Ya había pasado dos días desde que los gemelos regresaron y un día desde que Kanon despertó. El menor de los gemelos no hablo durante todo el día, tampoco se levantó y simplemente se quedó viendo a la nada. Tampoco lloraba ni se lamentaba, era como si simplemente no estuviera ahí.
Al día siguiente sorprendió a todos cundo bajo de la habitación como si nada hubiera pasado.
−Hola a todos veo que ya se están alistando para largarnos antes de que nos dejen –dijo con su habitual tono de voz.
−Qué bueno que ya estás bien, Saga está afuera platicando con Poseidón y Hades –informo Mu, contento de que el peli azul estuviera mejor.
−Entonces no lo interrumpo –dijo para seguidamente ir a ver en que podía ayudar.
Kanon se había propuesto intentar olvidar lo que había pasado y no deprimirse ya que si hacia eso no solo sería un estorbo sino que aria que su hermano se sintiera más culpable de lo que seguramente se sentía en esos momentos.
Paso alrededor de 20 minutos en terminar de contar todas las latas de comida y botellas de agua, que Camus le había mandado a contar para tener una idea de en cuantos días tendrían que ir a buscar más debido a que ya eran más de 20 personas a las que tenían que alimentar, pero el que fueran más, les daba ventaja ya que podían cuidarse unos a otros.
−Espero podamos llegar todos –dijo para sí mismo pero alguien alcanzo a escucharlo.
−Si entre todos nos cuidamos las espaldas, no tendremos que lamentar la muerte de nadie así que tengamos fe –dijo Hypnos asustando al peli azul.
−Tienes razón –respondió una vez recuperado del susto.
Ellos dos siguieron platicando sobre lo que había pasado desde que se fue a buscar a su hermano.
En otro lado de la sala se encontraba Shion intentando hacer que Radamantis lo ayudara con empacar las cosas para poder ir poniéndolas en el autobús que habían conseguido. Este autobús era un trasporte escolar de una segundaria de paga que había cerca de la casa y que gracias a que Hilda sabia manejar, pudieron hacerse con él y así sería más fácil que todos los 28 chicos que eran, viajaran sin tener que separarse y para transportar a tantos tendrían que tener al menos5 o 6 camionetas y eso sería lo de menos, lo más complicado seria que encontraran conductores porque dado que la mayoría a excepción de la peli gris, eran menores de edad y por ende no tenían licencia de conducir o experiencia alguna en esto.
−Deja de molestar, solo gastas tu tiempo –dijo molesto el rubio.
−Tienes que ayudar ya que si no lo haces no llegaras muy lejos –recrimino el chico de mirada violeta.
−Es mejor que te busques a alguien más para que te ayude, yo no tengo tiempo.
En eso seguían cuando la voz de Dohko interrumpió la discusión y ambos adolescentes dirigieron la mirada hacia el castaño. Uno con fastidio y el otro con amabilidad.
− ¿Qué está pasando aquí? –pregunto con los brazos cruzados.
−Es que Radamantis no ha querido hacer nada ni ayudar a nadie y simplemente le pedí que me ayudara a empacar la comida pero s reúsa a cooperar –explico el peliverde.
−Yo no soy su gato –gruño el otro.
−Tienes razón no eres nuestro gato –hablo con calma−, pero aquí todos se deben ayudar y si no te gusta puedes marcharte que nadie te tiene prisionero –tomo aire y lo encaro−. Pero si quieres seguir con nosotros más te vale que ayudes.
Radamantis iba a responder con algún insulto pero l voz de Hades lo interrumpió.
−Después de que metamos todas las cosas al autobús, partiremos a alguna gasolinera y llenaremos el tanque pro también llenaremos galones para evitar algún inconveniente.
−Las cosas que deben empacar aparte de la comida, es ropa y algo que nos sirva para defendernos aparte de medicamento –continuo Poseidón.
−Esta misma noches nos largamos, ya que por la radio escuchamos que la cuidad será evacuada y llevaran a los que no están infectados, a algún centro de refugiados pero como sabrán eso será muy posiblemente una mentira –finalizo Saga.
−Yo tengo una duda –hablo Milo cruzándose de brazos−, mi hermana no podrá manejar sin descanso alguno y dado que nadie aquí sabe siquiera prender el motor ¿Qué aremos?
−Eso también lo pensamos y llegamos a la conclusión de que será mejor movernos por la noche ya que así es más fácil que algún otro grupo nos vea y dejaremos que Hilda duerma en día además de que nos turnaremos para asarle compañía y así no se le haga agotador –respondió el peli azul.
−Una cosa Hades –interrumpió Dohko−. Tienes que hacer que tus amigos ayuden o de lo contrario esto no funcionara.
−Dime exactamente de quien hablas.
−Radamantis no ha cooperado con nada –respondió Shion.
−No se preocupen, hablare con él y le dejare las cosas en claro.
