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Cambio de Corazón por Yami Red eyes

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Notas del capitulo:

 

Tuve que hacer algunas modificaciones en el cap pasado porque, lo siento quise complacer a algunos lectores pero mejor se queda mi idea original. No fueron muchos solo pequeñeces, espero me disculpen.

 

Mil perdón porque no he podido responder los revs, este viernes lo hago sin falta. Los amo a todos!!

 

Y gracias por acompañarme en esta historia que narra de forma escondida algunas cosas que me pasaron en realidad, algunas cosas que piensa Haou fueron hechos reales que ahora ya he pensado detenidamente y me han hecho madurar.

 

Gracias a ti por comentar y por leer.

Estoy muy alegre de haber tocado algo de tu corazón <3

 

 

 

“Recuerda que cada uno de los que conoces tiene miedo de algo, ama algo y ha perdido algo”

 

 

 

 

 

Capitulo 34.-Sin restricciones.

 

 

 

 

Había despertado de un salto al darse cuenta que su alarma no hizo su trabajo nuevamente. Ocho y media de la mañana para ser exactos, otra vez estaba tarde.

 

—¡No otra vez! ¡No otra vez! ¡Ahora si me van a asesinar!

 

Jaden Yuki, 27 años, la puntualidad seguía sin ser su fuerte. Corrió como cada mañana para tomar lo primero que encontraba y ducharse en el trabajo después.

 

—¡Ah! —Su descuido había provocado que se tropezara y callera al piso en un estruendo; como consecuencia logró despertar a su esposo y a su hijo, quiénes todavía dormían en la cama placenteramente.

Yusei Yuki, 29 años, toda su personalidad había cambiado drásticamente; ahora un hombre hogareño, de familia, tolerante, confiable; abrazó a su pequeño hijo para evitar que se exaltara más con la torpeza de su padre.

 

—Jaden, ¿ya te vas? —arrullaba al pequeño Yuseki.

 

—¡Es tarde! !Ya debería estar allá! —Bebió café amargo y frio, tomó sus pertenencias y se dispuso a salir a toda prisa.

 

—¡Ah, casi lo olvido! —regresó para darle un profundo beso a su esposo y uno suave y lleno de amor a su hijo. —¡Esto era lo que me faltaba para iniciar mi buen día! —guiñó un ojo, finalmente había recuperado su personalidad enérgica y radiante sonrisa. Tocó la frente de Yuseki con dos dedos como despedida. —Los amo.

 

—Que tengas un buen día.

 

—¡Gotcha!

 

Las mañana eran así, la responsabilidad de Jaden habían adquirido prioridades imperativas; su trabajo era una forma de darle lo mejor a su esposo y a su hijo, junto con su tiempo completo. Con esa motivación se levantaba cada mañana para afrontar la rutina de siempre, aunque no tan tormentoso para él, ya que le gustaba su trabajo. Milagrosamente Seto Kaiba no lo había despedido después de todo lo que pasó.

Por su parte, Yusei seguía adorándolo cada vez más con el paso del tiempo. Había pasado mucho para que Jaden volviera a verlo con esos ojos amorosos y abiertos que derrochaba antes, costó tiempo y trabajo el haberlo perdonado definitivamente, pero finalmente llegaron a formar su nidito de amor mejor que antes.

 

—¿Vamos a desayunar Yuseki?... iuuk, te hace falta un cambio de pañales, antes.  

 

Afuera de la casa— donde ahora vivían, en una residencia modesta y de buen rumbo —, Joey lo esperaba como siempre en su auto color vino.

 

—Buen día Jaden

 

—Buen día.

 

—¿Cómo está tu hijo?

 

—Cada día lo veo más grande —soltó una risilla traviesa, hablar de su hijo lo emocionaba. Le mostró su cartera con varias fotografías que colgaban en micas especiales.— Mira que lindo es, aquí está dormido, aquí va a comer, aquí está con Yusei y..

 

—Ya, ya, ya, hombre, ¿siempre tienes que mostrarme eso?

 

—Vamos, ¿no crees que es el niño más encantador que has visto? —sonreía de oreja a oreja.

 

—Claro, viejo, pero ya se nos hace tarde.

 

—¡Ah, es cierto! Vamos ó tu esposo me va a matar.

 

Joey soltó una carcajada—Pasará un camello en el ojo de una aguja antes de que ese gruñón se atreva a hacerte algo. No te preocupes amigo, si dice algo, lo dejaré sin “comer” una semana.

 

Los colores rojos de la cara de Jaden subieron a sus mejillas, Joey no tenía por qué ser tan implícito en sus indirectas; aunque quizás era él quien solo había pensado mal aquellas palabras pero intuía que se trataba de cosas de adultos en la noche a solas.

 

—¿Ah?, ¿Te sientes bien, Jaden?

 

—¡Y…ya, vámonos!

 

Joseph Kaiba, 30 años, había dejado un poco más largo su cabellera rubia; él era la envidia para muchos y el deseo de otros, ya que su apariencia siempre fue de lo mejor. Aunque él no lo sabía, Kaiba lo tenía bien vigilado con su personal que se hacía pasar por civiles. Seto era algo posesivo, y cómo no justificarlo, todo lo hacía debido a la amarga experiencia de antes, pues Joey era de esas personas que no podían pasar desapercibidas. Kaiba cabalmente lo protegería de personas como Duke y Haou, aunque le costara la vida.

 

Llegaron media hora después a la junta, interrumpiendo la concentración de todos y recibiendo una mirada severa del magnate. Pero Kaiba no dijo nada al verlos llegar, simplemente comenzó con las preguntas difíciles sobre sus respectivas áreas; todo eso para hacerlos pasar vergüenza con los directivos y para que escarmentaran por llegar tarde.

 

 

                                             ............

 

 

Cerca de ahí, en la tienda de comics y videojuegos Muto, un carísimo auto blanco lucia aparcado fuera de las instalaciones. Claramente alguien importante se encontraba dentro.

 

—Abuelo, ya llegamos…—Yugi Aknamkanon se adentró a su antiguo hogar que estaba en total quietud. — ¿abuelo? —El polvo y el silencio le habían dado un mal presentimiento. —¡Oh no, no puede ser!

 

Después de haber revisado cada habitación de la casa — hasta el baño—, corrió hasta la parte baja de la tienda, justo al sótano.

 

—¡Abuelito!

 

—¡Yugi!, ¡Yugi hijo!, ayúdame, ¡ayúdame por favor!

 

—Abuelo —suavizó su mirada.

 

— Me volvía a caer de las escaleras.

 

—Tú no tienes remedio—suspiró, de inmediato lo ayudó a pararse— ¿Hace cuanto que estas ahí?

 

—Hace un día, es mi nuevo record, ya cada vez es menos tiempo.

 

—Abuelo, tus caídas me preocupan. La última vez casi no lo cuentas. Aunque gracias a que te caíste por las escaleras, Haou no te encontró. Es algo confuso para mi saber si es algo bueno o malo.

 

Y era verdad, antes de la intromisión de Haou Yuki en sus vidas, justo unos minutos antes del encuentro, Solomon Muto estaba bajando unas cajas de mercancía al sótano, cuando su pierna se tambaleó y flaqueó, haciendo que el anciano rodase por las pequeñas escaleras y quedara boca arriba con el dolor en su rodilla y sin poder moverse. Aunque gritó, nadie se había percatado de su desgracia y no tuvo de otra más que permanecer ahí.

Para su buena fortuna, había cerca de él un costal de papas que iban a utilizar para una sopa, así pudo sobrevivir una semana; hasta que finalmente la madre de Yugi lo encontró al visitarlos.

 

—No exageres, nieto, casi no me caigo. —resbaló de nuevo y volvió a caerse por las escaleras.

 

—¡Abuelo!

 

Retornó a recogerlo, lo subió entonces agarrándolo por la cintura para apoyarlo poco a poco.

 

 

---

 

Era magnífico regresar a sus raíces, Yugi estaba un tanto más moreno pero sus ojos más vivos y brillantes que nunca.

