Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cambio de Corazón por Yami Red eyes

[Reviews - 259]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

Personajes:

 

Tori

 

Cathy

 

Chazz

 

Blair

 

Luna y Leo

 

 

"Las personas hermosas no se distinguen por la cara, sino por el alma"

 

 

 

Capítulo 6.-Juego de calabozos.

 

 

 

Departamentos Syncro No 27.

 

La mañana se hizo presente, los rayos de sol tocaban la maltratada piel morena del mecánico como pequeñas llamaradas de fuego ardiente bailando sobre su músculo a través de las rendijas de la cortina de aquel elegante ventanal.

Una habitación amplia, con tocador de la mejor madera con detalles eclesiástico. Sabanas de la mejor importación, así como —aparentemente— toda la tela del lugar. Iluminación moderna, un aroma agradable entre manzana-canela, varios cuadros de ángeles y divinidades de todo el mundo: Buda, Gita, Jesús, Alá, entre otros, pintados a un estilo barroco eclesiástico exquisito; en general todo el decorado era soberbio.

Yusei abrió sus cansados ojos lagañosos con pesadez, había llorado tanto que no recordaba en qué momento se había quedado dormido después de haber sido liberado por esa bestia.

Se sentó en la cama siendo el edredón lo único que cubría su cuerpo desnudo y ahora su hombría.

Miraba fijamente algún punto del piso sin expresión, entristecido por la salvaje experiencia de la noche anterior.

Se había equivocado gravemente, se arrepentía de todo lo que su imaginación había dado por real que incluía a Haou como similar de Jaden.

Nadie, nadie era una copia de otra persona en todo el mundo. A él le había costado aprender esa lección por las malas, después de tantas advertencias, aun así cayó directo al abismo como un estúpido.

Libre albedrío, diversidad de pensamientos, formas únicas de actuar y pensar, corazones desiguales entre las buenas y malas personas del mundo; eso era de lo que los seres humanos estaban hechos y ninguna semejanza, sólo en la especie. Cada cabeza era un universo incomparable. Así como Jaden y Haou, el físico, lo material solo es una apariencia engañosa, lo que realmente importaba era su alma. Pudo comprobar que mientras la dulce y cálida alma de su amado diseñador lo motivaba a la vida y lo hacía más fuerte; la álgida y mórbida alma del magnate lo hacía desear la muerte.

 

Jaden…

 

Se abrazó a si mismo tratando de no lastimarse mucho o abrir alguna herida en proceso de sanación.

Haou cargaba una navaja suiza, un juguete predilecto a simple vista pues usó cada uno de los filos y las formas para marcar profundamente su piel. El sofá había quedado como evidencia de esa atrocidad. ¿Cómo es que nadie había acudido a sus gemidos y gritos de dolor?

Su rostro estaba intacto, al menos podría mostrarse en la calle. No volvería con él jamás.

La puerta se abrió dejando ver a su reciente pesadilla. Éste lo miraba entre una imperceptible sonrisa y una pose arrogante cruzado de brazos. Se recargó en el umbral de la puerta para mirar a su reciente adquisición.

Yusei trató de no respirar al enfrentar su rostro.

—Es tarde Yusei, ¿Vas a quedarte ahí todo el día? —su voz sonaba profunda y aprensiva.

El aludido tragó saliva. ¿Cuál sería la respuesta correcta?

—Haou. Me voy de aquí.

Haou no desvió la vista. Sabía que se refería a escapar y no volver nunca,  pero él lo tomo como ida de un solo día.  

—Bien. Debes regresar antes de las diez. No quiero retrasos.

¿Qué quería decir con eso? Era una pregunta que se había formulado en la mente del mecánico pero que sus labios no se atrevían a pronunciar, mas su mirada expectante le había echo entender al magnate lo que estaba pensando.

El castaño entró a la habitación quitando el edredón agresivamente. Yusei solo pudo cubrirse su parte íntima con las manos sorprendido por el inesperado acto.

—No quiero que otra persona arruine el magnífico “Piccaso” que he hecho en ti. Eres una de mis obras maestras y con mi firma exclusiva, te hace valioso. —sus orbes doradas se posaron en las intimidadas azules. —Tienes un rostro hermoso, Yusei. Lo deseo solo para mi. Será mejor que no me desobedezcas.

