Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cambio de Corazón por Yami Red eyes

[Reviews - 259]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

Hola, Hola!!

 

No puedo creer que no pude terminarlo donde quería xD.

Yugioh no me pertenece.

 

Diseño de personajes:

 

Rebeca "Oráculo"

Axel

 

 

 

 

 

 

"El amor real es lo suficientemente ancho, lo suficientemente largo, lo suficientemente profundo, como para llenar el universo"

 

                                                      Judai Yuki, Yugioh GX

 

 

Capítulo 16.-  Aclaraciones.

 

 

Al siguiente día.

Residencia Anderson.

 

 

Una casa espaciosa y modesta con pocos muebles era donde vivían los Anderson. 

Jaden estaba sentado junto a Jesse contemplando su respiración pacífica y pausada. El cuerpo del joven peli azul estaba vendado, pero parecía no dolerle después de que su hermano hubiese extraído las balas el día anterior. Era extraordinaria esa regeneración, aunque según Johan, era como una maldición.

Contempló cada detalle de aquel rostro, el color de su cabello, lo tersa de su piel, aquellos deseables labios rosados y su cuerpo fornido; sin dudarlo era un joven apuesto, pero desgraciadamente no podía provocar que su corazón se acelerara, no como su Yusei. El mecánico aún reclamaba cada milímetro de su piel y seguía impregnado en todo su ser.

Jaden acarició los rebeldes cabellos de su nuevo amigo. Le debía la vida, pero no creía posible pagarle con atarse a él.

Contempló el despertar del joven Anderson, se sonrieron en complicidad, claramente alegres por volverse a ver.

—Hola—con voz suave.

—Hola, Jaden. —suspiró, eso provocó que le doliera el pecho, lo disimuló bien.

— ¿Cómo te sientes?

—Ahora bien. —acarició la mano del diseñador con sus labios y sus orbes se mostraron religiosas hacia él. Jaden lo miró con algo de pena. — ¿Tú como estas?

No sabía cómo actuar ante él, que decirle, se notaba el coqueteo, las razones tan delicadas y fervoras, pero no quería romperle el corazón, no en ese estado crítico en el que el peli azul se encontraba.

—Estoy bien. Tu hermano es muy amable.

Jesse desvió la mirada. Los celos se apoderaron nuevamente de él, incluso por parte de su amado hermano.

—Sí, creo recordar que así era él.

—Me dice que estarás muy bien en poco tiempo.

—Sí, no es nada, unos rasguños, a penas me duele. —su cuerpo le ardía, tenía fiebre, todo estaba mal en él y empeoraba, ya que Yubel deseaba salir a destruir todo y asesinar lo que sea. Pero de todas formas le sonrió alegremente, y resistió la tortura haciendo un esfuerzo sobre humano.

Entrelazó delicadamente los dedos de su mano con los del castaño.

—Mientras estés conmigo, Jaden, nada me destruirá.

Jaden tuvo la expresión más angustiada de su vida, contuvo un nudo en la garganta y deshizo el agarre. Trató de salir disculpándose con el pretexto que había olvidado cerrar la llave del grifo, pero Jesse lo tomó del borde de su larga playera negra.

—¿Dije algo malo?

El silencio se apoderó de la habitación.

—Nada malo, Jesse. —Fingió una sonrisa gentil— Es solo que… debes de descansar.

—Tu presencia no me moleta, es mi mejor medicina.

—Lo sé. Pero quiero verte vivaz de nuevo, de pie y eso lo conseguirás descansando. Vamos hombre, recupérate rápido. Yo regresaré a verte.

Jesse no estaba del todo convencido, no quería déjalo ir pero tampoco lo obligaría.  Lo soltó suavizando sus gestos.

—Está bien. Te esperaré.

Salió lentamente con los pensamientos revolviendo sus ideas, sentía cierto cariño por ese peli turquesa, pero no era suficiente, simplemente no podía forzarse a sentir amor por él, aunque le haya salvado la vida.

—Jesse…—susurró. ¿Cómo podía decirle que no podía corresponderle?

Johan se acercó a él.

—¿Lo has comprobado? Jesse daría todo por ti.

La mirada castaña se afiló, justo como la de su amado, eso provocó que Johan tragara saliva y se relamiera los labios.

—Johan, te pido que no trates de hacerme cambiar de opinión, tu hermano es muy importante para mí, pero...sabes que soy “casado”. —mencionó lo último solo para indicar que estaba apartado ya y sin confusiones.

—Solo me gustaría verte feliz, Jaden. Yusei es un patán y mi hermano nunca...