Yugi, ya a sus 30 años, parecía que el tiempo no había pasado a visitarlo, ya que lucía como un joven de 22 y su voz seguía siendo la misma. Su nueva vida le había dado resplandor a su piel, que bien el matrimonio con Atem terminó por rejuvenecer.

 

—Bienvenido Atem—la madre de Yugi lo acogía con una sonrisa, mientras le servía un té de hierbabuena caliente. Era una mujer esbelta, de unos 45 años, castaña con luces color vino, ojós pequeños amatista  y de semblante tranquilo. —Gracias por cuidar de mi hijo en Egipto. —hizo una reverencia.

 

—No tiene que agradecer, mamá. Hacer a Yugi feliz es el motivo de mi existencia.

 

—¡A..Atem! —Yugi se puso colorado, a veces lo que decía su esposo era vergonzoso.

 

—Es la verdad, cariño, no te avergüences.

 

—Pe..pero….

 

La madre sonrió amable, agradecía a la naturaleza y la suerte por haberle permitido a su hijo encontrar el verdadero amor. Y Atem era un gran yerno.

 

—Oye Atem —habló el anciano que también estaba sentado con ellos en la sala comiendo galletitas— Ese auto tan fino que está afuera, debió costarte un ojo de la cara. ¿Me regalarás uno a mi también, verdad?

 

—¡Abuelo!

 

—Vamos, ¿que tanto le puede costar? Seguro el dinero de lo que cuesta lo tiene en el cenicero.

 

—Papá, comportate.

 

—Abuelito, no digas esas cosas. Atem ya te trajo recuerdos de Egipto.

 

—¡Ay, cierto y unas vacaciones a Egipto también me vendrían bien…!

 

La familia comenzó una pequeña riña simpática, Atem solo sonreía con los ojos enternecidos; por fin sentía que tenía una familia de verdad.

 

—Tal vez las próximas vacaciones, los llevemos a todos, Sr Muto—dijo el egipcio de repente—Para que conozcan Egipto. —concluyó.

 

—¡De verdad! —el anciano se ilusionó tanto que casi hace una ola sobre su asiento. Los demás solo quedaron sorprendidos.

 

—Sí, no hay problema para mí, todos podemos ir, además, les agradezco más que hayan cuidado a mi Yugi antes de conocerlo.

 

La madre sonrió gentil. —Eres un encanto, Atem.

 

—El encanto es usted, suegra. Hey, ¿qué tal si vamos a comer afuera? yo los invito. —Atem se paró enérgico, contagiando a todos de su alegría, tal cual respuesta obvia que fue un sí unísono.

 

 

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En otro lugar— más tarde—, cerca de la zona residencial media-alta de la ciudad, Yusei comenzaba el día en su Taller.

Él supervisaba, mientras llevaba sentadito a su hijo en un cangurito asegurado a su pecho.

Tenía nuevos asistentes, jóvenes con ideas frescas, emprendedores recién egresados, con muchas ganas de aprender.

 

—Bienvenido. —saludó Yusei amablemente a un nuevo cliente que llegaba con un problema en el motor de su auto. —Enseguida lo atiendo, por favor espere en la sala.

 

La actitud del jefe de mecánicos había cambiado sin duda, era más accesible con cualquiera; ya no se le veía malhumorado, taciturno, ansioso, reacio; Yusei sonreía más y hacía cada acción con gusto.

La gente se acercaba a él más que antes, aunque a todos sus enamorados los vio frecuentarlo cada vez menos, desde que se había casado y sobre todo, por la llegada de Yuseki a su vida.

Lo traía para todas partes desde que había llegado a sus brazos, y las personas intuían que era su hijo legítimo.

 

—Aquí esta el pago de los frenos de la Cavalier, Yusei. —Crow le entregó el dinero para que Yusei lo contabilizara. Dio el cambio respectivo junto con un ticket de compra y después contempló el lugar.

 

Como había cambiado tanto las cosas; su taller lo sentía más lleno de vida que antes, con más gente y nueva apariencia. Miró las fotografías que eran sagradas para él, los rostros de sus amigos y el personal en general desde que se inauguró el sitio.

Podía ver los fantasmas de Yuya y Yuma, jugando como niños traviesos a través de toda la estancia; siempre trató que el trabajo fuera una segunda familia para todos, y ahora veía que siempre había sido así puesto que realmente los extrañaba.

 

—Espero que se encuentren bien ahora…—lo susurró por la incógnita que llevaba. Después de lo que había pasado en Alemania, cada quién había tomado rumbos diferentes.

 

En ese momento un gran auto blanco se aparcaba en un espacio del lugar, reconocía muy bien ese diseño aeróbico digno de presumir. Jack Atlas bajó dirigiéndose al mecánico principal con toda la soberbia que nunca había podido ocultar.

 

—Hola Jack. ¿Lo mismo de siempre?

 

—Tú sabes bien a que vengo, Yusei. Ya debes de saber a quién perteneces realmente. —miró al bebé que lo observaba fijamente con grandes ojos azules. Jack chasqueó los dientes, ese mocoso era una prueba más de que Jaden le era infiel a su amado Yusei. —Deja de vivir en un mundo de fantasías, Yusei, sabes que Jaden solo está jugando contigo. Ese niño no se hizo por arte de magia, además ¿Dónde está? solo se preocupa por él mismo, ni te ayuda con el bebé, ni le interesa. Claro, como sabe que el estúpido de Yusei le cree todas sus zalamerías de mujerzuela, se aprovecha de tu estupidez.  

 

Yusei escuchó atentamente, sin embargo ninguna reacción podía notarse en su rostro.

 

—Lo he visto, Yusei, con mis propios ojos. Tengo una prueba contundente. —le enseñó una fotografía en su celular, en ella se encontraba Jaden de la mano de otro hombre. Un magnifico photoshop profesional.

 

Crow sudó frío, antes Jack ya había venido con esos cuentos pero nunca había traído evidencia hasta este día. Su vista se centró en la reacción que tendría Yusei esperando lo peor.

Pero Yusei miró la fotografía pareciendo oscuro, daba la sensación de que esta vez sí iba a ir tras el castaño para aclararle las cosas, más solo se quedó estático. Por la mente del mecánico solo se cruzaba la mirada pérfida y siniestra de Haou Yuki, vigilando sus movimientos y acallando su voz con su simple serenidad. Entonces comenzó a temblar unos segundos calmándose casi al instante; había tenido suficiente prueba de que Jaden le es completamente fiel en todo este tiempo como para dudar ahora. Si el diseñador llegaba a cambiar de opinión, estaba en todo su derecho, pero sabía que se lo diría de frente si fuese el caso, pues se habían prometido completa honestidad entre ellos.

 

Fudo sonrió amigable. —Jack, soy un hombre casado, confío en mi esposo. Sí Jaden tiene una aventurilla, quiero que él sea quien me lo diga.

 

—¡¿Pero que no lo ves?! ¡Estas ciego! —se exasperó.

 

—Ya calmate, Jack. —interrumpió Crow— Recuerda que Jaden tiene un hermano poderoso que puede patearte el culo las veces que quiera. ¿quieres que vuelva a pasar lo de Alemania?

 

Jack se tensó ante la mención, tragó saliva solo de recordarlo…

 

 

Alemania.

Rápidamente Crow arrastró a Jack hasta lo más cercano del camino principal, parecía estar muy grave después de que Haou lo haya dejado inconsciente y convulsionandose con aquel golpe certero, que quizás lo había roto en mil fragmentos por dentro.

Sora apareció para ayudarlo a transportarlo, viajaron en una especie de pequeño auto hibrydo que solo albergaba a dos personas. Como pudieron, se acomodaron aplastándose unos contra otros, pero la urgencia era más.

 

Lo hicieron enfadar.Sora también estaba nervioso.

 

Jack entró para salvar a Yusei de ahí, y Haou apareció para defenderlo. Nunca imaginamos que fuera a actuar de esa manera, Jack ni siquiera pudo defenderse. !Demonios! ¡¿Cómo Haou pudo derribarlo de un solo golpe?! Se ve tan frágil, ¡¿Qué cosa es él?!