Haou caminó tranquilamente hasta tomar su rostro y darle un suave beso en los paralizados labios, después otro tierno en su cabeza.

—Ve al taller, después vendrás aquí sin demoras. Soy muy celoso de mis cosas.

Habló como hipnotizándolo tal vampiro; aunque esos seres míticos no existieran, Haou era un claro ejemplo latente de cómo debería sentirse un mortal delante de uno.

Yusei tragó saliva nuevamente, su respiración se volvió fría pero aun así, con su poco vigor, se atrevió a contradecirlo.

 —No.

La expresión del magnate se tensó, lo miró con incredulidad entre en un semblante áspero. Sin embargo su corazón latía más rápido ante tal rebeldía, y la emoción crecía por aquel chico indomable de tez morena.

—¿Por qué no? —Yusei lo había orillado a cuestionar, algo casi imposible para aquel megalómano chico.

Yusei sabía que había enfurecido al demonio. Rápidamente buscó alguna excusa que le diera más tiempo de sobrevivir para poder escapar de sus garras, porque si seguramente desistía de sus palabras se vería flageado con otra tortuosa demostración de “amor” al estilo Yuki.

—T-tengo que ir a… Kaiba Corp. Tengo una cita con Kaiba. —apresuró a justificar.

Haou alzó una ceja.

—Seto Kaiba, ehh... —se dirigió nuevamente a la salida mientras pensaba, al llegar al umbral, se detuvo solo para hablar autoritario sin verlo. —Entonces te veré en Kaiba Corp a la una. También necesito ir. No llegues tarde.

Salió dejando al azabache pasmado.

¿Y ahora cómo podría quitárselo de encima? Con un poder como el de él, seguramente no podría esconderse.

Bajó la vista, nunca debió buscarlo, era un tonto.

 

Jaden, ayúdame…

 

 

Isla de Man

 

 

Todavía no amanecía en el viejo continente. Jaden estaba en el balcón de su habitación de hotel mirando en la lejanía lo poco que podía ver del calmado vaivén de las olas en la playa.

Sus mechones castaños revoloteaban con la suave briza húmeda que acogía siempre a la isla. Las estrellas puras y dispersas eran otro espectáculo que solo esos lugares privilegiaban al público que lo presenciaba.

Pero en su pecho algo lo acongojaba, lo estrujaba como si hubieran puesto una llave inglesa en su corazón apretándolo cada vez más. Algo no andaba bien y lo sentía perfectamente.

 

Yusei….

 

Necesitaba verlo, necesitaba sentirlo, necesitaba saber si se encontraba bien o seguramente caería en una crisis nerviosa por la incertidumbre.

Jesse estaba dándole la espalda en una de las camas gemelas del cuarto. Estaba despierto, simulaba que dormía, pero no podía pasar por alto el estado distraído e inquieto que su amado castaño sufría el cual no lo había dejado dormir.

Su semblante se endureció, quien sea o lo que sea que le estuviese causando ese daño psicológico a su castaño no merecía existir. Nadie tenía derecho de arruinar esa alma tan pura, nadie lo haría y él se encargaría de eso.

 

Isla de Man. 9:00 a.m

 

—Arriba dormilón. — Jesse le hab¡ia traido un sabroso desayuno hasta la cama. Huevo con tocino, un vaso de leche y otro de naranja.

Jaden se talló un ojo mientras bostezaba. Para él era muy temprano todavía y eso que su trabajo en KC comenzaba justo a esa hora.

—¿Por qué tan temprano Jesse?

El aludido sonrió anchamente.

—Si queremos ver todo lo que ofrece esta isla, debemos alistarnos desde temprano.

—¿Pero vamos a ir a la embajada?

—Claro que sí Jaden. —cogió un bocado de los huevos con tocino con la cuchara y lo acercó a la boca de su invitado. Jaden estaba todavía adormilado por lo que no se le hizo extraño ese comportamiento. Yusei a veces lo despertaba de esa forma. Comió con normalidad dejando que el peli turquesa acabara de explicarse.

