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Cambio de Corazón por Yami Red eyes

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Notas del capitulo:

 

Hola, hola!!!

 

Síp, ya se que me tarde; es que no tenía todo completo y la semana pasada no hice nada, la vida real me consumió; así es que tenía AY abandonado xD

Pasaron dos cosas buenas: Fue mi cumpleaños!!!! así que salí mucho :B y la otra es que me ascendieron !!!!! Uijiiii, por lo que espero tener tiempo para actualizar; debo terminarlo, por eso tantas palabras aturdidoras a partir de este capi.

 

Dividí nuevamente este capítulo por la tardanza y para darles un respiro cuando lean "continuara", para que vayan por algun refrigerio y continuen con el 21.1 con calma jeje (Bueno, eso imagine).

 

2x1

 

 

“La victoria más dura es la victoria sobre uno mismo”

 

 

Capítulo 21.-Conquista

 

Parte dos

 

Así que todas las piezas estaban en su lugar; el tablero de ajedrez se movía, y como siempre, los peones hacían su primer movimiento.

Yugi parecía tener cierta conexión con Kiryu, eso podía notarlo tortuosamente el egipcio en cada trato, y Kiryu  parecía quererlo también. No solo por sus acciones entregadas hacia el vendedor,  si no que cada palabra que le dedicaba, la pronunciaba con tanta delicadeza y sentimiento que era fácil saber las intenciones de aquel desconocido para su amado japonés.

Era inevitable no sentir celos, ahora solo se había tranquilizado un poco para concentrarse en el plan, pero ciertamente cada minuto que escuchaba a Kiryu darle un cumplido al joven Muto, Atem simplemente se retorcía de ansiedad.

Suspiros, bromas entre ellos, risas cómplices; ni un día había pasado y ya sentía ganas de abortar la misión para entrar a la fuerza; Atem movía su pierna derecha precipitadamente mientras continuaba escuchando esa tortura.

Kaiba de vez en cuando miraba aquel sufrimiento, hacía mofa internamente puesto que nada lo complacía más que ver a su rival empresarial en problemas; sin embargo regresaba a concentrarse en su rubio quien lo tenía también preocupado, sobre todo por ser el asistente directo del enemigo. Mientras tanto Noah escuchaba a Yuya dictarle algo de su experiencia en la mansión y de lo poco que recordaba de las dimensiones de ella; al menos ya no se sentía tan solo en esa fría y aromática habitación. Porque las habitaciones donde Haou realizaba su “arte” normalmente estaban llenas de velas aromáticas y cuadros eclesiásticos.

La hora marcaba las 3:00 pm. Tiempo del entrenamiento de Yusei.

Kaiba, Atem y Noah prestaron atención a las pantallas:

Haou Yuki frente a frente contra un sereno Yusei del otro lado de la ancha habitación, ambos traían un atuendo cómodo de entrenamiento y estaban descalzos sobre la madera de aquel “dojo”.

La katana del magnate presumía un diseño gótico oscuro con oros blancos en el mango, un elegante grabado de plata en la base de la hoja que se leía “Precioso Tiempo, Días de gloria H + J” en alemán y un filo— en apariencia—, letal. La de Yusei era de un mango azul de diseño sencillo con una pequeña grabación en la base: “Hope”; también parecía de buen filo.

Los monitoristas no podían ver el rostro severo y centrado de Yusei, aquellos ojos azules bien podían estar emanando fuego de determinación en ese momento; ya que ese “entrenamiento” descabellado era peligroso. Su vida dependía de toda su destreza y de la suerte.

 

 

Jaden, protégeme.—era la única persona que le daba fuerzas, y aunque estaba temeroso, ocultó muy bien sus nervios.

 

 

Haou lo penetraba impasiblemente con la mirada, parecía asecharlo como una fiera a su presa con su sola presencia, y Yusei parecía responderle bien el reto del otro lado del salón, por lo que el castaño estaba complacido. La imagen de Johan frente a él regresó con tanta nitidez a su realidad que le fue imposible no sonreír visiblemente, mas Yusei pensó que se burlaba de él.

 

“Tch”—chasqueó los dientes, el pelinegro ya había tragado saliva varias veces.

 

“¿Estás listo, mi amor?” —se burló el empresario—“ Piensa que soy mi hermano.” —sus ojos parecían emanar un brillo pérfido.

 

Yusei esta vez se sintió perturbado, sobre todo por lo que había dicho.

 

“¿Por qué Jaden?”

 

Haou comenzó a levantar su katana lentamente para apuntarle con la afilada punta del objeto.

 

“Yo siempre me entero de todo, Yusei. Y sé cuáles eran los tratos que “me dabas”. Te saliste con la tuya y “me lastimaste", Yusei Fudo.” —Fudo se descolocó, ¿por qué hablaba así?—“Pero la venganza llega para todos tarde o temprano, Yusei. Así es que esta vez yo, Jaden Yuki, tomaré mis represalias”

 

Aquellas palabras intimidaron por completo todo el cuerpo del mecánico, sobre todo por los recuerdos que le llegaban como bombas de expansión a su cerebro; sobre las faltas al cuerpo de su amado, los regaños injustificados, gritos, restricciones, exageraciones y los celos; esos malditos celos que cegaron su juicio y que provocaron aquel golpe que desató todas sus desgracias.

 

“J-Jaden”

 

Haou estaba jugando con su mente, era tan fácil desarmar a sus víctimas, por eso analizaba sus reacciones y palabras. La imagen de Haou era exactamente a la de Jaden, su voz no tenía distinción con la del diseñador, e inclusive algunos ademanes. Así le fue más sencillo confundir los sentidos del mecánico y jugar con él.

 

“Me lastimaste, Yusei, te gustaba hacerlo…todo mi cuerpo es testigo de tus injurias, Yusei. Y yo seguía a tu lado. ¿Te sientes orgulloso? No me amabas.”  

 

Los ojos azules se aguaron, toda su frustración y culpa estaba cayendo de sus orbes como gotas saladas al piso; su cuerpo temblante apenas tenía fuerza para sostener el arma.

 

“!No sigas, Haou!” —ya no controlaba su llanto, agachó la cabeza. —“!No sigas!” —estaba desconsolado—“Pe-perdóname Jaden, no sabes lo arrepentido que estoy de lo que te he hecho. Eres mi vida, Jaden. No merezco, nunca merecí que me amaras… Solo soy una basura,…solo…solo soy un idiota.” —sus ojos se ocultaban tras su flequillo; pero sus lágrimas y voz quebrada eran notorias.

 

Haou se deleitó con esa imagen, lo contempló con pose soberbia; podía continuar con ese juego por más tiempo. Hacerle daño era tan sencillo, y sumado a lo que podría hacerle con la katana sería un evento exquisito, otras de sus formas de arte. Estaba listo para marcarlo, para saborear su sangre sobre el filo de su fiel katana, ya no podía esperar más. Dio un paso para culminar con las exigencias de sus fantasías, pero al intentar acercarse a él, extrañamente se contuvo; la imagen traslucida de su hermano Jaden estaba protegiendo a Yusei con ojos severos.

 

¡Jaden!… —sorprenderse era natural.

 

“!Jaden!” —el llanto de Yusei se agravió—“Yo, yo solo tengo un solo deseo en esta tierra; un solo sueño en mi conciencia, un solo propósito en la vida y ese es: es hacerte feliz.” —Volvió a mirarlo con dolor en su alma pero con determinación en sus iris, Haou se asombró por cómo había cambiado tan drásticamente.—“Solo eso, como sea, con lo que sea, con… con quien TU quieras. A lado de quien tú quieras, Jaden. Pero verte de nuevo que me sonríes, que vuelvas a ser aquel chico alegre del que me enamoré.”

