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Cambio de Corazón por Yami Red eyes

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Notas del capitulo:

 

Hola, hola.

 

No se cómo quedó este capi, no sé. Bueno es verdad que ya lo tenía planeado, por eso cada movimiento desde caps pasados, pero no sé que tal quedó. Lo iba a alrgar, pero mejor lo dejo para el siguiente.

Creo que hablan demasiado xD

 

Reiji es algo diferente aquí al de Arc v.

Muchísimas gracias por leer y comentar, amo cada uno de sus rews.

 

"La vida está llena de sorpesas, el mundo es muy pequeño"

 

 

Capítulo 28.- Agonía

 

 

—Voy a casarme con Jesse.

 

El dolor que se enfatizó en su pecho no pudo ser ocultado, su rostro se acongojó y las palabras alentadoras cesaron, Anderson abrió los ojos grandes quedando inmovilizado por varios minutos sosteniendo una imagen lacerante en la cabeza: Haou y Jesse juntos.

Lo sabía, entendía cuáles eran las intenciones del magnate con esa decisión; se casaría con su hermano para apartar de todo mal a Jaden y este fuera feliz a costa de su propia felicidad, era un gesto noble pero aun así dolía.

—¿Tanto amas a Jaden? —pronunció en un tono triste, a cambio recibió una afirmación inmediata con un asentimiento de cabeza por parte del empresario.

Johan adoptó una posición seria, después dio la vuelta para marcharse.

— Después de ese golpe que le diste para que perdiera el conocimiento, Jesse no ha despertado. Será mejor que vayas a verlo.

El silencio reinó, las frentes cabizbajas en los dos impidieron revelarse las pequeñas lágrimas que sus corazones ya no contuvieron. Para ellos habría terminado la posibilidad de vivir juntos, aunque Johan siempre cuidaría del bienestar de su familiar hasta la muerte, le esperaba la peor tortura al tener que soportar esa unión.

Salió sin más interrupciones.

 

……………..

 

Mansión Dornberger

 

 

Yusei despertó con la agonía de un agudo dolor en su pecho, estaba vendado y con una máscara de oxígeno puesta, si se movía mucho el dolor se magnificaba.

Lo último que recordaba era haber visto a su castaño amor agonizando en el suelo, él tratando de alcanzarlo con todas sus fuerzas, sonidos ahogados en sus oídos y siluetas borrosas, después nada, obscuridad y silencio.

—¡Agh! —tocó su pecho ligeramente con las punta de sus dedos, era una verdadero tormento, aunque nada comparable con el dolor de su impotencia.

Reconocía el lugar, era la mansión de Haou, estaba de nuevo en el cuarto que le había asignado; el terror regresó de golpe, se quitó la mascarilla aunque no debía y se levantó; la motivación por saber de Jaden era mucho más reacia que el propio sufrimiento, así que  soportó todo daño físico para llegar a la puerta. Casi se derrumba cuando salió de la habitación, lo mejor que pudo hacer había sido apoyarse en la pared.

 ¿Dónde estaría Jaden? Era obvio, algo lo llamaba hacia la habitación del gemelo.

No más de seis pasos hacia esa dirección, el sonido de una escandalosa tos había llamado su atención; aquel chico de cabellos turquesa quién le había dado una paliza se aproximaba ayudado también con el apoyo sobre la pared.

Johan al mirarlo trató de aparentar encontrarse en óptimas condiciones, por lo que caminó erguido y orgulloso hacia el adolorido mecánico, soportando su propio dolor y sudor frío por todo su rostro.

—Vaya, casi no la cuentas, celosito. Mírate, mi hermano de verdad iba a hacerte papilla.

—¿Hermano? Entonces tú eres el gemelo bueno.

Anderson bufó ligeramente. —Que simpático, nadie nunca me había llamado así, pero no te emociones, yo soy peor que Jesse.

El silencio de Yusei demostró su obvia molestia, esos dos hermanos parecían unos salvajes soberbios.

 —¿También intentarás quitarme a Jaden? —desafió serio.

Ambos hombres se enfrentaron con miradas duras, solo el silencio hacía presencia pesadamente en el pacillo provocando tensión, hasta que el resoplido pesado y voz irónica de  Anderson rompió el ambiente.

—Tú no tienes remedio, Yusei. ¿Hasta cuándo dejarás de hacerle daño a Jaden con tus estúpidos celos? He visto como lo trataste y lo mucho que te aguantó. Estuve ahí cuándo pasó todo, en Japón, observando su situación y conteniéndome para no molerte a golpes. No mereces el amor de  alguien tan devoto y ardiente como él, no mereces…

Cada palabra se incrustaba en el alma del mecánico como venenosos aguijones, lo peor era que tenía toda la razón sobre ellas, Yusei no era capaz de objetar nada ya que no tenía cara para desmentirlo. Escuchaba atento con la mirada baja y depresión en su rostro, mientras apretaba los puños entre melancolías y arrepentimientos.

—Lo sé…—interrumpió tajante capturando la atención del sicario—Sé que fui un descuidado, un egoísta, un estúpido. Sé lo que le he hecho, lo que sufrió mi amor y lo que ya no puedo borrar pero…—alzó la mirada demostrándole su determinación, su coraje y seguridad, con voz fuerte y firme—No puedo dejarlo, lo amo, lo amo con todo mi ser hasta el final de los tiempos, no puedo apartarme de él hasta dejárselo claro. He aprendido tanto de mis errores en mi estancia aquí, y he pagado mis peores pecados con creces, pero ahora sé lo que tengo que hacer, sé cuan equivocado estaba, hoy estoy seguro que no volverá a repetirse la historia si él me diera otra oportunidad.

Johan contempló esa fuerza proveniente del alma del pelinegro, eso lo reflejaban perfectamente sus brillantes ojos zafiro llenos de pasión. Lo que fuese que le hayan hecho funcionó, aunque no quería pensar mucho en eso puesto que sostenía en mente un posible motivo de haberlo encontrado en Alemania; estaba casi seguro que había sido debido a algún loco capricho de su amado Haou, y conociendo sus excentricidades y mente insana, debió haber tocado a Yusei de alguna forma imprudente y seguramente sexual; Yusei no era mal parecido después de todo, era el novio de su querido hermano, cruzar ese pensamiento lo molestaba aunque le daba curiosidad.

