Capítulo 23
Aunque pensamos que el acoso en el instituto cesaba fue un gran error los mensajes aumentaron a tal punto que me encerraron en uno de los baños cuatro chicos queriendo abusar de mi simplemente me quede espantado en ese momento, hasta que llego Gakupo pasa salvarme, aunque podía defenderme cuatro contra uno era demasiado y Gakupo los había terminado ahuyentado con su espada de madera. El director lo termino expulsado del instituto por intento de abuso hacia un estudiante. Y a nosotros nos dio una reprimenda pues los habíamos dejado mal heridos y las peleas estaba prohibidas en el instituto aunque todo fue por auto defensa.
En una de las horas de clases sin querer me quede dormido, porque a cierto joven de cabellos violetas le dieron nuevos juguetitos para mantenerme despierto toda la noche, uno de los que más le gustaba era una pequeña bolita, llamada la bola vibratoria, la metía a mi interior y me daba justo en la próstata una y otra vez haciéndome estremecer. Por lo tanto no le gustaba dejarme dormir. Al despertarme le pedí el espejo a Miku para mirarme la cara por la sonrisa que había puesto Gakupo pero no tenía nada en la cara. Así que me calme.
Para darme cuenta de que tenía un papel en la espalda pegado que decía “propiedad de Gakupo Kamui si lo tocas rezas tus plegarias” Simplemente me quede sorprendido.
-¿Te parece divertido? –Le dije arqueando una ceja –
-a ti te pareció divertido escribirme en la mejilla propiedad de Kaito Shion, ¿no? –Dijo él de la misma manera mis mejillas enrojecieron por ello –
-¡Pero yo no puse si lo tocas rezas tus plegarias! –Dije para que él riera –
-Detalles –Contesto –
-Bien –Dije –Pon la mejilla –Musite me miro arqueando la ceja para que yo sacara el marcador –
-Oye no, tarde en quitármelo –Dijo mientras yo sonreía –
-Esa es la idea –Alegué –
-Pues si tú lo haces yo también –Dijo sacando un marcador color morado, primero puso la mejilla él para luego hacerlo yo –Perfecto.
-Hola…chicos –Dijo Miku –Ustedes sinceramente no tienen remedio
-No –respondimos ambos al mismo tiempo para que ella suspirara –
-Ya llego lo más bello de lugar –Dijo Luka –
-Lo sé gracias por la observación –Respondió Gakupo mientras yo reía –
-Bueno al parecer ustedes comenzaron una guerra con sus mejillas –Dijo Luka sentándose –
-Es interesante –Contesté –
-sí, también debería hacerlo, querida pon la mejilla –Dijo Luka sacando un resaltador rosado –
-¿Eh? –Respondió Miku sonrojado a más no poder –No… Luka no
-Anda ponla –Dijo Miku tímida lo hizo mientras ella escribía y lo mismo hicieron ellas –Listo así nadie tocara a mi amada Miku –Dijo abrazándola y dejando un beso en su cabeza –
-Es extraño ¿no lo creen? –Dije ellos me miraron –Que el lesbianismo sea más aceptado que la homosexualidad, pueden ver a dos mujeres besándose y bien le parece de lo más tierno es común ah solo quieren amor, pero ven a dos hombres besándose son unos pervertidos, pedófilos, no deberían hacerlo en lugares públicos enciérrense en el closet.
-Pues si –Respondió Luka –La sociedad es loca, además la fantasía de todo hombre es tener a dos mujeres entre él besándose manoseándose toqueteándose… pero la fantasía de las mujeres no es esa, al menos no de todas las mujeres ya saben ver a su esposo con otro hombre mientras le da nalgadas diciendo “¡Di quien es tu papi, di quien es tu papi!”… es poco erótico estarían como ¡¿Qué demonios pasa aquí?!
-ah… como que ¿al menos no de todas las mujeres? –Pregunto Gakupo –
-Bueno hay un grupo de mujeres –Dijo ella –Me incluyo, que le gusta fantasear con dos hombres dándose duro contra el muro lento contra el pavimento y macizo contra el piso eso es tan…tan…tan ah…. Sexual, siempre me los imagino a ustedes dos cogiendo salvajemente
-genial información que no necesitaba mi cerebro y que me ha causado un trauma –Dije soltando un suspiro –
-De nada querido Kaito –Dijo ella dándome palmadas en el hombro –Es un placer causar traumas
Poco tiempo faltaba para el regreso de mis padres y algo me decía que Gakupo tramaba algo ¿qué exactamente? No lo sabía pero a veces hablaba con las chicas y ponía esa sonrisa delictiva que solo él sabía hacer. Me ponía nervioso el tan solo pensar que cosas tramaran su perversa mente.
Continuara…