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I Don't Deserve You por Kris Kuro Angel

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Notas del capitulo:

Hola, hermosuras. Traje sensualidad! No me tardé tanto esta vez.

Debo decir que ya falta poco para terminar el fic, a lo mucho creo que le quedan dos capítulo. Trataré de traerlos lo más pronto posible.

Sin mas, disfruten este capítulo.

Tetsuya observaba desde lo alto de la escalera a su padre Chihiro discutir con Akiyoshi, su progenitor no lucía muy contento.


 


—¡¿Volviste con él?! ¡¿Estás viendo a ese hombre otra vez, Chihiro?!


 


—¡Baja la voz! —exclamó su padre en su siseo—. ¿Y qué si lo hago? No estoy haciendo nada malo, solo nos encontramos de casualidad.


 


—Sabes que ese hombre solo quiere llevarte a la cama otra vez, ¿y vas a dejarte acaso?


 


—Respétame, Akiyoshi. Estoy casado, amo a mi esposo y tengo un hijo. No soy un niño para cometer de nuevo el mismo error —respondió enfadado, su rostro estaba rojo del enojo.


 


—Entonces, respóndeme, y quiero la verdad. ¿Tetsuya es hijo de Shoichi?


 


—¡Por supuesto que lo es! —exclamó furioso—. Vete, Akiyoshi. No voy a soportar tus intrigas ni que pongas en tela de juicio la paternidad de mi hijo. ¡Ya basta de esto!


 


Tetsuya parpadeó acostumbrándose a la tenue luz de aquella habitación, despertando de aquel recuerdo que creía olvidado. Akiyoshi tenía un trato cruel para con su padre, una desconfianza paranoica y lo acusaba de algo que, para ese momento, no entendía. Quizás él había hecho algo similar.


 


Sus miembros se sentían pesados, le costó moverlos. ¿Donde estaba? Apenas recordaba algo de lo que había pasado, la emboscada y el repugnante olor introduciéndose en su nariz hasta desmayarlo. Miró en todas direcciones, aun mareado, aun perdido, y solo encontró paredes grises, una habitación insípida. Como pudo, obligó a sus extremidades a moverse, dar pasos tan pequeños y pesados que creyó caería en bruces. Se apoyó contra la puerta, la manija era vieja así que le costó destrabarla.


 


La luz del pasillo era aun más brillante, un largo pasillo polvoriento y puertas grises. Parecía una prisión. Buscó a tientas tras esas puertas, dos o tres estaban vacías pero una en particular se encontraba entreabierta y él, curioso y asustado, entró allí.


 


Como deseó no haberlo hecho.


 


Cayó de rodillas, su respiración era irregular, sostuvo su cabeza para no gritar, para no golpearse por la fuerte agitación de la misma.


 


Allí, sobre una camilla, se encontraba el cuerpo de Kaoru con el vientre abierto, desangrado, expuesto. Sus ojos carecían de brillo, aun con lágrimas adornandolos, sin vida. Tetsuya se dijo que era imposible, que era una pesadilla, pero aunque cerrara y abriera los ojos la imagen seguía allí. Tan cruda, tan espantosa, tan horrible. ¿Y su hermano? ¿A dónde se llevaron al bebé?


 


Se obligó a levantarse, a moverse. Se acercó al cuerpo de Kaoru, acarició su helada mejilla y cerró sus ojos.


 


—Perdóname...


 


Salió de esa habitación con tanta tristeza y odio en su corazón, con esos sentimientos ahogándole el alma. Necesitaba encontrar a Akiyoshi, debía pagar por lo que le había hecho a su madre. ¿Cómo podía ser posible que fuera tan bestia, tan monstruoso, como para cometer una abominación como esa?


 


Más puertas, más habitaciones vacías. Tetsuya se encontraba presa de la desesperación por encontrar a aquel monstruo y matarlo con sus propias manos, y aun así no sería suficiente castigo para él.