Por primera vez Haou no sabía cómo actuar, el tema de su hermano era un arma de dos filos para él; porque también le dolía, también lo amaba y también deseaba verlo feliz. Yusei poseía todos esos recuerdos de alegría junto a su hermano, conocía sus penas también y sus gustos; los recuerdos que él no pudo nunca disfrutar junto a su familiar y ahora quería arrebatárselos a Yusei; el recuerdo, la memoria de su hermano estaba en Yusei, una parte de su hermano vivía en Yusei. Haou lo despreciaba pero por ese hecho lo quería también. Johan y Jaden en él. Por eso era que Yusei debía doblegarse ante sus deseos tarde o temprano.

Yuki pasó saliva por su garganta, contenía la incertidumbre y el amor por su hermano en sus respiraciones; por un momento pareció entristecer lastimosamente, o eso es lo que le pareció ver al mecánico quién no pasó esa parte desapercibida.

Sin embargo, de un tiempo a otro, Haou afiló la mirada y regresó su semblante serio.

 

“¿Quieres hacerme sonreír? !Entonces lucha por mí!” —Se lanzó al asecho, Yusei se había quedado petrificado pensando en eso último.

 

 

—¡IDIOTA! —la voz de Kaiba había resonado en su mente debido al micrófono, mas logró que reaccionara.

 

 

A milímetros de que el filo llegase a su pecho, Yusei pudo responderle por instinto con la protección de su katana azul. Gracias a Kaiba se había despertado de esa ilusión y salvado de quizás una muerte inminente.

Comenzaron a forcejear filo contra filo, la fuerza de Yuki era tremenda, y el mecánico puso todo de sí para no ceder, mas no fue suficiente, el castaño ya lo estaba derribando poco a poco hacia el suelo; Yusei casi tenía ambas hojas sobre su pecho; no se dio cuenta cuando el magnate estaba ya sobre de él; incluso podía sentir su rostro muy cerca del suyo.

A Yuki lo invadió la emoción, sus orbes parecían ansiosas; Yusei, por su parte, apretó los dientes poniendo toda su fuerza en la defensa. Haou parecía burlarse, hablaba en serio cuando le dijo que iría con todo, sin embargo los ojos dorados tristes de hace un momento volvieron a la mente del mecánico con fuerza, eso lo hizo hacerse una idea.

 

“Haou” —Fudo solo pudo mirarlo con un ojo debido al esfuerzo que estaba haciendo. Ya creía entender las reacciones de Haou, sobre todo cuando hablaban de Jaden—“Ahora entiendo algo de ti…”— siguió resistiéndose.

 

Yuki puso cara seria,  ese chico había captado su atención con aquellas palabras; mas no dejó de ejercer presión.

 

“Tú también…estas sufriendo” —finalizó. Eso le hizo a Haou detener un poco su fuerza debido a la curiosidad y extrañeza de lo que había dicho.

 

“Lo veo, lo sentí, me di cuenta en tu mirada, en tu confesión aquella vez cuando me tomabas; también lo amas, tanto como yo.” —Yusei sintió que ya no le costaba tanto trabajo retener su fuerza, de alguna manera había afectado al gemelo de su amado.—“Solo piénsalo. Las cosas que haces son reprobatorias; Jaden nunca las aceptaría y lo sabes. Aun así las haces. Sufres porque tienes a un enemigo al cual no puedes vencer: ese eres tú mismo, Haou Yuki.”

 

El empresario se levantó levemente y lo miró circunspecto, algo de eso ya le habían dicho, pero era absurdo.

Fudo esperaba expectante, siguió hablando.

 

“Haou, si continuas te arriesgas a que desaparezca tu alma. Necesitas estabilidad, necesitas ser salvado.”

 

“Yo no me estoy perdiendo.” —susurró. La conversación se le hacía muy familiar.

 

“Quisiera poder salvarte de ti, pero sé que no puedo. A estas alturas, la única persona capaz de salvarte, es tu hermano Jaden.”

 

Haou se tensó descomunalmente, nuevamente se había salido de balance como en aquella lejana discusión; no podía soportar que alguien más se metiera con la tranquilidad de su hermano, aunque este estuviese desaparecido. Levantó su katana, estaba fuera de sí, no pensaba correctamente, no toleraba, así es que la enterró contra Yusei.

Todo había sido tan rápido que ninguno de los testigos pudo advertir nada, ni respirar, todo se había paralizado viendo la imagen de Yuki levantarse y quedar frente al cuerpo del mecánico mirándolo hacia abajo con prepotencia.

La voz de Yusei no volvió a escucharse. El brillo demoniaco de Yuki los hizo temblar pues parecía estarlos viendo directo a la cámara.

 

“Walter está muerto, Johan. No metas a Jaden en esto.” —dijo de forma incoherente para los demás, después tomó su arma y se retiró.

 

—¡Dios! ¡Lo mató! —Noah estaba estupefacto. Todo se había quedado en tensión.

—¡No puede ser! —Kaiba  y Atem habían sostenido su respiración.

 

Yusei exhaló, la katana había sido incrustada a un centímetro de su rostro, justo hacia la madera del suelo, haciéndole una leve cortada en la mejilla la cual derramó algo de sangre.

Estaba bien, pero la muerte la había visto tan cerca que su cuerpo todavía estaba frío.

 

………………

 

Haou caminaba hacia su habitación, ese evento lo había hecho sentir frágil. Sonrió; Yusei era todo un caso, ya que iba a jugar con su mente, pero resultó que el mecánico le había volteado la jugada.

Todo por Jaden.

 

Ja,¿Salvarme?,...que tontería.

 

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Habitación de Haou

 

 

Yuya estaba muy pensativo acostado sobre la cama con las manos tras su nuca; al menos se había tranquilizado bastante, todo al ver que su querido Yuma estaba bien; que esta vez había esperanzas debido a las hazañas de sus amigos por sacarlos de ahí y de su reciente descubrimiento de cambio de corazón con Pohenix.

Aquellos hermosos y brillantes ojos azules que le recordaban a un cielo despejado; aquel infinito de sus azules orbes era sinónimo de libertad, como la infinidad del cielo del cual él siempre quiso ser parte. Donde Yuya siempre deseó volar hacia esa independencia, volar hacia un mundo lleno de sonrisas, volar a sus sueños, y ahora deseaba volar hacia aquel chico desconocido impulsado por su antiguo amor, Sawatari.

 

Edo…—había perdido la cuenta de todas las veces que había suspirado por él. Eso debido a que era “recomendación” de su difunto amado y no podía borrarse aquellos ojos azules de su cabeza.

 

De alguna forma creía en él, en su cariño por él, en el momento crucial que nunca tuvo acceso para demostrarle a Shingo lo mucho que lo amaba y que ahora se lo había transmitido a ese muchacho de cabellos pálidos indirectamente. Era como Sawatari, en el sentido de darle más esperanza para vivir.

Pero estaba confundido, no creía en ese despertar de emociones tan repentinas; a decir verdad le daba miedo, le daba miedo experimentar algo nuevo estando en esa situación en la que se encontraban todos. Porque la razón principal no era su confusión, si no lo que llegase a hacer Haou si se entera del nacimiento de ese nuevo romance en sus dominios; sobre todo (y más peligroso) porque dejó en claro que cualquiera que se le acercara, pasaría una pesadilla.

 

Sawatari se sacrificó por mí y ahora Edo hará lo mismo… todo por mí. —Dar la vida por el ser amado ¿Qué otra demostración de amor se puede esperar?

 

No quería que la historia se repitiera, esta vez haría lo imposible por ayudar, por ser útil; y si el sacrificio para que sean libres debía hacerlo alguno de sus amigos o Edo, esta vez se quedaría a su lado para hacerle frente a lo que sea. No huiría otra vez, no, aunque se lo pidieran de nuevo.

Unos golpes lo sacaron de sus pensamientos; se incorporó para darle la cara al visitante que tenía acceso a las llaves de su habitación.

Su sorpresa fue mayúscula cuando miró la figura de Yuki acercarse, este parecía tener sus pensamientos en otra parte. Quizás sus pasos solo lo llevaron a su habitación por costumbre.

