Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lo aprendí todo de ti por Yuuki Hachiken

[Reviews - 45]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola!

 

Queridos lectores de Inazuma... espero que las personas que disfrutan a Handa y Max les agrade mucho este capitulo.

 

Si alguna persona es sensible a cierto topico que sera muy presente en este capitulo, pido disculpas de ante mano, por cierto, este sera el inicio del especial de "Lo aprendí todo de ti", si, sera una serie de capitulos que publicare sin mucha diferencia de dias.

 

Sobra decir que el lector EndouKun me insistio mucho con un capitulo como este... literal, me bombardeo con mensajes superliminales y subliminales por semanas xD

El video

 

Hola aquí Handa, recientemente las cosas se habían vuelto algo tensas en casa, aunque gracias a la intervención del capitán todo se calmó un poco, la verdad siento que en cualquier momento mi padre me gritara de nuevo, aunque a estas alturas ya me da igual porque sostengo la mano de mi querido chico de sombrero extraño, aunque se encuentra dormido a mi lado y me empeño en sostenerlo ante cualquier sacudida que nos de él auto… no es más que otra excusa para abrazarlo.

 

- Shinichi. – Dijo mi padre quien conducía el auto, el viaje sería algo largo, pero no me importaba, quizás fue sorpresivo el tener que salir de la ciudad de esa forma, pero no sabía que podía pasar si me ponía en contra de mi padre, aunque le agradecía que me dejara traer a Max conmigo. – no pienso alejarte de él, pero podrías separarte un poco… estoy asimilándolo todo.

 

- No deberías estar fijándote en lo que hacemos, estas conduciendo y antes no te molestaba para nada que nos abrazáramos. – mire de forma acusadora a mi padre mientras acariciaba el cabello de Max, de cierta forma tenerlo cerca me daba bastante valor.

 

- Tu tampoco deberías estar grabando cosas inadecuadas. – Respondió cortantemente mientras arrugaba su rostro. – dime la verdad, fue idea de él, ¿no?

 

- Fue mi idea. – Dije sutilmente mientras observaba por la ventana la torre Raimon que nos despedía de la ciudad mientras el atardecer llegaba. - ¿realmente importa tanto quien de los dos tuvo la idea?, para empezar nadie debió enterarse de eso.

 

Mi padre se limitó a no responder mientras lentamente comenzaba a quedarme dormido, el calor de Max hizo que una serie de bostezos brotara de mí y me dirigiera al mundo onírico con una pregunta en mente, ¿Cuándo empezó toda esta estúpida idea de filmarnos?

 

Todo empezó cuando en uno de nuestros estúpidos intentos de perder el tiempo en la habitación de aquel hospital, que por cierto solo era para nosotros dos ya que éramos los únicos que no eran dados de alta se nos ocurrió algo realmente tonto.

 

- Max, ¿podrías cerrar los ojos? – Dije mientras me rascaba lo poco que podía de la piel de mi brazo ya que estaba enyesado, cuando aquellos extraterrestres nos atacaron dejaron a muchos miembros del equipo totalmente heridos, en mi caso tuve una fractura en mi brazo dominante y esguinces en ambas piernas, eso fue lo más destacable ya que tenía moretones por todo mi cuerpo.

 

- Pero estoy llegando al último nivel de “Solotorobo the red hunter” – Respondió Max quien apenas podía ver que jugaba ya que tenía cubierto un ojo con vendas que cubrían su cabello pelirrojo, a pesar de todo no se despegaba de su fiel sombrero quien mantenía en su pecho descubierto pero herido y vendado, seguramente se había lastimado algunas costillas. - ¿piensas darme una sorpresa?

 

- No es nada de eso. – Di un suspiro harto de que incluso no podía tocarme ni un poco y ya habían pasado semanas desde que tenía ganas de desahogarme un poco, alguna de las imágenes de chicas muy provocativas de algunos comics que leía online para matar el rato no ayudaba y estaba por perder la cordura ya que cierta persona se me hacía como una…

 

- Handa. – Dijo Max mientras escuchaba el ruido de aquel videojuego, reconocía el nivel con solo escucharlo ya que justamente era con mi consola con la que jugaba, yo desearía usarla, pero no podía usar ambas manos.  - ¿estas excitado? – cuando dijo eso me sorprendí tanto que dejé caer mi teléfono al suelo y moví violentamente la cama.

