Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cambio de Corazón por Yami Red eyes

[Reviews - 259]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

Hola, Hola.

 

Es raro que haga un fic algo largo, no es mi estilo, normalmente duran 9 capitulos...jeje no creo llegar a 20 :p

 

Gracias por leer...

 

"La traición y la violencia es exponerse a emplear un arma de dos filos con la que puede herirse el mismo que las maneja"

 

 

Capítulo12.- El Regreso

 

Alemania. 12:05 a.m.

Mansión Dornberger.

 

Un chico de cabellos morados y mechones rosas con atuendos finos como un príncipe, estaba sentado en una elegante silla victoriana de cobre pulido, diseño gótico y cómodo asiento.

Estaba recargado sobre su mano derecha, apoyando el codo sobre un brazo de aquella silla mientras cruzaba sus piernas; sonreía en apreciación al exótico espectáculo que estaba aconteciendo en ese momento propiciado por él.

—Fu, fu, fu. Vamos Yuto, no seas tímido. Sé que te gusta que Yugo se mueva dentro de ti, no reprimas tus gritos, suelta todos tus gemidos y abre más las piernas. Sé que te gusta.

Yuri era el manejador del equipo “Special Satisfaction”, todo lo que cayera en su dominio debía ser tratado con delicadeza. Mas Yuri era un insaciable soberbio, privilegiado, lleno de poder que solo se divertía con las víctimas. Mostraba una cara manipulable hacia Haou, pero realmente operaba las cosas a su estilo y bajo sus propios parámetros retorcidos.

Yuto y Yugo, las desafortunadas “copias” de Yuya Sakaki, estaban siendo obligadas a tener sexo entre ellos para deleite del Ejecutor. Las órdenes de Haou habían sido firmes, esos dos chicos debían ser mandados al “Main Satisfaction” donde pasarían sus días de boca en boca. Sin embargo, Yuri tenía un cierto interés en ellos dos, seguramente por parecerse a él, que había desobedecido a su “amo” y había decidido resguárdalos para él.

—¡Ya basta!..ah..ah! —Yuto se retorcía de placer bajo esa experiencia deliciosa que le provocaba su homologo, no podía engañar a su cuerpo, sin embargo no podía evitar sentirse repugnado y humillado a más no poder.

—Jeeeh, pero si apenas va a la mitad. —se burló Yuri en un torpe español —¿Acaso dejarás duro y ansioso al pobre de Yugo? Que mal amigo eres.

—¡Oye mal nacido, te cogería a ti si te gusta tanto como lo hago! —Yugo lo volteó a ver en cuanto escuchó su nombre, después alzó un puño en amenaza. Realmente no había entendido la mofa, pero intuía a lo que iba.

Yuri ladeó la cabeza.

—Mmh… No entendí nada de lo que dijiste, pero al ver tu rostro imagino que estas retándome. —Se levantó, de un estuche en una mesa cercana sacó unas esferas vibradoras rectales y un pequeño control.

Yugo y Yuto lo miraron temerosos.

— ¡N-no te atrevas a meterme esas cosas! —Yugo casi salía de Yuto solo por la impresión.

— ¿Tú que crees? —Yuri no era bueno en el idioma inglés, pero esa última frase la había entendido muy bien y respondió con su elegante acento francés.

Aprovechando que estaban casi inmóviles, tomó el trasero libre de Yugo, lo sostuvo de sus cabellos para que no pudiera moverse fácilmente y comenzó a introducirlas una por una.

— ¡Agh! ¡No! —Simplemente Yuri se abría paso con mucha facilidad ya que las había untado con algo de gel; metió una a una hasta que ya no se veían, inmediatamente pulsó el máximo nivel.

— ¡AAAHH!! —La espalda de Yugo se arqueó, trató de resistirse, pero todo fue en vano. Las vibraciones eran esplendidas y su cuerpo reaccionaba con la intensidad de las agitaciones; lo odiaba, a pesar de sentir un éxtasis colosal, lo odiaba.

—Vaya, que sensible eres. —Yuri recargó su propio mentón con su mano derecha haciendo una apreciación.

— ¡Nooo! ¡Quítalas! ¡Quítalas! —era involuntario, comenzó a embestir de nuevo a Yuto, este gimió enloquecido debido a que había tocado ese punto sensible en su interior cerca de su próstata.

Así continuaron por un tiempo. Los ojos amatista del peli purpura estaban extasiados, eso lo demostraba su ancha sonrisa. Jamás imaginó provocar esa reacción tan divertida en ambos chicos, no pudo evitar relamerse.

