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Cambio de Corazón por Yami Red eyes

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Notas del capitulo:

 

 

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No tiene precio <3<3<3<3

 

Gracias, muchas gracias a quienes inspiré para escribir de ellos, awww eternemente agradecida TWT

 

“Todos tenemos el poder de cambiar nuestro futuro”

                                                                                                Yusei Fudo, Yugioh 5ds

 

 

Capítulo 17.- Motivación.

 

 

¡Vivo!…

¡Mi Jaden!

¡Mi Jaden está vivo!

 

 

El cielo volvió a despejarse dentro de la cabeza del mecánico japonés. Jamás había estado más  agradecido por la vida que en ese preciso instante. Todo a su alrededor se iluminaba como si su visión sepia se tiñera de los colores vivos a los que pertenecía cada cosa; tan radiante, tan divino, cual visión de un niño pequeño que daba gracias por la vida.

Jaden estaba vivo.

Su fuerza regresó como la furia de un huracán, sus ojos se llenaron en finas lágrimas de júbilo y resplandeciente de esperanza; todo su cuerpo tembló debido a la euforia, debido a la felicidad, a las ganas reprimidas de gritarlo, de saltar y hacer un baile, de hacer un escándalo por la noticia; pero solo podía apretar los puños y comprimir su punto cenit de ventura mientras sus sentimientos profundos, brotados de sus ojos azules, mojaban el piso en forma de lágrima.

—¿Cómo está él?—susurró ansioso.

Edo no le respondió, se dio la vuelta y encaminó.

—¡Espera!

—No te confundas Yusei, no somos amigos. Ubícate primero.—Edo no podía hablar mucho, por precaución sería mejor que Haou o alguien más no los viera juntos por mucho tiempo, aunque , a decir verdad, le daba gusto la forma tan conmovedora como aquel extranjero había actuado al saber la noticia. Dibujó una tenue sonrisa al darle la espalda; ya le informarían lo que sucede desde afuera y seguro sus ganas de luchar crecerían.

 

Se fuerte, amigo…

 

El rostro del japonés tomó un gesto de determinación. Pase lo que pase, debía volver al lado de su amado Jaden. Era tiempo de tomar al toro por los cuernos, de corregir todos sus errores, de enfrentar. Se levantó dirigiéndose al auto y comenzó a revisarlo, dio un vistazo a la motocicleta tratando de no saltar a ella y destrozarla para encontrar lo que le habían enviado; puso a prueba toda su fuerza de voluntad para serenarse, ya que pronto tendría respuestas.

 

¡Jaden! ¡ Jaden! ¡está vivo! —era imposible, no podía disimular su ancha sonrisa de alegría y deseos de verlo nuevamente, casi no podía ser capaz de controlar sus finas lágrimas. El recuerdo, la imagen, cada detalle de su novio Jaden, volvía como un hermoso sueño hecho realidad en todos  sus pensamientos.

 

Ahora más que nunca, debía salirle todo bien.

 

 

Archivo de Industrias Yubel, Mansión Dorngerber.

 

—¡¿Qué….?!—el asombro de Joey fue grande. Aquella bóveda tenía miles de expedientes, más que en Kaiba Corp, eran grandes edificios de papeles por doquier; una acumulación atroz de días ,no, de años,  ¿cómo podía trabajar Haou de esa manera tan desordenada?

—Lindo ¿verdad? — Yuri ladeo la cabeza sin inmutarse— El antiguo asistente dejó las cosas así. Dicen que trabajaba muy bien.

—¿Pero a caso no se le ha complicado sus negocios? ¿Los bancos? ¿Los pedidos, las compras? ¡La administración!

—Mmh…Yuki lo ha hecho solo. Yo, por suerte, solo había pisado este lugar para poner los documentos en esas pilas.

—Tch, con razón tanto desorden. ¿Pero qué clase de empresario de telefonía tiene este caos?

—Juuu… Haou parece no tenerle importancia a ninguno de ellos. Su mente debe ser tan exacta y poderosa como para recordar tantas cosas y no cometer errores. —ironizó.

Joey escuchaba atentamente, al momento de que analizaba algunos documentos recientes— de los que no estaban archivados—, y entonces supo que eso que decía Yuri era exagerado.