Yuya tragó saliva, mas no despegó sus ojos carmesí endurecidos, atentos a cualquier cosa contra él. Vio que Haou encendía las velas aromáticas a su alrededor, de inmediato supo lo que quería. Así es que por unos minutos solo se contemplaron, hasta que el más alto comenzó a hablar.

 

“Te he tenido algo olvidado, mi joya perdida. Debes estar enojado conmigo por tenerte esperando”.

 

“¿Esperando? No digas tonterías”.

 

Haou bufó, después afiló la mirada.

 

“Desnúdate”.

 

Lo sabía, Yuya sabía que vendría a terminar con lo que se quedó la última vez antes de ser interrumpidos. Pero parecía que algo le había pasado al magnate puesto que en su rostro llevaba un sentimiento indescifrable; eso llamó la atención del chico de espectáculos, quién solo obedeció a su mandato.

El cuerpo pálido y dañado de Sakaki era todo un poema. Haou sonrió, esta vez anchamente al contemplarlo.

 

“Eres perfecto”.

 

Siempre se lo decía, Yuya no podía evitar sentirse asqueado, tanto del hombre frente a él como de su propio cuerpo.

 

“Ya sabes lo que tienes que hacer, mi joya. Aprovechemos el tiempo”.—se reclinó sobre su asiento y se puso cómodo esperando el “espectáculo”.

 

Yuya cerró los ojos en resignación, suspiró, después subió a la cama sentándose en la orilla para comenzar a tocarse él mismo mientras era observado.

El espectáculo que le traía sonrisas a Haou, solo era un aperitivo antes de que se le ocurriera tomarlo con salvajismo, de lacerarlo y humillarlo. No entendía por qué le gustaba ese sadismo a  Yuki, y al parecer solo era con él.

Como sea, debía ser fuerte, ahora más que nunca.

 

 

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*//

 

El reloj marcaba las 8:00 p.m., Yugi se acercó a la reja de entrada con su escolta. Aspiraba la libertad y poderse encontrar con Atem de nuevo, pero todavía había mucho que hacer; frunció el ceño, tomó toda su determinación y desde ese punto contempló la poderosa mansión para examinar cada detalle. Kiryu también le explicaba sobre algunas curiosidades del lugar y mencionó algunos sitios aun sin explorar.

 

“¿Por qué nunca te aventuraste en la mansión, Kiryu?" —era una buena pregunta.

 

El mencionado tuvo el impulso de sacar su botellita de whisky, todo lo relacionado con su jefe debía ser acompañado con licor, pero la mirada amatista se lo impidió.

 

“Walter Dorngerber era el dueño de todo esto antes que Yuki. El era su padrastro, pero era mucho más estricto que Yuki, aunque creo que menos desalmado.” —parecía tratar de revivir las escenas—“Antes de pertenecerle a Yuki, yo era un vulgar ladrón de las calles; tenía grandes problemas con los vicios ya que mi infancia y adolescencia no fueron muy gratas. Con padres desinteresados y viciosos, ¿qué te puedes esperar de los hijos? Robar y vivir de los demás, era la única vida que conocía. Cada día estaba de mal en peor, pero al menos podía llamar a esa autodestrucción “libertad”. Hasta que un mal día…

 

 

Se había metido en una bodega abandonada para inyectarse un estupefaciente, sustancia robada de uno de sus colegas en el arte de tomar lo ajeno. Así es que se estaba escondiendo.

Kiryu se sentía mejor después de pasar la sustancia a través de sus venas, ya se había acostumbrado a los efectos, por lo que poco a poco necesitaba más dosis, no le importaba si su cuerpo moría. Se estaba relajando, mirando las estrellas a través de una grieta en el techo pensando en su madre, en algunas escenas dulces con ella, en aquellas lejanas y escasas risas de su triste vida. Repentinamente una gran explosión muy cercana lo puso en alerta.

Miembros de dos mafias estaban peleando, al parecer estaban haciendo negocios sucios en la parte más adentrada de la bodega y no habían resultado bien. Kiryu se aterró al oír los gritos y disparos, así es que no se movió de su lugar, permaneció oculto tras una vieja maquinaria pesada.

Un orificio en la oxidada maquina donde estaba recargado le daba la posibilidad de mirar el horror. Entonces fue que lo vio: era un chico más joven que él, de cabellos azul turquesa y ojos naranja eléctricos; traía una katana que blandía indiscriminadamente apagando vidas aterrorizadas. Los ojos de Kiryu no podían estar más abiertos, incluso la droga había perdido su efecto debido al miedo y la presencia de muerte y olor a sangre de las manos de ese apuesto joven.

El chico ya había terminado con todos, ahora solo estaba parado en medio de sus víctimas manchando sus botas del vital rojo líquido en el suelo.

Kiryu trató de no gritar, pero al contenerse hizo ruido y entonces Johan se dio cuenta.

Lentamente fue acercándose a su escondite, todos los vellos de su cuerpo se erizaron por completo; Kiryu quedó aterrorizado con la sola idea de su muerte inhumana a manos de ese enfermo; este le sonreía insanamente con gestos de locura en su mirada, hasta que apartó su única defensa con sus manos y mucha facilidad.

Inmediatamente Kyosuke se puso de pie, inevitablemente estaba frente a frente contra esa bestia; si al menos debía morir, lo haría luchando.

“Oh” —pronunció Johan en sorna—“ ¡¿Quieres jugar, ratoncito?! Bueno, aquí viene el gato.”

Kyosuke fue apuntado por la katana contra su cuerpo desarmado, trató de no intimidarse; algún rasguño debía hacerle. Entonces, sin pensarlo más, se lanzó a manos desnudas contra su agresor.

Johan tenía todo el rostro envuelto en una burla sádica contra el pobre chico. Entonces, cuando quiso blandir su arma para acabarlo rápidamente, la mano firme de Haou Yuki lo había detenido.

Ambos chicos miraron al recién llegado, Kiryu también se detuvo, había algo raro en esos dos.

“Es suficiente, Johan. Volvamos a casa”

Kiryu fue testigo de cómo toda la personalidad mordida, todo lo pérfido del peli azul, era amansado inmediatamente con las sola presencia y palabras calmadas de aquel castaño de mirada sombría.

Haou lo examinó de pies a cabeza, su aspecto desaliñado, sucio y esquelético le dieron repulsión, pero aquellas acciones suicidas y su personalidad ruda, le indicaban que ese chico haría lo que fuera; solo faltaba un “amo” para reestablecer a ese perro de la calle.

“También tú puedes venir. Te daré una nueva vida llena de lujos y facilidades; siempre y cuando te apegues a las reglas del juego.”

Kiyu estaba sin palabras. Era una proposición tentadora, pero algo en ese jovencito no le daba confianza. Aun así la curiosidad lo invadió, y la esperanza de una nueva vida fácil lo alentaba. Además ¿Qué podría hacer aquel niño castaño en su contra?...

 

 

“La pesadilla para mi comenzó al tratar con los gustos bajos de ambos magnates. El Sr Dorngerber y Yuki pusieron a todas las mafias de rodillas. Siempre había algo que hacer, siempre a alguien a quien atormentar y su arma secreta era ese chico de cabellos azules. Pero el “padrino” nos tenía estrictamente prohibidos deambular por la mansión, nadie quería desobedecerlo por miedo a enfrentar a ese chico de ojos naranjas.”—mordió sus labios en ansiedad, necesitaba su licor—“ Esa costumbre perduró aun después de su muerte. Yuki no nos restringía nada pero nadie se iba a aventurar; sobre todo cuando mostró sus verdaderos colmillos y los recelos sobre ese chico peli-turquesa. Es terrible.”

Yugi prestó toda su atención, el relato lo hizo pensar mucho; la misma sensación que tuvo Kiryu al encontrarse con Haou la primera vez, no había sido solo efecto en él, sino que todos habían percibido ese “algo” terrorífico del castaño.