—Vamos, un beso, uno fogoso. —Yuri quería capturar en su mente aquel cuadro perfecto. No tomaba fotografías por miedo a que algún día alguien lo delatara por la evidencia.

Los  chicos obedecieron lentamente y unieron sus labios, la saliva escurría por la excitación mientras jugaban con sus lenguas.

—Maravilloso—sonrió anchamente el ejecutor de Satisfacción.

Y después de un tiempo, Yugo dio algunas rápidas embestidas más y se corrió en el interior del español provocando a la vez que se corriera también.

Estaba exhausto, mas todavía era torturado por las esferas. Los ojos en ambos chicos estaban empapados de lágrimas.

Yuri rio fuertemente, posteriormente detuvo la vibración dándole al chico la oportunidad de respirar y calmarse un poco.

—Umh…No estuvo nada mal ¿Verdad?—el encargado sonrió de lado. —Pero hay un gran problema.

Se bajó la cremallera de su pantalón y mostró su palpitante miembro; ambos chicos temblaron.

—Vas a tener que desahogarme, “corredor” de Irlanda.

Yugo se quedó sin palabras, fue manipulado salvajemente de los cabellos por su ejecutor quedando en cuatro sobre la silla victoriana.

— ¡NO!

Yuri no se iba a detener, lentamente fue introduciendo su pedazo de carne caliente en el interior del irlandés provocándole un grito desgarrador; sobre todo cuando comenzaron los movimientos bruscos del vaivén y le hundía las uñas en la piel.

— ¡AHH! ¡AHHHHHHH!...

—Vaya, tu cuerpo está realmente maltratado por Haou y por sus perros. ¿No te doy envidia? Yo a penas y tengo unos rasguños. —su risa comenzó elegante pero se escandalizó conforme recordaba lo afortunado que había sido.

Yuto cerró las piernas y trató de hacerse ovillo, era testigo de esa enfermiza aberración, Yuri también maltrataba el cuerpo del chico Irlandés como Haou; mordiéndolo, rasguñándolo, dejando grandes moretones junto con chupetones rojos lacerantes. Yuto trató de tranquilizarse pensando un poco en su novio, en su familia, en lo que estarían haciendo en esos momentos y lo mucho que los extrañaba, lo que fuese para alejarse aunque sea un instante de su cruel realidad.

— ¡AHHH! ¡Maldito!... —Yugo comenzó a blasfemar, a insultarlo con todo el mal vocabulario que conocía, enredado entre sus lágrimas de impotencia y cuerpo tambaleante.

 

¿Por qué a mí? —sus pensamientos rogaban por una salvación.

 

De repente el celular del peli púrpura comenzó a sonar al ritmo de una melodía de Sur le Pavé de Holden.

“¿Qué pasa?” —contestó de inmediato, claramente molesto, tanto en las facciones de su cara como en su tono de voz, pero no detuvo la intromisión.

“Solo quería que supieras que Haou ya va de regreso” —la voz de Kiryu sonó del otro lado.

Yuri tragó saliva, a la vez que sus movimientos cesaron.

“Sí, está bien. Gracias por la notificación”

“Eso no es todo. Quiere que prepares dos habitaciones especiales; trae compañía” —Kiryu miró al tricolor sentado a un lado de él.—“Muy buena compañía, creo que te encargaras tú de uno”

Yuri afiló la mirada.

“¿Cuántos son?”

“Tres, pero creo que me dejará al más fuerte, aun no lo sé.”

“¿Tres?”—susurró.

Por ahora Yuri solo estaba encargado de un chico moreno de cabellos parados, negros y rosas de ojos rojos. Lo había sacado de Main Satisfaction por órdenes urgentes de su jefe. No quería imaginarse lo que Haou le diría si se entera que desobedeció con esos dos, y ahora “cuidaría” de uno más.

“Creo que te llevarás una gran sorpresa con uno de ellos” —Kiryu miró a su jefe desde su asiento, este delineaba las facciones del joven aprendiz de mecánica dibujando una extraña sonrisa en aquel rostro inexpresivo. —“De cualquier forma, solo permanece en alerta”

Colgó. Yuri sudó un poco, pero se tranquilizó. De alguna manera debía mantener en secreto a sus “tesoros”, se arriesgaría solo por capricho pero no quería que se apartaran de él. Se divertía mucho con ellos; sin embargo no le gustaría ser poseído por el magnate otra vez.

—Juuuh, al parecer traerán más invitados a la fiesta. ¿No creen que es fantástico? —preguntó divertido a sus víctimas, al tiempo que acarició la espalda desnuda del irlandés.