—No. Haou no puede ser tan ágil como para retener tanta información él solo. Hay mucho más aquí; sobre todo de cuentas bancarias y clientes sospechosos. No, ni un súper hombre podría recordar tanto, su falta de errores debe ser resultado de alguna computadora central, de alguna matriz, alguien que le esté ayudando clandestinamente.

—¿Eso crees? Pfs, no tiene nada de personas en la administración, solo yo, y no he descubierto nada oculto. A parte de sus gustos excéntricos como ya lo sabes, pero no hay evidencia de eso. —suspiró—Me he metido a su computador central y solo tiene movimientos de su negocio de telefonía.

Joey afiló la mirada en los papeles que leía, se quedó de esa manera por largos minutos, eso solo aburrió más a su acompañante quien comenzaba a bostezar y limpiaba sus lagrimitas de sueño con sus dedos.

—Te dejaré que lo archives todo. Creo que te mantendrá ocupado por mucho tiempo. Fu, después te daré más trabajo de las empresas que maneja Yuki.

—Supongo que solo yo puedo hacer esto y que salga bien.

Ambos se miraron con dureza, parecía haberle insinuado que ni siquiera archivar podía hacer bien. No se conocían, pero viajaban en el mismo barco en un sendero sin rumbo y al parecer comenzarían su relación con el pie izquierdo.

—Viejo, no me veas así. Todo saldrá bien.

Yuri siguió serio, recordó las palabras del rubio dichas al magnate y creyó en él; aquella sinceridad y fortaleza lo había alentado.

—Déjame decirte algo, Joseph Wheeler. —Hizo una pausa— Yuki no da trabajo especial a cualquiera. Tú has llamado su atención muy profundamente y créeme, no te dejará tan fácilmente; controlará todo de ti, querrá todo de ti y seguramente te atormentará hasta que seas dócil.

La expresión del rubio era de duda, pero no le sorprendieron sus palabras, Kaiba era igual e imaginaba que todos los directores de las grandes empresas tenían ese factor común. Se quedó en silencio para que Yuri se explicara mejor.

—Desde que llegué no ha hecho más que presionarme. Debo admitir que los primero días no fueron nada fáciles, yo estaba entre su amor y desprecio. —contuvo un nudo en la garganta y dejó de verlo—Era traumante escucharlo fantasear con alguien más mientras me tomaba, pocas veces, pero de todas formas era molesto. — se le quebraba la voz —Yuya, Yuya siempre, Yuya esto, Yuya aquello, después fui solo “Yuya uno”; entendí por qué me llamaba así cuando por fin conocí a Yuya, él es igual a mí físicamente. Bueno, así me llamaba, para todo, incluso lo laboral. Yo trataba de ignorarlo, de que no me afectara, creo que lo logré y lo sobre llevaba. Hasta que una vez…

De repente su rostro se tornó inexpresivo, pensativo, sumergido en sus cavilaciones sin decir nada.

Joey lo contemplaba, sabía que interrumpirlo solo lo haría desistir de sus confesiones.

—Nunca le interesé, hay alguien más en su corazón, alguien peligroso, alguien a quien teme, creo que podría controlar a Yuki con un chasqueo de los dedos y hacerlo hacer zalamerías.

—¡¿Alguien?!

—Lo escuché la última vez que me tomó; él… no pronunció el nombre de mi reflejo Yuya, sus labios, sus caricias, su estremecimiento, todo su ser se conectaba a un solo llamado, a un solo nombre, alguien más, ajeno…—comenzó a temblar levemente—No me había hecho daño hasta ese día. A él le gusta mucho dejar horribles heridas en sus víctimas, dice que es arte, pero no lo había hecho conmigo, no…hasta ese día... —intentó serenarse, incluso le fue algo gracioso— Juuu, algo que dije le recordó a esa persona y comenzó a lastimarme brutalmente.

Joseph quedó estático, la voz de Yuri estaba quebrándose pero se notaba que hacía todo lo que podía para disimular.

