Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Llueve por girlutena

[Reviews - 285]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno bueno!!!! 

*-* estoy muy emocionada, a mucha (?) gente le gusta el ItaObi *-* así que... aunque me demoré un poco, este capitulo va dedicado a FreeThinking, quien me pidió un especial de ellos.

Espero que te guste!!!

Poco a poco el otoño empezaba a llegar, y a pesar del frio que empezaba a caer, se podía observar como las parejas caminaban lentamente por las calles, mientras que la suave briza soplaba lenta y fría, y a lo lejos se podía observar como el sol ya se estaba ocultando por las altas montañas y él sabía que nada podía salir mejor.


Los ojos de Itachi brillaron con emoción al sentir como un calorcillo se alojaba en el interior de su pecho, no pudo evitar mostrar una boba sonrisa al observar la hermosa fotografía que brillaba en el protector de pantalla de su laptop.


Lentamente se acercó hacia su escritorio para tomar su celular que ya empezaba a sonar, mientras que la imagen de su esposo brillaba en la pantalla. Haciéndole recordar que debía salir mucho antes de su oficina.


-Uchiha-san, Sannin-san le está esperando. –Soltó un ligero gruñido al oír la voz de su secretaria, y se odió el haber olvidado aquella reunión.


-Muchas gracias Karin, dile que pase, por favor. –Itachi se acercó hasta la gran mampara, observando como el viento movía ligeramente las copas de los árboles, dejando que los pequeños cerezos cayeran hasta el suelo, ocultó sus manos dentro de sus bolsillos, sintiéndose ansioso por salir en busca de su esposo.


-Últimamente te he visto muy feliz. –El reflejo se pudo observar el rostro envejecido del hombre quien le había ayudado muchos años atrás. -¿Me dirías tu secreto?


-Mi esposo. –El mayor soltó una agradable risa, pudiendo notar el brillo especial que emanaba de las cuencas del joven varón, y sonrió levemente al recordar al hermoso y joven doncel Uchiha.


-Entiendo. –Itachi observó como el mayor dio unos pasos hasta detenerse a su lado, y observar la espectacular vista de la ciudad. –Esta reunión puede esperar, pero tu esposo no.


 


Podía sentir la brisa colarse por las mangas anchas de su abrigo, y ocultó su nariz en el cuello de la tela, sonriendo bobamente al sentir el varonil aroma de su esposo, sus mejillas se sonrojaron sutilmente al recordar el fogoso encuentro que habían tenido aquella mañana, antes que el varón partiera a su trabajo.


Las fuertes manos de Itachi recorriendo suavemente su cuerpo desnudo, los suaves y fogosos besos que el mayor soltaba en su nívea piel, marcándolo como suyo, y él tan solo debajo de aquel gran cuerpo recibiendo todo el amor por parte del varón.


El calor había empezado a alojarse en su cuerpo, pero soltó un ligero bufido al notar que ya había pasado más de treinta minutos que se encontraba esperando al varón, y llevó las palmas de sus manos hasta su abultado vientre, sintiendo como un calorcito traspasaba la gruesa tela, lentamente empezó a sonreír al notar como su pequeño hijo empezaba a querer hacerse notar.


Cerró lentamente sus ojos al sentir como una fuerte corriente de aire golpeaba su rostro, llenó sus pulmones de aquel aroma a flores, su cuerpo se estremeció al sentir como unas frías manos cubrían sus ojos, su corazón latió desbocado, pero rápidamente fue calmándose, poco a poco llevó sus dedos hasta palpar aquellas grandes y varoniles manos.


Itachi sonrió despacio y acercó sus labios hasta la descubierta piel del cuello de su doncel, recorrió con su nariz todo su largo, y sintió como el menor empezaba a estremecer ante sus caricias. Lentamente empezó a repartir pequeños besos, escuchando feliz los suaves gemidos que el moreno ya empezaba a soltar.


-Itachi-baka. –El varón soltó una divertida risa al escuchar la entrecortada voz de su esposo, acarició suavemente la mejilla sonrojada del doncel y terminó por darle un pequeño beso en sus labios.


-Lamento la demora. –Obito soltó un ligero suspiro al ver como el varón subía sus piernas hasta la banca y empezaba a acostarse, apoyando su cabeza sobre sus muslos. Lentamente pasó sus dedos por las hebras azabaches del mayor y sonrió  levemente al escuchar como el moreno soltaba graciosos gemidos.


 


Itachi cerró lentamente sus ojos, dejándose embargar por las suaves caricias que recibía por parte del menor, sonrió suavemente sabiendo que había sido una suerte encontrar a aquel doncel, una suerte que Obito hubiera aceptado casarse, y una suerte que se diera cuenta que estuvo a punto de perderlo.


Recordó el primer día en que lo vio en aquella cafetería, el primer día pensó que era un cliente cualquiera, pero luego se dio cuenta que no podía quitárselo de la cabeza, y después de aquella primera vez hubo otras más; más días en que se tomaba su tiempo en aquella cafetería para verlo leer, tan tranquilo y acogedor.


