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¡Excitarse...un juego de niños! por Fullbuster

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Aoba Seragaki POV


 


Tras escapar de Koujaku y encerrarme en mi dormitorio, me tumbé en mi cama tratando de calmarme, aún me temblaban un poco las piernas. Ninguna de las veces anteriores en las que ese degenerado me había incordiado había sentido el miedo y la angustia que estaba experimentando ahora. Esta vez era diferente porque él había descubierto mi secreto y era lo peor que podía pasar... con la fijación que tenía conmigo, estaba convencido que usaría la extrema sensibilidad de mi pelo contra mí. No sabía si se lo contaría a sus amigos o se lo guardaría para él pero aún así no podía evitar sentirme asustado y preocupado, tanto que se me había pasado el enfado con Noiz.


Me di una ducha para tratar de relajarme y dejé que el agua cayese sobre mi cabello, necesitaba sentir algo de placer después de todo lo ocurrido con Koujaku pero también por mi situación con Noiz y Ren. Necesitaba dejar mi mente en blanco y sabía que de esta manera lo conseguiría. Me excité casi al instante de caer las primeras gotas sobre mi cabello y, al masajearme la cabeza con el champú, no necesité tocar mi intimidad para terminar esparciendo mi semen sobre los azulejos de la ducha.


Al terminar de asearme, me encerré en mi cuarto de nuevo. Me encontraba un poco más relajado pero seguía intranquilo, cerré los ojos y abracé la almohada con la intención de dormir pero me era imposible, aquella almohada no era Ren y yo le necesitaba a él, a mi mejor amigo. Me giré sobre el colchón quedando tumbado bocarriba y mis ojos se quedaron fijos sobre el blanco techo mientras mi mente divagaba sobre cómo podía acercarme a Ren y hablar con él para que todo volviera a la normalidad, pero aquellos pensamientos se desvanecieron al preguntarme qué estaría haciendo ahora mismo en aquella fiesta con Clear.


No pude evitar preocuparme y cierta inquietud recorrió mi ser al imaginarme a Ren metido en problemas. Estaba convencido que él podría defenderse si alguien trataba de molestarle y meterle en problemas porque estaba como humano, además  Clear no dudaría ni un instante en salir en su defensa y ayudarle pero... era la primera vez que Ren asistía a una fiesta. Quizás no se sentiría cómodo o no sabría cómo comportarse y destacaría entre aquellos estudiantes borrachos, incluso podría perder el control sobre su transformación y convertirse en perro delante de todo el mundo. ¡Eso sería un completo desastre! Ren quedaría expuesto y si corría la voz, los científicos podrían encontrarnos de nuevo...


No sabía si estaba teniendo un ataque de ansiedad pero lo que sí sabía era que mi respiración era cada vez más irregular y comenzaba a faltarme el oxígeno. Me concentré en realizar ejercicios de respiración para tranquilizarme y, tras varios minutos inspirando y exhalando profundamente, el ritmo de mi respiración volvió a la normalidad. Me repetí varias veces que era imposible que nos encontrasen y que Ren ahora mismo estaría con Clear pasándoselo bien con otros chicos y chicas para terminar de tranquilizarme pero ese pensamiento tuvo el efecto contrario.


Imaginarme a Ren rodeado de chicos y chicas guapas no me agradó, pensar en que intentarían ligar con él y que querrían llevárselo a sus camas despertó un lado celoso y posesivo que ni yo mismo sabía que tenía. Estaba tan concentrado en aquellos pensamientos que me sobresalté al escuchar la puerta que daba al pasillo de la residencia abrirse. Salí disparado hacia la sala común olvidándome de mis celos y vi cómo Clear entraba solo tropezando con algunos muebles, parecía que estaba algo mareado, seguramente habría bebido más de la cuenta. Le seguí preocupado hasta su habitación, temía que se hiciera daño o hiriera a Ren si caía al chocarse con algún mueble más. Me acerqué para ayudarle pero mis ojos se dirigieron de forma inconsciente a su espalda, estaba deseando comprobar que Ren se hallaba bien. Mi corazón casi se me salió del pecho al ver que mi compañero no llevaba la mochila donde debería haber estado Ren escondido.


