"La Felicidad Del Ángel"
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La felicidad es algo hermoso que nos llena de gozo y alegría, muchas veces la felicidad puede estar a nuestro alcance, pero pocas son las personas que se dan cuenta a tiempo.
Shibuya Yuuri es una de estas personas, un joven hombre que se dio cuenta de que, quien le daba alegría y felicidad a su corazón, era Wolfram, Yuuri era un prejuicioso hombre que hizo caso a la razón antes que a su corazón, un enclenque que perdió su felicidad por sus propios errores. Por suerte para él, aún tenía una pequeña oportunidad de enmendar las cosas y lograr ser feliz a lado de la persona amada.
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Yuuri despertó completamente exaltado, su respiración era rápida y acelerada; se llevó una mano al pecho y sintió su agitado corazón, retumbando a gran velocidad; no sabía que había sido ese sueño, pero por alguna razón sintió un gran vacío de solo pensar que se hiciera realidad.
Se levantó de la cama y no se extrañó al no ver a Wolfram en el lugar, después de todo, le había dicho que aquel lazo que los unía, había terminado. Obviamente se sentía mal por su “amigo”, le dijo muchas cosas, cosas que no sentía en realidad, pero la ira lo cegó, le molesto que Wolfram no solo amenazará a Lucía, sino que además, se atrevía a levantar falsos en su contra, pero decidió dejar aquella discusión en el pasado y concentrarse en el ahora, aunque muy en el fondo, estaba preocupado por aquel extraño sueño; suspiro y con paso lento se estiro para ir a lavarse la cara, pero antes de dar un paso siquiera, la vio.
Una hoja blanca doblada por la mitad sobre aquella mesita de noche. La tomo entre sus manos con total nerviosismo; era igual que lo que ocurrió en su extraño y doloroso sueño y si era lo mismo, la carta diría venir por parte de Lucía, trago grueso y con miedo la abrió. Abrió sus negros ojos a más no poder, su expresión paso a ser una llena de pánico, aquella carta era la misma de su sueño, eso solo podía significar una cosa, si le hacía caso a la carta, no solo vería la verdadera naturaleza de Lucía, sino que además, perdería a Wolfram.
¡¡Wolfram!!
Con temor y angustia, salió de su habitación, se topó con Günter, quien lo detuvo de su apresurado andar.
—Heika, ¿qué le ocurre? —Preguntó preocupado por su adorado Rey.
— ¡Wolfram! —Apenas pronuncio su nombre, era tanto el temor por perderlo.
—Günter puso una expresión llena de molestia, lo más probable para él, era que Lord mocoso como siempre molesto a su Heika. —No se preocupe Heika, ese mocoso no lo molestará más, ahora mismo iré con su hermano para que lo reprenda como es debido.
—Ante esas palabras, Yuuri frunció el ceño y como si hubiera entrado a modo Maou encaro al peli lila con frialdad. —Más respeto Sir Von Christ, ese mocoso como le dices, es mi prometido y futuro consorte real.
Dicho esto, el moreno retomo su camino a gran velocidad, tenía que llegar a tiempo, tenía que llegar antes de perder su razón de vivir, a su amado Wolfram.
En cuanto a Günter, este se quedó en completo shock, no podía creer que su Heika lo haya regañado de esa manera y menos por aquel mocoso, así que para asegurarse de que estuviera del todo bien, lo siguió con prisa.
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Yuuri llego a la habitación de Wolfram, la puerta estaba cerrada, toco y toco, pero nadie respondió a su insistencia, eso le preocupo.
— ¡Wolfram! —Llamo en voz alta, pero nadie respondió. — ¡Wolfram, por favor contesta! —Pidió, más ningún sonido se hizo presente.
Eso lo angustió, y más porque el metiche de Günter llego para hacerle un interrogatorio. No lo soporto, sin que se lo propusiera su otra parte salió momentáneamente y con una serpiente de agua, tumbo aquella puerta que lo separaba de su amado. Entró con angustia y lo que vio lo dejo helado, en la cama su ángel estaba; blanco como una hoja de papel sin escribir, temblando como si fuera invierno y respirando con apenas el mínimo de fuerza, y ese par de hermosas esmeraldas apenas y se hacían notar; con prisa se le acercó y lo tomo entre sus brazos, y lloro. Vio que en su mano tenia aquel frasquito de veneno y se maldijo por no llegar a tiempo para impedir lo ocurrido.
