Capítulo 2. Inexistente.
Una semana, desde que llego a ese lugar su percepción del tiempo le decía que había pasado más o menos, una semana desde aquella vez donde Sasuke le había violado de esa manera tan ruda, después de eso simplemente había tenido sexo con él, luego de hacerlo se quedaba dormido aferrándolo de la cintura mientras él se quedaba derramando lágrimas, con el trasero lleno de semen y completamente desnudo. Exploro el lugar buscando la manera de escapar pero era imposible después del primer día en donde encontró la puerta cerrada lo intento varias veces y esta cedió, esperanzado corrió para salir de esa prisión, lo que se encontró fue un comedor, sala y cocina, la casa perfecta de un lunático, pero aun si de nada servía si las habitaciones que seguían estaban igual: Sin ventanas, espacios pequeños, puertas cerradas y vigilancia. Estaba en una jaula una moderna y acogedora jaula.
“-Deberías sentirte agradecido de tener este trato.”
Eso había dicho en azabache, y con toda razón puesto que el lugar era… hermoso y tenía bastantes lujos para su situación. Lo primero que le llamo la atención al salir de la recamara fue la elegante sala con sofás de cuero negro y la mesa de centro, miro sin creérselo la enorme pantalla plana, un DVD y como olvidar la consola de juegos que no se había atrevido a siquiera mirar. Luego miro el comedor de madera fina y por supuesto la elegante cocina, lo más extraño era que a excepción del refrigerador todas las puertas de los utensilios estaban cerradas y solo el mayor podía abrirlas.
Sí, cualquier persona estaría feliz de estar ahí, cualquiera incluso amaría al Uchiha por tenerle ahí, pero lamentablemente él no era cualquiera y no estaba feliz. Lo estaría, si no hubiera sido llevado en contra de su voluntad, o si no le tuvieran cautivo y lo violaran todas las noches o cuando al mayor se le diera la puta gana. Solo quería irse, regresar a su vida y fingir que nada paso. Intento escapar varias veces, golpeo la puerta, grito como loco incluso una vez pensó que podría copiar la contraseña del azabache… Fue una buena idea, de no haber sido porque la contraseña no era el problema, el maldito problema era que la puerta y todo lo que no quería que abriera tenía un sistema de seguridad especial, uno de esos que solo había visto en películas que reconocían la voz, a Sasuke no le molestaba decir la contraseña frente a sus narices era obvio que no podría hacer nada porque a menos que no fuera uno de esos tipos que imitan la voz jamás saldría de ahí. Era ahí donde se preguntaba porque entre todos los hijos de puta que se pudo haber encontrado, tenía que haber sido secuestrado por un, enfermo, sicópata, desgraciado, degenerado, grandísimo bastardo, multimillonario. ¡¡¿Porque?!!
Sasuke no siempre estaba ahí… el muy bastardo se iba dejándolo solo con comida congelada o enlatada o lo que fuera comestible, debía arreglárselas hasta que el llegara y le diera una comida como se debía. No había querido tocar la pantalla, ni ningún aparato que no fuera la estufa, refrigerador y microondas, no quería deberle nada a ese grandísimo imbécil, ni mucho menos que pensara que estaba a gusto. Prefería encerrarse en la habitación a leer periódicos, revistas y libros que le dejaba de vez en cuando. Nadie le buscaba y no le sorprendía, estaba en un país extraño en donde solo tenía contados conocidos y muy pocos amigos. Aunque ahora ya no estaba seguro donde estaba, tal vez Sasuke lo había llevado de regreso a Japón.
Ese día Sasuke estaba ahí, había cocinado un delicioso pescado con verduras y pasta, mientras comía en silencio la mirada del mayor se hacía más y más profunda y sofocante para él.
-Estas acostumbrándote a vivir aquí ¿no es así?...-No le miro pero sabía que sonreía altaneramente y no contesto siguió comiendo.- Al menos ya no haces tú berrinche me alegra que empieces a compórtate…-insistió en iniciar una conversación pero de nuevo le ignoro.- ¿No piensas decir nada esta vez?..- Su voz sonó molesta y amenazante.
-….-Soltó los cubiertos y miro fijamente al azabache que le sonrió con arrogancia.- Quiero irme.- y la sonrisa desapareció.- Quiero que me dejes ir de una maldita vez.- esta vez el ignorado fue él cuándo Sasuke comenzó a comer.- ¡¡Estas enfermo!! ¡¡Lo que haces es horrible!! ¡¡QUIERO IRME!! Por favor comprende que…-Se quedó callado al ver la mirada de furia que le era dirigida combinada con que las manos pálidas habían golpeado la mesa.
