Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡Excitarse...un juego de niños! por Fullbuster

[Reviews - 59]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno sólo queda ya el último capítulo para el próximo día, será más largo de lo habitual. Como otra noticia para todos los que me seguían por Facebook para enterarse de las actualizaciones, los fics publicados y lo que saldría... pues ha sido borrada la cuenta y me ha tocado hacer otra, así que he perdido a todas las personas. Os dejo el nuevo enlace a mi página por si necesitáis contactar conmigo. Un saludo.


Facebook. (Clicar para acceder)

Virus POV


 


Caminaba por los pasillos del laboratorio con una gran sonrisa, por fin teníamos los datos de los proyectos. Habíamos tardado unos meses pero ya podíamos dejar toda esta farsa. Aoba aún no podía llevármelo, no era precisamente mi experimento pero a Ren… él había sido un fracaso rotundo o bueno… en parte. Al menos habíamos logrado estabilizar su transformación, eso era todo un logro teniendo en cuenta todas las dosis que habíamos tenido que inyectarle por las noches. El muy idiota ni se daba cuenta del motivo por el que aparecían aquellos pinchazos en su brazo todas las mañanas. Había visto cada paso que daba, era consciente de que jamás sería ese arma que deseaba, los libros, su inteligencia y su ética habían fallado. Era demasiado humano de mente como para atacar sin pensar un razonamiento lógico. No nos servía, él sólo debía atacar a la orden, nada más. Ren no lo haría, ni siquiera estaba seguro que Aoba pudiera controlarle, al menos no por la ética, Aoba tampoco le dejaría hacer algo en contra de sus principios, no le doblegaría con su voz aunque Ren era mucho más sensible que otra gente a esa voz.


Llegué hasta la habitación de Ren y miré por la rendija de la puerta, aún estaba allí sentado en el suelo en su forma humana, con la espalda apoyada contra la pared y sin levantar su vista del suelo. Ese chico se había rendido hace mucho, no creo que fuera a ponerme ninguna resistencia.


Busqué las llaves en el bolsillo y abrí la puerta comentándole a Ren que me siguiera. Me miró unos segundos con aquellos ojos hinchados, supe que había estado llorando pero ahora me miraba con seriedad y se levantó enseguida para acompañarme. Se había puesto una sudadera de su armario y un pantalón corto pero ni siquiera se molestó en calzarse. Miré sus pies descalzos pero no dije nada, seguí caminando delante de él.


Llegué hasta la sala y abrí la puerta cediéndole el paso, viendo cómo se paralizaba unos segundos mirando la silla del centro de la sala y temblando pero no dijo nada, simplemente entró y se sentó. Recosté la silla hacia atrás y encendí las luces esperando a que llegase mi hermano, no tardó en venir y fue entonces cuando empezamos a conectar los aparatos en el cuerpo de Ren.


Ren ni siquiera nos miraba, tenía sus ojos puestos en las baldosas del techo y no apartaba los ojos de allí pese a que su boca se tensaba intentando reprimir algún quejido de dolor por lo que le estuviéramos haciendo. Ni siquiera quería prestarnos atención.


- Ya está casi, Ren – le comuniqué pero él ni siquiera me hizo caso y eso me molestaba - ¿Por qué no me miras cuando te hablo?


Ren me miró con cierto odio en su mirada, creo que nunca había visto esa mirada antes pero aún así, no hizo nada. Todo lo que había vivido este tiempo con Noiz y con Aoba le había terminado de destruir. Si su vida antes le importaba poco, ahora menos. Siempre tuve la sospecha que seguía aguantando los experimentos por Aoba, nada más. Cabreado cogí su rostro con mi mano obligándome a mirarle.


- No te preocupes, Ren… Aoba no sufrirá el mismo destino que tú. Un chucho enamorado de un experimento de manipulación, es irónico, el que debía ser manipulado, enamorado del que iba a manejarle como a un juguete.


- Él no lo habría hecho – dijo Ren – no accederá a manipular a nadie.


- Lo hará, si no quiere tu misma suerte accederá.


- No lo hará, aunque supiera que moriría… tiene sentimientos por los demás, no manipularía a nadie.


- Ya veremos si es capaz de seguir teniendo sentimientos cuando descubra toda la verdad.


- ¿Qué verdad?


- Así que Noiz se enfada contigo porque le ocultaste tu secreto pero él no te contó el suyo… qué irónico – empecé a reírme.


- ¿Qué secreto?


- Os ha estado engañando todo este tiempo, él trabaja aquí en el laboratorio, es uno de los científicos y estaba a cargo del proyecto Aoba. Aoba es su experimento, lo está probando, sólo le dejó salir para comprobar si su voz sería capaz de manipular a la gente creyéndose libre. Nunca escapasteis, fue todo una simulación.