—Perdóname Wolfram…por favor perdóname…lamento haberte hecho daño con mis crueles palabras…te amo, por favor resiste.
Wolfram apenas y estaba despierto, pero aun así, escucho lo que siempre quiso, alguien lo amaba y para su felicidad ese alguien era su amado Yuuri. Con las pocas fuerzas que tenía, poso una de sus manos en la morena mejilla de su enclenque y le sonrió apenas, era obvio, estaba demasiado débil.
—Te perdono…te perdono porque te amo…te amo mi enclenque. —Con mucho esfuerzo susurro aquellas palabras.
Yuuri no pudo aguantar, comenzó a desesperarse por la impotencia, pero al fijar su mirada en Wolfram y ver que comenzaba a cerrar sus ojos y que aquella mano caía como peso ligero a la cama, supo que su vida se le estaba yendo de las manos, actuó rápido, comenzó a aplicar manryoku curativo para tratar de salvar a su razón de vivir.
— ¡Deja de mirar y ve por Gisella!, ¡Dile que es urgente su presencia! —Ordenó con desesperación a un sorprendido Günter.
— ¡Ahora mismo Heika! —Obedeció a gran velocidad.
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No paso mucho cuando Gisella llego para salvar la vida de Wolfram, claro que aun siendo ella, costó mucho trabajo aminorar el efecto de aquel potente veneno. Descanso y reposo absoluto, eso fue lo que ordeno la médico, Wolfram no tendría ni fuerzas para comer o beber por si solo y Yuuri estaba dispuesto a cuidarlo. Se lo llevo en brazos a la habitación real, aun después de los incesantes reproches por parte de Günter. Más tarde llegaron Cherry, Conrart y Gwendal, quienes estaban muy preocupados por Wolfram, tarde se vinieron a preocupar y ese era el cruel resultado de sus actos.
Greta, por otro lado, entró sin pedir permiso, corrió para ver a su querido papi, el cual dormía por la debilidad, lloro por no haberse dado cuenta de las oscuras intenciones de Wolfram.
—Papi, por favor despierta pronto. —Pidió con dolor.
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Dos días pasaron y Wolfram por fin despertó, lo primero que vio fue a su pequeña Greta junto a él, luego fijo su vista hacia el otro lado y allí lo vio, Yuuri estaba durmiendo en una silla, en una muy mala posición, sonrió apenas, quiso levantarse, pero por su debilidad regreso al mismo lugar donde estaba, causando que sus dos acompañantes despertarán.
— ¡Papi que alegría ver que despertaste! —Exclamó con emoción la pequeña niña.
—Lamento haberte preocupado mi niña. —Susurró arrepentido por no haber pensado en su pequeña hija.
—Lo importante es que estas bien. —Respondió con una sonrisa, la cual se borró al ver la expresión de su papá Yuuri. —Ahora vuelvo papi, iré a buscar algo para que comas. —Dijo para después irse.
Se hizo un incómodo silencio, Yuuri no sabía cómo actuar, pero tenía que hacer algo para romper ese pesado ambiente.
—Wolfram yo…
—Quiero regresar a mi habitación, sino es mucha molestia, Heika. —Hablo con frialdad, dejando en shock a su acompañante.
Esas palabras y la manera en que fueron pronunciadas, sorprendieron y a la vez le dolieron al moreno Rey.
—No entiendo, creí que tú y yo…
—Sí, lo recuerdo bien, usted dijo que me amaba y yo también le dije mis sentimientos, también recuerdo que lo perdone, pero eso no quiere decir que vaya a volver a estar como su prometido, la confianza y la fidelidad que tenía hacia usted se rompió y dudo que se vuelva a reestablecer, lo mejor será que yo siga mi camino y usted el suyo.