Ambos chicos quedaron perplejos.

—Me informan que me llevare una gran sorpresa…huu…Solo despertó mi curiosidad. —prosiguió donde se había quedado aunque su pensamiento se había estancado en las palabras de su colega. Yugo apretó los ojos y los dientes para no darle el placer de volverlo a escuchar sufrir y Yuto solo bajó la mirada.

Después de un silencio escuchando el choque acuoso de sus cuerpos, Yuri rio elegantemente.

—Como sea, solo nos queda esperar y darle la “Bienvenida” a los nuevos trabajadores de Satisfacción. Esto me pone emocionado.—lo embistió con más frenesí haciendo que gimiera fuerte.

 

Aeropuerto de Frankfurt.

1:40 a.m

 

Un hombre joven de estatura mediana, cabellos dorados claros hasta media espalda, ojos rasgados color plumbago y tez morena, esperaba pacientemente en una de las esquinas de las salidas del aeropuerto principal de Frankfurt.

Sacó un cigarro de una cajetilla casi vacía, se lo puso en la boca e intentó prenderlo.

—No, ya te dije que no me gusta que fumes. —le arrebató el cigarrillo un hombre que apenas llegaba, de aparentes 28 años, tez pálida, cabellos albinos a la altura de la cintura y ojos café. Su mirada afilada indicaba que su pasado había sido tortuoso y donde se fijaran sus fanales sería fulminado por su determinación.

—Solo era uno, Bakura. —Trató de defenderse.

—Cállate. —lo tomó por el cuello de su playera y le arrebató un deseoso beso. —Yo siempre sabré mejor que un cigarro, Marik, es mejor que no te encuentre de nuevo así; me molesta.

—Que exagerado.

—Como sea. ¿Qué sucede con el vuelo de Bretaña?

—Odion nos confirmó que el “conejo” subió al avión hacia este destino. No tardarán en venir, quizás arriben alrededor de las tres de la mañana. —revisó los mensajes de texto de su celular. —Viene con un chico de cabello turquesa.

Bakura se recargó en la pared a un lado de él y cruzó los brazos.

—Debemos tener éxito. Es una oportunidad vital. Ya casi todas las mafias se enteraron del parentesco de Yuki. No queremos enfrentarnos a todas. Me enteré que incluso las hermandades infieles están tras de nuestro “conejo”.

Marik enredó sus brazos en el cuello de su amante.

— ¿Estás seguro que quieres continuar? —habló de forma melosa—Nuestra organización es muy pequeña. Creo que lo mejor es aliarse con alguien más.

Bakura lo miró sin expresión, pero lo abrazó de la cintura.

—Todas las sectas actuaran solas. Es una oportunidad única.

—Y peligrosa. —se recargó en el pecho de su amado. —Nosotros solos no podremos hacer nada. Si algo te pasa a ti, la organización desaparecería.

—La recompensa lo vale. Los líderes harán lo mismo y saldrán de sus escondites para tomarlo personalmente. —Alzó el rostro moreno y le dio un dulce beso.

—Lo que sea que pase, yo te seguiré incluso en el otro mundo, Bakura.

 

En otra parte de la aerolínea.

 

Una chica de cabellos azules en una coleta y ojos verdes, tez pálida de estatura media, también se mezclaba entre las multitudes. Aparentaba unos 22 años, estaba junto a otra chica parecida a ella pero de cabellos más largos azul añil y ojos amatista, un poco más alta.

—Ruri, debemos estar al pendiente.

—No creo que sea buena idea Serena.

—Hermana, no dudes, solo debemos capturarlo para llevarlo con el jefe. Estoy segura que si se lo entregamos, nos dejará libres.

— ¡Nos matará si se entera que no se lo dijimos antes! —Tembló la chica de ojos amatistas, en su bolso llevaba una pistola que había obtenido de uno de sus compradores.

—Es por eso que no debemos fallar. Se trata de nuestra libertad, hermana. ¿O acaso quieres regresar a Satisfacción?

— ¡Pero cuando descubran que nos fuimos…!

Serena sudó frío. Puso sus manos sobre los hombros de su hermana para tratar de convencerla.

—Cuando eso ocurra, llevaremos al otro Yuki y nos recompensará.

— ¿Y si el cliente mintió?  ¿Y si no existe un hermano gemelo?

—No puede ser un error. Míralo ahí parado junto con sus secuaces. —hizo que volteara discretamente hacia un rincón más al fondo donde se encontraban unos hombres como si fueran agentes del gobierno— Y da un vistazo a tu alrededor, hay varios sospechosos. Todos deben saber.

