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Carry on! por Kiu-chan_001

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Notas del capitulo:

Falta media hora para que termine el día pero aun así cuenta, oficialmente actualicé tres veces en un día.

Este capitulo es mas largo por lo que me tomo mas tiempo pero espero estar subiendo así la mayoría en ves de subir tantos en un día.

-Muchas gracias por sus comentarios espero que lo disfruten n.n

Sábado antes del medio día, apartamento de Young Mi

-M-muchas gracias- dijo entrando por fin al departamento, el menor se golpeaba mentalmente, no podía parar de tartamudear de los nervios que le provocaba la presencia del mayor.

Al poner un pie en la casa pudo notar la gran entrada que llevaba directamente a una lujosa sala con pisos de madera, un gran ventanal que daba vista a toda la ciudad y un enorme televisor, a la derecha estaba una pequeña, pero para nada modesta cocina y a la izquierda había un pasillo que llevaba probablemente a la habitación y al baño. Todo ahí dentro era espacioso.

Se dirigieron directamente a la sala donde el castaño tomó asiento.

-Lo siento, iré a cambiarme, no te esperaba tan temprano.

-Descuida, es mi culpa por llegar antes, Sehung no podía traerme más tarde porque tenía cosas que hacer- mintió, en realidad estaba tan ansioso que quería ir cuanto antes.

-No te preocupes- dijo amablemente y se dirigió a su habitación por una camiseta.

Uno minutos después el azabache regresó con una camisa blanca que, para el menor, hacía que se viera aún más sexy, en un segundo sacudió su cabeza para borrar aquellos pensamientos, no sabía que le estaba pasando pero el mayor le provocaba mariposas en el estómago.

-Muy bien- dijo tomando asiento en el sillón de al lado- Espero que no te haya molestado en pedirte que vinieras hasta acá.

-C-claro que no, yo soy el…la que debe estar agradecida contigo, me alegra mucho que hayas decido adoptar al bebé.

-¿Puedo hacerte una pregunta?

-Sí, claro.

-¿Dónde está el padre del bebé?- el menor se sorprendió un poco por la pregunta, pero era de esperarse.

-En realidad, no lo sé, esto paso por un accidente y es por eso que no puedo quedarme con el bebé, pero no quisiera decir que es un accidente, él no tiene la culpa, así que, cuidaré el mientras este con migo- Young Mi supo que había tocado un punto sensible cuando vio que los ojos avellana del menor se aguadaron. El corazón se le estrujo pero en verdad quería preguntar.

-¿Dónde estás viviendo actualmente? Sehung me contó que no eres de aquí ¿cierto?- soltó cambiando de tema.

-Ah…no, no soy de aquí, estoy viviendo en un pequeño departamento cerca de aquí, no es muy grande pero cumple su función.

-Niko…puedo preguntarte ¿Cuántos años tienes?

-Claro, tengo 21.

((¡¿21?!)) El azabache se quedó sorprendido, ella no parecía ni alcanzar los 18.

-Wow, enserio no los aparentas- el menor sonrió incómodo por el cumplido.

-Gracias…

Ambos pasaron la siguiente media hora hablando de cosas triviales, preguntándose el uno al otro, cosas sin mucha importancia, a ese punto el menor ya no se sentía tan incómodo pero aun así el azabache lograba sacarle pequeños sonrojos cuando volvía a hacer  cumplidos de su hermosa apariencia. Nick no tuvo que mentir acerca de todo eso, no vio problema con que el mayor supiera sobre sus gustos personales. Descubrieron muchas cosas sobre sí, como que al menor le encantaba estudiar y había aprendido tocar la mayoría de los instrumentos, pero aun así tenía gustos muy geniales. Había aprendido a andar en patineta y le gustaban mucho los videojuegos, cosa que encantó al mayor.

-… ¡Lo sé! Pero aun así aun no log…- la conversación se había tornado interesante y ambos estaban muy emocionados, pero el azabache se vio interrumpido por el gruñido de un estómago.

El menor no cupo en sí de la vergüenza, saber que el azabache había escuchado su estómago gruñir con tal magnitud le avergonzaba. Había comido un par de horas antes, pero aun así con el embarazo no podía pasar más de dos horas sin comer.

