Capítulo 4 Cuida tus palabras
Los días continuaban pasando y ellos seguían frecuentándose sin faltar en una especie de cita no dicha, reuniéndose en aquel claro, a la misma hora, sin importar las circunstancias o su fatiga, gozando de aquel lugar donde el odio entre ángeles y demonios no existía, donde podían ser ellos mismo sin tener que cuidarse de sus acciones ya que estaban simplemente ellos dos, en completa soledad, transformando aquel sitio un refugio para los dos, un refugio que vio nacer una extraña relación. Aquella que había iniciado con desconfianza por parte del pelirrojo e indiferencia por parte del ángel, dando paso a la curiosidad que ambos sentían por aquel ser que ahora estaban acostumbrados a ver día tras día, luego pasando a una confianza donde se permitían bromear y molestar al otro, y que ahora había avanzado un poco más a un sentimiento que ambos no entendían completamente sin embargo lo aceptaban sin saber que el otro les correspondía.
Rin se empezó a dar cuenta que estaba enamorado, cuando se encontró a si mismo contando las horas, los minutos y segundos que faltaban para encontrarse con aquel ángel de hermosas facciones que había llamado su atención desde el primer momento, al principio se negaba a admitir que sentía algo por Haru en tono romántico así que inconscientemente lo había disfrazado de curiosidad al mismo tiempo que se excusaba convenciéndose de que solo intentaba corromper a alguien tan puro como eran los ángeles. ¡Era un demonio! se supone que no podía sentir esta clase de sentimientos y mucho menos por el enemigo. Todo esto lo atormentaba una noche de insomnio haciendo que se revolviera desesperadamente el cabello.
—¡Arg! ¡Al diablo!. Si te gusta, te gusta y ya—. Había dicho esa noche donde no podía hacer otra cosa que recordar su día junto a Nanase, cada mínimo gesto, cada movimiento de Haru era reproducido en su mente, borrando de su escenario cualquier cosa que no fuera el ángel, haciendo que su corazón se acelerara al recordar su mirada y el tono de su voz cada vez que le hablaba. Esa noche había aceptado por fin que se había enamorado.
Cierto día Rin lo vio aparecer entre los arbustos haciendo que una inquietud se anidara en su corazón producto de su reciente descubrimiento ¿Podría llegar a tener algo más que una simple amistad? ¿Al menos Haru podría mostrar ese tipo de emoción?
Considerando lo que había visto del pelinegro lo único que avivaba sus ojos era el agua y si recordaba bien, también los vio brillar la vez que le menciono la caballa ¡Vaya tipo del que se enamoró!, pero después de todo Rin era un demonio tampoco es que se pudiera quejar, pero ahora que lo pensaba ¿Por qué no hacer uso de sus cualidades y atributos para intentar seducirlo? No tenía nada que perder, si todo se iba al carajo siempre podría decir que todo fue un juego.
—Has venido— Dijo Rin Involuntariamente aun víctima de sus cavilaciones en los últimos días.
— ¿Por qué no vendría?—Refuto Haru frunciendo el ceño.
Rin simplemente se alzo de hombros evitando contestar formulando otra pregunta
— ¿Acaso no te sientes asustado?
— ¿Asustado?—Repitió extrañado por las inesperadas preguntas a las que era sometido.
—Soy un demonio— Puntualizo Rin clavando sus orbes rojizos en aquellas de color azul— Se supone que somos enemigos.
—No tiene mucha importancia.— Dijo retirándose la ropa y arrojándose al agua. Esa respuesta alivio un poco al demonio y al mismo tiempo lo hizo sentirse estúpido, ya que si antes no le había importado su origen ¿porque le importaría ahora?
—Sabes, eres raro.— Comento Matsuoka nadando hacia él.
—El único raro que veo por aquí eres tú.—Se defendió
—¿Huh? ¿A quién llamas raro? Maldito hidrosexual— Y aquí iniciaba una de sus comunes discusiones que empezaban de la nada pero que a ambos les divertía.
—A ti, dientes de tiburón.
—Idiota.
—Torpe.
—Estúpido.
—Tarado.