—Pensé…pensé que iba a morir. —Yuri trató de recuperarse, controló sus temblores, se irguió más serio.—Jaden…ese… era el nombre que clamaba, el nombre que se le había escapado siendo siempre inexpresivo a la hora de hacerlo, pero… en ese momento parecía haberse envuelto en una locura, en una fiera sin control, todo al recordar a ese hombre. —afiló la mirada—Sentí que iba a asesinarme, sus manos apretaron mi cuello terriblemente y yo comenzaba a perder el conocimiento; bueno, no estaba tan mal la muerte—suspiró —Que se le iba  hacer, ese siempre fue el desenlace de este secuestro, y yo sabía que sucedería tarde o temprano; pero entonces Yuki se dio cuenta de su error y me dejó libre. Fue un cambio inesperado, confuso, pero sabes… es el mismo demonio encarnado, fue diabólico—tembló. Tomó aire y exhaló—A partir de entonces me llamó por mi nombre, Yuri, y no volvió a tocarme, hasta suavizó sus tratos conmigo. Pero la experiencia me dejó marcado, sobre todo por quién era esa persona que lo había cambiado así.  ¿Quién es ese Jaden?

Joey estaba anonadado, lo que había descubierto era simplemente repulsivo, o al menos estaba tratando de no llegar a la conclusión que aquel relato—a primera instancia—, le había hecho pensar. Jaden, su amigo Jaden era quien hacía todo en verdad, todo a través de su hermano. Era como hacer algo en el nombre de Dios, parecía que Yuki lo hacía en el nombre de su hermano. O eso era lo que pensó.  ¿Qué clase de mundo retorcido era en donde había caído?

Los minutos pasaron, las voces se habían esfumado y cada quién maquinaba sus propias conclusiones. Toda la parálisis volvió a fluir cuando Yuri regresó a hacer audible su voz.

—No sé quién sea, pero creo que algo muy personal se trae con Yuki y él le teme. Quien sea, debe ser más despiadado que el mismo Haou.

—¿Jaden? Ja, es todo lo contrario, viejo. Es amable, alegre, muy hiperactivo, y algo despistado.

 —¿Lo conoces?

—Es mi amigo y hermano de Haou.

—¡¿Su hermano?!

—Sí, y no creo que le tema a Jaden. —Joey recordó la figura y alegría con la que se comportaba día  a día el castaño  —Ojala hubiera sido cierto y pudiera haberlo hecho cambiar de opinión, si lo conocieras seguro pensarías que es inofensivo y torpe.

—¿Hubiera?

—Lamentablemente tuvo un accidente y nadie sabe de él.

Ambos compartieron un sentimiento de vacío, si ese chico estuviera, les gustaría ver ese encuentro épico donde podrían poner todas sus teorías a prueba.

—Pero sabes, seguro que si lo acusáramos de lo que hace su hermano, vendría corriendo hasta Alemania para darle un tremendo sermón, jeje, Ya me imagino la cara del “todo poderoso” escondiendo la cola de diablo. —dio un golpe al aire con el puño.

Yuri no podía despegar su vista en ese encantador rubio de ojos melados, a pesar de su situación, parecía no perder su chispa. Se le escapó una risilla traviesa que disimuló entre sus largos dedos.

—Eres agradable, Joseph Wheeler, pensé que no me llevaría bien contigo. —lo decía porque de cierta manera, él era el asistente de Haou Yuki y un nuevo “pretendiente” al mismo puesto, le daba celos. Sin embargo, ese rubio tenía un magnetismo único, que hacía quererlo con solo tratarlo una vez. —Voy a darte trabajos largos, eso podrá apartar algo los ojos de Yuki de ti. Aunque creo que lo que quiere de ti es burlarse de Seto Kaiba.

—¡¿Kaiba?! Vaya, Haou es más tonto de lo que pensé, a Kaiba no le importo.

Yuri bufó divertido, después se alejó de buen humor al escuchar a alguien que comentaba del magnate como si fuera su igual.

—No subestimes a Haou, él siempre sabe  lo que hace. —lo dijo de manera tranquila y natural, sin ánimos de pelear u ofender, con simpatía. —Te veré después.

Salió del lugar.

Joseph miró hacia la distancia donde se había ido el chico.

 

—Estúpido Kaiba, más te vale encontrar a Yugi rápido y te des cuenta que estoy aquí. —Negó varias veces con la cabeza.

 

Claro, como si se acordara de mí ese engreído, solo se preocupa por él mismo. Será mejor buscar una salida y sacar a todos por mi cuenta. —pensó algo cabizbajo.

 

 

Propiedades de Noah Kaiba.

 

 

Un estornudo había escapado de la nariz del CEO de Kaiba Corp, se limpió apropiadamente y continuó viendo el avance de monitoreo en las pantallas. Yusei ya había cogido las herramientas que le servirían para el espionaje y ahora solo las estaban sincronizando.