-L-lo siento y-yo comí hace un par de horas no sé porque tengo tanta hambre- se excusó rápido el castaño. Young Mi soltó una leve risa al escuchar sus palabras.

-Parece que tienen hambre-dijo divertido. El menor se sintió algo extraño, el azabache había hablado en plural, claro que se refería al bebé, pero aun así aún no se acostumbraba a la idea de que había alguien dentro de él. Más que sentirse incómodo, Nick sintió una onda cálida de pensar que él podía traer a la vida a una pequeña personita.

-¿Qué te parece si les preparo algo?- habló el mayor sacándolo de sus pensamientos.

-Amm…no quisiera molestar.

-No te preocupes no es ninguna molestia.

Acto seguido el azabache se dirigió a la cocina para preparar algo rico, por supuesto el menor fue tras él para ayudar. Young Mi ya le había mencionado que le encantaba cocinar, su madre le había enseñado muy bien.

-¿Qué es lo que vas a hacer?- preguntó curioso.

-Es una receta de mi madre, la hacía cuando era niño, a mí me encantaba, espero que también le guste al bebé tanto como a mí- el azabache lo miró directamente a los ojos, con una amable sonrisa en su rostro. Nick pudo vislumbrar aquellos ojos oscuros, solo viéndolos bien se podía notar la línea marrón de su iris. Eran tan profundos que se perdió en ellos, viendo el espectacular brillo que tenían.

-…No te preocupes…lo hará…-murmuró sin quitar su vista de aquellos ojos.

El mayor tampoco apartó su vista del castaño, analizando cada detalle de su rostro, sus ojos miel tenían un poco de verde en las orilla del iris, sus cejas formaban líneas perfectas que se levantaban sobre sus ojos y tenía unos labios rosados y esponjosos, tan apetecibles, su piel era muy blanca y de seguro muy tersa, se moría por acariciarla y sentir aquellos rosados cachetes que asomaban en ambos lados de su cara, quería plantar pequeños besos por todo su rostro.

Cuando se dio cuenta de lo que estaba pensando, el mayor volvió a lo que estaba haciendo, preparando todo para la comida, no debía pensar así de castaño, y menos cuando lo acababa de conocer.

El peli-castaño se dio cuenta del cambio brusco, pero le restó importancia algo decepcionado, de todas maneras tenían que separarse.

Young Mi comenzó a picar todos los vegetales.

-Yo te ayudaré- se ofreció Nick.

-Está bien, corta las zanahorias mientras yo guiso la carne- le entregó un cuchillo  y un par de zanahorias. El menor las tomo y comenzó a cortarlas, de pie a un lado de la estufa.

El azabache fue al refrigerador  y sirvió dos vasos con zumo de naranja y después se acercó al menor para entregarle uno.

-Ten es para ti.

-Oh…muchas gracias.

El menor tomo un sorbo del jugo y después el azabache se volvió para seguir con lo suyo, estaba a punto de poner la carne en la sartén cuando escuchó el fuerte sonido del vaso cayendo al suelo, los cristales junto con el líquido cayeron por todas partes en el suelo.

-¡L-lo siento! Yo en verdad lo siento, soy demasiado torpe, lo limpiare enseguida.

-¡No, espera no te muevas!- Rápidamente trató de advertirle pero el menor ya había salido corriendo.

Todo paso muy rápido.

El castaño, al dar el primer paso, resbaló con el líquido anaranjado, por reflejos el azabache rápidamente lo tomó y lo cubrió con sus brazos para proteger su cabeza y el resto de su cuerpo.

Afortunadamente el menor no recibió ningún daño ya que Young Mi había recibido todo el golpe, pero aun así el mayor podía sentir como el castaño ligeramente temblaba del susto de casi haber caído. Y es que una caída durante el embarazo puede ocasionar hasta la pérdida del bebé.

Young Mi lo abrazó un poco más para que se calmara y cuando los temblores comenzaron a cesar se separó un poco para verlo a la cara. Había sido un gran susto por lo que el menor tenía sus ojos cerrados fuertemente, pero el azabache notó que tenía el pelo más corto, MUCHO más corto. 

Se hiso a un lado y notó la que, ahora sabía que era una peluca, en el suelo. El menor tocó su cabellera para darse cuenta que, efectivamente, ya no traía la peluca puesta.

