Lunes al medio día, Centro Comercial de Seúl.
Seguí caminando como si nada, unos minutos después, ya cruzaba las puertas de vidrio del lugar. Dentro, había una pequeña recepción con unas cuantas sillas de espera. Me acerqué al mostrador donde había un joven por detrás.
-..Buenos días…- El chico no respondió, al principio me molesté, pero en vista de que no alcanzaba a verme por la altura del mostrador, unos extraños vergonzosos nervios comenzaron a atacarme. ¡Porqué tengo que ser tan enano!
-Oh...Lo siento no te vi- dijo divertido-¿En qué puedo ayudarte lindura?- Mi rostro se ruborizó. No me gustaba que un completo extraño me llamara “lindura”. Le fruncí el ceño en señal de mi obvia molestia.
-Ah…q-quiero pedir información sobre los cursos…
-¿Mh?- El chico me miró extrañado- ¿Te refieres a los cursos de maternidad?
-S-si…
-…Okey- me entregó una pequeña tarjeta- estos son los horarios, es una vez al mes, tiene que venir preferentemente acompañado ¿Son para un familiar tuyo o un amigo?
-No, son para mí –El chico me miró sorprendido, yo lo miré seriamente ¿Acaso es tan raro que un hombre este embarazado?
-Oh…está bien, si quieres, puedo darte un folleto, tenemos unas clases especiales para el embarazo precoz.- ¡¿Qué?!
-¡¿Precoz?! …Tengo 21- El peli-azul me miró incrédulo, pero al segundo, estallo a carcajadas ¡¿Cuantos años cree que tengo?!
-L-lo siento…pfff…lo siento- dijo en un intento de disimular su incontrolable risa- En verdad, lo siento… es solo que creí que tendrías unos no sé 16, 17 años, eres… eres bastante engañoso ¿Sabías? – Su tono de burla era coqueto- te traeré un folleto- el chico entro por una puerta y no tardó mucho en salir- Esto te guiará un poco en lo que empiezas las clases, empezarán la próxima semana, pero te será de mucha ayuda, tiene mucha información interesante- me entregó el folleto y lo leí un poco- entonces, te veré aquí la próxima semana.
-Sí, gracias…
-Hey- me interrumpió cuando estaba a punto de irme- Mi nombre es Bang Yeol, un placer conocerte.
-Jang SunHee… ¿igualmente?- El chico rio.
-No tienes que forzarte tanto. Por cierto, lindo nombre- Supuse que me mi rostro estaba rojo por la forma en que me sonrió, me giré y camine hacía la puerta.
“¡¿Por qué me puse rojo?¡ Tengo que apurarme a llegar rápido antes de que los chicos comiencen a preocuparse”.No, no me sentí muy bien en ese momento. “Tal vez Sehung pensará que me perdí”Tomé la puerta y la empujé con la poca fuerza que tenía.” ¿Y si vienen a buscarme?”Las manos me temblaban, como todo el resto de mi cuerpo, la puerta pesaba demasiado. “No…quiero que...Y-Young Mi se p-preo…cupe…”Sentí, cómo mi cuerpo caía contra el suelo.
Fin Pov. Sun Hee.
Lunes al medio día, Centro comercial de Seúl, Corea del Sur.
Un golpe secó se oyó en toda la pequeña recepción, seguido del rechinar de una silla. A aquel chico de cabellos azulados le tomó un segundo en reaccionar a la repentina situación y rápidamente por detrás del escritorio llegó al pequeño castaño.
Sun Hee había colapsado de la nada, trató de sostenerse de la silla pero solo consiguió empujarla, cayendo directamente a suelo.
-¡Hey SunHee! ¡¡Despierta!!- El chico de nombre Yeol, un poco alterado, le tomó entre sus brazos y comenzó a agitarle-¡Sun Hee!
Iba tomarlo en brazos y llevarlo al consultorio de atrás, pero el celular del pequeño castaño comenzó a sonar dentro de su bolsillo. El peli-azul tomo el teléfono y descolgó.
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Pov. Young Mi.
Sehung fue al baño, ya tiene buen rato ahí, desde que Sun Hee se fue enfadado no pudimos mantener una conversación coherente, mi cabeza estaba en otra parte ¿Por qué SunHee se comportó tan extraño? ¿Y… si le pasa algo? ¿Qué tal si se pierde? ¿Y si alguien más se le acerca? No puedo evitar pensar en las miradas que siempre están sobre él y me llenan de rabia. Detesto cuando lo miran así.
Un tanto arto de esperar, saqué mi teléfono dispuesto a llamarlo, pero… no sería correcto ¿Y si le interrumpo haciendo algo importante? Qué tal si está haciendo algo privado…. Deje mi celular sobre la mesa y me relajé en la silla. Tengo que ser paciente…….Pero… ¡¿Qué demonios es tan privado o importante como para no poder saber si esta bien?!
Sentí un escalofrío recorrer mi columna.
“Demonios. Algo no anda bien”
Lo sabía, sabía por mis instintos que algo podría estar pasando, tomé de nueva cuenta mi teléfono y marqué el número con torpeza. Dos toques. Tres toques y al cuarto contesto la llamada.
“SunHee ¿Estas bien?” Eso hubiera dicho, pero vi interrumpido por una voz masculina*.
-¿¡Bueno!? ¿Quién habla?-Maldición.
-¿Qué? ¿Cómo que quién habla? ¿¡Quién demonios eres tú!?
-Lo siento, pero yo le pregunto primero.
-¿¡Qué rayos haces con este celular!?
-Eso no le importa – Pero qué… es un insolente-… Le pregunté una vez y espero que me conteste…-Maldito bastardo ¡¿Dónde está SunHee!?
-¿¡Quién mierda eres y dónde estás!?
-Ahh~…Tendrá que disculparme pero no sé quién es usted y no puedo tener una conversación con alguien que no conozco, si buscaba por el joven Jang, está en buenas manos, no tiene que preocuparse- ¡¿Joven Jang?! ¡Sun Hee!
-Espera, ¿¡A qué te refieres con eso?!
-Adiós…
-¡NO! ¡Espera! ....¡MIERDA!- azoté mi puño contra la mesa causando un ruido estruendoso y llamando la atención de muchos, en ese momento llegó Sehung, mirándome extrañado.
-¿Qué rayos te sucede?
-Acabo de llamar a SunHee. Me contestó otro hombre, me dijo que estaba en buenas manos pero ni siquiera me dijo dónde está, ni quien era él.- me llevé los dedos al puente de la nariz, mi cara de frustración era demasiado notoria, Sehung me miraba, preocupado.- No sé dónde está SunHee….
-Yo sí.
-¿Qué?
-Sé dónde está. No hay tiempo de explicar, vamos.
Dejamos dinero suficiente y salí detrás de Sehung, casi corriendo. Recorrimos un gran tramo del Mall y llegamos a un…. ¿Un centro de maternidad?
Sehung entro abriendo ambas puertas y yo le seguí sin perder la vista de aquel extraño letrero.
…