Kiryu sacó su botellita y le dio un leve sorbo.

 

“Antes todo esto estaba lleno de guardias, la seguridad era impenetrable; pero ahora míralo, esta impecable, solo resplandece de limpio sin rastros de algo retorcido en sus paredes, solo en apariencia. Si alguien ajeno se mete, ni nos damos cuenta. O eso es lo que yo creo. Solo me tocó ver movimiento cuando Yuya escapó.”

 

“¿Yuya?, ¡¿Yuya estuvo aquí?!”

 

El veterano afirmó en un cabeceo. “Una vez que ese chico de ojos naranjas se fue, y antes de todos ustedes; Yuya Sakaki era el juguete preferido de Yuki, sus deseos fueron descargados en él.”

 

“¡¿Se fue?!, ¿El chico que dices, murió?”

 

“No, solo se fue.”dio otro sorbo—“A su partida, Yuki fue más desalmado todavía, estaba lleno de ansiedad por él. Así es que mando a buscarlo por todas partes; no podía ir muy lejos de todas maneras, incluso él fue personalmente. Al parecer sabía hacia donde se dirigía. Pero en el transcurso encontró a Yuya y toda la búsqueda cesó. Creo que le era más interesante torturar a ese chico que volver a encontrarse con su antiguo amor. Su nombre era Johan Anderson.”

 

Atem puso especial atención en esa información, Yuya era una pieza importante sin duda. Quizás quien debía hacer el sacrificio— sin que Haou sospeche—, sería Sakaki o Yusei. Aunque si encontraran a ese chico Johan o a Jaden…aun había esperanzas. Sus hombres estaban merodeando la pista del chico que vieron en el mercado. Atem estaba 100% seguro que se trataba de Jaden; solo necesitaban coordenadas y especificaciones para ir al asecho y traerlo. Pero sus hombres no se habían reportado nuevamente con él. Eso ya era extraño, sería paciente por la información, aunque también los intercomunicadores estaban apagados.

Kiryu siguió hablando.

 

“Yuki siempre se entera de todo, pero esa vez algo falló. O quizás la información le llegó tarde; solo sé que a la partida de Yuya, a nosotros nos tocó ser torturados y marcados. Algunos no lo soportaron y murieron dolorosamente. Yo también sufrí ese castigo.” —escenas salvajes llegaron a su mente, prefería no pensar eso. Volvió a sorber de su botella—“Aun así, los sobrevivientes que le temen, también sienten una fuerte atracción sexual por él, es algo irónico.”

 

“¿Tú también?”

 

Kiryu volvió a beber. —“Lo estimo a mi manera. Estoy agradecido con él por haberme sacado de las calles; me dio comida, un techo, trabajo remunerado, objetivos cortos, pero a la vez,  un deseo enorme de morir. Todo al presenciar tanta infamia clandestina.” —miró al vendedor suavizando sus gestos y lo tomó de las manos—”Sabes, Yugi, estaba pensando acabar con mi vida no hace mucho tiempo, pero entonces…te conocí .”

Los ojos del más alto brillaban al hacer contacto con los de Yugi, este último tenía las mejillas encendidas, pero no se sentía emocionado.

 

“Kiryu…”

 

Atem aguantó, tragó saliva concentrándose en la información.

 

Yugi…—creía fielmente en el cariño que su vendedor le tenía. Ese hombre no podía ganarle la partida tan fácilmente, pero eso no dejó sus celos a un lado.

 

“Yugi” —continuó diciendo el peli plata—“Alguien como tú no debería estar en este lugar. Tú debes salir de aquí. Me gustas, Yugi”

 

Tanto Atem como el mencionado quedaron petrificados. Kiryu comenzaba a acercar su rostro con el pequeño tricolor, Yugi se puso nervioso y solo se hacía hacia atrás balbuceando impedimentos.

 

“Sufrí demasiado cuando Yuki te quitó tu primera vez.”

 

Atem esta vez se paró, golpeo la mesa y tiró todo lo que había en ella. Kaiba y los demás se alteraron.

 

—¿Qué te pasa Aknamka..

—¡Cállate! —siguió atento a la conversación. Kaiba no habló, parecía importante.

 

“Estoy orgulloso de ti por haberte superado a la violación, por haberte levantado después de eso. Yugi Muto, tu brillas con luz propia, y ese brillo me ha atraído hacia ti.”

Yugi estaba en un aspaviento perplejo, el mayor casi estaba sobre su cuerpo sintiendo su aliento sobre sus labios.

 

“Ki-Kiryu, yo..”

 

Al final no se contuvo y le dio un suave beso demostrándole todo lo que sentía.

Atem estaba descontrolado. Fue hasta el micrófono para hablar con Yusei y que impidiera ese contacto, pero Kaiba no lo dejó.

—Paciencia, Atem. Lo que sea debes esperar.

—¡No! ¡Suéltame, Kaiba! —estaban riñendo para que no tomara el micrófono.

 

Yugi bajó la vista después del ósculo.

 

“Kiryu…Tus sentimientos son bellos, pero tú sabes que amo a Atem.”

 

Los magnates dejaron de forcejear, eso era porque el egipcio había escuchado la confesión sincera de su gran amor.

 

“Lo amo, no sabes lo mucho que me hace sentir estar a su lado. Amo su mirada, su gallardía, su virtud, todo su misticismo y carácter. Es con el único que quiero estar, mi objetivo y mi libertad. Junto a él me siento libre, mucho más inmenso. Lo amo tanto que moriría por él.”

 

—Yugi…—las orbes amatistas del egipcio brillaron, su corazón bombeaba la sangre más vertiginoso, los suspiros también fueron parte del júbilo de su alma.

 

“Por eso es que...”

 

“Lo sé” —le interrumpió Kiryu—“Pero quiero demostrarte que también valgo la pena. Ese Atem es afortunado, y estoy seguro que comparte el mismo sentimiento que yo. Haremos lo que sea para que seas libre. Y cuando todo esto termine, tú elegirás”

 

Yugi serenó su rostro, para él no había dudas.

 

“Por ahora regresemos a la mansión, ya se hace tarde”

 

 

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Mansión Dorngerber.

 

Haou caminó con el teléfono en mano atendiendo una llamada; en ese instante se cruzó en el pasillo con Yuma y Kaito.

No les hizo caso y siguió hablando, pero Yuma se puso frente a él para que lo atendiera impidiéndole avanzar con los brazos extendidos. Sin embargo, el empresario no parecía interesado. Así es que siguió hablando en alemán frente a Yuma, ignorándolo por completo.

Kaito, quien estaba recargado sobre la pared con las manos cruzadas (más atrás del moreno), solo reía bajito.

—Háganlo así—fue lo último que dijo en alemán antes de colgar y proseguir su camino.

Yuma solo estorbaba su andar.

—¡Oye tú! —Tsukumo le habló fuerte e insolente. Haou alzó una ceja. —No creas que te has salido con la tuya.

El magnate le regaló una mirada mordaz. Intentó nuevamente avanzar pero Yuma se lo impidió bloqueándole el escape.

—Todos somos iguales. ¿Por qué tienes preferencias racistas?

Esta vez Kaito abrió grandes los ojos, Yuma se estaba metiendo en andadas peligrosas.

Haou nunca había visto sus gustos de ese modo. Su observación le pareció interesante aunque no tenía tiempo de meditarlo. Debía regresar con Yusei. Así es que lo tomó del brazo y lo jaló hacia él con facilidad.

Kaito tragó saliva.

El magnate obligó al chico a verlo a los ojos. Yuma comenzó a experimentar una frustración extraña ya que los rostros estaban demasiado cerca uno del otro, parecía que lo iba a besar fogosamente.

—Muchacho, debes dar gracias que no he terminado contigo, si no quieres morir, no te metas en mis cosas. —su voz sonaba áspera. Yuma se puso en estado de alerta.