 

Un monstruo, un maldito demonio. Sora comenzó a temblar. Si Haou descubría que los estaba ayudando, seguramente no viviría otro día, pero su instinto de humano no podía permitirse el abandonarlos. Ellos no sabían quien era Haou, no sabían a lo que se enfrentaban; para Sora su única misión había sido llevarlos a cierta hora hasta la mansión y dejarlos entrar. No cabía duda que ese Haou era peligroso.

 

En el Hospital, Jack despertó después de un mes en una clase de “coma”. Todo ese tiempo Crow solo se había quedado a su lado, pues regresar él solo por Yusei no dejaba de parecerle mala idea.

 

¿Cómo te encuentras hoy, Jack?

 

¡Aqh!todo le dolía¡Maldición! ¡En cuanto me recupere, ese mocoso sabrá lo que soy realmente! Fue afortunado ese día solo porque…porque…me dolía la panza y el dolor no me dejó concentrar. Pero su suerte ya se le acabó, esta vez mandaré a que lo hagan papilla.

Crow había suspirado, Jack podía llegar muy lejos si se lo proponía, pero mandar golpearlo o hasta matarlo, parecía que Haou había llegado a tocar su orgullo para que su amigo rubio dijera tantos disparates.

Pero así lo hizo, después de una semana de su recuperación; salieron a buscar matones para la venganza, sin embargo en donde quiera que pedían la hazaña…

 

¡¿Haou Yuki?!aquel hombre corpulento y de apariencia amenazadora se quedó sin habla¡No! Ustedes lo que buscan es alguien que no valore su vida. Yo prefiero seguir respirando.se había ido apresurado, miraba nervioso para todas partes como si se fuera a encontrar a alguien que fuera a contarle al magnate.

 

¡Pero no puede ser que ninguno de ustedes se preste para golpear a un solo hombre!Jack estaba furioso¡Solo es uno! ¡¿Por qué no van todos juntos?!

 

Un hombre viejo y cascarrabias se levantó de su mesa en el bar, ya estaba harto de la insistencia de ese extranjeroEscuche, estúpido, vaya a pedirle ayuda al ejército. Usted no sabe con quién está tratando. El señor Yuki no solo puede acabar con tu vida en un instante; él se asegura de eliminarte desde la  raíz, y cuando estas fichado por el rey supremo eso incluye a tus familiares y conocidos; arremeta contra tus propiedades e incluso hasta tu perro. Será como si nunca hubieras existido. Será mejor que ustedes no insistan de algo tan delicado como es ir en su contra.

 

Jack simplemente tardaba en procesarEso suena tan ridículo, que decepción, que la mafia de Alemania este conformada de puros cobardes perdedores.

 

Amh…Jack…?lo llamó Crow, él se había percatado de las miradas coléricas de todos los matones, incluyendo al cantinero, en el momento que el rubio pronunció esas últimas palabras.

 

Hasta los Yakuzas tienen más sentido del valor que ustedes.

 

Dicho esto último, Jack Atlas no se salvó de una paliza colosal de parte de todos los presentes, Crow se hizo a un lado, no sabía como ayudarlo, esos sujetos iban a matar a su amigo, y eso estaba a punto de pasar.

 

¡Jack!

 

Solo se estaba cubriendo la cara, el pobre artista galán de cine, no volvería a trabajar en la tv si no cuidaba su “herramienta de trabajo”, ninguno le tuvo piedad.

 

¡Ess...es que Haou es nuestro pariente!fue lo único que atinó a gritar el chico de pelo naranja.

 

Y funcionó.

 

Tanto le temían al magnate de cabello castaño, que no se atrevieron a cuestionar que clase de parentesco tenían o por qué querían golpear a su propio familiar; todo mundo salió atemorizado. Si le contaban a Haou lo que habían hecho, si llegaba a reconocer a alguno, sería el fin.

 

¡Jack!Crow vio el estado crítico de su amigo, pronto llamó a una operadora pero no entendía nada. Torpemente en inglés gritó que necesitaba una ambulancia. Su celular sirvió para darle la ubicación.

 

 

 

Estuvo mucho tiempo en el hospital y casi se queda sin trabajo. Definitivamente tenía que tomar precauciones con Jaden, o quién sabe de qué sería capaz Haou si se llegase a enterar, pues si a esos maleantes duros los hizo correr como gatos asustados, no imaginaba que tan drástico llegaríaa a ser, mejor no hacerlo enojar; mejor que no lo averiguara.

 

—Tch, al menos vamos por un café. —se acomodó molesto.

 

 

Yusei sonrió —Hace tanto que me lo estás pidiendo…—cerró los ojos admirando la terquedad de su amigo internamente— Está bien, vayamos por ese café amistoso, Jack. Solo amistoso.

Era todo lo que deseaba escuchar, Jack saltó de alegría sin ocultar su emoción apasionada.

Solo deseaba que el mundo lo viera a lado de esa belleza; aunque el niño en brazos no estaba en sus planes, era mejor que nada.

 

—Crow, iré con Jack al café de la esquina, ¿puedes quedarte a cargo?

 

—Ustedes siempre haciendo cosas raras, anden ya lárguense de aquí. —lo dijo en tono de broma.

 

Así ambos fueron, Jack le contaba cosas de su vida, sus sueños, sus pasiones y Yusei solo lo escuchaba con amabilidad. De vez en vez debía acatar a las demandas de su pequeño hijo, pero Jack en vez de enojarse, analizaba la vida de gozo que ahora tenía Yusei. El oji azul realmente derramaba amor por ese crío y eso indicaba lo mucho que amaba al mugroso de Yuki.

Entendió su posición demasiado tarde, pero, aunque no se lo dijo, dejaría a Yusei hacer su vida y él buscaría de nuevo.

 

—¿Puedo cargar a la maquinita de hacer popo?

 

—Se llama Yuseki—lo cargó hasta los brazos del rubio. Este lo miró en fascinación.

 

—Es igualito a la …—iba a decir zorra, pero en esta ocasión solo se quedó en una palabra menos agresiva—igualito a su viejo sin tiempo.

 

El niño solo lo miraba curioso, esa nueva cara no le pareció desagradable.

 

—Que hermoso es. —se ablandó el corazón de Atlas.

 

Yusei entendió entonces que su amigo había crecido como persona, y el que no hubiera despreciado a su hijo habría significado un cambio mayúsculo en él, en sus sentimientos hacia él y su manera de pensar.

Tal vez debió haber salido con él desde hace tiempo para que se conocieran más a fondo, sobre todo sus gustos y sentimientos. Más siempre lo había evadido, haciendo que Jack solo se obsesionara con él por más tiempo. Todo lo había manejado mal, pero ya era cosa del pasado.

 

—Parece que le agradas.

 

—Sí, soy una máquina de entretener a las mujeres y a los niños.

 

—Que galán.

 

Ambos rieron.

 

 

Kaiba corp

 

Un tiempo después Jaden salió de la larga junta, lo habían sancionado a él y a Joey por llegar tarde; fue cómico ver la cara de estupefacción de Joey al recibir tal reprimenda, sobre todo porque Kaiba dejó en claro que no tenía favoritos y Joseph se había confiado solo por ser su pareja.

 

—Viejo, esta vez sí me va a reprimir cuando llegue a casa —el rubio estaba nervioso, seguramente sí moriría y sobre todo por haberle contestado a su gato de manera pedante y grosera frente a los directivos. —¡Wuahh cuando llegue a casa seguro me va a matar! —se agarró la cabeza con ambas manos, su cara se había puesto morada.

 

—Jejeje, y eso que no llegamos tan tarde como la última vez. Es la primera vez que me sanciona, tendré que venir medio tiempo este sábado.

 

—Pero creo que tiene más consideraciones contigo.

 

—No lo tiene, solo es amable. Es diferente cuando ya tienes una confianza con alguien, como en tu caso. Kaiba estuvo en todo su derecho de darnos sanción.

