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¡Excitarse...un juego de niños! por Fullbuster

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Ren POV


 


Mis labios estaban en contacto con los de Clear y era un chico que besaba muy bien, pero no podía compararse a lo que sentía cuando me besaba Noiz o cuando yo deseaba besar a Aoba. Pese a tener mis labios unidos a los suyos, mis ojos se habían abierto como platos sin poder dejar de mirar a Noiz al otro extremo del pasillo mirándonos fijamente allí paralizado.


Sentí mis piernas temblar y es que no podía evitar sentir un poco de miedo de Noiz, de verle allí apretar su puño contra los azulejos de la pared notablemente enfadado aunque no entendía su motivo, yo nunca le había importado a nadie, tan sólo era una mascota, un perro, todos deseaban a mi dueño. Le vi acercarse hacia aquí y me separé un poco de Clear preocupado por él. Yo no quería meterlo en este problema, ni siquiera tendría que haber un problema… Noiz debía estar con Aoba. ¿Por qué entonces venía hacia aquí con esa mirada de odio?


- Aléjate de él – le gritó a Clear y me asusté.


- Noiz…


- Mantente al margen – me gritó haciéndome a un lado y golpeándome contra la pared.


- No vuelvas a empujarle – le dijo Clear desafiante.


- Pues tú no vuelvas a tocarle.


- ¿Por qué no si es mi novio? – dijo Clear y me sorprendí de que siguiera tratando de ayudarme.


- ¿Tu novio? – se rió Noiz – no me hagas reír pequeñajo, todos saben que eres un pervertido y nada más, nadie saldría contigo.


Aquellas palabras le hicieron daño a Clear, podía verlo en sus ojos, sentía su dolor, podía oler su miedo y su duda sin saber qué responder a eso.


- Yo también lo soy – le dije a Noiz desafiándole – también soy un pervertido y adoro jugar con mi novio.


- ¿Qué dices? – preguntó hacia mí.


- Que es mi novio y que no sé por qué te molesta tanto. ¿No andas ligando con Aoba? ¿Qué te importa lo que haga yo con mi vida? Me… me gusta Clear – le dije aunque se me entrecortó la voz por la mentira.


- ¿Tú? ¿Quererle? Eso no me lo creo – me retó - ¿Qué clase de relación tenéis para ir besándome en cuánto tienes la menor oportunidad?


- Una relación abierta – dijo Clear intentando ayudarme.


- Supongo que tengo la misma relación que tienes tú con Aoba, porque andas besándome cuando tienes la oportunidad pero luego intentas seducir a Aoba. ¿A qué juegas? – le pregunté.


- Yo no siento nada por un chiquillo como tú. De hecho sólo te beso porque te pasas el día persiguiéndome desnudo por el internado.


El puñetazo se lo llevó y aunque él trató de reaccionar en cuanto se dio cuenta que le había golpeado, Clear se puso en medio apartándome de la furia de Noiz. Al final, acabamos los tres pegándonos en el suelo y discutiendo hasta que vino Aoba, quien al ver la situación nos frenó con su angelical voz. Él aún no se había dado cuenta lo que producía su voz en la gente, en mí hacía ya demasiado tiempo que surtía efecto.


- Parad ya – gritó y me detuve en seco antes de darle el puñetazo a Noiz.


No podía moverme, mi cerebro ya no podía pensar, la voz de Aoba tenía ese poder en mí, el de bloquearme, el de obedecerle. Me había quedado paralizado encima del cuerpo de Noiz pero éste aprovechó para pegarme un puñetazo que me tiró al suelo y no me moví aunque Clear venía preocupado hacia mí.


- He dicho que pares – gritó Aoba de nuevo - ¿Se puede saber qué te pasa? – gritaba enfadado hacia Noiz.


- ¿Conoces a ese chico? – preguntó Noiz.


- Sí – le dijo Aoba – los conozco a los dos y son mis amigos, deja de pelearte con todo el mundo, ellos no te han hecho nada.


Todo se había quedado en silencio y algunos chicos habían empezado a llegar movidos por la pelea, yo ni siquiera quería moverme del suelo, no quería tener que mirar a Aoba y a Noiz a la cara, todo esto era mi culpa, si sólo fuera un perro… un perro para siempre nada más. Una lágrima resbaló por mi mejilla y Clear que se había agachado a mi lado a mirarme se asustó al verla intentando limpiarla mientras me tranquilizaba.


- Ey… vamos, no llores.


- Es mi culpa – le dije – lo siento, lo siento mucho, todo esto es por mi culpa.


