en las motocicletas. Les dijeron que estaban seguros aunque no podían bajar la guardia ya que estaban en campo abierto.

En la noche habían logrado salir de todo el ajetreo de la cuidad y ahora solo tenían que conducir por quizá dos o incluso una noche más para poder llegar a su destino lo cual les alegraba.

−Pueden bajar pero no se alejen mucho –dijo Hypnos y los chicos hicieron caso−. Ustedes descansen.

Lo último se lo había dicho a los Julián y compañía al igual que a Hilda y Minos, aunque este último decidió salir a estirarse un rato y cuando le diera sueño iría a dormir ya que decidió ser el quien le hiciera compañía a la conductora.

−Pensé que te quedarías en el autobús –hablo Pandora acercándosele.

−No tengo mucho sueño así que decidí ver que ahí por aquí.

−Mi primo dijo que te fueras a dormir si no tenías nada que hacer aquí abajo.

−Hades siempre tan atento –soltó con burla.

−Más que ser atento, creo que quiere tenerte lejos y lo comprendo.

−Buenos días para ti también Dita.

−Yo me voy a ver cómo sigue Orfeo –dijo Pandora aburrida de escuchar discusión tras discusión.

Así dejo solo a los dos chicos quienes se miraban a los ojos. Uno demostraba irritación y el otro burla.

− ¿Qué tienes florecita? ¿Tu novio Milo no te cumplió anoche?

−No tratare de hacerte entender que entre él y yo no hay nada porque es imposible que a un desequilibrado mental como tu pueda entenderlo y si estoy molesto es por tu amigo Radamantis y su nueva novia Esmeralda.

−No sabía que fueran novios, creo que Rada me está dejando a un lado –dijo con una mano en el corazón y falso dramatismo.

−Es una estupidez tratar contigo –dio media vuelta dispuesto a irse.

−No te enojes, solo jugaba –lo retuvo tomándolo del brazo−. Anda dime que te hicieron como para que estés tan de mal humor.

−No le veo el caso en decirte.

−Eso lo hubieras pensado antes de venir a lloriquearme. Ahora me dices quizá te pueda ayudar.

− ¿Tu ayudándome? La desvelada te ha afectado más de lo que espere.

−Quizá si, quizás no. Pero habla de una vez.

−Andan de habladores diciendo que tanto Orfeo como Saga son menos que estorbos y eso lo vienen diciendo desde antes de salir de la casa –respondió irritado−. A la siguiente que los escuche, les cerrare la boca con el puño.

−Me sorprende que no lo hayas hecho ya.

−Se contenerme pero ellos me llevan a mis limites, más que tu siquiera.

−Eso no. Nadie me quitara mi puesto –soltó con una sonrisa que contra todo pronóstico hiso sonreír al peli celeste−. Iré a ver qué pasa con ellos y a advertirles que el único que puede hacerte carraspear tanto, soy yo –soltó un bostezo.

−Primero ve a dormir o te quedaras dormido en plena reprimiendo.

−Como desees mi flor. Ya sabe que sus deseos son órdenes –dijo mientras hacia una reverencia y se subía al bus de nueva cuenta mientras se estiraba como una gato.

−Al menos a ti si te hizo caso. –Se escuchó la voz de Aiacos y Afrodita dio un respingo ya que no había agarrado desprevenido y lo asusto.

−Solo lo hizo porque estaba cansado no porque enserio me haga caso.

−No lo creo, él siempre quiere llevar la contra a todos sin importarle nada.

−Como sea, mejor me voy a ver en que puedo ayudar.

−Camus te estaba buscando hace un momento.

−Gracias.

 

− ¿Qué sucede? ¿Por qué me has arrastrado hasta acá? –pregunto Thanatos a Milo quien al verlo lo tomo del brazo y se alejaron un poco del grupo.

−Ya me decidí por lo que tienes que hacer.

−No entiendo.

−Sobre la apuesta –respondió−. Cumplí mi parte ahora te toca a ti.

− ¿Y que se supone que quieres que haga?

−Tienes que besar a Hypnos.

− ¿Qué? Oyes sabes que Hypnos es mi hermano ¿Verdad?

−Y eso que. El que sean hermanos no te afecta cuando te le quedas mirando y te lo comes con la mirada –soltó haciendo que el mayor se sintiera expuesto−. Además que importa después de todo ya el mundo se fue al demonio. Lo que menos importa son las normas y lo que es o no correcto.

−Eres un maldito enfermo pero como hombre de palabra. Lo are.

−Deja eso de hombre de palabra a un lado que a mí no me engañas, bien que te mueres por hacerlo.

El peli plata no dijo nada y solo se limitó a buscar a su hermano.

−Una cosa más, así como tú me hiciste hacerlo. Lo tienes que besar frente a todos.

−Maldito mocoso –murmuro alejándose en busca de Hypnos.

Por su parte Milo estaba sonriendo zorrunamente al imaginarse la cara que pondría el mayor de los gemelos.

−Esto no me lo puedo perder –dijo para sí mismo y se echó a correr en la dirección donde había ido Thanatos.

Notas finales:

me despido y espero poder  leer sus mensajes ya saben que contesto todos y cada uno de ellos (Aun siendo anonimos)

a una ultima cosa apstengance de mandar mensajes ofencivos, si no les gusta el fic no lo lean porque me vere en la peno necesidad de borrarlos ya que no me gusta rebajarme a contestarle tan groseramente como los mnesajes que me mandan bye

 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).