 

- ¡De qué demonios estás hablando! – Le grite en voz alta, pero me tape la boca al darme cuenta en la clase de problemas que estaríamos si las enfermeras nos escucharan hablando de esto. – cuando pueda me levantare y me asegurare de quitarte mi consola. – lo mire de forma acusadora mientras intentaba alcanzar mi teléfono, al ver que no podía hacerlo simplemente me intente dormir para olvidar mi enojo y mis ganas de masturbarme.

 

Intentaba dormir con todas mis fuerzas pero no podía, eran las dos de la tarde y aunque no hacía calor me era imposible ya que estaba bastante despierto, el recuerdo de nuestra escuela destruida y el dolor que sentía aquel día me perseguía pero esto siempre terminaba cuando recordaba fugazmente como alguien intento protegerme de los balonazos… Salí de mis pensamientos cuando sentí el tacto de alguien con mi mano sana, abrí mis ojos lentamente y pude verlo, Max me sonreía mientras me veía dormir.

 

- ¿Qué tanto me ves? – Dije intentando entender su expresión que dibujo una sonrisa de par en par.

 

- Pensé que podía ayudarte ya que me prestaste esto. – Me enseño mi consola portátil que traía entre sus manos. – además seguramente te está doliendo de no poder hacerlo. – Dijo enseñándome una sonrisa de nuevo pero mi mirada se perdía en su ojo descubierto que curiosamente estaba morado, hasta hace poco le habían quitado el collarín. - ¿te da vergüenza?

 

- Claro que no, además solemos ir a los baños públicos luego de clases. – Respondí algo hostigado ante la actitud que tenía conmigo.  – estoy harto de verte desnudo.

 

- Con que… te gusta verme en los baños y siempre lo haces. – Respondió con un tono de voz algo provocativo me hizo estremecerme por un momento. – ¿no te importa que me siente? – no sé porque dijo eso ya que me desplazo hacia un lado y ambos a duras penas logramos acomodarnos en mi cama.

 

Me sentía totalmente incomodo de sentirme como una pieza de un juego que no entendía, obviamente buscaba algo, pero no sabía si bromeaba conmigo o hablaba enserio.

 

- Max, recoge mi teléfono. – Dije intentando mantener mi tono serio para lo que pensaba hacer, quizás de esa forma podría ganarle en sus insinuaciones, seguramente Max retrocedería y a lo mucho se enojaría conmigo, espero que funcione ya que no suelo verlo retrocediendo ante nada, sin más el me devolvió mi teléfono y por suerte puede revisar que tenía su batería cargada, lo mire de reojo y…. – Chúpamela y te grabare mientras lo haces.

 

Mis ojos se desviaron al suelo, él era mi mejor amigo y le había jugado una broma como esa, quizás me había pasado un poco ya que incluso me dolió decirlo, pero para mi sorpresa él se sentó sobre mi mientras ponía su sombrero sobre mi rostro tapándomelo y puse sentir como sus manos deslizaban mi ropa hasta donde mi yeso lo permitía, me encontraba temblando de miedo mientras sentía como mi mano sana era tomada por la suya y me daba mi teléfono.

 

- Solo presiona este botón y mantén en esa posición tu brazo. – Dijo nada más mientras sentía como me levantaba mi camisa y acariciaba mi pecho. – a pesar de todo quedaste muy herido…

 

- Oye espera estaba… - No pude terminar de hablar cuando sentí su lengua pasando por mi pecho, rodeando mi ombligo y bajando cada vez más rápido, me dejaba llevar de las nuevas sensaciones ya que a lo mucho solo tenía mi mano para complacerme, siempre terminaba rechazado por las chicas y terminaba solo en mi habitación totalmente frustrado. – ah maldición.

 

Max bajo mi ropa interior con facilidad y aunque me puso su gorro para que no lo observara se me hizo fácil moverlo un poco para tener algo de vista, su cabello rojo tapaba lo que hacía, pero era más que obvio para mí el hecho de que lamia la punta de mi pene con su lengua, de forma circular y lentamente, me sentía totalmente embriagado y contenía las ganas de venirme rápidamente. 

 

Su lengua se apoderaba totalmente de mi pene mientras que con su mano me masturbaba lentamente, me pregunto si esto hubiera pasado antes si hubiera cedido a una de sus bromas de examinar videos porno que al parecer se encontraba en el metro… ¿acaso él quería hacer esto conmigo?, a veces no sé cuándo debo tomármelo enserio y cuando no pero ahora sí que me está haciendo sentir bien.

