Capítulo 11
Cuando llegué con Gumi ella me miraba muy molesta y hasta recibí una bofetada de su parte por alguna razón me la merecía su rostro mostraba la completa furia y enojo que sentía.
-Yo…
-No digas nada –Y con eso se dispuso a irse – ¡Terminamos!
No sabía quién había enviado la foto, lo único que había como respuesta era una G, pero nada más ¿Quién era? Entre al salón de clases recibiendo las misma miradas y uno me empujo al ver de quien se trataba le di un fuerte golpe en la cara que lo hizo caer al suelo.
-Vuelve a empujarme y el próximo golpe te dejara el ojo morado –Dije él se había levantado pero no le temía –
-Ajen clase –Dijo el profesor entrado, al mirar hacia el asiento de Gakupo él aun no llegaba, se me hizo un nudo en la boca del estómago por ver que aún no llegaba –
Me fui a sentar observe que había tachuelas en mi asiento y las quite, me estaban dando ganas de matar a alguien pero nunca fui considerado de esos chicos blandos, porque me había vuelto alguien demasiado agresivo, era por ello que tenía pocos amigos pero no me importaba.
Al finalizar las clases ni mi amigo me quería hablar, realmente esto no se estaba poniendo nada bien. El día fue realmente horrible con peleas empujones, parecía un gato arisco y más de una vez fui mandando a la dirección. Teniendo reclamos del director. Desgraciada la maldita G por enviar esa foto, joder quería descubrir quién era para dejarla como Cindy sin dientes a la muy desgraciada o desgraciado.
Sabía que si seguía de esta manera me podría meter en demasiados problemas, tenía el desprecio de los hombres y el odio de las mujeres. Y además estaba preocupado por el imbécil ese. Joder ¿Este día no podía empeorar acaso? De repente el cielo se tiño de gris y comenzó a llover.
-Solo faltaba esto –Suspire resignado para caminar hacia mi casa de manera rápida aunque al final iba a terminar empapado por la lluvia, me parecía insignificante y sin importancia en realidad me ayudaba a refrescar mis pensamientos e indecisiones realmente no sé qué ando sintiendo –
Cuando llegué a casa estaba completamente empapado. Mi madre alterada me dijo que me fuera a tomar un baño rápido lo cual hice. Deje que el agua caliente corriera por mi cuerpo y relajara mis músculos tensos. ¿Qué debo hacer? ¿Qué debería pensar? ¿Por qué no dejo de pensar en él? Negué intentado sacar todos esos pensamientos de mi cabeza que me alteraban al terminar salí del baño para vestirme y me deje caer en la cama el clima frío me relajaba. Y simplemente cerré los ojos para caer dormido.
Me desperté al día siguiente con el sonar de la alarma, otro maldito día de clases. Mire por la ventana y me pregunto ¿Esta vez sí irás? ¿Qué fue de ti? ¿Te ocurrió algo? ¿Estas lastimado? Sumido en mis propias preocupaciones el tiempo pasaba, solté un suspiro pesado para meterme a bañar, ponerme el uniforme y desayunar con desgano para marcharme al instituto.
Nuevamente aquellas miradas de odio y desdén dirigidas a mi persona ¿Por qué ya me había, acostumbrado a esto? Suspire para encontrarme a Gakupo caminando por los pasillos no parecía muy bien del todo, en su cara había varias curitas desde su nariz mejilla y en el cuello además que había un vendaje en su cabeza no pude aguantar la curiosidad al verlo lo tome del brazo y lo lleve casi arrastrado por los pasillos hasta que llegamos a una parte del patio que solo yo conocía, la campana del inicio de clases sonó, suponiendo que en estos momentos nadie nos interrumpiría.