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Seis meses, seis largos y tortuosos meses pasaron, Wolfram ya se había recuperado, claro, no del todo, porque Gisella aún no le daba permiso para regresar a su labor como soldado, pero para Wolf, eso era lo de menos, ahora mismo tenía otras cosas de que preocuparse. Una de ellas era, soportar a su “madre” y “hermanos” acosándolo, desde el día en que dejo las cosas claras al Heika, estos llegaron y entraron a su habitación, ¿todo para qué?, para pedir perdón, humillarse para tener su alma libre de pecados, por supuesto que Wolf los puso en su lugar, bien dicen, “el karma se te regresa”.
---FLASHBACK---
Después de aclarar las cosas con Yuuri, exigió que lo regresen a su habitación, obviamente Yuuri se negó, pero cuando vio que Wolfrma comenzó a desesperarse y respirar de manera agitada, no tuvo más opción que dejarlo hacer lo que quisiera, aun cuando le dolía en lo más profundo de su corazón.
A los dos días de eso, Wolf recibió la inesperada visita de la mujer y los hombres que lo negaron de la peor forma posible, sonrió de medio lado al ver las expresiones de cada uno de los presentes.
— ¿A qué debo esta inoportuna visita? —Pregunto fríamente.
Aquella pregunta y la forma en la que fue formulada angustio a los presentes, quienes solo pudieron agachar la mirada con pena y vergüenza.
—Hijo…Wolfy-chan, yo…
—Wolfram se molestó al escuchar esas palabras y con enojo, cerró la boca de la mujer. — ¡No soy su hijo!, para usted soy Sir Von Bielefeld Wolfram, así que con el debido respeto, le pido a usted, Lady Von Spitzberg Cecilie, que me nombre como es debido. —Hablo fríamente sin ningún altivo de arrepentimiento.
Cherry no lo podía creer, su hijo, su pequeño hijo le había ordenado llamarlo por su nombre completo. Sintió un gran vacío al sentir el rechazo de su pequeño y no pudiendo evitarlo, sus lágrimas salieron a flote.
—Sé que lo que te hice no tiene perdón, pero por favor, ¡yo soy tu madre! —Pronunció con histeria.
— ¿Madre dice?, ja, recuerdo que cuando le pedí ayuda, usted me rechazo y antes de salir por completo de su habitación, usted dijo que desearía que yo no fuera su hijo, bien, su deseo se ha cumplido, al igual que el deseo de Sir Von Voltaire, un hermano suyo murió hace seis meses, así que no sé qué hacen los tres aquí, quejándose, rogándome, humillando su prestigiado apellido, ¿y todo para qué?, para recibir el perdón de un perfecto extraño. —Hablo con odio y amargura, saco con ponzoña todo el veneno que traía en su ser, simplemente le molestaba el actuar de esos tres.
Lo entendieron, a las malas, pero al fin lo entendieron, Wolfram no los iba a perdonar y bien sabían que se lo merecían en demasía.
Gwendal apretó fuertemente los puños, tenía unas inmensas ganas de llorar, la razón, era tan simple, su hermanito, aquel hermoso ser que negó, lo había puesto en su lugar, le había regresado las palabras que el mismo le había pronunciado y se lo merecía, pero dolía tanto, tarde se dio cuenta que lo había perdido. Cherry no se contuvo, lloro, lloro porque su preciado hijo la repudiaba y bien sabía que se lo merecía, todo por haber apoyado a la persona equivocada, qué mala madre fue con el menor de sus hijos. Conrart derramó unas cuantas lágrimas, las cuales expresaban su dolor, todo por no haber apoyado a su pequeño hermano, todo por no querer a Wolfram como se lo merecía y dolía en demasía.
Pero de algo estaban seguros los tres y eso era que conseguirían, aunque sea el mínimo cariño de aquel ángel, no importaba si se llevaban toda la vida en ello.
---FIN DEL FLASHBACK---
Y así era desde entonces, su “madre” y “hermanos” luchaban día a día para conseguir aunque sea un poco de su atención y aunque no quería aceptarlo, Wolfram poco a poco los iba aceptando, inclusive a Yuuri, quien hacía grandes méritos para poder conquistarlo, sonrió sincero al recordar a ese enclenque, junto con aquellas sinceras palabras.