 

—¡!Pero, en la casa, en la casaaaa!! —temblaba de solo imaginarlo.

 

—Verás que no pasa nada tan grave, viejo, no te agobies tanto.—una gran gota apareció por su frente mientras le sonreía divertido.

 

—Por cierto Jaden, Seto quiere hacer una pequeña ceremonia por nuestro aniversario. —sacó un pequeño sobre azul con amarillo—Esta es tu invitación con tres boletos.

 

—Vaya, muchas gracias viejo. Hemos tenido tanto trabajo que ciertamente había olvidado esas ceremonias—recordó lo que pasó la ultima vez—Sé que esta vez será divertido.

 

—Claro que sí. Seto debe presumirme ante la sociedad.

 

—Jajaja, parece que te gusta mucho esa clase de atención.

 

—No, como crees, yo soy un hombre humilde.

 

—Jajaja, si, claro.

 

—¡Es en serio!

 

—Jajaja

 

 

 

Oficina de Seto Kaiba.

 

 

El magnate miraba la ciudad desde los grandes ventanales de su oficina. Sus pensamientos se llenaban únicamente de Joey. Aun no podía creer que se haya arriesgado tanto por la seguridad de ese atolondrado; nunca imaginó fijarse en un perdedor como él y sobre todo, haberse casado con él. Pero estaba tan feliz que le daba miedo que algo saliera mal, a veces era tanta su felicidad que pensaba que de un momento a otro, Haou aparecería para reclamarlo como suyo.

No creía ser el único con ese sentimiento angustioso; seguramente todos se sentían paranoicos.

Al salir a la calle y mirar a la gente, cualquiera que de repente hiciera algo inesperado podría ser un súbdito de desgracias del seguidor de Hitler, es decir Yuki.

No quería admitirlo, pero necesitaría terapia; algunas noches tenía la pesadilla de que Ducke entraba mientras dormían y con un arma, apuntándole a él directo a la cabeza, se llevaba a su rubio cachorro. Al despertar y encontrarlo a su lado, la exaltación era tal que hasta le rodaban las lágrimas de alivio al sentirlo cerca.

No podía continuar su vida así; y aunque sonara vergonzoso, debía aceptar ayuda profesional o ese problema se agravaría.

 

 

Estúpido Wheller, te amo tanto cachorro idiota, que sufro por ello.

 

 

Una vez había hablado con Atem a cerca de acercar un poco los negocios de las compañías, pero no funcionó puesto que no llegaron a ningún acuerdo. Sin embargo, el egipcio le había confesado sobre sus problemas psicológicos. El también se impacientaba cuando dejaba solo a Yugi para atender sus asuntos empresariales. Imaginaba que irrumpía Yuki en su morada y robaba a Yugi de nuevo. Atem optó por poner en cada rincón una cámara, y monitorearlo desde la oficina; tuvo que acudir a esas terapias y ahora había aprendido a soltar más la privacidad de su amado.

 

—Mokuba, —llamó a su hermano por el intercomunicador.

 

—¿Que pasa, Seto?

 

—Ve si la doctora Hiragi podrá atenderme hoy.

 

—Sí, hermano.

 

Era orgulloso, era grande, todo un dragón esplendoroso, pero hasta él sabía cuándo necesitaba ayuda.

Todos necesitaban una terapia intensiva, pero seguían con sus vidas lo mejor que podían.

 

—¡Ah, maldición! —Jaden se estaba lavando las manos frente al espejo de la empresa, cuando sintió ese sentimiento inexplicable de destruirlo todo, de mirar la sangre. —¡Agh!

 

 

!No en este momento!— pensó con ahínco, sus ojos cambiaron en dos colores y al mirarse colérico al espejo, no aguantó su propio reflejo y estrelló el puño en el vidrio haciéndolo pedazos, junto con un poco de cemento.

 

 

Un trabajador entró también, y fue casi fatal; Jaden lo miró con terror a lastimarlo haciendo que se tensara más.

 

—¿Estás bien?

 

El castaño salió corriendo.

 

—¡Jaden!

 

Necesitaba su dosis, la necesitaba ahora. Todo el personal que se cruzaba lo miraba de forma curiosa y preocupada. Jaden hizo lo que podía para no flaquear y matar a algunos cuantos.

Pero no podría llegar a su lugar a tiempo. Así que marcó el número de Yusei y lo dejó encendido.

 

—Jaden, ¿estas bien?

 

—Yu…Yusei…ven por mi…—se encerró en un cuarto donde se almacenaban viejas computadoras.

 

—¡Maldito Haou! —maldició a su hermano, pegó fuertemente en la pared con su puño sin sentir dolor. —¡Por tu maldita culpa, esto, esto me está pasando! —respiraba con dificultad y las lágrimas seguían saliendo.

 

Él necesitaba la sustancia Yubel debido a que su cuerpo necesitaba estabilizar la ira. No había sido nada fácil. Cambiaba de humor drásticamente: a veces estaba tan serio que parecía el mismo Haou cuando sus ojos cambiaban de color, su personalidad alegre y su descomunal ira habían llegado a un punto donde esa droga era necesaria para vivir.

Y Yusei debía intervenir cada que sucedía. Quizás Jaden ya no quería saber de su hermano, pero el químico le llegaba a su casa de todas formas.

 

—¡Ahhh, ahhh!! —se agarró la cabeza con fuerza, mientras veía a la nada con los ojos bien dilatados. —¡Yusei!

 

Alzó la vista para mirar la silueta burlona de un hombre de su estatura, con el rostro de Haou, vistiendo una armadura negra con picos, casco medieval y una capa roja.

Esa figura siempre lo atormentaba, lo guiaba a enloquecer, le decía que se rindiera, que era débil.

 

—¡NOO, NO TOCARÉ A NADIE!

 

Aquella figura se paseaba alrededor de él como un verdugo esperando el momento de la decapitación, Jaden solo permanecía en ese lugar, temblando en cuclillas, tratando de pensar en su hijo y en Yusei para que no cometiera una locura. Pero hasta su cuerpo estaba ansioso, deseaba ver sangre de otros, deseaba entrar en acción, la herida en su mano, debido al impacto con el espejo, iba sanando, estaba lista para otra ronda de demolición y caos.

 

—¡NO, NO!

 

Ese hombre en armadura era el demonio interno que acompañaría y atormentaría a Jaden hasta el final, así como ese demonio dracónico mitad hombre mitad mujer, atormentaría a Haou en su vida. Y no se podía cambiar eso ni con la mejor de las terapias.

Algunos espíritus lo miraban curioso, pero ninguno se atrevió a intervenir.

Un tiempo después se abrió la puerta. Kaiba había mandado pedir la llave para que Yusei pudiera entrar solo. Supo de inmediato lo que su empleado necesitaba y dejó al pelinegro entrar, mientras Joey cuidaba del infante.

 

—Jaden…—entró con cautela.

 

El aludido, empapado en llanto y sudor, demostró un rostro desesperado y sobre todo, horrorizado.

 

—¡Yusei! —pronto lo abrazó con todas sus ansias. Yusei le devolvió el abrazo de igual manera.

 

—No te dejaré nunca, Jaden, tranquilo, ya estoy aquí, ya estamos aquí. —lentamente fue metiendo la dolorosa aguja, el liquido parecía ácido en las venas del diseñador.

 

Jaden apretó los dientes y los ojos por igual, pero el dolor era tan atroz que incluso entre los brazos de su amado no se pudo controlar, el descontrol ya estaba algo avanzado.

 

—¡Ahhhhh! ¡Ahhhhh!!!

 

—Tranquilo Jaden, tranquilo…

 

Nunca le había pasado en la oficina, fue entonces que se dio cuenta que las jeringas siempre debía cargarlas en todo momento, puesto que todavía le tomarían algunos años para acostumbrarse, antes de ser tan firme como su hermano o Jesse, debía seguir con eso.