-Que energético amaneciste hoy –Me dijo con una sonrisa pero su labio estaba roto, ya no era esa típica sonrisa marca Colgate –
-¿Te lo hizo tu padre no es así? –Dije a lo que él tan solo suspiro –
-Si ya sabes para que preguntas… simplemente es terquedad de tu parte solo hacerlo –Dijo mirándome serio, le observe molesto con una vena de irritación en mi frente –
-¡Porque estaba preocupado por ti! ¡Pensé que te había pasado algo! ¡Pensé que realmente te había matado! ¡Eres un idiota! ¡Yo preocupándome como un imbécil por ti y me sales con esas respuestas! ¡Una mierda! No sabes todo por lo que tuve que pasar el día de ayer insultos empujones ser ignorado como si fuera una total alimaña pero no me importaba porque en mi cabeza pasaban las mil y un preocupaciones por tu persona ¡AH! ¡Eres tan molesto lo sabías! –Dije cruzándome de brazos cabreado y su expresión no dejaba de ser atónita sus cejas alzada su boca entreabierta –Si sigues así te entraran moscas
-¿Estabas preocupado por mí? –Me dijo como si realmente fuera la gran cosa –
-Sí, estaba preocupado por ti –Baje la mirada –No dejaba de pensar en ti y en que te había pasado algo
-¡Kaito! –Dijo para abrazarme de una fuerte manera eso hizo que mi corazón se agitara y latiera acelerado –
-¡Pero qué te pasa idiota suéltame en este instante! –Dije alterado mi corazón latía demasiado rápido como si quisiera salirse de mi pecho desde hace tanto que no lo sentía así de acelerado y no lo quería sentir así me molestaba –
-Lo siento estoy feliz –Dijo con una risa –
-Tarado mira todo lo maltratado que estas y puedes decir eso –Dije pero él aun no dejaba de abrazarme –
-Es que te hice preocupar por mí –Dijo sonriendo –
-Serás un tipo bien raro –Dije para escuchar sus carcajada –
-Tal vez –Respondió suspire teníamos que esperar hasta la próxima clase, me senté mirando el cielo, sin decir una sola palabra – ¿Te ocurre algo?
-Me ocurren demasiadas cosas que no le encuentro explicación alguna y no sé qué hacer –Dije soltando un suspiro –
-Lamento haberte metido en todos estos problemas –Dijo él –
-No seas irracional, con una disculpas no solucionaras nada, no retrocederá el tiempo y mágicamente todo volverá a ser como antes, el dolor que sigue agobiándote no cambiara… no te disculpes por tonterías que jamás volverán a ser como eran, el vaso que rompiste no puede ser reparado nuevamente –Dije para que él suspiraras –
-No me pones las cosas fáciles sabias –Respondió –
-Nunca dije que quería hacerlo –Respondí mirándole serio de repente me volvió a besar fue algo corto pero sentí el calor subirse hasta mis orejas –
-Ja que mono –Me sonrió yo solo quería golpearle la cara pero creo que ya había recibido demasiados golpes. ¿Qué intenta hacer? Tan solo suspire, no sé por qué razón no tenía nada en la cabeza… y me sentía demasiado nervioso ¡Es un torpe por hacerme sentir de esa manera! – ¿Estas bien? Es raro que no me hayas golpeado
-Supongo que ya recibiste suficientes golpes, como para recibir otro mío, pero ni te encariñes cuando vea que estés curado te daré tus buenos manotazos –Dije mirándole molesto –
-Oh, entonces no debo desaprovechar esta oportunidad que se me es otorgada –Dijo con una sonrisa –
-¿De qué demonios ha…? –De repente me beso nuevamente, quería empujarlo y darle un golpe, pero no pude, por alguna razón sus besos eran tan cálidos, que solo me hacían seguirle el compás como si de una seductora danza se tratara –
-Te vez tan hermoso, como el carmín cubre tus níveas mejillas –dijo haciéndome sentir más avergonzado y empujarlo lejos de mí –
-Serás imbécil –Dije le observe soltar un quejido de dolor ¿Acaso tenía las costillas fracturadas? – ¿Estas bien?
-Si…yo… me lo busque –Dijo soltando otra leve bocanada de aire –
-Creo… que fui brusco –Le dije –
-¿Estas tratando de disculparte? –Me dijo dándome esa maldita sonrisa que tanto odiaba –
-Como deseo tirar tus estúpidos dientes hasta con el labio roto haces esa maldita sonrisa Colgate –Dije fastidiado, para que soltara carcajadas –
-Como me encanta estar a tu lado azulón, eres una cajita de sorpresas –Dijo él ¡No es justo que se diviertas a mi anchas! –
-Idiota –Dije fastidiado nos quedamos allí un rato solo disfrutando la compañía del contrario hasta que se hizo la hora de la próxima clase a la que asistimos, todos nos miraban como si fuéramos echo algo a escondidas, idiotas mal pensados –