Después del disgusto con Sakura y conseguir cal mar sus instintos se encaminó al salón donde sus amigos debían estar esperando por su llegada. Amigos...esa palabra le parecía un tanto extraña al ser dirigida a esos tres chicos tan extraños y diferentes a él, sin duda que había cambiado, porque nunca antes tuvo amigos o personas cercanas a quienes considerar que podían serlo, obviamente que si lo piensa es su culpa por su tosco comportamiento y la indiferencia que solía demostrar hacia los demás.
Solo que ahora tenía más de lo que pudo imaginar, porque estaba seguro que dentro de ese círculo podía incluir a las señoritas de vento y la pareja que conoció en el bosque, era extraño e impropio de alguien como él pero ahora tenía varios amigos, con ese pensamiento sus labios se curvaron mostrando una pequeña sonrisa sin duda eso le era muy agradable.
Por fin estuvo de pie frente a la puerta del salón, estiró su mano para girar la perilla y abrió la puerta.
Se sorprendió al ver allí a su hermosa madre acompañada de las doncellas que eran de su confianza sentadas a la mesa junto con sus amigos, tomando el té con galletas que olían bastante delicioso.
-Príncipe Sasuke
Saludo una de las doncellas poniéndose en pie al igual que sus compañeras haciendo la correspondiente reverencia y alejándose de la mesa sin levantar la mirada pues conocían bastante bien el temperamento del joven y aunque las otras doncellas que ayudaban en el aseo del príncipe les comentaron que el príncipe estaba diferente lo mejor era no tentar a su suerte con comportamientos que eran inapropiados para simples sirvientes, y esos eran el estar sentados en la mesa con la reina.
-Príncipe, creí que tardarías en venir y encontrarte con tus invitados. Me permití invitarlos a tomar el té, quería conocer a las personas que han cautivado tu interés
Sasuke no dice nada, su sorpresa sigue al ver a sus amigos tan bien vestidos envueltos en esas finísimas telas, se ven muy guapos aunque sabe bien que incluso sin esas ropas siempre lo han sido, sobre todo Naruto.
El moreno observa a Lee el cual solo le saluda levantando su mano con el puño alzado, luego mira a la castaña la cual se ve muy femenina, además de hermosa. Si, debe admitir que se ve bella incluso con esa extraña timidez que demuestra.
Pero sus ojos negros se quedan sobre el rubio. Luce como si fuera uno de los mágicos príncipes de los cuentos que su madre le leía en las noches antes de dormir cuando era un niño. Naruto se veía guapísimo, tanto que sintió el calor en sus pálidas mejillas al sentir no solo la mirada del chico en cuestión sino la de los otros que estaban en el salón.
-Se ven muy guapos ¿verdad? me quise asegurar de que lucieran increíbles durante su estadía, ya que son nuestros invitados más valiosos
-Gracias Madre por encargarte
-Ahora que has llegado te dejaré con estos agradables jovencitos-ella también se pone de pie haciendo que los chicos también lo hagan-me dio gusto conocer a cada uno de ustedes.
-Gracias a usted majestad-contestan los tres educadamente
Mikoto sonríe mientras se retira de la estancia con sus doncellas quienes cierran la puerta tras de sí. Un pequeño silencio se instala en el salón, ninguno sabe muy bien que decir, sobre todo después de la conversación con la reina que les estuvo preguntando sobre el moreno cual fue su comportamiento con cada uno de ellos, para luego decirles que estaba gratamente sorprendida y contar algunas cosas sobre Sasuke. Así que saber que el príncipe que tenían en frente se creía inalcanzable les hacía tener sus reservas sin entender cómo comportarse ahora con el estando en su palacio.
El que más temía un rechazo por parte de Sasuke era Naruto, no quería pensar que el chico caprichoso y soberbio del que habló la reina volviera a escena solo para pedirle que se marche, porque todo quedaría hasta ahí, lo que más deseaba era correr hasta su cuerpo y abrazarlo fuertemente obviamente asegurándose antes de que si estaba bien. Sin embargo había como un muro que se estaba creando en medio impidiendo realizar su deseo.
-Me alegro que estén bien-comenta el moreno. La incomodidad sigue presente
-Sí, ya no estamos en esa celda. Gracias príncipe Sasuke-dice tímidamente Tenten-si no hubiera sido por...usted
-No es necesario que me hablen con tanta formalidad
-La reina Mikoto nos contó ciertas cosas y es por eso que preferimos no hacer cosas inadecuadas para alguien que pertenece a la realeza. Antes era solo Sasuke pero en este lugar es un príncipe y esas es la forma correcta para referirnos a usted-Lee habla formal manteniendo su mirada lejos del rostro pálido del moreno
-Con que mi madre-susurra molesto-no sé que pudo contarles, yo antes...bueno...solo debo decir que los he considerado mis amigos a pesar del corto tiempo que he pasado con ustedes, pero es así. Yo los...aprecio-"sobre todo a ti Naruto" pensó
"Es sincero" tanto como la pareja y el rubio lo piensan. La voz y el lenguaje corporal del moreno dicen la verdad.
