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The city of the dead por Demonio_Nocturno

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Notas del capitulo:

Hola ya esta el nuevo capitulo y ya me organize asi que todos los domingos actualizare y bueno sin mas que decir los dejo nos vemos en el siguiente capitulo y espero leer sus mensajes saben que ese es mi unico pago y lo que mas me hace feliz

 

La mañana llego y la alarma del despertado sonó indicando que ya eran las 5:30 a.m. la hora en que se tenían que levantarse para apurarse a ir a la escuela, Saga fue el primero en levantarse y apagar la alarma siendo seguido por Shaka quien empezó a buscar su uniforme mientras que su amigo intentaba levantar a Kanon quien se reusaba a levantarse de la cama y casi casi lo estaban jalando para que saliera, los gemelos estuvieron batallando un rato hasta que el mayor fue el vencedor. Una vez que los tres estuvieron vestidos con el uniforme y que arreglaron sus mochilas, bajaron a la cocina para preparar algo de comer pero de esa labor se encargaron Saga y Shaka ya que Kanon se reusó completamente con la excusa de que no sabía cocinar pero su castigo fue lavar los trastos que salieran y a regañadientes tuvo que aceptar.

−Kanon deberías apurarte o te dejaremos –dijo Saga tomando sus cosas y abriendo la puerta de la casa.

−Ya voy ya voy –respondió saliendo de la cocina rápidamente para tomar su mochila y salir de la casa.

Caminaron rumbo a la escuela en completo silencio pero no duro mucho tiempo ya que a su caminata se les unió Afrodita quien también tomaba ese camino para ir a la escuela y aunque fueran en salones diferentes se llevaban bien puesto que muchos de sus compañeros de escuela vivían por los alrededores e incluso habían ido, ya fuera a la primaria o la secundaria, juntos.

−Hola Dita –saludo Kanon sonriente y acercándose al peli celeste.

−Hola Kanon –respondió el saludo acercándose animadamente a los chicos.

−Hola –dijo Saga regalándole una sonrisa.

− ¿Cómo has estado Dita? –pregunta Shaka.

−Hola Saga y Shaka he estado bien aunque un poco aburrido pero de ahí en fuera bien ¿Y ustedes? –regreso la pregunta mientras caminaban los cuatro juntos.

−Hemos tenido mejores días pero tenemos que hablar de algo muy importante así que en el descanso te esperamos en las escaleras de la biblioteca y lleva a los demás –dijo Kanon adelantándose a los otros dos.

−Está bien aunque me dejan en duda de que se puede tratar –respondió mirándolos fijamente.

−Eso lo sabrás cuando estemos todos reunidos pero mejor apurémonos porque ya se nos está haciendo tarde. –Shaka vio la hora en su celular y notando que faltaba tan solo 15 minutos para que la primera clase empezara.

Los cuatro adolescentes se apresuraron e inclusive tuvieron que correr y el primero en entrar a su salón fue Afrodita dejando que los otros tres se fueran a su salón ya que los tres iban en la misma clase. Cuando llegaron a su salón el profesor ya estaba en este y los dejo pasar solo porque aún no pasaba lista pero les advirtió que les pondría retardo a cada uno lo cual hizo que Kanon soltara un gruñido pero lo bueno fue que el profesor no lo escucho o de lo contrario lo hubiera sacado de la clase por hacer eso; fueron directamente a su lugar, los gemelos se sentaban juntos enfrente de Shaka quien se sentaba con Ikki el cual ya estaba ahí y se burlaba de cómo habían llegado todos agitados como si hubieran corrido la mayor carrera de sus vidas.

− ¿Por qué llegaron corriendo? –pregunto Ikki con curiosidad dado que ellos eran puntuales y le sorprendía verlos llegar corriendo apenas alcanzando a llegar.

−Nos entretuvimos con Dita en el camino y se nos fue el tiempo –respondió el rubio sacando su cuaderno para apuntar lo que el profesor comenzaba a escribir en el pizarrón.

−Pensé que se habían dormido bueno de Kanon me lo esperaba pero de ti y de Saga no.

−Bueno si nos consto un poco despertarlo pero no fue por eso.

− ¿Nos costó? Apoco estabas en su casa o ellos en la tuya –pregunto confundido.

