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Dos son pesadilla, tres un infierno por lizergchan

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Disclaimer: Los personajes de Sherlock Holmes no me pertenecen, sino a su autor Sir Arthur Conan Doyle. La serie  “Sherlock” pertenece a la BBC.

Este fic lo hice sólo y únicamente como diversión.

Personajes: Sherlock, John Watson, Mycroft Holmes, Greg Lestrade y otros.

Aclaraciones: Esta idea surgió producto del aburrimiento y de ideas que me dieron las chicas del grupo de “Pansoquistas del mal”

Advertencia: Este fic contiene slash, humor, relaciones familiares y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

 

 

Resumen:Mycroft puede ser su némesis, Moriarty su archienemigo, pero hay alguien mucho peor que ellos en muchos aspectos, según el mismo Sherlock Holmes y está vez, Mycroft le da la razón.

 

 

 OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Dos son pesadilla; tres, un infierno.

 

 

 

r13;

 

Capítulo 3.-  La habitación

 

 

 Mycroft y Minnie tenían media hora de haberse marchado cuando John regresó al 221B; Sherlock se encerró en su habitación y dentro de su Palacio Mental. Nana ocupaba un lugar privilegiado dentro de ese espacio; tenía sobra decir, un ala exclusiva para ella, donde el detective guardaba cada mínimo detalle de su amada abuela, todo debía ser preservado.

 Sherlock no había salido de su habitación durante dos días enteros; usualmente, ese comportamiento no preocuparía a John, pero, luego de ver como se comportó ante la noticia que sus hermanos le dieron…

 

r13; ¡Buenas~! r13;la cantarina voz de Minnie llegó desde el recibidor. John se apresuró a su encuentro. La mujer llevaba un traje de color negro que le ceñía perfectamente al cuerpo. r13;Doctor Watson, me da gusto volver a verlo.

r13;John r13;dijo él, y Minnie sonrió haciendo gala de ese encanto que compartía con su mellizo.

r13;Vengo a buscar a Sherlock r13;se cruzó de brazos, imitando los gestos que su gemelo hacia cuando no estaba de acuerdo con algo. r13;El tonto de Mycroft se olvidó de decirnos algo de suma importancia.

r13;Está en su habitación, no ha salido desde que se fueron r13;la fémina Holmes asintió con la cabeza, a paso firme se dirigió a la alcoba de su hermano encontrándola cerrada; frunció el ceño, si su hermano creía que algo tan simple como eso iba a detenerla, es que no la conocía. Bastó un pasador,  un poco de muñeca ¡y listo!, la puerta se abrió con un “clic”.

 

r13;William Sherlock Scott Holmes r13;dijo en un claro tono autoritario de esos que usan las madres y no admiten interrupciones.

r13;Sal de mi habitación r13;habló el detective, aunque sabía que eso no iba a detener a Minnie. Oh, y vaya que tuvo razón, más temprano que tarde, su hermana le arrebató la sábana blanca que cubría su cuerpo desnudo.

r13;Ve a darte un baño, mientras yo preparo tu equipaje r13;dijo la mujer en tono de orden. Como odiaba cuando actuaba igual a su madre r13;. Tenemos un viaje que hacer y no quiero que se nos haga tarde.

r13;No pienso ir a ningún lado r13;se quejó.

r13;Si lo harás. El idiota de Mycroft se olvidó de decirnos que Nana dejó como última voluntad, que los tres fuéramos a Sussex r13;Minnie se cruzó de brazos y frunció el ceño r13;, así que mueve el trasero y ve a darte un baño, o juro que te bañaré aquí mismo.

 

 Sherlock arrugó el entrecejo, pero se levantó de la cama. Desnudo como estaba salió de la habitación, seguido muy de cerca por su hermana; afuera, se toparon con John, quien no se había esperado semejante espectáculo: ver a su amigo así, como Dios lo trajo al mundo (y vaya que el Padre celestial fue magnánimo y dadivoso con el cuerpo del detective), aunque Holmes acostumbraba a pasarse por el piso con sólo una sábana para cubrirse, era la primera vez que en verdad John, podía apreciarlo a plenitud.

 De pronto Watson se sobresaltó, Sherlock ya había desaparecido tras la puerta del baño y Minnie con pañuelo en mano, le limpiaba la comisura de la boca.