Algunos trabajadores cuchicheaban fuera del cuarto, Kaiba ordenó a todos regresar de inmediato a sus labores.

Aunque se lo pidieran, no echaría a Jaden Yuki de la empresa, a pesar de todo, lo necesitaba para mantener a raya al loco alemán y también había llegado a apreciar a su trabajador.

 

—¿Estará bien, Jaden? —Joey preguntó a su esposo una vez regresó a la oficina principal. Traía a Yuseki en brazos.

 

—Ese problemático de Yusei ya lo está atendiendo. No te preocupes.

 

—Ese problema lo llevará consigo siempre, ¿verdad?

 

—Así me temo.

 

—Ojalá pudiéramos hacer algo.

 

—Ojalá…

 

Una vez el proyecto Yubel llenara las venas del diseñador, la calma regresó a ellos, era paradójico como lo que causaba ese descontrol, fuese lo único que también lo tranquilizara.

 

—¿Cómo te encuentras?

 

Jaden se acurrucó en el pecho del más alto y así se quedó por un largo tiempo.

 

—Yusei, pase lo que pase, no me dejes. Yo solo quiero el bienestar de ustedes y mío pero,…si algún día no lograras llegar a tiempo, y yo terminara comportándome como un animal, no te detengas por nada y detenme cueste lo que cueste.

 

El mecánico no dijo nada, si eso llegaba a pasar, seguro iría por Haou para que se ocupara de eso. Jamás iría de manera violenta contra su amado, jamás. 

 

—Te prometo que haré todo mi esfuerzo para detenerte y traerte de vuleta a mi.

 

El castaño sonrió y se hundió más en aquél contacto. —Gracias mi amor.

 

 

 

Al otro día

 

 

Yusei estaba en sus labores como de costumbre cuando dos autos aparcaron. Uno verde y otro dorado, no parecían ostentosos, pero el que llegaran al mismo tiempo y el brillo del dorado, le hizo pensar que se trataba de alguien conocido.

Yuya y Yusaku salieron del verde, mientras que Kaito y Yuma del dorado.

El rostro de Yusei se iluminó con tal sorpresa, se había detenido de darle la papilla a su hijo, para recibirlos de pie, como es debido.

 

—¡Yusei! —Yuma fue el primero en correr para abrazarlo, Yuya le secundaba no muy lejos pero no lo abrazó, sonrió anchamente habiendo recuperado todo su humor de antes.

 

Yusaku y Kaito solo se limitaron a ver la escena.

 

—Chicos, me da un gusto tan grande volver a verlos. —confesó Yusei.

 

—Y nosotros a ti—Yuma dejó caer dos grandes lagrimones.

 

—Es bueno volver a casa—pronunció Yuya sonriente.

 

El motivo de su aparición se debía a dos cosas principalmente: una fue por las ganas que tenían de ver a sus amigos, y la otra fue por la invitación de Seto Kaiba para el evento de aniversario.

 

—Pasen, por favor, deben contarme de ustedes.

 

Se adentraron a la sala.

A ambos les causó curiosidad el niño que cargaba Yusei. Se sorprendieron más cuando supieron que el niño era hijo legítimo de Jaden y que llevaba su apellido. Yusei era una madre ejemplar sin duda, hasta delantal azul llevaba solo por darle de comer.

 

—Vaya, me alegro mucho por ustedes dos. —se enterneció Yuya, entonces se animó a contar más sobre él.

Vivía junto con Yusaku en un confortable departamento en los límites de Osaka. Ellos no estaban casados, pero la vida que llevaban era perfecta así.

Yuya miró a su antiguo amor, a Yuma, y apretó la mano de Yusaku. —No sé ustedes, pero aún tengo algunas pesadillas con Alemania. Saben, a veces escucho la puerta abrirse lentamente y pienso que Yuki entrará a lastimarme.

 

—No eres el único, Yuya. —exclamó Yuma. —Yo no puedo dejar de tener la misma pesadilla de ver morir a Shark ante mis ojos, y me da miedo pensar que l mismo ocurra con Kaito cuando le dispararon.

 

—No exageres—respondió el rubio sorbiendo su té.

 

—¡Pero es verdad! Ver morir a alguien es un trauma de por vida.

 

—Yo lamento mucho haberlos metido en ese infierno, amigos, todo fue por mi terquedad.—Yusei se sintió abatido.

 

Yuya sostuvo su mano—Estamos bien ahora, Yusei. Sin eso, yo no habría conocido a Yusaku.

 

El doctor sonrió gentil.

 

—Ni yo a Kaito—apresuró a decir Yuma de nuevo—él y yo vivimos en Rusia actualmente. La vida de allá es dura, pero hemos sabido ser felices. Adoptamos a los cachorros huérfanos que encontramos en las heladas calles. Kaito trabaja en una empresa de seguridad como guarda espalda en contratos por eventos. Y yo aplico lo que me enseñaste aquí, Yusei. Gracias por acogerme, también tengo mi propio taller.

 

—Vaya que gran noticia.

 

—Sí —dijo Yuya— Tal vez deba comenzar a buscar un trabajo de verdad, en vez de estar dando espectáculos en fiestas. Yusaku es prácticamente el que nos mantiene.

 

Yusaku respondió esta vez.—Yo preferiría que hagas lo que te gusta, Yuya. Por el dinero, no nos hace falta.

 

—Al menos podríamos decir que tenemos por fin un doctor en la familia. —comentó Yusei, todos rieron por ello.

 

A pesar de la lejanía, seguían considerándose una familia.

 

—Sí, somos una gran familia.

 

—Y va creciendo con los años.

 

—¿Por cierto, asistirán a la fiesta de Kaiba?

 

—Por supuesto, que pregunta, Yuma.

 

—Ahh, solo preguntaba, Yuya, no empieces.

 

Todos volvieron a reír animados, está vez habían madurado mucho. Continuaron hablando hasta muy tarde.

 

 

 

 Unos días después

 

ANIVERSARIO DE EL MATRIMONIO KAIBA

9:45 p.m. Salón Escocia

 

 

 

El día de la fiesta había tomado lugar en un ostentoso salón de gala al sur del país. Era fino y pomposo, como exageraba siempre Kaiba, con sirvientes que te limpiaban hasta las pelusas de la ropa, y acicalaban a la perfección algún desperfecto en tu cabello. Todo estaba adornado por dragones azules y negros. Y los típicos burócratas soberbios que flotaban en su propio ego estaban por todas partes.

Las televisoras transmitían en vivo, y la prensa no se hacía esperar con los molestos paparazis.

Las celebridades iban arribando, los flashes no dejaban de brillar por doquier entre preguntas personales y comentarios indirectos. Atem estaba acostumbrado a todo eso, pero Yugi se moría de vergüenza al llegar del brazo de su esposo, toda la gente mirándolo a nivel mundial lo habían puesto nervioso. Seguro muchos lo juzgarían desde sus casas.

 

—Yugi—murmullo Atem hablándole en tono bajo mientras sonreía para las cámaras. —Arriba ese rostro, no olvides que eres el orgulloso heredero de Industrias Faraon’s. No te avergüences de estas pirañas, deben darse cuenta quien es el amo. Así que no dejes que te intimiden.

 

Yugi recuperó el aliento y decidido, copiaba la actitud de su amado.—Gracias, Atem.

 

Las caravanas se volvieron, cuando por fin, el tan esperado anfitrión había aparecido: Seto Kaiba entraba agarrando firmemente la mano del rubio.

Homosexuales, pero no cualquiera, poderosos homosexuales que era mejor no criticar.

Después de todo, el amor es amor.

Joey entró sosteniendo una postura de galán de novela, incluso hacía poses chistosas, indicando que podía hacer lo que se le plazca debido a su estatus social. Kaiba bufó y le pellizcó una nalga por encima del pantalón blanco y luego se volteó a otro lado aparentando inocencia.

Todas las cámaras captaron el momento exacto cuando la piel blanca del rubio se volvía roja y después ya no sabía dónde meterse.

