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Susurros por Juuri Kiryu

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Notas del capitulo:

No, no voy a abandonar esto. Y si, DC puede llegar a odiarme, pero no importa(?)

 

II

Aunque al final habían terminado por aceptar ser lo que el gobierno pretendía que fueran en un inicio, una cosa les quedaba clara: no eran amigos. Tal vez Lantern, Flash, y Cyborg eran los más tratables, haciendo de lado la irresponsabilidad del linterna, la incapacidad de Flash por estarse quieto, no había mayores problemas. Incluso Diana se permitía reír ante las ocurrencias de esos tres, y Superman no se molestaba en ocultar que también le hacían gracia. Pero… Pero Batman era otra historia. Una muy, muy aparte. El solo recuerdo de lo que su mente había podido rescatar en esa ocasión era suficiente como para revolverle la cabeza, y no podía negar que lo desconcertaba. Pero para su alivio generalmente, por no decir siempre, el murciélago se mantenía tranquilo y un poco apartado de los demás. No compartía demasiado con ellos, pero tampoco se lo exigían. Respetaban a Batman y a su espacio también. Bueno, casi todos, porque Linterna tenía manía por meterse con el serio caballero de Gotham. No le molestaba ganarse unas miradas de advertencias y, demonios, sí; unos cuantos gruñidos de advertencia. Es que con su súper oído no podía ignorarlo. Le erizaba la piel sólo recordarlos, se asemejaban a los de un animal peligroso, que simplemente no quiere que se le acerquen aunque no piensa hacer daño.

Constantemente reñía un poco a Hal para que dejara en paz a Bruce, pero él siempre recalcaba lo gracioso de ver la máscara del murciélago arrugarse por la manera en la que fruncía el entrecejo ante sus bromas. Por lo que al resto de la Liga concernía, Batman parecía tenerle un poco de aprecio al hombre o no pretendía perder el tiempo jugando con él, cualquiera de las dos opciones conducían a la misma conclusión. Batman se las dejaba pasar todas y cada una, porque el descabellado usuario del anillo era lo suficientemente tonto como para todavía dejar que el murciélago lo encontrase sólo. Y ninguno de ellos dos hablaba de lo que ocurría en esos momentos. Ellos sólo podían hacer conjeturas por las caras de ambos. Green Lantern ponía una mueca de enojo y fastidio que le duraba todo el día, como si no se lo mereciese, fuese lo que fuese lo que Batman había hecho. Y por el contrario, Bruce regresaba con una sonrisilla fugaz, en la que curvaba ligeramente las comisuras de su boca hacia arriba, satisfecho por la reacción de su pobre víctima.

Como en esa ocasión, en la que Hal bajo de la nave que Batman conducía con pasos enojados, aporreando sus pies contra el suelo, llamando la atención de los otros miembros de la Liga. Diana negó con la cabeza, como las hermanas mayores exasperadas de los juegos infantiles de sus hermanitos más chicos. El castaño no dejó que ninguno de ellos preguntara nada, sólo exclamó agitando sus brazos bruscamente

-          ¡Ay! ¡Me la hizo el infeliz! – y dicho eso se perdió por allí gritando algunas otras cosas, irritado en extremo, mientras que Batman reía silenciosamente, sin que los demás lo notaran, excepto Clark que enarcó una ceja interrogante por lo ocurrido

El caballero de Gotham le sonrió de lado, y negó con la cabeza. Diana se acercó a los dos hombres y con un gesto maternal intentó regañar al muciélago

-          Deberían dejarlo por la paz, se comportan como niños – dijo apoyando sus manos en sus caderas, como una auténtica madre, a lo que Bruce se encogió de hombros

-          Díselo a él, fue su culpa desde el inicio – y dicho eso se perdió por los pasillos.

-          Tiene razón Diana, siempre inicia Hal – Clark sintió el impulso de cubrir a Bruce, a pesar de que no parecía estar nada molesto por lo sucedido. Podía oír los ligeros bufidos de diversión del hombre, y eso lo desconcertaba, ¿Qué cosa podría hacer reír de esa manera al hombre más serio que había conocido hasta entonces?

