Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

After //Continuacion// por Mel-Loveless95

[Reviews - 25]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Capítulo 69

Me doy una ducha rápida y me cambio de ropa a pesar de que voy a ensuciarme en el invernadero con Frank. Harry me espera pacientemente, curioseando mi cajón de la ropa interior para entretenerse. Cuando he terminado, me dice que coja ropa para pasar otra noche con él y eso me hace sonreír. Pasaría con él todas las noches, si pudiera.

En el trayecto de vuelta, le pregunto:

—¿Quieres que vayamos a recoger tu coche y lo llevemos a casa de tu padre?

—No, no hace falta. Estaré bien siempre y cuando dejes de serpentear por la carretera.

—¿Perdona? Soy un conductor de primera —digo a la defensiva.

Hace un gesto de burla pero no dice nada.

—¿Cómo es que te decidiste a comprarte un coche?

—Por las prácticas, y porque no quería tener que coger el autobús o depender de que otros me llevaran a todas partes.

—Ah... ¿Fuiste tú solo? —pregunta mirando por la ventanilla.

—Sí... ¿Por?

—Simple curiosidad —miente.

—Estaba solo. Ese día fue horrible para mí —le digo, y él se encoge en el asiento.

—¿Cuántas veces has quedado con Zed?

«¿A cuento de qué viene eso ahora?»

—Dos veces: salimos a cenar y a ver una película y a la hoguera. No tienes nada de qué preocuparte.

—¿Sólo te ha besado una vez?

«Uy...»

—Sí, sólo una vez. Además de... la que viste. ¿Podemos cambiar de tema? ¿Acaso te pregunto yo por Cho? —salto.

—Vale, vale. No nos peleemos. Creo que nunca habíamos pasado tanto tiempo sin sacarnos los ojos, a ver si no lo estropeamos —dice, y me coge la mano. Dibuja pequeños círculos con el pulgar sobre mi piel.

—Está bien —asiento, aunque todavía estoy un poco molesto. El recuerdo de Cho en su regazo me pone mal.

—Vamos, Draco... No te pongas de berrinchudo. —Se echa a reír y me hace cosquillas.

No puedo evitar una risita nerviosa.

—¡No me distraigas, que estoy conduciendo!

—Es probable que éste sea el único momento en que no vas a dejar que te toque.

—Ya te digo. No te lo creas tanto.

Nuestras risas se mezclan en el coche y es un sonido adorable. Pone la mano en mi muslo y lo acaricia arriba y abajo con sus largos dedos.

—¿Estás seguro? —Su voz áspera me hace cosquillas en la piel. Mi cuerpo responde a él al instante. Se me acelera el pulso. Trago saliva y asiento. Suspira y retira la mano—. Sé que no es verdad... Pero prefiero que no te salgas de la carretera. Tendré que esperar a follarte con los dedos.

Le lanzo una mirada aplastante, rojo como un tomate.

—¡Harry!

—Perdona, nene.

Sonríe y levanta las manos poniendo cara de inocente. Luego mira por la ventanilla. Me encanta que me llame asi. Noah y yo pensábamos que todos esos apelativos cariñosos que usa la gente eran demasiado juveniles para nosotros pero, viniendo de Harry, la sangre me hierve en las venas.

Cuando llegamos de vuelta a casa de sus padres, Frank y James están esperándonos en el jardín. Él parece un pez fuera del agua, con vaqueros y una camiseta de la WCU.

Nunca lo he visto con ropa informal y, vestido así, tiene un aire a Harry. Nos saludan con una sonrisa que Harry intenta devolverles, aunque se lo ve incómodo, se revuelve y se mete las manos en los bolsillos.

—Cuando quieras —le dice su padre.

Parece estar tan incómodo como él, aunque más bien son nervios.

Harry no parece muy entusiasmado. Me mira y yo asiento con la cabeza para decirle que adelante. Me sorprende haberme convertido de repente en la persona que le infunde seguridad.

Parece que nuestra dinámica ha cambiado drásticamente, y eso me hace más feliz de lo que había imaginado.

—Estaremos en el invernadero, sólo tienen que traernos la tierra —dice Frank, y le da a James un breve beso en la mejilla.