Después de unos minutos dibujó una leve sonrisa suspicaz.

—Sí, veo que ya eres otro, no me imagino que pudo haberte cambiado, pero creo que tuvo un buen efecto en ti. Me intriga cómo llegaste a Alemania y lo que has hecho, quisiera que … —una escandalosa tos acompañada de sangre volvió a atacar al sicario hasta doblarlo.

—¡¿Estas bien?! —Yusei se exaltó, pero Johan no respondía más que a su dolor, comenzaba a perder el conocimiento, todo se le nublaba sintiendo que no podía respirar. Pocos segundos después colapsó.

—¡Ey! —Yusei fue hasta él haciendo un gran esfuerzo.

 

 

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En algún lugar de Gera, Alemania

 

Cabaña en el bosque, Akaba.

 

El sabor que invadió su boca no sabía a nada a lo que alguna vez había probado, este sabor era nuevo, era apasionado, salvaje, pero con una pizca de dulzura.

 

Edo…—Yuya en su estado inconsciente se imaginaba a su amado devorando su boca.

 

Con esa visión en sus pensamientos fue que se dejó llevar; “Edo” le sonrió y de cierta manera lo reconfortó. Yuya se sentía tan alegre de nuevo, tan lleno de vida, así es que lo volvió a besar entre sus alucinaciones; sus ánimos iban en aumento, cuando de un momento a otro, Edo Pohenix iba tomando otra forma, ahora se transformaba en Sawatari Shingo quien le sonreía.

 

“Yuya” —suavemente Shingo acariciaba cada letra de su nombre con sus labios, después le regaló una ancha sincera sonrisa. —“Te amo, Yuya. No te rindas nunca, yo siempre estaré contigo…”

“!Shingo! ¡Shingo…!”—la figura se iba desvaneciendo. —“!No, no me dejes!” —sus manos desesperadamente trataron de retener la figura del ser amado que se desvanecía en el aire—“¡No me dejes!”

 

Algunas lágrimas recorrieron sus mejillas sobre esos ojos cerrados, anhelando por volver a ver al chico que le había regalado otra oportunidad de rehacer su vida y superar la casa de los horrores que era la Mansión Dornberger.

—Shingo…—susurró nostálgico, poco a poco sus sentidos regresaban a la realidad en cuanto ya no sintió el sabor que embargaba su boca. Sus ojos carmesí enfocaron la figura que estaba sobre de él.—¡Ahh! —se cubrió con las cobijas alejando al extraño de él con una patada. —¡¿Qué crees que estás haciendo, repugnante?!

Era un chico de unos 27 años, su cabello todo en punta, plateado, con dos mechones verdes en la parte delantera y ojos avellana muy claros, tez blanca; parecía ser un tipo muy atrevido y desvergonzado, quizás fanático de las carreras NASCAR, eso lo delataba su traje de corredor de autos y chaqueta blanca con azul marino en la parte del cuello, un poco en el medio corte de la espalda; vestía un pantalón color chedron en conjunto con unas botas altas del mismo color.

Yuya pensó verse unos años en el futuro, ese chico tenía un aire parecido a él o a cualquiera de los otros chicos homólogos; su sorpresa fue grande cuándo aquel hombre le habló en francés.

—Oh, disculpa mi atrevimiento, lindura, pero no pude evitar robarte un beso. —demostró una sonrisa fingida haciendo una reverencia para presentarse—Te pareces tanto a un amorcito que se me escapó en Francia que no pude resistirme; pienso que no soportó la intensidad de nuestro amor, ju, ju. ¿Qué tal si tú lo reemplazas? —intentó volver a acercarse asechadoramente.

Sakaki no había entendido ninguna palabra de lo que había dicho aquel muchacho, sudó frío pues algo en él le recordaba al magnate de Industias Yubel, sobre todo por esas ya conocidas intenciones bajas.

—No lo molestes, Zarc. —entró Akaba Reiji hablando en el mismo idioma, acomodándose sus lentes elegantemente—El ya tiene dueño.

—¡Ahh!, tú nunca me dejas divertir, primito. —bramó cruzándose de brazos.

—No compré a este chico para que tú jugaras con él, así es que respétalo.

—¿Y a los demás? —señaló hacia las otras camas dónde estaban Yugo y Yuto quienes también despertaban perezosamente, ajenos a lo que pasaba.

—En especial a ellos, no los toques.—volvió a acomodarse sus lentes sentándose en la cama junto al aprendiz de mecánica, tratando de no asustarlo más.

Yuya volvió a cubrirse con las cobijas, lo miró con severidad, dispuesto a enfrentar lo que sea que ese loco tratara de hacerle.

—No tengas miedo, no pretendo hacerte daño. —habló en japonés calmadamente—Este de aquí es mi primo, Zarc, ya tiene prohibido meterse contigo, pero te recomendaría que no te acerques a él; es un controlador y excéntrico, piensa en el dolor como forma de amor, también le gusta hacer espectáculos así es que ni siquiera lo mires.

—¿Ustedes son franceses?

—Nativos, así es.

—¿Por qué…por qué se prestan a participar en ese tipo de eventos clandestinos y humillantes? ¿Por qué venir de tan lejos solo para ser parte de esa aberración?—Yuya apretó las telas tan fuerte que sus manos temblaron— ¡La humanidad no puede estar así de sucia!

Akaba contemplo la impotencia del chico de espectáculos; después miró a su primo que estaba recargado en la pared sosteniendo un pensamiento en el vacío, seguramente pensando en ese “gatito” escurridizo que se le perdió de Francia y que se asemejaba a esas caras nuevas.

—No pierdas la fe en la humanidad. —regresó su vista a él—Hubo dos motivos por los cuales asistimos. —Se acomodó una bufanda roja que vestía—Uno fue para enmendar un fallo del cual me siento muy arrepentido, y el otro fue para complacer la última voluntad de un gran amigo y familiar.

Yuya no desapareció su semblante duro, le permitió hablar todo lo que quisiera.