—Solo que hay muchos lugares interesantes que quedan de paso. Me gustaría que los vieras.

Jaden comió otra bocanada de la mano de su nuevo amigo.

—Umm….Quisiera ir a la embajada lo más pronto posible. —habló con la boca llena.

—Lo haremos Jay, lo haremos. Has pasado por tanto que necesitas relajarte. Dame ese placer.

Al castaño le ayudó la forma tan optimista de decir la cosas del oji esmeralda que solo asintió con la cabeza. Continuo comiendo ayudado por el chico extranjero mientras le prestaba atención de lo fascinante que era la isla, pero pronto cayó en cuenta lo que estaba pasando: Jesse estaba dándole de comer en la boca.

—¡AHHH, viejo! ¡¿Qué haces?! ¡Yo puedo comer solo! —le quitó la cuchara y comenzó a comer solo. A su acompañante le resultó gracioso su reacción y rio bajito.

—Ya casi lo terminas Jay. Además no me molesta.

La cara del japonés se puso colorada, no supo que responder y solo desvió la mirada.

Jesse le sonreía radiantemente, adoraba esos gestos infantiles.

—Dejaré que te alistes para viajar. Te estaré esperando en el lobby. —Salió guiñándole un ojo. Claramente estaba coqueteando con él, Jaden no sabía por qué pero ese chico le recordaba a él mismo.

 

Salieron juntos y nuevamente subieron a un taxi.

Jesse le volvió a explicar la historia del lugar. Esta vez el castaño le puso atención.

Era una isla muy bella, su primera parada era en la playa. Jesse le había comprado un traje de baño, insistió en que se lo pusiera para no desgastar sus ropas y así fue que lo convenció.

Ya le hacía falta tener esa clase de pausas relajantes en su vida. La última vez que había ido a una playa había sido con Yusei poco tiempo después de haberse formado la pareja.

Amaba esa combinación, Yusei y el mar. Los abrazos de los cuerpos bronceados por el sol, sus masajes mutuos con el protector solar, comida especial como la partida de la sandía. No olvidaba la musculatura de su novio y las palabras susurradas a él sobre su oído inspiradas por la musa más grande del mundo: el mar. Hace tanto tiempo, hace tantos hermosos recuerdos, con el antiguo Jaden antes de sentirse sumiso que se habían ido con el tiempo. Los ojos de Yusei eran siempre aquel recuerdo del momento, el mar y el cielo. Yusei lo consentía demasiado a cada instante como para sentir que algo andaba mal hasta ese momento.

 

—¡Vamos Jaden! —Jesse se metió al agua invitando a que entrara.

 

¿Y cuándo iremos a la embajada? —se preguntó algo ansioso pero suspiró resignado. Quizás Jesse tenía razón, necesitaba calmarse y vivir.

 

Juguetearon con el agua, cada vez más rudo pero nunca llegando a lo agresivo. Juntos se sentían sincronizados, como si ya se hubieran conocido antes, como si hubieran vivido experiencias hombro a hombro antes, incluso íntimas. Algo extraño pues ninguno de los dos se había visto hasta el accidente.

Sobre la arena habían unos chicos jugando al volleyball. De un lado un chico de tez pálida con ojos negros bastante rasgados y cabellos parados azabaches de nombre Chazz, junto con una bella chica algo baja de estatura, cabello largo azul marino y ojos cafés claro de nombre Blair. Al contrario de la red se encontraban un par de gemelos de cabello agua-marina de ojos avellanas de nombres Leo y Luna.

Jesse pidió unirse a uno de los equipos mientras que invitaba a Jaden al otro para que quedaran tres contra tres en total.

Blair se emocionó tanto que abrazó al castaño y lo condujo hasta su equipo. Chazz solo chasqueó pues se dio cuenta que la chica estaba coqueteando con él.

—¡Te llamas Jaden , ¿verdad?! ¿Podríamos tener una cita después de esto? —Blair había escuchado de los labios del peli turquesa el nombre de aquel adorable chico y no dudó en darle el visto bueno.

—Amm…no creo poder.

—¡Vamos por favor!