-¿Acaso no te gusta dónde estás?... soy amable y te he construido este lugar para ti solo, es hermoso, justo para ti, además… me encargo de complacerte todas las noches, muchos quisieran estar en tu lugar. Deja de ser tan estúpido y reconsidéralo.- Aquellas palabras lo enfurecieron levantándose de golpe.
-¡¡¿Reconsiderar qué?!! No quiero nada de ti… ¡¡No me interesa que construyeras esto!! Y si hay tantos que quisieran estar aquí ¡¡genial!! ¡¡¡Ve por ellos y enciérralos todos aquí!!! ¡¡Me importa una mierda lo que hagas con tu jodida vida solo quiero irme!!...-Su voz comenzaba a quebrarse, la desesperación que sentía lo volvía loco.
-Siéntate y cierra la boca…-Dice con tono de voz demandante.
-¡NO! ¡¡Yo no te pedí nada de esto!! ¡¡ No me gusta, lo odio!! ¡¡A quien le gustaría estar encerrado!! ¡¡No quiero que me toque un maldito bastardo como tú!!-Escucho la mesa moverse violentamente y la vajilla cayó al piso haciéndose trizas, lo miro frente a él y se sintió intimidado pero no retrocedió se quedó ahí mirándolo a los ojos retándolo con la mirada hasta que se escuchó un ruido sordo y momentos después tenía el rostro de lado con un intenso dolor en su mejilla. Lo había abofeteado.
-Así que no te gusta que te toque un bastardo como yo… Bien...-le tomó del brazo bruscamente llevándolo a la habitación.- Te llevare a otro lugar en donde te trataran mucho mejor.
-No… Suéltame… Sasuke ¡suéltame!...-Lucho contra el mayor tanto como pudo pero sin poder evitarlo se vio lanzado contra la cama siendo desnudado bruscamente lastimándolo...- ¡¡No Por favor!! Sasuke basta.-suplico desesperado, temía lo que el Uchiha pudiera hacerle.
-¿Ahora pides por favor? ¡¡Eso se lo pedirás a tus nuevos amos!!...-Lo miro con terror, Sasuke no sería capaz de hacerle eso ¿verdad?
Le ato las manos detrás de la espalda mientras el peleaba intentando zafarse del mayor, la puerta de la habitación se abrió y entonces vio a un hombre de cabello Anaranjado entrar. ¿Desde cuándo estaba ahí? ¿Por qué jamás lo había visto?
-¡¡AYUDA!!¡¡POR FAVOR AYUDEME!!-fue lo único que se le ocurrió al ver al extraño en la puerta y sintió la esperanza crecer cuando lo vio acercarse rápidamente, pero esa misma esperanza murió y fue enterrada al ver cómo le sostenía con fuerza inmovilizándolo para ayudar al azabache.
-¿Qué piensas hacer con el Sasuke?…-Pronuncio con voz suave, como si no estuviera el ahí, como si no estuvieran sometiéndolo entre ambos atándolo.
-Llevarlo al burdel donde debería estar… ¡¡Deja de gritar!!...-otra bofetada le dejo con la mejilla adolorida.-Era esto lo que tu querías.-Negó frenético. Él no quería eso, el no prefería eso. Esta vez sus lágrimas recorrieron sus mejillas mirándolo con suplica silenciosa que hizo recapacitar al mayor que termino tranquilizándose mirando al rubio con molestia.- ¡Tch! Maldita sea… Vas a obedecerme de ahora en adelante en todo. ¿De acuerdo?...- Asintió bajando la cabeza con resignación.- Retírate Juugo… ya no es necesario que estés aquí.- de nuevo se quedaron solos y se atrevió a mirar al azabache que igual lo observaba cruzaron sus miradas pero fue el quien la desvió apenado.
-¿Q-quien era él?...-Pregunto mientras era desatado. Temía hacer enfadar de nuevo al Uchiha pero era necesario, al menos para él.
-Vigila las cámaras de seguridad… ahora ya lo sabes se todo lo que haces aquí cuando no estoy. Así que no intentes más estupideces.-le advirtió mirándolo con desprecio.
-Lo siento…-susurro y una vez que se vio libre se levantó sin saber que hacer…- ¿P-podrías darme ropa?