 


Un ruido lo alertó, voces furiosas y un lamento de una voz que reconoció a la perfección. Reo. Corrió lo más rápido que pudo, importándole poco sus mareos y dolor. Entró de un portazo y se quedó congelado, perplejo. Reo se contrabando maniatado sobre un intento de cama, su rostro estaba golpeado, un ojo morado y el labio partido. Un hombre que él no reconocía estaba sobre su amado, abusándolo. Los gritos de Reo eran de dolor, de sufrimiento, y aumentaron hasta tornarse desesperados cuando reparó en la presencia de Kuroko.


 


—¡No! ¡Tetsu-chan, no mires! ¡Por favor, no me mires! —rogó casi sin voz.


 


Sentía que se quedaba sin aliento y el pánico se apoderaba de él, más aun cuando a su espalda escuchó la voz de Kise. Se dio la vuelta encontrándolo siendo arrastrado por otro tipo corpulento, a él y a un Takao inconsciente.


 


Esto debía ser una horrible pesadilla.


 


 


******


 


 


Nijimura se encontraba tenso. Desde hacía muchos años no se encontraba cara a cara con el primo de su amado Chihiro, Akiyoshi. El hombre conservaba esa rictus perversa en su rostro, esa mirada de odio y locura.


 


Akiyoshi nunca le agradó y sabía que él lo odiaba. No se esperó que fuera hasta su burdel después de tantos años y no esperó que arrojara un sobre en su escritorio.


 


—No te quedes tan inmóvil, Nijimura Shuuzo. He venido personalmente a darte tu última gran noticia.


 


No comprendía sus palabras ni su actuar, mucho menos su sonrisa sarcástica. Con cuidado tomó el sobre y lo abrió, habían unos análisis de laboratorio de muchos años atrás, aproximadamente de una fecha cercana a cuando Chihiro se casó con Shoichi.


 


Era una prueba de ADN.


 


—Imposible...


 


—A mí también me sorprendió el cinismo que tuvo Chihiro de negar la paternidad de Tetsuya. Me juró que Shoichi era el padre y el muy imbécil también se atribuyó la paternidad... —había rabia en su tono de voz— pero era estéril, en todos los sentidos.


 


Nijimura aún no podía apartar su vista de los resultados de ADN. Entre Shoichi y Tetsuya solo había un 1% de compatibilidad, y sabía que eso era por defecto. Shoichi no era el padre, Chihiro le había mentido.


 


—Tetsuya es mi hijo —declaró más para sí mismo, para convencerse de que esa era la realidad.


 


—Oh, claro —secundó Akiyoshi con desagrado—. Eras él único, además de Shoichi, que estuvo con Chihiro y ni por eso te eligió a ti —una puñalada, profunda, helada clavándose en su corazón—. Chihiro se enteró de su embrazo a la par de que se enteró que lo buscaste solo para vengarte de Shoichi. Mi querido primo estaba devastado, iba a huir pero Shoichi le rogó que no lo hiciera, lo convenció para que retomaran su compromiso pese a que Chihiro le dijo sobre su embrazo... eso solo fue la excusa perfecta para que adelantaran la boda.


 


>>Yo siempre sospeché que había algo extraño en todo eso. Kaoru lo sabía pero le juró a Chihiro que nunca diría una palabra, ni siquiera a mí. La odio por ello —una extraña sonrisa adornó su rostro—. Chihiro tuvo tanta suerte que Tetsuya se pareciera a él y no a ti o hubiese estado en problemas, ¿a quién convencería de su mentira si el niño se parecía a su amante y no a su esposo?


 


Nijimura continuaba sin poder creer lo que sus ojos veían, lo que Akiyoshi le revelaba. Fue su culpa, pudo haber tenido una familia junto al hombre que amaba pero el miedo le impidió aclararle las cosas a Chihiro. Aun así, no era suficiente para que le negara a su hijo.


 


—Esto tiene que ser mentira. ¿Cómo pudo hacerme esto...? ¡También tenía derecho sobre Tetsuya! —exclamó enojado, frustrado, triste, desolado. Tantas veces se amaron, tantas veces se dijeron que querían un futuro juntos, tantas veces dijeron que deseaban una familia. ¿Cómo no sospecho de esa llamada en la que la voz de Chihiro sonaba tan entusiasmada para luego, cuando se encontraron e hicieron el amor por última vez antes de separarse, se escuchaba tan frío como el hielo?—. Es mi hijo, es mi hijo también... —sintió un fuerte dolor en su hombro, cayó al suelo estrepitosamente sintiendo el ardor y el frío filtrarse en su hombro izquierdo—. ¿Qué demonios... haces?