—Todavía tengo miedo.

—Es nuestra única oportunidad, Ruri. Debemos luchar por nuestro derecho a ser libres.

—Nos matarán, estoy segura. —las lágrimas se agruparon en sus ojos desesperados.

— ¡Escúchame! ¡Tranquila, Ruri! Todo va a salir bien. Ya nada tenemos que perder…

 

Afuera de la aerolínea.

 

Aquel hombre elegante de cabello aguamarina oscuro, ojos rasgados verdes, tez blanca y gabardina oscura que se había presentado tiempo atrás en el Evento de caridad en Japón, estaba aparcado dentro de un auto oscuro. Junto a él, el mismo chico que le había ayudado en su pleito contra Yusei.

—Habrá mucho disturbio, Zane. —le pasó un vaso de poliestireno con café caliente. —No creo que sea buena idea atraparlo aquí.

—Será un problema si lo dejamos ir y le damos oportunidad a alguien más. —Zane sorbió su bebida. —Quiero que Yuki experimente el mismo dolor que yo sufrí cuando secuestró y mató a mi hermanito.

Atikus bajó la vista con tristeza. El hermano de Zane había sido de eso chicos inocentes que confiaban muy rápido en la gente. Su agradable y tierna forma de ser había sido solo uno de los factores desafortunados que lo llevaron a su infame final. Desde ese día, el corazón de su amado Zane había endurecido incluso con él.

Atikus también deseaba la venganza contra Haou Yuki, quien había sido el anfitrión de esa atrocidad debido a su organización enferma, pero ellos habían conocido (casualmente, sin saberlo) al hermano de la bestia en cuestión, antes que todos —confundiéndolo físicamente con el verdadero—, y la personalidad era totalmente opuesta.

Sabiendo eso, la pregunta era: ¿Realmente tendrían el corazón para lastimar a un inocente?

¿En verdad se volverían como Haou Yuki?

Gracias al rumor y la alerta que Duke Deblin había notificado con sus conocidos, es que todo el bajo mundo se había enterado del hermano gemelo del magnate alemán; bien escondido y sujeto a las sombras por el empresario. Nada se había confirmado de ese supuesto rumor hasta que la chica rubia en La isla de Man había aclarado las dudas.

La infiltración de información se movió a velocidad de internet, ya después algunas de las mafias que moraban Alemania tendrían la efímera oportunidad de darle un potente golpe en la nariz a aquel megalómano ser, y quizás, tenerlo a sus pies. Todo dependía del grado de estima que Haou tuviera para con su hermano. Era un riesgo, pero al final seguía siendo un rayo de esperanza para su venganza.

Solo les quedaba esperar el vuelo.

 

Jet privado de KC.

 

Seto Kaiba se encontraba en una llamada telefónica, estaba hablando con un conocido alemán, — pariente lejano—, sobre las pistas de aterrizajes, los hospedajes y ventajas en general del país extranjero. Todo eso era para delimitar el territorio cerca de las Industrias Yubel y la tétrica conocida mansión Dornberger.

“Somos tres personas, Noah, tú conoces mejor que nadie esos lugares. El jet es rápido, no tardaremos en llegar”

“Supongo que Mokuba no es uno de los que vendrán.”

“Mokuba se quedó a cuidar el negocio. No lo arriesgaría”

“Que mal, quería verlo otra vez”

“Acosarlo otra vez, dirás”

Noah echó a reír.

“Bueno Seto. ¿Estas realmente consiente de lo que estas a punto de hacer? Dicen que es un hombre cruel. No me imagino que te hará si te des…..”—Noah era el primo de Kaiba, muy parecido a él pero de grandes ojos azules y cabello verde. A pesar de su apariencia infantil tenía la misma edad que el magnate japonés.

Había apagado su voz sin concluir la última frase, al parecer consecuencia de una interrupción en donde se encontraba.

“Tú solo danos alojo. Te pagaré, enano” —Kaiba seguía con la negociación, pero la voz de su primo no volvió a escucharse, mas sí algunos susurros y respiración.

“¿Noah?” —llamó el magnate. Por un tiempo no hubo respuesta; eso lo había hecho enojar. Estaba a punto de colgarle cuando escuchó la risa de su primo y su voz nuevamente.

“Oye Kaiba. Escucha. Me acaban de decir algo realmente interesante.”

Kaiba guardó silencio, Atem lo miró con curiosidad solo por la tensión en su rival.

