Viernes al medio día, centro comercial.
-Esto es ridículo.
-Vamos, deja de quejarte y ayúdame a encontrar algo- ambos castaños se hallaban en una de las tiendas de ropa, en la sección de mujeres.
Para el castaño menor era sumamente incómodo estar ahí, aún más cuando las encargadas de la tienda los veían tan atentamente, divertidas, de ver a un par de chicos buscando ropas para mujer.
-Si no me ayudas le pediré a alguien más que lo haga, no vinimos hasta acá para nada.
-No pienso buscar nada ahí- Nick estaba cruzado de brazos, un tanto apartado de donde se encontraba el mayor para que no lo obligara a buscar más ropa- ¡Por qué no tomamos cualquier cosa y nos vamos!
-Porque tiene que ser convincente, si Young Mi llega a sospechar, todo el plan se ira para abajo.
-Pero tú mismo dijiste que no lo haría... de todas maneras ya tengo cuerpo de mujer- El menor formó un puchero en sus labios.
-¿Entonces quieres que te diga que te pongas cualquier cosa, que al fin y al cabo tu delicada figura la cual siempre confundieron con el de una niña de todas maneras parece de mujer?
Al menor se le tiñeron las mejillas al recordar que efectivamente siempre lo habían confundido con una niña, con su baja estatura y sus finos rasgos, no era difícil hacerlo. Pero aun así al menor nunca le había gustado que le dijeran que parecía niña.
-C-cállate…
-Ahh…-Soltó un suspiro- ¿Nick vas a ayudarme o no?
-No quiero- el mayor comenzaba a cansarse con los interminables pucheros del menor.
-Está bien, no lo hagas- Sehung se apartó para dirigirse a una de las encargadas que los observaba mientras reía- disculpa ¿podrías ayudarme con algo?
-¡¿Sehung que estás haciendo?!- Nick no creyó que se tomaba enserio lo de pedir ayuda.
-¡Claro!- contestó la joven gustosa.
-¡¡Sehung!!
-Estoy buscando algo que sea muy femenino…mmm…algo que te diga “sin duda es mujer”- la encargada soltó una risilla que a Nick solo le provocó que se pusiera más rojo de la vergüenza.
-Tengo justo lo que estás buscando.
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-Nick…Estas tardando demasiado que pasa ahí adentro ¿necesitas una talla más grande?- el mayor le hablaba a la puerta de vestidor donde se encontraba el castaño.
-N-no pienso salir con esto- habló desde adentro.
-¿Por qué no? Anda, no tenemos todo el día.
De pronto la puerta se abrió mostrando al castaño rojo como tomate y con un hermoso vestido blanco floreado que le llegaba hasta la mitad de los muslos, tenía una fajilla rosa que acentuaba su cintura y el color resaltaba sus blancas piernas, calzaba unas ballerinas negras con un adorno de moño.
-Wow, como es que no te vi antes vestido así.
-Porque lo odio…
-Te ves muy lindo- le dijo la encargada.
-Muuy lindo- concordó el alto- estoy completamente seguro que con esto no dudará ni por un segundo.
-Mas te vale.
Después de pagar por el vestido se dirigieron a donde vendían pelucas y compraron una del mismo color del cabello del menor, la peluca estaba peinada en una coleta alta y tenía unos arreglos de flores que combinaban con el vestido.
Terminando ya las compras pasaron a una cafetería donde pararon a descansar ya que el menor se hallaba agotado de tanto caminar, que en realidad no era tanto, pero con el embarazo sus pies se hinchaban fácilmente.
Sun Hee comió muchos postres y después de eso por fin regresaron a casa.
Sábado por la mañana, departamento de Young Mi
No pasaban de las 11:30 y Nick ya se encontraba en la puerta afuera del departamento del azabache. Había estado tan nervioso que ya no aguantaba ni un segundo más, Sehung lo dejó en el edificio antes de lo planeado por razones de trabajo.
Ni aiquiera conocía nada acerca del tal “Young Mi”, solo que era amigo de Sehung y juntos trabajaba en una de las más grandes empresas de Seúl, y podía notarlo por el lujoso edificio en el que estaba su departamento.
Como fuera ahora se encontraba parado en la puerta, ni siquiera se atrevía a tocar, las manos le temblaban y se sujetaba la falda del vestido, llevaba la peluca que habían comprado, los zapatos, un pequeño bolso de mano y otro pequeño regalo que Sehung le había dado y prácticamente obligado a usar esa mañana antes de dejarlo en la entrada del edificio. "Eres un idióta Kim Sehung..." En su interior maldecía al alto, se sentía demasiado incómodo.
Tomó fuerzas y con timidez levantó su mano y de una vez por todas tocó la puerta.
No pasó mucho cuando la puerta se abrió mostrando a un azabache de ojos oscuros, demasiado alto para los ojos del menor, su cabello estaba mojado y llevaba una toalla alrededor de los hombros. En un segundo se había quedado estático frente a la puerta, sin decir nada, parecía un tonto pero aun así no podía mover ni un musculo, porque, lo peor de todo, es que el azabache estaba semidesnudo...
El bajito se había congelado en la entrada, no podía dejar de ver ese abdomen delgado y perfectamente trabajado, que se hallaba frente a él, perlado por el agua que le recorría el cuerpo, al igual que su cabello, su azabache cabello, de un negro tan profundo como sus ojos, que lo dejó pasmado. Su mandíbula cuadrada resaltaba y solo llevaba una toalla alrededor de la cadera.
Young Mi no estaba en una situación diferente, ¡Oh, dios!, frente a él había una pequeña belleza en un hermoso vestido blanco, de cabello castaño y baja de estatura. Sus ojos brillaban y sus mejillas estaban pintadas de un rojo intenso. Esa chica era tan linda como ninguna otra, se veía tan inocente, linda e indefensa que de verdad le hiso preguntarse si en verdad era “solo amiga” del Gran Kim Sehung, el castaño le había asegurado que nunca le había puesto un dedo encima. Pero comenzaba a dudarlo.
¿Cómo era eso posible con semejante lindura?
Cuando el menor volvió en sí noto como el azabache lo veía tan sorprendido, recorriendole con la vista de la cabeza a los pies , eso lo incomodó demasiado, le miraba atento y con un brillo en sus ojos, tenía la mirada tan profunda que sentía que le quemaba.
-H-hola...- dijo sacando al mayor de sus pensamientos- soy la amiga de Kim Sehung- El menor dió una reverencia.
-Hola.. Mucho gusto, soy Choi Young Mi- Nick dio un respingo, la voz del pelinegro era demasiado profunda y seductora.
-Y-yo soy Nick…o- el castaño se dio cuenta entonces, no se había puesto a pensar en un nombre- Niko, m-mi nombre es Niko.
-¿Niko? ¿Es, algo así como extranjero?
-¿Extranjero? Ah! Sí…Algo así…
-Es un lindo nombre- El azabache le mostro una leve sonrisa que le hiso enrojecer.
-G-gracias -Nick se puso bastante nervioso, el nunca habia escuchado siquiera ese nombre, además ya llevaban un buen rato parados en la puerta, analizandose el uno al otro y ninguno de los dos decía nada.
-Ah… lo siento Niko pasa, por favor.
...