−Mis padres no estarán en casa y no quería quedarme solo así que me fui con ellos solo será hasta que regresen –respondió soltando un suspiro triste.

−No te preocupes no estás solo yo estoy contigo. –Le regalo una sonrisa amigable que solo unos pocos tenían el privilegio de verla lo que hizo que el corazón de Shaka diera un vuelco.

 

Las clases comenzaron pero tres alumnos no estaban muy concentrados debido a todo lo que había pasado el día anterior pero intentaron poner la mayor atención que sus revueltas mentes les permitían aunque no lograron mucho y a dos de esos tres por primera vez les habían llamado la atención pero al otro, bueno eso ya era normal para él. Aunque las horas se les hiciera eternas lograron sobrevivir hasta la hora del descanso dispuestos a contarles a sus amigos todo lo que sabían y porque habían estado tan distraídos en clases.

−Bueno vámonos –dijo Saga llamando la atención de sus amigos los cuales los siguieron.

Ikki, Shaka, Saga, Kanon y Esmeralda salieron juntos rumbo a las escaleras de la biblioteca para poder platicar con sus amigos y cuando llegaron notaron que ya estaban ahí Afrodita, Camus, Mu y Dohko quienes al notar la presencia de los recién llegados se levantaron y los saludaron de forma amigables. Una vez que terminaron con los saludos el primero en tomar la palabra fue el impaciente de Kanon quien desde la mañana quería decirles todo y quien fue el espectador de lo que los científicos y los políticos trataban de ocultar.

−Ya que todos estamos reunidos empezaré a contarles algo que no podrán creer y que es de suma importancia –dijo llamando la atención de los demás adolescentes.

Kanon no espero a que le hicieran alguna pregunta y tampoco querían interrumpirlo ya que cuando comenzaba a contar algo no podían interrumpir o les iría mal, así fue que les conto todo lo que habían revisado y lo que el mismo había visto dejando a muchos con una expresión de asombro y de confusión a la vez; cuando termino observo a todo los presentes y ninguno tuvo la valentía para decir algo o más bien aún no salían de su estado de shock.

−Es lindo ver como un montón de niñatos se ponen a llorar por anécdotas de terror. –Una voz interrumpió ese enorme silencio y todos voltearon a ver hacia arriba de donde descendía dos alumnos del grupo “C” con quienes ni los del grupo “A” o “B” se llevaban bien porque eran muy creídos aunque había uno que otro que llegaba a ser agradable como era el caso de Orfeo quien estaba al lado de Minos, el cual era bien conocido porque tenía a una lengua muy venenosa.

−Sabes cuándo te vuelvas un muerto viviente me dará mucho gusto romperte la cabeza con algún martillo –dijo Afrodita molesto pero con una sonrisa lo que molesto al otro pero lo oculto muy bien.

−Que mal preciosura pero no creo que con esas manos tan frágiles puedas acabar conmigo antes de que te coma aunque realmente me gustaría comerte en este mismo instante aunque de otra forma –se relamió los labios obscenamente haciendo que el otro se pusiera de peor genio.

−No tendrás ese privilegio antes prefiero ser comido vivo a tener algo contigo así que te quedaras con las ganas –respondió irritado pero sin quitar esa sonrisa burlona de su rostro.

−Ya vámonos –intervino Orfeo tímidamente pero a la vez autoritariamente.

−Está bien vámonos no vale la pena estar entre puro niñato llorón no vaya a ser que se nos contagie. –Comenzó a caminar pero sin antes guiñarle un ojo al peli celeste.

−Lo siento no era nuestra intención molestarlos –dijo Orfeo amablemente.

−No te preocupes estamos bien además tu no nos hiciste nada así que no te disculpes aunque aún me pregunto porque estas con ellos –pregunto Afrodita más calmado.

Orfeo no le respondió puesto que Hades le tenía prohibido decir una sola palabra sobre que eran familia, más bien eran medios hermanos, pero el pelinegro jefe de ese grupo de aspirantes a delincuentes, no quería que nade lo supiera y eso hacía sentir triste al de mirada azul pero no tenía ni voz ni voto en todo eso puesto que era el hijo bastardo del padre de Hades y por eso este se avergonzaba de que descubrieran eso y los únicos en saberlo eran sus amigos Minos, Aiacos, Radamantis y Lune.