—¡Ya basta! Te prohíbo hablar mal de él. —apretó los puños. Se acercó a Johan llevándoselo unos cuantos pasos para evitar que el sonido se filtrara a la habitación del otro chico—Yusei puede ser todo lo que quieras. Puede cometer los peores errores de la vida, puede tener todos los defectos del mundo, y caer miles de veces; pero sigue adelante, siempre se levanta aunque camine sobre las brasas y se tropiece una y otra vez. Es persistente, lo he visto, y sé de lo que es capaz, solo que le cuesta un poco de trabajo. Si me trató así debió haber sido por un mal entendido que lo orilló a actuar así. Lo sé, porque NO era así conmigo, todavía tengo que descubrir el por qué. Y hasta que no me quede claro, ¡sigue siendo el amor de mi vida!

Su mirada era incorruptible, nunca había conocido a alguien tan devoto de una persona. Ojalá la vida se lo recompensara fielmente y ese Yusei le diera el verdadero amor y valor que ese chico realmente se merecía.

—No lo entiendo. Yusei te lastimó, te hizo sufrir, te hizo llorar y temerle. ¿Por qué sigues aferrándote a él?

 —¿Por qué sigues empeñado en cambiar a mi hermano? Con todo lo que se dice de él, puedo concluir que no es la mejor persona. ¿Por qué no te rindes y buscas a alguien mejor, Johan? Vamos, viejo, cierra ya ese ciclo y continúa tu vida.

Era agresivo, firme, irónico, todo un Yuki. El corazón de Johan comenzó a acelerarse, se figuró ver a Haou delante de él; ya no pudo replicar nada, le había ganado otra vez. Cerró los ojos y sonrió vencido.

—Maravilloso.

—¿Qué?

—Nada. Bueno, daré por terminado el tema. ¿Qué te parece si preparamos la comida? Tu hermano no sabe hacer ni un huevo frito.

Jaden soltó una carcajada.

—Yusei era el que siempre cocinaba, jajaja.

—O sea que estás igual en ese aspecto.

—No tanto, al menos me sé la teoría. —le guiñó un ojo. Johan no pudo evitar cautivarse y sentirse atraído, realmente eran muy diferentes.

—Bueno, vamos. Aquí cerca hay un mercado de canasta básica.

—¿Pero y Jesse?

—No te preocupes por él, Axel lo cuidará.

Llegaron a un gran mercado ambulante. Los comerciantes gritaban a todo pulmón ofreciendo sus productos hacia la multitud. Jaden no dejaba de maravillarse por cada una de las exóticas exhibiciones, parecía un niño pequeño en una juguetería. Todo le daba curiosidad y olvidaba que estaba en un país extranjero con nada de conocimiento sobre el idioma, así es que al preguntarle a los vendedores, estos alzaban una ceja y se reían, provocando que el japonés se rascara apenado la cabeza entre una ancha sonrisa.

Johan lo miraba enternecido, ahora entendía por qué su hermano y Haou estaban tan interesados en él.

Algunos hombres misteriosos los observaron. Pensaron haber encontrado al famoso “conejo” pero al verlo a un lado de Johan dudaron, ya que confundirlo podría ser fatal para todos y el secreto se iría a la mierda sin posibilidades de venganza. Las mafias estaban enteradas, la servidumbre del magnate también lo estaba, pero todos habían conspirado voluntariamente en su contra. El deseo de verlo sufrir había sido más grande que sus propios miedos y nadie le dio información. Solo esperaban al afortunado quien cazaría al hermano y pondría a cuatro patas a la bestia del infierno; también era por curiosidad.

Compraron algunos víveres, y regresaron tranquilamente.

Johan limpiaba el pollo mientras Jaden cortaba las verduras para hacer un caldo.

—A Yusei le hubiera gustado ver este lugar. Espero que cuando se calmen las cosas podamos venir de vacaciones.

—No creo que Alemania sea el mejor lugar.

—Sí, quizás tengas razón. La bienvenida no fue muy grata que digamos. Nunca pensé que mi hermano pudiera causar tanto caos.

—Y eso que él no estaba ahí presente. ¿Crees poder enfrentarlo tú solo? Bueno, no creo que corras peligro frente a él, después de todo es un asunto familiar.

Jaden no había pensado en eso, era verdad, los trapos sucios de las familias se lavan en sus casas. Quedó pensativo un largo tiempo con esa idea en la cabeza.

—¿Jaden? —lo sacó de su trance

—¿Eh?

—Ya es momento de que eches las verduras.

—¡Ah, es verdad! Lo siento. —los enormes trozos fueron vaciados. Johan lo dejó, se notaba la poca práctica en la cocina del chico. Exhaló resignado.

—Dime, ¿En qué pensabas, Jaden?

El castaño suspiró. —Me pregunto ¿Qué estará haciendo Yusei?

 

Mansión Dorngerber.

