Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Así en el Cielo como en el Infierno. por Matsuoka Miyano

[Reviews - 29]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aquí el segundo capítulo del día. Gracias a Alondra por leerlo y decirme si estaba bien o no, me sacaste de apuros <3

                               Capitulo X."Propuestas"

Devuelta en el infierno un demonio de ojos grises  se abría paso por la alfombra color carmesí,  con un andar tan apresurado que abrió las puertas de la habitación del trono real,  azotándolas de par en par antes de que los demonios guardianes de la entrada siquiera pudieran abrirle las puertas o anunciarle correctamente ante su amo.

—¿A qué se debe la arrogancia de entrar sin anunciarte? —Pregunto con tono sereno el Príncipe Amón, su líder, quien se encontraba recostado en su trono completamente relajado, desviando  solamente sus ojos de las voluptuosas mujeres esclavas que lo estaban alimentando para clavarlos en el recién llegado.

 Aunque el tono utilizado por Amon fue tranquilo,  Haizaki pudo leer entre líneas un  amenazante “Dame una buena razón para no matarte por interrumpirme”
—Lo siento su majestad, pero ya tengo el informe que me pidió. — Informo haciendo una reverencia, esperando que esto fuera motivo suficiente  para mantener  la cabeza sobre los hombros.
—¿Y que estas esperando para leerlo? —Comentó Amon sentándose correctamente en su asiento  y  un simple gesto con su rostro fue suficiente para que las esclavas se marcharan del lugar dejándolos solos.

El demonio  de cabello negro no dijo nada, simplemente  siguió con su mirada a cada una de las esclavas aguardando a que se retiraran antes sacar una hoja donde había anotado los puntos relevantes de su investigación, aclaró  su garganta y comenzó a recitar lo que encontró.
—Matsuoka Rin, demonio nacido dentro de  uno de sus principales harems, pasó sin complicaciones “La selección” y fue enviado a la academia al igual que los demás reclutas, sus maestros  en el arte de la guerra  hacen buena referencia de él, sobre todo en su fuerza, velocidad y capacidad de conseguir aquello que desea, también se habla de la facilidad y la frialdad con la que puede llegar a matar a sus víctimas sin mostrar ni un atisbo de arrepentimiento o piedad. Según los registros la mayor parte del tiempo de su entrenamiento general se enfrentó varias veces con Yamazaki Sousuke, el actual  líder de una legión de Lucifer, el cual fue en su mayoría derrotado por la tropa 22 en un enfrentamiento de entrenamiento, no hace mucho tiempo, también se enfrento con Kisumi Shigino militante de una de las tropas de Asmodeo.

 Matsuoka se especializo en el combate cuerpo a cuerpo pero también es fuerte en el ataque a distancia, siendo un soldado valioso y un útil entrenador,  se convirtió en líder de la legión 22 hace poco más de  4 meses cuando  Mikoshiba Seijuro le dejo su lugar al ser ascendido a la división especial. Con tan poco margen de tiempo ha logrado aumentar  la fuerza y eficacia del batallón  llegando a estar en el puesto número  4  de las 40 legiones en el examen general que se hizo el mes pasado.
—Interesante… suena como un buen prospecto para ser el principal estratega de mi fuerza militar. —Comentó Amon satisfecho  por los datos recaudados.
— ¡Pero señor usted dijo que ese puesto sería mío! — Replico el ojigris enfurecido sin pensar en el tono de sus palabras.
— ¡CALLATE!—Vocifero ferozmente haciéndolo callar de inmediato— Tú ya no me sirves en ese puesto.

Haizaki empuño sus manos y chasqueo la lengua visiblemente furioso, ese puesto le correspondía por ley y antigüedad, no por nada se había asegurado de llegar a uno de los altos puestos y hacerle notar lo astuto y fiel que podía ser, sin embargo  ser  algo así como su principal sirviente y  recadero,  aun estaba muy por debajo del estratega. Había hecho todo con tal de atribuirse ese título y   pensó que lo tenía asegurado desde  la primera vez que Amon  lo elogio y le mencionó aquel puesto, pero ahora su posición estaba tambaleando y él tenía la culpa por haberlo mencionado, debió decir que era un puto inútil. Estaba a punto de responderle cuando el sonido de la puerta azotarse  llamo la atención de ambos.


— ¡MI SEÑOR! —Irrumpió un guardia entrando en la habitación.—Tenemos problemas, son las tropas que ha enviado. Los ángeles han previsto nuestro ataque y han tendido una trampa, nuestra tropa sigue en pie pero dudo mucho que resistan demasiado tiempo en esa situación.