Y tuvo que tomarse su tiempo para darse cuenta que aquel hermoso doncel había sido dañado, utilizado por un varón que utilizaba el privilegio de llamarse su mejor amigo.


Recordaba la mirada triste y profunda con la que el doncel le había mirado, luego de ello vino una sonrisa apagada y estudiada; las ojeras pronunciadas enmarcaban sus hermosos ojos negros y él tan solo pudo sentir un fuerte golpe en su pecho.


En aquella fecha su padre había estado detrás de él, exigiéndole que contraiga matrimonio, que era necesario que escogiera a alguien de buena familia, pero él no pensó en eso cuando se dio cuenta que había caído encantado bajo el hechizo de aquel doncel.


Y tuvo mucha más suerte cuando conoció a los padres de su, ahora, esposo. Recordaba la sonrisa que le mostró el padre doncel de su Obito, y como el mayor insistía en que salieran a alguna cita, y a pesar de todos los reclamos de su esposo, aquel doncel pudo conseguir que Obito aceptara una de sus muchas citas.


 


-Itachi-baka. –El mayor soltó un leve gruñido al sentir como un mechón de sus cabellos era sutilmente jalado, entreabrió sus adormilados ojos y pudo observar las mejillas suavemente sonrojadas del doncel.


-¿Estás bien? ¿Te duele algo? –Rápidamente se puso de pie, arrepintiéndose al sentir un leve mareo.


-Estoy bien. –Obito rió bajito al ver como su esposo se comportaba como un pequeño niño, deseando ser mimado. –Solo tengo un poco de frio.


Itachi sintió como su esposo apoyaba su cabeza sobre su hombro y cerraba lentamente sus ojos, lentamente dio una pequeña sonrisa y alzó su brazo, trayendo el cuerpo del doncel hasta pegarlo al suyo, y complementarse.


-¿Qué soñabas?


-Recordaba el día en que te vi por primera vez.


-Esperé mucho para que te atrevieras a hablarme. –Itachi salió de su estupor y abrió sus brillantes gemas, pero el doncel soltó un leve gemido al sentir como el varón intentaba separase de su cuerpo. –Había sentido que alguien me miraba muchas veces, pero el día en que te apareciste a mi costado, tuve miedo.


-Oye. –Itachi alejó suavemente el rostro del menor y apoyó su frente contra la de él, sonriéndole; sintiéndose emocionado, emocionado como la primera vez en que Obito le permitió besarle, o la primera vez en que el doncel le tomaba de la mano. –No puedo estar más agradecido de ser tu esposo.


-A veces eres muy cursi. –El menor giró su rostro, sintiendo como el calor empezaba a acumularse en sus mejillas y en sus orejas, mordió ligeramente su labio inferior, mientras llevaba lentamente sus dedos hasta acariciar los dedos del varón. –Yo también soy muy feliz de ser tu esposo.


-He estado pensando. –Itachi volvió a cubrir el cuerpo del moreno con sus brazos, y apoyó su quijada sobre los cabellos del doncel. –Creo que es hora de ir a visitar a tus padres.


Los ojos de Obito se abrieron deprisa y se alejó del hombro del mayor, frunció ligeramente su ceño al observar la pequeña sonrisa que Itachi le mostraba.


-¿Qué pasa?


-¿Por qué quieres ir?


-¿No crees que es normal que deseo que mis suegros sepan que su hijo está felizmente casado? –Obito hizo un ligero puchero, e Itachi aprovechó para darle un beso. –Te amo Obito.


-Ya lo sé, baka. –Itachi apoyó su frente sobre la del menor, sin importarle que su esposo deseara golpearle.


-Pero no me voy a cansar de decírtelo.


 


Menma giró abruptamente su cabecita y palmeó divertido al observar como sus dos tíos ingresaban a la sala, alzó sus bracitos dejando que Obito lo apapuchara y él tan solo rió divertido, escondiendo su infantil rostro en el pecho del mayor.


-¿Vas a salir, Sasu? –Obito dirigió su atención al par de hermanos, y frunció ligeramente al observar las elegantes ropas con las que vestía su pequeño cuñado.


-No, en realidad Sasori-sensei vendrá con Deidara-san. –El pequeño Menma soltó un leve gruñido al sentir como su pequeño estómago pedía comida.


Itachi vio como su hermano empezaba a moverse ligeramente por la sala hasta darle el pequeño biberón a Obito, intentó no pensar en el rubio varón que últimamente irrumpía su hogar, distrayendo a su pequeño hermano y sobrino.


-Eso significa que tengo que arreglarme. –Obito dejó al pequeño bebé en los brazos de Itachi, mientras intentaba caminar con pasos rápidos hasta el segundo piso, el varón soltó un ligero y abatido suspiro, pero sonrió suavemente al ver como Menma le miraba fijamente, manteniendo sus pequeñas manitas aferradas al biberón.