—Tú rostro te traerá problemas, realmente me sorprendió en el escenario, espero no haberte sacado de un gran lío para meterte en algo peor, pero nunca pensé que te parecieras a una persona que mi primo idolatra insanamente. —miró a su primo nuevamente, ahora estaba fantaseando con los dos chicos de las camas—Zarc no lo sabe, pero yo supe lo que le pasó a Yuri.

Yuya abrió grandes los ojos.

—¿Yuri? ¿Él chico que asiste a Haou Yuki? —afortunadamente Zarc no entendía el idioma japonés, pero al escuchar ese nombre y el del magnate quiso poner todo su empeño en entender de lo que hablaban.

Reiji asintió con la cabeza—Así es. Yuri era el novio de mi primo y fue él quien te salvó de la subasta.

—¡¿Qué?!

—Ven conmigo y lo entenderás. —se levantó dirigiéndose a la salida, después le habló a su primo en francés

—Zarc, quiero que vayas por alimentos para estos chicos, deben estar hambrientos, te lo encargo, pero no les toques ni un pelo, ellos no son Yuri.—El familiar de Reiji puso mala cara, al final exhaló y se encogió de hombros con pesadez.

—Ash, ya qué. Como usted diga “su majestad” —reverenció sátiro y salió sin perder su sonrisa sarcástica.

Akaba le hizo una señal a Yuya para que lo siguiera, este no pudo con su curiosidad y abordó a los deseos de su comprador.

La casa era muy grande, una acogedora obra de arte con muebles de primera, el tenue perfume a madera recién cortada lo hizo pensar en la libertad, en una huida hacia los bosques desesperadamente, en la última vez que había visto a Sawatari.

Pausadamente se dirigieron hacia una habitación, Akaba se detuvo para mirar al chico confundido, no estaba seguro de cómo reaccionaría, mas ya estaban ahí sin marcha atrás.

Lentamente abrió la puerta, dentro había una oscuridad tenue debido a una pequeña lamparita de mesa que dejaba sentir un deje de aura sepia aterrador; el olor a medicina concentrada en el aire obligaba a taparse la nariz con la mano, y el calor era sofocante. Una figura se percibía recostada en la cama; Yuya recibió una indicación de Akaba Reiji para que se acercara y él la realizó dubitativo.

La figura entre las sábanas, conectado a sueros intravenosos, casi no pudo ser reconocible, hasta quedar muy cera…

—¡Edo! —el joven aprendiz de mecánica cayó abrazando fervientemente el cuerpo de su amado en aquellas condiciones.

—Yuya… —un susurro casi imperceptible de parte del peli-gris lo había llenado de incertidumbre.

—¡¿Qué fue…que fue lo que te pasó?! ¡Mi amor!—Edo estaba deplorable, irreconocible; su piel se había vuelto tan pálida como una hoja de papel, resaltando sus venas por todo su cuerpo de color gris. Inclusive sus ojos, eran ahora dos orbes perfectos de un centellante guinda amenazador.

—¡¿Qué te hizo ese mal nacido?! —el control sobre el llanto del chico más bajo era nulo, nada podía hacer para cambiar ese espantoso cuadro que representaba Edo Pohenix.

—Tranquilo Yuya…tranquilo. —Pohenix hizo lo mejor que pudo para hablar con claridad, mas parecía un chirrido inentendible. Tocó con exuberante dulzura el hermoso rostro de su querido japonés al momento que le sonreía gentilmente. El contacto había hecho que este último se frotara suavemente con la mano que lo mimaba.—Tenía tantos deseos de volver a verte.

—Edo…—lo llenó de besos en la mano y después hacia sus labios, su rostro, las lágrimas humedecieron toda la piel del desahuciado.

—No llores Yuya…

Akaba miraba la escena sin alteración, contempló el dolor y sufrimiento que esos dos compartían, sobre todo su primo, Edo Pohenix, quién no tenía mucha vida que compartir, pero no derramó lágrimas, se mordió el labio inferior por la desdicha de no poder hacer nada para ayudarlos.

—¿Por qué estás aquí? —cuestionó Yuya a su amado.

—Deja que yo te explique.—Reiji respondió fuertemente, volvió a acomodarse sus lentes y recobrar la compostura—Edo es otro de mis primos.

—¡Primo! —Sakaki quedó impresionado.

—Te contaré desde el inicio, y sobre Yuri. En Francia, nosotros tres, Zarc, Edo y yo, éramos muy unidos, nos conocíamos muy profundamente…

 

 

 

He oído que trabajar en Industrias Yubel garantiza tu situación económica con estándares colosales. Iré a ofrecer mis servicios como agente de Yuki.un emocionado Edo (el más joven de los tres) alzaba un puño al aire con la idea firme de un trabajo estable y glorioso.

Los tres primos estaban sentados en las escalerillas de un viejo local, vagabundeando bajo la ceja, aprovechando su sombra para refrescarse de aquel brutal verano.

Mi padre dice que nunca debo acercarme a Yuki. Dice que es peligroso. Reiji comentó lacónico, como si no fuera imperativo.

Pues yo he oído que Haou Yuki es una belleza salvaje que todos quieren poseer. Me da curiosidad conocerlo.Zarc entrelazó sus dedos tras su cabeza acomodándose un poco más sobre la escalerilla del local con la cortina de esta.Y es más joven que yo.

Ja, pero si tú ya tienes a Yuri. ¿No que habías encontrado a la persona de tu vida?Edo también se acomodó.

Jejerio divertidoes verdad lo que dices. Yuri es el hombre para mí, jamás lo podría dejar.

Reiji lo miró severamente.

No deberías de tratarlo tan mal entonces, Zarc. Yuri es huérfano, la casa dónde vive tiene muchos problemas y se ve que no lo quieren ahí. Sumándole a un novio sádico como tú, acabará convirtiéndose en un delincuente.

Nada de eso.Zarc se irguió de buen humor—No conoces el potencial de Yuri, es lo interesante de él; es fuerte, es adaptable, inteligente, perspicaz. Sé que me ama tanto como yo a él...

 

 

 

Yuya escuchaba atentamente, nada de lo que había dicho le parecía anormal. Akaba Reiji continuó.

