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Entre dulce y salado por sue

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Notas del capitulo:

 

Kon nichi wa!! Felices Fiestas!!! :D Agradecida por tenerlos de nuevo por acá ;) admito que esto ya lo tenía escrito… pero la navidad me ha puesto creativa para otras cosas y no tuve tiempo sino hasta ahora de actualizar xD (inner: para el que no lo sepa, Sue es de las escasas y extrañas personas que aún vive en la cavernas y no tiene acceso a internet… ni se molesta en ir a los cibers ¬¬UUuu) je je n.nUU en fin, aprovechando que me he escapado a casa de un amigo, actualizemos ku ku xB

 

 

 

 

 

 

 

 

Durante las clases Guy solía comportarse bastante empalagoso con Riki. El pelicorto lo evitaba, lo rechazaba, pero el pelilargo no se rendía.

 

- “Pero… que agotador es esto…” – Se lamentaba al tiempo que miraba su reloj. Una sonrisa se hizo presente al recordar que el mismo había sido un obsequio del que ahora era su amante – “No puedo esperar para verlo” – Se mordió un poco el labio inferior, lascivo – “Sencillamente lo único que se me antoja es…” 

 

- ¡Pizza!

 

- ¿Eh…? – El muchacho salió de su letargo.

 

- ¿Qué pasa Riki? ¿No estás de acuerdo? Pensé que era buena idea que fuéramos a comer algo de pizza para el almuerzo – Hablaba Mimea.

 

En ese momento, Guy aprovechó para tomarlo posesivamente del brazo.

 

- Por mí no hay problema ¿Qué dices tú Riki? ¿Se te antoja comer pizza?

 

- Eh… pues… bien…   

 

- ¡Entonces está decidido! Iremos a por pizza.

 

El celular de Riki empezó a sonar.

 

- ¿Aló?… ah, Iason… - La sensación de bienestar se instaló en todo su cuerpo – No hay problema… Ok… voy enseguida.

 

- ¿Qué pasó Riki? ¿Nos vas a dejar varados?

 

- Lo siento Mimea, es por trabajo – Juntó sus palmas en señal de disculpa.

 

- ¡Que mal! Te has vuelto muy aburrido desde que te conseguiste ese empleo – La chica hacía un berrinche un tanto infantil.

 

- No digas eso – Trataba de sonar arrepentido.

 

- Es hora de almorzar ¿Qué tu jefe no respeta eso Riki? – Guy se oía molesto.

 

- Así es éste trabajo. Digamos que es parte de ser exclusivo… ¡Nos vemos!

 

Ya solos y ante la expresión del pelicastaño, Mimea trató de retomar el plan.

 

- Entonces, creo que habrá más pizza para nosotros.

 

- Se me ha quitado el apetito – Espetó para luego retirarse, evidentemente molesto.

 

- Sinceramente… ¿Qué aquí a nadie le interesa dejar a una chica linda completamente sola? - Bufó.

 

Unos minutos después, Riki se hallaba en el auto con Iason. Su corazón saltaba de gozo al estar de nuevo a su lado. No sabía cómo explicarlo, pero sentía que cuando estaban separados el aire se volvía irrespirable y le faltaba energía.

 

- Me impresionó que me dijeras que querías ir a almorzar. O tienes mucha hambre o estamos hablando de otra reunión de negocios dónde tendrás que comer obligado.

 

- Un poco de lo primero y nada de lo segundo – Sonrió – Se trata de una cita.

 

- ¿Una cita?

 

- Así es. Dime ¿Qué te gustaría comer?

 

- Quieres decir que… ¿La cita es conmigo?

 

- Vaya Riki, eres un poco lento para estas cosas ¿No? – Se burló – ¿Con quién más saldría si no es contigo?

 

Con aquella proposición el muchacho se daba cuenta de la seriedad del asunto. El Mink parecía muy interesado en lo que era su “relación”.

 

Fueron a almorzar en un restaurante de lujo en dónde el chico se sintió cautivado por los platillos.

 

- Si es tu deseo te conseguiré un lugar como éste.

 

- ¿Ah?

 

- ¿No te gustaría, tener tu propio restaurant? – Esbozó mientras tomaba de su bebida.

 

- Si… ese ha sido mi sueño… siempre – Se sonrojó.

 

- Te lo daré entonces – Mencionó con seguridad.

 

- Detente por favor. No digas esa clase de cosas como si no te costaran nada – Interrumpió, pensando que todo se trataba de una mofa.

 

- No me costaría nada conseguirlo. Créelo.

 

Riki se sumió en sus pensamientos. Darse cuenta de lo fácil que era para algunas personas obtener lo que era un sueño lejano y hasta trabajoso para otros…

 

Aunque Iason estuviera hablando en serio, el moreno prefirió hacerse el desentendido con respecto al tema. Tenía mucho por aprender en su oficio de cocinero y tampoco quería ilusionarse con las promesas de su nuevo amante, después de todo ¿Cuántas promesas no se hacían durante el romance que nunca eran cumplidas ya que eran olvidadas cuando se extinguía el supuesto amor?

 

Aquella noche como otras que siguieron, Riki se quedó en casa del Mink. Las noches que antes eran solitarias, abarrotadas de horas extensas pegado al televisor mirando programas de cocina o en la elaboración de nuevas y exóticas recetas, fueron cambiadas por expediciones carnales y degustación de finos licores – porque Iason era fanático del buen beber y tenía una colección bastante selectiva en una repisa - ;  de éste modo, Riki empezó a quedarse muy poco en su cuartito.

 

- Riki. Ya casi no se te ve por aquí.