—¡Hey! ¿No se supone que los ángeles deben ser más amables?—Protesto
—¿Y los demonio más rudos?
— ¿Qué estas insinuando?—Cuestiono mirando retadoramente a su contrario
—Nada en especial. – Dijo desinteresadamente haciendo un gesto casi imperceptible con sus hombros.
Rin decidido a explorar que tanto podía avanzar en su relación con Haruka y coquetearle un poco, se acercó hacia él tomándolo de la barbilla y sonrió pícaramente mostrando sus afilados dientes
—Cuidado con lo que dices Haru, o podría devorarte en cualquier momento…—Advirtió Rin Colocando su mano libre en las espalda baja de Haru apegándolo más a su cuerpo
—Por ejemplo… ahora— Susurro con voz seductora rozando levemente sus labios con los del ojiazul haciendo que un color carmín se posara en las mejillas del ángel.
Y en ese instante Haruka sintió como su corazón se desbocaba, su respiración se había detenido y su conciencia se desvanecía en un segundo, todo producto de la seducción que el demonio estaba aplicando sobre él. Dándose cuenta que no sintió miedo ante esa amenaza, al contrario él deseaba ser devorado por aquel demonio con mirada de fuego.
—Claro, solo si tú quieres— Agregó Rin riendo mientras se separaba pasando su brazo sobre los hombros de Haru, haciendo que el pelinegro solo desviara la mirada sonrojado por haber estado tan ansioso por un beso que no llego.
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Normalmente Nanase mantenía un mayor espacio personal pero con Rin este no existía, Haruka se había dado cuenta que últimamente Rin lo abrazaba, se colocaba muy cerca de él o lo rozaba “accidentalmente”, siempre buscando una forma de tener contacto con él, cosa que no le molestaba ni un poco, de hecho hasta se sentía bien pero al mismo tiempo lo hacía sentirse nervioso. Y él había descubierto la razón, pues desde hace un tiempo Haruka se había dado cuenta que se había enamorado de él, plasmando en su libreta cada imagen que Rin le regalaba días tras día, haciendo de aquella libreta una especie de diario donde todo lo que existía en esas páginas era aquel pelirrojo.
No supo en que momento exacto el demonio había cruzado la línea que se había formado entre ellos cuando se conocieron. Tal vez todo inicio en el momento en que ambos empezaron a hablar, contando cosas absurdas sobre sus vidas, o en el momento en el que Haruka decidió retraer sus alas guardándolas dentro de sí, dejando de flotar para nadar rápidamente, en ese momento Rin lo había visto y Nanase pudo vislumbrar un brillo de competitividad en sus ojos que se confirmó cuando el pelirrojo decidió retarlo a una carrera para ver quién era el más veloz.
La primera vez que compitieron Haru se quedó impresionado al ver que un ser que dominaba un elemento tan contrario al suyo, como era el fuego pudiera competir de manera formidable en el agua que era elemento natural del pelinegro. Pero por su orgullo jamás se dignaría a decirlo en voz alta y elevar la ya de por si alta autoestima y arrogancia del pelirrojo.
Varias veces ocurrieron estas competencias teniendo como ganador a Haruka, pero éstas no habían sido unas victorias fáciles, muchas veces Rin estuvo a punto de ganar y Haru también creyó que Matsuoka ganaría, sobre todo cuando al virar este le dejaba atrás tomando la delantera, pero al final el resultado siempre era el mismo teniendo al ángel como ganador, ya fuera por pocos segundos o por una brecha un poco mayor, no obstante Matsuoka siempre ponía la misma excusa diciendo que su ropa no era la adecuada para el tipo de competición.
—Hey Haru—Hablo Rin al salir del agua—Para la próxima no me vencerás tan fácil… Si es que lo haces— Fueron las palabras que uso en su última competencia mientras mostraba una sonrisa ladina retando a Haru quien solamente afilo la mirada aceptando el reto.
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Al día siguiente Haruka se encontraba nadando libremente en aquel solitario lago, Rin se había demorado , cosa que era muy raro, ya que él siempre llegaba antes o poco después que Haru haciendo que este se preguntara si Rin vendría esta vez, y su duda fue resuelta cuando lo vio saliendo de la cueva.