Miré de reojo a Noiz que parecía haberme escuchado y me miraba sorprendido sin entender nada. Clear me limpió las lágrimas y me ayudó a levantarme para irnos, quería irme de aquí, ir a la habitación, dormir y no volver a ver a ninguno de los dos. Quería poder desaparecer de su vista, volver a ser un perro y jamás volver a ser humano. ¿Por qué me tuvieron que hacer ese experimento? Podía haberme dejado como un simple perro, todo sería mucho más fácil.


Aoba se había quedado atónito mirándome pero no vino tras de mí, sabía que necesitaba tiempo para hacerme a la idea de todo esto, que necesitaba pensar, él era quien mejor me conocía, pero Noiz sí se acercó. Ya habíamos caminado hasta uno de los pasillos alejados de la gente cuando escuché su voz a nuestra espalda y Clear le pidió que se marchase, pero él, algo más amable que antes, pidió hablar conmigo un segundo a solas.


- No quiere hablar contigo – le dijo Clear – eres como un animal, no sabes comportarte.


- Cállate y déjame hablar con él.


- No…


- Déjanos un segundo, Clear, por favor – le comenté con dulzura apoyando mi mano en su hombro – será sólo un momento, te alcanzo enseguida.


- ¿Estás seguro? – me preguntó.


- Sí.


Noiz intentó cogerme de la muñeca para indicarme dónde ir pero no se lo permití, retrocedí mi brazo evitando que me tocase y él aunque se sorprendió, no dijo nada. Decidí seguirle hacia una de las clases que estaba vacía y él cerró la puerta tras de mí. Ni siquiera me giré hacia él para mirarle.


- Lo siento – escuché que decía Noiz – no quise…


- ¿Pegarme? – le pregunté.


Noiz se quedó unos instantes en silencio y yo también. Creo que no estaba seguro de qué hablarme, tan sólo quería disculparse y ya está, para mí… ya lo había hecho, no tenía sentido quedarme más tiempo aquí.


- Te perdono – le dije pasando a su lado para marcharme pero cuando mi mano tocó el pomo de la puerta, su mano cayó encima de la mía evitando que abriera.


- Creo… que siento algo por ti y lamento la escena que te he montado ahí fuera, no soporto ver que otra persona roce tus labios.


- Amas a Aoba – le dije muy serio y él se sorprendió un segundo antes de girarme hasta que mi espalda golpeó contra la puerta y besarme.


Sus labios eran una de las sensaciones más maravillosas que había tenido en mi vida, en mi vida de dolor y sufrimiento. Sentía sus piercings en los labios, el de la lengua cuando entró a jugar con la mía y no podía resistirlo, sentía dolor en el pecho, un dolor inmenso al saber que las únicas dos personas que podían darme la felicidad en mi destruida vida eran precisamente las dos que más daño me causaban. Noiz ni siquiera sabía mi secreto, ni siquiera podía verme como era en realidad. Si se enteraba de que yo sólo era un perro me despreciaría, tenía que lanzarlo hacia Aoba, alejarle de mí y no sabía cómo. Tomé entonces una determinación, mentirle y no volver jamás a mi forma humana frente a él.


Me separé de sus labios con cierta dificultad y cerré un instante los ojos recapacitando sobre lo que iba a hacer. Me armé de valor y respiré profundamente.


- Me marcho del internado – le mentí – me voy a estudiar a otro centro.


- Eso no es posible, el curso ya ha iniciado.


- Mis padres se mudan – le volví a mentir – lo lamento, no volveré por el internado.


- No puedes irte – me dijo agarrándome la muñeca de nuevo para evitar que me fuera.


- Lo siento, Noiz. Hazme un favor, cuida de Aoba, no dejes que le pase nada, por favor – le dije aunque sabía que yo seguiría cerca de él, pero como perro, como un indefenso e inofensivo cachorro.


- ¿No salías con Clear? – me preguntó - ¿Qué pasará con él?


- Supongo… que la distancia es el olvido – le comenté – Adiós, Noiz, no te metas en peleas, ya sabes que no sentir dolor no hace desaparecer tus heridas.


Me marché de allí y caminé hacia la habitación. En cuanto entré miré la habitación de Aoba y sé que echaría de menos nuestras conversaciones, pero sólo con Clear volvería a ser humano, sólo en su cuarto o cuando saliéramos al pueblo, nunca más en el internado. Caminé hasta la habitación de Clear y entré. Allí me esperaba él con ojos dudosos y preguntándose qué había ocurrido con Noiz.


- ¿Estás bien? No te habrá vuelto a pegar, ¿verdad? - me preguntó preocupado - Como te haya puesto un dedo encima, se las verá conmigo. Me da igual que no sienta dolor...


- Estoy bien – le interrumpí tratando de sonreír pero creo que no lo conseguí.