 -Serás un gran padre, nii-san.


-Espero serlo como tú, ototo. –Los dos hermanos se sentaron en el mueble de tres plazas, observando como el infante comía ávidamente su preciada comida. –Tú le das mucho amor a Menma, que me da miedo no ser lo suficientemente bueno para mi hijo.


-Lo serás. Tú has cuidado de mí, has podido hacer que Obito sonriera. Tú lo puedes todo, nii-san.


-Sasuke apoyó su cabeza sobre el hombro de su hermano, llevando sus dedos a la barriguita de su hijo, riendo divertido al ver como el pequeño fruncía su ceño al verse interrumpido.


-¿Ha venido otra vez?


-Sí. –Itachi frunció ligeramente su ceño al escuchar el largo suspiro del doncel. No le gustaba que Naruto merodeara su casa, mucho menos que su hermanito mostrara aquella mirada enamorada. –Pero no pudo quedarse mucho tiempo; me dijo que tenía que viajar.


-Eso es cierto, Minato lo ha llenado de trabajo, para que no tenga tiempo de pensar en nada. –El tinte molesto por parte de Itachi no le pasó de ser percibido, pero Sasuke no dijo nada, tan solo se limitó observar como Obito aparecía en la sala, vestido de un hermoso kimono azul marino cubierto finamente por un estampado de flores blancas, y con un obi blanco, obligando que su abultado vientre se notara.


Sus mejillas suavemente sonrosadas, y sus ojos negros brillaban con emoción, Itachi tan solo se quedó sin aliento, observando a su doncel embarazado.


-¡Estas muy hermoso! –Obito sonrió ante la voz de Sasuke, pero se sonrojo al tener la penetrante mirada de su esposo. -¿Verdad nii-san?


-Yo diría que la palabra hermoso le queda corta, Sasu. –Sasuke asintió fervientemente y tomó a Menma en sus brazos, y salió de la sala, dejando a solas a la pareja.


-Eres baka. –Obito hizo un puchero con sus labios, y frunció su ceño al recordar que aquel doncel rubio también llegaba. Los dedos del varón pasaron suavemente por su mejilla, obligándolo a caer en la realidad.


-No pienses en boberías. –El suave susurro del varón, cerca de su oído, le hizo estremecer; porque Itachi sabía que su esposo se sentía intimidado por Deidara. –Te amo, y en estos momentos tan solo pienso en desnudarte y tirarte a mi cama.


Obito sintió como los dedos de su esposo empezaban a colarse por su Obi, el calor había cubierto por completo su rostro, sonrojando fuertemente sus níveas mejillas. El cuerpo de Itachi se encontraba muy cerca del suyo, y podía sentir aquel aire recorrer el largo de su cuello.


-Sabes que lo deseas, Obito. –El menor soltó un leve grito al sentir como Itachi mordía ligeramente el lóbulo de su oreja.


-¡Ba… baka! –Itachi se alejó lentamente del menor, sintiendo como su pecho era golpeado suavemente. –Sí, lo deseo. –El varón sintió como el calor empezaba a acumularse en su cuerpo, pero tan solo se permitió a abrazar al menor, lo rodeó fuertemente con sus brazos y escondió su rostro entre los cabellos sedosos del menor, sintiéndose extasiado al sentir el suave aroma a almendras.


 


-Nunca cambias, Itachi. –Obito sintió como algo frío recorría su columna vertebral, al oír la suave voz de aquel doncel. Itachi se separó lentamente del doncel y le sonrió a la pareja que yacía no muy lejos de ellos


-Me alegra mucho que hayan venido. –Deidara se soltó de la mano del pelirrojo y se alojó entre los fuertes brazos de su mejor amigo. –Dei-chan.


-Itachi-baka, como tú nunca nos visitas, hemos tenido que venir a saludar. –El rubio se alejó del mayor y dirigió su azulina mirada al doncel embarazado, sonriendo feliz al ver como Obito mantenía suavemente su mano sobre su vientre abultado. -¡Un bebé!


Itachi rio divertido al ver como su amigo se lanzaba a los brazos de Obito, dejando al moreno estático ante aquel acto, pero le dedicó una mirada tranquila, dándole a entender que todo iba a estar bien.

Notas finales:

ok ok... un poco corto... siento que últimamente solo escribo capitulos cortos T_T

pero... el lemon?? habrá lemon?? quien desea lemon???

bueno ... si lo desean vendrá en el proximo capitulo!!!! muahahahaha

ok... no u.u... que tiene que ver deidara e itachi?? será que han tenido algo?? o solo son amigos??? naaaa solo son amigos... mejores amigos, no olvidemos que deidara está con sasori , verdad? (?) 

bueno bueno...

que tal les pareció??? y donde está naruto?? de viaje!!!! ok minato también se está vengando... que mejor venganza que no pueda ir a vera sasuke, ni a menma. 

alguien más tiene alguna otra venganza??? vamos!! todas son aceptadas ;)!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).