—Muy bien, tenemos nitidez aunque no la mejor posición. —Atem hacía unos ajustes en el computador.

Habían dado a Yusei una pequeña cámara parecida a un botón de camisa, era inalámbrico, todo vía satélite, así como tres intercomunicadores sencillos, y uno complejo, parecidos a un arete.

—Al menos podemos ver un poco de lo que hay dentro. —añadió Reginland.

—Con que no lo eche todo  a perder con su negligencia. —bufó Seto.

—Kaiba, es mejor que tengamos fe en él, es el único que ahora puede concretar la misión, deberías ser más gentil.

—A mí no me digas como debo calificar a alguien, Aknamnkanon. Ese chico ya nos ha dado bastantes problemas, ahora yo juzgaré los resultados que dé, muy severamente.

Nadie objetó, se concentraron en sus pantallas haciendo enlace con el audio esta vez, estaban listos para presenciar cualquier cosa. Era el momento de contra atacar y dependía mucho de la actuación de Yusei y de Edo.

—Vamos a empezar.

 

En la mansión Yusei seguía reparando la motocicleta, Adrián no se había aparecido todavía.

 

“¿Escuchas, dim-witted?” —El auricular era muy pequeño, apenas se podía escuchar la voz del interlocutor estando todo en silencio, el intercomunicador que había elegido Yusei era el complejo, lo había metido en su oído tratando de colocarlo de una forma en la que no pudiera salirse de el y atendiera el audio. El micrófono lo había sujetado del borde del cuello de su playera. Este era del tamaño de la cabeza de un alfiler.

­—Sí. —Respondió de manera moderada, ni siquiera le importó la forma tan grosera como lo había llamado. Primero había dado un vistazo rápido a su alrededor confirmando su soledad, y después respondió con naturalidad.

“Bien, escucha atentamente” —Kaiba sacó aire de sus pulmones antes de hablar—“Tienes tres intercomunicadores más, quiero que uno se lo des a Yuya, otro a Yugi y el ultimo se lo des a Joey”.

—¿Joey?

 

“Tenemos razones poderosas para deducir que también ha caído en las manos de Haou, y se encuentra en la mansión. Ahora no te lo puedo explicar pero escucha. No podrás hablar mucho con nosotros, a si es que te sugiero que no intentes contactarnos; nosotros escucharemos todo lo que pase y te daremos instrucciones. Dadas las circunstancias, es mejor que no te vean hablando solo”

 

Yusei puso toda su atención, ya le había dado más de 20 vueltas a una tuerca, quitándola y volviéndola a apretar, estaba enfocado en lo que le decían.

 

“No debe haber errores. Por ahora lo más importante es hacerles llegar los micrófonos a los demás, tu tarea será explicarles; ellos no llevan un dispositivo de audio como el tuyo”

 

Esta vez sí se preocupó el mecánico; con todo el itinerario que Haou le había obligado a hacer ¿en qué momento podría ir hacia ellos? Sin embargo, quejarse no era una opción a esas alturas; aunque se lo dijera a Kaiba, no podían hacer nada, tendría que encontrar alguna forma de hacérselos llegar a sus amigos cautivos; claro, primero encontrarlos.

 

“En el momento que todos estemos enlazados, y al detallar su posición, necesito que digan los objetos relevantes del lugar” —hizo una breve pausa—“Debes decirles que es imperativo que describan su entorno: una ventana, una puerta, una rendija, la posición de las cámaras, el personal, todo lo que vean sin que nadie escuche lo que dicen o decirlo sin que los entiendan. Así podremos armar un croquis de su posición y sabremos cómo operan, y que posibilidades tenemos para visualizar las rutas de escape. No tenemos un mapa, ni acceso al archivo, por eso es que primero necesitamos tener una idea de las instalaciones.”

 

—¿Edo? —la cuestión era clara. ¿Acaso él no podía explicarles como estaba todo en la mansión?