“Haou Yuki tiene un hermano. Y está a punto de llegar a Frankfort”

Los orbes azules se abrieron de la sorpresa, su respiración exhaló aliviado de que su “AS” estuviera con vida. Pero algo andaba mal… ¿Cómo es que Noah sabía de eso?

“¿Cómo lo sabes?”

“Un contacto me lo dijo”

Peligro. Si eso era verdad Jaden corría peligro. Nadie más que él debía saber de los orígenes de su empleado de KC, claro exceptuando a su hermano consanguíneo.

“Es toda una sorpresa, Kaiba. ¿Te imaginas otro igual a Yuki? Si con uno es un des fortunio, no me puedo imaginar dos. Aunque se me hace muy extraño que nadie supiera de él hasta hora….”—Noah siguió hablando, sin embargo el magnate ya no lo escuchaba. Su semblante era bastante taciturno, con la vista concentrada en algún punto al azar.

— ¿Qué pasa, Kaiba? —Atem intuyó que algo andaba mal.

—Dime, Aknmankanon, ¿Qué tanta influencia tienes en Alemania?

 

Alemania. 2:56 a.m.

 

—Les pedimos por favor permanezcan en su asiento hasta que el capitán nos lleve hacia la terminal. Bienvenidos sean a Alemania, les agradecemos por volar en aerolíneas Black Magician, esperamos hayan tenido un vuelo placentero.

El avión arribó a territorio Alemán sin ningún contratiempo. Jesse sonreía de lo aplastado que se veía su prospecto en el asiento y triple amarre de cinturón. Parecía un gato paralizado aferrándose a no soltar el sillón.

Jesse era muy amable con él, aunque no pudo contener alguna risilla.

—Vamos gatito, ya llegamos.

Jaden exhaló toda su frustración, temblaba debido al amargo recuerdo del atentado de avión que había dañado a su subconsciente.

—M-Menos mal. ¿Ya pisó tierra? Creo que todavía se mueve.

—Sí, ya llega….!!!!OH POR DIOS!!! —movió bruscamente el asiento donde estaba su amado provocando que el castaño diera un grito estrepitoso y se erizara por completo.

Jesse echo a reír.

—Es broma, ya llegamos a tierra firme.

Jaden casi podía matar al oji-verde con la mirada.

— ¡Ah, nunca me hagas eso! ¡Pude morir de un infarto! —Anderson sonrió divertido.

—Creo que volar no es lo tuyo.

El arribo había sido tranquilo, salieron despreocupados aunque estuvieran en un país desconocido.

—Dime Jaden. ¿Cómo piensas encontrar a tu hermano? —caminaban por un túnel hacia las ventanillas de los vuelos junto con otros pasajeros.

—Bueno, mi hermano siempre me enviaba una carta desde este lugar, me aprendí la dirección una vez que quise visitarlo pero no tuve oportunidad.

—Humm…Ya veo. ¿Y dónde es?

—El vive en la mansión Dornberger. Es en Turingia. Creo que será fácil si preguntamos…

Jesse paró su andada en seco, se quedó inmóvil.

— ¿Pasa algo, Jess? —lo volteo a ver con curiosidad deteniéndose un paso adelante de él.

— ¡¿Tu-rin-gia?!

Los recuerdos le llegaron como una bomba a sus neuronas, se abrazó a sí mismo y después se puso en cuclillas en el suelo agarrándose la cabeza y temblando.

— ¡¿Jesse?! —Jaden se inclinó para saber lo que le ocurría al Anderson. Justo en ese momento un  hombre llegó hasta él.

—Es impresionante el parecido que tienes con él. —Se dirigió al castaño en idioma  japonés. — Sé un buen niño y ven conmigo.

Los ojos castaños se entrecerraron, aquel hombre tenía toda la pinta de un gánster; no le daba  confianza.

—Que divertida hospitalidad alemana, ni siquiera sé quién me está invitando pero veo que tengo algo de fama. Al menos pareces saber de mi cultura. —una gota de sudor perló su frente mientras se ponía de pie.

Sería muy problemático ocasionar un disturbio en una aerolínea debido a las alertas terroristas y las autoridades policiacas vigilando. Necesitaba sacarlo lo más discretamente posible.

—Eso no importa. Mi jefe quiere decirte algo.

— ¿Jefe? ¿Y ese quién es?

—Solo ven conmigo pequeño—lo apuntó con un arma discretamente. — Camina.

Ante un arma de fuego, poco se podía hacer. Jaden tragó saliva y arrugo el entrecejo obedeciendo lentamente. Jesse trató de decir algo pero solo pudo enfocarlo con un solo ojo mientras se reponía de su shock muy lentamente.