 

La resaca en su sistema era un tortuoso martilleo en su cabeza, al levantarse tuvo que expulsar todo lo que su estómago ya no podía retener, manchando la alfombra.

El fuerte brillo de la luz de los ventanales le provocó una aguda migraña. Haou las había abierto deliberadamente al momento de ver a su novio tratar de incorporarse.

El magnate estaba claramente molesto, frente a él, mirándolo con superioridad con los brazos cruzados y semblante grave.

—Eres un desastre, Yusei. ¿Qué pensabas? ¿Dormir en el bar hasta que algún pervertido te violara?

Yusei sentía que se moría, los estragos de la resaca estaban torturándolo sumados a los regaños impertinentes del reflejo de Jaden.

—No…no recordaba como regresar.

Haou se quedó callado unos minutos. Cierto o no, tenía esa excusa de su lado.

—Salir de la mansión, a las calles de un país desconocido, sin dinero, sin rumbo, el primer día de tu estadía… —Haou miró por la ventana pensativo — ¿Qué pensabas, Yusei? ¿Tratabas de huir? O quizás buscabas algo. —Lo analizó pocos segundos—No,… a alguien.

Yusei se puso nervioso, los ojos dorados lo miraron por el rabillo del ojo, el silenció pesó por varios desesperantes minutos.

Haou exhaló, cerró los ojos y volvió a abrirlos suavizando todos sus gestos.

—Dúchate. En cuanto estés listo, ven a mi oficina.

No hubo golpes, no hubo insultos, ni escupitajos, no hubo violación, ni humillación. Yusei sintió más terror del que pudo recordar, solo pensar en lo que se tramaba aquel chico, le helaba la sangre.

Tuvo que ser guiado por un guardia quién lo dirigió directo a la oficina.

Primero dio un vistazo a todo el soberbio lujo, después se enfocó al magnate quién lo analizaba sin ninguna emoción.

—¿Y, que quieres?

Otra vez esa insolencia. Haou no hizo expresión, solo suspiró cansado.

—8:00 a.m. es tu hora máxima para levantarte y acicalarte para comenzar el día. El desayuno se sirve 15 minutos después, en el comedor principal. Ni un minuto más para ti, te quiero ahí puntual.

Yusei no dijo nada, solo trataba de enfrentar su mirada pero eso parecía no ser buena idea.

—Eres mecánico, entonces le darás mantenimiento a todos los vehículos que lleguen de mis empresas. Los autos son de lujo, así es que no quiero rasguños viniendo de ti. Por cada rasguño te daré dos azotes, tendrás quien te supervise. —Se recargó en el respaldo de su cómoda silla y cruzó los brazos sin dejar de verlo— La comida se sirve a la una. Te quiero ver en el comedor, puntual y limpio, te acabarás lo que te demos. —Hizo una pausa, no recordaba la última vez que había hablado tanto, parecía que había sido con ese mismo sujeto. —Habrá prácticas para ti. Me interesa que tu cuerpo no pierda condición, me gusta así, y por lo tanto pelearás conmigo con katana, en un duelo amistoso, todos los días, a las 3 p.m.

—¡¡¿Qué?!! —eso no le parecía nada normal. Haou no se detuvo y siguió hablando.

—Peleo con todo, así es que si te mato, habrá sido tu culpa. Llevo años practicándolo, te sugiero que te esfuerces.

—¡¡¿Pero cómo…

Haou siguió hablando.

— La práctica conmigo tomará solo media hora, tendrás otra media hora para que practiques tú solo, si es que sobrevives. —Suspiró— Si quieres un entrenador tendrás que rogármelo cada vez para que te asigne uno. Después quiero que te duches y vayas a mi oficina. Ahí estarás una hora hablando por teléfono con clientes míos en Alemán. Los teléfonos solo reciben llamadas, no salen. Y más vale que atiendas a cada una de las peticiones de ellos, o tendrás una fuerte sanción. —miró hacia su monitor luego volvió su vista al paralizado oji azul—Después de eso puedes tener una hora en la biblioteca, no tienes autorización de salir de ahí en esa hora. —Volvió a hacer una pausa breve—A las seis te quiero conmigo, saldremos como una pareja que se ama.

—¿Ama?…—susurró. Haou no le tomó importancia.

—Si no puedo salir contigo, tu límite es a las 9:30 Yusei, 9:30 p.m, nueve treinta, nu-e-ve, ¡nueve treinta!—lo repitió varias veces como si Yusei tardara demasiado en captar las cosas— Ni un minuto más, Yusei, ni un minuto. Eres muy valioso, así es que no quiero encontrarte en otro bar, cantina, burdel o lo que sea. 9:30 y no más.

Yusei tragó saliva.