—Esta vez no traes tu ropa usual —Dijo Haru al divisar al pelirrojo usando un pantalón de mezclilla obscuro y una playera de manga corta en color rojo que lo hacia parecer un humano normal
—Es como mi día de descanso— Explico acercándose a la orilla del lago mientras se ponía en cuclillas y sumergía su mano en el agua para moverla— A pesar de ser el infierno tenemos días en los que se nos permite salir al mundo humano, ya sabes, ir a causar desastres, sucumbir simplemente ante la lujuria, la gula o algún otro placer mundano que nos apetezca. Al menos antes de tener que regresar a los entrenamientos más tarde.
—¿Seguro que quieres estar aquí?—Pregunto sin quitar la vista del pelirrojo que jugaba con el agua, después de todo era su día libre no lo obligaría a acompañarlo.
—Sí, prefiero gastar mi tiempo aquí…contigo— Susurro lo último esperando que Haru no lo escuchara pero el tenue color rosado que apareció en las mejillas del ángel indicaban lo contrario.
—Pero aun así fui al mundo humano porque necesitaba algo.— Dijo poniéndose de pie bruscamente tratando de cambiar de tema sacándose rápidamente la playera y el pantalón dejando a la vista un traje de baño largo de color negro con franjas rojas y secciones traslucidas cerca de la entrepierna, las cuales Haruka no paso por alto haciéndolo sonrojar.
—Ahora si Haru, veamos quien es el más veloz.— Reto el pelirrojo con un tono de voz que dejaba notar su seguridad y confianza en que ganaría esta competencia, Haruka dirigió su vista a las orbes rubíes aceptando mudamente.
Ambos se colocaron en la orilla del lago tomando posición.
—Una carrera, ida y vuelta… ¿Listo para tu derrota Haru?— Provoco Rin mirando con una sonrisa ladina a su contrincante.
—Lo mismo te pregunto Rin.—Respondió clavando su mirada en el frente haciendo que Rin ensanchara más su sonrisa
—En sus marcas…Listo…¡Fuera!—Grito Rin dando inicio a la competencia.
Ambos salieron al mismo tiempo con un salto perfecto como si estuvieran sincronizados, haciendo que su entrada al agua fuera impecable salpicando lo menos posible.
Haru se abría paso entre el agua con elegancia y belleza, hundiendo la punta de sus dedos en la superficie creando un espacio por donde desplazaba su cuerpo. Rin por el contrario, era más feroz, violento, arrasando con todo lo que estuviera frente a él, logrando así tener una leve ventaja sobre su contrario dejándolo atrás. Esta diferencia se hizo más grande gracias a la fuerza de sus piernas que al llegar a la orilla contraria y virar le dio un mayor impulso para intentar llegar a la línea final; haciendo que Rin mostrara una gran sonrisa al sentirse ganador.
Haruka veía como Rin lo dejaba cada vez más atrás pero no se dejaría vencer tan fácil, después de todo el agua era su elemento, llevaba toda la vida reforzando esa unión y hasta aquel líquido le había permitido usar sus dones para sanar, así que no había forma en que se permitiera perder. Apresuro sus brazadas imponiéndole más fuerza y rapidez logrando colocarse una cabeza atrás de Rin a pocos metros antes de la meta.
La competencia cada vez era más pareja, cabellos rojos y negros se veían a la par en la superficie del agua peleando, haciendo acopio de todas sus fuerzas para el último tramo restante. El tiempo parecía hacerse cada vez más lento, haciéndolos consientes de sus movimientos y los de su contrincante, cada patada, brazada y movimiento en el agua era registrado con más intensidad a medida que disminuía la distancia 1 metro, ½ metro, 30 cm 10…5…Tocaron la orilla y ambas cabezas emergieron al mismo tiempo en busca de aire.
Todo había terminado en un empate.
Haruka sacudió su pelo liberándose del agua sobrante, mientras que Rin paso su mano por su cabello echándolo hacia atrás permitiéndole ver.
—¡Demonios! Eso estuvo cerca— Se quejaba Rin con fingido enfado pero con un toque de emoción en su voz.