—Yuri solo quería huir de él,  no creo que haya sentido afecto después de ser testigo de las manías de mi primo. Zarc trabajaba para la mafia francesa, solo como un mensajero pero se divertía con las crueldades que hacían algunos de sus colegas y Yuri estaba presente, junto a él por ser su novio. Yuri no conoce otro mundo más que ese.

—Yuri…—Yuya escuchó la voz del mencionado en su cabeza,  ahora recordaba la forma tan sarcástica y despechada con el que le había hablado aquella vez que por primera vez supo de la existencia de Yugo y Yuto.

 

 

“Yuya Sakaki…conoce a las otras dos personas a quienes les arruinaste la vida: Yugo de Irlanda y Yuto de España, jaja…”

“¿Ves sus cuerpos maltratados? Conoce la desgracia de tu existencia…”

 

 

—El día que desapareció, Yuri había recibido la información del nuevo paradero clandestino dónde Zarc lo vería esa noche, seguramente estaba muy distraído con eso para no darse cuenta que lo seguían. Al final solo yo supe que había caído en manos de Yuki. Mi padre me había dicho que era peligroso acercarme a él y se lo oculté a Zarc.

—¿Pero…cómo supiste que estaba con Yuki?

—Mi padre me lo dijo.

—Tu padre debe tener contactos con él…

—Mi padre…—Reiji afiló la mirada—es el manejador de la subasta de Satisfacción, Akaba Leo.

  —¡No puede ser! —Sakaki se impresionó de lo pequeño que es el mundo, más nada tenía sentido. —¿Pero cómo fue que te opusiste a tu propio padre? ¿Cómo es que Yuri me salvó? ¿Y Edo…

— Edo fue uno de los ingenuos que pensó que trabajar con Yuki les daría un mejor estilo de vida—continuó hablando— pero ya no pudo salir de ahí. Nunca me dijo que Yuri estaba en ese lugar. Ahora sé que era porque no podía hablar con él debido a que Yuri era el juguete favorito de Yuki por un tiempo, no podía acercarse a él, estaba encerrado.

Yuya sabía que eso era cierto, Yuri estuvo una temporada solo con ese demente y seguramente lo habría tratado del mismo modo que a él. Era imposible quebrantar los locos deseos de Haou. Apretó los puños sintiendo un inmenso coraje.

Akaba miró hacia el piso y apretó los dientes—¡Fui un cobarde! “¿Qué podía hacer yo?” pensaba, si enfrentar a Yuki era buscar una muerte en el peor de los términos inimaginables. No pude hacer nada por mi primo, ni por Yuri, solo callé y esperé. Sólo…solo me escondí…

—Reiji… —habló quedamente Edo—tú no tienes la culpa. —Yuya apretó más las manos de su amado persuadiéndolo a que no se esforzara.

—¡Perdóname Edo, debí ser más necio el día que decidiste trabajar con ese monstruo y fuiste a ese infierno! ¡Debí impedírtelo, mi padre ya me lo había dicho, lo sabía y aun así te dejé ir! —la voz se le quebraba—¡Debí enfrentar a mi padre para sacar a Yuri de las garras de ese enfermo! ¡También, no sabes cual arrepentido estoy de no haber defendido a Yuri de Zarc cuando lo atormentaba frente a nosotros! —apretó los ojos por la impotencia, la vergüenza que sentía de su patética existencia, puesto que Reiji era de esos típicos hijos de riquillos, mimados, inútiles y caprichosos que solo veían por su propio bienestar, hasta esconderse tras el apellido que le daba aires superiores, aunque sabía bien de tecnología. Pero al ver a Edo así, lo hizo cambiar por completo, ya no pudo ignorar más tiempo su realidad.

 

Perdóname Edo, perdóname Yuri…recordó al asistente del magnate dándole instrucciones…

 

“El está muy mal, Reiji. Edo puede morir, no sé lo que Yuki le ha hecho, no es parecido a nada de lo que haya visto antes, ni siquiera con…en Francia”Yuri estaba hablando por un comunicador especial desde un rincón de la mansión junto a Edo, quién había perdido el conocimiento por el terrible dolor.“Si Yuki lo encuentra, lo rematará”

“¿Qué pasará contigo, Yuri? Si me llevo a Edo y Yuki no encuentra el cadáver, te matará a ti”

Yuri sonrió, su voz no sonaba preocupada, lo que eran más, parecía divertirse.

“Yuki no me hará nada de lo que no haya conocido antes, no te preocupes, no se deshará de mi. De alguna manera, me quiere”

“Yuri…”Nunca había estado tan orgulloso y admirado de una persona en todo el mundo, y ese era Yuri, siempre fuerte, siempre adaptable. Reigi deseaba ser como él.“No sé, podrían descubrirnos”

“Escucha Reiji, por mi orden llevaré a Edo hacia el bosque para que lo arrojen a una fosa. Debes estar al pendiente. Me estaré comunicando con ustedes después. Solo ayúdame, por favor, no lo dejes morir, es tu primo…”

 

 

—Los doctores dijeron que se trataba de una enfermedad rara, había un compuesto destructivo en sus venas que lo estaba matando poco a poco y al final, ninguno pudo saber cuál sería la cura.

— ¡Era una sustancia ámbar, Yuki se la administró! —apresuró a decir Yuya.

—Lo que sea, lo está matando.

—¡Edo! —apretó más el agarre besando su mano.

—Yuri trató de salvarlo, y a ti también. — Akaba recuperó su compostura. Sakaki le puso atención nuevamente— Poco tiempo después, él volvió a llamarme para ayudarlo con un escape, tú escape Yuya, y el de los otros dos chicos también…todo a costas de su libertad, aunque dudo que quisiera regresar a Francia.

—Yuri hizo todo esto por mi…—susurró sorprendido—Ahora entiendo por qué me dijo que me necesitaba en la subasta para poder ayudarnos…él…él lo tenía planeado.

—Quizás…—Edo casi no podía hablar, sin embargo, lo que diría era algo que no podía callarse.

—¡Edo, no hables, no te esfuerces, mi amor! —pero el desahuciado no se detuvo, habló lo más fuerte y entendible que pudo.

—Sé que Yuri quería sacarte, pero lo conocemos, y sabemos que tiene sus mañas debido a Zarc.

—¿Qué quieres decir?