—Estaré en tu habitación a las 11:00 p.m y más te vale que te encuentre ahí. Me interesas Yusei, así es que te lo demostraré como sabes. —dibujó una sonrisa macabra.

El cuerpo del mecánico se estremeció.

—Dormirás junto a mí y soñarás conmigo, te levantarás y lo primero que pensarás será en mí, al ducharte y ver tus heridas sonreirás porque fui yo quien te las hizo, respiraras y me agradecerás por dejarte hacerlo, darás gracias por los alimentos que YO te proveo, y tu mundo seré yo. ¿Entendiste?

Yusei no sabía que decir, estaba entrando a un shock nervioso.

La oficina quedó en silencio.

—Y si aun así desobedeces, creo tener otras formas de convencerte, y eso podría ser la solución a tú rebeldía.

—¡A..que te...

—Yugi Muto, es tu amigo ¿verdad?

Todo estaba claro, si se saltaba los protocolos, el castigo no sería para él, sino para sus amigos. Yusei estaba estupefacto.

—Espero haber sido claro Yusei. Nuestra vida juntos será maravillosa, tú y yo para siempre.

El terror volvió a su cuerpo. Estaba completamente a su merced, no evitó que algunas lágrimas escaparan de sus ojos. No siquiera podía quejarse.

—Que felicidad ¿verdad? Seguro estas conmovido, mi amor. —se acercó a él y lo besó tiernamente—Solo debes obedecer.

Yusei se dejó caer al suelo de rodillas, pero Haou lo volvió a levantar jalándole los cabellos con violencia.

—¡Levántate! No me gusta que hagas eso. ¡No vuelvas a hacer eso! —hablando fuerte.

—Lo-lo siento.

—Está bien, amor. Retírate.

Adrián, uno de sus “leales” matones, entró haciendo reverencia, para después tomar a Yusei por los hombros y guiarlo al taller.

—Yusei. —volvió a llamar el magnate. —Solo por motivación... Si me llegas a derrotar en alguna de las prácticas de katana… Yo haré todo lo que tú quieras.

Ambos jóvenes que se estaban retirando abrieron de golpe los ojos. El Apocalipsis estaba cerca, Haou nunca había tenido alguna clase de contemplación con nadie. Adrián miró a Yusei algo celoso y se lo llevó.

Era un taller muy limpio, se notaba que nadie lo usaba y seguro los autos los mandaban a reparar en las agencias o en las mismas fábricas, ya que solo había un lujoso corvet descompuesto. Ahora estando él ahí, lo cargarían de trabajo duro.

—No entiendo el interés por ti del amo Yuki. —refunfuñaba Adrián mientras lo jalaba hacia adentro del taller—Para mí no eres más que un insecto. —lo empujó—Toma tu escoba cenicienta y empieza a barrer.

Se marchó dejándolo abrumado.

 

Salón “S”

 

Yuri reía enérgicamente.

En el cuarto que le pertenecía a Yuma, lo había estado torturando con una inyección afrodisiaca. Lo tenía encadenado, con ropas de cuero ajustadas que apresaban dolorosamente su erección.

—¿Y este miserable es la adoración de mi reflejo?  Debiste haberle dado un fuerte brebaje. Eres algo aburrido, brujita.

—¡Por favor, yaaaaaa!

—Jeeee, ¿Pides clemencia? Que rápido suplicas. Bueno, ¿Qué clase de libertad deseas? ¿La de tu erección o la de tus manos? —tocó levemente su entrepierna con la punta de sus dedos, eso le provocó dolor al moreno, y una ancha sonrisa al verdugo.

—¡Aghh! ¡No, ya no!

—Pero si a ti te gusta, mira como a tu cuerpo le encanta. Además viniendo tú de Main satisfaction debiste haber preparado a tu cuerpo. ¿Cuántos fueron, brujita? ¿Tres, seis, o solo un vejete pedófilo? —volvió a burlarse a carcajadas, disimuladas por sus largos dedos sobre su boca.

Yuma se compadecía de si, justo al entrar en aquel sitio solo fue violado al instante, no recordaba cuantos fueron, solo que llegaba uno tras otro. Comenzó a llorar desconsolado.

Una llamada hizo sonar el celular del francés.

“¿Qué pasa Kiryu?”

“Haou se dirige hacia acá, si te ve haciéndole eso al chico que tienes que cuidar, te irá muy mal”

“!¿Que dices?! ¡¿Qué no fue a ver a Yuya primero?!”

“No ha pisado un pie en su habitación desde que llegó”

“¿Pero por qué?”

“Es debido a ese chico Yusei. Lo trae muy entretenido, el segundo Johan.”

“¿Johan?”

