Capítulo XIV "Noche de desmoralización"
Entre el estado soñoliento de Rin, una pequeña parte de su conciencia había despertado, escuchando unos cuantos pasos a su alrededor, sus instintos le advertían sobre un peligro, pero al mismo tiempo su cuerpo se encontraba demasiado cansado, ignorando por completo lo que le decían sus sentidos, se sentía atrapado por no poder despertar, hasta que escucho un grito demasiado cerca de él.
—¡Allí están! ¡Atrápenlos!—
Esta orden fue suficiente para movilizar a los demonios que iban acompañando aquella voz.
Antes de que Haruka o Rin tuvieran oportunidad de moverse, una docena de demonios alados aparecieron a su alrededor, Rin se levantó inmediatamente ocultando tras su cuerpo al pelinegro. En un instante, los puños de Rin se vieron envueltos en fuego al mismo tiempo que adopto una posición de defensa, alzando sus puños preparándose ante cualquier movimiento.
Al primero que tuvo la osadía de acercársele o la estupidez de hacerlo, en cuanto estuvo dentro del rango de alcance de Rin, este le soltó un rápido y certero izquierdazo en el rostro, haciendo que el demonio inmediatamente retrocediera por el golpe, ya que no esperaba un golpe por el flanco izquierdo, pero en seguida se recupero y los demás acompañantes no se quedarían parados sin ser parte de la acción. Cuatro fueron los que se abalanzaron sobre Rin, el pelirrojo intentaba esquivar y contraatacar tantos ataques como pudiera sin que al evitarlos llegaran a afectar a Haru.
Por su parte Haruka ya se había puesto de pie, no tenía experiencia peleando, pero eso no significaba que les haría las cosas fáciles, hizo algunos movimientos con sus manos haciendo que unos brazos de agua salieran del lago, si bien su Don era sanar con el agua solo debía hacer lo contrario para lastimar, y eso hizo, envolvió con aquella agua a tres demonios que tenía enfrente y en un instante los tres cayeron desfallecidos ante sus pies, pero no tuvo tiempo de sentirse bien por su rápida acción, ya que por su costado se acercaron un par de demonios, los encaro y de nueva cuenta con un movimiento de sus manos atrapo a ambos en su elemento y con un chasquido la congelo, atrapando a sus contrincantes en bloques de hielo. Mientras estaba prestando atención a lo que ahora tenía enfrente, uno de los subordinados de Haizaki llego por su espalda y lo rodeó con sus brazos en un fuerte agarre para detener el movimiento de sus manos, Haruka abrió una de sus piernas y en un acto rápido se agacho para tomar el pie del demonio y jalarlo con fuerza para así tumbarlo, y soltarse, debería agradecerle a Rin por haberle enseñado eso aún en contra de su voluntad.
Mientras tanto el líder del escuadrón 22 se las arreglaba como podía, su espada estaba muy lejos en este instante por lo que debía de hacerse con una lo antes posible. Con la base de su mano golpeó hacia arriba la nariz de uno de sus contrincantes tirándolo de un solo golpe, en ese momento llego uno por su derecha tomándolo del cuello intentando ahorcarlo, Rin dio un paso hacia su agresor, le asestó un codazo en la cara y después con su puño golpeo el estómago de su agresor, el golpe hizo que el otro demonio se doblara de dolor y Matsuoka aprovecho esto para inclinarlo aún más y rematar con un rodillazo en la cara, dejándolo inmovilizado, en este momento tomó la espada que cargaba su rival y arrojó el cuerpo con fuerza contra un tercer demonio. Ahora con una espada en su poder volvió a colocarse en posición de defensa esperando el siguiente ataque que no hizo esperar, el cuarto demonio cargaba con un mazo gigante, el cual empuño sobre su cabeza con fuerza, Rin pudo detener el ataque haciendo uso de toda su fuerza, había tenido que agarrar la espada con sus dos manos e hincar un pie en el suelo para poder amortiguar el golpe. Soltó un gruñido furioso antes de recuperar su altura y quitar de en medio el mazo, el arma era pesada lo que dificultó para el esbirro recuperar su defensa, permitiéndole a Rin una abertura para poder colocar su mano en llamas sobre la cara del demonio y cegarlo antes de usar su otra mano para clavarle la espada de una estocada y acabar con él.