 

- Ah, señora Magnolia – Le saludaba. Había ido a regar las plantas que tenía y a aprovechar el tiempo que restaba para buscar entre sus recetas algo que pudiera prepararle a Iason – Es que he estado algo ocupado.

 

- Si, todos dicen que te has conseguido un trabajo nocturno. Por eso no escuchamos la batidora ni nos llega el delicioso aroma como antes.

 

- Je je si… - Se rascó la nuca. Por lo general se acostaba tardísimo cocinando. Nadie se quejaba de los ruidos que hacía, pues al día siguiente el chico repartía de lo que preparaba con los vecinos.

 

La mujer bajó el tono de su voz y cubrió un poco su boca con una de sus arrugadas manos.

 

- Pero aquí entre nos… yo sé que todas esas salidas son para irte a casa de alguna mujer. Eso está bien, un muchacho de tu edad tiene que usar todo ese vigor propio de la juventud.

 

- Ja ja… Me atrapó – Pidió: - Por favor, que quede entre nosotros señora Magnolia.

 

- Solo espero que no sea alguna casada – Lo miró, desafiante.

 

- No… para nada – Se rió internamente - Bueno, la dejo ¡Adiós!

 

Se apresuró. Las personas quieran o no, siempre declinan a su parte curiosa.

 

Más pronto ocurrió, el modo tan meloso en que Guy lo trataba al igual que sus constantes exigencias sobre lo que hacía y sobretodo los celos, hicieron que Riki se decidiera a hablar seriamente con él.  

 

- Ya Guy. Déjame en paz… estoy cansado de tener que darte explicaciones sin ningún motivo.

 

- Pero Riki ¿Qué te ocurre? ¿Por qué te portas así conmigo? – Lo tomaba del brazo – Es normal que quiera saber qué haces y en dónde estás… después de todo tú y yo…

 

Riki le interrumpió, dándose cuenta del evidente malentendido.

 

- Escucha: Tú y yo no somos nada ¿Entiendes?

 

- Riki… ¿Cómo vas a decirme algo así? ¿Qué hay con lo que pasó en la fiesta? Eso… definitivamente fue algo – Lo tomó de nueva cuenta del brazo, pero con mayor fuerza – Eres mi novio ahora.

 

- ¿Qué? ¡Claro que no!  - Se soltó de su agarre – Sácate eso de la cabeza Guy. Nunca quedamos en que seríamos nada.

 

- Pero…

 

- Eso que pasó, solo fue esa vez y ya. Tú fuiste el que confundió las cosas.

 

- Así que eso fui para ti ¿No Riki?  …Un polvo nada más – Se oía resentido.

 

- ¡Estaba borracho!  - Espetó, irritado por el comportamiento del pelilargo – Y no sé si tú estabas en las mismas condiciones… no quiero pensar que te aprovechaste de la situación…

 

- ¡Ah! ¡Ahora resulta que yo soy el único culpable aquí! ¿Quién ha estado todo el semestre haciéndose el interesante? Porque yo te coqueteaba, lo admito, pero es verdad que tú muchas veces me contestabas y hasta te mostrabas cautivado…

 

- Te seguía la corriente ¡Sólo bromeaba! 

 

Ante lo emitido por Riki, Guy se sintió humillado.

 

- Oye Guy… no fue mi intención – Intentó mediar, el pelicastaño se notaba afectado – Sólo trataba de mostrarte simpatía…

 

- Nunca debiste de haberlo hecho… - Hizo una breve pausa tras recordar la mañana en la que despertó al lado del moreno – Incluso esa vez en el cuarto te mostraste muy cariñoso… Te burlaste de mí. Y yo que te quiero tanto.

 

- Lo siento Guy pero… yo no te quiero.

 

Le dolió tener que ver sufrir al hombre de aquella manera. No era nada grato tener que rechazar un amor, pero prefirió dejarlo, no deseaba continuar metiendo el dedo en la herida que le había dejado.

 

- ¿Qué ocurre Riki? Te noto preocupado – Iason se encontraba en la cama, acurrucado junto a su amor.

 

 - Iason ¿Crees qué es algo malo darle esperanzas a alguien? Digo ¿Aún sin estar seguro de que ese alguien te guste?

 

- Mmm… espero que no estés hablando de lo nuestro. Me pondría muy triste enterarme que esto es algo unilateral.

 

- ¿Eh?... ¡No! Claro que no – Se espantó ante la idea – Es que… al parecer perdí un buen amigo por tratar de mostrarme amable. No era mi intención hacerle daño o que pensara que me estaba burlando de él… pero no me cree.

 

- Oye Riki: No tienes la culpa de que la gente se enamore de ti, ni lo que se puedan crear en sus mentes con ello. Tu única ocupación son tus propios sentimientos.

 

- Si lo pones así, creo que tienes razón… - Lo meditó.

 

- Es así – Afirmó – Como es verdad que en estos momentos mi atención está completamente en ti – Se acercó lo suficiente para susurrarle al oído – No sabes los celos que me dan saber que otros se fijan en ti… ¿Debería preocuparme?

 

La sensual voz del rubio le despertaba el deseo.

 

- ¿Por qué lo harías? – Sonrió – Otros me desean, es verdad, pero tú… - Se lamió los labios - Tú me tienes completamente servido – Y para que no le quedara duda alguna lo capturó en un exquisito beso profundo.  

 

 

 

Continuará…

 

 

 

Notas finales:

 

Tan pasionales estos dos xB (inner: Y Guy siempre de metiche ._.) bien, aprovechemos y les dejo el capi nueve también (inner: genial!! Doble ración, otra vez!! *w*) pero no se ilusionen, tampoco es que todo el tiempo va a ser de éste modo je je n.nUU Muchas gracias por haber leído el capi!!!

 

 


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