Pero fue tarde, Yuki le dio una mordida a su mejilla súbitamente. Yuma solo gritó de dolor, sentía como si quisiera arrancarle esa parte de su rostro, no tardó en sentir la sangre recorrer su piel hacia su cuello; después Yuki lo dejó libre.

—¡Ahh! —tocarse la herida era doloroso.

—Kaito,—habló antipático—Parece ser que tiene deseos frustrados. Tómalo las veces que quieras. —siguió su camino con desdén sin agregar nada más.

El mencionado se acercó al joven de mechones rosas.

—Qué maneras de suicidio tienes tú. No sé si reír o compadecerme. —miró la herida, era muy profunda. —Esto va mal, tendré que llevarte con el médico. Casi te arranca la piel.

 

Habitación de Haou

 

Yuya trataba de recuperarse de la “expresión de amor” de la cual ya estaba acostumbrado. Estaba ahora boca abajo, desudo, sobre la elegante y mojada cama, cubriéndose su virilidad únicamente con la bríllate sábana de seda.

Había acabado con sus energías, Haou parecía ser más salvaje cada vez, y este reencuentro solo fue el inicio de atrocidades mayores sobre él en el futuro.

Su cuerpo estaba enrojecido por la sangre que todavía brotaba de sus nuevas heridas, algo de su piel se había quemado por la cera en su espalda haciendo la forma de un corazón; nuevas marcas de dientes, ahora sobre su cuello que había quedado intacto anteriormente y ahora se había convertido en un nuevo objetivo para aquel psicótico castaño.

Yuya solo miraba una parte del suelo con los ojos entre cerrados, luchando por no desvanecerse.

 

Todo sea por que no toque a los demás. —pensaba dándose ánimos. Sí se desahogaba con él, ya no le apetecería probar con otro cuerpo. Así es que debía soportar, debía dejarlo satisfecho.

 

“Jee, veo que Yuki y tú se divirtieron juntos”. —Yuri había entrado en la habitación airoso de ver a su reflejo sufrir.

 

Este no respondió.

 

“Bueno, espero que no se te hayan ido las ganas de seguir con la fiesta”. —sus dedos recorrieron delicadamente la piel lastimada, después apretó algunas nuevas heridas sangrantes deliberadamente. Yuya esta vez apretó los ojos y contuvo un alarido. —“Aun, no entiendo por qué tú le gustas más”. —se puso serio. —“Mmh, como sea, vístete. Quiero que vengas conmigo”.

 

“Pe-pero …

 

“No te preocupes por lo que dijo Yuki. No me pasará nada.”

 

Como pudo, Yuya se levantó para limpiarse un poco y vestirse. Lo hizo muy rápido por el temor de que Haou regresara por alguna razón. Así es que, por segunda vez en su estadía junto al magnate, alguien lo había sacado de su encierro retando las órdenes del jefe. Yuya no evitó sentirse nervioso, sobre todo cuando le vinieron los recuerdos con su antiguo amor, y a pesar de todo, le preocupaba la seguridad de Yuri.

Evadiendo algunos guardias, Yuri lo condujo hasta Special Satisfation; fueron cautelosos para no encontrarse con nadie.

Lo guio hacia una pared que era en realidad un pasadizo.

Noah puso todo su interés, de acuerdo a sus reportes, no había salidas en ese cuarto más que la entrada que ya habían cruzado.

 

“!Esto es…!”

 

El asombro era evidente. Era un cuarto húmedo, obscuro, con tres grandes ventilas, acondicionado con dos camas y un cuartito de no más de 1.50 mts de ancho y largo, donde había una coladera mal oliente. Al encender la luz se podía apreciar dos cuerpos con los ojos vendados, y atados de manos y piernas en el respaldo y tubos de sus respectivas áreas de descanso.

Yuya se horrorizó, la primera sensación de su cuerpo fue vomitar, pero tuvo que aguantarse las ganas. Ni siquiera Haou era tan cruel, o eso creía.

 

“Oh, qué fácil de impresionar eres, mi querido reflejo. Creo que antes ya se habían conocido en pantallas.” —rio elegante tapando sus labios levemente con la punta de sus largos dedos—“Yuya Sakaki… conoce a las otras dos personas a quienes les arruinaste la vida: Yuto de España  y Yugo de Irlanda. Jajaja”

 

Las rodillas de Yuya comenzaron temblar, ya no tuvo fuerza para mantenerse en pie y cayó a cuatro sobre el piso sin dejar de ver esa atrocidad. Esos chicos eran los que se parecían a él físicamente, como lo había dicho Yuri: “A quienes les arruinó sus sueños y apagó sus sonrisas”.

Los ojos carmesí comenzaron a derramar lágrimas de aflicción y sumo arrepentimiento, apretó los ojos, mientras tanto Yuri reía a carcajadas.

 

“¿Ves sus cuerpos maltratados, mi reflejo?” —levantó su rostro para obligarlo a verlos—“Conoce la desgracia de tu existencia”.

 

El mar de lágrimas y dolor que reflejaba el rostro del chico predilecto del empresario, no tenía palabras que lo describan; la impotencia, la culpa y la ira se mezclaron en un sentimiento amargo de venganza.

 

 

¡Por mi culpa! ¡Por mi culpa! —su mente se llenaba de remordimientos, pero más que nada un deseo mayúsculo de herir con creces a Haou Yuki, ese sentimiento perverso iba saliendo poco a poco desde lo más profundo de su lado oscuro.

 

 

La sonrisa de Yuri comenzó a desaparecer.

Los ojos carmesí de su similar centellaron en determinación e ira, lentamente se puso en pie erizándose todos sus cabellos e intimidando un poco a su homologo.

Yuya caminó lentamente hacia aquellos cuerpos y les quitó las vendas de los ojos.

 

“Yugo, Yuto, Yuri. No permitiré que esto continúe. Es momento de hacérselo pagar”.

 

Su determinación era aterradora.

 

“¿Ah sí? ¿Y cómo se supone que lo harás?” —preguntó Yuri algo nervioso.

 

“Yuri…”—se acercó para jalarlo de los cabellos y besarlo salvajemente. Yuri no esperaba ese movimiento por lo que su reacción fue demasiado tarde cuando sintió dolor en su labio que comenzaba a sangrar. Yuya sonrió saboreando algo del sabor metálico de la sangre.—“Del mismo modo que a él le gusta hacernos sufrir… Con su cuerpo.” —su voz áspera se dirigió hacia todos—“Todos saldremos, lo prometo, solo pido que me den tiempo y una oportunidad de seducirlo. Lo haré pagar por todas, y obtendré el control sobre de él. Creo conocerlo mejor que nadie aquí.”

 

Se irguió.

 

“Los liberaré y volveré a llenarlos de sonrisas.”

 

 

 

Continuara….

 

 

 

“El juego lo conozco, pero al jugador no.”

 

 

 

Capítulo 21.1.-Conquista

 

 

Haou

 

Pasó la primera semana.

 

 

La vida para el magnate no había cambiado mucho con la llegada de sus recientes tesoros. Trataba de darles “atención” a sus tres preciosos; sin descuidar sus negocios, y evitaba cruzarse con Yuma o con Yugi, a ellos los estaba dejando hacer y deshacer; solo que ellos no parecían muy interesados en los destrozos.

Yuma comenzaba a desesperarse de no lograr avanzar con sus planes de conquista con el magnate egocéntrico. Ya había hecho de todo: lo retaba, le hablaba duro, era agresivo, después cambió su tono de voz por algo más meloso, suave, poses sensuales; todo para llamar su atención exasperadamente, pero fue inútil. Haou ni siquiera lo miraba a la cara, simplemente lo pasaba de largo o le hacía daño ocasionalmente para que dejara de intentar, pero Yuma era muy terco.