—Como Zarc lo dijo,—Reiji se cruzó de brazos y se recargó en la pared acomodándose los lentes—Yuri es muy inteligente, él sabía que yo llamaría a mi primo para pedirle ayuda con Edo…

Ahora Pohenix habló—Y sabe lo obsesionado que mi primo está con él…

—Entonces tu huida mataría dos pájaros de un tiro. —Reiji habló y  puso cara seria.

—Si te liberaba…

—Y si  Zarc te veía…

—Yuri estaría libre de él—concluyeron al unísono.

Yuya quedó pasmado, su salvador tenía dos caras, justo cuando pensó que Yuri sentía algo por él, resultaba que también lo usaría para ser carnada de ese tal Zarc. Recordó sus últimas palabras:

 

“No te preocupes por mí, soy más precavido que Sawatari y Phoenix…”

“…a diferencia de ellos, yo te odio profundamente.”

“No es por ti, es por alguien a quien respeto…”

 

 

—Yuri estaba motivado…—Yuya no lo sabía, pero esa era la manera de venganza de Yuri por arrastrarlo hacia el magnate solo por parecerse a él, y supo devolvérsela con otro loco obsesionado de la misma manera.

—Te llevaremos de vuelta a Japón, pero a partir de ese momento que toque tierras Niponas, tu libertad será tú responsabilidad. —concluyó Reiji.

Edo intentó hablar—Yo te cuidaré, Yuya…siempre estaré a tu lado.

Los amantes se besaron, Yuya quería confiar en esas palabras, pero el estado de Edo realmente le preocupaba más que ese Zarc.

—Sé que sí, mi amor, sé que sí.

 

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Mansión Dornberger

 

1:00 pm

 

 

Abrió sus ojos pesadamente hasta enfocarlos en el vistoso candelabro del techo. Estaba en cama nuevamente, miró a un lado de él hacia la ventana abierta, fue que notó al mecánico proveniente de Japón que contemplaba los inmensos jardines perdiéndose en sus pensamientos profundos. Sus cabellos oscuros se revolvían delicadamente con la suave brisa que se asomaba tímidamente y sus gestos parecían haberse forjado como figura de porcelana en la nostalgia. Yusei realmente era atractivo.  

—¿Yusei?

—No hables, debes descansar. —no lo miró por varios minutos, solo permaneció en silencio. Johan lo observó ese tiempo antes de enfocar su vista nuevamente en el candelabro sobre él.

—No eres una mala persona después de todo, Yusei, debo admitirlo.

—¿Cómo…? —Interrumpió tajante— ¿Cómo es que estas vivo después de haber recibido una herida tan profunda como la que tiene tu pecho?

—¿Me viste?

—Necesitaba reanimarte, te di respiración boca a boca y descubrí tu pecho para hacer la compresión. Es una herida grave, quería que despertaras antes de decirle a Haou.

—Así que preferiste salvar la vida de un extraño antes de buscar a Jaden. Pfs, sí que eres extraño.

—No, solo soy humano. —se acercó a él. —¿Qué es lo que los hace resistentes?

—¿A qué te refieres?

Yusei quedó meditabundo un corto tiempo, recordó la regeneración del dedo del magnate en su práctica.

—Haou,… yo corté el dedo de Haou y regresó a la normalidad de manera extraordinaria. ¿Cómo lo hizo? ¿Acaso no es humano? —concentró su mirada en las expresiones del Anderson, este le regresó una mirada algo admirada, por lo visto Haou había hecho muchas cosas con él en su ausencia.

Yusei continuó hablando—Miré cómo tu herida se está regenerando igual a él, no con esa velocidad que Haou demostró, pero sí más rápido que un humano normal. No encuentro una explicación coherente.

El sicario analizó el interés del pelinegro, después resopló en fastidio.

—Supongo que no está de más revelártelo; después de todo tendrás que enfrentarte al estado de Jaden.

—¿Estado de Jaden?

Johan recopiló todos sus amargos recuerdos en un largo silencio, Yusei solo esperó hasta que por fin el desconocido comenzó su explicación.

—Se llama Yubel.

—¿Yubel? —replicó intrigado.

—Es el nombre de un experimento que el padrastro de Haou administró sobre mi hermano y a mi. —pausó —Se trata de una sustancia letal que solo pueden asimilar los gemelos. Walter, el padrastro de Haou, jugó con todos nosotros para crear sicarios poderosos que lo protegieran fielmente y hagan el trabajo sucio. Pero nunca contempló que tener poder tiene sus desventajas, tanto para él como para nosotros. —a pesar del dolor por los recuerdos, Johan se encontraba relajado en el exterior, habían aprendido a tener un corazón duro ante las circunstancias, siempre y cuando no se tratase de las personas que le importaban o algo que alterase a Yubel— La sustancia reacciona de manera violenta en la persona que la posea, entonces pierdes lo que te hace humano.

—¡¿Pero cómo es que Jaden?!

—Haou le administró la dosis para salvar su vida. ¿Recuerdas que estaba ensangrentado? Por suerte no murió, todo fue gracias al experimento. Haou cargaba con dosis del experimento, siempre lo hace por si tiene motivos para castigar de manera “especial” a sus enemigos ya que hijos “únicos” no pueden contener la mezcla en su sangre, administrarla en ellos mata las células lenta y dolorosamente. — tomó aire con dificultad—Pero en este caso usó a Yubel para salvar a su hermano gemelo. La sustancia en la genética de los gemelos acelera el proceso de regeneración de las células para mantener al huésped intacto. Walter la desarrolló para que la muerte fuera un chiste del cual podamos reírnos pero…Si el tratamiento no se completa, aunque tengas genética compartida, Yubel puede acabar parcialmente con los tejidos en vez de fortalecerlos.

—Oh no.

—El proceso es muy doloroso, el cuerpo del huésped es obligado a acelerar un desarrollo de transmutación celular constante, por ello nuestra percepción de la realidad se hace confusa ya que tratamos desesperadamente de estabilizar el organismo, eso provoca que no pensemos claramente, nos volvemos violentos guiados por nuestros impulsos primordiales. —Miró nuevamente al candelabro—Yo fui el mejor conejillo de indias de Walter, logré asimilar a Yubel, pero no lo hubiera logrado si no hubiera tenido una “intervención” para controlarme.