Naruto soltó un suspiro, sus manos y pies picaban, le estaban pidiendo que se moviera en dirección al guapo moreno porque con ese traje se veía más hermoso que nunca, resaltaba sobre cualquier otra persona. Así que sin dudarlo más sus pies se movieron con largos pasos en medio de Lee y Tenten.
Sin decir nada estrechó el cuerpo de Sasuke con el suyo. Fuerte. Como sin querer soltar nunca a la persona que abrazaba, estaba feliz de verlo y su felicidad aumentó cuando los brazos del moreno también le abrazaron.
-Lo siento...por dudar...pero no queríamos...no quería que me rechazaras
-Está bien, entiendo la duda. Antes no me porte bien con muchas personas-comenta en medio del abrazo-pero ahora soy diferente gracias a ti...-susurra un tanto avergonzado de admitirlo en voz alta y lo peor con testigos. Entonces prefiere romper el cálido abrazo, no va a declararse frente a otras personas y es que estaba seguro que eso pronto sucedería ahora que estaba seguro de estar enamorado y sus emociones hacían fiesta en cada rincón de su cuerpo.
Sin mucha gana el rubio le permite alejarse y es que su corazón se aceleró de a poco al escuchar la voz de Sasuke ser tan sincero y agradecerle por su cambio de conducta, no está seguro el adjudicarse aquello.
Tenten y Lee se miran mientras sonríen
-Lo sentimos. En serio estábamos asustados de que en algún momento quisieras deshacerte de nosotros
-No se preocupen, es como dicen "crea fama y échate a dormir" solo sé que ahora soy alguien diferente y que ustedes son...mis amigos-sonríe un poco sintiendo algo de rubor por admitirlo de nuevo-¿ya terminaron de comer?
-Realmente no y muero de hambre-se queja el rubio-una de las mujeres que sirven en el palacio me prometió un ramen
-¿En serio? ¿y por qué te prometió algo así?-pregunto Sasuke frunciendo el seño ante tal atrevimiento de las sirvientas, lo más seguro que coqueteando con el rubio, porque eso era lo que más hacían
-No lo sé, me preguntó que si había algo en especial que me gustara y yo le dije que eso...fue muy amable conmigo hasta me invitó a comer esta noche
-Es que Naruto-kun se ve muy guapo así...hace un rato una de las doncellas se desmalló al verlo-habla tranquilamente Lee sin percatarse de que el seño del príncipe se fruncía más-de seguro por eso la invitación...no me habías contado eso-dijo mirando al rubio-era bonitaaauch-se queja del tremendo pellizco que recibió en su brazo derecho, mira al lado ya que Tenten aun no lo suelta-¿por qué?
-Por idiota e indiscreto-ella lo mira con enojo-así que cállate y solo termina tu té
De nada sirvió que la castaña haya callado a Lee y a sus comentarios porque el joven príncipe estaba experimentando un nuevo sentimiento y eso era algo que le quemaba el estómago y hacía que quisiera lanzar muchas bolas de fuego sobre quien fuera la sirvienta coqueta y falta de vergüenza.
"Me encargaré de buscarla" ese fue su pensamiento al sentarse en el único sitio en que los platos seguían ordenados. Por ahora solo se concentraría en disfrutar del momento junto a sus amigos y a la persona que no solo le gustaba sino que también amaba.
^-^-^-^Hechizado^-^-^-^
Mientras más enojo sentía la princesa tierra las hermosas plantas del balcón y flores que adornaba la alcoba se marchitaban perdiendo sus hermosos colores y vitalidad hasta el punto de morir.
Sakura no comprendía porque razón Sasuke no quería aceptarla, no quería amarla si ambos eran iguales, si el tan solo dejaba de ser tan terco formarían una pareja perfecta e indestructible. Pero no. Sasuke seguía resistiéndose ante lo evidente y eso era que estaban destinados el uno al otro o eso pensaba ella sin aceptar la realidad.
-Princesa Sakura...-susurró Karin sin saber si acercarse a ella que descansaba en la cama. Estaba preocupada por la muchachita berrinchuda porque su malestar se reflejaba en el ambiente, las plantas estaban muriendo y siendo ella la portadora de "la vida" un poder que le era heredado cada década a la futura reina tierra que influía en los portadores de dicho elemento y también en el ambiente lo que podía llegar a causar un daño contraproducente-debe calmarse...desee ir de nuevo a su reino y ya verá que todo mejorará
-No me hables-habla en voz baja-le contaste todo a Sasuke ¿verdad? eres una traidora buena para nada, no me has hecho feliz...nunca has cumplido con lo que deseo
-Ya le he explicado cuales son las reglas, no hay nada que pueda hacer
-Debería matarte-susurra la chica desde la cama-debería hacerlo
El hada comienza a asustarse ya que el aire en la habitación es pesado "es debido a ella" se dice mirando a la princesa que está hecha un ovillo en la cama, su depresión está cambiando el entorno de esa sola habitación, no sabe cómo hacerla entender que está equivocada, que debe esforzarse por dejar su capricho, que debe dejar en paz al príncipe fuego porque no obtendrá nada de él y mucho menos su amor.