 

“Olvídate de él, tu concéntrate en lo que te digo. El debe seguir obedeciendo órdenes de su jefe para que no sospeche, estará apoyándonos por otra parte. Por ahora sólo puede ponerse en contacto con nosotros si las cosas van mal o necesitemos saber algo importante. Esto no se trata de una llamada de móvil casual, entre menos sospechosos nos veamos, tendremos más posibilidades de tener éxito y darle un golpe en los bajos a Yuki, que tanto le hace falta”

 

Todos parecían entender la magnitud de peligro que envolvía la misión, pero ninguno se apartaría del rescate. Sabían muy bien con quien se enfrentaban. Ya Edo les había dado un pequeño adelanto de lo que él sabía. Y solo les reveló que la mansión no contaba con mucho personal de seguridad significativo; tenía servidumbre a lo que refería la intendencia y cocina, pero no parecía ser un lugar impenetrable para nadie. Había dos guardias en la entrada y algunos más en puntos ciegos. Era todo lo que sabía. El nunca había recorrido toda la mansión debido a su trabajo, así es que no tenía mucha lucidez de lo que se encontraba en su interior, sin embargo en esa misión de rescate se arriesgaría para ser lo más útil posible.

Todo eso no era suficiente para resguardar todos los secretos que albergaba ese oprobioso lugar, ni la vida del propio empresario, pero nunca había pensado mucho en eso.

Eso los llevaba a preguntarse ¿Por qué sus enemigos no tuvieron las agallas de atacarlo en su mansión? Claro, no podían llegar y simplemente comenzar a disparar, cualquiera que supiera de la poca seguridad ya lo habría hecho, pero ¿Por qué no habían entrado para asesinarlo con anterioridad de estar conscientes de tal vulnerabilidad? Según Edo, nadie lo había intentado, o al menos no en su guardia.

Eso simplemente no le daba confianza a Kaiba ni a Atem, este último había sido el que sostenía esas preguntas ilógicas, maquinando que no era normal y que Haou debía tener un secreto meticuloso y peligroso como para ahuyentar a sus enemigos; así es que debían contar con ese “algo”. Kaiba no congeniaba muy bien con el egipcio, pero en cuanto a trabajo se trataba, podrían ser el mejor equipo.

Un piteo en la pantalla del computador hizo que los ojos amatistas del egipcio prestaran atención al nuevo mensaje que le había llegado.

Mientras tanto, Kaiba continuó hablándole a Yusei.

 

“Cuando tengamos la información reunida daré las próximas instrucciones. Solo espero no tener que recurrir a un plan B, pero de no haber otra alternativa, se debe hacer. Aun no te diré la escapatoria, mis refuerzos estarán en posición junto con otros del antiguo continente, el día del jaque. Hay tres opciones, dim-witted, pero contemos con que  todo salga bien con la primera opción. Haou no sabrá lo que lo golpeo”.

 

Aquellas palabras alentaban a Yusei, dibujó una pequeña sonrisa en su rostro y sus nervios parecían haberse relajado. Debían tener éxito.

 —¿Jaden? —el nombre de su amado les había hecho entender que necesitaba saber su paradero.

Kaiba inhaló y exhaló, mas no le habló del tema, los segundos en silencio estaban tensando nuevamente al mecánico, pero fue paciente esta vez.

Shark fue quien ahora tomó el micrófono.

 

“Así es, está vivo, pero no sabemos exactamente donde está. Solo que se encuentra en Alemania”

 

¡Alemania! —la sorpresa fue grande para el cautivo japonés, eso solo lo ponía en peligro. Alemania era la peor casualidad para su hallazgo, ese detalle ponía en otra perspectiva su mete.

 

¿Qué tal si le decía a Haou? Seguramente pondría a todo su personal a buscarlo inminentemente hasta por debajo de las piedras. ¿Y qué tal si Jaden acababa con el sufrimiento de sus amigos y los sacaba a todos hablando con su hermano? Podrían ahorrarse mucho esfuerzo, pero…¿Y si se equivocaba? ¿Qué pasaría si Haou negara todas sus calumnias y encerrara a todos en una mazmorra hasta que terminara la estadía de Jaden por Alemania? Pero al menos su amado estaría libre.

No, no era opción el ser egoísta, las probabilidades eran muy inciertas, 50 a 50 no era una estadística alentadora.

 

“Estamos buscándolo, no lo dejaremos de lado, no te preocupes, lo encontraremos. En cuanto sepamos de él, te notificaremos”

 

Se los encargo— rogó internamente sin inmutarse.

