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Carry on! por Kiu-chan_001

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Notas del capitulo:

Hola! Siento que el capitulo sea tan corto u-u tambien siento desaparecerme por tanto tiempo, pero esto es mejor que nada:3 Muchas gracias por los comentarios que medejaron :´) y seguiré actualizando cada que pueda.

Disculpen que la imagen no se haya visto pero no supe como arreglar ese problema, si alguien sabe sobre cómo subir fotos al foro (que ya me quedo claro que no se puede directamente) porfvor digame.

Los dejo hasta aquí!

Lunes por la mañana, apartamento de Young Mi

Ambos se encontraban en la amplia cocina del apartamento. Young Mi preparaba el almuerzo, mientras Sun Hee solo observaba.

Ambos llegaron a la conclusión de que era extremadamente peligroso que Sun Hee trabajara o hiciera cualquier cosa dentro de la cocina, tal vez podía tocar guitarra y piano, bailar o saber todo sobre etiqueta, pero siempre sería un desastre en la cocina.

Después de su conversación y a pesar de que ya habían arreglado todo, un silencio inundaba la habitación, Young Mi cortaba y guisaba, Sun Hee veía atentamente, solo el sonido de las sartenes los distraía.

Young Mi tomó un par de platos y sirvió el desayuno.

El menor dio las gracias con una gran sonrisa cuando tuvo su planto frente a él, por dentro se moría de hambre y toda esa comida fuera sólo para él.

El huevo y el tocino desprendía un olor delicioso, había un gran vaso con zumo de naranja en un lado y un esponjoso pan tostado con mermelada. Aunque no fuera muy amante de la mermelada, por alguna razón el verla sobre ese pan le abría aún más el hambre. Sun Hee le pegó un gran mordisco llenándose las mejillas con la sustancia rosada y viscosa, y comenzó a comer rápidamente.

-¡Tranquilo!- Young Mi colocó un gran plato de pan tostado sobre la mesa-  nadie se va a llevar tu comida- se burló y Sun Hee lo miró mal, haciendo un puchero lleno de pan y mermelada.

Young Mi rio aún más al verlo así, se veía muy lindo haciendo pucheros, parecía una ardilla con los cachetes llenos de comida.

-djme n ps!-La risa de Young Mi llenó la habitación.

-No hables con la boca llena- el pulgar del azabache se pasó por la comisura de los labios del castaño limpiando las migajas. Sun Hee se quedó estático un momento, el calor llenaba su cara, bajó la mirada al piso y se limpió con la manga del suéter.

-…Pudiste decirme que tenía comida…

-Pero así no es divertido-Young Mi aun le sonreía, con ojos amables y dientes perfectos.

Sun Hee dio otra mordida a su pan tostado, intentando ignorar lo que había pasado hace un segundo. Un pitido se escuchó desde la cocina y Young Mi regresó para terminar con el desayuno. Tomó otro plato y volvió con una taza de café a donde se encontraba Sun Hee devorando todo a su paso. 

El olor a llenó las fosas nasales del menor. Ese horrible olor a café le daba nauseas. Llevo una mano a su boca y la otra a su estómago, sintiendo cómo toda la comida se devolvía por su esófago, pasando por su garganta.

 

 “Mierda”

Un intenso dolor le llegó a la cabeza, intento soportarlo un poco.

Pero no pudo.

 El menor se puso de pie estruendosamente y salió corriendo en dirección al baño. Young Mi se quedó fijo, viéndolo cruzar la sala y cerrar de un portazo el baño. Corrió en la dirección hacia donde había ido el menor.

Cuando llegó, Sun Hee, de rodillas, se sujetaba para vomitar con la cabeza dentro del retrete. Las arcadas eran fuertes y hacían que el menor se estremeciera. Su rostro se había vuelto pálido  y se tambaleaba por el mareo.

Young Mi se acercó y le sujetó e cabello, no sabía qué hacer para ayudar al bajito, así que solo se quedó junto a él, palmeándole la espalda para mostrarle un poco de apoyo.

Para cuando Sun Hee había terminado con todo lo que había en su estómago, su rostro había perdido todo el color y le fallaba el cuerpo, había pasado más de una hora, una hora en la que Young Mi no se separó ni un segundo de él, ayudándolo a sostenerse. Cada que pensaba que las náuseas se habían ido, limpiaba su boca con la toalla blanca que Young Mi le había dado e intentaba ponerse de pie, pero terminaba nuevamente inclinado en el retrete.

Poco a poco se fue convirtiendo en arcadas solamente, había vomitado tanto que ya no había nada en su estómago.

-Siéntate aquí, trata de calmarte un poco.

Sun Hee se separó del retrete y Young Mi lo ayudó a sentarse sobre éste, bajando la tapa, tiró de la cadena, tomo un vaso con agua y se lo dio para que enjuagara su boca. Su rostro pálido tenía grandes ojeras alrededor de sus ojos, no debía ser la primera vez que le pasa, pensaba el mayor viendo como buscaba apoyo sobre algo.