- ¿Y Clear? – preguntó llorando – si todo era una simulación… ¿Qué es Clear de vosotros?


- Un pobre chico sin nada que ofrecer – le dije – nosotros creamos esa universidad para probar los experimentos, pero para probar los experimentos necesitamos chicos que no sepan nada de vosotros, ahí entra Clear, él sólo quería una buena universidad y estudiar. Los que os han estado controlando eran los profesores y Noiz, aunque creo que a Noiz se le ha ido un poco de las manos, mira que acostarse contigo pero claro… teniendo en cuenta que eras nuestro proyecto secreto él no tenía ni idea de lo que experimentábamos contigo.


- No es cierto, estás mintiendo – me gritó enfadándose – él no puede… él no puede ser uno de vosotros.


- ¿Por qué iba a mentirte? Tómatelo como mi último regalo, ahora es hora de dormir – le dije riéndome sacando una jeringuilla y metiendo el líquido en ella – tranquilo, Ren… ya no tendrás que preocuparte por nada, vas a descansar en paz, muchas gracias por los datos… podremos seguir con nuestro experimento, quizá podríamos intentarlo con Clear. ¿Qué te parece, Trip?


- Es un buen candidato.


- Ni se os ocurra tocarle – nos gritó Ren pero yo sostuve su ya inmovilizado brazo y le inyecté la mezcla.


- Pronto te sentirás mejor. Lleváoslo a su celda hasta que todo haya acabado – les pedí a los celadores y ellos fueron quienes cogieron a Ren que ya apenas podía moverse por la droga y se lo llevaron.


Sabía que la mezcla aún tardaría un poco en hacer efecto y de vez en cuando pasaba por su celda para comprobar cómo iba. Ren ya ni siquiera se movía del suelo, se quedó allí tumbado, con alguna lágrima cayéndole de los ojos por el descubrimiento de lo de Noiz pero estaba claro… que ese chico ya no sería un problema, pronto habría desaparecido. Me alejé de allí con una sonrisa de satisfacción en la boca, aunque el experimento había sido un fracaso, no había sido una absoluta pérdida de tiempo ya que teníamos los datos necesarios para ajustar aquello donde nos habíamos equivocado y conseguir mejores resultados con nuestro siguiente sujeto de pruebas. La guinda del pastel era que por fin nos íbamos a librar de ese ser inferior que compartía la sangre de nuestro padre, era una vergüenza para nuestra familia que alguien como él tuviese algún lazo con nosotros.


Me reuní con mi hermano en la sala donde le habíamos extraído los datos a Ren. Trip ya se encontraba analizándolos en unos de los ordenadores que teníamos, me acerqué a él y miré por encima de su hombro la información que aparecía en la pantalla. De repente, una de las alarmas saltó y rápidamente fui a mirar los monitores donde aparecían las imágenes de las cámaras de seguridad. Pude ver a Noiz desconectar unos cables del dispositivo de seguridad y salir corriendo tras Aoba junto a Clear. Ese hipócrita había hackeado nuestro sistema de seguridad solamente para seguir con su farsa frente a esos dos, él poseía una tarjeta de acceso a los laboratorios porque trabajaba aquí.


- ¿A qué se debe esa sonrisa, Virus? - me preguntó mi gemelo tras acercarse para ver por qué habían saltado las alarmas.


- Creo que ya va siendo hora de enseñarle a Noiz quién manda realmente. Vamos a darle donde más le duele – ensanché aún más mi sonrisa – Prepara todo, nos vamos a quedar con su juguete aunque antes le destrozaremos ese cuento de hadas que se ha montado con él.


Trip sonrió conmigo y se fue a preparar todo para quedarnos con el proyecto Aoba, ya decidiríamos si lo dejábamos como estaba o le implantábamos alguna mejora.


- Iré a darles la bienvenida, en cuanto termines, reúnete conmigo y llévate a Aoba – le dije a Trip y él asintió.


Salí de allí y fui en busca de aquellos tres intrusos. Estaba deseando destrozar la fantasía romántica que Noiz se había creado con su propio experimento. Yo ya había terminado de destruir la que tenía con Ren, porque él solito se había encargado de hacer pedazos la relación que mantenía con él y al mismo Ren de paso. Me moría de ganas por ver la cara que se le quedaba a ese hacker engreído cuando le soltase la verdad a su creación aunque también me divertiría mucho al romper a su juguete, así será más fácil controlarle.


Llegué a la estancia donde se encontraban y vi la cara de horror de Aoba, ver que de nuevo estaba en este lugar del que pensaba que se había escapado debió ser un golpe muy duro para él. No pude evitar sonreír más si es que aún era posible que mi sonrisa se ensanchara más de lo que estaba. Aquello sí que era un buen comienzo, con lo aterrorizado que parecía estar, hundirle hasta hacerlo pedazos iba a ser pan comido.