—¡RIN!—El grito de Haru alertó a Rin haciéndolo voltear instintivamente, observando como lo habían apresado con una red inmovilizándolo.
—¡Haru!—Trato de movilizarse y alcanzarlo, pero un grupo de soldados con los que estaba peleando lo tomaron de los brazos frenando su movimiento. Matsuoka se removió inquieto tratando de quitárselos, y en cuanto tuvo un pequeño espacio, liberó sus alas golpeando con ellas a sus opresores haciendo que se alejaran de él devolviéndole su movilidad.
Se elevó en lo alto del cielo, ubicándose donde podía observar a la mayoría de sus rivales al mismo tiempo en que afilaba y apuntaba sus plumas antes de lanzarlas en una lluvia negra a sus contrincantes, clavándolas en sus pechos para que después estas se incendiaran junto a su víctima.
Los demonios y esbirros trataban de lanzar sus armas contra él, no acercándose demasiado al rango de disparo que tenia Rin para evitar morir, pero a esa distancia era muy fácil para Rin esquivar sus ataques.
Mientras Matsuoka se concentraba en acabar con los que tenía enfrente, dos demonios a su espalda que había logrado apresar a Haruka intercambiaron miradas con otros que se escudaban de las plumas de Rin, tras un asentimiento tres demonios que poseían alas las desplegaron y se acercaron por el frente, esquivando todos los ataques que podían hasta alcanzar a Rin e iniciar un combate cuerpo a cuerpo, en ese momento los dos demonios que se encontraban a su espalda aprovecharon esta oportunidad para usar su último recurso. Se elevaron sin crear ruido, apoyados en que los demonios que enfrentaban a Rin no le permitirían darse la vuelta y notar su presencia. Con mucho cuidado ambos sacaron de sus cinturones de herramientas dos botellas llenas del agua bendita de la cascada y se la arrojaron, empapándolo por completo. En ese momento Rin sintió un frio recorrerlo, producto del agua que le había arrojado, estaba a punto de mofarse de ellos, por intentar derrotarlo con eso, llevaba meses nadando en aquella agua sagrada, ya no era tan efectivo como la primera vez, pero sus criticas fueron calladas cuando su vuelo se desestabilizo, empezando a sentir como se debilitaba y cada vez le costaba cada vez más mantener el vuelo.
—Malditos — Exclamó al darse cuenta que no era agua proveniente del purgatorio, si no de mismísimo cielo.
Segundos después cayó de golpe al suelo, haciendo que se quejara de dolor. Cuando intentó levantarse un pie le azotó de nuevo el rostro en el suelo haciendo que brotara sangre de su boca, en ese momento 6 soldados de los restantes se abalanzaron contra él, inmovilizándolo.
—¡BASTARDOS!—Vociferó con rabia escupiendo sangre en el proceso. Pero una patada en su abdomen lo calló. En ese momento la mente maestra detrás de todo esto se hizo presente, saliendo de su escondite, donde se había divertido viendo la pelea.
—Creíste que jamás nos enteraríamos de tu asqueroso secreto ¿verdad? —Se burló poniéndose de cuclillas a un lado, tomando del cabello a Rin para poder levantarle un poco la cara del suelo.
—¡HAIZAKI! Suéltanos maldito bastardo—
—No te escucho— Dijo fingidamente mientras azotaba de nueva cuenta la cabeza del pelirrojo contra el suelo.
—Y aunque te escuchara ¿Por qué debería hacerlo? Deberías ser capaz de librarte de esta—Volvió a tirar del cabello de Rin para después golpearle con saña en el rostro— Vamos, ¿qué estas esperando? —Pregunto mientras seguía golpeando sin piedad al ojirrojo. Este intentaba por todos los medios levantarse, pero sus extremidades estaban siendo firmemente sujetadas por un demonio cada una, mientras que en su espalda se habían colocado dos demonios evitando que se pudiera erguir.