Harry mira a otra parte y por un segundo pienso que también va a besarme, pero no.

Sigo a Frank al invernadero y, nada más entrar, ahogo una exclamación. Es inmenso, mucho más grande de lo que parece desde fuera, y no bromeaba al decir que hay que darle un buen empujón. Está prácticamente vacío.

Con un gesto teatral, se lleva las manos a las caderas y dice alegremente:

—Es un proyecto muy ambicioso, pero creo que lo conseguiremos.

—Yo también lo creo —digo.

Harry y James entran cargando dos sacos de tierra cada uno. Guardan silencio y los dejan donde Frank les dice. Luego se marchan otra vez. Veinte sacos de tierra y cientos de semillas de flores y verduras más tarde, se podría decir que la cosa promete.

No me he dado ni cuenta de que el sol ha empezado a desaparecer tras el horizonte. Llevo varias horas sin ver a Harry. Espero que James y él sigan con vida.

—Creo que por hoy ya hemos hecho bastante —dice Frank secándose el sudor de la frente. Los dos vamos de tierra hasta las orejas.

—Sí. Será mejor que vaya a ver qué tal le va a Harry —comento, y el se echa a reír.

—Significa mucho para nosotros, sobre todo para James, que Harry venga más por casa. Sé que te lo debemos a ti. ¿Han arreglado sus diferencias?

—Creo que sí... Más o menos. —Se me escapa una risa nerviosa—. Seguimos siendo muy diferentes.

Si el supiera...

Me dedica una sonrisa comprensiva.

—Bueno, a veces eso es justo lo que necesitamos. Y los retos son interesantes.

—Desde luego, es todo un reto.

Los dos nos echamos a reír y me da un abrazo.

—Jovencito, has hecho por nosotros más de lo que imaginas.

Noto que se me llenan los ojos de lágrimas y asiento.

—Espero que no le importe que me haya quedado a dormir tan a menudo. Harry me ha pedido que me quede aquí también esta noche.

—Por supuesto que no. Son adultos y confío en que están tomando precauciones.

«Joder.»

Sé que me estoy poniendo más rojo que los bulbos que acabamos de plantar.

—Pues... es que no... Yo no... —tartamudeo.

¿Por qué le estoy contando esto al futuro padrastro de Harry?

—Ah —dice ella igual de avergonzado—. Vayamos adentro.

La sigo hacia la casa. Nos quitamos los zapatos antes de entrar. En el salón, veo a Harry en el borde del sofá. James está sentado en un sillón. Los ojos de Harry no tardan en dar con los míos y su mirada se torna de alivio.

—Prepararé algo de cenar mientras te aseas —dice Frank.

Harry se levanta y se acerca. Parece muy contento de no tener que seguir en la misma habitación que su padre.

—Bajo enseguida —digo siguiendo a Harry escaleras arriba. »¿Qué tal ha ido? —pregunto cuando entramos en su habitación.

En vez de responder, me coge del cabello y me besa. Andamos hacia atrás y nos pegamos a la puerta, su cuerpo contra el mío.

—Te echaba de menos.

Me derrito.

—¿De verdad?

—Sí. Acabo de pasar horas, incómodo y en silencio, con mi padre y luego hemos tenido que hacer un par de comentarios irrelevantes aquí y allá. Necesito distraerme.

Me pasa la lengua por el labio inferior y me deja sin aire en los pulmones.

Esto es distinto. Se agradece, y es ardiente, pero muy muy distinto.

Sus manos viajan por mi vientre y se detienen en el primer botón de mis vaqueros.

—Harry, tengo que ducharme. Estoy lleno de tierra —digo entre risas.

Me lame la mejilla.

—Me gustas así: dulce y sucio.

Me regala la sonrisa de los hoyuelos, pero lo aparto y cojo mi bolsa de aseo antes de salir hacia el cuarto de baño. Tengo la respiración entrecortada y estoy un poco desorientado, por eso no entiendo lo que sucede cuando intento cerrar la puerta del cuarto de baño y ésta se queda entornada.

Hasta que miro hacia abajo y veo la bota de Harry.

—¿Puedo hacerte compañía? —sonríe, y entra en el baño sin esperar respuesta.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).