Aquellos intentos infantiles le hacían gracia a Kaito, y en ocasiones no controlaba sus risotadas, a lo que Yuma siempre lo recriminaba. Esas acciones solo los acercaba más uno del otro —sin darse cuenta—, aunque pareciera que se llevaban mal. El interés de Kaito simplemente era por curiosidad de aquellas acciones incoherentes de Yuma, sobre todo por su persistencia, mas todo ese teatro se había armado debido a  que Haou le había dado en un punto sensible en la existencia del ex químico de mechones rosas: en su orgullo. Cuando se dio cuenta, Kaito comenzó a sentir otro tipo de atracción por el oji rojo con cada plan fallido y resurrección desde las cenizas.

Por otra parte, Yugi había hecho todo su trabajo exitosamente a consecuencia de toda la libertad adquirida, por lo que había logrado revelar un plano de la mansión más precisa y los posibles escapes. Haou solo lo miraba con deseo de pies a cabeza, pero no volvió a tocarlo.

Sin embargo, la suerte no parecía ser grupal para todo el equipo “Yusei”. La primera semana había sido una tortura para el mecánico a la hora del entrenamiento; eso debido a que Haou casi lo mata en varias ocasiones; pero ya había aprendido a defenderse de algunos ataques mortales. También el idioma comenzaba a comprenderlo, bajo esa presión, gracias a los teléfonos y los castigos lacerantes a su pequeña entrada; todo eso lo dejaba agotado hasta casi desfallecer, después tenía que aguantar el sexo con Haou.

Y Yuya, él comenzaba un juego que a su parecer era interesante, mas sabía lo que quería hacer ese chico de espectáculos.

La primera vez lo descolocó con ese tono seductor y atrevido, le encantó ese nuevo lado oscuro de Yuya, y lo divirtió de manera salvaje entendiéndose perfectamente en los pasos y giros que daban sus retorcidos deseos carnales. Sakaki se había vuelto agresivo en sus prácticas libidinosas, tarde o temprano copiaría su manera de “hacer arte” de Haou para lastimarlo; y sinceramente, dejaría de interesarle ese nuevo Sakaki.

 

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Las pantallas dejaban ver los códigos binarios, posteriormente la introducción del lenguaje “C” lo dejó acceder hasta la ventana emergente en el centro.

—Buenos días mi rey. ¿Cómo te ha ido con tu harem artístico?

—Experiencia constructiva, Oráculo. ¿Tienes algo?

—Mh, ¿Cuánto te costará, mi querido? —el silencio del castaño era intimidante, por lo que la chica no siguió insinuándose. —Ja, Algún día te tendré Haou.

El aludido bufó, después el silencio continuó por varios minutos provocando un escalofrío para la chica de ojos azules.

—Bueno, debo advertirte que ya tienen el mapa completo de la mansión. —se acomodó sus lentes—Están esperando a que tú te vayas, aunque sea una noche. Además de que Kaiba tiene rodeado el edificio con sus guardias provenientes de Japón.

—Ohm, Una guerra mundial. Que interesante.

—Lo saben, quieren evitarlo, se detienen por si ocurre un milagro.

—Ju, ¿Que podrían esperar?

—No sé, quizás esperan que te apiades de ellos y los dejes libres. O quizás…encontrar a tu desaparecido hermano.

Inmediatamente el semblante del castaño cambio de suspicaz a turbado. Disimuladamente se mordió el labio inferior.

—Como si él pudiese hacer algo que me haga cambiar de parecer. Que idiotas.

—¿Eso piensas? …Uhh, quizás deberías de analizarte más profundamente, mi amor. No creo que te conozcas ni un poco.

—No te pago para decir estupideces. Ya empiezas a tener ideas mediocres. Se lo que soy, como soy y lo que puedo hacer. —cambio de tema drásticamente—Dime sobre Yuya.

—Ya te lo dije, él piensa seducirte para sacar venganza de Yuri, Yugo y Yuto. Yuri sigue pensando que no sabes que los tiene en el pasadizo. Y por cierto, él sigue desobedeciéndote y va con Yuya cuando estas con Yusei.

—Mh…No esperaba menos de él. Quiero que se vuelva un desalmado.

—Claro, es tu hijo adoptivo. La tortura psicológica en él solo hace que odie más a Yuya. ¿Por qué no le dices que quieres que siga tus pasos y dejas de torturarlo con ese desprecio y comparación de su “hermanito”? —Haou volvió a ignorar la respuesta.

—Dime de Yusei.

—Bueno, él analiza a tu personal, sus rutinas y los huecos. Creo pueden salir por donde sea sin ser detectados a tiempo. Aun ignoran a todos los francotiradores, jaja, eres terrible Haou. Yusei esta avanzando mucho, parece motivado ¿verdad?, apuesto a que te estas enamorando de él.

—El tiene la cámara, creo que podría hacer un buen uso de ella.

—Tu puedes hacer de todo Haou. Y si no te obedecen, usa a Yubel.

—No menciones eso.

Rebeca rio elegante.

—Está bien, está bien, solo sería divertido ver como se retuercen con ella en sus venas.

—A veces eres desagradable. Sabes que debo cuidarlo mucho, es mío.

—Que sexy—susurro la mujer—Me encanta ponerte así de agresivo. Piénsalo, tú y yo podríamos dominar el mundo. Tu ambición insaciable, sin misericordia y yo usada por ti como tu arma maestra. Con nuestros hijos…¿No sería esplendido? Un mundo solo para nosotros, ¡Sería un nirvana!

—Háblame sobre Joey. —cambio de tema, siempre eludía esa conversación.

Oráculo suspiró. Simplemente ese chico era inalcanzable para todos. Dichosos aquellos que tenían una mínima mirada de interés de su parte.

Habló de mala gana.

—Ha sacado muchas cosas del pasado de esta mansión, también de Walter y algunos clientes de Industrias Yubel. El es el más completo debido a que se encuentra en el archivo. Ese chico es admirable, incluso lee los documentos que están en otras lenguas.

—Lo sé, es fascinante. Cuando yo dé el jaque, será un deleite el festejo.

—Bueno, eso ni dudarlo. Kaiba Corp y Pharaon’ Corp se unirán a tus dominios.

—He cambiado de opinión sobre Kaiba Corp. —se reclinó sobre su asiento mirando unos documentos de Industrias Yubel.

—¡¿Qué?! ¡Pero el plan era…!!

—Ya no me interesa apoderarme de esa corporación. Ya he sacado lo mejor de allí.

—¡Es ese rubio, ¿verdad?! —se puso colérica—¡Yo también soy rubia! ¡Y una experta en lo que a ti te interesa! ¡Tengo mejor utilidad que ese culo apestoso! ¡Además que soy virgen!

—Rebeca, —le habló calmado—eres una de las estrellas más brillantes en el cielo, eres especial para mí, muy importante; pero también…tu eres alguien que ni yo puedo alcanzar.

La chica se ruborizo, su corazón palpitó a velocidad máxima.

—Tú eres descrita en una sola palabra: Perfección. Por lo que no hay nada que pueda alterar tanta belleza. Lo sabes todo y puedes salir de todo. Eres mucho más de lo que se me está permitido aspirar y te respeto. 

—Haou…

—Estar conmigo solo te lastimará. Mi arte no se lleva con una diosa como tú.

Rebeca no dijo más, Haou solo se había sacado esa escusa tonta de su parte más sínica en su retorcida mente. Hubiera entendido mejor que le hubiera dicho que era debido a que es Gay o algo por el estilo, entonces ella no se sentiría tan ofendida.

Rebeca miró su escritorio lleno de papeles por todos lados, su rostro demostraba incredulidad, y coraje, pero también desquite bajo ese semblante calmado.

 

Qué lástima Haou; si me hubieras aceptado, quizás Jaden ya no sería un secreto para ti. —ironizó en su mente.

 

—Que lindas palabras, mi amor. Tú siempre serás mi Dios.

 

………………..