—No importa cuánto tiempo me lleve, yo juro que recuperaré tu amor y confianza, mi amado ángel.
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En ese momento todos los presentes en el castillo estaban desayunando, por algún intrigante motivo, el ambiente se notaba algo tenso. Wolfram por su parte, comía sin prestar atención a su entorno, de momentos reía con su pequeña niña, más no hablaba de más. La razón de aquella tensión era simple, hacía unos días atrás, llego una carta para Wolfram, al parecer los rumores de que el compromiso real había terminado volaron y ahora un joven quería ir a visitar en persona al hermoso bishounen, el cual acepto gustoso, alegando que tenía que seguir adelante con su vida.
Obviamente eso no fue a gusto ni agrado del Heika, quien se estaba muriendo de los celos que sentía, tanto era su enojo, que parecía que en cualquier momento entraría a su modo Maou.
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Las horas pasaron, el invitado había llegado; un apuesto hombre sin duda, cabello castaño y ojos azules como el firmamento nocturno, alto y musculoso sin rayar a lo exagerado, piel ligeramente blanca y porte galante. Tan guapo era, que hasta las sirvientas se morían por conocerlo, pero para cierto moreno era lo peor que le hubiera pasado. Su amado ángel, reía para alguien más que no era él, hablaba con otro que no era él, sonreía y se sonrojaba para ese intruso a sabiendas que no era él, y eso le dolía en lo más profundo de su ser.
— ¿Así te sentías siempre Wolfram? —Aquella pregunta fue pronunciada con mucho dolor.
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Ya era de noche y aquel joven no había partido, de hecho, él y Wolfram se encontraban en el jardín, mientras que Yuuri observaba desde lejos sin ser visto. Todo estaba tranquilo y sereno, hasta que una fuerte explosión retumbo en los oídos de los presentes.
— ¿Qué fue eso? —Preguntó el joven alarmado, el cual se olvidó de su perfecto papel de macho valiente y comenzó a temblar.
—Wolfram iba a responderle, pero de repente sintió muchas presencias a su alrededor y se puso en guardia frente a su invitado. —Sir Jackie, quédese detrás de mí.
El joven se paralizo al escuchar la orden de aquel ángel al que minutos antes cortejaba, era más que obedecería.
Yuuri por su parte estaba preocupado por el rubio, sabía que Wolfram era fuerte, pero también sabía que aún estaba convaleciente. Decidido, fue a ayudar, pero algo lo lleno de terror. Uno de los enemigos estaba yendo hacía Wolfram con su espada en mano.
—¡¡AYUDALO!! —Grito al castaño, más este huyo como un verdadero cobarde.
Wolfram lo vio demasiado tarde, sabía que no le daría tiempo de esquivar el ataque, así que cerró los ojos y espero su doloroso destino, pero lo que recibió fue el cuerpo del que fue su prometido y un gemido lleno de dolor retumbo sus sentidos auditivos.
—Yu…Yuuri. —Susurró sin creer lo sucedido, Yuuri lo había protegido y ahora estaba gravemente herido. —¡¡YUURI!! —Grito con desesperación, Yuuri por su parte sonrió apenas y después todo a su alrededor se tornó oscuro.
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Los molestos rayos del sol lo despertaron, quería seguir durmiendo, pero sentía que ya lo había hecho demasiado, por lo que con pesadez abrió sus negros ojos, encontrando la verde mirada de su ángel y por lo que veía, parecía muy preocupado.
—Wol…Wolfram. —Susurró apenas, sentía que le costaba hablar.
—El rubio lloro, lloro porque ansiaba escuchar la voz de su amado y ahora que lo hacía, sentía que no quería perderlo nunca. —Creí que te perdería…creí que ya no volverías a mí. —Susurró con dolor. Abrazo con cuidado al moreno y pronuncio las palabras que había encerrado en su corazón. —Quiero amarte y que me ames…todos estos meses fueron una tortura para mí…en verdad deseaba entregarme a ti, pero el miedo a ser herido de nuevo no me lo permitió…creí que si hacia mi vida con Sir Jackie te olvidaría y solo conseguí que casi murieras por mí. —Dijo con tristeza, por un momento creyó que había perdido a su amado enclenque.