 


Akiyoshi sostenía un arma y la apuntaba en su dirección, sus ojos estaban vacíos, desprovistos de humanidad.


 


—Tetsuya es tu hijo —dijo—, por eso lo odié. Lo odié al principio porque creí que era el hijo de Shoichi y lo odié aún más cuando supe que era tuyo —declaró con asco y rencor—. Yo era mejor para Chihiro pero lo unieron a ese imbécil de Shoichi y luego eligió a un poca cosa como tú, aun cuando yo lo amaba. ¡Yo lo amaba mucho más de lo que tú y Shoichi serían capaz de hacerlo! ¡Nunca debiste entrar en la vida de Chihiro! ¡Shoichi debió alejarse de él! ¡Y Tetsuya nunca debió existir!


 


El dolor le abrumaba, sus palabras cortantes golpeaban en sus oídos furiosamente. Aun sosteniendo su hombro herido, aun cuando escuchaba gritos fuera de su oficina y un extraño crepitar, Nijimura pudo conjeturar algo que le impactó con dolor y miedo.


 


—¿Lo mataste? ¿Mataste a Chihiro?


 


Akiyoshi volvió a cargar el arma con parsimonia.


 


—Sí, yo provoque su muerte —el cañón volvió a apuntarle— y todo fue tu culpa.


 


 


******


 


 


El dolor era insoportable, tanto el físico como el de su corazón. Aquel asqueroso hombre lo había dejado allí después de hacer con su cuerpo lo que quisiera, después de haber eyaculado en su interior y que su amado Tetsu lo viera. Se sentía asqueroso, indigno. Ese privilegio solo lo tenía su Tetsu, solo le pertenecía a él.


 


Ahora ya no valía nada para Tetsuya.


 


Como pudo logró, desatarse de esa tosca cuerda. El dolor de su parte baja escaló por toda su columna vertebral, la sangre golpeó sus venas dolorosamente. Sintió sus muslos pegajosos, asquerosos. Quería vomitar. Forzó a sus piernas a moverse, a arrastrarse si era posible hasta encontrar a Tetsuya, no le importaba si moría en el intento con tal de mantenerlo a salvo. Por lo menos su vida serviría para algo.


 


La puerta estaba trabada, posiblemente para que él no escapara pese a haber estado atado. La golpeó con todo el peso de su cuerpo, con furia, dolor y determinación. Las bisagras cedieron y la puerta se abrió. Reo se sostuvo de la pared, escuchando extraños ruidos y la voz de ese amigo rubio de su amado.


 


—¿DÓNDE ESTÁ TAKAOCCHI? ¿LE HICIERON DAÑO? ¡POR FAVOR, POR FAVOR! ¡NO LO DAÑEN!


 


Reo apretó la parte baja de su estómago, todo su temor y su dolor se estaban alojando allí. Se guió por un golpe seco y un silbido proveniente de la habitación más alejada, escuchó a ese hombre que había abusado de él despotricar palabras ácidas contra alguien. Su mente activó todas las alarmas.


 


Hecho una fiera entró en aquella habitación, observó que ese hombre tenía una especie de fusta e iba a arremeter contra el cuerpo de Tetsuya. Su amado ya tenía heridas en su pierna y brazos, incluso sus dedos que se aferraban a su vientre en clara señal de querer protegerlo. Antes de que el golpe llegara, Reo se abalanzó contra el sujeto y arañó su cuello para luego caer estrepitosamente contra el suelo.


 


—¡Maldito puto! —gritó a todo pulmón.


 


Reo se arrastró hasta donde estaba Kuroko hecho un ovillo, abrazando su vientre. Vio sus heridas, su mejilla amoratada. La cólera le invadió. Sintió el ardor, el dolor y el frío cruzarle la espalda por el fuerte golpe de ese artefacto. Escuchó a Tetsuya gritar pero Reo no podía articular palabra por el inmenso dolor, se dijo que debía soportarlo para que aquellos golpes no llegaran a su amado.