- Vaya, ¿qué tenemos aquí? - solté apareciendo frente a ellos – Parece que se nos han colado unas ratas, quizás sea una buena oportunidad para usarlas en nuestros laboratorios.


Vi cómo se sobresaltaron al escuchar mi voz, estaban tan preocupados por Aoba que ni se habían dado cuenta de mi presencia hasta que no hablé. Aoba se puso peor al reconocerme, comenzó a temblar con violencia y murmuraba sin parar que debía despertar de esa pesadilla. Si hubiese tenido algo de empatía, me hubiese dado lástima ese chico pero como no era así, sólo pude disfrutar ante el miedo que emanaba de cada poro de su piel. Caminé hacia Aoba y de inmediato Noiz y ese otro chico se pusieron a la defensiva posicionándose frente a él para protegerle. Debía de admitir que aquel experimento era todo un imán para atraer a los chicos y que cayesen rendidos a sus pies.


- ¿De verdad creéis que podéis detenerme? - me burlé de aquellos dos.


- No sé qué quieres de Aoba pero no dejaremos que le toques ni un solo pelo – me soltó Noiz cabreado.


No pude evitar reírme a carcajadas, tenía que ser precisamente él el que mencionase el pelo de Aoba, como si no supiese lo sensible que lo tenía. Por favor, si había sido él mismo quien le había dado esa habilidad solamente para comprobar si cuando se excitaba controlaba mejor la habilidad de su voz. Si hubiese tenido razón, habría sido muy fácil controlar a los soldados en las guerras, Aoba tan sólo hubiese tenido que tocar su cabello para excitarse y ordenarles lo que quisiera. Entre su voz y lo irresistible que podía ser cuando estaba excitado, no hubiesen tenido escapatoria y habrían sucumbido al instante.


- ¿Realmente estás dispuesto a seguir por ese camino, Noiz? - le desafié mirándole solamente a él.


Aoba reaccionó y alzó su cabeza para observarme confuso, aunque no fue el único. Aquel otro chico de pelo blanco había tenido la misma reacción.


- ¿Qué has querido decir con eso? - me preguntó Clear pero antes de que pudiese darle una respuesta, Noiz se me adelantó.


- Eso no importa ahora, lo importante es sacar a Ren de este horrible lugar así que dinos dónde lo tienes – me exigió.


- Es curioso que hables de forma tan despectiva de estos laboratorios cuando siempre ha sido tu lugar preferido. Has pasado muchísimo tiempo entre estos aparatos divirtiéndote con tus juguetes.


Noté cómo Noiz se tensaba cada vez más con cada palabra que pronunciaba y cómo me fulminaba con la mirada. En ese instante, apareció Trip con un par de celadores dispuesto a llevarse a Aoba pero le hice una señal para que se detuviese... aún no había tenido mi momento de gloria.


- Pobrecito Aoba, a veces el destino es cruel. Mira que enamorarte precisamente de quien experimentó contigo y, encima, le entregaste tu virginidad – le solté aquella bomba y comencé a reírme a carcajadas.


- ¿Q-qué? - murmuró tan bajo que apenas lo pude escuchar.


La cara que tenía en aquel momento no tenía precio, podía notar todas las emociones que estaba sintiendo reflejadas en su rostro. Veía confusión en sus ojos pero también miedo, decepción y, sobre todo, dolor. Si no supiese que era físicamente imposible, juraría que había oído cómo el interior de aquel chico se resquebrajaba, cómo su corazón se rompía en mil pedazos. Aunque el rostro de Noiz tampoco tenía desperdicio, podía verse todo el espanto en su cara. Estaba disfrutando demasiado con aquello y no era el único, mi hermano también se divertía con aquella situación, su sonrisa de satisfacción lo decía todo.


- ¿Es cierto? ¿Experimentaste con Aoba? ¿También eres el culpable de lo que le pasó a Ren? - se giró Clear hacia Noiz para hacerle esa pregunta pero no recibió ninguna respuesta por su parte.


- Oh, no, Ren era nuestro proyecto personal, Noiz no tenía ni idea – le contestó Trip logrando que tanto Aoba como Clear centrasen su atención en él – Si lo hubiese sabido no se habría acostado con él, ¿verdad? Mira que follarte a un perro, estás enfermo – se burló desternillándose de la risa.


- Los enfermos sois vosotros por hacerle tales atrocidades a otro ser humano – nos gritó Clear enfadado tanto a Noiz como a mi hermano y a mí.