“Es verdad, no lo conoces. Bueno, seremos menos si te encuentra divirtiéndote con el moreno”

Yuri sudó frio, miró a Yuma y de inmediato lo desató. Lo miró despectivo y chasqueó los dientes.

—Bueno, atiéndete. —dio la vuelta y salió de la habitación para dejar al moreno masturbarse y liberar todo el dolor.

Poco tiempo después Haou entró al salón perfumado por las velas aromáticas. Kiryu hizo una respetuosa reverencia y Yuri lo imitó. El magnate se sentó en un sofá de la sala y se reclinó tranquilamente, leyendo unas pequeñas hojas amarillentas.

El silencio siempre era una tortura para los demás frente al magnate, esta vez duró bastante, mas fue interrumpido por el celular de empresario, quién  contestó y solo escuchó colgando rápido.  Fue entonces que se levantó para dirigirles la palabra.

—Quiero a Yugi y a Yuma aquí.

Ambos asintieron y fueron por ellos rápidamente.

 

Yugi estaba viendo por la ventana, dejando que sus pensamientos volaran lejos de esa prisión hacia los brazos protectores de su egipcio. Lo extrañaba, hubiera deseado haber sido él quien se le hubiera confesado y quizás se hubieran ido a vivir a Egipto y nunca pasar por esa realidad. Se arrepentía de no haberse atrevido a tomar el momento, por la desidia. Aquel nombre de su amado  lo repetía en su mente como llamándolo.

 Su dulce estadía en aquel bello lugar imaginario solo fue desvanecida por la entrada de Kiryu.

—¿Qué piensas Yugi? —Se acercó tranquilamente.

—En mi casa. No puedo creer que este tan lejos de ella.

Kiryu se sentó a un lado de él y le sonrió.

—Algún día regresaras, no te preocupes, mientras sigas mis consejos, tienes una posibilidad de llegar a ser un peón y podrás moverte con más libertad. —Se levantó estirándole la mano  para que la tomara. —Es momento de la prueba, Yugi. Haou quiere verte.

El vendedor se alteró, era muy pronto, no se sentía preparado. Todavía no superaba la violación.

—¡No puedo! —se hizo hacia atrás.

Kyosuke colocó sus manos sobre los hombros del oji amatista.

—Quieres salir de aquí, ¿verdad Yugi? Entonces debes de tomar fortaleza. Piensa en tu familia y en todas las personas que están preocupadas por ti. A los que quieren verte de nuevo. Piensa siempre en que regresarás y aférrate a eso.

Yugi quería llorar, sentía miedo. Entonces las manos de su protector acariciaron su rostro.

—Tú puedes, Yugi. No lo dejes entrar en tu cabeza, entra tú en la de él.

Yugi asintió, aunque todo su sistema estaba en alerta máxima y temblara un poco.

Se levantó y fue guiado por Kiryu.

 

Yuma estaba exhausto, todavía tenía  algunos estragos del afrodisiaco pero ya había disminuido considerablemente.

Yuri entró burlándose nuevamente de él.

—Parece que te arroyó un camión, brujita.—rio elegante—Bueno, vístete rápido, alguien importante quiere verte.

—¡No más hombres!

—Y vaya ejemplar que te toco. Qué envidia—volvió a reír.

Lo ayudó a vestirse de forma brusca. Luego lo empujó un poco para que se apresurara, llenándolo de palabras hirientes y despectivas. Yuma estaba desconcertado, aterrado por el nuevo “cliente” y lo que estaba pasando, y eso que solo estuvo poco tiempo en el equipo principal.

Haou tenía su mirada dirigida a un rincón sin importancia, pero sus ojos parecían seguir movimiento aunque no había nada ahí, a veces hacía eso. Quizás estaba pensando algo, cuando los chicos solicitados llamaron su atención.

Yugi trató de parecer fuerte y solo le sostuvo la mirada en un gesto “endurecido”, pensó que tendría miedo ante él, pero en realidad sintió odio. Mientras que Yuma se exaltó.

—¡Jaden! ¡Estás vivo! ¡¿Pero qué haces en un lugar como este?! ¿Eres un cliente?—Yuma se dio cuenta del tricolor, este le devolvió la mirada a su vez, sorprendido, no lo esperaba ver ahí.—¡Yugi!  ¡¿También estás aquí?! ¿Qué está pasando?

—¡Yuma! ¡¿También tú?!

Kiryu y Yuri estaban desconcertados, no así el magnate. Este se acercó hasta quedar a un paso de Yuma y le dio una fuerte bofetada que lo tiró al suelo. Nadie esperaba eso.

—¡Jamás! ¡Jamás vuelvas a pronunciar ese nombre! ¡Nunca! ¡Y menos viniendo de un segundo como tú! —el castaño lo miró asqueado. Sobre todo al pensar que su hermano estaría en un lugar como ese.