—Yuuri sonrió de manera sincera y correspondió el abrazo. —No tienes que decir nada…yo tuve la culpa de todo…por no darme cuenta de mis sentimientos…te amo…te amo tanto que volvería a dar mi vida por ti.
Ambos lloraron ese día, se dijeron lo que sentían el uno por el otro y se perdonaron por los errores antes cometidos, unos más que otros. Claro que, ambos acordaron conocerse, enamorarse como se debe, antes de comprometerse nuevamente, pero aun así, ya faltaba poco para su eterna felicidad.
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Los años pasaron, cuatro para ser precisos. Aquellos hermosos deseos que el rubio tenía se hicieron realidad.
Después de aquel día en el que Yuuri despertó, ambos acordaron comenzar de cero. Empezaron con lo usual, desde citas y cartas románticas, lo más cursi, según Wolfram, pero aún con eso, ambos eran felices y lo fueron más al convertirse nuevamente en prometidos. Fue a los dos años de ser novios, y Wolfram siempre recordará como sucedió.
Yuuri mando a hablar a todos los de la nobleza y a su vez a todos los del reino, ese día frente a todo el mundo, Yuuri abofeteo a su amado ángel, ese día no se comprometieron por cuestiones de error, ese día el Rey de los demonios proclamo ante todos a aquel hermoso bishounen como su prometido, recibiendo felicitaciones y ovaciones por parte de todo el reino.
En los otros dos años pasaron cosas más sorprendentes y maravillosas. Al año de compromiso, Yuuri proclamo a Wolfram como su consorte, ambos tuvieron una magnifica y mágica primera vez y con eso un regalo les fue otorgado. La creación de la vida, vida que ambos reyes esperaban con ansia y emoción.
— ¡Te amo Wolfy!
— ¡Y yo a tu, mi enclenque!
Ambos sellaron ese “te amo” con un dulce y suave beso, mientras el moreno acariciaba aquel abultado vientre, lugar donde su primogénito crecía.
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Shinou veía esa escena desde aquel extraño espejo. Poco sería, si dijera que no estaba satisfecho. Tanto su protegido como su sucesor eran felices, pero aún faltaba cumplir la promesa que le hizo a su amigo.
— ¿Qué harás ahora que la maldición ha sido rota? —Preguntó mientras su azulina mirada veía al “espejo de los sueños”.
Cuando el dichoso espejo escucho esa pregunta, no pudo evitar tomar su forma original y mirar con inquietud al rubio.
—Supongo que descansar en paz…después de todo, al fin mi amado Crystal podrá descansar en paz…al fin encontró a alguien que amar y a su vez, alguien que lo ame. —Susurró no muy convencido.
—Supongo que tienes razón…después de todo, tú no tuviste la oportunidad que Yuuri tuvo…lo bueno es que así, la mala racha que los Bielefeld tenían en el amor ha terminado y todo gracias a la unión de Yuuri y Wolfram, solo espero que tú encuentres lo que necesitas, mi buen amigo, Tristán.
Tristán, aquel nombre no lo había escuchado desde aquel día en el que juro que su amado Crystal tendría su ansiada felicidad, desde aquel día en el que por su culpa, su amado pereció a manos de la tristeza y la soledad, desde aquel día en el que la maldición del ángel llego a la familia Bielefeld.
—Adiós, Shinou. —Se despidió. Sentía que nunca podría descansar en paz, al menos no después de saber que su amado Crystal no estaría más a su lado.
Shinou sonrió ladinamente, era más que obvio que su mente estaba maquinando algo.
—Todos merecemos segundas oportunidades, incluyéndote a ti, Tristán, no olvides que si se ama de verdad, el alma gemela siempre vendrá a ti y creo que Yuuri y Wolfram serán ese vínculo que los ayude a ti y a Crystal.
La felicidad puede ser pasajera si no se aprovecha, pero la actual pareja real logro vencer los obstáculos con la ayuda de Shinou y “el espejo de los sueños”, ahora les toca a ellos ayudar al nombrado Tristán a reunirse con su felicidad, felicidad que posiblemente reencarnaría con ayuda de su inmenso amor.
FIN ɞ°~