 

- ¡Agh M… Max para! – Dije antes de venirme a chorros en su rostro el cual terminé manchando con mi semen, mi corazón no dejaba de latir como si un oso me persiguiera y de cierta forma, la expresión sucia de mi amigo se me hacía bastante sexy. – Lo lamento.  – no podía dejar de jadear y podía sentir como mi cuerpo empapado de sudor se relajaba lentamente. 

 

- Es raro… sabe a frutillas. – Max se relamía los dedos y los labios mientras saboreaba mi semen, la mayoría termino dentro de su boca, pero al parecer por la sorpresa del orgasmo mi abdomen y su rostro termino manchado. - ¿te sientes mejor?

 

No pude responderle ese día, pero eventualmente hacer ese juego se volvió nuestro pasatiempo, nunca decía “no” a mis peticiones y luego de eso solía tratarme como siempre, lentamente nos fuimos recuperando hasta que un día nos reunieron a todos en el hospital, nosotros dos al igual que los otros miembros que estaban heridos del Raimon compartíamos un sentimiento que solo empeoraba al ver que llegaban cada vez más jugadores heridos como Kazemaru y Someoka…. El deseo de ser imparables y volver a jugar.

 

Todo eso nos llevó a aceptar la propuesta de tener el poder de aquella extraña piedra, luego de eso nos dejamos llevar de nuestro anhelo, no nos detuvimos hasta que el capitán logro hacernos entrar en razón y nos devolvió la pasión que originalmente teníamos.  Durante un tiempo los efectos del meteorito se fueron disipando poco a poco y descubrimos que, si nos manteníamos juntos, quizás lentamente volveríamos a hacer los mismos, pero lentamente a pesar de todo el parecía ir olvidando lo que hacíamos antes, el juego que yo inicie y que lentamente quedaba en el pasado.

 

Pensé que era lo mejor y el tiempo me dio la razón, el quedo entre los nominados para formar parte de Inazuma Japón porque sus habilidades fueron reconocidas… quien diría que el chico que se decía a si mismo que no tenía ninguna clase de talento logro llegar tan lejos.

 

- Da lo mejor de ti para quedar en el equipo. – Le dije animadamente mientras rodeaba con uno de mis brazos su cuerpo, era increíble como había pasado el tiempo y ambos parecíamos casi hermanos en nuestro trato, no era sorpresa que todos me dijeran que parecía mas sonriente y menos perezoso en lo que hacía, Max se volvió un punto de apoyo en mi día a día y era algo que disfrutaba desde el fondo de mi corazón. – oye… ¿te pasa algo? – pregunte una vez que se detuvo en seco, quizás había olvidado algo en los casilleros.

 

- No… - Susurro lentamente y cubrió su rostro con su ante brazo mientras que con su mano libre tomo su sombrero. - ¡no quiero irme con el Inazuma Japón! – sus sollozos comenzaban a notarse entre la gente que se dirigía al campo de futbol para calentar, no podía dejar que alguno de ellos se riera de Handa sobre todo aquel chico llamado Fudo, saque uno de mis pañuelos y dije “Disculpa se me olvido que eras alérgico al maní”, gracias a eso pude llevarlo a otro sitio sin levantar sospechas. – ¡Handa por favor no me dejes solo!

 

- No te voy a dejar solo, cálmate. – Le respondí mientras cubría su rostro con una toalla que llevaba conmigo… de hecho llevaba cualquier cosa que el pudiera necesitar. – solo estas nervioso.

 

- Tu no vendrás conmigo… - Se quitó la toalla que había dejado en su cabeza y tomo su sombrero con sus manos, me observo con sus ojos totalmente lagrimeados y de cierta forma se me hizo algo tierno. – ni te atrevas a decir algo como “si iré, no te preocupes” porque no es cierto, sé que ni siquiera te dejaron ser manager.

 

- ¿Cómo sabias que estaba intentando ser manager?, bueno eso no importa, buscare un trabajo de medio tiempo o algo… - Sabía que era imposible que pudiera reunir esa cantidad de dinero, apenas me alcanzaba para el boleto de ida y seguramente tampoco tendría el permiso de mi padre.