—Cuando me libere de esto date por muerto, maldito hijo de puta. — Amenazó seriamente, Rin estaba completamente enojado, las pupilas de sus ojos se habían vuelto verticales, la ira se mostraba en sus ojos y sus dientes se veían más amenazadores.
—Creo que eso no será posible, estás bajo arresto— Notificó Haizaki mientras se ponía de pie. —Mira a tu “lindo” acompañante —Comento haciendo referencia a Haruka quien también se encontraba sometido pero por dos demonios —Recuerda bien esta escena porque será de las ultimas que veras.
Dicho esto, Haizaki le propino una patada en la cara a Rin, que lo descolocó completamente.
La voz de Haru cada vez se iba haciendo más lejana, sus sentidos comenzaban a fallarle, su cuerpo se sentía tan ligero y relajado simulando la sensación de estar a la deriva en alta mar, mientras que su visión se fue oscureciendo paulatinamente y luego nada.
Lo último que vio fue a Haru bajo la red mientras los soldados le fracturaban las alas, Haru extendía su mano tratando de alcanzarlo mientras gritaba su nombre sin importarle el dolor por sus alas rotas. Rin intentó alcanzarlo con su mano, pero sus fuerzas se desvanecieron y todo se volvió negro a su alrededor.
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El ojiverde deambulada de un lado para otro esperando a Haruka, había tenido paciencia por su amigo, ya que ayer al hablar con Haruka se había enterado de que Rin había vuelto y que pasaría la noche con él, volviendo al amanecer. No obstante ¡nunca se había tardado tanto en volver! Las primeras dos horas de retraso lo atribuyó a que tal vez el tiempo se le había pasado muy rápido sin darse cuenta ya que el agua y Rin habían capturado su atención, haciéndolo olvidar por completo la hora. Pero durante este tiempo algo le indicaba que tal vez algo iba mal, intentó no darle importancia, sin embargo a medida que transcurría el tiempo, ese sentimiento crecía cada vez más y más, incomodándolo demasiado hasta el punto en que dejó sus herramientas de trabajo sobre la mesa y decidió salir a buscarlo, pidió ayuda a Rei y a Nagisa indicándoles que revisaran los lugares cercanos, mientras que él se dirigía al purgatorio, más precisamente al claro donde fueron presentados los ángeles y demonios.
Atravesó apresuradamente la espesa vegetación adentrándose en la cueva con la esperanza de encontrar a su amigo flotando en el agua en compañía de Rin y alivianar aquella inquietud que lo invadía. Sin embargo cuando salió de la cueva todo a su alrededor estaba vacío. Buscó por todos los alrededores intentando encontrar una pista de alguno de los dos, sin encontrar nada; haciendo que su pánico incrementara paulatinamente. Estaba al borde de una crisis cuando un sonido de ramas abriéndose ante el paso del cuerpo de alguien alertó a Makoto, quien se giró mirando inquietamente a su alrededor
—¿Haru? —Preguntó dudoso acercándose lentamente hacia los arbustos.
—Sabia que te encontraría aquí, Makoto—Llamó un demonio fornido de cabello negro al salir de la vegetación obteniendo la atención del castaño
—Sousuke—Dijo algo aliviado de que fuera alguien conocido, pero luego se extraño de encontrarlo allí— ¿Qué haces aquí? ¿Has visto a Haru? No ha regresado y estoy preocupado.
—De eso quiero hablarte—Dijo Sousuke con voz seria haciendo que el estómago de Makoto se revolviera. — Necesito que escuches con atención y mantengas la calma— Makoto apretó sus puños en un intento de calmarse y asintió lentamente, a lo que Sousuke continúo.