Yuma se tocó la parte dañada, era un punzante dolor agudo. ¿Pero si parecía que el magnate no había aplicado fuerza?

—Mi nombre es Haou. Este es el salón Special Satisfaction. Quiere decir que tengo planes imperativos para cada uno de ustedes. Considérense afortunados.

Dos hombres llegaron arrastrando al rubio asistente de Kaiba, lo más “delicado” que pudieron; y es que debido a que aquel rebelde rubio se movía como lombriz, los insultaba y hasta mordió a uno de ellos, les fue casi imposible no usar la fuerza bruta. Joey entró haciendo mucho escándalo. Los hombres lo empujaron con brusquedad.

—¡Joey! —Yugi quería moverse hacia su amigo, pero Kiryu lo detuvo a tiempo negando con la cabeza para que no se metiera.

—¡Yugi, Yuma! ¡¿Están bien?! —vociferó el recién llegado. —¡Jaden! ¡¿Eres tú?! —Dirigió su voz hacia el castaño. Uno de los agentes lo recriminó diciéndole que tuviera respeto al estar frente al jefe.

—Creo que ya nos habíamos encontrado antes, Joseph Wheeler. En Kaiba Corp.

Fue que Joey entendió de quién se trataba, entonces sudó frío. Los guardias lo empujaron para quedar parado junto a los otros dos chicos, Joey les gritó que él podía ir solo y que no tenían por qué ser tan brutos.

—Ahora les diré lo que van a hacer. — Todos guardaron silencio, esperando la respuesta del magnate.

—Nada. —Se sorprendieron. Haou siguió hablando. —Ustedes son importantes para mí, una pieza clave para mis negocios, por lo que no puedo obligarlos a tener una tarea pesada, pero sí serán responsables de sobrevivir.  No se preocupen, al menos dos de ustedes regresarán a sus hogares. Solo hay una regla: obedecerme. Obedecer todo lo que yo ordene, hasta lo más ridículo, solo eso.

Kaito entró, se puso a un lado de los demás agentes.

Haou caminó frente a los cautivos.

—Este salón es bastante grande. No hay cámaras, ni tecnología, es como una armadura blindada, un punto ciego para mí. No hay ventanas, ni salidas, solo esa puerta, donde volveré a verlos si salen de aquí. —todos solo observaban—Aquí les llegaran los alimentos; hay sala, un billar, comedor, baño y habitaciones. Cada uno tendrá una escolta, pero ellos no están obligados a permanecer con ustedes, a menos que les ordene que lo hagan.

El magnate miró a sus empleados.

—Si algo les llega a pasar…bueno, no hay mucho que decir. —regresó sus palabras a los chicos. —Ustedes tienen suerte de no estar en Main Satisfaction, aunque no es del todo diferente, ya lo sabrán. —hizo una pausa contemplando a todos. Después les hizo una pregunta en tono sátiro.

—Creo que su Dios los ha abandonado, ustedes no hicieron nada y no los protegió ¿Qué clase de ser benevolente permite eso?

Yuri afiló la mirada, era similar a la pregunta que le hizo a él, la primera vez.

Yuma desvió la mirada al suelo muy abatido, Yugi frunció el ceño sin dejar de observarlo y Joey fue el único que le respondió altanero, como siempre era él.

—¡¿Dios?! ¡¿Qué clase de tipo triste eres tú, viejo?! —todos miraron al rubio deteniendo la respiración por la insolencia. Un guardia quiso replicar para hacerlo respetar, pero Haou solo le levantó la mano para que desistiera y lo dejara hablar.

—¿Triste?

—La vida es para que la vivamos nosotros, no Dios. No hay un sujeto que te diga que hacer, no hay nadie que escuche tus rezos, o decida tus caprichos ¿Acaso crees en un tipo sentado en un trono creando vida con la punta de su dedo índice? —Le mostró el dedo mencionado haciendo círculos en el aire—No. El Dios que mencionas existe, está en cada uno de nosotros, porque somos creadores de nuestro camino, con el pensamiento plasmamos, con acciones lo hacemos realidad y con voluntad podemos lograr lo que sea. Eres triste por creer que tu vida tiene un superman.

Todo quedó en silencio. Haou tenía la expresión totalmente atónita, los demás sirvientes se preparaban para ver la masacre del rubio en sus manos, pero eso nunca pasó.

En vez de eso, el magnate explotó en una risotada, al parecer eso les había dado más miedo que verlo taciturno; había sido aterrador por ser la primera vez que lo hacía.

—Entonces…¿Cómo explicas tú situación?