 

—¡Ka...Kaiba! —no podía enojarse o hacer berrinche frente a toda la prensa.

 

—¿Que pasa, cachorro? saluda, todo el mundo te está viendo. —se burlaba saludando a las cámaras. Eso le enseñaría a Joey a comportarse.

 

—Gato feo.

 

El comentario soltó una risotada del magnate más poderoso de la industria electrónica, y los flashes deslumbraron a todos con más intensidad.

Seto Kaiba reir, eso era todo un acontecimiento.

 

 

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Nuevamente les había tocado una mesa para todos juntos.

Esas entradas de “divas” los tenían ya cansados, esperaban a que terminaran las caravanas para las celebridades y comenzaran la reunión.

Jaden cargaba a su hijo esta vez—Parece que es obra de la magia de alguna hada. Miren como los quieren.

 

—A mí no me gusta tanta atención de ese tipo. —Yuma se ponía nervioso, seguro él hubiera tropezado o algo malo habría de pasar si llegara así.

 

—A mi sí me gusta—Yuya estaba animado, quería subir al escenario a cantar o hacer alguna payasada como la primera vez.

 

—Pues es la primera vez que acudo a algo así. —Yusaku sí que estaba fascinado, suerte que su novio conocía a los dueños de Kaiba Corp.

 

Por fin llegaron a la mesa donde estaban ellos; Atem y Yugi saludaron a cada integrante, captando la atención de los flashes; mientras tanto, la pareja Kaiba se establecía en la mesa principal.

 

—¡Que grande está tu hijo, Jaden! —Yugi tenía un sentido paternal muy enternecedor, ojalá algún día, él también pudiera experimentar el tener a su propio hijo entre sus brazos. Aunque no lo mencionaba, Atem se había figado en eso.

 

—Al final, estamos todos juntos.

 

—Es lo importante.

 

Juntos alzaron sus copas de whisky 100 años y brindaron por el encuentro “familiar”.

 

 

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Los espectáculos comenzaron, una fiesta de etiqueta bastante animada. Bandas de grupos de rock que le gustaba a la pareja, buena comida, aperitivos y por doquier, celebridades de giros variados. Después los boletos de caridad para la rifa. Mucho alcohol, baile y buen ambiente.

 

—Jajaja nunca me dijiste eso, Atem—Yugi y los demás estaban ya algo pasados de copas. Excepto Jaden y Yusaku. Jaden debido a que necesitaba estar bien por su hijo y Yusaku porque simplemente beber no era lo suyo.

 

—Es verdad, Kaiba y yo pensábamos que los estaban tocando. Recordaremos poner cámaras incluidas con los micrófonos. No creímos que fuese muy necesario, debíamos ser discretos.

 

—No, Kiryu solo me estaba dando a probar un pay o ya no me acuerdo que era jajajaja. —Yugi parecía otro con el alcohol en la cabeza.

 

—Me pregunto ¿Qué habrá pasado con los chicos que tenían encerrados tras ese pasadizo? —Yuya se había puesto melancólico. Yuri y los demás, realmente se habían quedado en su corazón.

 

—Realmente me cuesta imaginar por lo que pasaron—Yusaku tomó la mano de Yuya para darle ánimos. —Pero me alegra que lo hayan superado. Te aseguro que estan bien.

 

—Una amuarga experiencia, pero wee!! Ya eshtamos aquí!! Saluh!! —como siempre, Yuma se ponía hasta el tope.

 

—Tarde o temprano sabremos de ellos. —Kaito agarraba a Yuma, se estaba poniendo muy hiperactivo. —Vamos a bailar Yuma, estas cayéndote, necesitas sacar esa adrenalina. —tomó a su novio y lo llevó hasta la pista.

 

—Bueno, creo que quiero participar en esta ceremonia. —Yuya se paró en el escenario para dar algo de espectáculo. “¡Damas y Caballeros!”, llamó la atención de los huéspedes, estos lo recibieron entre aplausos y euforias. Comenzó felicitando a la linda pareja, después recitó algunos poemas y siguió con chistes que hicieron amena la reunión para algunos.

 

Yusei se levantó para ir al baño, justo al salir se encontró con una bella mujer pelirroja de pecho exagerado y ojos avellana; creía haberla visto antes.

 

—Hola caballero, hace mucho que no te veía, eres Yusei ¿verdad? ¿Me recuerdas? soy Akiza.

 

Jaden miró la escena desde su lugar, afiló la mirada y se puso serio pero se controló muy bien. Esa chica parecía muy insistente trato de que no le afectara puesto que él necesitaba estar tranquilo o Yubel se alzaría desde sus venas y estaba seguro que acabaría con ella.

 

—Hola, Yuki. —un hombre interrumpió los pensamientos del diseñador, Jaden se sorprendió, mucho.

 

—Zane…

 

Zane había llegado hasta él para saludarlo personalmente, tomando su mano y dándole un beso. Yusei se percató de todo, se enceló al instante pero solo siguió hablando con aquella dama, ya recordaba lo que había pasado la última vez.

 

—Lo lamento señorita Aki, pero soy ya un hombre casado, igualmente le agradezco su interés en mi. Siga teniendo una bella noche, con permiso. —corto dulcemente a la chica y siguió su camino.

 

Yugi y Atem miraban curiosos a Zane, no lo reconocían entre el círculo de amigos de Jaden. Yusaku también lo miró pero su mayor interés era apoyar el espectáculo de su novio.

El peli azul hizo una reverencia ante el castaño en señal de respeto.

 

—Estoy muy agradecido contigo, Jaden Yuki. Mi hermano ahora está descansando en el lugar que merece. Y he escuchado que Satisfaction ya ha tenido cambios radicales; eso lo escuché por algunos contactos que trabajan ahí. Los tuve cuando pasó todo lo de mi hermano. Compruebo que eres una persona de fiar y que cumples lo que prometes. Gracias.

 

Jaden sonrió, aunque no quería saber nada que relacionara a su hermano, le confortaba el hecho de que, por primera vez, Haou hubiera sido sincero con él, y que en verdad provocara cambios en el infierno que había creado. Muy en el fondo, estaba orgulloso de él.

 

—Me alegra tanto que ahora estés bien, Zane. Si Syrus estuviera contigo, seguro estaría orgulloso de ti.

 

Zane asintió. —Me alegra haberte conocido.

 

Jaden alzó dos dedos, he hizo su típica señal, de la ceja hacia afuera crerrando un ojo. —Y a mí me alegra haber ayudado.

 

Yusei regresó a la mesa, de inmediato se enfrentó cara a cara con Zane Truesdale , todos habían quedado a la expectativa.

Se miraron unos segundos desafiandose, después Yusei le estiró la mano.

 

—Lamento mucho lo que pasó la primera vez. Mi nombre es Yusei Yuki, soy esposo de Jaden Yuki. Sin resentimientos.

 

Zane analizó su actitud promiscua, por unos instantes había pensado que mentía, hasta incluso le aclaró que estaba casado con Jaden; que infantil le pareció y a la vez tierno. Cogió la mano también, terminando con la discución interna.

 

—Te queda grande el apellido. Cuídalo mucho, vale oro.

 

Las tempestades habían terminado. Sí Yusei pensaba siguiera en ponerse celoso; la mirada siniestra de Haou Yuki llegaba severa como única advertencia a asu mente. Yusei no volvería a tener esos arranques de celos jamás.

Zane volvió a hacer una corta reverencia, para después retirarse hacia su propia mesa.

 

—No volveré a descuidarlo.—se dijo Yusei, mirando como partía la figura de aquel desconocido.

 

 

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La reunió pasó sin ningún percance, todos se divertían como debía ser. Kaiba y Joey finalizaron con un baile pegados uno al otro.

Para algunos fue lo más bizarro que hayan presenciado, para el mundo quizás repugnante, pero para los que realmente conocen lo que es sentir el amor de verdad; aquello estaba por arriba del entendimiento humano; y sabían que aquello era la presencia de un milagro, pues no era fácil de encontrarlo y ser correspondido como lo que tenías Kaiba y Joey.