—Creo que deberías llamar a ese tal Matsuoka y traerlo frente a mi—Dijo Amon con una sonrisa a modo de “sugerencia”  al primer subordinado. Esta podría ser una buena prueba para observar por si mismo las capacidades de Matsuoka

—Pero mi señor ¿No es mejor mandar a la división especial?—Trato de persuadir el pelinegro, si a Matsuoka le encomendaba aquella misión y obtenía una victoria, el puesto que tanto deseaba sería concedido a Rin  y él seguramente sería eliminado y tratado como escoria. —O puede dejármelo a mí, usted sabe que  soy su subordinado más fiel…

—¡Nada de peros! — Corto la opinión del otro con voz alta —Tu solo limítate a obedecer mis órdenes ¿O acaso planeas desafiarme?—Cuestiono en un gruñido  al mismo tiempo que lo fulminaba con la mirada.
—No, amo. —Negó agachando su cabeza en completa sumisión.
—Eso pensé, ¡ahora lárgate, no quiero verte aquí! —Ordenó con voz severa. 
—Como ordene mi señor—Respondió entre dientes haciendo la obligatoria reverencia para después largarse con paso furioso a dar el comunicado.

 

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

 

—¿Qué es lo que estas pensando? — Había preguntado Haru al ver tan absorto en sus pensamientos al más alto de los dos. Su mirada estaba perdida en algún punto en el espacio mientras su cuerpo reposaba tranquilamente en el pasto al igual que él.
—Me estaba preguntando ¿Qué hubiera pasado si te hubiera matado en aquel momento?
— ¿Consideraste matarme? — El tono de voz utilizado por Haruka no reflejaba miedo o incredulidad  ante tal comentario, y mucho  menos lo expresaba su rostro, solo reflejaba la curiosidad que le ataco en ese momento.
—No lo negare, la primera vez que te conocí quede tan fascinado pero al mismo tiempo una rabia me ataco al ver que eras el enemigo, tanto era mi enojo que considere en matarte, de hecho  iba a atacarte—Comento al recordar su primer encuentro—Pero gracias a esas  aguas divinas  el fuego se disolvió y tú te largaste antes de que pudiera terminar de invocar un segundo ataque.

— Tuviste muchas más oportunidades ¿Por qué no lo volviste a intentar?

—No lo sé, supongo que me acostumbre a tu presencia pero no a tu jodido silencio y de alguna manera termine ya no deseando tu muerte.
—Todo tiene una razón de ser.
—¿Es eso algo sobre su filosofía de que todo es un plan de Dios y que todos tenemos algo para lo que somos útiles? — Preguntó con un leve tono de burla enarcando una ceja a lo que Haruka simplemente se  alzo de hombros desinteresado

—Pues el pago para que yo estuviera aquí, fueron varias almas y varias masacres de ángeles como tú, con tal de que yo sobreviviera. Y lo peor es que no me importa, porque así debía ser para que yo pudiera continuar mi existencia. ¿Y si murieron diez? ¿O cien? ¿O mil? Jamás me importo, de hecho me encantaba ver sus caras de sufrimiento mientras me suplicaban piedad, mientras los despedazaba uno por uno.  No creo que eso forme parte del “plan de Dios”  ¿O acaso crees que para él lo mejor era sacrificar miles de sus seres para que yo, un demonio que busca acabar con su existencia, pudiera estar aquí? ¿Son sus vidas prescindibles si yo perduro? No me hagas reir. — Comentó lo ultimo con una risa cínica, recordando aquellas escenas de incontables asesinatos que tanto lo habían perturbado, pero que en un determinado momento lo llenaron con un sentimiento de superioridad y poder sobre los ángeles, aquellas criaturas creadas por un ser supuestamente invencible ¿Acaso no se sentirían igual al verse victoriosos sobre criaturas divinas? ¿Mientras estas les ruegan por su vida, implorando una piedad  idealmente inexistente en creaturas tan despiadadas como lo son los demonios?     

—Yo veo el mundo que todos tanto temen  cada día, me enfrento a sus peores horrores, a seres que la gente no alcanza a imaginar ni en sus peores pesadillas. Sufro el desprecio de los humanos y de los ángeles por igual. Tengo que lidiar continuamente con el odio, con el terror y el dolor.


—Hay más en tu interior de lo que crees. Lo he visto. ¡No! ¡No te atrevas a rebatirme en esto! — Haruka odiaba ver aquella faceta de su novio, aquella que muy rara vez se mostraba desde que habían comenzado a salir, una faceta donde Rin volvia a sus instintos más bajos, aquellos que lo habían guiado la mayoría del tiempo haciéndolo actuar de manera horrible, recordándole su verdadera naturaleza.