Los adolescentes de los grupos “A” y “B” que se encontraban ahí presentes ya sospechaban algo porque se les hacía raro que Orfeo aun estuviera en esa bola de criminales cuando era muy notorio que quería estar lo más separado de ellos pero por miedo a Hades no lo hacía.

−Pobrecito de Orfeo –dijo Mu una vez que estuvieron solos−, se nota a la distancia que le incomoda estar con ellos pero también se ve que les tiene miedo y más a Hades.

−Lo peor es que están en el mismo grupo y ahí ni como interferir –agrego Ikki molesto porque el peli azul y el habían sido compañeros en la secundaria y eran buenos amigos pero cuando entraron a la preparatoria cambio mucho, se volvió más serio y temeroso además de que no tenía amigos y siempre estaba absorto en sus pensamientos y cumpliendo todo lo que aquel grupo le pedían.

−No quiero ni imaginarme el infierno que debe estar viviendo pero nosotros no podemos hacer nada así que volvamos al tema principal –dijo Kanon retomando la palabra nuevamente.

Volvieron a cuestionar que hacer en dado caso de que eso se volviera más grave aunque ya era lo suficientemente grave como para que los primeros infectados estuvieran sucumbiendo ante ese virus que ocultaban con que era una mutación del sarampión y así se pasaron el resto del descanso hablando de métodos que pudieran servirles en dado caso de que el apocalipsis se desatara.

 

−Esos niñatos creen que toda esa estupidez del sarampión o lo que sea no es más que una cortina de humo y que los muertos a causa de esa enfermedad o virus están reviviendo para comerse a los vivos como en los videojuegos o las películas –dijo Minos burlonamente haciendo que sus amigos se carcajearan a excepción de dos.

−No es del todo mentira yo también pensé que esto no era normal –interrumpió Hades con un semblante serio y detrás de él estaba Orfeo quien se mantenía al margen de esa platica y se ponía a pensar en otras cosas con tal de alejarse, al menos mentalmente, de ese lugar y de esas personas.

− ¿Enserio creerás esas estupideces? –pregunto Radamantis callando sus burlas inmediatamente.

−A decir verdad ellos se veían serios con ese tema pero no pude evitar pensar que eran puras tonterías –confeso Minos serio.

−Cambiando de tema Orfeo ¿Por qué te tardaste? ¿Qué tanto hablabas con esos? –pregunto el pelinegro volteando a ver al mencionado el cual estaba metido en sus pensamientos que no escucho que le hablaban y se dio cuenta hasta que Hades le volvió a hacer las mismas preguntas pero con un tono de voz más alto y molesto.

−Solo estaba pidiéndoles disculpas por el comportamiento tan grosero de Minos pero me demore en llegar porque no sabía con exactitud dónde estaban –respondió con la cabeza agachada.

−No quiero que les vuelvas a hablar –lo agarro de la mandíbula rudamente haciendo que lo viera a los ojos para luego soltarlo bruscamente.

−Está bien –respondió en voz baja y con los ojos húmedos de las lágrimas que amenazaban con salir de sus hermosos ojos azules.

−No deberías de tratar así a tu lindo hermanito Hades –dijo en tono burlón Minos quien era el único que se atrevía a retarlo sin temor puesto que estos eran amigos de la infancia y se conocían muy bien.

−No es mi hermano es un bastardo no entiendo porque tiene que invadir mi casa solo porque la prostituta de su madre lo dejo –reclamo fríamente sin tomar en cuenta que con sus palabras lastimaba al otro.

Orfeo no soporto más y salió corriendo con dirección a los baños donde se encerró en el más lejano y lloro tristemente ya que el si veía a Hades como su hermano y anhelaba que este también lo mirara como su hermano pero tal parecía que lo odiaba y que aria hasta lo imposible para que se fuera de la escuela y de su casa. El adolescente no noto que fue seguido por Aiacos quien era el único que no estuvo presente en la reunión que tuvieron pero que al verlo salir corriendo y llorando no le importo nada más que averiguar que había hecho que se pusiera así aunque sospechaba que era puesto que él había sido testigo de los malos tratos de su amigo hacia su hermano.