 

Las cosas estaban pasando de ese modo en la Mansión Dorngerber. Los chicos pensaban estar avanzando en su investigación y planes, pero Haou ya se había dado cuenta desde el primer día lo que estaban haciendo debido a que Rebeca lo puso al tanto. Ella era su mejor carta, su más fiable informante desde siempre, ella y Johan habían sido los únicos que lo llevaban un paso adelante por sobre todos los demás y nunca lo habían defraudado; bueno, nunca —al menos—, del lado de Oráculo.

 

Sin más, acorraló a los soldados de KC con subordinados de su calibre, estos solo esperaban órdenes para atacarlos, mientras esperaban pacientemente en sus escondites.  Cada salida tenía lista las emboscadas, y la decisión de dejarlos “explorar” era para que creyeran tener el control absoluto sobre cada decisión y acción que manejaban. Sabía la intención de cada uno, incluyendo de Yuma, las traiciones de Kaito, de Kiryu, de Edo, sobre todo de este último, quien tenía la osadía de haberse sobrepasado con su preciada “joya pérdida”; solo podía esperarle un final desastroso a manos del excéntrico magnate y su fanatismo por Jaden. Todo eso…cuando el teatro cayera.

Solo faltaba que Haou Yuki jalara el gatillo y entonces daría Jaque al juego.

 

 

Dos días después

 

Archivo 6:30 pm

 

Yuri y Joey platicaban amenamente. Todo lo que decía ese rubio le parecía interesante al más joven. Podía sentirse cómodo y confiado con aquel rubio de ojos melados.

Yuri reía elegantemente mientras lo escuchaba quejarse de algunas cosas de Kaiba comparándolas con Yuki. De vez en cuando preguntaba a Joey algunos aspectos empresariales, así podía descansar un momento de la frustración e investigaciones adicionales, que solo lo retrasaban en sus propios deberes administrativos.

Entonces la pesadilla de todos entró en ese instante.

Ambos silenciaron sus palabras al ver al magnate adentrarse.

 

“Yuri, afuera” —dijo sin alteraciones en su voz.

 

El aludido solo obedeció dejando solos al empresario alemán y a su nuevo asistente.

 

“Mh…El ángel rubio”

 

Joey se puso nervioso. Miró que Haou llevaba la ropa de Yusei en la mano.

 

—Ese maldito hirió mucho a Yusei en su entrenamiento. —masculló Kaiba. —Espero que no se atreva a ponerle alguna condición así a mi cachorro.

—De todas formas dejarlo desnudo en el piso se me hace un castigo repúgnate. —añadió el egipcio.

—Bueno, ahora podemos ver a Joey. —dictó Noah. Todos miraron la gran pantalla.

 

“!No me llames así!” —retó Joey—“!Para ti soy...soy el “Gran señor poderoso partidor de caras de riquillos si se me acercan, Joseph Wheeler”!”

 

Joey tragó saliva debido a la inesperada presencia del hermano de uno de sus mejores amigos. Haou sonrió divertido y se sentó en un cómodo asiento mientras observaba al rubio de pies a cabeza.

 

“Ha hecho un buen trabajo en poco tiempo, Sr Wheeler. Lo felicito. Ha comprendido el movimiento de la empresa tan rápido que mi asombro sobrepasa los límites”

 

Algo andaba mal, al menos esa mirada penétrate en su figura y el hecho de haber posicionado la ropa de Yusei de tal forma que se acomodara la cámara, le dejaba en claro su mal presentimiento.

 

“Merece un premio, Sr Wheeler”

 

Haou se levantó de su asiento, llevaba en la mano una pequeña jeringa con un extraño líquido rosa.

Al notarla, Joey dio un paso atrás por instinto, pero su cuerpo se preparaba para atacarlo.

 

“Gracias. Pero no quiero ningún premio. Solo hago mi deber”

 

La presencia del magnate acercándose lentamente lo hizo dudar, los ojos gélidos comenzaron a brillar lúgubres y avasallantes. Aquella figura demoniaca lo hizo retroceder y sudar frío.

 

“La recompensa llega para los seres que se esfuerzan por alcanzarla ¿No es así?” —había burla en su voz. —“Deberías estar orgulloso y dejarte consentir por el destino que has construido”

 

La respiración de Joey comenzó a distorsionarse, la arritmia en su corazón lo hizo perder los estribos. ¿Quién era ese sujeto frente a él que provocó esa reacción inexplicable en todo su sistema? Antes no se había sentido así, ¿Por qué tenía ese efecto?

 

“!Yo decido si tomo las oportunidades o no!” —la presión le hizo decir eso.

 

Haou se abalanzó hasta tomarlo fácilmente por los dorados cabellos. Sonrió a la cámara, a las ropas de Yusei y lo inmovilizó fácilmente.

 

“Yo siempre consigo lo que quiero, yo siempre gano, Sr Wheeler, MI Ángel rubio” —dicho esto último inyectó el líquido en el cuello del asistente. Joey solo contuvo un alarido.

 

—¡Maldición! —Kaiba se levantó en ese instante. Tiró todo lo que encontró a su paso y de inmediato tomó el micrófono para gritarle a Yusei que interviniera.

—¡Ve al archivo, dim-witted! ¡Ve al archivo! ¡Dim-witted! ¡Yuseiii!

 

Pero en el “dojo”, Yusei yacía inconsciente sobre la madera, totalmente desnudo y con golpes y heridas en todo su cuerpo resultado de la lucha con la katana.

—¡Maldición! —Kaiba estaba colérico. El video y el audio expuestos en las pantallas eran su mayor tortura.

 

Joey respiró excitado, su rostro estaba encendido y su lengua casi sale de su boca por intentar jadear.

 

El magnate alemán lo contempló entretenido, le daba gracia todas aquellas  reacciones, la sensibilidad, y jadeos, como un cachorro. Sacó una daga con incrustaciones de diamante, al instante jaló al asistente nuevamente del cabello para arrojarlo en un sillón del archivo. 

 

“!AH!” — Joey intentaba huir, pero sus sentidos eran confusos para él.

 

El castaño lamió la daga y sonrió como un maniaco, entonces el filo de la daga cortó la ropa y en el proceso dañó la blanca piel deliberadamente. Joey pudo darse cuenta de su realidad: estaba indefenso ante a ese tirano.

 

¡Kaiba, ayúdame! —su mente rogaba por su salvador.

 

“Que bello lienzo. Japón tiene gente realmente valiosa.”

 

—¡Tengo que entrar ahí! —Kaiba no podía más. Pero Atem y Noah lo detuvieron abrazando su cuerpo para que no pudiera irse.—¡Déjenme ir, inútiles! ¡No se metan en mis asuntos!

—¡Debemos de aguantar todo, Kaiba! O todo el proceso se habrá perdido. Esta podría ser la oportunidad para que escapen los demás.

—¡Pero Yusei está inconsciente! —Noah le recordó ese detalle.

—¡Entonces debemos tratar de despertarlo para dar la alerta!

—¡Maldición! —Kaiba gritó a todo pulmón.

 

Mientras tanto, Haou comenzaba a torturar a su asistente. Pasó la navaja haciendo caras felices sobre él, cada una con sus dientes respectivamente en esa boca sonriente. Los ojos de cada carita eran en forma de espiral, como si estuvieran locos. Posteriormente escribió en japonés carcajadas.

 

“!Ahhhhh!” —las heridas cada vez estaban siendo más profundas. Los ojos del empresario se perdieron en la demencia, en el elixir de ver el color rojo, el color que amaba su hermano, el color de Yuya y sus iris.

 

“!Así!”—se perdió en la locura.

 

Joey quería detenerlo con sus manos, pero el empresario golpeó su defensa  aplicando una fuerza descomunal que aturdió los brazos enteros del rubio y provocó graves moretones en esas partes dañadas.

Simplemente el gemelo seguio su expresión de arte: dibujó un árbol, la luna, empezó a dibujar figuras extrañas, navajas en todas direcciones, lágrimas, corazones; era un caos total, sin un tema en específico. Después dejó otro tipo de marcas con los diferentes filos de su navaja Suiza para agregar algunos detalles, posteriormente comenzó a lamer las heridas y dejar marcas de sus dientes.