 

“Entonces hagamos que sea posible el paso A” —volvió a exclamar Kaiba— “Si necesitas algo, pero solo si es algo verdaderamente urgente, escucha bien dim-witted, que sea urgente, entonces  llámanos” —se hizo el silencio, parecía que ya había finalizado la conversación. Kaiba estaba muy serio, pero aun así hizo audible su voz por ultima vez—“Dim-witted,…que tengas éxito.”

 

Yusei no volvió a escuchar la voz del magnate de KC, entendió que ahora solo sería el micrófono quien los pusiera al tanto. Aunque habían sido palabras algo cortantes del magnate, podía entender que depositaba enteramente su confianza en él.

 

Muy bien Yusei, es momento de proteger nuestro futuro. —se dio ánimos y continuó con lo que se había quedado, aunque ya era casi hora de ir a cenar o pasear junto a Haou. En cualquier momento Adrián aparecería para notificarle.

 

 

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Yuya tenía miles de pensamientos en ese instante, miró por la ventana hacia la distancia, hacia la libertad. Recordaba las tantas ocasiones en que se paraba justamente en ese mismo sitio y anhelaba ser un ave para escapar de esa maldición, de esa terrible y tortuosa jaula de oro, pero ahora simplemente no podía “volar” sin Yuma.

Estaba impaciente por la llegada de Yuri, él había prometido que lo dejaría ver a Yuma ese día, sin embargo ya se había demorado bastante. No hubo rastros de él en toda la mañana, solo la mucama le había dejado su desayuno para volverlo a encerrar. Los platos vacíos sobre la mesa de noche indicaban el voraz apetito que había tenido, no podía permitirse perder fuerzas, no ahora.

La puerta se abrió, Yuya de inmediato dio el vistazo endureciendo sus facciones, mas sus pupilas se dilataron cuando noto la presencia del magnate.

Elegante, galante, con un aura demoniaca, superior a todo, casi podía percibir esos ojos dorados burlándose de él y la sonrisa ancha, con afilados dientes, escondidos detrás de esos rosados labios de indiferencia.

Sakaki ya estaba preparado mentalmente para lo que llegase.

—Mi joya perdida, no sabes cuánto te extrañé. Bienvenido.

 Yuya centró la mirada carmesí.

—¡¿Dónde está Yuma?! —no perdió un segundo.

—Otra vez él. —entró por completo cerrando la puerta tras de sí y cruzándose de brazos. —Sabes lo celoso que soy, ¿verdad Yuya?

Haou estaba de muy buen humor a pesar de la pronta pregunta, había tenido un encuentro muy grato con Wheeler y ahora su cuerpo temblaba con la sola presencia del joven aprendiz de mecánica. Se acercó tanto como para acariciarle el rostro y algunos traviesos cabellos, Yuya dejó que sus orbes brillaran por los amargos recuerdos que estos retenían, pero no se apartó, quizás era porque su piel ya estaba acostumbrada a los toques de Haou Yuki.

El magnate lo contempló entre dulzura y prepotencia, esta vez su sonrisa se dibujó perfectamente, dejándole en claro la burla por haberlo regresado.

—Sigues tan perfecto como siempre, Yuya, casi no puedo contenerme para firmar el reencuentro en tu lienzo. —Aspiró su aroma—Eres un gatito travieso, te gusta jugar a las escondidas, pero el juego ya terminó. La huida te costará cara, al menos ya estas junto a tu amo.

Una gotita de sudor resbaló por la frente del más joven, sin embargo no dejó su expresión endurecida, pese a que su cuerpo había reaccionado ante el rose piel a piel de aquel terrible hombre, sus objetivos eran firmes.

—Solo me interesa saber lo que hiciste con Yuma, después puedes hacer lo que te venga en gana. —respondió en tono agresivo.

Una ceja castaña se arqueó, soltó una elegante risilla; parecía que ese nuevo Yuya había madurado imponentemente, mordió su labio inferior preparándose para besarlo.

Lo tomó de la cintura pegándolo a su cuerpo,  Yuya solo se dejaba hacer; forzosamente tuvo que corresponder al hambriento beso del magnate; al beso de él, de su verdugo, de su pesadilla, del hombre poseedor de esa figura esplendida quien era Haou Yuki, lo hacía estremecerse. Pero las intervenciones esta vez no las sentía tan molestas, no como antes, la costumbre quizás, o quizás también lo había extrañado.