El azabache no se veía muy feliz.

-Sabía que todo esto era maldita broma- dijo el mayor enfurecido, se puso de pie y salió de la cocina dejando al castaño en el suelo quien rápidamente se puso de pie y fue tras él.

-La broma se acabó, puedes largarte- dijo bruscamente.

-¡No! ¡Espera! Escúchame por favor!¡Espera!- el menor intento tomarlo por la camisa pero no funcionó. Intentaba detenerlo un segundo pero el azabache no quería escuchar. En un solo movimiento se tiró al suelo haciendo una reverencia, lo cual llamó la atención del pelinegro.

-¡L-lo siento! ¡En verdad lo siento por haberte mentido sobre mi género! ¡Pero te juro que fue lo único en que te mentí! En verdad sí estoy embarazado y en verdad sí quiero que adoptes el bebé, por favor…tienes que creerme- su voz se quebró al pronunciar eso último, Young Mi notó como había comenzado llorar, las lágrimas caían al suelo y no se movía de su posición, el menor no quería pensar en  que tendría que buscar a otra familia, le gustaba la idea de que él lo adoptara.

Después de un largo rato el azabache decidió hablar.

-Ah…-suspiro el alto llevándose los dedos al puente de la nariz, mostrando lo irritado que estaba-¿Cómo puedo creerte?

Nick subió la cabeza, esperanzado de que pudiera hacerle creer. Pero, no sabía cómo, hacer una prueba de embarazo tomaría demasiado tiempo y no se le ocurría otro método. Hiso lo primero que le vino a la mente, tomo una de las manos del mayor y la posicionó debajo de la fajilla de su vestido, justo en la zona del vientre.

El azabache se sorprendió un poco con su actitud, tal vez el bebé aún no se movía, pero podía sentir que su vientre estaba levemente hinchado, aún era tan pequeño que casi podía cubrirlo todo con su enorme mano, sentía un calor en ella, como si se conectara con aquella pequeña personita, era tan cálido, ahora sabía porque a las personas les gustaba tocar los vientres. Era cómodo sentirlo así.

A pesar de toda probabilidad decidió creerle un poco.

-Siéntate- le ordenó cansado, apuntando hacía la sala.

Estaban nuevamente sentados en la sala y la incomodidad había vuelto al cuerpo del menor. Aun no sabía si el azabache había decidido creerle.

-Cuéntame todo, sin mentiras- por un minuto el pequeño castaño se quedó cabizbajo tenía que decirle todo si es que quería que adoptara al bebé.

-Y-yo, en verdad sí estoy embarazado, y en verdad sí soy amigo de Sehung. Todos me llaman Nick, pero mi nombre real es Jang Sun Hee.

-Ese es nombre de niña- dijo secamente.

-¡Lo sé!- dijo algo frustrado el menor por su obvio comentario- es por eso que me llaman Nick, Sehung me lo puso…como no pudo encontrar un Nickname que no empezara con “lindo” o “pequeño” lo dejó simplemente como Nick.

-Yo creo que Sun Hee, es un lindo nombre.

-…gracias…- dijo algo avergonzado.

-¿Qué hay acerca del bebé?

-…Yo en verdad no sé quién es su padre, pasó en un viaje a Okinawa hace tres meses, no recuerdo nada acerca de él. Tuve que salir de mi casa con la excusa de un viaje de estudios, mi padre es Jang SiWoong, es dueño de una gran compañía, mis padres no ven bien las relaciones entre hombres, por eso siempre se esforzaron porque yo no fuera así- al menor se le comenzaron a aguar los ojos de sólo pensarlo- pero les fallé, si se enteran de que terminé embarazado y aun peor de un desconocido me echarán de casa sin pensarlo dos veces…y yo me quedaría completamente solo- el menor comenzó a derramar lágrimas, su miedo más grande era estar sólo.

De solo verlo a así el corazón de Young Mi se estrujaba, se veía tan frágil que no soportaba verlo llorar, se sentía un mounstro por hacerlo hablar de un tema que le afectaba tanto.

-Está bien- dijo con pesadez- por hoy decidiré creerte, pero mañana iremos a un hospital a que te revisen- el más enano asintió- …ahora…aún tienes hambre ¿cierto?