Chazz se acercó al castaño, alejó a la chica  y tomó la barbilla del diseñador para hacer que lo mirara.

—No me agradan los niños bonitos.

Jaden hizo una mueca nerviosa y tragó saliva.

—¡No lo molestes Chazz, él es mi futuro novio! —se colgó del brazo del invitado y alejó al azabache con un golpe.

—¡No tienes por qué golpearme, Blair!

—Pues no lo molestes. —ambos amigos se retaron con las miradas echando chispas en medio del castaño, quién miraba al cielo crispado un poco por que se estuvieran peleando por él.

—¡Hey, ya vamos a jugar! ¡Después se consiguen un cuarto de Hotel! —gritó Leo, provocando que su hermana riera.

Jesse arrugó el entrecejo cuando ese pelinegro tocó la piel de su amado castaño y sobre todo, no le agradó para nada lo resbalosa que resultó ser esa enana.

No dijo nada, solo endureció sus facciones.

—¡Muy bien Leo! —Recuperó los ánimos la chica peli azul, —¡Escuchen todos, si ganamos, Jaden tendrá que acompañarnos a cenar para dejarme consentirlo, y ustedes pagarán. Nya!

—¿!Ehhh?! —Jaden solo exhaló en impacto pero no lo dejaron protestar. Fue interrumpido.

—¡Muy bien! —acordó Leo. — Pero si pierden ustedes pagaran la comida.

—E...espera—protestó Yuki.

Pero Leo alzó el balón y lo lanzó al otro lado dando comienzo al juego.

Chazz respondió el ataque y así luego Luna, Blair , Jesse.

Jaden trató de no pensar mucho en su tonto acuerdo, pensaría en eso después y también participó.

 

¡Tenemos que ganar! —de ninguna manera Jesse permitiría esa clase de atenciones para el castaño que no vinieran de él.

 

Transcurrieron los minutos, se dieron una breve pausa para refrescarse un poco. Blair estaba pegada al diseñador tratándole de dar uvas en la boca. Jaden tomaba algunas solo por cortesía aunque ya le había dicho que no, amablemente. Jesse y Chazz ardían por dentro.

El segundo tiempo.

Estaban empatados, por lo que la siguiente marca definiría al ganador.

Jesse soltó el balón, Blair lo respondió bien, después Luna saltó para contra atacar y fue que Jaden salvó el toque. Leo trató de taparle el triunfo con un fuerte golpe efectivo, estaba a punto de caer a la arena del lado del pelinegro.

Era el final, no habría forma de llegar tan abajo, Luna y Leo estaban festejando antes de tiempo. Entonces Blair corrió y le dio una patada en las piernas del azabache, haciéndolo caer y provocando que con exactitud el balón rebotara en su rostro, así ella remataría y ganaría el encuentro.

—!!Siiii!!

La cara de Chazz quedó marcada con la forma de la pelota, los gemelos se quedaron fríos por haber perdido su posición de defensa y exponiendo su área. Jesse solo se apretó la cien con dos dedos y negaba con la cabeza.

—¡Ganamos! ¡Ganamos! —Saltó la chica a los brazos del diseñador japonés y lo abrazó con fuerza. Sus pechos estaban tocando el torso del castaño enrojeciendo todo su cuerpo y dejándolo inmóvil.

Eran tan suaves y agradables, puso una cara de tonto al sentirlas frotándose en él. Le recordaba a una novia que tuvo hace años en sus días de preparatoria.

—¡Blair!! —Chazz se paró de un salto con la cara enrojecida en un perfecto círculo y comenzó a perseguirla. Ella solo sonreía y corría alrededor del diseñador.

—¡Al menos ganamos, Chazz jaja!

—!Ven acà, niña oportunista!!

—Jajaja—reía la chica.

 

El día en la playa había sido muy divertido, todo el grupito se había sentido identificado y se habían hecho nuevos amigos. Así fue que fueron a un restaurant para pagar la apuesta.

Estaba cerca la noche.Ya vestían sus ropas habituales.

Yuki en ningún momento pudo separarse de la chica, solo cuándo se cambió de ropa.