-          ¿Lo defiendes? Es un chico grande– la mujer preguntó con una sonrisa un tanto sorprendida . El hombre se avergonzó al oír la pregunta y movió la cabeza para negarlo

Y pasaron algunos días, hasta que el humor del policía espacial mejoró un poco. Lo encontraron desparramado frente a una de las pantallas del satélite, jugando videojuegos mientras se animaba a su mismo e insultaba a su “enemigo”. Flash entonces aprovechó su buen humor para preguntar sobre lo que había ocurrido, y Hal frunció el ceño graciosamente, sacándoles una sonrisa a los demás

-          Es un idiota. Aún no sé en qué momento lo hace – comentó cruzándose de brazos, mientras suspiraba y los demás miraban sin entender. Pero a Clark no le agrado mucho el rumbo que aquello tomaba por alguna razón

-          ¿Qué cosa? – Barry no tardó en acercar las sillas para sentarse al lado de su amigo

-          Mi anillo. Desde la primera vez que estuvimos a solas me hizo lo mismo – refunfuñó un tanto indignado – Me saca el anillo sin que lo note. Primero lo hizo en la alcantarilla, no había nadie, así que nadie pudo verme pero…

-          Pero sin el anillo descubrirían quien eres… — completó Clark un tanto sorprendido de que Bruce se mostrara tan… ¿infantil? ¿juguetón?

-          No es el problema, es decir… esta vez estaba volando, y casi me estampo contra el piso… — escandalizado el linterna los miró acompañando sus palabras con gestos.

-          Bruce no te… — intervino de nuevo el hijo de Kriptón ante las miradas extrañadas de los demás

-          Yo no te dejé caer. Ni lo haría – la ronca voz del vigilante sonó a las espaldas de Clark, quien dio un respingo en su lugar, no lo había escuchado venir, ni acercarse.

Pero lo más importante fue la declaración. Aunque los demás sonrieron divertidos, a él no le había hecho gracia, ¿Se refería a algo más? Por otro lado, no pudo hacer más que envidiar la cercanía que en ese momento demostraron esos dos. El linterna miró al murciélago con recelo, pero se encogió de hombros, restándole importancia. Luego de eso, pasaron unos días hasta que finalmente se dio cuenta de algo. Algo que lo hizo frenarse cuando el pensamiento cruzó su mente con mayor claridad. Estaba celoso. Cielo santo, se dijo a sí mismo, estoy celoso… celoso de ellos. Y entonces todo se volvió más complicado, porque no podía evitar pensar en que él quería ser así de cercano con el hombre que le había salvado la vida. O algo más… Maldijo a esa vocecilla interna que había desarrollado con el tiempo, y que toda la semana lo había seguido, hasta una misión en la que iba acompañado de Diana, Bruce y Flash. Cuando combates solo al crimen, era normal hablar consigo mismo, pensó mientras se dividían según el plan de Bruce, para cubrir mayor terreno. O eso esperaba, porque de lo contrario, estaba perdiendo la cabeza. La idea se arraigó más en él cuando un placentero estremecimiento lo sacó de sus pensamientos, porque al parecer Bruce ya había acabado con su parte, y él también, sin darse cuenta del hecho. Se perdió observando al hombre con detenimiento. No podía evitar mirarlo como lo hizo en esa ocasión, cuando lo rescató. Se mostraba imponente, y de alguna manera podía transmitir cierta confianza, tanto como si quería transmitir miedo.