Sus palabras cesaron, todos los recuerdos maravillosos con el magnate se expandieron por todos sus sentidos provocando que sonriera levemente al volver a revivirlos.

—Haou salvó mi cordura. —continuó— Mi estado solo pudo domarse debido a sus tratos y cuidados, aunque la violencia permaneció en mí por culpa del estilo de vida en que viví. Así es que solo pierdo el control cuándo algo violento me excita. Puede decirse que mi estado es completo. Gracias a él puedo tener mi vida nuevamente en mis manos. —clavó sus ojos naranjas en los azules confundidos. —Haou también pasó por esa tortura.

Los ojos azules se ensancharon.

—Pero fue diferente. No necesitó de nadie que lo estabilizara, o eso se pensaba. Era el favorito de Walter y todo lo hacía irreprochablemente, hasta que Walter descubrió que no era debido a su fuerza de voluntad interior que asimiló rápidamente a Yubel, sino que Haou ocultó muy bien el hecho de ser salvado por el recuerdo de su hermano, a quién odiaba mencionar para no mancharlo. Todo depende de qué tengas en la cabeza para hacer reaccionar a Yubel. Yo era un perro faldero que obedecía y cuidaba fielmente a mi amo Haou, y era feliz asesinando para él,  hasta que fue Yuki quien se comenzó a perder al contaminarse de tanta inmundicia.

El cuerpo del mecánico quedó pasmado, toda esa información lo había hecho tener otro panorama de las cosas que vivió con el magnate, ya se explicaba muchas reacciones y locuras del castaño.

—¿Ahora entiendes por qué mi hermano trató de matarte? —llamó de nuevo su atención— El solo estaba siendo dominado por sus deseos internos en conjunto con la agresividad que aprendió desde que caímos en manos de Walter, era su forma de “liberarse” protegiendo lo que su psiquis considera “vivir estable”.  Mi hermano Jesse también necesita estabilidad y creyó encontrarla en Jaden.

Johan se tocó un poco su adolorido pecho al incorporarse un poco.

—No sé cómo reaccionará Jaden, pero estoy seguro que no será agradable. — Se armó un breve silencio.

El pensarlo simplemente entristeció a ambos ya que el diseñador era una persona muy sonriente, imaginarlo de una forma agresiva solo acongojó sus corazones.

—No—afirmó Fudo interrumpiendo la quietud—Jaden no actuará así. Su vida es muy diferente a la de ustedes. Las experiencias en él lo han convertido en una persona alegre y apasionada. El podrá asimilar la sustancia debido a su optimismo, al recuerdo de sus amigos, al amor y las cosas bellas que construimos.

—Sí claro—ironizó Anderson interrumpiéndolo después de unos segundos—cómo tus arranques de celos, por ejemplo. —Yusei se palideció por el comentario.—Yubel suele sacar lo peor de ti, sabes, Jaden te amaba y tú lo llenaste de recuerdos amargos y miedo. ¿Cómo esperas que actúe siendo tú el causante de todo? No te molestes, deberías regresar a tu país y dejar que Jaden sea salvado por alguien más para que empiece una nueva vida. Tú solo lo dañarías más…

El peli negro se mortificó, había dejado de respirar y su mente divagaba en shock; todo lo que mencionaba aquel joven era solo la verdad. Sí algo malo llegase a pasarle, intuitivamente sería a consecuencia de él. Por un momento no pudo reaccionar, estaba más que arrepentido por sus actos, más que odiar al “Yusei” del pasado, más que implorar por regresar en el tiempo, estaba aterrado de su futuro.

Pero su respiración agitada poco a poco comenzó a regularse nuevamente con forme se despabilaba, había mantenido una promesa interna y sería eso lo que le obligaría a seguir adelante.

—Lucharé. —dijo convencido.

—¿Qué? —inquirió. Yusei volvió a levantar la mirada.

—He pasado por mucho como para tirar la toalla en este punto. Sé que tengo la culpa de lo que le pase a Jaden pero hare todo para regresarle su sonrisa. Me quiera o me desprecie, yo lo seguiré siempre, lo cuidaré y velaré por él, ¡yo lo salvaré de Yubel!

Johan admiró el coraje de aquel individuo, pero se encontraba incrédulo de sus capacidades; aunque debía admitir que lo había juzgado muy severamente, ahora le demostraba su madurez.

—Y si la solución fuera dejarlo libre. ¿Estás dispuesto a renunciar a él a cambio de verlo feliz?

Yusei asintió con la cabeza sin chistar. —He elegido el propósito de mi vida, quiero que él sea feliz a toda costa.

Los ojos naranjas brillaron de emoción, sonrió imperceptible aunque no era un hombre de muchas expresiones corporales.

—Tú me recuerdas a alguien. —se acomodó de nuevo en los cojines de la cama mirando el candelabro. —Alguien que hizo muchas tonterías por amor.

La seriedad del mecánico no interrumpió la inspiración del peli turquesa, pero su voz lo hizo parecer inquebrantable.

—Si es por amor verdadero, no creo que sea una tontería. —aseguró el oji-azul. Anderson lo miró fascinado, sonrió gentil.

—Ya veo —volvió su vista al techo—Entonces no soy un tonto después de todo.

El mecánico se alejó.

—Escucha, debes descansar, avisaré a Haou de tu situación, mientras, no intentes ponerte de pie. —camino sereno hasta la salida, no volvieron a decirse nada más.

—Pero si tú también estas herido.—se dijo Anderson, relajó su cuerpo recordando esa determinación de fuego que había presenciado.— Fu, Yusei Fudo…eres igual a mi.

 

 

……………………

 

 

 

Habitación de Haou

 

Las campanas de iglesia anunciaban una nueva celebración armoniosa ese brillante día.

Jaden corrió todo lo que pudo para poder llegar hasta el interior del templo ceremonial, había sentido que la respiración le faltaba y algo fuerte oprimía su pecho; cada avance no parecía tener alcance hacia dicho lugar; sin embargo, con el poder de todo su deseo y la incertidumbre por llegar, por fin abrió de golpe las puertas y se adentró interrumpiendo las nupcias.