Jesse le había dicho que no tenía que cumplir con esa tonta apuesta entre esos desconocidos, pero el diseñador se encontró intrigado. Además de que tendría una cena gratis.

Al sentarse en una de las mesas, una chica sentada en otra no despegó la vista del peli-turquesa. Era una chica de apariencia bastante delicada, ojos enormes melados, cabello corto verde oscuro, con un mechón verde intenso en la parte delantera de su fleco de lado, vestía un vestido rosa y su acompañante era una amiga de ella de cabello largo gris, vestida de cosplay de gato y usaba lentes.

—Vaya, conque alguien por fin ha llamado tu atención, Tori. —le picó una costilla con su codo en forma pícara. Su amiga se había quedado embelesada con la figura del Anderson he incluso sus ojos brillaron.

—Por fin he encontrado a mi príncipe azul, Cathy.

 

Los seis recién amigos hablaban animadamente; al menos los gemelos y Blair lo hacían. Chazz solo se recargó en el respaldo de su asiento mientras dejaba que los demás ordenaran lo que se les antojaba degustar esa noche. Miró de reojo al castaño, no comprendía por qué ese chico se le hacía muy familiar. No recordaba dónde lo había visto.

La chica peliázul no dejaba de arrimar su cuerpo a los brazos del japonés, además de darle de comer en la boca y sonreírle mucho. Luna y Leo se maravillaban con un espectáculo de rock urbano en ese momento sobre el escenario y los minutos pasaban de manera normal. El ambiente era agradable, cada pub tenía su encanto; y ese era mucho más juvenil que el anterior.

—Vamos Jaden, abre la boquita. Di “Ah”. —comenzaba a gustarle ese jueguito al diseñador, solo se dejaba mimar por aquella linda chica. Sabía que debía revelarle que tenía novio, y que lo estaba esperando en Japón.

Solo habían hablado de los gustos y vidas de cada quien, de todos los ahí presentes, pero sin llegar a profundizar su estado civil. Hasta que el momento diera la oportunidad de revelarlo, Jaden se dejaría consentir.

Sin embargo, no fue divertido ese encuentro para Jesse. Estrujó un tenedor hasta doblarlo por aquellos mimos, su mirada comenzaba a ser sombría y su cabeza comenzó a maquinar cosas atroses. Estaba llegando a un límite y creía que no se podría controlar.

 

Jaden es mío….—comenzó a creerse con derechos.

 

Por otra parte…

 

Mmm... ¿California?..no.....¿Ecuador?..mmm...¿Tokio?...¿China? —Chazz trataba de recordar dónde lo había visto en sus múltiples viajes de negocios con sus hermanos, pero había conocido a tanta gene que se le hacía casi imposible dar en el blanco. —mmm……

 

En ese momento las orbes castañas se posaron en las suyas, Chazz se sonrojó, pero a la vez palideció más de lo normal. Su rostro se había puesto morado, como si hubiera visto un fantasma.

 

 

A-A…!Alemania! —por fin pudo recordar aquellos ojos dorados que ponían a temblar a todas las empresas mundiales.

 

 

Chazz se levantó de golpe y tragó saliva. Los presentes lo miraron desconcertados.

—¿Pasa algo malo? —Leo preguntó.

La expresión del azabache los espantó un poco.

—¿Chazz? —la gemela se comenzaba a tensar.

Chazz no despegó la vista del interrogante castaño, incluso había llamado la atención de Jesse.

—T-Tú eres…Yuki…

Jaden no comprendía, ladeo la cabeza y solo respondió afirmativo.

Chazz comenzó a sudar frío, miró a Blair y la tomó del brazo alejándola de él.

—¡¿Qué te pasa Chazz?!—se quejó la chica.

—¡Ven tenemos que hablar en privado! —Chazz la arrastró hacia fuera, no sin antes ofrecerle una educada disculpa al castaño haciendo una reverencia y comentándole respetuosamente que tenía que hablar con su amiga de trivialidades.

Todos lo miraron desconcertados hasta que se fueron.

—¿Y ahora que les pasó?—preguntó Luna.

—Ya sabes como son esos dos.—se acomodó Leo sobre su asiento sin darles importancia—Solo exageran cada cosa.