- Pues no lo pareces. ¿Te ha hecho algo? - me preguntó con preocupación.


- No me ha hecho nada, sólo hemos hablado – le contesté omitiendo la parte del beso.


Clear me miró un poco desconfiado y no me extrañaba, seguramente se habría dado cuenta de mi ligero sonrojo.


- No te voy a obligar a que me cuentes lo que ha pasado pero quiero que sepas que estoy aquí para lo que necesites, puedes contarme cualquier cosa, no te juzgaré – me comentó sonriendo con tristeza.


Observé su rostro invadido por la decepción y me sentí culpable por haberle mentido, ni siquiera sabía por qué lo había hecho. Quizás era mi forma de protegerme, de olvidarme de todo e intentar seguir adelante, no tenía ni idea. Lo que sí tenía claro era que Clear no se lo merecía, él no se había asustado al descubrir mi secreto, ni se había burlado de mí o había salido corriendo, al contrario, me había sonreído y después se había quedado conmigo escuchando mis penas. Y, encima, me había brindado su ayuda sin pedírsela, me había ayudado con Noiz y me había defendido frente a él.


- Lo siento – me disculpé – no era mi intención hacerte creer que no me alegro de saber que tengo tu apoyo, es sólo que... no lo sé, es doloroso y no quería involucrarte más para evitar que te pasara algo malo.


No estaba realmente seguro de si eso había sido lo que me había impulsado a mentirle pero cada palabra que le había dicho era cierta. Bastante había hecho ya por mí, no quería que saliera herido si seguía ayudándome con todo el asunto de Noiz.


- Entonces... - le vi vacilar durante unos instantes dudando sobre si debía o no indagar más sobre lo ocurrido - ¿habéis hecho algo más que hablar?


- Me ha besado y me ha dicho que cree que siente algo por mí.


- Eso es bueno... ¿no? - pude notar su duda al ver mi expresión de tristeza.


- Lo sería si él me conociera de verdad, si supiera mi secreto y a pesar de ello aún pensase que siente algo por mí. Aunque me temo que acabaría por alejarse de mí, sólo soy un perro. ¿Qué podría ofrecerle?


- No creo que sea importante, sigues siendo tú a pesar de poder convertirte en un adorable cachorro – me dijo sonriendo con sinceridad – Aunque puede que fuese un poco incómodo cuando estuvieseis follando y de repente te transformaras en tu forma animal – soltó pensativo y yo no pude evitar que mi cara se encendiese debido a la vergüenza.


Clear a veces era demasiado impredecible, no sabía lo que podía salir de su boca y, aunque podía ser chocante, creo que eso lo hacía sorprendente y especial. Al final acabé soltando unas risas, Clear era increíble, había conseguido animarme un poco con sus ocurrencias. Le vi sonreír contento al escucharme reír y después dio unas palmadas en la cama donde estaba sentado para que le acompañase. Desde que había llegado me había quedado de pie cerca de la puerta así que decidí aceptar la invitación y tomé asiento a su lado.


- Le he dicho que me iba del internado y que...


- ¿Te vas a ir? - me preguntó alarmado y apenado.


- No, sólo era una mentira – le confesé – He decidido no volver a transformarme en humano dentro del campus, lo mejor es ser sólo la mascota de Aoba y que ellos puedan estar juntos – noté la mirada afligida de Clear sobre mí.


- ¿Estás seguro? Debe ser difícil renunciar a las personas que te importan y no poder volver a interactuar con nadie más en tu forma humana.


- Estaré bien, no te preocupes – y de nuevo mi sonrisa triste me traicionó.


Podía sentir la inconformidad que sentía Clear en ese momento, podía notar que no estaba de acuerdo a que renunciase a una parte de mí y me quedase para siempre como mascota de Aoba pero no me dijo nada, no trató de hacerme cambiar de opinión y le agradecía que respetase mi decisión.


- Éste puede ser tu refugio – me dijo de repente y le miré sin entenderle. Creo que notó mis dudas porque enseguida me aclaró a lo que se refería – Siempre que quieras o necesites puedes venir a mi cuarto y volver a tu forma humana. Podemos hablar de lo que quieras o quedarnos en silencio, yo seré tu vía de escape.


Mientras hablaba veía su rostro iluminarse de felicidad cada vez más y no pude evitar emocionarme. Saber que alguien se preocupaba así de mí, ofreciéndome su ayuda y apoyo incondicional aún sabiendo mi secreto, me conmovió mucho.


- Gracias – le agradecí tratando de disimular las lágrimas que se querían escapar de mis ojos.


- De nada.