- Aoba... - susurró Noiz tratando de tocarle pero Aoba se apartó asustado y dolido – Lo siento, yo no...


- ¿Tú qué? ¿No pretendías experimentar conmigo? ¿No querías hacerme daño y destrozarme la vida por tu propio interés? - le recriminó Aoba – No te atrevas a tocarme... y pensar que me peleé con Ren por alguien como tú.


Observé con entusiasmo el rostro lleno de dolor y arrepentimiento de Noiz pero me centré en Aoba cuando sus ojos se posaron sobre mí.


- ¿Realmente Ren y yo escapamos de aquí? - se atrevió a preguntar olvidándose de su miedo hacia nosotros. No sabía si era por su enfado con el responsable de sus habilidades o porque, como Ren, había perdido toda voluntad de lucha y ya todo le daba igual.


- Nunca escapasteis – le confirmé – os implantamos recuerdos falsos a Ren y a ti para que no sospechaseis nada y os soltamos en esta universidad que nuestra familia fundó para ver los resultados de vuestras habilidades en un entorno real, con personas que no sabían lo que podíais hacer y cómo le afectaban a ellos y a vosotros al mismo tiempo.


- Entiendo – murmuró cabizbajo.


- Ya que todo está aclarado, es hora de que vuelvas a casa, Aoba – le dijo Trip sonriente.


Le vi dar unos pasos hacia mi hermano pero antes de que pudiese dar otro más, Clear se interpuso en su camino gritándole que no podía marcharse, que debía ir a por Ren y escapar de verdad de este espantoso lugar, que no podía rendirse sin pelear.


- Gracias por ser tan buen amigo, Clear, pero ésta es mi vida, jamás podré ser libre – le dijo con una sonrisa triste.


- Aoba – le gritó Noiz.


Trató de agarrarle para impedir que se viniese con nosotros pero con una señal que hice, cuatro guardias de seguridad aparecieron echándose sobre él y Clear apartándolos de Aoba, quien llegó lentamente junto a Trip y, junto a los celadores, se marcharon. El juguete de Noiz ahora nos pertenecía.


- Acabad con Noiz y dadle la bienvenida a nuestro nuevo sujeto de pruebas – les ordené a mis hombres.


Les vi asentir mientras aquellos dos abrían los ojos sorprendidos al entender que pretendía usar a Clear como rata de laboratorio. Dos de los guardias les sujetaron para que no pudiesen escapar mientras que otro se disponía a golpear a aquel extraño chico y el último sacaba su pistola apuntando a la cabeza de Noiz. Me giré y empecé a alejarme escuchando varios golpes y después un disparo, una sonrisa se dibujó en mis labios al imaginarme el cuerpo sin vida de ese científico lleno de piercings, pero se me borró al instante al escuchar varios disparos más.


Me detuve al instante. Como esos idiotas hubiesen matado a mi nuevo experimento, recibirían un castigo ejemplar, los convertiría a ellos en mis nuevas cobayas. Me giré rápidamente para reprenderles pero me sorprendí al verlos inmóviles en el suelo y rodeados de sangre. Antes de que pudiera reaccionar, sentí que me golpeaban fuertemente en la cabeza con algo metálico. Supuse que sería la culata de la pistola antes de caer al suelo perdiendo el conocimiento.


Me desperté con un terrible dolor de cabeza y bastante desorientado, no sabía dónde estaba ni cuánto tiempo llevaba así. Me incorporé lentamente recordando el golpe y me llevé la mano a la zona donde me habían pegado y noté que estaba húmedo, supuse que sería por mi propia sangre. Terminé de levantarme y miré a mi alrededor, no había rastro de aquellos dos que se habían vuelto un auténtico incordio. Lo mejor era que me ocupase de ellos personalmente para que no causasen más problemas pero no sabía dónde podían estar. No estaba seguro si habían ido primero a por Aoba o a por Ren, incluso era posible que se hubiesen separado para ir cada uno hacia una dirección, aunque Clear no conocía el lugar, así que era poco probable.


Me dejé llevar por mi intuición y me dirigí a la celda de Ren, no sin antes coger una de las pistolas de la funda de uno de los guardias muertos. Pensé que era bueno que esos dos llevasen tanta prisa que ni se hubiesen molestado en atarme o esposarme, eso me estaba facilitando mucho las cosas.


Tras varios minutos andando todo lo veloz que mi dolor de cabeza y mi mareo me permitían, llegué a la celda donde estaba retenido aquel perro justo para ver cómo Clear salía por otro pasillo mientras Noiz le gritaba que se diese prisa a la vez que trataba de acercarse a Ren, quien intentaba alejarle sin mucho éxito por lo débil que estaba. A ese chucho sin dueño le quedaban pocos minutos de vida.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).