No, se reusaba a pensar eso, lo aborrecía, lo odiaba, lo deseaba…

Yuya hizo un esfuerzo sobre humano para apartarlo de él con sus manos, desvió su rostro para que no siguiera, ya que comenzaba a temerle a sus propias reacciones. No, ahora solo debía ser Yuma quien llenara sus pensamientos, solo Yuma y no el perfecto cuerpo del magnate frente a él.

La expresión de satisfacción no desapareció en el rostro del más alto, quería guiarlo hasta la cama para volver a realizar todas esas fantasías en su mente, volver a tocar y sentir a su “hermano”.

Lo recostó sin dejarlo de besar, mordió su cuello sin ningún cuidado, Yuya soltó un alarido, trataba de enfocar su mente en las sensaciones de placer y no del dolor, de ese agudo dolor de antaño. Sería mejor dejarse llevar y no protestar pues sabía lo que le esperaba si se resistía. Después las expertas manos del castaño se colaron por debajo de su playera hacia su pecho, rasguñando y jalando las heridas hasta aprisionar crudamente sus pezones.

Ardor, dolor, impotencia. El temor regresaba, los abusos excesivos; desesperación por alejarlo de él.

 

 

¡No de nuevo!—pensó, aunque estaba resignado a satisfacerlo, de lo contrario lo haría sufrir, y en esos momentos la fuerza en su cuerpo le era necesaria. Sobre todo cuando Yuri viniera.

 

 

Milagrosamente Haou no pudo continuar. Un agudo pitido— diferente a una llamada entrante de celular— lo había hecho detenerse al momento. Parecía importante, ya que fue de mucha importancia el atenderlo.

 

“Haou, mi amor, mi rey supremo, espero no interrumpir nada.”

“Habla”

“Bueno, te tengo noticias…”

 

El magnate miró a Yuya, se acomodó sus ropas y lo dejó agitado sobre la cama atentamente a la llamada.

Yuya exhaló aliviado, al menos se había salvado de eso esta vez.

 

 

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Como lo había ordenado, Yusei regresó a la oficina del magnate. No se encontraba, Yuri estaba en la silla del CEO mirándolo por las cámaras.

 

—El famoso Johan dos. Es todo un honor. —hizo mofa al verlo entrar. —Jeee, en verdad eres atractivo. Aunque es raro que Yuki se fije en eso.

—¡¿Yuya?!

El confundirlo había molestado al chico más joven.

—Veo que conoces a mi reflejo. Claro, él viajó contigo hasta acá.

Yusei entendió que se trataba de otra persona.

—¿Quién eres? —arrugó el entrecejo.

—Qué cara tan agria, ¿Por qué no eres como los demás niños? Todos se divierten en la lujuria del Salón S.

—¿Salón S?

—Oh, es verdad. Eres nuevo, no conoces todas las instalaciones de la mansión. Bueno, ni siquiera yo me se todas y eso que ya he recorrido parte de esta prisión, Johan.

—¿También estas aquí a la fuerza?

Yuri no podía lograr poner de malas a ese chico. Tenía cierto encanto en su apariencia, parecía tener mucho estilo, pero también parecía metido en sus asuntos.

Suspiró resignado.

—Si buscas a Yuki, está hablando por teléfono en el jardín trasero. —respondo con desdén.

Era todo lo que necesitaba saber, Yusei se retiró antes de seguir tratando con ese chiquillo tan insolente.

 

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Haou quedó pensativo después de colgar, su mirada se había centrado en un punto sin importancia. Estaba meditabundo, procesando la reciente información adquirida de su mejor fuente.

Suspiró. Todas sus facciones eran de melancolía, en el cielo apenas podía apreciarse la primera estrella de la noche. Al mirla parecía que estaba pidiéndole un deseo.

La imagen de su hermano sobre sus iris suavizó todo de él.

 

“Pide un deseo, Haou”—la voz infantil de Jaden resonó en su mente como eco.

“¿A la estrella?” —recordaba haberle respondido inocentemente. Jaden le sonrió.

Sí. Leí que el brillo de las estrellas es mágico, sobre todo de la primer estrella que aparece en el cielo”

“Oh,  eso no lo sabía”

“jeje Vamos, pidamos que nuestro amor dure para siempre” —le había guiñado un ojo, y en reacción Haou se sonrojó acelerando su corazón.