Jesse se levantó en ese momento.

—Voy a ir al sanitario. —le sonrió a su castaño y caminó tranquilamente hacia el servicio.

Los tres restantes parpadearon varias veces.

 

 

La chica de cabellos verdes vio una oportunidad de conocer a su “príncipe azul” y se levantó detrás del oji-esmeralda.

—¡Ve por él, Tori! —su amiga la alentó alzando un barrilito de cerveza en lo alto y darle un sorbo después.

 

 

……………

 

 

—¿Qué sucede, Chazz?

El aludido estaba nervioso, miraba para todas partes como ocultándose de algo. Estaban fuera del lugar, en un callejón cercano.

—¡Debemos irnos de aquí, Blair! ¡No debes congeniar con él o te irá mal! ¡¿Entiendes?! —descansó sus manos sobre los hombros de la chica para hacerle notar la seriedad de sus palabras.

—¿De qué estas hablando?

—¡Vámonos! ¡Después te contaré y me lo agradecerás!

—¡Pero Chazz….

El pelinegro iba a jalar a la chica hasta su auto para tenerla a salvo del demonio que era Yuki. Eso le daría tiempo de regresar por los gemelos y huir.

—!Apresurate!

—¿Se van tan pronto? —Jesse les cortó el paso cuestionándolos en tono de burla.

Chazz se puso a modo de escudo con la chica.

Una nube ocultó el brillo de la luna menguante, entonces en esa oscuridad pudieron notar cierto cambio en los ojos del Anderson. Un tono naranja eléctrico de aquellos gélidos orbes, los hizo dar un paso hacia atrás.

—¡Apártate de nosotros! —el pelinegro trató de sonar valeroso.

—Ohm. No seas impaciente. Eso haré, pero por toda la eternidad.

 

 

……

 

 

Tori estaba en busca del peli-turquesa, se le había escapado de la vista en cuanto corrió por la salida trasera.

—¿A dónde habrá ido?

Escuchó un grito seco, alguien estaba en el callejón. Fue entonces que se encaminó a revisar impulsada por la curiosidad, pero no llegó más al fondo.

Jesse se acercó pavoneándose hacia ella, regalándole una sonrisa ancha afilada, y penetrando sus orbes meladas con sus naranjas gélidas.

—Oh, que linda niña. Será mejor que esta noche no salgas a jugar.— le dio un beso en su frente y se retiró dejándola sonrojada y con el corazón palpitante, haciéndose ilusiones, pero al virarse y mirar más profundo el callejón, fijó sus ojos y contuvo su aliento sobre un grito ahogado con sus manos tapando su boca.

Sus ojos no podían haberse aterrado más violentamente en toda su vida.

Tori se petrificó.

 

 

……

 

 

Dentro los tres restantes habían esperado mucho tiempo. Los gemelos se estaban preocupando mucho, Jaden solo les decía que tuvieran paciencia, aunque él también estaba algo alterado.

Tiempo después miraron a Jesse que regresaba tranquilamente.

—Jess, te tardaste mucho.

—No me vas a creer la enorme cola que había en el baño. Ahora ya está más fluida.

—¿Dónde estarán Chazz y Blair? Ya se demoraron bastante. —Luna comenzaba a tener ese mal presentimiento en su pecho.

—¿Qué? ¿No han regresado? Que extraño. ¿Se habrán ido? —Jesse buscó a los desaparecidos entre la multitud.

—¡¿Sin nosotros?! —Leo pegó en la mesa—¡No nos pueden dejar aquí! Nuestros padres no saben que venimos sin su permiso. Debemos regresar hoy.

—Será mejor que los busquemos.

Pagaron la cuenta  y todos se disiparon para buscar.

 

 

Japón 1:00 pm

 

Taller Fudo.

 

Había mucho trabajo ese día. Crow, Yuma y Yuya hacían lo posible para abarcar todo. Yusei era el encargado de agendar los tiempos de entrega calculando la estimación de tiempo que lo demoraría para reparar los vehículos, pero en ese momento no se encontraba ahí y todo se le estaba dificultando al socio adjunto.

Un auto con placas extranjera color vino llegó hasta el taller.