Las miradas de muchos se posaron en la figura del Yuki justo al salir del túnel; unos con asombro, otros con miedo, pero la mayoría jubilosos de ver una copia sometida del poderoso empresario alemán.

La extracción estaba siendo un éxito, todo parecía ir con normalidad. Los pasajeros no se habían percatado; sin embargo a uno de los rivales se le ocurrió ponerse en acción, de la forma más violenta que se le ocurrió.

Un disparo perforó la cabeza de aquel hombre, quien cayó al piso muerto al instante y derramando chorros escandalosos de sangre sobre el azulejo. La gente de inmediato se aterró; corrió para todas partes mientras se desataba una lluvia de plomo que comenzó a escucharse precipitosamente sin saber el origen de los cañones con exactitud. Hubo varias bajas.

 Jaden se mezcló con los aterrados, quiso regresar con su amigo Jesse pero este ya no se encontraba en el túnel.

— ¡Jesse! —miró para todas partes mientras era empujado por la gente, en ese instante Bakura lo tomó de la muñeca y lo arrastró hacia un pasillo que conectaba a las oficinas, estas tenían unas escaleras de emergencia. Por ahí lo sacaría

Ruri y Serena los habían visto.

Al llegar a una oficina —vacía por el pánico—, Bakura cerró la puerta con pestillo y apagó las luces, solo las lámparas del exterior evitaban que su visión fuera nula.

Jaden se tensó aunque aparentó fortaleza.

—Sí que sabes hacer una buena entrada, Yuki. Desataste los fuegos artificiales. —Bakura sonrió de manera perversa.

— ¿Qué es lo que quieren de mí? —Hablaban el mismo idioma.

—Venganza.

Eso era otra confirmación para las acusaciones contra su hermano, recordó toda la frustración en los ojos de la rubia y sus palabras lastimosas.

Jaden aún no podía creer que su hermano fuera esa persona vil que todos odiaban. Ahora más que nunca necesitaba verlo.

Bakura comenzó a rodearlo, le daba el gusto bueno ya que no era mal parecido.

—Ver gemir a Yuki bajo mi cuerpo. —Se relamió como un psicópata—Eso sería un deleite.

Habló sobre el oído del chico mientras este trataba de evitar el contacto, Jaden trató de empujarlo para hacerlo retroceder pero el peli-blanco insistió más y el que retrocedía era él.

— ¿Por qué te quieres vengar de Haou?

Bakura sonrió, al parecer ese castaño era la única persona que podía pronunciar el nombre del magnate con tanta naturalidad. Lo acorraló contra la pared.

— ¿No lo sabes? Ese desgraciado es el líder de la mafia gorda de Alemania. Ha aterrorizado a la población desde hace mucho tiempo. Y  me hizo sufrir como no tienes idea. —apretó su puño.

Jaden negó con la cabeza, claramente en shock, negaba y negaba una y otra vez esa realidad inmunda.

—No te lo puedo creer. —dijo en tono débil. — ¡Te prohíbo que hables así de mi hermano!

Bakura soltó una fuerte carcajada.

— ¿Por qué otra razón todos allá afuera te estarían buscando? Todos quieren cobrarse el sufrimiento que Yuki les propició. No había una manera de hacerlo pagar hasta que apareciste.

Jaden aún estaba en negación, los recuerdos pasados en su dulce infancia era lo único que conocía de su hermano, y el contacto a distancia podía todavía sentirlo como en esos ayeres, por eso es que no creía que se tratara de la misma persona que acusaban.

— ¿Sufrimiento? —los pensamientos de Jaden era un marullo de confusiones, Bakura absorbió su aroma ya que lo tenía sometido contra la pared aprovechando el shock del muchacho. Tomó su mentón para mirar mejor sus facciones.

—Aquí no es el lugar para hacerte gritar, Haou Yuki. —iba a robarle un beso.

— ¡Ni el lugar para que te lo lleves! —Le apunto la chica de ojos verdes y coleta alta con su arma, interrumpiéndolo. Su hermana estaba a un lado de ella, habían llegado por el acceso de emergencia.

Ambos varones voltearon de inmediato.

— ¡Déjalo ir!

Bakura se irguió, el arma no le preocupaba en manos de aquella niña de mirada firme pero intenciones temblorosas.

—Las niñas no deberían jugar con objetos tan peligrosos. —dijo en forma de sarcasmo.

Pero Serena no retrocedió, si tenía que matar a ese hombre para llegar a su objetivo lo haría. Miro al peli-blanco con toda su determinación aunque la expresión corporal de su cuerpo dudaba.