 

r13;Sé que está feliz de ver a mi hermano r13;dijo ocasionando un balbuceo y sonrojo en John. r13;Es atractivo, ¿no crees?

r13;No soy gay r13;respondió en automático lo mismo de siempre. Minnie río bajito, el novio de su mellizo era tan simpático.

r13;Bueno, señor “No Soy Gay”, ¿te importaría vigilar que Sherlock no se ahogue o algo así? Yo me encargaré de preparar los equipajes.

 John parpadeo un par de veces, tuvo que pedirle a Minnie que le repitiera lo dicho para estar seguro de que había escuchado bien.

r13;La última voluntad de Nana fue que nosotros tres (y las parejas que tuviéramos en ese momento), nos quedáramos unos días en casa de Sussex r13;respondió la mujer. John, estuvo a punto de recordarle que Sherlock y él no eran novios, pero decidió no hacerlo, ¿qué caso tenía?

r13;Yo  me haré cargo de mi propio equipaje r13;bueno, si de todas maneras lo iba a obligar a acompañarlos, era mejor encargarse de su propia maleta; no quería que la hermana de su mejor amigo, hurgara el cajón de su ropa interior.

 

 

 

 Sherlock bufó por quinta vez en 10 minutos, él y John iban sentados en la parte de atrás de la camioneta negra que los transportaba, mientras que Minnie ocupaba el lugar de copiloto y Mycroft r13;obligado por su hermana menorr13;, el de piloto.

r13;Es una pena que el Inspector Lestrade no pudiera acompañarnos r13;se lamentó Minnie, quien había conocido a Greg, el día anterior y fiel a su apellido, se había dado cuenta con facilidad de los sentimientos de su hermano por su amigo.

r13;Supongo que Edgard estará esperándonos ya con Jamie r13;comentó Mycroft, la única mujer en el auto, bufó molesta.

r13;Nos separamos hace tres meses, estamos en planes de divorcio. En cuanto a nuestra hija, se encuentra en casa de sus abuelos, aún no termina el ciclo escolar.

 

 John miró a los hermanos Holmes, como aguardando que alguno de los dos lo pusiera al corriente. Resultó que Minnie se había casado seis años atrás, con Edgard Simmons, un notable bioquímico ganador de diversos premios; juntos tenían una hija: Jamie Holmes-Simmons (oh sí, Minnie se había impuesto, como siempre). Ahora estaban en planes de divorcio y a la gemela de Sherlock parecía importarle poco.

r13;Supongo que lo descubriste con su secretaria r13;dijo Mycroft.

r13;Quizás con su colega r13;agregó Sherlock, ganándose un codazo por parte de John. Al buen doctor le parecía de muy mal gusto que los dos hermanos hicieran esa clase de comentarios.

r13;En realidad fue con la mucama r13;habló Minnie arrugando la frente. Todavía recordaba las señales en su “querido” esposo, pensaba estúpidamente que le ocultaba (para ser una de las mentes más brillantes, era realmente ingenuo), si bien a ella no parecía importarle con quien se acostara su marido, por nada iba a permitir que pisoteara su orgullo, al usar la cama que compartían para sus encuentros amorosos, por eso lo confrontó con toda la información que había recabado y le pidió el divorcio.

r13;Me supongo, Wilhelmina r13;dijo Mycroft y ella hizo una mueca al escuchar su nombre completo r13;, que mi querido cuñado estará buscando a su amiguito en algún lugar del planeta.

r13;Me ofendes r13;contestó Minnie r13;. Yo prefiero hacer las cosas al estilo Holmes.

 John sintió escalofríos. Realmente no quería saber lo que aquellas palabras podrían llegar a significar.

 

 

 

 

 La casa en la que los Holmes vivieron días felices de su infancia, se alzaba frente a ellos. No era muy grande, pero tampoco pequeña; poseía seis cuartos y un hermoso jardín que el par de leales empleados (que aún permanecían allí pese a la defunción de la señora de la casa), cuidaban con esmero cada lugar.

 John observó la decoración, elegante y de buen gusto. Había adornos de diferentes países y épocas. Lo que llamó la atención de Watson, fue la cantidad de fotos que había, distribuidas por la casa. Muchas de ellas (si no es que la mayoría), eran de la infancia de Sherlock y sus hermanos. Tomó uno de los retratos en el que salían los mellizos r13;en esos momentos de 11 añosr13;, abrazando por el cuello a un niño de su misma edad; el marco tenía rotulado: Sherlock, Minnie y Víctor.

 

Víctor. John había escuchado ese nombre con anterioridad, aunque no recordaba dónde.

 

 

Continuará…

 

 

 

Sé que los Vernet eran franceses y eso, pero de alguna forma debieron conocerse los padres de Sherlock, ¿no?


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