-Para que… No vas a necesitarla ahora mismo.-Le miro a los ojos sorprendido y se encontró con la sonrisa lujuriosa que recorría su cuerpo.
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Mi madre era originaria de Irlanda jamás conocí la historia de mis padres, para mamá era un tema delicado y yo no quería causarle más dolor e incertidumbre. Tampoco supe cómo es que mama término trabajando para un hombre tan despreciable como lo era Orochimaru, pero de algo estaba seguro ella no estaba ahí por voluntad propia. Cuando tenía 12 años mi madre murió lo que ocurriría después lo tenía más que claro… Me convertiría en el remplazo de mi madre. Sí, mi mamá era una mujer de la calle, una prostituta y no era mi deseo morir como ella, sonará cruel pero es la realidad, yo no terminaría en un agujero, fue por eso que, si no podría escapar de Orochimaru, al menos debía escapar de esa realidad.
“-Quiero hacer un trato”
“-Eres un niño con muchas agallas como para dirigirte a mí de esta manera, ¿te das cuenta que podría pegarte un tiro ahora mismo?
Recuerdo el frio contacto del arma de ese repugnante hombre contra mi frente, tenía miedo pero estaba decidido.
“-Yo…¡¡ T-trabajare para usted!! Hare lo que me pida pero… por favor quiero salir de aquí… Yo… no quiero morir como mi madre.”
Ese día llore frente a ese hombre, le suplique que me dejara vivir. Y me prometí a mí mismo que esa sería la única vez que yo le suplicaría algo así a alguien. La única vez que me humillaría ante una persona de tal manera. Aún recuerdo, la respuesta que él me dio. Fue como hacer un pacto con el mismo diablo. Me sonrió, se puso a mi altura y acaricio mi cabeza.
“-Tu deseo de sobrevivir es impresionante Naruto-kun… Tu madre fue una estúpida, pero se nota que tú no lo eres. Muy bien. Acepto, tenemos un trato. Eres un niño muy hermoso y tu belleza y pureza me traerán grandes ganancias. Te criare y te enseñare todo lo necesario para que puedas seducir a nuestros futuros clientes”
Por aquel entonces esa respuesta fue como la misma gloria, pero ahora lo veo como el peor de mis errores, quizás… lo mejor fue morir ahí mismo. Como él me prometió, me crio durante 2 años. Fue igualmente un tormento, él no era un hombre paciente y no esperaba que lo fuera, los golpes y los castigos eran el pan de todos los días.
Perdí mi virginidad a los 14 años, pero no me hice independiente hasta que cumplí 17 años, Orochimaru me dio papeles falsos, me dijo que no sería fácil que descubrieran que lo eran y gracias a ellos pude seguir adelante, la deuda que tenía me obligaba a acostarme con tantos hombres él quisiera, era el precio de mi libertad lo sabía muy bien, conseguí un buen trabajo, además de que Orochimaru me daba una mínima parte de lo que ganaba , gracias a eso podía vivir medianamente bien y me matricule en uno de los mejores institutos, orochimaru me había enseñado más que a satisfacer a los hombres y de algún modo eso lo agradecía, porque fue por eso que conseguí una beca en esa escuela.
Todo iba bien, hasta que lo conocí a él a Sasuke Uchiha. Quizás al final y después de todo estaba destinado a terminar como mi madre.
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Lo único que sentía era un asco inmenso, por lo que el azabache le hacía y porque su cuerpo reaccionara ante las caricias que le otorgaba.
-¡AAh! ¡B-Basta!...-Jadeaba mientras Sasuke colocaba uno de sus dedos sobre sus labios callándolo, mientras su otra mano se encargaba de jugar con un hielo, paseándolo por sus pezones, su pecho, su abdomen y luego por su pene.-aah… Mmgh…-jadea desesperado, no era la primera vez que Sasuke le torturaba de esa manera. Estaba atado, completamente desnudo sobre la cama, con los ojos vendados y a la completa disposición del mayor, las manos las tenía inmovilizadas atadas con cuerdas a la cabecera de la cama por encima de su cabeza mientras que tenía las piernas dobladas con sus tobillos atados a los muslos y el azabache en medio evitando que cerrara las piernas, era incomodo tenía todo el cuerpo entumecido pero lo peor no era eso sino que Sasuke se aprovechaba de que actualmente estaba privado de su sentido de la vista y lo torturaba de esa manera sin saber que era lo que haría ahora el azabache..- D-detente… por favor… ¡¡AAAH!!... s-sácalo… ¡¡DUELE!! ¡Sasuke duele!...-derramo lagrimas que la venda ya no pudo retener. Sasuke lo había penetrado.
