Minseok llegó al edificio donde vivía Luhan.
—¿Cuál es su nombre?. —El vigilante del edificio estaba anunciando su llegada por medio del citófono.
—Minseok. Kim Minseok.
—De acuerdo. —se dirigió a Minseok y luego de repetir su nombre a la bocina y escuchar una respuesta del otro lado, volvió a hablarle a Minseok—. El señor Luhan dice que no lo conoce.
—Dígale que vengo de parte de Kim JaeKyung.
El vigilante volvió a hablar por la bocina y luego de escuchar lo que le indicaban, miró a Minseok de nuevo.
—Dice que puede decirme a mí lo que necesite.
Minseok resopló. ¿Luhan era éste tipo de persona?
—Dígale que no es un tema que pueda hablarse a través de intermediarios.
Jaekyung le había hablado de Luhan. Lo había tenido en su matrimonio anterior, antes de conocer a su actual esposo Changmin. Luhan había crecido con su padre y sin la compañía de su madre. Ella le había girado cheques para su educación y sus cumpleaños, navidad y demás; pero nunca había estado presente en ningún momento. Jaekyung no le dio más información a Minseok y con lo poco que sabía lo fue a buscar.
—Quiere que le pase la bocina. —Minseok la recibió.
—¿Aló? —Minseok fue el primero en hablar.
—¿Qué quiere? —Luhan le iba a sacar canas verdes.
—Vengo de parte de Kim Jaekyung, soy Kim Minseok.
—¿No fui lo suficientemente claro?, ¿A qué vino?
¡Qué tipo tan…!
Minseok tomó aire antes de volver a hablar. No debía alterarse por alguien así.
—¿Podemos hablar en privado? Le indiqué anteriormente con el vigilante, que no es algo que se pueda hablar así.
—¿Me dejará en paz luego de dejarlo seguir?
—Si escucha todo lo que tengo que decirle, sí.
Minseok escuchó un leve suspiro a través de la bocina. Sonaba como si se hubiera resignado. Bueno, sólo tenía que escucharlo.
—Bien, siga.
Luego de seguir indicaciones del vigilante sobre cómo encontrar el apartamento de Luhan, Minseok llegó y tocó a la puerta.
—¿Luhan? —se atrevió a preguntar al hombre que le había abierto la puerta. Tenía el semblante de alguien que dormía y fue despertado de mala manera.
Su cabello no tenía ninguna forma, a lo mejor era de los que se movía mucho al dormir y por eso el aspecto que tenía. No era el único problema. Se estaba colocando una camiseta de sport mientras llevaba un jean con la cremallera abajo y los botones sueltos. Su cinturón se encontraba en condiciones iguales. Luhan se estaba vistiendo sin haberse bañado aparentemente, y no parecía importarle recibir visitas en esas condiciones. Lo que le molestaba a Minseok era que lo recibiera a medio vestir.
—¿Se va a quedar ahí parado? —Luhan le hizo espacio para que siguiera y luego que Minseok entrara, cerró la puerta, se acomodó su camiseta y abrochó su jean—. ¿Y bien? —preguntó Luhan cuando se sentaron en la pequeña sala. Estaba claro que no iba a ofrecerle algo de tomar. Minseok no era totalmente bienvenido a esa casa por el sólo hecho de venir de parte de Jaekyung.
La relación entre Jaekyung y Luhan era peor de lo que ella le había dicho.
—La señora Kim quiere ofrecerle un trabajo en la empresa del señor Shim. —Luhan estaba pasando sus manos por su cabello, en un intento por arreglarlo.
Jaekyung no podía darle la presidencia de repente a alguien que no ha trabajado nunca allí, pero si podía ofrecerle un buen puesto con el cual, Luhan fuera ascendiendo –y conociendo la empresa-, hasta llegar a la presidencia.
—No me interesa. Ya se puede ir. —Luhan se paró del asiento para caminar hacia lo que parecía ser su habitación mientras se colocaba el cinturón como debía.
Minseok, que ya se había dado cuenta que no sería sencillo, lo siguió. No debía seguirlo pero Luhan estaba siendo tan… tan lo-que-fuera que Minseok igual lo hizo.
—Desde que finalizó la universidad no ha encontrado un buen empleo. ¿Por qué no acepta ésta oportunidad? Su madre quiere hacerlo por usted.
Luhan se detuvo antes de entrar a su habitación y se giró a mirar a Minseok.
—Esto es nuevo. —Luhan sonrió. Una sonrisa irónica que Minseok no supo interpretar—. ¿ella ya no se avergüenza de decir que soy su hijo? Todos estos años pagó mis estudios y me dio una vida medianamente buena para que cerrara mi boca y ahora resulta que ella le dice el tipo de relación que tenemos. Interesante. —Más que una sonrisa irónica parecía una sonrisa dolida—. Ahora, mi madre quiere darme un trabajo en su compañía, cuando antes me quería lejos. ¿No?
Minseok no conocía los detalles. Jaekyung había le había contado lo esencial. Luhan era su hijo y lo quería en la empresa como el nuevo presidente antes de morir. Luhan no debía saber que ella tenía una enfermedad terminal.
—Eso… sí. —en esencia, sí, JaeKyung lo quería en su empresa.
—Pero, ¿Qué le vamos a hacer? —Luhan siguió sonriendo con la misma ironía—. No me interesa.
Luego de decir eso, se giró, dándole la espalda de nuevo y tomó un abrigo de sport negro que estaba sobre su cama.
—¿A dónde va? —preguntó Minseok mientras lo seguía hacia la salida. No habían terminado de hablar y Luhan ya estaba yéndose así.
—Por ahí. —respuesta vaga—. Necesito que salga para poder irme.
—Pero no hemos terminado de hablar. —Minseok intentó retenerlo.
—A mí me parece que sí.
Luhan estaba determinado en dejarlo así.
—Bien, entonces iré con usted. —Minseok no se rendiría tan fácil con Luhan. Se lo prometió a JaeKyung. Luhan debía trabajar en Empresas Shim sí o sí.