Kaiba se acercó a su mesa junto con su esposo.

 

—Vaya, el equipo de los perdedores. Verlos todos juntos me hace querer echarlos a patadas. Pero los dejaré pasar por esta vez.

 

—Kaiba, si tú nos invitaste—contradijo Atem, todos rieron por la contradicción. Kaiba solo se hacía el duro, realmente los quería a todos.

 

—Pasaron tantas cosas amigos—dijo Joey haciendo la calma de nuevo. —Me alegra que todos vinieran y que lo disfruten. Tienen que contarme cómo les va en la vida —se abrazó al brazo de su esposo.

 

El castaño cerró los ojos, en lo que todos posaron sus miradas sobre él y después los volvió a abrir.

 

—Está confirmado que Haou Yuki ha reconstituido ese lugar de muerte. —dijo súbitamente, todos le prestaron atención— Main Satisfaction ya no es un lugar tan peligroso como lo conocíamos. Aunque es un lugar “dócil” de recreación para gente enferma; todos piensan que Yuki solo está poniendo una cortina de humo para aparentar “inocencia”, y que las autoridades lo pasen desapercibido. Cuentan que hizo eso porque casi lo atrapan pero  que en realidad sigue con sus bajas fechorías. Solo nosotros sabemos lo que pasó en realidad. Quizás Yuki tenga otra forma de divertirse, pero eso nadie lo sabe.

 

Jaden desvió la mirada, no deseaba saber nada de su hermano, pero estaba aliviado de escuchar noticias positivas de él, aunque no fuesen confirmadas.

 

—Por cierto —interrumpió Joey dirigiéndose al diseñador—, tu hermano está casado con una mujer llamada Rebecca y tienen una niña.

 

Los cuchicheos no se hicieron esperar, la sorpresa era obvia. ¿Cómo pudo haber pasado eso después de todas las fechorías que había hecho? ¿Haou era padre? Imposible. Todos pensaron que era una crueldad para la niña tener a semejante progenitor. ¿Qué podría esperarse de él?

 

—Silencio—acalló Kaiba— Como sea, nadie sabe cómo está la pequeña, si está bien o mal, es problema de Yuki. —finalizó.

 

—Pero no podemos permitirlo—musitó Yugi, después alzó la voz—Sabiendo lo que le hace a las personas que caen en sus manos, ¡podría hacerle algo grave a esa pobre niña!

 

—Sí, pero es su hija legitima, no pueden quitársela—alertó Yusaku.

 

—Yo digo que haríamos una buena obra del día si se la quitamos. —apoyó Yuma— Alguien de nosotros podría darle un mejor hogar.

 

—Estoy de acuerdo con Yuma—se enalteció Yuya—Esa niña a llegado a este mundo a ser feliz, no a ser una víctima de los abusos enfermos de ese monstruo.

 

Todos pensaban lo peor sobre el tema. Mas la familia Yuki, ahí presente, eran los únicos que no participaban en el debate; ellos y Seto Kaiba.

 

—Basta. —Seto volvió a calmar el alboroto. Esta vez miró a su empleado de diseño. —Creo que en verdad le has cambiado la vida a tu hermano. Y pienso que ha sido para bien. ¿Tú que opinas con todo esto?

 

Las miradas se posaron en el diseñador esta vez; este no dijo nada por unos minutos, parecía un chico más serio que antes.

 

—Pienso que la vida que elija Haou, es su responsabilidad ahora.

 

—Pero …

 

—Es su derecho. Él sabe lo que hizo, las consecuencias de lo que hizo, los pocos frutos que cosechó; creo que deberíamos de comenzar a superarlo y aceptar que mi hermano tiene una vida, y que él puede hacer con ella lo que le plazca. Así como todos nosotros tememos la oportunidad cada mañana de decidir si nos levantamos o no, Haou también tiene derecho a arrepentirse y formar un futuro mejor, aunque también puede permanecer en la miseria como hasta ahora. Esa es decisión completamente de él y de nadie más.

 

—Sí, pero esa niña…

 

—Esa niña es su hija, y no hay nada que nos de el derecho a quitársela. —suspiró—En otras palabras, no podemos hacer nada en contra de él ahora.

 

El silenció en el círculo dejaba claro su entendimiento sobre las cosas, estaban de acuerdo en eso, aunque no aprobaban la idea de que ese mal nacido haya formado una familia después de lo que había hecho.

 

—Esperemos que esa niña, esté bien. —Yusei se afligió un poco.

 

¿Qué es lo que Haou Yuki estaría haciendo en su nueva vida realmente?

 

 

 

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Alemania

 

 

Jesse despedazaba los cuerpos de los agresores con astucia, técnica y elegancia al blandir la katana heredada por su hermano. Aquellos ojos naranja eléctrico eran quizás un poco más fieros y siniestros que los que alguna vez había demostrado Johan Anderson en su práctica de verdugo, entonces intimidaba peor que el asesino original.

Jesse Anderson, 27 años, jugaba con sus presas a morir, se esforzaba aunque no se divertía viéndolos sufrir, esos infelices eran los opositores del cambio de sistema y administración del equipo Satisfaction; la resistencia, se les podría decir.

Por el mundo giraban varias “sucursales” del ricachón alemán, cada uno con sus respectivos líderes a cargo, quienes habían establecido pequeñas mafias clandestinas dentro de la misma organización. El lavado de dinero a costas del sufrimiento de jóvenes y jovencitas era el pan de cada día para estos oportunistas. Era obvio que ninguno quería que se deshiciera su zona de confort, por lo que la noticia de la disolución del equipo Satisfaction los había tomado por sorpresa.

No, ellos defenderían su nidito de corrupción a como diera lugar; su mina de oro no debía ser derribada ni por el mismo Yuki. La primera advertencia la habían pasado por alto, posteriormente los agentes que acudían a decírselos —personalmente—, habían sido asesinados, entonces Haou no tuvo de otra que mandar a su as bajo la manga antes de decidir acudir él  personalmente.

Nunca tuvo la necesidad de ir, ya que Jesse haría todo por él, todo sin importar lo que sea y ningún fallo.

Jesse lo apreciaba por la memoria de su hermano, también se había convertido en un padre protector para la niña. Sentía que ahora tenía un fuerte propósito en la vida. Y para empezar debía acabar con esa peligrosa organización a cargo de su querido emperador.

Se había entregado por completo a Yuki, ese era su destino que defendería arduamente y también a su princesa; la angelita que daba luz a ese mundo infame y asqueroso en el que había crecido. Tenía fe en que cambiaría todo para bien, tenía fe en Haou y en todas las decisiones que hiciera. El bien estar lo lograrían juntos, aunque se manchase las manos en ello.

 

Por amor—se repetía siempre que entraba en acción.

 

Haou tenía que cazar a cada uno de los directivos a cargo de cada sitio; las cosas no serían tan fáciles sin la destreza de su esposa, pero había contratado a un Hacker excelente para culminar con el exterminio; su alias era Revolver, y gracias a él, había podido dar con los opresores.

Haou no deseaba asesinar a nadie, no obstante, la limpieza se le había puesto muy difícil; sus colaboradores opositores incluso lo habían mandado a matar, teniendo —por supuesto—,el resultado opuesto a lo que pensaban. Pensaron que la unión les daría la fuerza, mas solo comprobaron que el infierno en tierra existe y realmente existía un demonio rigiéndolo.

Haou simplemente tenía que hacer lo que debía, todo por construirle el bienestar futuro de su hija.

Johana, la hija de su hermano, esa hermosa niña se había vuelto un tesoro inmaculado para él, por lo que todo debía estar preparado y “feliz” para cuando ella tuviera conciencia de vivir.

Jesse era su ángel de la muerte, leal y asertivo, la “madre” de su pequeña y Yuki el padre que daría la vida por ellos dos.

Haou Yuki, 27 años, su vida siempre había sido caótica; pero se dio cuenta que el destino siempre ha estado en sus manos, solo que él no había querido ver la carta de la realidad hasta que llegó su hermano.