-¿No te gusta lo que sientes Naruto?... Debes de comenzar a acostumbrarte mi amor… así serán las cosas desde ahora, eres mío. Lo comprendes, ¿verdad?...-el rubio tan solo asintió, no tenía caso negarle nada al Uchiha, hacerlo lo empeoraba todo, por eso era que había dejado de contradecirlo. Si le daba por su lado, había menos golpes, menos insultos, menos violación.- Naruto… mmm... Naruto...-lo beso salvajemente, metiendo su lengua dentro de la boca del rubio sin dejarlo respirar, robándole el oxígeno que los pulmones del otro tanto buscaban, ahogándolo, eso no le importó y cuando se separó lamio la comisura de sus labios, mirando al Uzumaki jadeante.
-D-Desátame… p-por favor… me duelen los brazos y… no siento mis piernas. Por favor, Sasuke.-le suplico. El azabache le miro indeciso pero al final accedió liberando al menor, este se quitó la venda y miro a su verdugo con temor.- S-sasuke...-pronuncio mirando los ojos negros cual pozos sin fondo y con cierto miedo pasó sus brazos alrededor del cuello pálido.
-¿Finalmente comprendes que me perteneces?- le pregunto con una sonrisa burlona, lamiéndole los labios. Naruto no le quito la vista de encima, odiaba admitir lo apuesto que era el Uchiha, lo odiaba.
-Te odio Sasuke, te odio.-El mayor le miro serio, paso su mano por los mechones rubios hasta su nuca y los jalo para atrás haciendo que el cuello del contrario se curvara.
- Ya no necesito que me ames Naruto, no me interesa si es amor u odio.-le susurró al oído.- al menos sé que soy parte de tu vida y aun mejor que jamás podrás sacarme de tu mente… y eso, es suficiente para mí.
Las embestidas comenzaron, rápidas y profundas Naruto solo se aferraba a la ancha espalda de Sasuke clavando sus uñas y soltando gemidos y jadeos contra su oído haciéndolo excitar más. Con sus piernas rodeo la cintura del azabache permitiendo le llegar más profundo dentro de él.
-Más rápido… Teme… mm...-le pedía cegado por el placer, dejo escapar un grito de placer cuando el Uchiha dio especialmente en un punto.- Mas… ahí… aah sasu..-le suplico entre jadeos.
-Dobe… ¿pasas de pedir que me detenga a suplicarme por más?... ¿eres masoquista acaso?..-dice con burla y le toma de las caderas embistiéndolo repetidas veces en el mismo punto. Finalmente se corrió llenando al rubio con su semen.- al fin dejaras de resistirte dobe?... así es mejor mientras más cooperes menos sufrirás.-dice recostado a su lado acariciándole los cabellos. Naruto no respondió, sus lágrimas recorrían sus mejillas se sentía sucio, a pesar de todo lo que había tenido que vivir jamás se sintió como una puta pero ahora.
-Qué más da… solo soy tu puta de todos modos… que importaría lo que piense… ¿no es así?-dice con resentimiento en su voz.
-Jumph… No me culpes por eso… desde un inicio que lo eras… Naruto…- dijo como si nada mientras delineaba el cuerpo del rubio con sus dedos.
-Tu… no sabes nada sobre mi.-aquel susurro salió de sus labios perdiéndose en el vacío de sus pensamientos.
-En eso tienes razón… creí saberlo todo sobre ti, pero la realidad es que no eres nadie… No existes, no hay registros sobre ti y todos tus papeles son falsos, solo eres un prostituto al que nadie conoce, eres simple y sencillamente inexistente. - se levanta del lecho dejando al Uzumaki ahí desnudo y en medio de su llanto. Aquella simple contestación le destrozo el alma lo hizo pedazos. Porque la persona que tanto llego a amar, era la que más daño podía causarle.
Que pegado había cometido para merecer todo eso, no lo comprendía, jamás pidió más de lo cualquier persona deseaba, vivir, experimentar, sentir. ¿Acaso eso era malo? ¿Había ofendido a alguien como para tener que recibir ese castigo? Aquellas incógnitas quedaron en su mente antes de dormirse profundamente con la cara empapada de lágrimas.