Duke Deblin salió como una estrella de cine, traía puesto unos lentes de sol que le tapaban los moretones de sus ojos. De inmediato se acercó Yuma brindándole la bienvenida y poniéndose a su servicio.

Ducke pidió que verificaran su motor ya que hacía un ruido raro., aunque no era cierto. En realidad el auto no tenía nada, pero de igual forma se sentaría a esperar la verificación.

Amablemente le pidieron que esperara su turno y el obedeció. Mientras tanto miraba el taller a detalle. Vio las fotografías analizando cada una. Su ángel rubio estaba en algunas, las contempló por más tiempo.

 

Joey Wheeler, solo se paciente amado ángel—se dio un beso en las puntas de sus yemas de los dedos de la mano derecha y las depositó sobre el rostro feliz del oji-miel en una fotografía. —Pronto…

 

Suspiró sintiendo más cerca su sueño, entonces sus orbes esmeraldas se abrieron de par en par al ver las fotografías de Haou Yuki sonriente y radiante junto a un chico peli negro, con rayos dorados en las puntas y ojos azules.

No pudo evitar que su quijada se abriera por la sorpresa. Haou se veía tan compasivo y lleno de vida que podría jurar que se trataba de otra persona. ¿Quién era ese chico de ojos azules que lo había cambiado tan drásticamente? Si pudiera averiguarlo podría chantajearlo con él, en vez de…

Sus planes frustrados fueron interrumpidos por la voz de un chico de tez pálida y ojos carmesí que hablaba con un nuevo cliente recién llegado.

Se fijó bien, era él, ese chico, su objetivo, estaba hablando con Yack Atlas el famoso actor de telenovelas.

Sonrió.

 

 

Ahí estas. Yuya Sakaki. —debajo de sus oscuros lentes su vista se afiló.

 

 

 

Kaiba Corp. 1:00 pm

 

Un elegante automóvil negro con placas extranjeras se aparcó frente a la entrada de las instalaciones de Kaiba Corp.

Venía escoltado con dos motocicletas, sin embargo llevaba más seguridad oculta por todas partes.

El chofer le abrió la puerta, muchos ciudadanos se acercaron por la curiosidad, parecía que alguien muy importante y famoso saldría del vehículo, entonces vieron al chico de ojos dorados gélidos y cabellera castaña salir soberbio de el.

Nadie lo reconoció por lo que siguieron su camino normal.

Era obvio, Haou Yuki era solo conocido en el ostentoso, complicado y bajo mundo acaudalado de los imperios empresariales.

Dio un imperceptible vistazo rápido a los alrededores en busca de su novio pero no estaba. Caminó entonces directo a la recepción siendo acompañado por un guarda espalda.

La señorita de recepción lo miró pero no se asustó, más bien quedó impactada.

—¡Jadeeen! ¡Que alegría! Nos tenías preocupados a todos. Me alegra que estés bien. —casi se le salen las lágrimas de la alegría.

El chico no le respondió, desvió la mirada y dibujó una ligera sonrisa de lado. Le daba gusto que su hermano haya sido del agrado de muchas personas que se preocupaban por él.

—Pensé que ahora sí te había matado tu novio. Ya sabes, por lo celoso que es. Tu relación me tiene preocupada.

Los ojos del magnate primero se abrieron de par en par, de inmediato afiló la mirada y se volvió sombrío por dicha información.

—¿A sí? Recuérdame algún evento.

 

Kaiba lo estaba viendo por la cámara de seguridad, tragó saliva y se sobrealteró.

—¡¿Pero, a qué ha venido aquí?!

 

 

Continuara….

 

Notas finales:

 

Vi una imagen en Tumbrl,

 

Judai tenía una cara hermosa, tenía un semblante tan infantil y puro que me hizo sonreír contagiándome de esa inocencia.

Sin embargo leí la descripción y decía:


"Este chico asesinó a miles de personas"

 

Mi rostro de inmediato quedó WTF!!

ERA VERDAD!!!!ESE ERA MI AMADO JUDAI YUKI T-T!!!!!

 

pero...

 

O-O Mi amor por él lo seguirá siempre......


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).