***EN CAPITULOS ANTERIORES DE ENTRE DULCE Y SALADO***
La vida está llena de encuentros que pueden llegar a cambiarnos…
- Buenas tardes señor. Mi nombre es Riki y hoy seré su conductor.
- “Y a todas estas… ¿Por qué quiero saber como se llama?” – Pensó Iason – “¿Por qué sigo subiéndome a los taxis? ¿Acaso no es para encontrarlo de nuevo?”
Luego de su larga búsqueda, Iason volvió a encontrarse con el pintoresco personaje…
- Te ofrezco ser mi chofer. Es igual a éste trabajo, sólo que ganarás muchísimo más dinero y al único que tendrás que llevar y traer… será a mí.
- Está bien. Acepto – Mantuvo la mirada al frente.
- Entonces acabas de hacer un trato con Iason Mink – El rubio le extendió la mano – Espero que no me decepciones.
- Le aseguro que Riki siempre da lo mejor de sí – Afirmó tras estrecharla.
La relación entre Iason y Riki empezó a germinar, más a allá del plano laboral…
- Me haces cenar, perder las ganas de manejar y ansiar que me traten con familiaridad… ¿Qué más puedes generar en mí, jovencito?
- “Es mi culpa… se sentía mal, quería irse a casa a descansar, pero yo… lo hice esperar. Si hubiera llegado a tiempo no se le hubiera subido tanto la fiebre”
Sin embargo, había alguien más interesado en Riki…
- No te voy a dejar ir Riki. No ahora…
- Guy…
- Ay Riki… realmente me tienes enamorado. Ya dimos el gran paso, ahora si que eres mío.
Pero era muy pronto para que Guy cantara victoria…
- Es raro. Ha sido muy loco esto de nosotros…
- ¿Tú crees? – Le entregó una sonrisa coqueta mientras jugueteaba con la copa.
- Si…
- ¿En qué te parece más raro?
- Pues… - Pensó un poco, tratando de librarse de la pregunta - …En que siendo un chofer y tú mi jefe, esté aquí en tu departamento, cocinándote y bebiéndome unas copas contigo… más que nada eso…
Luego de consumar su unión con Iason, Riki tuvo que dejar las cosas en claro con Guy...
- Escucha: Tú y yo no somos nada ¿Entiendes?
- Riki… ¿Cómo vas a decirme algo así? ¿Qué hay con lo que pasó en la fiesta? Eso… definitivamente fue algo – Lo tomó de nueva cuenta del brazo, pero con mayor fuerza – Eres mi novio ahora.
- ¿Qué? ¡Claro que no! - Se soltó de su agarre – Sácate eso de la cabeza Guy. Nunca quedamos en que seríamos nada.
Y hasta Iason confirmó que iba en serio con Riki…
- ¿Qué hace tu chofer en tu casa?
- Ya no es mi chofer – Mencionó con naturalidad – Es mi amante.
- ¿Que qué? ¿Iason…. hablas en serio? – No se lo creía - ¿De verdad tú estás…?
- Rotundamente. Yo quiero a Riki.
Pero la feliz, rosada y empalagosa vida romántica de los amantes duró muy poco…
- Dime la verdad Riki… ¿Qué estuviste haciendo con ese hombre? ¡Dímelo! – Realmente se oía colérico.
- No entiendo… ¿A qué te refieres?
- Me viste la cara de idiota, a eso me refiero – Le hamaqueaba - ¿Me dirás que no estuviste revolcándote con él mientras yo trabajaba?
La falta de confianza del Mink destrozó el corazón del moreno…
- Ya no aguanto esto… Me voy – Evitaba mirarle mientras cerraba la maleta – Volveré a mi antiguo cuarto. Es lo mejor ¿No?
- Ya que para ti vivir conmigo es insoportable, creo que es lo mejor que puedes hacer. Si es lo que quieres, bien. Vete.