 

- Puedes estar tranquilo, no iré de todos modos además un tonto pervertido como yo jamás formaría parte de algo tan genial. – La forma de la que hablaba de sí mismo me enfurecía, él era un chico grandioso y con capacidades que seguramente no veía por ese pensamiento. - ¿Handa? – Dijo sin entender lo que estaba por hacer una vez que tome su brazo.

 

- No permitiré que hables de esa forma de alguien a quien quiero. – Le di una palmadita en la mejilla y aprovecha para jalarlo hacia mí y besarle en los labios, estábamos solos, pero me importaba poco las consecuencias que esto podría traer, sus labios eran mejores de lo que me imaginaba y aunque en este momento estaba aprovechándome un poco de él me asegure de guardar la sensación de su aliento chocando con el mío. – no hablaremos de esto hasta que termines el partido, te estaré esperando en casa.

 

Max se demoró un poco en reaccionar, pero cuando mire de reojo por encima de mi hombro mientras me marchaba lo vi yendo derecho hacia los vestidores totalmente sonrojado, a pesar de que no clasifico como miembro del equipo nacional y nunca lo necesitaron como suplente, ese día mi querido chico pelirrojo de peculiar sombrero se ganó totalmente mi corazón y como no podría ser de otra… yo tenía que hacerme responsable de mantener aquella relación dentro de lo sensato.

 

Los días y semanas pasaron, aprovechábamos que no teníamos actividades con el club para disfrutar de las tardes juntos, aunque no podía diferenciar los días habituales siendo amigos con la idea de que ahora fuéramos novios, puede que Max no recordara lo que paso en el hospital o quizás si lo hacía, pero volvimos lentamente a experimentar el uno con el otro, llegamos al punto de volverlo un desafío y cada vez más ignorábamos el hecho de que pretendíamos enojarnos para poder besarnos y acariciarnos, reíamos luego de eso como si fuera una fechoría en conjunto.

 

Quizás ese sentimiento aventurero fue el que nos llevó a dejarnos llevar un día que tuvimos que limpiar la caseta del club… creíamos que estábamos solos, pero puede que nuestras bromitas melosas hicieran enojar a alguien del equipo.

 

- Hey, tengo una idea que te puede gustar. – Le dije una vez que terminaba de acomodar la última escoba que usamos para limpiar. – aunque puede ser que me esté pasando.

 

- Yo también tengo unas ideas, pero… adelante, dilo tu primero. – Max parecía mirar sutilmente su maletín, me pregunto que abra traído en esta ocasión.

 

- ¿Te gustaría que nos grabáramos mientras hacemos… algunas cosas? – Me acerqué a él y le mordí levemente el lóbulo de su oreja.

 

- Ok, me toma por sorpresa que de la nada quieras grabar porno jajaja – empezó a Reírse efusivamente mientras rodeaba su estómago con sus brazos. – aunque… me excita bastante la idea. – Tomo una de mis manos y le puso encima del bulto que se había formado en su sudadera.

 

- Cálmate un poco, deberíamos hacer esto cuando lleguemos a mi casa, papá llegara tarde hoy. – tome nuestras cosas y me prepare para salir, pero Max me tomo por la espalda y comenzó a seducirme mordiendo un poco mi nuca mientras acariciaba mi pecho, a pesar de que ambos no habíamos llegado a “la última base” a veces parecíamos tan desesperados en nuestros juegos que era sorprendente que no lo hubiéramos hecho a estas alturas. - ¡Estás loco!

 

- Oh vamos, ¿acaso no te emociona esto? – Max me estaba insinuando que lo hiciéramos justo ahora, en la caseta del club, si Endou se enteraba nos mataría o peor, vendría directamente del mundial y nos haría limpiar el lugar con nuestras lenguas, jamás había visto al capitán enojado y no quiero pensar en ello ahora porque la parte baja de mi cintura parecía emocionada con aquella pervertida idea. – sé que la primera vez debe ser algo emocional y genial, ¿Por qué no hacerlo en este sitio?, después de todo aquí nos conocimos.

 

- El capitán no se enojará si dejamos todo tal y como estaba… además de por si el lugar apesta a sudor. – Intente pensar un poco mejor las cosas pero que puedo decir, soy un adolecente y Max sabe cómo ponerme. – además creí que te gustaría mi nuevo regalito.

 

- ¿Acaso trajiste aquel extraño traje? – Cuestione a Max con eso ya que la semana pasada intento ponerse un traje de sirvienta y unas orejas en plan “juego de sirviente y amo” que solo termino haciendo que nos tiráramos en el suelo mientras nos ahogábamos de la risa.

