Capítulo 8
Estaba en un completo desasosiego, no sabía… bien… no… no sabía que sentir mis labios aún tenía un cosquilleo por el contacto con los suyos, no era como los de Gumi, el contacto con ella era frío, seco… pero los de él fueron completamente cálidos ¿Por qué demonios me beso? ¡Y por qué se siente tan diferentes! Estaba alterado, de tal manera que no podía ni siquiera dormir ¡Vez porque te odio tanto! ¡Por qué siempre me haces sentir cosas que no deseo sentir! ¡Me haces pensar en lo que no quiero pensar! ¡Por qué me besaste con un demonio! Pero no quería ir con él, porque de alguna manera temía, él era más alto y más grande que yo. Me daba miedo lo que podría pasar esta vez.
Gumi estaba preocupada por mí, por que pasaba menos tiempo con ella, pero no era porque la traicionaba, como ella pensaba, si no que no dejaba de pensar en ello. ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué se comporta tan incoherentemente? Desde que lo conozco jamás ha actuado de esa manera… no sé ni que pensar.
-Kaito enserio –Me dijo ella nuevamente me iba a casa –
-Lo siento Gumi –Dije, en realidad me sentía mal –
-Está bien, no te preocupes –Y con eso ella también se fue por su lado podía ver la tristeza en sus ojos, pero… yo… no sabía que hacer –
Gakupo había regresado a la escuela, en estos días me había decidido a que pondría fin a todas estas confusiones que estaban en mi mente, no sabía como pero le pondría fin, más nos podía encararlo en los pasillos o en otro lugar. Observe que se quedaba en el club de kendo practicando cuando todos los demás se habían ido.
-Quiero saber –Dije entrando allí sin notar que me seguían –
-¿Saber qué? –Me dijo muy serio parecía molesto por alguna razón –
-¡Tengo que saberlo tengo que sacarme esta duda de la cabeza! Esto que carcome más y más mi mente ¡Por qué demonios me besaste! –Te grite molesto –
-¿Acaso no te parece más que obvio? –Me dijo –
-¡Por supuesto que no idiota! ¡Por qué crees que te pregunto! –Le dije molesto –
-¡Lo hice porque me gustas contento! ¡La odio a ella y la desprecio a ella! ¡Por qué tú me gustas! –Me grito molesto dejando la katana de madera aun lado –
-¡Serás imbécil! –Le dije molesto –
-Hay gracias por decirme algo ¡Que ya sabía! –Me dijo agobiado –Si, lo sé, lo sé, bien fui un grandísimo idiota contigo pero por el amor de Dios tenía 10 años, mi padre siempre me había enseñado que un hombre debía amar a una mujer y que si no era así estaba mal ¡Pensé que debía enseñarte una lección de cómo debía ser! Como lo hacía mi padre
-¡Crees que con eso puedes obtener el perdón de todo lo que me causaste! –Dije sentía tanto rencor por lo que había hecho que simplemente me le tire encima a golpearlo pero en vez de eso caí encima de él, sentía tanta enojo e ira en mí que comencé a estrangularlo –Todo lo que me hiciste sentir, todo el dolor, el rencor por mí mismo de haberte dicho que te amaba, de que si no te lo fuera dicho no me fuera pasado nada, ¡Todo por ti! –Pero no pude seguir estrangulándolo y solo comencé a llorar –
-Sé muy bien que un lo siento no bastara por lo que te hice sufrir ¿No es así? –Dijo mientras su mano se posaba en mi espalda –
-¡Claro que no puedes! ¡Cómo crees que podrás hacerlo con un simple lo siento! –Dije golpeando su pecho, me sentía tan mal en esos momentos –
-Lo siento –Fueron sus palabras, observe su rostro, sus ojos cuales zafiros mostraba tristeza –
-Eres un imbécil, con eso no solucionaras nada –Dije, mientras él secaba mis lágrimas –
-Lo sé –Respondió para besarme –
Continuara…