- ¿Dónde está Ren? - le pregunté casi abalanzándome sobre él.


Clear trató de enfocar su mirada sobre mí pero no tuvo éxito y acabó cayendo sobre su cama bocabajo cerrando los ojos. Le zarandeé varias veces para despertarle pero fue una pérdida de tiempo, el alcohol que tenía en su sistema le había dejado fuera de combate y ahora estaba profundamente dormido dejándome angustiado y a punto de perder los nervios por no saber dónde estaba mi mejor amigo ni si le había pasado algo. Quise salir a buscarlo pero sería como buscar una aguja en un pajar sin saber al bar al que fueron, aparte de que no conocía bien los alrededores y podría acabar perdido, encima estaba el peligro extra que suponía Koujaku, no quería volver a encontrármelo. La mejor opción era quedarme a esperarle y rezar para que nada malo le hubiese pasado y se encontrase sano y salvo. Me acurruqué en uno de los sillones mirando hacia la entrada observando fijamente la puerta, esperando que en cualquier momento se abriese y Ren entrase por ella.


Después de muchas horas en vela, caí rendido y sólo me desperté cuando volví a escuchar abrirse la puerta con mucho cuidado. Abrí los ojos rápidamente sin importarme que los rayos de sol que entraban por las ventanas me cegaran y prácticamente salté del sillón al ver a Ren frente a mí.  Me quedé a poco más de medio metro de distancia de él aunque desease estrecharle entre mis brazos para no soltarle nunca más, había estado muerto de preocupación y al verle sin ningún rasguño fue todo un alivio.


Mi inquietud no tardó mucho en aparecer de nuevo al ver la expresión tan destrozada que tenía en su rostro y los ojos completamente rojos como si hubiese estado llorando sin parar. No me equivoqué en mi sospecha al detectar un pequeño rastro que las lágrimas habían dejado en sus mejillas pese al esfuerzo de Ren en limpiarlas. Estaba a punto de preguntarle si se encontraba bien cuando se abalanzó sobre mí y me apretó en un fuerte abrazo.


- Perdóname – me dijo con la voz ahogada por tener escondida su rostro en mi cuello.


- ¿P-por qué? - balbuceé debido a la sorpresa de su acto y los nervios que me provocaba su cercanía.


- Por haberme alejado de ti e ignorarte, no debí hacerlo, lo siento. Me he dado cuenta de que tú eres la única persona que realmente me conoce y me acepta y respeta tal y como soy, eres la persona más importante en mi vida y no quiero perderte.


No pude evitar que las lágrimas comenzasen a salir, había sido muy duro haber estado separado de Ren aunque hubiese sido durante muy poco tiempo y me hacía muy feliz tenerle de vuelta, que todo volviera a la normalidad. Le correspondí el abrazo con aún más fuerza y cerré los ojos disfrutando del calor que emanaba su fuerte cuerpo. Permanecimos en silencio en aquella posición varios minutos hasta que me atreví a hablar.


- ¿Has estado llorando por esto? - le pregunté y sentí que se sobresaltó un poco. Me extrañó un poco pero no le di demasiada importancia, quizás le había asustado al hablar de repente.


- Han sido unos días duros, no te preocupes – me dijo aún con el rostro escondido en mi cuello.


Ren tenía razón, habían sido unos días duros para ambos pero por suerte todo parecía que se estaba arreglando.


- Entonces... ¿amigos de nuevo? - le pregunté temeroso por si su respuesta era negativa a pesar de que todo indicaba lo contrario.


- Nunca dejé de ser tu amigo, es sólo que... - se separó para mirarme a los ojos y yo me quedé sin palabras al tener su atractiva cara tan cerca de la mía deseando que me besase. Creo que me puse colorado por el calor que sentía en mis mejillas - estaba muy confuso pero ahora veo todo mucho más claro.