 

- Ya dejemos esa cosa en el pasado, cierra los ojos y extiende las manos. – Obedecí a su petición y pude sentir en mis manos algo de tacto plástico y con una forma algo rara. - ¿puedo abrir los ojos? – pregunté, pero recibí un beso como respuesta.

 

- Ábrelos y antes de que digas algo, te regalo esto porque quiero hacer una competencia. – Dijo Max intentando hacerse valer mientras yo analizaba lo que tenía entre mis manos, parecía un termo de color rojo que tenía escrito “Tenga” en letras blancas. – vamos siéntate. – toma asiento mientras examinaba que era esto y me di cuenta de lo que planeaba cuando leí “Masturbador masculino”. – ¿trajiste una cámara de video verdad? – le asentí y sin más saque de mi maletín la dichosa cámara de video.

 

- Bueno, hora de empezar la prueba entonces, esto será divertido. – Max tenía un extraño brillo en sus ojos, quizás era mi imaginación por la emoción que me transmitía, pero una vez que desabroche mis pantalones y el me enseño su pecho desnudo… solo quería hacerlo.  – sí que te estuviste ejercitando. – me sonrió pícaramente mientras me ayudaba a quitarme mis pantalones a su vez yo puse su sombrero sobre mi maletín.

 

- Hace tiempo vi el disparo de un jugador del Orfeo de Italia, se llamaba “Odin sword” y creo que podría hacerlo. – Dije intentando mostrarme serio, aunque cada vez que sentía que podía hacerlo… algo parecía detenerme.

 

- Yo quiera que algún día intentáramos de nuevo hacer “Revolución V”… - Un sentimiento de nostalgia nos golpeó a ambos ya que ese tiro que ambos ideamos fue gracias al meteorito, me acerque a él y lo bese con pasión antes de que se sintiera tan mal como yo me sentía ahora.

 

Max parecía entender lo que hacía y se dispuso a enseñarme cómo funcionaba aquel “juguete”, al parecer tenía una tapa blanca que salió fácilmente y pude ver como de ella se desprendía un contenido viscoso, lo reconocí al momento, era lubricante y parecía haber mucho, no podía negar que sentía mucha curiosidad, me pregunto si Max sabe cómo soy de pervertido ante él y esas cosas, ubico aquella extraña copa encima de mi pene y como si fuera el preámbulo de algo grande, tomo mi mano con la suya y ambos introducimos lentamente mi pene en el juguete que se sentía apretado, húmedo y viscoso.

 

- ¿Aguanta un poco sí? – Max parecía estar disfrutando la expresión de mi rostro porque no dejaba de observarme la cara mientras me retorcía por esta nueva experiencia, solo habíamos llegado a hacer masturbación mutua e incluso algo de sexo oral que hacíamos con un 69 pero…

 

- Hagámoslo de una vez. – Dije mientras jadeaba y como si estuviera poseído me lance hacia Max mientras tenia los pantalones abajo y con ese juguete en mi entrepierna, me estaba dejando llevar demasiado por el placer y no le di el chance a mi amigo para que me dijera si estaba de acuerdo o no. – eres demasiado sexy…

 

Escuche un gemido suyo cuando bese su cuello mientras bajaba su pantalón y me dispuse a disfrutar su pene como si fuera algo totalmente delicioso, incluso no me importo romperle el elástico de su ropa interior para llegar a su parte más sensible, cuando Max por fin pudo hacer algo acomodo la parte baja de mi cuerpo hasta su rostro, pero esta vez fue distinto, masajeaba él tenga contra mi pene y de la nada pude sentir como se le ocurrió la idea de explorar un lugar que ni yo tocaba.

 

- ¡Agh Max, que demonios estás haciendo! – Proteste cuando sentía que uno de sus dedos entraba en mi trasero y lo movía en forma circular haciéndome sentir cosquillas… además de bastante incómodo.

 

- Esto se siente bien solo tienes que relajarte. – Dijo mientras no me daba ni un poco de descanso a la tortura que me estaba haciendo y no ayudaba de mucho que siguiera jugando con él tenga. – bueno, quizás si estas algo apretado.

 

- …… - intentaba calmarme, pero quizás Max solo quería hacer esto para mi creyendo que lo disfrutaría, puede que me arrepienta luego, pero… - síguelo haciendo… creo que se siente bien.