Jaden la miro con tristeza, seguramente ella sería otra víctima de su hermano.

 

Haou, dime que no es verdad—aún tenía esperanzas.

 

— ¡Apártate y déjanos a Yuki!

—No tardaran mucho para que todos lleguen aquí, chiquilla estúpida. Sera mejor que te tranquilices y salgamos por las escaleras. Arreglaremos esto en un mejor lugar.

A Ruri las palabras de ese desconocido le habían bastado para darle la razón. Sobre todo por los gritos y disparos que inundaban el lugar y que le ponían los pelos de punta. A lo lejos las sirenas de los oficiales se escuchaban acercarse.

—Serena, creo que tiene razón. Una tregua nos serviría. —su hermana estaba muy nerviosa.

La chica no tuvo mucho tiempo para analizarlo, eran inexpertas. Sudó frío, miró a los chicos y aceptó las condiciones, resignada, mas no dejó de apuntarlos.

— ¡Está bien, muévanse!

Ruri encabezaba el descenso por las escaleras de emergencia, seguido por Jaden, Bakura y Serena en las espaldas.

Marik sonrió al verlos salir, no solo él, ese lugar estaba repleto de espías. Nadie se perdería de una oportunidad tan valiosa gracias al informante Duke.

Bajaron rápidamente, pero justo al bajar Serena, Bakura aprovecho para tomar a la hermana desprevenida y amenazó con cortarle el cuello con un cuchillo, Serena le apunto directo a la cabeza.

 — ¡¿Qué estás haciendo?! ¡Era una tregua! —los nervios de Serena estaban colapsando.

—Bueno, ya estamos afuera ¿no? Las reglas cambiaron, muñeca. Sera mejor que te esfumes si no quieres que mate a esta zorra.

— ¡Malditos hombres! —Serena chasqueó los dientes.

— ¡Serena…ahh!—Ruri sintió un ardor por el filo del arma que había cortado ligeramente su blanca piel sobre los chupetones que lucía.

Bakura reía a carcajadas mientras el castaño temblaba por la escena, nunca imaginó algo así en su vida.

— ¿Qué te creías niña boba?, jugando a ser valiente con los grandes Jajaja…

Marik aprovechó esa oportunidad para acercarse en un auto, abrió la puerta rápidamente y ordenó a Jaden entrar. Pero no solo él se acercó, unos ojos naranja eléctrico, fieros como un salvaje animal, ya los había encontrado.

La cabeza de la chica de ojos jade estaba desesperada, sobre todo al mirar al otro hombre del automóvil. Todas las flagelaciones que había sufrido en su adolescencia se movían rápido en su cabeza. Pero sobre todo, nunca olvidaría aquella sonrisa diabólica del magnate alemán que había sido el cierre sobre toda su desgracia.

— ¡No! ¡No regresaremos ahí! ¡No! ¡No más! ¡No más! —No pensó, apuntó a Jaden directamente al pecho—¡Esto va por todas!—disparó.

Todo se paralizó como en cámara lenta, las pupilas de los presentes estaban desorbitadas, algunos cerraron los ojos, y sobre todo los espías habían soltado un alarido de conmoción.

Jaden cayó de espaldas sobre el pavimento y miró aterrado, pues Jesse Anderson estaba de pie, frente a él, recibiendo el impacto de bala sobre su pecho.

— ¡Jesse!

El peli-turquesa fulminó a la chica con sus ojos naranjas, la bala estaba sin duda en su cuerpo, pero parecía no sentirla. Inclusive Bakura quedó perplejo.

— ¡¿C-Cómo?! —Serena esta vez tembló hasta los huesos.

La policía ya estaba más cerca. El sonido aturdidor no era del todo atendido debido a ese extraño acontecimiento.

Yubel había despertado en el inestable cuerpo del Anderson. Jesse no dijo nada, pero su cuerpo estaba caliente de la adrenalina y la ira. Alzó un arma que había conseguido y le disparó, Serena cayó al pavimento.

— ¡SERENA! —Ruri corrió en su auxilio.

Los ojos eléctricos se posaron sobre los orbes de Bakura, este quedó sin aliento, recordaba ese diabólico brillo, lo recordaba muy bien en los iris dorados del Yuki. Tembló palideciendo al centrarse en ellos, estaba paralizado, ni siquiera pudo reaccionar cuando Jesse alzó nuevamente el arma y le disparó a él también.