El menor asintió avergonzado, su estómago aun rugía, a ese punto su hambre era más grande que todos sus sentimientos juntos.

Cuando el menor terminó de calmarse, ambos se dirigieron a la cocina donde siguieron preparando la comida.

Limpiaron el piso y cortaron los vegetales.

Sun Hee rebuscaba en la lacena algo que el mayor le había pedido, dentro se encontró con un gran frasco de plástico lleno de pequeños objetos como semillas que despertaron su curiosidad.

-¿Qué es esto?

-Mmm? ¿Qué? Ah… son Abas, se comen.

-¿Puedo tomar una?

- Por supuesto, toma las que quieras.

Al instante el menor abrió el frasco para tomar un puño de las semillas, pero, con la otra mano ocupada, cuando intentó cerrarlo el frasco resbalo de sus manos y las semillas se regaron por el suelo.

Rápidamente el azabache lo tomó del brazo para que no se moviera.

-Ni se te ocurra dar un paso- dijo para evitar otro accidente.

-¡Lo siento!- el menor estaba apenado- esto pasa muy seguido…soy muy torpe para sostener objetos.

-Ya lo noté-dijo con sarcasmo, con el pie empujó las semillas, apartándolas y evitar que el castaño resbalara con una. Se inclinó para ayudarle a recogerlas pero el menor lo detuvo.

-Yo lo haré.

-Está bien, agáchate con cuidado.

-Sí.

Ambos volvieron a lo que tenían que hacer. El azabache guisaba la carne mientas el menor se agachaba para recoger las semillas

Pero algo llamó la atención del más alto, el menor estaba inclinado atras de él, dándole la espalda, por lo que podía ver como su falda se levantaba apenas cubriéndole el trasero, mostraba sus lindas piernas regordetas que combinaban perfectamente con su cuerpo se veían muy sexys, y lo estaban tentando a hacer cosas indebidas.

Una inexplicable sensación de curiosidad le picaba en la mente. Sin pensarlo, se inclinó para ver por debajo de la falda, pero lo que vio lo dejó atónito, ese era el colmo.

El castaño sentía como si alguien levantara su falda, no quería pensar mal, pero cuando volteó se topó con el pelinegro observando atentamente su trasero al descubierto.

Sun Hee pegó un brinco sujetándose la falda, su cara ahora estaba más roja de lo que había estado jamás, se moría de vergüenza, sobre todo porque había descubierto al azabache husmeando bajo su vestido.

-¿Por qué traes braguitas?- pregunto descolocado, el menor traía puestas unas rosadas braguitas con holanes, lo que completaba su disfraz perfecto de niña buena.

-¡¡N-no fue mi idea!!¡¡Prácticamente Sehung me obligó a ponérmelas!! ¡¡Es toda su maldita culpa!!- se sujetaba fuertemente la falda al cuerpo para que no se le ocurriera levantarla de nuevo.

-¡¿Él te las puso?! Ese maldito bastardo…-Esa fue la primera conclusión que sacó su mente, conociendo a su amigo no dudaría en que lo hubiera hecho, no entendía porque se había puesto así, ni siquiera tenía ninguna relación con el pequeño castaño no tenía por qué haber reaccionado de esa manera, entonces entendió que los celos le estaban picando las costillas.

-¡N-no! Pero me dijo que lo haría si no me las ponía yo.

Young Mi estaba bastante molesto, pero a la vez podía agradecer a su amigo porque con ello había obtenido una gran vista del castaño. Sonrió maliciosamente al recordar las lindas braguitas rosadas ajustadas al blanquecino y redondo trasero del menor.

-Está bien, olvidémoslo ya y termina de recoger las semillas- el castaño lo miró mal, aún no soltaba la falda y mucho menos pensaba volver a inclinarse- vamos, no pensaras enserio que voy a ver de nuevo.

Aun con el ceño fruncido se inclinó pero sin darle la espalda al más alto, se puso de cuclillas, apresando la falda ente sus piernas y así evitar la curiosidad del mayor.

Young Mi resopló por la infantil creencia del más enano, aunque no del todo, si se diera la oportunidad, sin dudarlo volvería  ver debajo de su falda con tal de poder admirar nuevamente su lindo trasero esponjado.

Notas finales:

hasta aqui lo dejo pero au no termina.

-Bye bye!


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