 


—Suficiente —dijo una voz potente y autoritaria, Kuroko Akiyoshi irrumpió sorpresiva mente en la habitación. Nadie lo oyó llegar—. Tengo algo importante que decirle a Tetsuya... y a ese —empleaba el mismo tono despectivo con el que siempre se dirigía a él.


 


Tetsuya sentía dolor, rabia y odio hacia ese hombre pero el miedo le impedía moverse.


 


—¿P-Por qué la a-asesinaste? ¿Por qué le... hiciste algo tan horrible? —logró hablar con la voz amortiguada y la garganta adolorida—. ¿POR QUÉ LO HICISTE?


 


—Ah... La viste —una media sonrisa se dibujó en sus labios, Tetsuya quiso vomitar en ese momento—. Puedes considerar que fui compasivo, tenía planeado torturarla por su traición.


 


—Estas demente...


 


—¿Lo crees? Puedes culpar a Chihiro por eso —una sonrisa amarga, sádica se ensanchó en su boca mientras escupía sus palabras impregnadas de veneno—. Si Chihiro no hubiese sido tan idiota, otra historia te estaría contando. Otra historia que no incluyera, por ejemplo... que tu verdadero padre no es Shoichi sino Nijimura Shuuzo.


 


Akiyoshi saboreó la expresión de desconcierto y negación en el rostro de Tetsuya y de Reo, los haría sufrir un poco antes de ponerles fin.


 


—Mientes... ¡Estas mintiendo!


 


—No, no. Incluso Shoichi se hizo una prueba de ADN que lo confirmó, no son padre e hijo, y el otro hombre con quien estuvo fue su amante en común, ese prostituto de Nijimura —explicó Akiyoshi—. ¿Acaso Kaoru no te contó esa historia? Shoichi y Chihiro compartieron un amante que los separó por un tiempo, un manipulador que solo quería ver miserable a Shoichi. Al parecer el muy idiota le prometió su libertad para, al final, no cumplir con su palabra y mi pobre primo fue quien pagó las consecuencias. Por suerte, mi querido Chihiro despertó del embrujo de ese puto.


 


—No lo insultes, Nijimura-san no es así —Reo siseó sus palabras como una amenaza.


 


Akiyoshi rió burlonamente —¿Tu que sabes? Bueno, es lógico que lo defiendas si eres de su misma clase. Tu también le arruinaste la vida a Tetsuya.


 


—¡No lo hizo! —refutó Tetsuya.


 


—Me das tanta lastima, Tetsuya —dijo con una expresión de fingida aflicción—. Eres igual de tonto e ingenuo que tu padre. Cayendo por un amor sin futuro, por un supuesto amor de un don nadie. ¿Qué crees que dirá la gente en la calle cuando los vea? ¿Lo que hablarían y señalarían? De las veces que se han cogido a este puto, de lo asqueroso que es y tu siendo un pobre cabrón. Que lastima que no hayas heredado el cinismo de Chihiro y no te hayas casado de un día para otro con Akashi.


 


—¡Cállate! ¡No tienes idea de lo que hablas! —Reo estaba temblando mientras abrazaba con fuerza a su Tetsu, el imaginarlo haciendo una familia con Akashi o cualquier otro hombre le enfermaba.


 


—Creo que el que está bastante desinformado eres tú, lo que le hizo tu Madame a mi Chihiro es imperdonable y tú también quieres hacérselo a Tetsuya. Son todos iguales, unos asquerosos manipuladores y caza fortuna —se acercó a una pequeña cómoda y sacó de un cajón una frasco y un par de guantes—. Da igual, todo se va a acabar aquí y ahora —mostró una sonrisa siniestra que logró estremecerlos—. Ya que no pudiste arder en ese lugar donde mi Chihiro encontró su perdición... voy a deshacerme de ti.


 


—¿Q-Qué?


 


—Lo que dije, ese asqueroso prostíbulo se está quemando por completo y Nijimura Shuuzo quedó adentro... con una bala en su hombro y otra en su abdomen. Mis condolencias, Tetsuya. Que lastima que no pudiste llamarlo papá ni una sola vez.