Si tan solo la princesa quisiera poner de su parte para comprender que la vida es más que atrapar un chico guapo, siendo ella tan poderosa y bella no necesita de un hombre ni seguir aguantando rechazos que son solo su culpa porque Sasuke ya le ha dejado claro que no lo gusta.
-Escuche, es cierto que está joven...y que es su primer amor pero créame que hay grandes cosas en la vida para usted princesa, mucho más que desear que Sasuke-kun le ame
Sakura se ríe de una forma tan extraña que eriza los vellos del cuello de Karin
-Ya no quiero que me ame-responde incorporándose en su cama, sus cabellos rosas sueltos tapan su rostro-quiero que sufra como yo...que sienta lo que es el desamor...el dolor...el rechazo...que su corazón se contraiga y se vuelva en miles de pedazos...que su...-vuelve a reírse con más ganas-que su corazón quede completamente roto y....
-Qué no pueda palpitar, porque en pedazos no volverá a creer en nadie más ni amar
Ambas chicas tratan de buscar al dueño de esa voz en toda la habitación pero ninguna de ellas puede encontrarlo, Karin siente miedo al no saber si la presencia que comienza a revelarse ante ellas es maligna, por lo que sabe si un ente espiritual tiene energía neutral es muy peligroso.
-Dime niña, en realidad... ¿deseas que su corazón se rompa? Un corazón en pedazos no puede reconstruirse...no tan fácil
Poco a poco va apareciendo frente a ellas, se ve como un pequeño niño de cabellos rubios que le cubren el rostro, la poca piel que pueden ver es pálida y está vestido con una túnica blanca que parece cambiar de color
-... ¿Quién eres? ¿Cómo es que estás aquí? es un irrespeto que un mocoso entre a la habitación de una princesa y escuche sus conversaciones
-Y es un irrespeto que un simple humano trate de ordenarme-los ojos verdes de Sakura se abren con sorpresa y un tanto por el susto al ver que el niño ya no está y en cambio hay una joven de hermosa apariencia vestida con ropas de oro, aunque su rostro muestra una sonrisa sus ojos claros le hacen notar que es peligrosa
La pelirroja va a hablar, sabe muy bien qué cosa es ese ente sobrenatural pero sus labios están literalmente sellados, no puede abrir la boca y desespera hasta el punto de rodar por el suelo intentando así quitarse la maldición que ese demonio le ha lanzado
-¿Qué eres?-pregunta con miedo la princesa al ver lo que pasó con su hada "acaso es... ¿una bruja? o... ¿un demonio?"
-Puedo leer tu pensamiento, así que si...lo soy-ensancha su sonrisa-estoy acá gracias a ti mi niña...tu corazón se pudre...tu odio me atrajo a mí y a otros demonios-nota la sorpresa de Sakura y el que mire a los lados con temor buscando más presencias-descuida tonta, eso fue cuando la puerta del infierno se abrió y ese pequeño hanyou cayó...muchos de nosotros queríamos salir pero yo me encargué de acabarlos antes de que lo consiguieran...tus celos...tu odio...me atrajo hasta ti y viaje cuando un portal se abrió por tu deseo, estoy aquí porque necesito de ti...y por su puesto tal vez tu me necesites
-¡No le haga caso!-grita Karin habiendo roto la maldición-los demonios son engañosos, mienten por su propio bien ellos no están atados a ninguna regla...él o ella no es un yokai...es un demonio real ¿entiende? no.... Hm-volvió a callarse pues esta vez su boca esta cocida
-Eso te dolerá bastante cuando logres quitarlo si es que lo consigues-dice la chica con sonrisa maliciosa-no escuches a tu hada...después de todo es solo un ser insignificante, solo se sincera contigo misma...y responde mi pregunta-nota la duda en la chica así que la presiona-no dudes, no debes hacerlo el merece un escarmiento mayor...algo que le enseñe tu dolor y yo lo haré si me lo pides
-... ¿Cómo lo harías? ¿Cómo romperías su corazón?
Karin movía su cabeza con negación "No lo hagas... ¡no te dejes tentar!" gritaba en su cabeza deseando ser escuchada. La princesa no podía caer tan bajo, no podía hacer un trato con un demonio de esa clase que se apodera del alma de las personas, un ser tan peligroso y despreciable.
-De la forma que tú quieras...pero obviamente para hacerlo...debes hacer un trato conmigo
Sakura se muerde los labios, sus manos tiemblan y sudan. No está muy segura de hacerlo, antes se sentía tan mal que su estado de ánimo había caído pero ahora, ahora tenía miedo
-No temas princesa, no te pediré algo que no puedas darme-estira su mano para que la chica la tome-conmigo no hay reglas, puedes pedir lo que quieras y te lo daré...lo que quieras
"Lo que yo quiera" resuena en su mente y temblorosa acepta la mano del demonio. Ya no hay vuelta atrás.