El primer día pensé que Clear era un pervertido y no quería que se acercase a Aoba pero a veces las apariencias engañan. Además de tener su lado pervertido, Clear también tenía un gran corazón y era un buen chico. Me alegré de que hubiese descubierto mi secreto, había conseguido un nuevo y gran amigo.


Clear decidió no asistir a clases esa mañana y quedarse conmigo charlando. Estuvimos hablando de forma amena sobre cualquier cosa que se nos ocurría logrando que no pensase demasiado en Aoba ni en Noiz y consiguiendo que me riese con algunas de sus ocurrencias. Pero mi ánimo cambió cuando percibí la energía y el olor de Aoba acercarse por el pasillo hacia el dormitorio común.


- ¿Ocurre algo? - me preguntó Clear preocupado al ver mi rostro serio pero su pregunta fue contestada a los pocos segundos después.


Escuchamos cómo la entrada se abría y volvía a cerrarse casi al instante para después oír los pasos de Aoba dirigirse a su cuarto. Me tensé cuando sentí sus pasos apresurados recorrer las zonas comunes y después dirigirse hacia aquí, pero se detuvo indeciso antes de tocar a la puerta.


- ¿Clear? ¿Estás ahí? - Aoba rompió el tenso silencio con esa voz que tanto adoraba - ¿Está Ren, mi mascota, contigo?


Me entristecí enseguida al escucharle referirse a mí como su mascota pero me dije a mí mismo que era lo que había elegido y que así debía ser. Clear me miró preocupado preguntándome con la mirada qué debía responderle y yo asentí con la cabeza sonriéndole mientras me transformaba en perro. De verdad que estaba mejorando bastante con esto de las transformaciones.


Clear le contestó que sí y le dio permiso para entrar. Aoba no perdió ni un segundo y abrió la puerta adentrándose al interior de la estancia aproximándose hacia mí con la intención de cogerme en brazos pero yo me aparté y pude ver su mirada dolida. Aquello me rompió el corazón pero era necesario, además me imaginé que quería llevarme a su cuarto para intentar convencerme de que volviese a mi forma humana y hablar de lo que había pasado unas horas antes con Noiz y yo no quería hablar del tema, sólo quería olvidarme de todo y seguir adelante aunque fuese solamente como su mascota.


Aoba se quedó de pie frente a mí sin saber qué hacer y yo me limité a acurrucarme mejor en la cama de Clear dándole la espalda. Me imaginé que esos ojos que tanto me gustaban ahora estarían cargados de tristeza pero la voz de Clear me distrajo de aquel pensamiento. Le estaba preguntando a Aoba qué le apetecía comer y le pidió que le acompañase a la cocina para ayudarle a preparar el almuerzo y le agradecí internamente por volver a acudir en mi ayuda. Escuché los pasos de ambos salir de la habitación dejándome allí solo, acompañado únicamente por mis pensamientos.


El resto de la tarde estuve pegado a Clear. Hubo un rato en que estuvimos en el pequeño salón los tres y Aoba intentó acercarse a mí para acariciarme o cogerme en brazos pero yo le esquivé y me fui al lado de Clear. Notaba su tristeza y su mirada afligida sobre mí pero me esforcé en ignorarle, me dolía hacerlo pero era lo que debía hacer, no sólo por él sino también por mí. No era fácil pasar de Aoba y no rendirme ante él, me mataba tratarle de aquella manera porque le quería demasiado. Le amaba tanto que sentir sus caricias o su presencia a mi lado era demasiado doloroso ya que sabía que él nunca me amaría de la misma manera, que no podría estar jamás con él y aquello me destrozaba por dentro.


Aquella noche me fui a dormir con Clear, era la primera vez que no iba a dormir con Aoba y era duro, demasiado, por eso no pude conciliar el sueño en toda la noche. Me hacía falta el calor que desprendía Aoba, su agradable olor y su relajante respiración a mi lado, le echaba muchísimo de menos y creo que no era el único. En medio de la madrugada, escuché los suaves pasos de Aoba acercarse hasta la habitación y abrir la puerta con cuidado para asomarse por ella.


Me hice el dormido cuando noté su triste mirada clavada en mí, casi podía sentir cómo me suplicaba con sus ojos que volviese a su lado pero, pese a que sabía que Aoba debía estar pasándolo mal también, le ignoré y seguí fingiendo que estaba durmiendo plácidamente


- Te necesito, Ren – dijo en un susurro tan bajo que si no llega a ser porque estaba en mi forma animal, no lo habría oído.


Después de decir eso, salió de allí cerrando la puerta tras de sí. Cuando estuve seguro que había regresado a su habitación, me permití derrumbarme llorando como nunca lo había hecho en mi vida. Escucharle tan devastado, me había destrozado el corazón.


 


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