 


—¡Eres un maldito demente! —Reo se abalanzó contra él pero el otro sujeto que los había torturado lo detuvo y lo acorraló contra el suelo—. ¡Suéltame! ¡VOY A MATARTE, AKIYOSHI!


 


Kuroko no podía moverse de su sitio, el shock apenas le hacía consciente de lo que sucedía a su alrededor. Todo lo dicho por Akiyoshi seguía bailando en su cabeza, burlándose de su ingenuidad. Todo su cuerpo temblaba, su vida se había destruido, todo lo que creía verdadero se había hecho pedazo delante de sus ojos. Su familia, sus creencias, su vida. Su padre no era su padre y ahora comprendía la actitud que tuvo Nijimura en un principio, él sabía que era hijo de Chihiro pero no que era suyo también.


 


Sus padres habían construido una familia a base de mentiras y del dolor de alguien más.


 


—Esto es tan gracioso y tan poético a la vez, por fin puedo deshacerme de todos los errores que arruinaron nuestra vida —sostenía aquella botella con sus manos enguantadas—. Primero deberíamos empezar por esa cara tuya, es tan horrible que me enferma.


 


Se acercó a Reo y los gritos de su amado lo sacaron de su hermetismo. Era ácido, estaba quemándole lentamente la mejilla a Reo.


 


—¡No! ¡No! ¡Basta! ¡Detente! ¡No le hagas daño! ¡Todo es mi culpa! ¡Yo no debí nacer! ¡Deja a Reo! ¡Por favor, déjalo! —rogó arrastrándose, todo su odio se transformó en terror por lo que estaba pasando.


 


—Es increíble... ustedes los putos de baja clase deben coger mejor que cualquiera para lograr que Chihiro y Tetsuya rueguen por sus vidas sin valor. Oh, no. Eso no va a funcionar. No voy a permitir que estas ratas asquerosas sigan viviend-


 


Un fuerte estrépito llamó su atención, ruidos y voces desconocidas, la puerta fue echada abajo y la figura de Aomine Daiki entró con su pistola en alto. El hombre que tenía sujeto a Reo fue por él pero el policía lo abatió de un disparo en la cabeza. Reo aprovechó esa oportunidad, ignorando el dolor en su rostro, y empujó el frasco contra Akiyoshi, quemando su brazo.


 


En medio del dolor y la desesperación, el hombre sacó su revólver y abrió fuego en todas direcciones. Una bala rozó el rostro de Aomine y otra impactó en el hombro de Reo.


 


—¡No, Reo!


 


—¡Tetsu, llévatelo rápido! ¡Salgan de aquí! —gritó Aomine intentando controlar a la bestia iracunda en la que se había convertido Akiyoshi.


 


Como pudo, ayudó a Reo a salir de aquella habitación pero el panorama fuera de esta no era mejor. Muchos policías se enfrentaban a los cómplices de Akiyoshi, disparos y golpes, pudo ver a Kise y Takao al otro extremo del desastre en que se había convertido esa sala de tortura. No tuvo tiempo de sorprenderse de ver a Akashi entre ellos cuando el pelirrojo les grito por sobre el ruido del enfrentamiento.


 


—¡AGACHENCE!


 


Reo y Kuroko acataron la orden y una bala voló por sobre sus cabezas, abatiendo al cómplice de Akiyoshi que estaba dispuesto a matarlos. Tetsuya observó a Reo, su semblante cansado y su cuerpo tembloroso pero lo que más le dolió fue ver la mejilla quemada, la piel brotada y rota, con demasiada sangre manando de ella. Era una herida profunda, horrorosa, que casi estropea también su ojo izquierdo.


 


Kuroko nunca esperó vivir ese infierno ni arrastrar a los que amaban a ella y, por sobre todo, condenar la vida de muchos. El desastre a su alrededor parecía no tener fin.

Notas finales:

CHAN!!

Estuvo un poco fuerte este capítulo.

Ya descubrimos que Nijimura es el papá de nuestro Kuroko y con lo que le hicieron a Reo, ¿Cómo soportará Kuroko esta situación?

Y todo ese desastre al final en que desembocará.

Nos leemos en el siguiente capítulo, denme amor para seguir escribiendo. See you!


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