Le vi inclinarse sobre mí y pensé que mi deseo se iba a cumplir, cerré los ojos esperando ansioso a que nuestros labios se juntasen pero, en lugar de mi boca, Ren me dio un dulce beso en la frente.


- Aoba, aprovecha tu oportunidad de ser feliz y ve a por Noiz – aquello me desconcertó, no entendía a qué venía sacar ese tema ahora – Estoy seguro que él sólo tiene y tendrá ojos para ti y tú también le quieres...


- Pero tú eres más importante, no quiero volver a perderte – alcé la voz angustiado.


- No lo harás, ya te he dicho que eres la persona más importante en mi vida, no pienso alejarme de ti pero sé que tu felicidad está junto a él y yo lo único que deseo es que tú seas feliz... te lo mereces.


Ren esbozó una sonrisa pero noté cierta melancolía en ella.


- Tú también te mereces ser feliz, Ren.


- Y lo seré siempre que tú lo seas, así que más te vale hacerme caso y arreglarte con Noiz, ¿de acuerdo?


Asentí ante tanta insistencia pero aún no estaba seguro de si seguir su consejo, aún temía que Ren volviera a darme de lado. Dejé que Ren se marchase a descansar y decidí ir a la primera clase, ahí vi a Noiz y no pude dejar de darle vueltas sobre lo que debía hacer, aún dudaba sobre si seguir el consejo de Ren o no. Tenía la cabeza hecha un lío y no podía concentrarme en las explicaciones por lo que cuando terminó la hora, me fui a la biblioteca para poder estar solo y pensar con tranquilidad, de paso también terminaría algunos trabajos que nos habían pedido para clase. Llegué y me senté en una de las mesas del fondo aunque no había gente, todos debían estar en clases.


Saqué los libros y empecé a escribir el trabajo que tenía que presentar en unos días. Llevaba un par de horas escribiendo tranquilamente cuando me surgió una duda y salí a buscar el libro que necesitaba. Cogí uno de los libros de arriba y me sorprendí cuando al abrirlo, de golpe alguien pasó su brazo por encima y me enseñó un peine. Me giré de golpe para ver a Koujaku sonriendo con el peine en su mano.


- ¿Qué tal si jugamos un rato? – me preguntó.


- Tengo mucho que estudiar, así que márchate – le dije volviendo al libro.


- Estudiar es aburrido, venga… yo tengo algo más divertido para ti.


- He dicho que no – me quejé enfadado pero él se quitó la corbata del uniforme y me ató las manos quitándome el libro - ¿Pero qué haces? Suéltame.


Me dio la vuelta con algo de violencia y acabé con la cabeza apoyada sobre los libros de la estantería mientras Koujaku cogía el peine y cepillaba mi cabello. Mis piernas temblaron al momento por la excitación y no sé si aguantaría mucho rato de pie, pero lo peor… eran los gemidos que trataba de silenciar y no había forma.


- Pues sí que era cierto esto de tu cabello – me dijo sonriendo – si lo llego a saber antes te habría tenido todos los días bajándote la ropa interior por mí – me susurró al oído mordiendo el lóbulo de mi oreja.


Al soltar mi oreja pasó sus labios por mi cabello moviendo uno de los mechones con su nariz haciéndome jadear el doble mientras sentía cómo metía su mano en busca de mi miembro. Lo cogió entre sus manos intentando excitarme aún más si es que eso era posible.


- Veo que al final sí te excito lo suficiente.


- Déjalo ya, Koujaku.


- Pero si acaba de empezar este juego, vente conmigo – me comentó cogiendo la corbata y tirando de mis manos obligándome a seguirle.


Vi mis cosas en la mesa pero sólo podía seguir a Koujaku que se negaba a soltarme. Me condujo hasta los vestuarios y para mi mala suerte, no pude pedir ayuda a nadie porque la mayoría debía estar en clases o durmiendo pasando la resaca. Maldije esa maldita fiesta de anoche, mínimamente alguno podía haberse despertado, pero viendo cómo había llegado hasta mi propio compañero de cuarto, no esperaba que ninguno de los que debían estar en sus dormitorios se despertase hasta la tarde.