Tras su separación, la verdad fue revelada…
- ¿Y bien? ¿Qué es eso tan importante que quieres decirme… Guy? – Se cruzó de brazos, totalmente a la defensiva.
- Riki te quiere.
- Tengo… que ir a buscarle.
- No creo que sea lo más conveniente – Dijo al darse cuenta de lo que Iason estaba pensando - O al menos no en éste preciso momento.
Y se inició una nueva etapa en sus vidas…
- Pero del bloque Z, otro de los participantes masculinos que se hizo notar, fue el número 107… su nombre es Riki…
- ¿Listo para perder Riki? – Espetó Kirie con petulancia, pero Riki estaba tan enfrascado en sus ideas que ni se percató de su presencia - ¿Qué acaso eres sordo?
- Ah… eres tú – Y siguió en lo suyo.
- Pero hoy me vas a pagar caro todos tus desplantes Riki… ya lo verás… - Una sonrisa siniestra se formó en su blanco rostro.
Kirie, llevado por su odio, cometió un acto que por casi le cuesta la vida a Riki…
- ¡Esto es terrible! – Anunciaba la presentadora completamente alarmada - Al parecer se ha producido un incidente… hay humo por todos lados y se desconoce si hay o no heridos.
- No puede ser… - Iason miraba a través de la pantalla las imágenes borrosas de la cámara, pues a pesar de todo, seguían transmitiendo.
Pero esa explosión, fue la causa de su reencuentro…
- Dime Iason… ¿Qué haces aquí? ¿Cómo supiste que yo…?
- ¿Cómo no enterarme? Salió en todos los periódicos. Es la noticia del momento... - Agregó en un dulce tono - Además, no me perdía ni un sólo capitulo del programa.
- … ¿Por qué? – Los latidos retumbaban en su pecho.
- Quiero que me perdones. Dudé de tu palabra y a pesar de amarte, te alejé de mi lado. Nunca debí hacerlo... De haberte creído, nada de esto hubiera pasado – El ojiazul se lamentaba desde lo más profundo de su corazón.
Ante las cámaras y sus propios padres, Riki se atrevió a confesar sus sentimientos…
- ¿Quieren saber la verdad? Pues bien, les diré el chisme completo: Ese hombre es mi pareja y sí, soy homosexual.
Iason, con su amor sincero, obtuvo el visto bueno de los padres de su querido…
- Así mismo como Riki lo ha dicho, así es. Nosotros mantenemos una relación amorosa – Comunicó – Es una relación seria y aprovecho ésta oportunidad para presentarme ante ustedes – Miró a la madre de Riki y ésta respondió con un pequeño gesto – Soy Iason Mink y estoy completamente enamorado de su hijo. Si me lo permiten, haré de Riki el hombre más feliz del mundo – Inclinó un poco la cabeza, en señal de promesa.
- ¡Riki! – Llamó su padre, sacándolo de su ensimismamiento - ¿De verdad amas a éste hombre?
- … ¡Sí!
- Pues… ¡Que no se diga más entonces! – Anunció su padre haciendo un ademán con su mano y tratando de mostrarse recio – Al igual que con la cocina, si es lo que te hace feliz, no pienso interponerme. Seas lo que seas, siempre serás mi hijo y estoy orgulloso de ti.
Luego de su falla, Kirie contraatacó enviándole a Iason dulces envenenados…
- Señor Iason. Ha llegado un paquete para usted - Le comunicaron, sacándolo de su letargo.
“Espero que te gusten y que te los comas todos. Los he preparado especialmente para ti. Te amo, Riki”
- ¡¿Qué Iason está en el hospital?! – Se alarmó, levantándose de la silla.
Todo no pasó de un susto. Y en su soberbia, Kirie se dejó al descubierto…
- Ah, por cierto Riki – Una perversa sonrisa se dibujó en su fino rostro - No se murió tu novio ¿O sí?
- Escúchame bien cretino: Si te metes conmigo es una cosa, pero si te metes con mi hombre, de ti no quedará ni el polvo… ¡¡Te lo dije muy claramente basura!!