 

Japón. 07:00 pm

 

Joey se encontraba apagando las luces de su oficina. Estaba tan preocupado por todos sus amigos que simplemente ese día en el trabajo había sido un pérdida de tiempo. No lograba concentrarse.

Kaiba lo dejó al pendiente de Mokuba y el funcionamiento de la empresa, pero ciertamente al rubio le preocupaba más el bien estar de su castaño jefe.

Apretó el collar de dragón de ojos rojos que llevaba puesto; casi podía rezar por él.

 

Kaiba, más te vale que regreses con vida. Te estaré esperando…—los pensamientos del rubio se llenaban de él.

 

Salió de las instalaciones como de costumbre, se había tardado un poco. Miró para varias direcciones al salir; el guarda espalda que su jefe le había asignado no se encontraba por ningún sitio, quizás se había cansado de la espera. Le incomodaba esa situación del niñero, pero a la vez sintió el interés de Seto por él.

No podía negarlo más, realmente lo amaba, era una lástima que Seto estuviera enamorado de Yugi. Tendría que resignarse tarde o temprano.

Ya se encontraba en el estacionamiento de KC. Desactivó la alarma de su auto con el sensor de sus llaves y casi pudo subir.

—Es desagradable que te pongan perro guardián, Ángel rubio.

— ¡Deblin! —azotó su cuerpo contra el auto sobre su exaltación.

—Es divertido, Kaiba creyó que estaba tratando con un novato, ¿Verdad? —Sonrió de lado. —Ja, ja le advertí que se cuidara, pero no me hizo caso.

Joey entendió a lo que se refería.

— ¡¿Tú…tú contactaste a Haou?!

—Vaya, pensé que eras más idiota. —lo asechó de nuevo. —Mira lo que es capaz de hacer una persona encaprichada por un hombre. Todo es culpa tuya, Joey. Si me hubieras aceptado desde un principio, Yuki no se habría metido.

Los gestos del rubio se pasmaron.

—¡¿Mi culpa?!

—Fue muy entretenido, angelito mío, pero el juego terminó. —estaba casi hablando sobre sus labios— y YO…gané. —lo besó a la fuerza.

Joey trató desesperadamente de sacárselo de encima, juntó fuerzas para apartarlo, entonces Deblin lo golpeo en el rostro fuertemente y trató de someterlo, pero Joey no se iba a dejar, lo tumbó para golpearlo en el piso solo que Deblin también lo atacó. Al final la experiencia del moreno de ojos esmeralda había sido superior y lo tenía a su merced.

Por instinto, Joey cerró las piernas.

—Qué lindo eres angelito, realmente voy a disfrutar de esto. Así también podré burlarme de Kaiba cuando te llene de mis “bebés”. —lamió el lóbulo de la oreja del rubio.

—¡Suéltame, asqueroso!

—Ahora sí, no más interrupciones. —tenía un pañuelo preparado con cloroformo. Hizo que lo respirara provocando la desinhibición de su sistema y comenzara a perder la razón. —Shh tranquilo, duerme…duerme…

 

Alemania.

 

Mansión Dornberger. 4:25 a.m

Pista.

 

El jet había aterrizado. Dos filas de temerosos empelados corrieron para formarse a los costados de la salida de la puerta del jet y prepararle una respetuosa reverencia al poderoso magnate.

Yuri era uno de los presentes, estaba de pie cerca de la fila izquierda sin emoción aparente, mas no hacia reverencia ya que su jefe se lo había prohibido, así es que solo permaneció recto.

Haou nunca había ordenado esas atenciones, sin embargo los gestos zalameros de los empleados (dirigidos seguramente por alguien más) tampoco le molestaban y los dejaba “consentirlo”.

Llevaba a Yuya inconsciente en sus brazos, Kiryu llevaba a Yugi en los suyos, pero al pasar a un lado de Yuri, se detuvo solo para mirarlo. Yuri no pudo evitar ver a Yuya, de inmediato supo de la sorpresa a la que se refería Kiryu, pues sus ojos quedaron embelesados sobre el rostro del chico nuevo; ese joven realmente había capturado su atención.

Yuki prosiguió haciéndole entender que lo siguiera.

Más atrás, Yusei era escoltado por dos guaruras, no lo jaloneaban pero si lo apresuraban con ligeros toques en sus hombros.

Yusei vio a lo lejos la mansión victoriana con algunos diseños góticos, de inmediato pudo sentir la vibra pesada y sangrienta de ese lugar.

El temor se apoderó de él.

 

Notas finales:

 

Continuara....

 

Personajes:

Serena

Ruri

Bakura

Marik

Yuri

Noah

Mokuba


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).