Eso era lo que más le hería, no poder ver, hablar o sentir a su hermano como antes. Jaden había deshecho toda clase de conexión con él y ese había sido su pero castigo, tenía que vivirlo día a día hasta el final de su existencia; o si Dios le diera otra oportunidad— algún día—, de reconciliarse con él, estaría eternamente agradecido.

 

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Miro el cuadro de Johan, siempre lo contemplaba por largo tiempo a la vez  que platicaba con su espíritu. Johan solo lo miraba, nunca había hablado, su voz había enmudecido inexplicablemente, era otra clase de castigo seco para el magnate.  

 

—Me hubiera gustado hacer más cosas contigo y hacerte feliz. Desperdicié mucho tiempo y todo por nada. Ojalá hubiera una manera de volverte a la vida. Juro por Dios que te cuidaría con mi alma, como a mi hija.

 

Johan negó con la cabeza, haberle mentido y quitado su hija a Jaden no había sido lo correcto, aun su amado tenía mucho por aprender.

 

—Sé que estás molesto conmigo por lo de la niña; pero simplemente no puedo regresar y dársela, ¿Qué crees que diría? ¿Cómo me trataría? Me odiaría más….yo…ya no quiero que me odie más.

 

El espíritu de Johan seguía severo, no le había apartado la mirada dura en ningún momento.

 

—Pero te prometo que tendrá la mejor vida que una chica pueda desear.

 

Johan movía la boca, Haou trataba de leer los labios, su corazón se hacía pequeño por la impotencia de no poder escuchar de nuevo su hermosa voz.

Ahora entendía por qué su hermano y él compartían el don de ver espíritus; quizás el destino lo preparaba para ese momento, para el castigo. Se hicieron muchos sacrificios para que ese lugar de mala muerte fuera desmantelado.

 

“Rebecca” —había dicho Johan, a lo que el castaño le pareció una ofensa grandísima.

 

—¡Es que no lo entiendes! ¡Yo detesto a Rebecca! ¡No quiero verla de nuevo, la mataría si no es porque me da lástima!

 

Johan lo torturaba con su mirada pérfida.

 

—¡JOHAN! —dio un golpe a una mesita que se encontraba cerca— ¡No lo haré, no viviré con ella como marido y mujer, no me haré cargo de sus caprichos de colegiala. Ella también debe pagar!

 

Pero el difunto no apartaba su mirada.

Haou comenzó a temblar, quería hacer una vida con Jesse, con Johan de su lado, con su pequeña hija. Pero nunca imaginó el sentido de justicia y ética tan atestado que poseía su amado peli-azul—No me obligues mi amor, no me obligues a estar con ella, no, Johan, yo te amo…

Era lo correcto y Haou lo sabía. Después de todo, llevó a engaños a esa mujer hasta la locura; le arrebató a sus hijos y la confinó a la soledad a una muerte lenta y sin sentido.

Lágrimas, lágrimas que se había olvidado que tenía estaban fluyendo con pesadez.

 

—Te extraño tanto, Johan. No sabes lo mucho que te necesito en este momento. Mi cuerpo te extraña, mi olfato te añora, mi piel se siente muerta sin ti. Perdóname…tenías razón…yo estaba perdiéndome en Walter.

 

Era un tormento día a día que jugaba con su cordura. Alrededor de Johan había otros que también lo juzgaban, almas en pena y demoniacas que cargaría para siempre, junto con su demonio endógeno. Se dába ánimos para no caer en la desesperación y en la locura, ya que ahora tenía a una pequeña vida  en sus manos que dependía de su guía y enseñanza para crecer y ser feliz. Pero esta parte de su vida había sido la más difícil de todas y lo seguiría siendo, Johan no estaría a su alcance nunca más.

 

—Te amo, Johan, te amo tanto…

 

En un susurro lejano, dentro de una dimensión paralela donde Haou no podrá alcanzar hasta su muerte, Johan le respondía con todo el corazón tocando la pared invisible que los separaba.

 

—También te amo, Haou, y siempre lo haré, te cuidaré por siempre.

 

Y el día en que volvamos a encontrarnos, volveré a enamorarme de ti eternamente; porque tú y yo formamos parte de la misma entidad de vida; y porque juro que Dios nos va a dar la oportunidad de ser felices.

 

A veces nos quejamos de nuestro propio destino que acontece día a día; nosotros no elegimos en donde nacer, que vivir, pero tenemos el poder de cambiar las cosas siempre que tengamos el objetivo de hacerlo bien.

En la vida hay muchos enigmas que no tienen sentido; hablemos de los chicos a los que les toca ser secuestrados y torturados, de las personas que esperan algo mejor terminando solas, de los trabajos donde luchas arduamente para que al final siempre se te cierren las puertas.

¿Por qué pasa eso?

Nadie lo sabe; mas está claro que cualquiera de esas cosas podría ser provocada por los caminos que eliges. Quizás esos jóvenes fueron sustraídos en alguna fiesta, en la calle a altar horas de la noche o fichados por algún acto, pero nunca esperado; quizás si se hubieran seguido las normas no estarían ahí. Quizás si no se hubieran arriesgado a estar tan tarde en la noche camino a casa, o solos por la misma vereda, no los hubieran secuestrado.

Depende de las sircunstancias, aún así no pudo no haber pasado.

Las persona que esperan al ser indicado para vivir felices y se quedan solas, quizas si no hubiera sido tan exigente, habría tenido la oportunidad de vivir con algún buen humano.

No hay explicación para algunas cosas que pasan, pero quizás nuestros ejemplos sirvan para el camino de otros.

Es un hecho que estamos en esta vida para aprender y enseñar; nadie se va sin dejar una enseñanza al mundo.

Y el destino, mejor dicho, tú misión en esta vida existe. Lo que hagas con el tiempo que te da la vida para llegar a ese punto depende únicamente de ti. Si llegas enriquecido, las armas que hayas poseído en el trayecto te harán más fácil la misión; pero si te perdiste en el pasado, en lo que hubiera y en lo que fue, aferrándote al pensamiento de merecer lo que no era en tu tiempo; alcanzarás ese destino sin armas, que solo te harán más difícil la misión.

Superar el pasado es lo más complicado de vivir, pero no aprender de él sería mejor no vivir.

 

 

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Haou bajó hasta el lugar donde se encontraba Rebecca; la pobre estaba débil y marchitada, en espantosas condiciones deplorables.

Al verlo, sus lágrimas corrieron esperanzadas por su maltratada piel, indiscutiblemente estaba dichosa de ver a su esposo.

 

—Haou—frágilmente llegó hasta la figura soberbia del magnate y lo abrazó con todo su cariño. —Regresaste.

 

Haou la miró sin expresión alguna, con mucha dificultad rodeo su cuerpo con los brazos; sus orbes dorados echaron un vistazo a su alrededor.

Todas las personas a quienes les había arrebatado la vida, las personas que no pudieron culminar con su destino, a quienes les arrebató sus sueños, todas ellas se encontraban mirándolo penetrantemente, siempre fulminantes.

Entonces Johan los hizo desaparecer.

Esta eran su casa ahora, la que Haou había construido y la que debía pagar.

Expiar sus pecados sería difícil.

 

 

—Jaden…

 

 

 
 

FIN

 

 

 

 

Notas finales:

 

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Me preguntan si haré ovas, y digo, si las haré, pero esas sí me llevarán algo de tiempo elaborarlas, sobre todo para profundizar sobre los amoríos.

 

Sobre Yuto y Yugo, no los puse porque creo que saben bien que regresaron  a sus casas con las personas que aman. Yuri se quedó a dirigir los negocios clandestinos de Haou junto con Dennis, son una pareja.

 

Si tienen duda de lo que pasó con algún personaje, no duden en preguntarme en los comentarios ;)

 

Muchísisimas gracias por leer, dejo mi facebook por si desean hacerme alguna pregunta personalemnte.

Hasta la próxima.

 

https://www.facebook.com/yamilethjadenly.vela

 

 


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