—Rin y Nanase fueron descubiertos, los sometieron y los llevaron al infierno. Serán condenados mañana en la mañana frente a todos. — Las palabras de Yamazaki fueron rápidas y concisas, haciendo que para Makoto fuera algo difícil asimilarlas inmediatamente
—No…debe ser una mentira—Musitó negando levemente con la cabeza, mientras que un leve temblor se apoderaba de su cuerpo, su malestar ahora tenía sentido pero se negaba a creer que aquel presentimiento que lo incómodo todo el día fuera cierto. — ES MENTIRA
―Concéntrate Tachibana—Ordenó Sousuke tomándolo por los hombros tratando de parar las sacudidas en el cuerpo del castaño―Tenemos que ayudarlos o para mañana a medio día… los ejecutaran.
Las palabras de Sousuke lo despertaron de su trance ¡No podía quedarse allí temblando, debía salvar a su amigo a como diera lugar!―Tenemos que hacer algo―Dijo con voz seria muestra de que había recuperado el control sobre si, Sousuke solo se cruzó de brazos y sonrió ante la resolución del castaño, por su parte él ya estaba ideando un plan.
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Una reunión de emergencia se había suscitado entre ángeles y demonios en partes iguales, Sousuke había dibujado un plano en la tierra con la ayuda de una rama para poder asignarle a cada quien su posición.
—Makoto, tu esperaras en la base de la cueva, justo aquí—Señalo con la rama el lugar exacto en el que debía estar—Esperaras a Rin y a Nanase y harás lo tuyo.
—Entiendo.
—Nuestro problema es que habrá demonios que los perseguirán por los cielos. Nagisa tu esperaras a la altura del puente del purgatorio oculto en las sombras, tu misión es impedir que se acerquen a como dé lugar, pero no dejes que te vean o te mataran.
—Confía en mi Sou-chan. —Asintió el rubio usando un tono de voz serio.
—Si no estoy mal informado eres guardián de las escrituras. —Verificó Sousuke clavando su mirada en el ángel de lentes.
—Así es, pero no creo ser de mucha ayuda en la pelea. — Comentó dudosamente Rei, él era un ser de libros, no de peleas, pero al parecer Sousuke no pensaba igual
—Te equivocas, los ritos de exorcismo escritos en sus libros sagrados son mortales para los demonios normales y a los de mayor rango nos debilita. Deberás recitarlos para sellarlos o eliminarlos.
—Dejádmelo a mí, me los sé de memoria. —Acató la orden con un brillo en su mirada acomodándose sus lentes
—¿Qué es lo que harán ustedes?—Preguntó Makoto al no tener en claro cuál era la misión de los demonios.
—Los sacaremos del infierno. —Informó el demonio guía — Momotarou, Nitori
—Díganos señor—Respondieron al unísono poniéndose en firmes.
—Necesito que me ayuden. Quiero que convenzan a su legión de unírseles para proteger a Rin. Mientras yo obligo a la mía.
—¿Qué está planeando hacer? —Pregunto Momotarou
—Una emboscada.
—Pero son demasiados, no podremos enfrentarnos nosotros solos contra ellos, nos ganan en número.
—Lo tengo muy claro, pero es lo único que tenemos.— Comentó serio dejando notar su conocimiento que no saldrían bien librados de esta—Aparte el factor sorpresa nos dará una ventaja. ¿Puedo contar con ustedes?
—Sí—Exclamó Nitori
—Rin -senpai es muy admirado por todos, le aseguro que cooperaran con nosotros—Afirmó Momo.
—Eso espero. Algunos de nuestros hombres se mezclaran entre los asistentes para crear un conflicto entre los mismos demonios mientras que otros se colocaran en el tejado de las instalaciones para apoyarnos con ataques aéreos.
Mientras que todos prestaban atención a las indicaciones de Sousuke, por la mente de Momotarou cruzó una idea, tendría que escribir una carta lo antes posible y esperar que esta llegara a su destino antes del amanecer. Tal vez no serían muchos pero los pocos que había serian de mucha ayuda y más si su carta funcionaba brindándoles un punto a su favor.