Joey sudaba frío, pero su personalidad retadora le impedía guardar silencio, y es que ya había tratado con un megalómano tipo que se creía dueño del mundo, es decir, su amado Kaiba.

—No es mi culpa, estoy viviendo con otros “Dioses” en este planeta y a veces las voluntades se cruzan, por lo que quizás el camino se deforma, pero al final sigue siendo una raíz de mi propio sendero. No puedes decir que has ganado, porque sabes, sigo respirando y gracias a eso, todavía tengo posibilidades.

Respuesta más cautivadora no había escuchado, había provocado que sus orbes dorados se iluminaran diabólicamente, pero no para destruir, más bien en fascinación. Volvió a sonreír con el rostro iluminado.

Seto Kaiba no se fijó en lo extraordinario que era el ser de Joseph Wheeler; lo había puesto de buen humor.

—Bien, ¿Alguien más quiere dar su opinión sobre el tema?

Nadie dijo nada.

—Entonces les daré asignación. —hizo una breve pausa—Kiryu, encárgate del Sr Muto, Kaito, tú de Yuma, y … —pensó bastante el asignado para Joey, había querido que Yuri se encargara para solo cuidarlo pero sus ojos estaban puestos en él debido a esa respuesta. —Yuri y Joey, a mi oficina.

Dicho esto salió muy animado.

Los amigos se encontraron, Joey abrazó a Yugi en euforia, y el pequeño le devolvió el gesto con la misma intensidad. También abrazó a Yuma, pero de forma rápida.

— ¡Viejo, que alegría verte, Yugi!

— ¡Lo mismo digo, pero no de esta forma, Joey! ¡Haou es aterrador!

— ¡Lo es! —dijo Yuma.

— ¡No se preocupen. Saldremos de esta! —alentó el rubio.

— ¡¿Pero cómo?! —cuestionó Yugi.

—No sé, Pero saldremos.

El vendedor y Yuma exhalaron. Joey siempre tenía en mente que se libraría de sus problemas, aunque no tuviera idea de cómo resolverlos o cómo empezar.

Yuri caminó hacia la salida, los agentes tomaron al rubio de los brazos y lo fueron llevando también.

—¡Oigan, ya les dije que sean amables! ¡Brutos!

—¡Joey! —no pudieron detenerlo.

—No te preocupes, Yugi. —le llamó Kiryu—Creo que estará bien. —el chico asintió.

—Solo espero que no se meta en más problemas.

 

Haou veía a Yusei en el taller mediante las cámaras, sin ánimo de hacer nada. El mecánico estaba sentado en un banquillo frente al auto, muy pensativo, pero no hacía nada.

En ese momento entraron los chicos que solicitó a su oficina.

Yuri hizo una reverencia, mientras que Joey se ponía serio.

—Sr, Wheeler, voy a cambiar los planes que tenía con usted. Era el asistente de Seto Kaiba, así es que no será muy diferente a los que está acostumbrado, solo que será para mí. Yuri le dirá lo que tiene que hacer. Es simple.

 

Taller Dorngerber.

 

—Parece ser que no tienes inspiración. —Un elegante chico de cabellos grisáceos claros, lacios hasta los hombros y grandes ojos azules, entró en el lugar con una motocicleta averiada. Parecía no importarle ensuciar su traje blanco.

Yusei solo lo observó.

—Si quieres salir de aquí, será mejor que le agrades a Yuki. Aunque escuché que tú eres especial para él. —el chico disimuló dar un vistazo a la cámara, después se concentró en el pelinegro.

Fudo no contestó.

—Ya recibimos órdenes de traerte los vehículos descompuestos, si no te apresuras, pronto no podrás con todo.

Yusei ladeo la cabeza, parecía no importarle; su actitud provocó que el otro chico suspirara cansado.

—Yusei Fudo, ya no te metas en líos. Aquí es obedecer o morir. Si lo exasperas, podría desmembrarte. Tal vez no te mate, pero tus partes no podrás recuperarlas, es obvio. Te tendrá como un muñeco loli, sin brazos ni piernas, acostado cada día en la cama dándole placer cada que lo desee y tú no podrás hacer absolutamente nada. ¿Quieres eso?

— ¿Quién eres tú? ¿Por qué me dices esto?

—Llamame Edo. Vengo con un mensaje para ti de “afuera”. Te recomiendo que verifiques a fondo esta motocicleta. —la dejó a un lado. —Pero será mejor que empieces con el auto, o podría sospechar antes que llegue Adrián.

El mecánico lo entendió, estaba ansioso, supo que el plan de Kaiba estaba comenzando, así es que tendría que esforzarse para liberar a sus amigos. Asintió con la cabeza.

—Escucha Yusei, tengo un mensaje muy importante para ti, nadie quiere poner a Haou al tanto, así es que sé discreto.