Su agitación era notoria, todos los presentes voltearon para clavar sus miradas en él. Jaden solo se concentró en los dos chicos parados frente al altar.

Ha..Haou…Yusei…su agitación hizo apenas comprensible sus palabras, había llegado desesperado para impedir esa unión.

Ah, Jaden. Pensé que no vendrías a mi boda, hermanito.bufó el magnate cubriéndose una ancha sonrisa con su mano derecha elegantemente.Me alegra que hayas venido a desearme lo mejor.

Jaden no pasó desapercibido el sarcasmo con el que le hablaba su amado hermano, pero aun con esos desaires lo pasó de largo.¡Yusei!Llamó desesperado a su pareja, este solo alzó la vista poniéndole atención.  —No puedes casarte con Haou, Yusei. Yo…!Yo todavía te amo!su voz sonaba entrecortada pero con espíritu firme.Yusei…

El mundo entero posó su vista en el peli-negro, Fudo respondió después de unos minutos.

Jaden, tú te fuiste, ¿lo recuerdas? Me despreciaste, yo siempre estuve al pendiente de ti. Solo te pedí que vinieras al taller y te marchaste. ¿Qué esperabas? tuve que recurrir a un reemplazo.

Pero Yusei... sus lágrimas lo hacían ver débil, combinado a sus temblores por todo su cuerpo y voz entre cortada. —No, yo… yo no pensaba bien las cosas, perdóname mi amor, yo no…

Ya basta Jaden, no me llames “amor”, no tienes derecho. Tu actitud siempre me desespera, ere débil, desobediente, inmaduro, patético, no tienes carácter...—los ojos azules se volvieron heterocromáticos, del lado derecho verde y el izquierdo rojo. Lo señaló con el dedo índice. —No necesito a alguien tan despreciable y frágil en mi vida. Tú forma tan ingenua me enferma.

—Yusei…yo siempre, siempre traté de hacer todo lo que me exigías…—lloraba a mares, algo dentro del diseñador se había hecho pedazos, ese pedazo que lo hacía ser quién era; su alma.

Tratar no es suficiente. Amo a Haou, ahora él y yo comenzaremos una nueva vida. Por favor, ¿Cómo creíste que alguien como yo acabaría al lado de un deprimente humano como tú? Nunca. Hazme un favor y búscate a alguien de tu nivel. Alguien a quién puedas engañar con hombres todo el tiempo como siempre lo haces.tomó a Haou entre sus brazosYo ya he encontrado al ser más hermoso, bondadoso, fiel, inteligente y audaz de la tierra. —los labios de los amantes se acariciaron largamente, esa escena derrumbó al diseñador de rodillas, destrozando lo que le quedaba de alma ante ellos.

—¡No! ¡Noo! ¡Yusei! ¡Haou! —pegó en el suelo con sus puños bien apretados, sus lágrimas parecían inundar el sitio.

—¿Por qué eres tan egoísta, hermanito? —Haou volvió a burlase—¿Es así como saludas a tu hermano después de no vernos por tanto tiempo? Déjame ser feliz con este hombre.

Haou...miró a su hermano tristemente.

No nos molestes más, Jaden.Yusei volvió a hablar Si en verdad me amas, deberías luchar porque YO sea feliz con Haou.

Los ojos cafés se abrieron como platos con aquellas palabras, de repente el piso perdió su forma y un agujero lo estaba jalando.

¡AHHH! ¡NOOOO! ¡YUSEI!trató de agarrarse de algo desesperadamente. La gente se había puesto alrededor de él viendo su caída, las sonrisas y burlas de todos aquellos invitados sin rostro era lo único que podía percibir claramente.

Nadie le ayudó.

 

“¿Por qué? ¿Qué hice mal? ¡¿Por qué está pasando esto?!”

 

Adiós Jaden.lo miró Yusei con desprecioSolo déjame ser feliz.

¡YUSEIIIII!Había caído por completo, del otro lado de la oscuridad Jesse lo jalaba de las piernas penetrándolo con esos ojos naranjas llenos de locura.

¡Es momento de que nosotros seamos las luciérnagas que brillen en sincronía!

¡Ahhhhhh!

 

 

Jaden se incorporó de golpe, la habitación estaba en calma y su hermano Haou yacía en la mesita de noche despertando a la par con sus gritos.

—¡Jaden!

El diseñador respiró agitado, empapado en sudor, de inmediato lo fulminó con la mirada. Haou quedó horrorizado con aquel semblante de su amado, los ojos del diseñador eran de dos colores, uno rojo y el otro verde, su aura se había oscurecido notoriamente.

—Yubel—susurró el empresario.

Jaden se calmó y miró sus manos temblorosas que sostenían el borde de su costosa cobija. Estaba agitado pero comenzó a normalizarse poco a poco.

—¿Qué estás haciendo aquí, Haou? —pronunció lacónico sin sentimiento.

—Jaden…—por primera vez el empresario se había quedado sin palabras.

—No importa. —se quitó los sueros cuidadosamente, para levantarse y dirigirse al sanitario. Haou había sentido una fuerte opresión en su pecho, ver así a su hermano lo torturaba.

—¿Estás bien, Jaden? —se apresuró a cuestionar. —¿Cómo te sientes? ¿Necesitas algo? ¿Te duele algo? —era la primera vez que Haou Yuki tenía tantas dudas.

—No sabía que hicieras tantas preguntas. Estoy bien. —lo miró despectivo, después se metió al cuarto de baño lentamente.

—Jaden…—Haou contuvo un nudo en la garganta.

En ese momento Yusei entró sin tocar, trató de erguirse, pero su dolor del pecho lo encorvo un poco.

—¡Yuse!i—Haou no esperaba esa intromisión tan repentina— Este no es un buen momento, tienes que regresar a tu cama, estás mal herido.

—Quiero que sepas que un tipo de ojos naranjas está muy mal en mi cuarto, necesita una ambulancia.

—Johan... —concluyó el magnate afligido. —Ahora no puedo… llama a…Vigílalo…no, regresa a tu cuarto. —la mente del empresario no era la misma, ni siquiera sabía qué hacer, el estado de su amado hermano lo tenía bastante distraído, ahora pensó que si Jaden veía a Yusei de esa manera podría alterarlo—¡Yusei, regresa a tu cuarto! —ordenó alterado.