Los minutos pasaron largos, el castaño intentaba recuperarse. Cuando se sintió mejor, Young Mi lo acercó al lavamanos para que lavara su cara. En el trayecto del baño a la sala el menor flaqueó varias veces casi cayendo al piso. Al final Young Mi tuvo que tomarlo en brazos para evitar que terminara cayendo de verdad, lo llevó hasta la sala y dejándolo en el sillón para que descansara.

-Sun Hee... ¿Qué pasa? ¿Aun tienes nauseas?-el mayor estaba preocupado, Sun He se había cubierto los ojos con el brazo, pero aun así las lágrimas se escapaban por sus ojos.

Sun Hee negó levemente, girándose sobre el sofá para darle la espalda al mayor.

Young Mi se puso de pie al lado de donde había estado sentado antes junto al castaño, se fue y luego de un rato regresó con un plato de fruta.

Acercó el plato hacía el menor, pero él solo lo vio y se volteó de nuevo para darle la espalda.  

 

-Sun Hee, tienes que comer-el menor negó recostado, con el brazo cubriéndole la cara- no te hará daño, solamente es fruta.

Young Mi la hablaba en un tono cariñoso, como si hablara con un niño.

-No quiero- dijo haciendo un puchero- todo lo que coma lo devolveré de todas formas- La voz se le quebró y no pudo evitar las lágrimas que rodaban por sus mejillas. Tenía hambre, estaba cansado de que fuera así todas las mañanas, cualquier cosa que comía lo dejaba inclinado en el retrete por más de dos horas hasta que el asco se iba.

Pero sobre todo estaba cansado de llorar por cualquier cosa, él no era así, debía ser fuerte en esos momentos, pero todo lo que salía eran lágrimas.

-Solo intenta comer despacio- Le hablaba quedo, intentando calmarlo.

Movió el brazo que cubría su cara y depositó un leve beso en su frente. Sun Hee lo miró inmóvil con las mejillas pintadas, no se esperaba a que hiciera eso.

Young Mi tomo un pequeño pedazo de fruta y lo llevo a la boca del menor para ayudarle a comer.

Sun Hee no supo reaccionar, era extraño estar así, pero nunca lo habían mimado de aquella forma. Abrió la boca con lentitud y comió el pedacito de fruta. Lo masticó un poco y lo tragó lentamente.

Volvió a abrir la boca en señal de que quería más. Young Mi rio ligeramente al ver lo fácil que era consentir al menor, además que se veía muy lindo le estaba comenzando a gustar eso de los mimos.

Tomó otro pedazo y lo llevo a su boca, masticó lentamente y volvió a abrir la boca.

Las cosas siguieron así por un rato, le mayor le daba de comer los pequeños pedacitos de fruta y Sun Hee abría su boca para dejarlo entrar, en veces, el mayor acercaba sus manos al rostro del menor para apartar los cabellos que cubrían su cara, escondiéndolos detrás de su oreja. En esas ocasiones el menor soltaba pequeñas risas al sentir las manos del mayor escabullirse por su cintura.

Cuando el tazón de fruta ya estaba vacío Young Mi lo dejó en la cocina y regresó.

-¿Te sientes mejor?

-Si... gracias

-Me alegro- el mayor vio el reloj en la pared- Sun Hee, tengo que arreglarme para ir al trabajo, te dejo en tu casa solo espérame un momento- y se fue sin esperar respuesta.

-Esta…bien.

Unos minutos después Young Mi regreso cambiado, por suerte había tomado una ducha antes, vestía un costoso traje negro con corbata azul oscuro, su cabello estaba ligeramente peinado de un lado dejándolo revuelto del otro.

Sun Hee tuvo que desviar la mirada, otra vez los síntomas le estaban atacando, hacían que sintiera mariposas en el estómago de solo ver al azabache.

Se maldijo a sí mismo por no poder controlarse adecuadamente y caminó hasta donde estaba el mayor.

Caminaba inseguro y cabizbajo, Young Mi se dio cuenta de esto, lo más probable es que aún estuviera incómodo por lo de hace rato. El azabache se preocupó un poco por ello, no quería que las cosas fueran así.

Levanto su mano y le revolvió el cabello, apoyando la mano en su cabeza para mostrarle que no había porqué estar nervioso.

Un color rojizo se alojó en sus mejillas al sentir como la enorme mano del más alto le acariciaba el cabello. Tuvo que voltear hacia arriba para verlo a los ojos y ver que le sonreía amablemente.

Su sonrisa era muy cálida, todo rastro de nerviosismo se fue y el latir de su corazón volvió a retumbar en su pecho haciendo que su cuerpo se debilitara, inmóvil. Solo cuando estaba con él, solo cuando estaba con él se sentía de aquella manera.

El corazón se le aceleraba y su rostro se volvía un mar de colores.

-Young M…

Desafortunadamente el momento fue interrumpido por un insistente tocar en la puerta.

Sun Hee se preguntó si el azabache estaría esperando a alguien, mientras Young Mi sabía perfectamente bien de quien se trataba, solo había una persona que tocaba de esa manera.

Notas finales:

Bye! Bye!


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