— Sabes, yo no elegí ser así, ni nadie me lo pidió tampoco. ¡Me lo impusieron! ¡Eligieron por mí! — Exclamo, dejando salir todo aquello que lo molestaba. El silencio se había apoderado del ambiente, cuando Rin había elevado la voz de aquella manera al mismo tiempo que se erguía sentándose en su lugar , girando su rostro hacia el pelinegro y clavándole sus furiosas orbes para mayor énfasis a sus palabras. Haruka se había quedado mudo, sin poder decirle algo para tranquilizarlo. Ahora sabía que Rin no le gustaba aquella vida que llevaba, parte de él estaba acostumbrado y hasta disfrutaba de ver tan atroces actos, pero por otro lado lo despreciaba.

Rin paso una mano por su pelo como gesto de relajación mientras aspiraba aire y después lo soltaba repetidas veces—Haru..Yo, lo siento ——Se disculpo un poco más tranquilo,  posando aquella mano ahora detrás de su nuca — Es solo que  es muy confuso, ¿Acaso tu no tienes miedo? ¿Miedo a que esa parte de mi que odia los ángeles y ama destruirlos despierte  y te quiera matar?

—No te tengo miedo—Respondió sin vacilar y al instante.

—¿Por qué no? —gimió, fue un gemido animal, como si estuviera herido.

—Porque te conozco. Y sé que no me harías daño. —Tendió su mano y suavemente empujó hacia atrás el mechón de pelo rojo hacia un lado. La cabeza de Rin se inclinó hacia abajo con el toque, mientras sopesaba  lo que le había dicho. El silencio se había vuelto a formar entre los dos, Rin había vuelto a adoptar su postura tranquila sobre el pasto, volviendo a mirar aquel punto muerto que tanto parecía fascinarle ese día.

—Haru… —Susurro Rin tan débilmente como si tuviera miedo de no recibir una respuesta.
—Umm
—¿Alguna vez te has preguntado cómo sería tu vida si no fueras un ángel?
— ¿A qué te refieres?—Pregunto  ante tan repentino cambio de tema, girando su cabeza para posar su mirada en Rin.
—Imagina la posibilidad de reencarnar como lo hacen los humanos, tener una vida como ellos, crecer, tener una familia, poder elegir tu destino, tus sueños, ser tu propio dueño y no tener que obedecer las órdenes de un príncipe o Dios —Decía con una voz emocionada mientras miraba el cielo, como si un telón se abriera ante él, dando la sensación de que podía vislumbrar  todo aquello que estaba diciendo.—Sabes, creo que sería  feliz alejado de toda la guerra, el calor sofocante, la muerte y las torturas….A una parte de mi no le gustan. Sé que en el mundo humano existen, pero no son tan frecuentes como aquí. Lástima que los demonios no estamos destinados a renacer. – Dejó salir un suspiro de forma decepcionada. Había cambiando su semblante a uno triste pero resignado en menos de un segundo.

Haruka se quedó en silencio pensando las intensas palabras del pelirrojo, siendo sinceros nunca se había preguntado cómo sería su vida si fuera parte de los humanos a los que él ayudaba a darles vida, él simplemente vivía la vida que le había tocado sin cuestionarse nada, ni anhelando algo diferente.

— ¡Ya se! —Exclamo Rin sentándose de golpe por segunda vez en menos de 10 minutos, el acto fue tan rápido que logro sacar  de sus pensamientos al ángel  —¡Haru, escapa conmigo!
— ¿Eh? — Dijo por acto reflejo incorporándose de igual manera.
—Vámonos Haru—Se acerco rápidamente tomando las manos del pelinegro entre las suyas — Vayamos  a un lugar donde podamos estar los dos solos sin problemas—Pidió emocionado.— Lejos de todo esto,  vamos un lugar donde nuestro amor no esté prohibido, donde podamos ser felices  y no tengamos que separarnos al finalizar el día.
—Rin…—Susurro, sorprendido por la repentina petición. ¿Había escuchado bien? ¿Escapar? —Pero..¿A dónde? No podemos escapar—dijo—Seriamos perseguidos por ambos, el cielo y el infierno.
—Al mundo humano— Declaro aun con el tono emocionado tiñendo su voz— no tendrás de que preocuparte, yo te protegeré.
—¿Y si te lastiman?
—Eso no pasara. Estas hablando con el líder del 22va legión de Amon—Dijo con seguridad levantando su rostro con completo orgullo, pero a continuación cambio su semblante por uno más dócil —Así que por favor,  huye conmigo.— Pidió con voz suave sosteniendo aun con fuerza las  manos de Haru entre las suyas, en un intento por que aceptara su alocada idea.