Llegamos al vestuario y cerró la puerta tras nosotros con un gran estruendo empujándome tras él hasta la ducha. Intenté bloquear mi camino cogiéndome al marco de una de las puertas pero Koujaku tiró de mí con mayor fuerza hasta meterme dentro. Lo único que tenía claro de todo esto es que no quería que mi primera vez fuera con Koujaku. Había soñado con mi primera vez… y siempre había aparecido Ren, últimamente incluso Noiz aparecía, pero no Koujaku.


El agua empezó a caer sobre mí y estaba congelada, odiaba el agua fría pero a él le dio igual. Le vi sacar un bote de champú de una de las taquillas y le pedí que no lo hiciera, pero pasó de mis palabras. Metió su mano hacia mi miembro de nuevo mientras me quitaba la ropa ahora mojada y me tensé aún más cuando sentí sus dedos entrar en mí. Tuve tanto miedo cuando le vi bajarse el pantalón que cabreado y molesto por esta situación le grité que parase y lo hizo, para mi sorpresa se quedó inmóvil completamente.


Por primera vez y tras varias veces que me había ocurrido algo como esto, sobre todo con Ren… empezaba a entender el motivo por el que los científicos siempre decían lo especial que era mi voz.


- Sal de aquí ahora – le dije – y deja de molestarme.


Koujaku hizo el amago de marcharse cuando al llegar a la puerta se giró hacia mí con una sonrisilla en los labios.


- Y yo que creía que te gustaría este juego tanto como le gustaba a Noiz jugar con aquel chico.


- ¿Qué chico? – pregunté cabreado aprovechando que ahora me hacía caso con el tono de mi voz – habla – le dije enfadado.


- El chico ese moreno que alguna vez iba contigo.


- ¿Ren? – pregunté – no puede ser, él estuvo anoche…


- En una fiesta, ¿verdad? – sonrió – y volvió por la mañana… ¿Crees que se lo pasó bien con Noiz en su habitación?


- Él no haría algo así, él dijo que yo podía estar con Noiz, no puede ser…


Salí corriendo de allí enfadado, enfadado más que nada con Ren porque no me había contado nada de lo sucedido, tan sólo me dijo que tenía el camino libre con Noiz, eso significaba que o bien al probar a Noiz no le había gustado o es que él le había rechazado después del sexo. Estaba dispuesto a demostrarle a Noiz que yo era mejor que Ren.


- ¿Dónde vas? – preguntó Koujaku al verme salir a toda prisa.


No le contesté, recogí mis cosas de la biblioteca y me metí en el cuarto a cambiarme la ropa mojada por una limpia. Ren dormía allí en su forma de perro encima de mi cama y le eché una mirada de enfado y decepción antes de salir. Seguro que Noiz debía estar por el aula de informática, le encantaba quedarse allí después de terminar las clases.


Entré en el aula de informática pero Noiz no estaba dentro, así que me senté a esperarle porque estaba seguro que vendría, este lugar parecía ser su santuario. No me equivoqué, a la media hora le vi cruzar la puerta y me lancé a besarle sin más. Al final después de todo acabé acostándome con él y llegué a una conclusión… no era malo en la cama. ¿Sería que Noiz había rechazado a Ren? Era algo que me costaba de asimilar porque Ren era guapo e inteligente, lo tenía todo. ¿Por qué alguien le rechazaría?


Estar enfadado con él por ocultarme las cosas no quería decir que no siguiera amándole, claro que le quería, pero estaba indignado con lo que había hecho. Debía haberme contado todo lo ocurrido. Aquella tarde, Noiz y yo volvimos a tener sexo en su habitación, me imaginaba que Ren y él se habrían acostado allí y yo no iba a ser menos, también quería estar en la cama de Noiz. Cuando acabé de tener relaciones con él, me fui a la ducha y fue al secarme cuando escuché a Noiz hablar con alguien tras la puerta.


- ¿Qué hacéis aquí? – escuché que preguntaba y me alteré un poco, tenía curiosidad de saber con quién hablaba.


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