 

Podía imaginarme que había sonreído, yo en cambio aguantaba con los puños cerrados mientras seguía haciendo eso con sus dedos pude sentir como había dejado de usar él tenga, incluso lo retiro y junto mi pene con algo que parecían ser unos huevos pequeños, no dudo en activar lo que fuera que era eso y una sensación de vibración rodeo mi miembro, se sentía genial y me hizo olvidar el dolor que me causaban los dedos de Max en mi trasero.

 

- Handa… - Escuche su voz, pero me costaba responderle porque me encontraba babeando de placer, quería más. – cielos hombre, reacciona. – no podía ubicarme, solo abrí mis piernas hacia el mientras intentaba tomar aire.

 

- ¿Sabes… que hacer no? – Me costaba un poco hablar, pero Max seguía viéndome de manera extraña y preocupado. – hazlo de una vez, no me importa que seas el primero. – no podía creer que le estuviera pidiendo que me hiciera el amor en este momento y en estas condiciones, pero mi cuerpo demandaba esa conexión con él.

 

Max asintió mientras usaba algo de lubricante en sus manos y frotaba su pene en dirección hacia mí, le estaba excitando demasiado mientras yo seguía jadeando de placer y me masturbaba a la vez que esperaba. No dudo en acercarse a mí y puso mis piernas sobre sus hombros, seguramente la cantidad de porno que habíamos ingerido juntos durante semanas le había dado una clara idea de lo que debíamos hacer, él quería decirme algo pero puse uno de mis dedos sobre sus labios, no quería que se explicara o que me preguntara algo, solo que lo hiciera, quizás fue por la emoción pero de alguna forma la felicidad que sentía no daba abasto para ninguna clase de dolor, la expresión de Max y el hecho de que estuviera disfrutando esto me llenaba el alma, los gemidos audibles, el sudor y mi amor por él se convirtió en una extraña mezcla que nos llevaba al éxtasis, aunque había hablado varias veces de cómo lo haríamos y que posiciones probaríamos nos mantuvimos en la misma ya que a los pocos minutos acabamos.

 

Estuvimos tirados abrazados mientras apreciábamos el techo, aquel pequeño lugar parecía infinito mientras sentía una sensación extraña debajo de mi estómago, en parte sentías muchas ganas de vomitar, quizás era por el calor del lugar o por lo que estaba ahora dentro de mi cuerpo, pero hice el esfuerzo de no arruinar el momento.

 

- Sigue tu turno. – Dijo Max una vez que tomamos un descanso y seguimos con nuestro pequeño experimento, él se entregó totalmente a mi poniéndose en cuatro mientras yo masajeaba su entrada tal y como el había hecho… aunque a él le entraban fácilmente dos dedos al primer contacto. Tome mi pene por la base y procure entrar con lentitud mientras que con mi mano libre apretaba una de sus nalgas con fuerza, Max no paraba de jadear y gemía pronunciadamente mientras mi miembro se hacía camino en su interior, un notable sonido hizo presencia una vez que logre meterlo todo y fue la señal de partida para que moviera mis caderas torpemente. Mi pene seguía sensible, pero deseaba que Max disfrutara igual o más que yo por lo que intente contenerme y bajar el ritmo en más de una ocasión, salí de él brevemente y lo gire para que me mirara directamente a los ojos, nos dimos pronunciados besos mientras no dejábamos de tocarnos como si exploráramos el cuerpo del otro por primera vez, los cabellos rojizos de Max cubrían su rostro y el sudor que emanábamos hacían que tocarnos fuera algo especial, buscamos como llevar cada vez más esto al máximo nivel, desde él tenga hasta aquellos vibradores, incluso llegamos a hacerlos con los uniformes y contra los casilleros, no nos importaba el desastre que estábamos ocasionando mientras nos dejábamos llevar por la lujuria.

 

Al final éramos dos adolescentes rodeados de semen, lubricante y sudor que habían hecho algo totalmente sucio en el club de futbol escolar al cual pertenecían…. No me arrepiento de nada ya que el hecho de que nos descubrieran solo aumentaba el morbo y eso era algo que ambos disfrutábamos.

 

- Handa, deberíamos vestirnos. – Dijo Max mientras intentaba limpiarse un poco el cuerpo, ambos observábamos como nuestros uniformes apestaban y estaban totalmente sucios por lo que habíamos hecho. – tenemos que limpiar antes de irnos.