-          Sonríe – dijo entre dientes, y lo observó sin entender – Las cámaras – señaló con un movimiento de cabeza, captando su atención

-          ¿Qué? – preguntó y se sorprendió al ver los reporteros, entre ellos a Luisa. Se mordió el labio un instante, las cosas con ella no iban de lo mejor. Pero decidió seguir el consejo de Bruce y sonrió para las cámaras, bajo la atenta mirada del murciélago

***

Ese día era inesperadamente incómodo. Diana había decidido que tenía que ponerse al corriente con Steve, y Flash había regresado a su casa, dejándolos a ellos dos solos. Cosa que… que no había pasado desde hacía algún tiempo. Subieron a la nave que los llevaría de regreso para llevar el arma que algún villano había intentado usar contra ellos. Y ese gusanito dentro de él comenzó a molestar. El silencio era sepulcral, pero Bruce no parecía molestarse por ello. Era consciente de que el hombre le daba vistazos de vez en vez, como si lo analizara, y aquello lo estaba poniendo más y más nervioso… Tal vez quería hablar de esa mirada que le dedicó en la nave de Darkseid. Oh, seguro que era eso, y entonces se sintió tan culpable. El pánico lo comenzaba invadir, porque no negaba que pensamientos de ese estilo habían acudido después a su mente. No era su culpa, era culpa del idiota de Bruce por ser Batman. Su mente comenzó a trabajar en mil y un escenarios posibles, cada uno más inverosímil que el anterior. Tomó aire, pretendiendo que no notaba la pesada mirada de Batman, hasta que este rompió el silencio

-          ¿Tienes problemas con Lois? – la pregunta lo descolocó bastante, pero no puedo soltar un suspiro de alivio

-          No exactamente – respondió más tranquilo, pero un poco… incómodo

-          Has estado muy disperso. Especialmente en los últimos días… supuse que era por——— — la voz de Bruce ya no tenía el tono ronco de Batman, pero no dejaba de ser atractiva y seductora, masculina.

-          No es… No es por ella – dijo nervioso. Eso había estado cerca, y era peligroso, terreno muy peligroso

-          ¿Entonces? – puso la nave en piloto automático y se cruzó de brazos, girando el asiento para mirarlo

-          No es nada – un poco inseguro desvió la mirada

-          Clark… mira, hay algo que debería decirte

¡Lo sabe! Pensó un poco alarmado. Se tensó con cierta impaciencia, porque no sabía como debería empezar a explicarse… Si es que pide explicaciones. Tomó aire disimuladamente, y asintió, como esperando las palabras de su… ¿amigo?

-          Eres un pésimo mentiroso – la pena en la voz del hombre lo avergonzó un poco, pero mayor fue su vergüenza al darse cuenta de que se estaba complicando la existencia él sólo.

-          Entonces…  ¿Lo notaste? – preguntó queriendo cambiar de tema.

-          ¿El cielo es azul? – ironizó el otro.

Soltó una pequeña risa por esa respuesta, pero sintió un cosquilleo implantarse en la base de su nuca. La charla poco a poco se fue desviando a lo que había ocurrido con Lois. Era incómodo, pero no podía decir que le desagradaba aquello. Bruce incluso le estaba dando algunos consejos, consejos que no estaba seguro de querer utilizar. El camino a la Watchtower fue mucho más cómodo, porque ya no estaba como loco pensando en qué podría decir para excusarse. Y también porque notó algo dos cosas importantes: ya no pensaba tanto en Lois como creyó que lo haría, y de alguna manera era una herida que comenzaba a sanar. Por otro lado, Bruce no parecía querer comérselo vivo. Se sintió como un niño en la escuela, porque había creado una historia tan complicada en su mente, que había estado a un paso de servirse en una bandeja de plata.

Y ahora, el problema, era la razón de todo ese embrollo. Estaba celoso, porque –que su madre lo perdonara— le gustaba un hombre. Un hombre, que hasta donde sabía, bien podría ponerle kriptonita hasta en su sopa. Ya había comprobado por boca de Hal, que a veces las bromas de ese murciélago podían ser en extremo pesadas.

 

Notas finales:

Está vez también hay que agradecer a Dani, que me ayuda sin que lo sepa con este mostruito. 

Y si, un día habrá porno. Pero ese día, no es hoy -insertese a Aragorn aquí(?) -


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