−Orfeo no llores y sal de ahí o no llegaremos a la siguiente clase –dijo tocando la puerta del baño donde estaba el adolescente encerrado.

−No iré no tengo ánimos así que no me molestes y vete de una vez –respondió con la voz quebrada y dándose cuenta de que quien le hablaba era Aiacos uno de los amigos más cercanos de su hermano.

−No me iré, me esperare hasta que decidas salir y si no quieres entrar a las clases me quedare contigo así me salvas de ir a esas fastidiosas y aburridas clases –respondió recargándose de espalda a la puerta y cruzándose de brazos.

−Veo que al menos mi tristeza le ayuda a alguien.

−Y no sabes cuánto.

Orfeo se molestó y abrió la puerta haciendo que el otro perdiera el equilibrio puesto que estas se abrían hacia adentro y por ente casi cae pero logro recuperarse.

−Avisa antes de hacer eso ya que casi me caigo –reclamo pero no estaba molesto sino que se notaba calmado y aliviado de que decidiera salir de ahí.

−Se supone que ese era mi propósito para la próxima lo lograre –salió del baño y fue seguido por Aiacos.

Caminaron por todo el jardín y Orfeo se estaba irritando de ser seguido como si fuera su sombra pero el otro no pensaba dejarlo ni un minuto solo, temiendo que este hiciera una tontería como varias veces lo había hecho y todo por culpa de Hades quien parecía disfrutar asiendo sufrir pero él no quería verlo así y se propuso hacerlo reír.

−Ya deja de seguirme –reclamo molesto pero cuando dio media vuelta se sorprendió de ver que Aiacos sostenía una rosa blanca y se la estaba dando, este la recibió muy confundido.

−No quiero que vuelvas a llorar así que sonríe o esa hermosa rosa se marchitara de tristeza también –dijo amablemente.

−Gracias –sonrió con un leve y sutil tono rojo en sus mejillas−, pero no entiendo que ganas con esto –se repuso y lo miro molesto o al menos trataba de hacerlo aunque más bien se veía confundido.

−Solo quería regalártela para que sonrieras y dejaras de estar triste porque aunque no lo creas pero reamente no me gusta que llores así que anda sonríe –dijo mientras lo tomaba de las manos y le quitaba la rosa para luego ponérsela en el cabello−. Vamos a escondernos para que no nos digan nada –volvió a tomar una de sus manos y se subieron a un árbol que aunque por fuer se viera que tenía mucho follaje, adentro se formaba una especie de cúpula que les permitía tener espacio y así nadie los encontraría ya que Aiacos siempre que se saltaba las clases se iba a esconder ahí y nadie lo había encontrado.

 Se pasaron las horas restantes de clase en ese árbol hablando de cualquier cosa que se les viniera a la mente desde que era lo que les gustaba y lo que les molestaba, hasta si había alguien que les gustara a lo cual ambos respondieron que si pero nunca dieron nombres y así fue que se les paso el día. Al sonar el timbre de salida decidieron bajar cuidadosamente y revisando que nadie los viera para luego irse sin esperar a los demás puesto que el más alto de los dos dijo que él les diría que había sido su idea el irse y así no le digieran nada al de mirada azul.

−Gracias Aiacos nunca me imaginé que fueras así de amable y platicador ya que normalmente eres muy serio y frio con todos –dijo con una sonrisa lo cual reconforto al otro.

−Bueno es que no me gusta platicar de estupideces como los demás y por eso me mantengo al margen pero contigo no seré así al contrario me gustaría conocerte más a fondo claro si tú quieres.

−No tengo nada que perder, además es agradable hablar contigo no sé cómo explicarlo pero cuando hablamos me siento libre –dijo lo último con ilusión pero a la vez con tristeza.

−No te preocupes yo te sacare de tu jaula para que puedas ser libre y vivir como te plazca es una promesa.

Orfeo no dijo nada y solo le regalo un abrazo para posteriormente meterse a su casa y dejar que el otro se fuera aunque en ambos rostros se veía una radiante sonrisa llena de ilusión.

Ya no dejare que te hagan llorar mi Astéri* no me importa si tengo que enfrentarme a tu hermano todo con tal de que este te deje en paz y deje de provocar tus lágrimas.

Notas finales:

Asteri*
Estrella en griego

Uniformes


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