Tprtuosos minutos que parecían enternidad.

Yuki fue hasta las ropas de Yusei y enfocó la cámara. Había traído una cinta con él; buscó una silla para sentar al rubio con brusquedad y amarrar sus brazos tras el respaldo. Joey comenzó a forcejear, a gritar, a llorar y maldecir, pero fue inútil; Haou estaba inspirado.

 

“¡Precioso!”

 

Los ojos estupefactos y paralizados de Seto Kaiba solo podían contemplar tan abrumadora crueldad. No pensaba, estaba impotente.

 

—Déjalo….!DEJALO! —comenzó a llorar—¡Ya Basta! ¡BASTA!

 

Era normal que Kaiba quisiera morir en ese instante y se desmoralizara de esa forma tan humillante; Atem y Noah lo comprendían muy bien, pero solo podían soportarlo. Noah trataba de despertar a Yusei llamándolo con insistencia.

 

“Construyes tu destino, ¿verdad, Sr Wheeler? ¿Qué tal si en vez de gritar comienzas a clamar mi nombre? Seré más benevolente si lo haces.”

 

Joey susurró algo que Haou no pudo entender, eso lo obligó a acercarse a los labios rosados del asistente para escucharlo.

Joey entre jadeos y lágrimas, volvió a repetirlo.

 

“Ni en tus sueños” —después le escupió.

 

Haou tenía su cara de póker, lo miró por varios minutos endureciendo sus gestos. Joey se estaba burlando de él, a pesar de estar pasándola muy mal, aún mantenía una sonrisa ancha en su rostro, eso provocó una gran ira inexorable.

Sin pensarlo más, le abrió las piernas y le introdujo en su ano el mango de la daga de una sola estocada.

 

“!AHHH!” —aquel grito había sido desgarrador.

 

—¡Joey! —la audiencia exclamó su nombre en coro con exaltación.

 

Haou no sonrió, pero por dentro estaba disfrutándolo, estana entusiasmado con él.

 

“Eres más un perro que ladra que un ángel” —habló con voz profunda y aprensiva—“Solo necesitas un amo que te entrene y jale tu cadena”.

 

Movió el objeto dentro de sus entrañas haciéndole círculos y desgarrando la piel. Así continuó por varios minutos hasta que lo reemplazó por su palpitante miembro de buen calibre.

 

“Vamos, esto me hace el ganador del juego. No es mi estilo festejar antes pero esta vez lo amerita.”

 

Lo inevitable pasó, Haou penetró el pequeño agujero del rubio vigorosamente con su miembro. Estaba muy concentrado en cada nervio electrificado de su goce; con el sonido armonioso de los gemidos impúdicos del rubio y las caricias cargadas con deseo y lujuria sobre el cuerpo inmovilizado del asistente, que no se percató que Joey aclamaba a Kaiba en su respiración, simplemente la mente del magnate había viajado hacia otro lugar, a uno muy lejano, a uno tan anhelado e imposible para él.

 

Un escape a lo que conocía como la felicidad.

 

Jaden…

 

La actividad continuó por largos minutos, tiempo el cual aspiraba aquel cuerpo y lo masturbaba con torpeza— ya que no quería hacerlo llegar tan rápido—, así pasó una hora; a ese castaño no se le acababa la potencia; el final llegó cuando Haou derramó su esperma en la mezcla de sangre dentro de las entrañas del ex asistente de KC sin soltar un gemido de satisfacción total.

Joey solo lloró todo ese tiempo, su mente estaba perdida por la droga y casi no podía pensar. Todo su cuerpo le ardía, tanto por dentro (debido al afrodisiaco) como por fuera por el daño. Se vino ensuciando la ropa del magnate, este solo sacó un pañuelo y retiró lo que pudo.

 

 

“Mh...vaya, siempre logro que se vengan; debe ser un talento.” —metió su miembro nuevamente bajo su ropa interior y se subió la cremallera del pantalón. —“Y así, mi “firma” te hace exclusivo de Industrias Yubel y Haou Yuki. Bienvenido a mi clan. Joseph Wheeler”

 

Salió dejándolo en esa incómoda posición, nuevamente empalmado y sin poderse satisfacer. Apagó la luz para torturarlo con sus pensamientos— si es que aun conservaba alguno que no fuera lujuria—, y con el dolor de su erecto miembro sin poder ser liberado.

Así, los sollozos inundaron el archivo.

 

 

Kaiba hizo una llamada telefónica.

—¿Qué vas a hacer, Kaiba? —Atem no podía creer lo rápido que se reponía de esa atrocidad. Incluso él comenzó a pensar en cómo habría sido la violación de su Yugi a manos de ese demonio.

—No podemos esperar más, hay que movilizarnos. —vio el croquis del lugar. —En cuanto Yusei se recupere, debe sacrificarse por todos. ¿Aun no han encontrado a Jaden?

Atem negó con la cabeza.

—Hay algo mal, me notificaron que todos los agentes que envié fueron asesinados misteriosamente. La autopsia indica brutalidad por un arma blanca, una navaja, o alguna espada.

—¡Que desesperante! ¡¿Ni siquiera eso puedes hacer bien, Aknamkanon?!

—Basta Kaiba, Yo también estoy preocupado. Hacemos lo posible.

—¡Quiero que hagan más que "lo posible"!

—!Entonces comencemos con el pan B!

—Yusei, ¿Me escuchas? —Noah pudo escuchar una leve queja.

 

“¿Qué….Qué me pasó?”

 

—Escucha idiota, —habló Kaiba alterado—Necesitamos que el plan B se ponga en marcha. Mañana sacaremos a todos.

 

“¡¿Mañana?!”

 

—Si. Yuki no se ha ido ni una sola vez de la mansión y al parecer no tiene intenciones de hacerlo. Así no podremos garantizar la seguridad de ninguno de los chicos. Hay que actuar, o podría pasarles algo peor. —contuvo sus lágrimas y controló su voz firme para que no se quebrara por lo que le había pasado a su amor.

 

“Pero…¿Cuál es el plan B?” —trató de ponerse de pie.

 

—Tú tendrás que seducirlo y entretenerlo para que logren salir. Coméntales a todos el plan y saldremos por unas ventilas de “Special Satisfaction” que nos reveló Yuya. Ya tengo gente que los escoltarán desde el punto de la salida.

 

“¿Seducirlo?”

 

—Sí, y llegar a cualquier extremo. Uno debe de quedarse. Necesitamos que lo retengas el mayor tiempo posible para que no se dé cuenta. Ya tenemos la ubicación exacta de cada guardia. Kiryu fue de mucha ayuda al revelar algunas rutinas.

 

“Está bien”

 

 

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Haou salió de la ducha; una gran toalla tapaba su virilidad mientras se secaba el cabello con otra más pequeña. Escuchó un piteo de su celular y acudió al llamado.

 

—Habla.

—Mañana, mi rey. Será mañana.

 

El castaño sonrió anchamente.

 

 

 

Continuara…

 

 

Notas finales:

 

Me quedé con las ganas de escribir detalles sobre Yuma, sobre Yuya, sobre la relación de Kiryu con Yugi...De Yusei no hace falta, o de Joey, pero los primeros mencionados si era para explayar más....de cualquier manera no había casi nada relevante. Estoy pensando hacerlas "OVAS" ligadas a la historia xD.

 

Me sorprendió mucho la pareja que quieren para Haou, he analizado a los personajes que quieren que quede con él y solo puedo imaginar escenarios catastróficos, pero siento que el final que le daré es lo más...¿que palabra usaré?...suave.

La idea de hacer varios finales tambien es buena, creo que sí lo haré.

De por si el capítulo 23 estará muy tenso.

 

Muchísimas gracias por sus bellos comentarios!!!

Muchísimas gracias por leer!!!

 

El siguiente capi, es el final de "Conquista" y después sigue la continuación del capítulo 19.

 


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