La seriedad de Yusei lo puso algo nervioso.

—Haou. —pronunció el mecánico conteniendo un gemido de dolor—¿Dónde está Jaden?

—Que necio eres. No me desafíes de nuevo, regresa a tu cuarto.

—No me iré sin Jaden.

Pero no necesitó de su respuesta, el diseñador se encontraba ahora parado frente a ellos, aparentemente sin afectaciones, simple, como una hoja en blanco, con cara de póker.

—Jaden—los ojos azules brillaron.

Al contrario, los dorados del castaño alemán solo se mantuvieron expectantes manteniendo la compostura entre un sudor frío, esperando cualquier cosa de parte de su inestable hermano mayor.

Yusei no pasó por alto los ojos heterocromáticos del castaño, algo en él andaba muy mal ya que estos solo representaban un profundo vacío nunca antes visto. Fudo ya sabía lo que pasaba, mas no cayó en la amargura y la duda, firmemente dirigió sus pasos hacia el gran amor de su vida y lo abrazó fuertemente, restregándolo en su pecho maltratado, soportando el dolor de sus costillas para expresarle lo mucho que lo sentía y seguía amando.

—Jaden…perdóname.

La intensidad con la que envolvió el cuerpo de Jaden fue percibido por el más bajo, Jaden no correspondió el gesto de ninguna forma, permaneció de pie sin efecto alguno, sus ojos bi-color contemplaban el vacío.

 

Yusei…—muy lentamente recuerdos maravillosos llegaron a su mente. Su primer beso, su aniversario, la primera vez juntos, toda la felicidad que ese hombre representaba para él, que reconfortaba su cuerpo; otra vez pudo sentirlo, de nuevo pudo amarlo. Cerro los ojos y olió el aroma masculino de su amado. Entonces fue que el color de ojos regresó a ser marrón, de ellos se soltaron lágrimas de impotencia, de melancolía e incertidumbre, instintivamente abrazó a su pareja volviendo a ser uno con el universo, creando un nuevo color único en la paleta de un artista, reviviendo aquel júbilo que allanaban los brazos fornidos de Yusei, subiendo a las estrellas, tocando el infinito; realmente amaba a Yusei.

 

Yusei…te extrañé tanto—el sentimiento omnipotente del amor correspondido poco a poco llenó sus sentidos gozando del toque piel a piel del reencuentro. Pero, repentinamente la visión de su pesadilla regresó a su mente como una fuerte abofeteada de la mano de su amado; regresaron los celos, los gritos, las limitaciones y sanciones. Las palabras despectivas del peli-negro y aquel deseo que Yusei tenía por estar con su hermano Haou.

Lo torturaron en su mente, el cuadro dónde su hermano embestía al mecánico salvajemente  lo destruyó por completo como bomba expansiva.

 

“Si en verdad me amas, deberías luchar porque YO sea feliz…”—la voz clara del oji azul retumbó en sus oídos.

 

—J…Jaden…

—Ya…no importa..

—¿Qué?

—Sí, — lo  miró a los ojos regalándole todo el sufrimiento que sus amargas lágrimas podrían demostrar. La visión hizo trizas el corazón del mecánico—Yo deseo que seas feliz, Yusei…

—¿Jaden?

—¡Aléjate de mí! — empujó con fuerza el pecho adolorido del más alto abruptamente.

Yusei dio dos pasos atrás consiguiendo el equilibrio para no caer al piso, lo había lastimado en las costillas provocándole mucho dolor que pudo retener con toda su fuerza soportando la agonía.

—Hoy…este día….—la pausa puso nerviosos a los dos testigos—Yo ya no soy más tu novio.

 

 

Notas finales:

Continuara....

 

Espero no tardarme en el siguiente. Ya llevo una parte escrita, así es que se supone que no tarde.

Gracias por leerme y bueno, ahora sí el final, o mejor dicho, los finales se aproximan.

Creo que todos quieren ver a Haou feliz, son tan buenit@s.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Posible Spoiler:

 

—Perdóname Jaden, por favor, sé que hice mal, te traté de mal modo, no sabes lo arrepentido que estoy, estuve equivocado, pero ahora he aprendido. No sabes cuánto deseo…—quiso volver a acercarse, sin embargo el trabajador de KC le puso un alto, lo golpeó ligeramente en las costillas.

Ligero para él, fuerte para Yusei.

—No me toques, Yusei ¿Qué no lo entiendes? Tú perteneces a otro—dijo con una aterradora calma, melancólico y firme.

—Cálmate Jaden, no sabes lo que dices. Solo vino de paso, está algo herido, ya se va a su habitación…—Haou intentó calmarlo.

—¡No me digas que me calme! —puso su brazo contra el pecho de su hermano chocándolo con la pared con mucha fuerza. Haou apretó los dientes. Jaden le habló al oído dirigiendo todo el sonido solo para él.—¡No quiero que lo hagas sufrir, Haou, nunca te perdonaré si lo haces! ¿Entendiste? ¡Si lo veo llorar, aunque sea una vez, te mataré! —amenazó ásperamente.

Más sorprendido no podía estar el magnate alemán, todos los gestos que hacía su hermano de alguna manera le recordaba a él, eso lo hizo llorar, odiaba verlo así, odiaba mirarse así en él.

Dicho eso, Jaden liberó a su hermano para salir del lugar, no sin antes mirar una vez más al adolorido Yusei para después salir pausadamente sin mirar atrás.

Haou quedó paralizado unos segundos, ahora se arrepentía de todo su imperio, de todos sus males; cambiaría todo por ver a su hermano ser el de antes. La amargura y el peso en sus hombros salieron reflejados en su sudor frío e incontenibles lágrimas, mas sabía que con Yubel en su interior habría una reacción así. Afiló la mirada, no permitiría que se convirtiera en él, antes moriría para impedirlo.

Yusei no se recuperó del punzante dolor en su pecho poco a poco, miró al magnate salir y trató de alcanzarlo, el dolor de sus costillas regresó sin dejarlo moverse.

—Jaden…—tendría que esperar...

 


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