Ambos gemelos se tomaron de las manos y miraron aquel astro en el cielo.

“Nuestro amor….”

 

 

—Haou—llamó Yusei haciéndolo que sus recuerdos se esfumaran al virarse y mirarlo.

Para Yusei no fue difícil el encontrarlo, la silueta era de Jaden pero bastaba un vistazo a esos ojos para darse cuenta de la realidad.

El magnate lo contempló, Yusei parecía algo cambiado, lo notó en aquella determinación en su mirada; sonrió internamente intrigado por eso.

—Hoy tengo algo que hacer, Yusei, saldré contigo mañana. —caminó hacia él pasándolo de largo. —Te sugiero que comiences a empaparte con el idioma alemán. Mañana tendrás mucho trabajo con lo que te dejé, ya ansío nuestro encuentro con Katana.

No se giró para enfrentarlo, solo escuchó dándole la espalda. 9:30 pm era su límite para encontrar el famoso Salón S y encontrar a sus amigos. Con ese tiempo era suficiente.

 

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Hogar Anderson

 

Jaden miraba la belleza del cielo estrellado desde la azotea. Con todo lo que estaba ocurriendo en su vida su ánimo no era el mejor. Se sentía agotado, presionado, tanto física como emocionalmente, sobre todo de esa última. Tenía tanto que meditar, tantas preguntas sin resolver, tantos temores y angustias, sobre todo ansiedad.

Su hermano, Yusei y también Jesse, torturaban su mente, su corazón, no sabía que sentir por nadie. Es decir, amaba a Yusei, quería a Haou, pero no podía evitar sentir algo tierno por Jesse.

Repentinamente una manta suave cubrió su espalda, eso hizo que sus orbes se enfocaran en el responsable.

La tensión no pasó desapercibida por Johan, quien llegó hasta él para sonreírle y sentarse a un lado mirando el cielo también.

—Pronto se soltará el aire frío. Será mejor que te protejas. El frío en este lado del mundo es más intenso, y no quiero cuidar de dos enfermos.

El diseñador solo lo escuchó, su vista volvió al cielo. Johan lo contemplaba de reojo, era hermoso ciertamente, esplendido, Haou en otra versión.

—¿Estás triste?

Jaden exhaló.

—Confundido.

—¿Por Jesse?

—Por mi hermano. Al tenerlo frente a frente, ¿qué le diré?

Johan posó su mano sobre el hombro de chico, trataba de alentarlo.

—Haou se ha vuelto bastante difícil, pero creo que no hay nada imposible si crees en ti. Eres un Yuki y sé que, en cuanto estés frente a él, las palabras brotaran sin esfuerzo.

Era lo que necesitaba, esperaba que fuese cierto, mas no podía afirmar nada. Sacó el aire de su pecho; de todas maneras, y aunque tuviera miedo, nunca sabría los resultados de ese enfrentamiento si no lo realizaba. Jaden era simple en cuanto a su ideología: si no lo intenta, nunca sabrá si era posible. Y rendirse así no era su estilo.

—Johan, ¿podrías estar presente?

Esta vez se puso serio, miró hacia la distancia. —Tratare de apoyarte hasta en último momento, Jaden. Hasta el último momento

Ambos chicos siguieron contemplando el espectáculo nocturno del cielo, el frío se hacía más intenso pero parecía no importarles. No hasta que Johan estornudó con fuerza, eso había provocado que ambos rieran, ya que justamente él había advertido del frío y solo llevaba puesto su playera de cuero sin mangas.

—Toma—le ofreció algo de la manta para que se cubriera. Johan lo pensó mucho, se miraron a los ojos reflejándose cada uno en ellos.

Al final había accedido y sus cuerpos se acercaron bajo esa tela protectora.

Quizás para Jaden no había significado nada, sin embargo Johan no podía sentirse algo nervioso, aunque sus gestos en el exterior siempre fueran algo duros y serios. La calidez en Jaden era muy confortable. Le recordaba mucho a su amado Haou. 

—Espero que todo salga bien.

 

Tras la puerta que dirigía a la azotea, y bajo la penumbra de la noche; la figura en furia y ojos naranjas del otro chico en recuperación, fulminaba la escena en un aura sepulcral.

 

 

Continuara…

Notas finales:

 

Uy, que kamisama tan perversa soy...


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