 

- Tienes razón, pero… no te olvides. – Me acerque a él por la espalda y le robe un beso bastante pasional mientras seguíamos totalmente desnudos, el juego de besarnos me hizo bastante bueno en los que involucraban lengua.

 

Nos separamos un poco mientras nos cambiábamos y fue cuando recordé que habíamos dejado grabando todo lo que hicimos, tome la cámara con mis manos una vez que me puse mi uniforme escolar, la batería estaba agotada y no le di mucha importancia, observe como el ocaso se asomaba por la ventanilla del club y se me ocurrió una brillante idea.

 

- Vamos a mi casa, pidamos algo de cenar y si quieres podemos pasar la noche juntos. – Di un bostezo sin darle mucha importancia, después de todo mi padre no podía reclamarme por invitar a mi “mejor amigo” a pasar el viernes por la noche jugando videojuegos y comiendo porquería.

 

- Ah… tendría que preguntarles a mis padres. – Max se acomodó su sombrero mientras revisaba su teléfono, al parecer lo había apagado desde hace un rato, me miro a los ojos y sonrió forzadamente mientras me acompañaba a la salida. – bueno… ellos igual nunca están.

 

Ambos salimos una vez que terminamos de arreglar la escena del crimen y si, usamos mucho desodorante para no dejar ni rastro, cerramos todo y nos marchamos antes de que cerraran la escuela, saludamos sutilmente a algunos miembros del club de sumo que se dirigían en manada hacia los restaurantes que había por la zona y cuando finalmente oscureció, Max tomo mi brazo y se apegó a mi como si fuéramos una pareja de novios recién casados, no me moleste para nada pero no podía evitar mirar a los lados en búsqueda de alguna persona que nos conociera.

 

- Hey. – Llamo mi atención mientras tomábamos por una calle oscura que nos permitía seguir de aquella forma tan apegada. – te amo.

 

Me quede totalmente mudo ya que jamás nos habíamos dicho tales cosas a pesar de que habíamos llegado a hacer aquello…

 

- Yo… - Mis manos comenzaron a sudar y no podía disimular mi sonrojo, pero sentía que algo sacudía mi cuerpo.

 

“Shinichi”

¿Era esa acaso la voz de mi corazón?

 

“Vamos, despierta de una vez”

¿Eh?

 

“Si no lo haces me asegurare de responder las preguntas de tu papá”

¿Espera… la voz de mi corazón es Max?

 

 

Desperté de golpe y me levante de la impresión lo suficientemente rápido para darme un buen golpe con el techo del auto, acaricie mi cabeza mientras miraba a mi alrededor confundido, ¿había sido todo un sueño?, mi padre y Max me observaban bastante confundidos mientras a lo lejos podía admirar a donde habíamos llegado, estábamos en las montañas, rodeados de una neblina mañanera y con la luz del amanecer que se asomaba en el horizonte, gracias a eso pude ver que habíamos llegado a un viejo hostal, “Bienvenidos a Okuhida Onsenkyō”, el aroma de azufre llego hasta mi nariz y eso solo podía significar algo.  

 

- Llegamos justo a tiempo para las aguas termales. – Dijo mi padre mientras levantaba el equipaje. – ah sí, ambos no tendrán habitaciones privadas así que más les vale que se olviden de hacer algo. – ciertamente él sabía cómo torturarme.  

 

- Se lo está tomando muy bien. – Dijo Max quien me extendía su mano para sacarme del auto.  

 

- Empiezo a creer que todo el drama que hizo es una excusa para justificar que es un Otaku a los Onsen. – Fruncí el ceño mientras lo observaba tan alegre como niño en una dulcería. – al menos intentemos pasarla bien.

 

Max miro detrás suyo y alcanzo a ver como mi padre entraba a la posada, sin medirse ni un poco me empujo de nuevo al auto y me envolvió con sus brazos para robarme un beso con lengua bastante largo, yo aproveche para tocar sus nalgas y darle una buena competencia en lo que el había iniciado.  

 

Creo que ambos seremos cómplices de más cosas en este viaje…. Pero no puedo evitar sentir un mal presentimiento hacia el capitán, al parecer nuestros teléfonos no tienen señal en este sitio y eso solo empeora mi preocupación.

 

 

 

 

 

Notas finales:

Si disfrutaron el capitulo espero que me dejen su opinión si lo desean, gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).