−Bueno aclarado eso pasemos a lo siguiente y es que tenemos que ser más unidos y dejar de pelear entre nosotros o eso nos complicara más las cosas de lo que ya se nos complica –agrego Poseidón con voz cansada dado que la noche anterior no pudo dormir nada ya que le daba muchas vueltas al asunto ese de tan solo cruzar la cuidad y salir con rumbo a esa isla lo cual le parecía muy fácil y cada que lo pensaba mejor se daba cuenta que era muy fácil para ser verdad.
−También hay otro punto que queremos aclararle –dijo el gemelo mayor−, estábamos pensando y llegamos a la conclusión de que puede que la embarcación solo sea un engaño o que realmente no halla tal isla así que ustedes deben tomar la decisión de ir con nosotros o quedarse y buscar otra vía para salvarse.
Los presentes empezaron a hablar entre ellos y los murmureos se hacían cada vez más sonoros hasta que un grito desgarrador los hizo callar. Los más jóvenes del grupo se apegaron a sus familiares tratando de hacer que sus corazones se calmaran.
− ¿Que fu eso? –pregunto Aioria aferrándose al brazo de su hermano mayor.
− Callen, no hagan ruido –ordeno Shura y todos acataron la orden.
Pasaron alrededor de 5 minutos los cuales fueron eternos, hasta que un nuevo grito se escuchó pero esta vez más cerca. Los corazones de todos los ahí presentes, empezaron a palpitar con más fuerza amenazando con salirse de sus pechos.
− ¿Qué está pasando? –hablo Orfeo con un hilo de voz.
−Sea lo que sea que esté dando tales gritos se está acercando y eso no es una buena señal, así que debemos apurarnos a salir lo más silenciosamente que se pueda para meter las cosas al autobús e irnos de aquí –aclaro Thanatos.
Un grupo de adolescentes tomaron las cajas de comida y agua mientras que otro grupo se llevaba las maletas o mochilas que contenían la ropa y así sin esperar un segundo más salieron de la casa para subirse rápidamente al autobús y aunque esos gritos atrajeron a los infectados estos se iban a otro lado.
Ya una vez que estuvieron adentro Hilda se sentó en el asiento del conductor para encender el motor y marcharse. Con rumbo al otro lado de la cuidad y aunque tenían planeado irse de noche tuvieron que marcharse a medio día arriesgándose a ser vistos por algún grupo como el de Zeus.
−Ikki me iré a sentar con Pandora y con Aioria en los asientos de atrás –dijo Shun y le dio un beso en la mejilla a su hermano.
−Está bien, si necesitas algo solo llámame.
−Si claro no te preocupes.
El menos se dirigió con sus amigos dejando a su hermano solo, aunque no por mucho tiempo ya que cierto rubio se le acercó tímidamente y aunque estaba indeciso en hablar pero al final quien termino hablando fue el peli azul.
− ¿Sucede algo? –pregunto mirándolo directamente.
−No, es solo que me preguntaba si podía… bueno si querías… −hablaba nerviosamente mientras jugaba con sus manos−, no es nada mejor voy con Dita.
−Si puedes.
− ¿Eh?
−Si puedes sentarte, anda antes de que cambie de parecer.
−Gracias Ikki –dijo mientras se sentaba al lado del chico.
Por un rato no dijeron nada hasta que el más alto se arto pero cuando iba a hablar, el bus paso por un bache grande haciendo que se tambaleara y con esto provoco que Shaka chocara contra su amigo.
−Perdón por eso chicos pero es que no alcance a esquivarlo ¿Todos están bien? –pregunto la conductora.
−No te preocupes, todos estamos bien –contesto Milo sobándose la cabeza ya que él estaba en la ventana y como estaba recargado se llevó tremendo golpe.
Solo paso alrededor de media hora de tranquilidad, hasta que enfrente de ellos había un grupo grande de infectados y cuando fue en retroceso noto que no solo estaban adelante, sino que los tenían completamente rodeados la peli gris no sabía qué hacer.
− ¿Qué se supone que aremos? –pregunto Lune levantando la voz para ser escuchado entre tanto gruñidos de los que amenazaban con devorarlo.
−Siéntense y pónganse el cinturón –ordeno Hilda con voz demandante y actitud seria la cual no le conocían.
Todos obedecieron sin rechistar y cuando menos se dieron cuenta la chica había arrancado el motor y se dirigía hacia los infectados que tenían enfrente y aplasto a los que se le cruzaban haciendo que el bus se tambaleara y amenazada con volcarse, pero milagrosamente no había pasado y ya casi atravesaban la barricada de cuerpos putrefactos que les impedía el paso. Un último pisotón al acelerador y lograron salir de ahí aunque a Hilda le costó trabajo volver a tener el control del vehículo, salieron vivos y en una sola pieza.
−Eres asombrosa manejando –dijo Aiacos recomponiéndose del ajetreado escape.
−Y eso que no les toco ver como manejaba cuando se nos hacía tarde –dijo burlón Milo recordando la infinidad de veces que estuvo a punto d morir.
Los adolescentes gradecieron lo temeraria que podría llegar a ser la chica ya que eso los había salvado de una muerte segura, porque estaban completamente seguros que si esas cosas se acercaban mas, los devorarían sin que ellos pudieran hacer algo.