Y esta vez Haruka debía admitir que tal vez Rin tenía razón al excusarse de que no contaba la ropa adecuada, después de un poco más y este le hubiera ganado.
— ¡Mierda ya es tarde! Creo que es hora de irme— Dijo Rin saliendo del agua siendo seguido por Haru— Pero antes….— Se acercó a Haruka sigilosamente y tomo sus labios entre los suyos, fundiéndose en un beso suave y lento para finalizar mordiéndole un poco el labio inferior.
—Te dije que te cuidaras—Comento guiñándole el ojo mientras mostraba una sonrisa pícara y victoriosa al separarse
—Nos vemos Haru.
Y desapareció con la misma velocidad con la que había llegado ese beso dejando a Haru completamente desorientado y con una burbuja masiva de pensamientos desordenados y emociones sin clasificar
¡¿Qué rayos había sido eso?!
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— ¡Atención!—Grito Rin con voz autoritaria haciendo que todos guardaran silencio y adoptaran una posición de firmes.
— En vez de correr 2 horas, es momento de que aprendan algo útil—Informo colocándose frente a ellos—Esto puede servirles cuando se vean rodeados por muchos enemigos ¡Hey Kazuki! Pásame una lanza—El ojos violeta hizo lo ordenado y le lanzo el arma.
—Ahora necesito que se dividan en dos, la primera mitad de 15 pasos hacia atrás y la segunda forme una media luna a mí alrededor. – Rápidamente su séquito hizo lo ordenado dejando a Rin continuar.
—Lo primero que deben hacer es tomar con firmeza la lanza, la colocan hacia atrás por encima de su cabeza haciendo que el pico casi roce el suelo— Rin tomo posición mirando de reojo a sus víctimas que estaban detrás de él— Recuerden nunca perder de vista a su enemigo. Aplican fuerza y con un simple movimiento circular a la altura de los pies… Lograran barrer a los que están a su espalda.— Dijo después de que con un movimiento rápido y limpio derrumbara a todos. La mayoría de los presentes se quedaron impresionados, de un solo movimiento su capitán había derribado a más de 15 hombres sin que estos lo vieran venir, mientras tanto los afectados se levantaron sacudiéndose el polvo y sobando las partes afectadas.
—Momo ven aquí—
—¡Si señor!— El peli naranja dio un paso hacia adelante y se colocó frente a Rin.
—Ahora, si no quieren levantar el arma sobre su cabeza, está la opción del barrido horizontal que hará caer a los enemigos que tengan enfrente, a diferencia del anterior este es efectivo si se tiene uno o dos adversarios—Rin indicó a los demás que se alejaran dejando solamente al pelirrojo y a Momo en el centro de la arena— Lo primero que deben hacer es sostener el arma con sus dos manos en forma horizontal y de igual manera que el anterior golpeas a la altura de sus pies.
Rin se acomodó y lo barrió rápidamente haciendo que Momotarou cayera de espaldas con un golpe sordo, para después apuntarle con el pico a la cabeza clavando la lanza fuertemente.
—Waaa…— Momotarou había cerrado los ojos con fuerza esperando el impacto.
Un grito ahogado se escuchó salir de los presentes.
— ¿Asustado?—;sonrió Rin maliciosamente frente a un asustado demonio y se levantó dejando la lanza clavada a pocos centímetros a un lado de la cabeza del pequeño Mikoshiba.
—¡Rin-sempai es usted increíble!—Gritaba Momo una vez recuperado del susto mientras rodeaba rápidamente por todos lados al pelirrojo. Este lo tomo de la cabeza y lo alejo de él.
—¡Suficiente, ¡Ahora a entrenar!
— ¡SI SEÑOR!-Contestaron todos al unísono tomando un arma para practicar lo demostrado. Matsuoka se quedó de pie observando con una sonrisa a su sequito.
—Estas de muy buen humor, Rin—dijo Sousuke apareciendo por detrás— ¿Acaso encontraste a quien atormentar o algo?
—;Podría decirse que si—Afirmo Rin esbozando una sonrisa más grande mientras reproducía la imagen de Haru en su mente.