El amor de Iason hacia Riki, se solidificó aún más…
- Te amo Riki – Le tomó el rostro con ambas manos y le dijo con bastante seriedad y certeza - Aunque mi cuerpo se convirtiese en cenizas, siempre estaré contigo.
- Iason… - Sus ojos adquirieron un intenso brillo tras sus palabras - ¿Cómo es que se te ocurren cosas tan empalagosas? – Desvió su rostro, el cual se hallaba sumamente enrojecido.
Mientras que el de Kirie y Manon, llegó a su fin…
- ¿Qué quieres decir?
- Esto entre nosotros se acabó.
.
.
.
Por otro lado… Cuando era apenas un niño, Katze se enteró de una terrible verdad…
- ¿Quién tía? ¿Quién es el culpable…?
- … William Am – Mencionó Alicia con un odio tremendo – Recuerda ese nombre Katze. Y recuérdalo muy bien. Por su culpa eres huérfano y estás solo en éste mundo – Reiteró, como buscando de grabárselo en el cerebro – Él es el causante de todas tus desgracias…
Años después, luego de decidir independizarse, Raoul contrató a Katze, sin conocer su pasado…
- “Que hombre tan extraño… pero es interesante. Además, es el único que se ha presentado a la entrevista. Debe ser una clase de presagio” - Raoul pensó – “Quién me viera… dejándome llevar por supersticiones” – Sonrió para sus adentros – Bien señor Katze, dadas las circunstancias... Felicidades, el empleo es suyo – Expresó Raoul, aguantándose la alegría de haber contratado “por sí mismo” a alguien.
- Gracias señor. No se arrepentirá de su decisión.
Tras ser secuestrado y rescatado por Katze, Raoul se preocupa al darse cuenta del nivel de entrega del que se supone, es su chofer…
- ¡No podría! – Mencionó completamente alarmado. Suspiró – No es la primera vez que pasa… cuando iba en secundaria también me secuestraron, mi padre pagó el rescate y por años estuve acompañado por escoltas. No podía ir a ningún lado solo… cuando logré convencerle de que me dejara ir de casa pensé que sería libre… pero ya veo que la codicia no se detiene… ¿Qué pasaría si algo así vuelve a ocurrir y de nuevo te da por creerte el héroe? Podrían matarte de verdad y eso… no me lo perdonaría… Por eso, prefiero que dejes de trabajar para mí.
- No me pidas que me aleje de ti – Suplicaba – No ahora que siento que ya no soy dueño de mí mismo…
William, el padre de Raoul, le puso las cosas en claro a Katze…
- ¿Y si esos hombres hubieran lastimado a mi hijo? – Hizo un gesto – Anda, contesta.
- …Jamás me lo hubiese perdonado.
- Ni yo a ti… – Cambió su tono por uno más agradable. Fue hasta su silla y se acomodó en ella - Pero no hagamos rencilla de algo que ya pasó. Además esa “pequeña” marca en tu rostro es disculpa suficiente por ese “pequeño” lapsus que tuviste en el momento menos indicado – Remarcó William ante su mejilla cubierta por una gasa.
Una vez más, el pelirrojo se enteró de un oscuro secreto…
- ¿Quién los contrató?
- …
- Habla o te vuelo la cabeza – Amenazó nuevamente – No serías el primer baleado que aparece tirado por éstas inmundas calles.
- Quién nos contrató fue… - Tragó grueso - …William Am.
Finalmente, Raoul decidió sincerarse con su padre…
- Y bien Raoul ¿A cuál verdad te refieres?
- Está más que claro que lo de mi relación con Mimea no te lo creíste.
- En ningún momento – Confesó – Nunca has sido bueno para mentir hijo mío.
- Bien, eso nos ahorrará más problemas… - Se tomó unos segundos para adoptar mayor coraje – La verdad es que estoy saliendo con Katze.