Se puso serio, Yusei lo imitó.

—Está vivo.

 

-----------------

Berlin.

 

Bar Axt.

 

Jack Atlas y Crow tomaban una cerveza, tenían dificultades con el idioma por lo que cada uno llevaba un diccionario, no  pudieron llegar muy lejos debido a ese inconveniente.

—¡¿Qué nadie sabe dónde vive Haou Yuki?! —gritó el rubio en idioma japonés sin preocupación alguna, desde su mesa. No estaba borracho todavía, solo que ya llevaban bastante tiempo perdidos en Berlin y comenzaba a desesperarse.

Los comensales peligrosos fueron los únicos que le prestaron atención, pero no entendían lo que decía, solo el nombre “prohibido”.

—Shh, Jack, no alteres así a todos y lo grites a los cuatro vientos, recuerda que ese tipo es peligroso.

—¡Ja, peligroso mis escenas de acción en las novelas!

—Ni siquiera pudiste moverte frente a él  la última vez.

—¡Ya te dije que estaba cansado, por eso no le pude responder, pero ya estoy mejor, Crow!

—Uff…de verdad que contigo no se puede Jack. —dio un sorbo a la espumosa bebida. —¡Esto está delicioso!

—¡¿Qué nadie conoce a Haou?! —pegó sobre la mesa y se puso de pie, por un momento todo mundo lo volteó a ver, incluso los meseros se detuvieron y hasta la música paró, pero continuaron como si nada pasados tres segundos, ignorándolo por completo.

—Ya Jack, paga las cervezas y vámonos. No me agrada que sigas haciendo eso cada vez que llegamos a un establecimiento. Regresemos a Japón.

—¡No sin mi Yusei!

—Otra vez ….uff, ya te dije que no es de tu propiedad, déjalo ya.

—¡Mi “damisela” está en peligro, en el castillo del dragón! ¿Cómo quieres que renuncie? Soy su salvador, su amado príncipe azul.

—Creo que la cerveza ya te está haciendo efecto. —mirándolo con los ojos entrecerrados.

Una hermosa mujer de cabellos largos y rubios se acercó, venía junto con otra bella señorita de cabellos largos plateados, y unos tristes ojos azules.

—¿Ustedes son los que buscan a Yuki? —la chica rubia parecía tener mucho carácter. Les habló en inglés, ya que era poca la población que se interesara por idioma japonés.

—Ah, sí, si—Respondió Crow en inglés, Jack solo se serenó.

—Están en el lugar equivocado. Las industrias Yubel se encuentran en Turingia.

—¡¿Turingia?!

—No tengo idea para que quieren a ese sujeto pero, yo les recomendaría que se regresen a su país, si es que aprecian su vida. —la rubia se retiró tomando de la mano a la hermosa peli plateada. Esta última parecía traumada, parecía muy temerosa de todo, sobre todo de hombres.

Ambos chicos quedaron expectantes.

—Ya oíste Jack. Regresemos.

Jack quedó estático, parecía que analizaba cada palabra dicha muy meticulosamente.

—Crow. —lo llamó con una seriedad absoluta.

—¿Sí, Jack? —una ceja le brincaba.

—¿Qué fue lo que dijo? No entendí ni una palabra.

Crow casi se cae de la silla.

 

-----------------

 

Erfurt.

Propiedades de Noah Kaiba.

 

Seto, Atem y Noah estaban conectados en red, cada uno con una computadora digitando diferentes códigos de programación. Algunos ingenieros, conocidos alemanes del egipcio, les ayudaban a tener acceso a diferentes enlaces. Todos tenían diademas telefónicas para mejor comunicación.

Era un sistema de espionaje profesional, ya habían puesto la matrix, donde estarían monitoreando toda la información que Reginland y Edo les mandaran, todo sería retroalimentado por Yusei.

—Estamos en conexión.

 

Cercanías de la mansión Dorngerber.

 

Reginland se había establecido bastante cerca de ahí, en la maleza del poco bosque. Estaba retirado, pero no lo suficiente como para no tener acceso a las emisiones de los infiltrados.

“’¿Escuchas, Octopus?

“Fuerte y claro señor” —Reginland contestó algo disgustado por el sobrenombre.

“Bien, ¿Qué tal el perdedor ese?” —Kaiba era muy elocuente.

White confirma que el pedido fue entregado, pero el perdedor no se ha reportado” —daban nombres en clave, a petición de los profesionales.

“No me sorprende”

“Dale tiempo, puede estar siendo observado” —suavizó Atem.

“Es tan desesperante”

 

 

Continuara….

 

Notas finales:

 

Y todo comienza a partir de aquí...

 

Otros personajes:

 

Chica Rubia

Chica Peli plateada


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).