Esta proposición era muy repentina para alcanzar a procesar todo lo que implicaba escapar con Rin ,¿Qué pasaría con sus amigos?¿Ya no los vería? ¿Qué hay de su trabajo?, disfrutaba trabajar en el taller no quería dejarlo, todo estaba transcurriendo tan rápido que era confuso para Haru, haciéndole sentir algo parecido al pánico. Si, tenía pánico de dejar atrás todo lo que conocía, de iniciar de cero sin tener nada de lo que aferrarse, tenía miedo de salir de su zona de confort. Salió de sus pensamientos y presto atención a lo que estaba transcurriendo a su alrededor, frente a él estaba Rin  con sus intensos ojos rojos suplicantes, esperando su respuesta, debía decirle algo ya.

Su barbilla tembló levemente, tratando de buscar las palabras adecuadas junto con su voz que parecía haberlo abandonado.

 —No Rin…no puedo—Finalizo agachando su mirada, no quería ver la decepción en el rostro contrario. Rin entristecido soltó sus manos, para apoyarse en el suelo  y levantarse del allí, se sacudió un poco su ropa  y giro hacia la salida dándole la espalda al ángel.
—Rin...yo— Balbuceo tratando de detenerlo al ver cómo el contrario se marchaba.
—Haru—interrumpió con voz firme sin voltear a verlo—No te preocupes, no te voy a obligar a nada, si no quieres ir conmigo no debes sentirte culpable por rechazarme, pero por ahora  creo que es hora de retirarme.— Sentencio adentrándose en la cueva perdiéndose en la oscuridad de esta.

Atrás solo se quedo un ángel pensando en si  había hecho lo correcto o en si lo había hecho enojar.

Al día siguiente devuelta en el campo de batalla, Rin se encontraba luchando contra Momotarou, quien le había insistido toda la semana en que tuviera un enfrentamiento contra él, normalmente Rin  siempre le decía que fuera a entrenar con alguien más y que hasta que tuviera un poco más de experiencia se enfrentara contra él ya que no pensaba contenerse en su enfrentamiento, aunque  esta vez era la excepción, Matsuoka había aceptado de buenas a primeras en pelear contra el menor ya que necesitaba urgentemente descargar todo aquellos sentimientos que se venían acumulando desde ayer  y que ahora los tenía a flor de piel. Durante todo el dia se había recriminado a si mismo por ser tan impulsivo, estúpido y temperamental, Haruka tenia otras cosas que hacer, no todo era él en esta vida, pero su egoísmo lo había dominado en aquel momento dando paso después la ira por el rechazo terminando en lamento por sus actos, y asi seguía su bucle. Frustración, ira, tristeza, desolación y resignación,  eran las emociones trasmitidas en cada uno de los ataques que iban dirigidos con fuerza a Mikoshiba y que este a duras penas podía esquivar y devolver.

Estuvieron enfrascados en  aquel  intenso enfrentamiento por un par de horas  hasta que el eco de unos gritos llamando por Rin llamo su atención.

¡RIN-SENPAI! ¡RIN-SENPAI!Gritaba un pequeño peli plata que corría lo más rápido que podía hacia la arena de lucha.  Rin  aprovechando  la distracción de Momo por el peligris,  lo golpeo en la parte trasera de su rodilla para  desequilibrarlo, después engancho su pie en el tobillo  y lo tumbo  al suelo, pisando su muñeca con la suficiente fuerza  para que el pelinaranja soltara el arma con un quejido, anunciando de esta forma la  victoria de Rin sobre el menor, mostrando una sonrisa satisfecha.

¿Qué sucede Nitori? —Pregunto al verlo tan agitado  quitando su posición de defensa y limpiando el sudor que escurría por su frente.
¡Tenemos problemas!Dijo una vez que había recuperado el aire Amón requiere de su presencia mañana en la mañana. Rin simplemente se quedo quieto. Era muy extraño que Amón solicitara a alguien en su presencia, normalmente solamente mandaba a sus lacayos a mandar las ordenes, ahora tenía una preocupación más ¿Por qué el príncipe requería de su presencia?

 

Notas finales:

Recuerden si ven algo mal por allí tirenme una piedra y lo corrijo 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).