No pudiendo soportarlo más, Katze reveló parte de su pasado…
- Soy el hijo del asesino de tu madre – Reiteró sin inmutarse – Ya no me amas ahora ¿Verdad?
- ¡¿Qué quieres que diga?! ¿Qué te odio? – Exclamó con todo lo que le daban los pulmones – Pues… ¡Te odio! ¡¡Te odio y te desprecio!!
- …
- Diré lo que quieras... – Se quebró - Pero no te vayas… No quiero alejarme de ti…
- Raoul… - Su nombre le sabía tan dulce en aquel instante en que se abrazaban - Huyamos; ahora mismo.
Pero William no se quedó de brazos cruzados…
- Aquel Katze… es un asesino…
- Eso ya lo sé estúpido – Le palmeó el rostro – Dime algo que esas mugrosas uñas valgan la pena.
- Él… tiene años buscándote… años preparándose… aguardando el momento para ir tras de ti…
- ¿Qué quieres decir?
A pesar de estar juntos y lejos de todo, algo preocupaba al rubio…
- ¿Qué ocurre Raoul? – Preguntó, tras notar la expresión triste de su rostro - Te conozco, algo te preocupa.
- Es que… quisiera que esto fuera para siempre – Agregó - Pero no puede ser. No podemos estar huyendo toda la vida. Así como estamos apenas podemos mantenernos y las pesadillas donde tumban la puerta los matones de mi padre y me alejan de tu lado, continúan mortificándome en sueños.
El amor hizo brotar los más bellos sentimientos…
- Raoul ¿Me aceptas como tu esposo? ¿Para amarme y respetarme…? - Le miró directo a los orbes verdes, aquellos que le maravillaban mucho más que las estrellas del firmamento – ¿Hasta que la muerte nos separe?
- Si. Acepto…
Pero igualmente, surgieron oscuras acciones…
- Te ha enseñado bien – Expresó el hombre ante el rubio que arriba suyo, lucía como un ángel que llevaba a cuestas la muerte - Supongo que te subestimé… Y bien ¿Lo harás realmente? – Preguntó, puesto que el Am le punzaba el cuello con el cuchillo.
- Es la mejor opción – Dedujo – Después de todo, los muertos no hablan.
Llevado por su raciocinio, Raoul decidió alejarse de Katze, temiendo que de seguir huyendo, algo malo pudiera llegar a sucederle al pelirrojo…
“No es fácil decirlo en palabras y sé que no me hubieses escuchado. Se acabó. Es mejor de ésta forma.
Por favor, no me busques. Raoul”
- Raoul… ¿Por qué…? ¿Por qué ahora que dependo totalmente de ti…? – Lloraba a lágrima viva al sentir desde lo más hondo, la ausencia de su amor – No me hagas esto… tú no… tú no… - Se llevó la mano al pecho, donde parecía habérsele quebrado el corazón.
William quedó maravillado con la noticia de que su amado hijo regresaría a su lado…
- Raoul… Sabía que tarde o temprano volverías a casa… - Mencionó, como si aquella figura en la pared fuera más que la representación de su hijo para convertirse en aquel instante, en su hijo mismo – Y cuando vuelvas… todo volverá a ser como antes… cuando entendías que debías obedecerme.
Bajo las amenazas de su padre, Raoul tomó una decisión, sin tener la más mínima idea de las perversas intenciones de William…
- Padre, dime la verdad… - Raoul bajó los humos - Si me caso con Aurora y hago lo que me pides ¿Dejarás a Katze en paz? – Preguntó, esperanzado – Prométemelo.
- Te prometo no tocarle ni uno sólo de sus rojos cabellos – Le encantaba tener a su hijo comiendo de la palma de su mano – Si obedeces, claro.
Mientras que Katze se dio cuenta de la verdad: Siempre ha existido un único e ineludible camino…
- Por lo visto, no tengo otra opción más que luchar… y ésta vez, acabaré contigo maldito William…
Continuará….